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Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente Repositorio Institucional del ITESO

rei.iteso.mx

Dirección General Académica

CIFS - Investigación

2011

Las economías solidarias latinoamericanas como construcción de alternativas de resistencia y liberación desde abajo: un estudio comparado de casos micro y macro de México, Argentina, Brasil y Bolivia (19892009) Díaz-Muñoz, Guillermo Díaz-Muñoz, G. (2011). Las economías solidarias latinoamericanas como construcción de alternativas de resistencia y liberación desde abajo: un estudio comparado de casos micro y macro de México, Argentina, Brasil y Bolivia (1989-2009). Tesis doctoral, Doctorado en Estudios Científico Sociales. Guadalajara, México: ITESO.

Enlace directo al documento: http://hdl.handle.net/11117/1092 Este documento obtenido del Repositorio Institucional del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente se pone a disposición general bajo los términos y condiciones de la siguiente licencia: http://quijote.biblio.iteso.mx/licencias/CC-BY-NC-2.5-MX.pdf

(El documento empieza en la siguiente página)

INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE OCCIDENTE RECONOCIMIENTO DE VALIDEZ OFICIAL, ACUERDO SEP. NO. 15018 PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 29 DE NOVIEMBRE DE 1976.

DIRECCIÓN GENERAL ACADÉMICA

DOCTORADO EN ESTUDIOS CIENTÍFICO-SOCIALES

“Las economías solidarias latinoamericanas como construcción de alternativas de resistencia y liberación desde abajo: un estudio comparado de casos micro y macro de México, Argentina, Brasil y Bolivia (1989-2009)”

TESIS PROFESIONAL QUE PARA OBTENER EL

GRADO DE DOCTOR EN ESTUDIOS CIENTÍFICO-SOCIALES

PRESENTA: JOSÉ GUILLERMO DÍAZ MUÑOZ

TLAQUEPAOUE. JALISCO A OCTUBRE DE 2011

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DOCTORADO EN ESTUDIOS CIENTÍFICO-SOCIALES ITESO

“Las economías solidarias latinoamericanas como construcción de alternativas de resistencia y liberación desde abajo: un estudio comparado de casos micro y macro de México, Argentina, Brasil y Bolivia (1989-2009)”

TESIS PARA OBTENER EL GRADO DE DOCTOR EN ESTUDIOS CIENTÍFICO-SOCIALES QUE PRESENTA:

JOSÉ GUILLERMO DÍAZ MUÑOZ

COMITÉ TUTORIAL

Dr. Jaime Preciado Coronado (Tutor) Dr. Juan Antonio Ortiz Valdés Dr. Juan Manuel Ramírez Saiz

TLAQUEPAOUE. JALISCO A OCTUBRE DE 2011

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DOCTORADO EN ESTUDIOS CIENTÍFICO-SOCIALES ITESO

“Las economías solidarias latinoamericanas como construcción de alternativas de resistencia y liberación desde abajo: un estudio comparado de casos micro y macro de México, Argentina, Brasil y Bolivia (1989-2009)” JOSÉ GUILLERMO DÍAZ MUÑOZ

Abstract en español: En un contexto de globalización neoliberal adversa a los intereses de los sectores populares y excluyente de grandes capas sociales de la población en el sur global, la presente investigación da cuenta cómo las diversas expresiones de la economía solidaria latinoamericana se constituyen en alternativas emergentes y embrionarias de resistencia y liberación de las organizaciones de trabajadores asociados, campesinas e indígenas con el fin de construir “otra economía” más cercana a sus necesidades, intereses y valores. Con base en una comparación de seis casos representativos – tres mexicanos y tres sudamericanos- y sustentada en el pensamiento complejo y sus principios, es posible observar que diversos procesos alternativos –económicos, políticos, sociales, de género, ambientales, glocales y culturales- acontecen de manera diferenciada, contradictoria y conflictiva pero al mismo tiempo significativa en cada una de las experiencias. Asimismo, el documento contextualiza los diversos casos en su relación con las dinámicas nacionales y globales de cada país con el fin de encontrar sus alcances, limitaciones y posibilidades, configurando la emergencia de un nuevo movimiento social glocal. Palabras clave: economía solidaria, Estado y ciudadanía, demo-diversidad, sustentabilidad, género, glocalización, movimiento social e identidad colectiva, organizaciones y redes sociales, autogestión, pensamiento complejo.

Abstract en inglés: In the context of neoliberal globalization against popular sector interests and the great social level exclusion of the global south, this study shows the way how different expressions of the Latin Americans solidarity economics have become in emergent and embryonic alternatives of associated workers, peasants and aborigens organization´s resistance and liberation in order to build “another economics” closely to their needs, interests and values. So based in six representative cases comparison –three Mexican and tree South American- and sustained in complex thinking and its principles, its possibly see that different and alternative processes – economics, political, social, gender, environment, glocal and cultural- occurs in many contradictory, conflictive and significant ways in each experience. Besides, this document contextualizes the several cases in relation with national and global dynamics of each country in order to find its scopes, limits and possibilities, and configuring a new social movement emergency. Keywords: solidarity economics, State and citizenship, demo-diversity, sustainability, gender, glocalization, social movement and collective identity, social nets and organizations, automanagement, complex thinking.

3

“La ampliación simbólica operada por la sociología de las Emergencias quiere analizar en una determinada práctica, experiencia o forma de saber, lo que en ellas existe como tendencia o posibilidad futura. Ella actúa sobre las posibilidades y sobre las capacidades. Identifica señales, pistas o trazos de posibilidades futuras en todo lo que existe. Es un conocimiento que avanza en la medida en que identifica creíblemente saberes emergentes o prácticas emergentes”. Boaventura de Sousa Santos

“Los diversos términos de economía solidaria parecieran convocar imágenes extrañas, en realidad hostiles, al imaginario social dominante, una suerte de intrusión altruista en las relaciones del hiperfetichizado actual mercado capitalista”. Aníbal Quijano

“Una nueva resistencia ha nacido desde la toma de conciencia ecológica, la extensión del desempleo y la desertificación de las ciudades: microtejidos de la sociedad civil tratan de reaccionar por ellos mismos y abren perspectivas de una economía evidentemente herética a los ojos de los economistas, la economía de la calidad de vida y de la convivencialidad. Pero estas iniciativas son locales y dispersas. No hay que sistematizarlas pero sí sistemizarlas, es decir religarlas, coordinarlas para que constituyan un todo” (…) Edgar Morin

4

AGRADECIMIENTOS…

Dedico este trabajo como reconocimiento agradecido a quienes me han mostrado, inspirado, apoyado, animado y cuestionado en este viaje por los caminos de las economías solidarias latinoamericanas y del mundo. En estos diversos caminos me ha sido posible descubrir rostros y sueños, temores y esperanzas, afanes y desvelos de muchos que se esfuerzan por construir alternativas socioeconómicas y políticas frente a las graves consecuencias de un sistema-mundo capitalista depredador y deshumanizado. La ruta elegida en este viaje ha estado llena de sorpresas y aventuras. Parte, de arranque, del testimonio solidario de mis padres, Ricardo y Esperanza. Tal vez habría que decir que Ricardo –con su vida misma- significa lo solidario del mundo actual, en contraposición a lo radicalmente egoísta del mismo, y Esperanza, lo que su nombre indica: una posibilidad real de apostar por el buen vivir de los hombres y mujeres de este mundo. No exagero, entonces, cuando afirmo que ellos representan mucho de lo que hoy está en juego en el mundo a favor de sus valores más humanos, solidarios y fraternos. Luego, la ruta trazada me llevó por parajes diversos, paisajes en los que fueron apareciendo rostros que, con todo y sus limitaciones, me mostraron que con sus creencias y sus prácticas, sus apuestas y proyectos, van prefigurando otros mundos posibles. Desde hace ya muchos años encontré a los compañeros campesinos Santiago y Don Pablo, de Huayacocotla, Veracruz, así como a Jacobo, Javier y Fidel, de Cuquío, Jalisco. Luego, en el sur de Jalisco, resulta imposible citar en este espacio a tantos hombres y mujeres que fueron aportando su compromiso y testimonio para la construcción de la Alianza Ciudadana para el Desarrollo Regional Alternativo, apoyados por mis compañeros del CIFS, a quienes agradezco su apoyo y estímulo. Más adelante, con este estudio descubrí los rostros y las charlas de Alfonso, Lupita y Resu en Querétaro; Saúl, Vianey, Dionisio, Mariane y Jesús en Oaxaca; Jesús, Toño, Jaime y María Elena en Jalisco, así como a Mario, también de Querétaro, pero también a Mario, Mónica y Susana, en Argentina; a Reni, Camargo, Luis Inazio, Ana Mercedes y Bruno, en Brasil, y a Mauricio, Marcelo, María Julia, en Bolivia, entre muchos más. Sistemizarnos lo más posible, es ahora la tarea urgente. Junto a ellos, en esta ruta tuve por suerte contar con el apoyo de profesores y tutores que estimularon mi formación académica, entre los que se encuentran los Doctores Jaime Preciado, Juan Manuel Ramírez y Juan Ortiz, así como el conjunto de profesores que integran el Doctorado en el Estudios Científico Sociales del ITESO. Se suman también a ellos mis compañeros estudiantes del mismo doctorado. Finalmente, quienes en todo momento facilitaron mi compromiso con este estudio fueron Alicia, mi esposa, y mis hijos Rodrigo, Juan Carlos, Guillermo y Santiago. Solidarios siempre, sacrificaron conmigo momentos importantes de fines de semana y vacaciones para que yo fuera capaz de avanzar en mis estudios.

Para todos ellos, muy especialmente a mi padre y a mi esposa, mi cariño, gratitud y reconocimiento. 5

Índice Capítulo

Contenido

Introducción Primera parte. Construcción del problema de investigación: las economías solidarias latinoamericanas y sus contextos nacional y global 1 Contexto mundial y latinoamericano de la Ecosol. 2 Construcción del problema de investigación: marco teórico-conceptual y propuesta metodológica. 3 Presentación de los casos de estudio: las experiencias micro ECOSOL y sus contextos macro nacionales.

Página 7

14 25 68

Segunda parte. La construcción de alternativas de economía solidaria desde sus procesos-bucle transversales 4 ¿Solidarizando la economía, economizando la solidaridad? La 84 generación de economías alternativas desde abajo. 5 ¿Qué ciudadanos para qué Estado? Ciudadanizando el Estado, 121 estatizando la ciudanía y demo-diversificando la solidaridad. 6 La generación de comunidades y redes sociales desde la ECOSOL: 164 socializando la economía, solidarizando la sociedad. 7 Y las relaciones de género ¿se vuelven más equitativas? Feminizando 205 la Ecosol, economizando las relaciones de género. 8 Construyendo actores socioeconómicos glocales: ¿glocalizando la 225 economía, solidarizando la glocalización? 9 Hacia un mejor medio ambiente en la ECOSOL: sustentabilizando la 245 economía solidaria, economizando solidariamente el medio ambiente. 10 ¿Des-significando el individualismo y re-significando la reciprocidad? 265 Las identidades colectivas desde abajo se fortalecen en la ECOSOL. Tercera parte. Las tendencias micro y macro de la acción en la economías solidarias latinoamericanas: hacia un nuevo movimiento social 11 Las tendencias latinoamericanas en las prácticas-acción de la ECOSOL: hacia una tipología de la acción como mirada transversal a la economía solidaria latinoamericana desde la perspectiva micro. 12 Las tendencias nacionales y globales de la ECOSOL: hacia una tipología de la acción colectiva como movimiento social y como mirada transversal a la economía solidaria latinoamericana desde la perspectiva macro. 13 Hacia un nuevo movimiento social de carácter global: la Ecosol latinoamericana con sus actores, organizaciones y redes. Conclusiones y reflexiones finales. Bibliografía Índice de siglas y acrónimos Relación de cuadros, gráficas, figuras y mapas

296 305

333

348 368 394 402

ANEXOS (CD con figuras, mapas, cuadros, fotos) 6

Introducción.

Frente a un sistema-mundo capitalista envuelto desde hace décadas en una crisis de carácter estructural -calificada por algunos como crisis sistémica, crisis terminal o incluso como caos sistémico1- y cuya manifestación a partir del año 2008 ha tenido múltiples y diferenciadas expresiones en los diversos “capitalismos realmente existentes” en el mundo –primero como una crisis financiera localizada en los Estados Unidos y luego de carácter global para dar paso de inmediato a la confluencia de diversas crisis simultáneas e interconectadas de tipo económico, social, ecológico, energético, geopolítico y alimenticio- las experiencias micro y macro de Economía Solidaria que se multiplican por la variedad de paisajes y rincones del mundo, pero muy especialmente de

Nuestra

América, contienen en sus propuestas diversos elementos que permiten vislumbrar los cimientos o la emergencia de “otra economía o de una economía otra” en la región. Al mismo tiempo, y como formas adicionales de resistencia contra los capitalismos excluyentes, miles de jóvenes de diversos países europeos y árabes encuentran en 2011 nuevas y creativas vías de convocatoria y manifestación mediante acciones colectivas que demandan su inclusión en el empleo, en la dotación de vivienda, y en la vivencia de una democracia efectiva2; en suma, la posibilidad contar con un futuro digno pero construido y vivido desde el presente.

En este contexto, privilegio, gozo, sorpresa y gratitud -pero también sus contrarios como tristeza, frustración e incertidumbre- son sólo algunos de los sentimientos que han acompañado mi recorrido en el conocimiento de la “Economía Solidaria” durante mi paso por el doctorado entre los años 2007 y 2011. Si en este concepto amplio caben las cooperativas, las mutuales, las asociaciones, los clubes de trueque, las organizaciones campesinas económicas, las organizaciones indígenas con sus proyectos económicos, los sistemas de intercambio en el Comercio Justo, la moneda social, las redes de colaboración económica, los bancos éticos y las finanzas sociales y populares, entre otras prácticas, es porque se distinguen de la economía privada o del capital y de la economía pública y además cuentan, en su enorme diversidad, con la matriz común de la preeminencia del trabajo sobre el capital, la libertad de adhesión y membrecía, la 1

Hay quienes sostienen que se trata ya de un verdadero cambio de época o de cambio civilizatorio. Como expresión de su malestar contra las exclusiones diversas de que son objeto, los jóvenes españoles, autoidentificados como “los indignados”, tienen entre sus principales consignas: ¡No somos anti sistémicos, el sistema es anti nosotros! o ¡Pienso, luego estorbo!, etc. 2

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democracia interna y la reinversión de excedentes, entre otras características 3.

Así, entre febrero y octubre de 2009 tuve la oportunidad de realizar mi trabajo de campo para conocer seis experiencias representativas del sector que, una vez analizadas y comparadas, me permitieran generar conocimientos sobre sus alcances y límites como prácticas económicas alternativas. Lo hice en México y América del Sur en medio de la gran crisis sistémica del momento presente –coyuntural y pasajera para la mayoría, estructural y sistémica para otros más-.

No partía de cero: ni por experiencia, ni por interés. Desde hace tiempo ya he compartido mis actividades académicas con el mundo de las organizaciones campesinas mexicanas de base económica, una de las expresiones de esta forma de construcción de “otra economía”. De manera que me vi retado a tomar una sana distancia crítica de mi mismo, de mi práctica y preferencia social por este tipo de organizaciones. Mi reflexividad, con todo, no pretendía realizar lo imposible: una supuesta neutralidad como investigador ante mi “objeto de estudio” sino, por el contrario, tan sólo un acercamiento más consciente y despierto y, por ello, más vivo, fresco y lúcido para captar lo necesario y relevante en esa aproximación de campo orientada desde algunas nociones o conceptos iluminadores previamente elegidos por mí en razón de su pertinencia.

Este trabajo recoge, entonces, el camino recorrido. Lo hago todavía como una especie de borrador, es decir, como la cosecha de un conocimiento provisional, transitorio, frágil y emergente. Es, por ello, un conocimiento que busca abrevar del “limes”, de la periferia del sistema-mundo capitalista y colonial –con todo su orden y desorden, su autonomía y dependencia, su individualismo egoísta y socialización mercantilista-, y, precisamente también gracias a ello, un conocimiento inmerso todavía en el denso caldo de la complejidad. De ahí que recuperarlo, sostenerlo, revisarlo, ampliarlo y ponerlo en cuestión permanente es una tarea necesaria para pasar de la explicación –simple, pero necesariaa la comprensión -compleja, pero urgente-. Dicho a la manera de algún pensador latinoamericano: un conocimiento bucle que, en sus giros ascendentes, nos permita realizar el proceso de comprensión antes descrito.

3

Entre sus actividades principales se encuentran, entonces, la producción de bienes y servicios solidarios, las finanzas éticas y sociales, el comercio justo y el consumo responsable y solidario.

8

Así, si antes de este estudio consideraba a la economía solidaria como una vía alternativa de los sectores marginados y excluidos para hacer frente a su oprobiosa realidad, con la investigación pude darme cuenta –muchas veces gracias a mi director de tesis y otras veces por regalo de mis tutores, la planta de doctores o mis propios compañeros- que la complejidad era parte consustancial de la realidad de esta socio-economía. Frente a ello me vi retado frecuentemente a reconsiderar mis nociones, conceptos, categorías e, incluso, los casos de estudio. Finalmente, fue la honestidad de todos –en efecto, “un todos” involucrados en torno a nuestros problemas de investigación- lo que me permitió ubicar como supuesto o hipótesis de partida que si la economía solidaria tenía algo alternativo que ofrecer al mundo para su transformación era -con toda su humildad y marginalidad sistémica- su “emergencia embrionaria”, por un lado, y su radical valoración de la “reciprocidad”, por otro. Es decir, si estas experiencias están siendo alternativas contra hegemónicas embrionarias de resistencia y liberación desde abajo como prefiguración de “otra economía”. Y para ello me apoyé en mis supuestos: la Ecosol como “emergencia-embrionaria”, la Ecosol como “pluralidad y diversidad”, la Ecosol como “gestación de un movimiento social de carácter glocal”. Bajo una metodología de investigación basada en “procesos” como expresión

del

pensamiento

complejo

y

sus

principios

–dialógico,

recursivo

y

hologramático-, y utilizando la comparación como método para el análisis de casos micro y macro, me sumergí en el trabajo de campo en búsqueda de la información más pertinente que me permitiera clasificarla, sistematizarla y compararla con el fin de conocer mejor e interpretar más adecuadamente el fenómeno de estudio.

Hoy, con este trabajo quiero afirmar que, en efecto, con todas sus contradicciones y miserias –dependiendo de cada caso, existencia de una gestión socio-empresarial deficiente, corrupción, dispersión de esfuerzos y falta de articulación de cadenas de valor solidario, problemas de gobernabilidad por exceso de o escasa democracia interna, entre otras- la economía solidaria latinoamericana representada en estos seis casos micro (la UCIRI de Oaxaca, México, y la APG de Charagua, Bolivia, como experiencias indígenas; la URAC de Querétaro, México, y la COOPAN-UST de Capela, Brasil, como experiencias campesinas; y TRADOC de Jalisco, México, y la UST de Avellaneda, Argentina, como experiencias de trabajadores auto-gestionados) es portadora, gracias a su resistencia y liberación, de esa emergencia-embrionaria en tanto prefiguración de otra economía: nada 9

más, pero también, nada menos. Embrionaria en su capacidad de auto-gestionar sus empresas y emprendimientos, sin importar su tamaño y envergadura. Embrionaria para generar redes de valor solidario –no el valor de cambio dominante en el sistema capitalista, sino el valor de uso, el valor del trabajo, el valor de la naturaleza, el valor de la reciprocidad y el valor de la identidad colectiva-. Embrionaria, también, para despertar la conciencia ciudadana y exigir los derechos correspondientes, desde abajo, convocando y exigiendo al Estado su respeto y protección. Embrionaria, porque la economía solidaria es capaz de incorporar más plenamente a las mujeres, con mayor libertad y decisión, más participativas y seguras de sí mismas. Embrionaria, ya que cada vez más la conciencia ambiental es parte de ella misma, de sus discursos y sus prácticas, de sus apuestas estratégicas, del reconocimiento a la maternidad de la tierra. Embrionaria, porque no se queda en la comunidad ni se agota en lo local sino que se proyecta a sí misma generando redes, movimientos, acciones colectivas, alianzas plurales y globales. Embrionaria cuando es capaz de rehacer la unidad de un pueblo originario, de convocar su historia, de recuperar sus imágenes y sueños, de levantarse de las cenizas sociales para gritar de nuevo al mundo su digna identidad y autonomía. Embrionaria, en fin, en la construcción de un nuevo movimiento social de carácter glocal construido poco a poco “desde abajo” pero, también, despertando cada vez más simpatías y apoyos “desde arriba” -a partir de empresarios privados y Estados nacionales capaces de percibir que la ECOSOL contiene elementos socioeconómicos importantes y que requiere del impulso de políticas públicas específicas como acontece con los sectores público y del capital de la economía- como queriendo decir al mundo que “Otra economía” -una “Bio-economía”- es posible, como posible y necesario es también “Otro mundo”.

Es preciso señalar, sin embargo, que estas cualidades no se dan en todas las experiencias de forma simultánea ni todo el tiempo, sino en medio de contradicciones permanentes, en un ir y venir, con altas y bajas, con flujos y reflujos: la superación del patriarcado y la equidad de género, por ejemplo, siguen siendo un desafío para todos los casos a pesar de sus avances, o la necesidad de generar alternativas reales de empleo y de proyecto de vida digno para los jóvenes en torno a sus proyectos. Pero también es otro reto en algunas organizaciones ampliar su capacidad de lucha y movilización para la conquista de derechos y la transformación del Estado. Dicho de otra manera: no se trata de experiencias perfectas de la Ecosol, como lo anuncia la teoría, pero tampoco de realidades desechables por sus fallos e impurezas, como denuncian sus detractores. De 10

ahí que su emergencia embrionaria sea como todo en la vida social: un brote apenas que deberá decantarse en el tiempo y el espacio para ganar pre-dominancia, ya sea en forma gradual o acelerada, y corregir las desviaciones en que muchas veces incurre en la práctica.

Pero en este recorrido micro-macro, además de las experiencias micro estudiadas, a nivel macro realicé un análisis e interpretación de las tendencias nacionales en México, Brasil, Argentina y Bolivia. La selección de estos países no fue casual, sino que tenía que ver con sus características particulares: México, cuya centralidad de estudio era obvia por razón de mi origen, así como un país con un fuerte movimiento campesino como Brasil, un país con un movimiento poderoso de empresas recuperadas por los trabajadores como Argentina y, finalmente, Bolivia, un país con una alta tasa de población indígena y con un fuerte movimiento originario autonomista. Las tendencias nacionales de tipo general que descubrí en ellos dan cuenta de los esfuerzos estructurales por “destruir o debilitar” la Ecosol como en el caso mexicano, de “conservar” la Ecosol como en el caso argentino y de “recuperar y hacer crecer” la Ecosol como en los casos de Brasil y Bolivia. Como veremos en los capítulos finales, estas tendencias quedan tipificadas como “Adaptativa Dominante Oportunista” en el caso de México y corresponde a un país que sigue apostando a una profundización del modelo neoliberal con severas consecuencias para la Ecosol, la tendencia argentina como “Adaptativa Dominante Complementaria” dada su relativa apuesta post-neoliberal, y la tendencia “Emergente Utópica Transicional” en los casos de Brasil y Bolivia, los cuales van poniendo las bases estatales o constitucionales para la creación de un subsistema de economía solidaria.

Gracias a lo todo anterior, decía al inicio de estos párrafos, me convertí en un testigo privilegiado, atento, gozoso, sorprendido y agradecido en el transcurso de mi viaje de estudio –no sólo geográfico, sino académico-. Las páginas que siguen dan cuenta de este viaje.

El documento contiene, entonces, una recuperación completa del proceso de investigación y sus contenidos. Se encuentra dividido en tres partes. La primera está dedicada a la construcción del problema de investigación y contiene tres capítulos: una contextualización de la ECOSOL en el mundo y América Latina, el marco teóricoconceptual que guía y orienta la investigación junto con la propuesta metodológica y 11

termina con una presentación de los casos de estudio, tanto de las experiencias micro como los macro-nacionales. La segunda parte se refiere a la construcción de alternativas de economía solidaria mediante el análisis de sus procesos-bucle desde las esferas – económica, política y social- y las dimensiones –ambiental, de género, glocal y culturalidentitaria, de manera que en ellos se realiza el análisis comparado micro-micro entre organizaciones y micro-macro/nacional. Finalmente, la tercera parte, integrada por tres capítulos, contiene las tendencias de la ECOSOL como una tipología de la acción y la construcción de un nuevo movimiento social. Al final termino con algunas conclusiones y reflexiones provisionales que permiten vislumbrar las emergencias, aportes, limitaciones y retos que las economías alternativas de la ECOSOL aportan a la América Latina de hoy.

En resumen, de acuerdo con el resultado de este trabajo de investigación, he intentado interpretar y comprender el fenómeno de la economía solidaria en América Latina desde las teorías de la complejidad y mediante un estudio comparado de seis casos micro –tres experiencias mexicanas y tres más por Brasil, Argentina y Bolivia- y los cuatro casos macro-nacionales que me han permitido conocer cómo es que ellas se constituyen en alternativas de resistencia y liberación frente a la economía convencional capitalista, en tanto prefiguración o embriones de otra economía-mundo más justa, recíproca, digna y sustentable. Para ser consecuente con lo anterior, debo reconocer que mi esfuerzo de interpretación y comprensión resulta todavía embrionario y que deberá ser profundizado desde la descolonialidad del poder y del saber con alternativas de Ecosol anti-sistémicas o radicales construidas “desde abajo”, pero también con experiencias surgidas “desde arriba”, como podrían ser los casos de las cooperativas impulsadas históricamente por los Estados en diversos países latinoamericanos, y cuya expresión y relevancia actual podrían serlo las diversas cooperativas venezolanas y las agropecuarias cubanas.

12

Primera parte

Construcción del problema de investigación: las economías solidarias latinoamericanas y sus contextos nacional y global.

13

Capítulo 1. Contexto mundial y latinoamericano de la Ecosol. La Economía Solidaria forma parte del entramado socioeconómico en que está inserta y desde su propia realidad establece relaciones dialógicas con dicho contexto como unidad amplia y contradictoria. De ahí que en este apartado se pretende dar cuenta de los hallazgos contextuales en relación a la ECOSOL y sus múltiples prácticas en el mundo, particularmente en América Latina y México. Se inicia con una caracterización general de estas prácticas para proceder después a describir su presencia en el mundo y sus articulaciones diversas en las redes sociales y académicas que la constituyen como movimiento social emergente. 1.1 Caracterización de la ECOSOL.

La actual diversidad de prácticas de la Ecosol es enorme y tiene sus raíces históricas desde hace siglos. Si desde inicios del siglo XIX surgen las primeras experiencias de economía social por medio de las mutualidades de trabajadores, para fines del mismo siglo este tipo de economía había impulsado e incorporado ya a las organizaciones cooperativas y asociaciones de servicios comunitarios de todo tipo. Sin embargo, no es sino hasta las últimas décadas del siglo XX, en coincidencia con el ascenso del modelo neoliberal como dominante en el mundo y las reformas de ajuste estructural impuestas a los países del Sur Global, cuando asistimos al surgimiento y propagación de innumerables prácticas de colaboración solidaria en el campo de la economía, entre las cuales se destacan: la renovación de la autogestión de empresas por parte de los trabajadores, el fair trade o comercio con justicia y solidario, las organizaciones solidarias de marca y etiquetado, la agricultura ecológica, el consumo responsable o crítico y el consumo solidario, los sistemas locales de empleo y comercio (LETS), los sistemas locales y redes de trueque (SEL), los sistemas comunitarios de intercambio (SEC), los sistemas locales de intercambio con monedas sociales, la economía de comunión, los sistemas de microcrédito, los bancos del pueblo y los bancos éticos, los grupos de compras solidarias, los movimientos de boicots, la difusión de programas de software libres, entre otras prácticas de economía solidaria. Se trata de un número muy significativo de organizaciones que desarrollan estas prácticas y que, en su conjunto, cubren los diversos segmentos de las cadenas productivas (consumo, comercio, servicio, producción y crédito) integrándose también, cada vez más, a acciones conjuntas en red, al tiempo que

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otras ya actúan de esta forma desde hace más de tres décadas.

La matriz que se propone enseguida contiene una caracterización de las prácticas de la Economía Solidaria en el mundo actual. Se trata de un intento de sistematización personal que recoge el reconocimiento que de dichas prácticas hacen diversos estudiosos y promotores en América Latina (incluyendo al Chantier de L‟Économie Sociale de Quebec, a José Luis Coraggio y Humberto Ortiz Roca, entre otros).

La economía social y solidaria puede ser caracterizada desde diversas miradas:

Desde las esferas de la economía en que se inserta (la producción de bienes y servicios, el intercambio, el consumo y otras formas de hacer economía); A partir de su producción de sentido, es decir, a partir de los valores, principios, significados, normas y tradiciones que la impulsan; Por el tipo de prácticas, las cuales se traducen en las estrategias concretas como las personas y los colectivos hacen frente a sus necesidades y proponen formas concretas para enfrentar sus problemas; Desde los sujetos, actores, instituciones y formas organizativas que adoptan para llevar a cabo sus estrategias; Por el tipo de proyecto que están impulsando, con sus alcances y limitaciones y; Finalmente, a través de las diversas escalas territoriales de su acción como sujetos. Cuadro N° 1.1: Caracterización de prácticas de la economía social y solidaria Esferas de

Valores

Tipo de

Sujetos/

Proyecto/

Escalas

la ESS

Principios

prácticas

actores

sentido

territoriales

Producción

Trabajo digno y

Autoconsumo

Bienes

estable (primacía

Agricultura

del trabajo y de

orgánica-

las personas

ecológica

sobre el capital),

Agroindustrias

de alternativas de

1.Locales

autogestión o

Industrias

Asociaciones

beneficio

(comunitarias,

cogestión

Artesanías

civiles

económico directo

municipales)

Seguridad social

Cooperativas de

(pensiones,

ahorro y crédito

Organizaciones

salud…)

solidario

rurales e

Financiamiento

Banca social,

indígenas de

2.Regionales

popular, ética,

base económica

subnacionales

Servicios

ético solidario

Cooperativas

Mutuales

1. Construcción

o inmediato

15

microfinanzas

(bajo múltiples

2. Construcción

Formación-

figuras

de redes y

capacitación

asociativas)

articulaciones

formal e

orgánicas

informal

Agencias de

sectoriales o

Investigación

desarrollo local

territoriales

tecnológica

(ADL)

(uniones,

Asesoría y

3. Nacionales

federaciones,

asistencia

Sindicatos y

técnica

fondos de

confederaciones) 4. Regionales

Recreación

pensiones

subcontinentales

Cuidado de

Intercambio

personas

Empresas

3. Impulso a

Cuidado del

recuperadas por

movimientos

medio ambiente

trabajadores

ciudadanos por derechos

5. Globales

Comercio con

Comercio justo

justicia

Trueque

Sociedades

Redes de

diversas no

Sur/Sur

colaboración

privadas

Norte /Sur Norte/Norte

solidaria Mercado abierto

Sistemas

Mercados

Locales de

4.Impulso a

solidarios

Empleo y

Movimientos

Moneda social

Comercio (LETS)

antisistémicos o no capitalistas

Encuentros de intercambio de

Sistemas

experiencias,

Locales de

sistematización,

Trueque (SEL)

reflexión

Consumo

colectiva

Integradoras

Consumo

Abasto y

sociales

responsable

consumo

Conservación de

Comedores

Emprendimientos

los recursos

populares

con inversiones

naturales y

Recliclaje

mixtas

armonía con el Redes de

medio ambiente Otros

investigación

Identidad,

Culturales e

autonomía,

identitarias

solidaridad,

Democracia

Fondos de

empoderamiento,

interna y

Inversión de

democracia

deliberativa en

Capital de

participativa,

esferas públicas

Riesgo

equidad, inclusión,

Cabildeo e

16

responsabilidad

incidencia en

social empresarial

Políticas

(RSE), resistencia

Públicas

a la dominación

Fuente: Elaboración propia con base enl Chantier de L‟Économie Sociale, José Luis Coragggio y Humberto Ortiz Roca, entre otros.

De esta caracterización, como conjunto, podemos extraer algunas reflexiones preliminares:

Su enorme diversidad o pluralidad, expresada en cada una de las variables o miradas de análisis (desde la producción de bienes y servicios hasta los esfuerzos de intercambio-aprendizaje de experiencias); Su integralidad o amplitud, de manera que la Economía Social y Solidaria no se restringe al campo de la economía, sino que intenta abarcar los diversos aspectos de la realidad compleja para su transformación (economía, sociedad, cultura, política) en un horizonte de sentido, tanto en sus valores (solidaridad, don, justicia, equidad, responsabilidad, etc.) hasta su incidencia en política o su participación sub-política; Su capacidad de innovación de la tradición, dado que incorpora diversas necesidades y les hace frente mediante estrategias creativas, novedosas (por ejemplo, la moneda social, el trueque o la asociación con empresas privadas socialmente responsables, entre muchas más); Su carácter incluyente, particularmente de los sectores marginales, discriminados o excluidos (mujeres, indígenas, afroamericanos, trabajadores, desempleados o subempleados, entre otros); Su articulación local-global, en la medida que la economía solidaria mantiene un pie en las estrategias particulares locales pero, también y al mismo tiempo, otro en las dinámicas globales. 1.2 Las alternativas de la Economía Social y Solidaria: su presencia actual y peso en el mundo.

Frente al contexto señalado y la tipología propuesta anteriormente, una mirada rápida a la economía social y solidaria en el mundo nos arroja datos relevantes. Veamos algunos 17

ejemplos exclusivamente cuantitativos que, sin dejar de ser importantes, no alcanzan a expresar su enorme complejidad actual y las contradicciones de la misma.

De acuerdo con la Alianza Cooperativa Internacional (ACI, 2010), en el sector cooperativo se calcula, por ejemplo, que existen a nivel mundial alrededor de 750,000 cooperativas, las cuales dan empleo a cerca de 100 millones de trabajadores y agrupan a más de 775 millones de socios. Tan sólo en Francia, país con una enorme tradición cooperativista, existen 21,000 cooperativas cuya producción representa ya casi el 12% de su PIB. Estas mismas cooperativas francesas emplean a más de dos millones de trabajadores. Por su parte, España cuenta también con un sector muy vigoroso de la economía social con 48,000 empresas de este tipo: en ella se involucran casi 10 millones de miembros, genera 87,000 millones de euros anualmente y genera cerca de 2.3 millones de empleos. En Italia sucede algo similar, dado que en dicho país existen 62,000 cooperativas de todos tipos con aproximadamente 10 millones de socios y un millón de empleos fijos. Su contribución la PIB nacional es, además, muy significativo, con 105,000 millones de euros por año, lo que representa un 3% del total. Otro ejemplo europeo lo constituye Portugal, en donde sus 3,184 cooperativas generan el 5% del PIB nacional.

El mismo reporte indica que América Latina es también una región con significativa presencia del cooperativismo: Argentina, por ejemplo, tiene en la actualidad 8,100 cooperativas que agrupan a más de 9 millones de socios y, por su parte, Brasil tiene más de 7 mil de ellas con 5.7 millones de socios. La Organización de las Cooperativas Brasileñas (OCB) agrupa a las cooperativas que en el 2009 facturaron 44.25 mil millones de dólares y exportaron un total de 3.6 mil millones de dólares.

El análisis de otras regiones nos dice que los Estados Unidos registran a cerca de 150 millones de socios cooperativistas agrupados en 27,600 empresas de este tipo, y que en la India más de 183 millones de personas son socias de 446,800 cooperativas. Por su parte, en oriente encontramos que China también cuenta con cerca de 160 millones de socios cooperativistas y que Japón da trabajo a más de 380,000 trabajadores en las 5,700 cooperativas que asocian a más de 64 millones de personas. Asimismo, en países como Indonesia, Bangladesh o Vietnam, el sector cooperativo agrupa a millones de socios (35 millones, 7.5 y 20 millones de personas, respectivamente).

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Pero el sector de la economía social en el mundo integra también a las mutuales de seguros. Sólo por poner algunos ejemplos, encontramos que Francia tiene más de 40 millones de socios mutualistas, mientras que Holanda y Bélgica poseen a su vez más de 5 millones. Otros ejemplos son Algeria, en África, con más de 12 millones e Israel con 5 millones.

Las asociaciones constituyen otro segmento importante de la economía social y solidaria. Se calcula que en Europa Occidental este sector representa el 7% del empleo no agrícola (con 28% del empleo en educación, 27% de empleo social, 22% del empleo en salud y el 10% del empleo en cultura). Asimismo, las asociaciones dan empleo al 9.6% del total en Bélgica y en España al 4.5%, en donde trabajan más de 3.5 millones de personas.

Otros datos importantes los arroja un proyecto de investigación de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) sobre las 300 empresas cooperativas y mutuales de carácter global, estudio que representa el primer paso hacia el desarrollo de mejores estadísticas y bases de datos sobre los grandes negocios cooperativos y mutuales. La lista, que se basa en el volumen de negocios, resalta el hecho de que las 300 empresas cooperativas y mutuales son de importancia mundial. Usando los datos del 2004, la investigación demuestra que, en conjunto, estos negocios tienen ventas combinadas de casi $1,000 billones (USD). A modo de comparación, Canadá, la novena economía más grande del mundo, tuvo un producto interno bruto de $979 billones.

Entre las 10 empresas mutuales y cooperativas mayores en la lista preliminar de 300 Global (ACI: 2007), se encuentran a la cabeza dos de origen japonés y otras dos son francesas. Llama la atención, además, que la segunda mutual más grande del mundo se encuentre en los Estados Unidos.

Para el caso mexicano, nuestro país tiene una larga pero penosa historia de experiencias de economía social y solidaria. Con cientos de miles de socios, sin embargo, se trata de iniciativas muy dispersas y desarticuladas entre sí, además tener diferencias importantes entre sus actores, redes e instituciones. En este sector podemos ubicar al movimiento cooperativo (finanzas, abasto y comercialización, producción, consumo), además de la vertiente de las asociaciones y las mutuales. En el medio rural, bajo numerosas figuras jurídicas (ejidos, uniones de ejidos, asociaciones rurales de interés colectivo, sociedades 19

de producción rural, cooperativas, entre otras) se distinguen también una enorme cantidad de organizaciones de carácter social que tienen por objeto apoyar la producción, comercialización e industrialización de sus productos, ya de granos básicos o de café, leche y otros productos agropecuarios. Así, si en América Latina el sector de la economía social participa del 2.23% del empleo no agrícola, en México representa solamente el 0.44%. Con todo, no existe en México una información estadística confiable respecto de la economía social, sin embargo se calcula que el sector de la economía social comprende alrededor de 47,000 empresas asociativas solidarias, que aglutinan a cerca de 8 millones de socios. Esto representaría el 18% de la población económicamente activa del país. No obstante lo anterior, se debe tomar en cuenta que una gran proporción de los socios no son trabajadores, sino usuarios de estas empresas, como ocurre en las cooperativas de ahorro y préstamo4. Si bien podemos hablar de la existencia de un número significativo de actores socioeconómicos, se trata todavía -a pesar de algunos esfuerzos de articulaciónde un sector con unidades aisladas y con poca interacción: productores, consumidores y sus cooperativas, cajas de ahorro y crédito- con cerca de tres millones y medio de socios-, grupos ecológicos y de salud alternativa, organizaciones civiles, organizaciones campesinas y ejidales, los cuales podrían agruparse analíticamente en cuatro grandes rubros: el agrario, el cooperativo, el de sociedades de solidaridad social y el de agrupaciones de carácter civil. (Villarreal, Monroy y Vietmeier, 2008: 3-4).

Sin embargo, un aire refrescante empieza a fluir por los diversos paisajes mexicanos. Anualmente se realizan Encuentros Nacionales de economía solidaria promovidos por las organizaciones de base (se han realizado nacionales en Ciudad de México, Aguascalientes, Michoacán, Chiapas y Tlaxcala), pero también empiezan a realizarse encuentros estatales en algunos estados del país (como Querétaro y Oaxaca). Las redes mexicanas de tianguis y mercados orgánicos son también parte de estos paisajes, así como las ferias de comercio justo que se realizan anualmente en algunas ciudades del país, entre las que destaca la feria Ecosol de Dolores Hidalgo, en Guanajuato 5. Asimismo, experiencias novedosas de articulación los constituyen el Consejo Superior del Cooperativismo (COSUCOOP) –que agrupa a las más importantes cooperativas de 4

Tan sólo la Caja Popular Mexicana agrupa a más de 1.2 millones de ahorradores. Destacan entre ellas la Red Mexicana de Tianguis y Mercado Orgánicos (promovida por la Universidad Chapingo) con presencia en Cholula, Tlaxcala, Guadalajara, Oaxaca, Xalapa; la Red Purépecha de Trueque con sede en Pátzcuaro, Mich.; la Red de Género Economía en Sonora y la Red de Economía Popular y Solidaria, REPS. 5

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producción, abasto y finanzas sociales del país- y cuya integración aconteció en abril de 2010 y el Consejo Mexicano de Empresas de la Economía Solidaria (CMEES), integrado por algunas de las principales asociaciones civiles promotoras de la Ecosol en México y con una existencia que viene de principios del 2007. Por su parte, el Fondo Nacional de Empresas Sociales –FONAES- ha realizado dos foros internacionales de Economía Solidaria (2002 y 2004) y desde hace años organiza sus ferias anuales de productos de las empresas sociales que apoya. Asimismo, el Consejo Mexicano de Empresas de la Economía Solidaria –CMEES- ha organizado ya dos Foros Internacionales de Economía Solidaria y Legislación en vinculación con el Congreso Mexicano y en 2010 tiene pensado realizarlo en Michoacán, en vinculación con el Congreso Local michoacano.

Finalmente, desde la radicalidad indígena, el caso de los zapatistas es también una expresión de la Ecosol mexicana6. Para Bernard Duterme (2009: 24-25)7, sin embargo, el aspecto económico es el más complicado entre sus retos, dado que el clientelismo y asistencialismo estatal fueron eliminados en los territorios zapatistas desde 2003 pero reemplazados por la solidaridad no gubernamental nacional e internacional. Sin embargo, algunos

sostienen

que

los

zapatistas

no

han

logrado

promover

alternativas

socioeconómicas en sus comunidades y que la producción de sus alimentos básicos no alcanza a cubrir sus necesidades, mientras en otras regiones y comunidades chiapanecas los indígenas están luchando por construirlas. Por su parte, los zapatistas responden que los colectivos de producción agroecológica otorgan vida a la autonomía, en estrecha relación con los sistemas de educación y salud. 1.3 La Ecosol como abrigo y disfraz de prácticas capitalistas privadas. Sin embargo, es preciso señalar que “el régimen cooperativista” ha servido también en América Latina y otros países del mundo como estrategia de maquillaje de empresas 6

En 2003 unos 40 municipios zapatistas fueron repartidos en cinco caracoles o regiones autónomas: Oventic, Morelia, La Garrucha, Roberto Barrios y La Realidad. Para administrarlas se crearon las Juntas de Buen Gobierno en donde, por turnos, hombres y mujeres delegados de las comunidades asumen sus responsabilidades durante una o dos semanas funcionando de manera colectiva, horizontal y rotativa. Con esta forma de organización política los zapatistas han logrado reducir los índices de ausentismo escolar, desnutrición y mortalidad infantil. Respecto de la justicia se aplican los usos y costumbres. 7 Director del Centro Tricontinental (Cetri), Bélgica.

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privadas con fines no sólo lucrativos y capitalistas, sino incluso laboralmente perversos (Ruggieri, 2009: 30-31). Entre las diversas modalidades adoptadas de una pseudo Ecosol se pueden considerar las siguientes: a. El caso de las “cooperativas de trabajo asociado” que, bajo la modalidad de outsourcing, se contratan como prestadoras de servicios laborales para otras empresas. Se trata realmente de empresas capitalistas patronales disfrazadas de cooperativas de trabajo para eludir los derechos laborales de los trabajadores y servir a sus intereses más fácilmente. Sin dejar de estar presentes en diversos países de América Latina, al parecer su existencia masiva acontece en Brasil 8;

b. El caso de cooperativas que surgen como tales pero que, al paso del tiempo y con su crecimiento exitoso, terminan contratando a miles de trabajadores bajo los esquemas convencionales alterando las relaciones de producción entre socios cooperativistas y trabajadores asalariados –se pueden citar como ejemplos mexicanos a la Cooperativa Cementos Cruz Azul y la Cooperativa Pascual-;

c. Una modalidad novedosa por su reciente promoción es la vertiente de los negocios en “la base de la pirámide”. Esta corriente asume que las grandes empresas transnacionales se han enfocado básicamente a promover sus ventas entre los segmentos medio y alto de la pirámide social mundial, olvidando la base de la misma, que constituye a la mayoría de la población mundial. En dicha base, se asegura, existe un inmenso mercado dispuesto a adquirir productos. Y en combinación con la versión ideologizada de la Responsabilidad Social Empresarial, los negocios en la

8

El 90 por ciento de los 18,000 corteros que existen en la región del Valle del Cauca en Colombia -donde hay 198,000 has cultivadas de caña de azúcar para la producción de etanol y azúcar- está vinculado por medio de 23 cooperativas de trabajo asociado. Estas pseudo cooperativas se han fomentado bajo el paraguas de las políticas gubernamentales de “protección empresarial”, que constituyen un sistema de relaciones laborales paralelas a las establecidas en la ley en donde se impone un régimen contractual informal para la mayoría de trabajadores y trabajadoras que se desempeñan en las tareas más exigentes del proceso agroindustrial del azúcar. Estas “cooperativas de trabajo asociado” tienen su antecedente en Brasil, donde también en el sector alcoholero se diluye la responsabilidad del empleador por medio de la tercerización y de los subcontratistas denominados “gatos”. A través de este mecanismo se impone un régimen semiesclavista en las relaciones de producción y de trabajo del campo.

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base de la pirámide promueven redes de consumidores con el fin de adquirir a precios más bajos sus productos, beneficiando con ello a los pobres9;

d. La banca de microcrédito que opera con acciones de ahorro y crédito pero que es en realidad una banca privada con patrimonio propio enfocada al mercado de los pobres y donde la diferencia entre sus tasas activas y pasivas es enorme, casi sinónimo de agio10.

1.3 La Economía Social y Solidaria como movimiento: las redes, sus articulaciones y sus propósitos. Las descripciones anteriores dan cuenta ya de la importancia cada vez mayor –aunque sea tan sólo cuantitativa- de la ESS en el mundo y, por ello mismo, la necesidad de estudiarla y comprenderla. Sin embargo, su relevancia es mayor en la medida en que convergen en su interior nuevas dinámicas de articulación en redes, como una tendencia a agrupar, organizar y “sistemizar” las experiencias y emprendimientos de las ESS: frente al Foro Económico Mundial -impulsado por las elites de la economía capitalista tradicional y celebrado anualmente en Davos, Suiza- surgen redes a nivel nacional, continental y global que pretenden promover, posicionar o impactar al mundo con sus iniciativas de economía social y solidaria: entre ellos se destacan el Foro Social Mundial (FSM), la Red

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Un buen ejemplo de esta modalidad empresarial es el proyecto “Patrimonio hoy” de la empresa mexicana CEMEX. Impulsado desde más de diez 10 años, CEMEX asegura que muchos mexicanos de bajos ingresos se están beneficiando con el proyecto, en el que se brinda asesoría, materiales de construcción y acceso a crédito con el fin de atacar el déficit habitacional de 4 millones de viviendas que afecta a más de 20 millones de mexicanos. Con esta iniciativa se promueve la autoconstrucción, la reducción de un 60% del período de edificación, ahorros hasta de un 35% y se asegura el abasto oportuno de materiales. Patrimonio Hoy ha beneficiado a más de 200,000 familias, en 22 estados de la República Mexicana y está operando también en Colombia, Venezuela, Nicaragua y Costa Rica. El proyecto, asegura CEMEX, ha despertado interés en diversas instituciones académicas como la Universidad de Harvard, la Universidad de Michigan, el Tecnológico de Monterrey y el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE). 10 Banco Compartamos, una ex ONG mexicana reconvertida en banco privado que cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores, cobra tasas de interés anual del 81% a sus clientes. Banco Azteca es otro buen ejemplo de esta vertiente capitalista del microcrédito. Como parte del Grupo Salinas, Banco Azteca, con más de 1,500 sucursales en México y otros países latinoamericanos, posee más de 5.2 millones de cuentas de ahorro. Entre sus servicios ofrece tarjetas de crédito, créditos personales, préstamos para autos y otros tipos de crédito. Muy criticado también, las sucursales de Banco Azteca se encuentran ubicadas en sus tiendas del Grupo Elektra, donde se ofrecen planes de financiamiento para compras de sus clientes y donde cuenta con la información del record crediticio de tres millones de clientes, de los cuales una tercera parte no tienen acceso al crédito bancario.

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Intercontinental de Promoción de la Economía Social y Solidaria (RIPESS), los Encuentros de Mont Blanc y, de manera aún más reciente, la Red Iberoamericana de Economía Social y Solidaria (RIBESS), entre otras.

Si bien se trata de actores autónomos, son al mismo tiempo convergentes en varios espacios pero que tienen objetivos distintos: el Foro Social Mundial es más un espacio de intercambio de experiencias y de denuncia de la globalización excluyente; la RIPESS, se constituye como un espacio de promoción de la ESS y, finalmente, Los Encuentros de Mont Blanc- realizados anualmente en Francia-, pretenden que la Economía Social y Solidaria tenga cada vez más una mayor visibilidad e incidencia internacional, pretendiendo constituirse a la larga en una especie de contrapeso de Davos y escaparate de la economía social y solidaria mundial con acciones de relevancia transnacional.

Pero también existen las redes de investigación en torno a la Economía Solidaria, las cuales cada vez se extienden más en América Latina y a nivel global: centros de investigación especializados como el Centre International de Recherches et d'Information sur l'Economie

Publique, Sociale et Coopérative –CIRIEC- de Canadá y España; el

Movimiento Anti Utilitarista en Ciencias Sociales –MAUSS- con sede en Francia, la Sociedad para el Avance de la Socio-Economía –SASE-, la Red de Investigadores Latinoamericanos de Economía Social y Solidaria –RIPESS- que tiene su revista Otra Economía y una página web con biblioteca virtual y, en México, la Red Mexicana de Investigadores de Economía Social y Solidaria – REMIESS-, ligada a RILESS, y la Red Mexicana de Investigadores en Cooperativismo y Economía Social –REMICES-.

La existencia de estas redes del pensamiento y conocimiento de economías alternativas puede permitir la construcción de redes epistémicas que puedan hacer contrapeso al pensamiento económico neoliberal y convencional dominantes, como sucedió con la vertiente de Milton Friedman y la Escuela de Chicago.

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Capítulo 2. Construcción del problema de investigación: marco teórico-conceptual y metodológico. El capítulo anterior nos permitió contar con una ubicación contextual sobre la relativa importancia cuantitativa y cualitativa de las prácticas de la ECOSOL en el mundo actual y de la región latinoamericana. Pudimos observar que la ECOSOL se ha venido constituyendo en una trama compleja de relaciones de diversos tipos que pretenden reivindicar y vivir valores solidarios por medio de prácticas socio-económicas alternativas. En este capítulo, por tanto, se aborda básicamente una puesta en escena de la economía social y solidaria desde su pertinencia académica y social de investigación, así como los “supuestos o hipótesis” que orientan mi deseo de comprensión del problema o fenómeno de estudio. 2.1 La pertinencia social y académica de la investigación de la Economía Social y Solidaria.

Hemos visto en el Capítulo 1° que se trata de un número muy significativo de organizaciones que desarrollan estas prácticas de economía solidaria y que, en su conjunto, cubren los diversos segmentos de las cadenas productivas (consumo, comercio, servicio, producción y crédito) integrándose también, cada vez más, a acciones conjuntas en red, al tiempo que otras ya actúan de esta forma desde hace más de tres décadas. Así, el crecimiento mundial de estas redes pone de relieve el surgimiento de nuevas posibilidades para acciones solidarias estratégicamente articuladas con el objetivo de promover la búsqueda de alternativas frente al modelo económico dominante y excluyente, estrategias que comienzan a ser debatidas en los Foros Sociales Mundiales. En lo anterior estriba su relevancia social.

Pero al mismo tiempo, cada vez cobra mayor interés en los investigadores de las ciencias sociales el estudio de la economía solidaria, de manera que hemos visto en el capítulo anterior el crecimiento de las diversas redes y tendencias académicas abocadas a su análisis y comprensión11.

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Dada su gran heterogeneidad tanto en el norte como en el sur global y dependiendo de los intereses del propio investigador, en términos macroeconómicos la ECOSOL puede ser analizada en relación a su peso en la creación de riqueza y la acumulación de capital (y por tanto desde el punto de vista del producto interno bruto que genera en la escala nacional). Pero la ECOSOL puede ser medida también como un factor de

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Sin embargo, dado el interés de la presente investigación, mi mirada se centra en la complejidad de la ECOSOL y, por tanto, en las diversas dimensiones y procesos que como alternativa embrionaria la ECOSOL puede ir significando en el mundo, particularmente en América Latina. De ahí que un enfoque que considere los “diversos procesos” económicos, políticos, sociales, de género, territoriales, culturales y ambientales involucrados en dichas prácticas desde la construcción de redes de valor solidario anti-utilitarista, la demo-diversidad ciudadana y Estatal,

las redes sociales y

tejidos solidarios, la glocalización descolonizadora, la feminización equitativa, la sustentabilización ecológica y la resignificación cultural solidaria, requiere necesariamente de un entramado teórico-conceptual y de dinámicas de estudio que permitan acercarnos a la comprensión de su importancia y a sus posibilidades emergentes alternativas, no obstante su estado embrionario.

De manera que la heterogeneidad de prácticas y visiones de la ECOSOL en el mundo haga necesario distinguirlas para descubrir sus aportes específicos a las sociedades en que están insertas, por ejemplo, qué tienen en común las grandes cooperativas del norte con las multi-diversas e incipientes formas socio-económicas del sur global. Y en el sur mismo, su diversidad es también enorme. Sin embargo, un estudio que pretenda abordarla desde su integralidad y complejidad debe estimular la conjunción de diversas perspectivas disciplinarias, particularmente en un “diálogo inter o trans-disciplinario” o por lo menos “multidisciplinario” entre la economía, la política y los estudios culturales. Este es, finalmente, el abordaje a la ECOSOL como problema complejo de investigación en América Latina. 2.2 Supuestos e hipótesis de trabajo.

creación de empleo, y ello puede ser significativo para la economía en su conjunto. Por otra parte, la ECOSOL podría estudiarse desde la perspectiva microeconómica, es decir, a partir de las unidades empresariales y los circuitos en que participan: tanto en la esfera de la producción de bienes y servicios, como en el intercambio y en el consumo, respecto de gestión interna y su relación con el mercado (la demanda y la oferta de productos y servicios, de estructura de competencia, la determinación de los precios) o fuera de él, por medio de las acciones solidarias (el trueque, los apoyos mutuos, los vínculos entre comunidades y grupos).

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El recorrido realizado para ubicar con mayor precisión el problema de investigación no ha sido lineal, sino un proceso de idas y vueltas hasta obtener los supuestos siguientes. Luego de partir con algunas preguntas iniciales de investigación, opté por plantearme los supuestos iniciales desde los cuales quería abordar mi estudio. Así, en un esfuerzo por complejizar el problema (reconociendo como tal este fenómeno social), mis supuestos o hipótesis finales de trabajo quedaron expresadas de la siguiente forma:

Las experiencias de Economía Solidaria o ECOSOL (producción, distribución y consumo) en América Latina no constituyen un conjunto homogéneo, sino una heterogeneidad tal que hace necesario y deseable distinguir entre sus diversas prácticas dado que configuran tipos distintos de alternativas socio-económicas en la construcción de sentidos y valores que las orientan (prácticas culturales), en su manera de acercarse y actuar en la dimensión política, en su perspectiva de género, en su gestión del territorio y la relación con el medio ambiente;

La Economía Solidaria (ECOSOL) se constituye en América Latina, por tanto, como un espacio plural y complejo de esferas valorativas, en cuyo seno es posible encontrar prácticas contra-hegemónicas de resistencia y liberación desde abajo (promovidas desde la precariedad de los sujetos excluidos del desarrollo), para la construcción de alternativas de impacto inmediato -en la vida de las personas, colectivos, comunidades y géneros- y de movilización social trans-escalar (local-global), que contiene prefiguraciones (proyectos embrionarios con elementos emergentes o no dados) para otra economía hacia un cambio del sistema-mundo capitalista”;

La suma de estas prácticas no garantiza por sí sola la generación de cambios cualitativos en el sistema capitalista dominante (hacia otra economía) sino que requiere de una fuerte participación política de los ciudadanos, de alcance transescalar, en el ejercicio y exigencia de sus derechos pero, también, de cambios en las instituciones políticas y del Estado en su conjunto, para lograr constituirse en alternativa real en un horizonte temporal incierto presumiblemente de largo plazo; Conviene distinguir y contrastar estas prácticas en sus tendencias nacionales en América Latina para desvelar lo novedoso, lo emergente y no dado, en sus aportes específicos para la construcción de una economía realmente solidaria en tanto 27

economía alternativa en contraposición a las prácticas funcionales al sistema capitalista en su versión dominante; La Ecosol latinoamericana contiene elementos constitutivos que permiten considerarla como parte de un “nuevo movimiento social” de alcance global;

Con ello, estos supuestos o hipótesis finales se constituyeron en una guía referencial para orientar el sentido de mi estudio sobre la economía solidaria en América Latina de acuerdo con los intereses personales y sociales del problema de investigación. 2.3 Marco teórico-conceptual.

Las hipótesis o supuestos anteriores sugieren contar con un marco teórico-conceptual adecuado que permita aclarar –iluminar- el panorama en el acercamiento empírico al fenómeno de estudio. Los conceptos abordados quedan diferenciados entre centrales y complementarios. Los primeros resultan imprescindibles para realizar un análisis de la ECOSOL en su emergencia embrionaria, pero no agotan sus posibilidades de existencia. Otras nociones o conceptos adicionales permiten descubrir -aunque nunca de manera total- la integralidad analítica de las experiencias de la economía solidaria.

Así, partiendo de la noción de alternativas, es decir, de los elementos de la ECOSOL que permitirían considerarla como una “construcción alternativa” al sistema capitalista dominante, resulta pertinente proponer como “conceptos centrales”:

a. la economía solidaria y socio-economía del don, la solidaridad y la reciprocidad (esfera económico-mercantil); b. la demo-diversidad, la ciudadanía, la acción colectiva y los movimientos sociales (esfera política, del Estado y la ciudadanía); c. la construcción de tejido social como resistencia y liberación desde abajo (esfera social). Asimismo, se abordan como “conceptos complementarios transversales”: d. la des-colonialidad y la glocalización alternativa

(dimensión territorial trans-

escalar), e. la sustentabilidad ecológica (dimensión ecológica), f. género y patriarcado (dimensión de género) y

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g. las identidades colectivas y construcción social de sentido (dimensión cultural).

El Cuadro 2.1 (anexos) hace referencia, de forma sintética, a los conceptos trabajados en relación a las teorías que los soportan y los autores en que me apoyo, así como los autores estudiados en el Estado de la Cuestión.

Frente a la corriente económica dominante y ortodoxa de corte neoliberal del Consenso de Washington, con Williamson (1998) a la cabeza y su defensa fundamentalista del libre mercado y del individuo frente al Estado y la sociedad, hasta las posiciones más radicales anti-sistémicas como Holloway (2004) y su postura de cambiar el mundo sin tomar el poder, existen corrientes heterodoxas que critican el modelo neoliberal capitalista y reivindican las necesidades de regulación del mercado y de generación de políticas públicas activas desde el Estado y la sociedad, tanto en el ámbito nacional como global, con el fin de mejorar sus resultados en términos de un desarrollo sustentable con justicia y equidad: entre ellos destacan Stiglitz (2002, 2003, 2006), Sen (2002), Rodrik (2006) y, desde la responsabilidad social de las empresas, Perdiguero (2003).

Al mismo tiempo -desde el campo de la sociología y, por tanto, más allá de la disciplina económica-, las miradas alternativas desde el Sur y los de abajo en el marco de la glocalización tienen entre los pensadores más reconocidos actualmente a de Sousa Santos (2007ª y b, 2005, 2004, 2002), Quijano (2006), Sader (2007), González Casanova (2008 a y b, 2004, 2002 a y b), Mignolo (2007) y Zibechi (2007), entre muchos otros. Se trata de miradas que retoman el espacio-tiempo, la cultura, la hegemonía o dominación del sistema, pero también las resistencias y luchas de liberación de “los de abajo” y la necesidad de una “reforma a fondo” del Estado o al margen de él. Si bien existen coincidencias entre ellos respecto de la crisis del sistema-mundo capitalista, sus diferencias son importantes respecto a la forma de construir las alternativas de resistencia, liberación y de cambio social, particularmente en su relación con el Estado y las instituciones políticas. La geopolítica crítica (con Wallerstein, 2005) sirvió de marco para ubicar las referencias estructurales o sistémicas de la globalización realmente existente y sus aportes al conocimiento en torno al sistema-mundo como economíamundo capitalista.

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Estas miradas incluyen tanto a los pensadores del norte como del sur del mundo globalizado, coincidentes en la necesidad de una acción colectiva generadora de alternativas socio-económicas, políticas y culturales emergentes. Entre dichas posturas destacan quienes sostienen la necesidad de un cambio que genere desarrollo dentro del capitalismo para hacerlo más justo y equitativo, como quienes pugnan por un cambio radical del sistema (o anti-sistémicas). Entre estos últimos se reconocen dos posturas distintas: la conquista del poder político y del Estado para su transformación en un potencial instrumento transformador post-neoliberal o post-capitalista, pero también la de quienes piensan que el Estado es tan sólo una expresión y reproductor de las relaciones de poder capitalistas, de manera que lo necesario son sólo las acciones colectivas autónomas, capaces de generar nuevas estructuras y relaciones sociales desde abajo, es decir, de una nueva sociedad.

Sin embargo, más que hablar del capitalismo global resulta más apropiado hacerlo en referencia a “los capitalismos” realmente existentes, ya que el comportamiento del sistema-mundo capitalista no es homogéneo en su globalización, sino que contiene diversas manifestaciones y énfasis en el tiempo y el espacio. Entre las variantes del capitalismo se pueden distinguir desde el anarco-capitalismo hasta el capitalismo corporativo de las transnacionales, pasando por el capitalismo de amigos, el capitalismo financiero, el tecno-capitalismo, el tardo-capitalismo, el capitalismo de Estado o monopolista de Estado y el capitalismo neoliberal o de laissez faire. Tanto Stiglitz (2002, 2003, 2006) como Rodrik (2006) y muchos otros economistas dan cuenta de esta diversidad capitalista en la actualidad y de las estrategias seguidas en su procesos de integración y desarrollo: China y los tigres asiáticos con su pluralidad, por un lado, o la Unión Europea con

sus diferencias, por otro; pero también los países anglosajones,

latinoamericanos y los países africanos. El surgimiento del BRICS -integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- da cuenta de la manera plural en que los países emergentes y sus diferentes capitalismos se relacionan geoeconómicamente en los años recientes para impulsar su desarrollo. La crisis iniciada en 2008 en los Estados Unidos como una crisis financiera debido a las deudas hipotecarias o sub-prime ha venido evolucionando de manera diferenciada en el mundo globalizado hasta generar una crisis estructural -económica, energética, alimentaria, social, geopolítica y ambiental- que algunos consideran ya como una crisis sistémica terminal (Wallerstein, 2005) mientras

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que para otros se trata sólo de otra gran crisis sistémica que el capitalismo logrará superar.

Sin pretender agotar el tema, conviene ubicar algunas del las diferencias del capitalismo en los diversos países. Para el caso específico de América Latina, conviene destacar los cambios ocurridos en la región durante las últimas tres décadas, cuando el Consenso de Washington aplicó a la región sus recetas universales de ajuste estructural basadas en los principios de privatización (de empresas y bienes públicos), estabilización (contención de la inflación) y liberalización (comercial, laboral y de mercados financieros). Boron (2006) recupera los cambios acontecidos en los diversos países, partiendo de los países pioneros o primeros reformadores, los reformistas de la segunda oleada, los reformadores tardíos y, finalmente, los no reformistas: Las reforma económicas o de ajuste estructural en América Latina Reformas Económicas (o de Ajuste estructural)

Pioneros o primeros reformadores

Inicio temporal

Reformas iniciadas a finales de los años setenta y comienzo de los ochenta)

Reformistas de la segunda oleada

Reformas iniciadas a finales de los ochenta

Reformadores tardíos, o reformistas de la tercera oleada

Reformas iniciadas en los años noventa

No reformistas

Países

Revisiones a reformas

Bolivia, Chile, México

Bolivia inicia la revisión en 2006 con Evo Morales

Costa Rica, Ecuador, Jamaica, Trinidad y Tobago, Uruguay

Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala, Guyana, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Venezuela

Ecuador inicia la revisión en 2007 con Rafael Correa Uruguay inicia cambios en 2005 con Tabaré Vázquez Argentina inicia la revisión en 2003 con Ernesto Kirchner Brasil en 2003 con Lula da Silva Venezuela inicia la revisión en 1999 con Hugo Chávez

Haití, República Dominicana

Fuente: Adaptación propia con base en Sebastián Edwards (en Atilio Boron, 2006: 153)

En este contexto latinoamericano conviene destacar que, de los cuatro países motivo de mi estudio, tanto Bolivia como México forman parte de los países pioneros en sus reformas estructurales en a principios de la década de los ochenta, mientras que 31

Argentina y Brasil emprendieron sus reformas en la segunda oleada, es decir, en la década de los noventa. Sin embargo, luego de tres décadas de reformas estructurales de corte neoliberal tan sólo México permanece sin cambios sustanciales en sus apuestas y, más bien al contrario, su gobierno sigue apostando por la profundización a través de las reformas laboral, energética, etc.

Ante esta diversidad de capitalismos, una clasificación sugerente y actual nos la ofrece Jaime Preciado (2011). El autor distingue siete escenarios o modelos capitalistas divididos en tres categorías: los Modelos Neoliberales Ortodoxos, los Modelos Para-neoliberales y los Modelos No Neoliberales. En la primera categoría (Modelos Neoliberales) podemos encontrar al modelo Liberal Ortodoxo (fiel a los principios del Consenso de Washington) en donde se puede ubicar a México y a la mayoría de países latinoamericanos, así como a Inglaterra e Irlanda en Europa y a Australia en Oceanía. También se encuentra el modelo Industrial Renano (una combinación de Estados activos con políticas industriales, medidas sociales compensatorias y mercado comunitario) que adoptan la mayoría de los países de la Unión Europea. Por su parte, los países del sudeste asiático se inscriben en el modelo de Regulación Gerencial, tercero de los modelos Liberales Ortodoxos, y cuyas características principales consisten en contar con Estados articuladores de la relación tradición-cambio, políticas neoproteccionistas y una iniciativa privada protagónica, principalmente en el comercio.

En la segunda categoría de capitalismos (Modelos Para-neoliberales), Preciado distingue las Economías en Transición -con Rusia y el ex bloque soviético como principales representantes- las cuales combinan la liberalización económica con medidas sociales compensatorias ante su fracaso en la implementación neoliberal forzada-. Por otra parte, el establecimiento de alianzas político-diplomáticas, negociaciones y nuevos acuerdos con las instituciones financieras internacionales y una amplia diversificación comercial constituyen la esencia del modelo de Semi-periferia Reestructurada –con India, Sudáfrica y Brasil a la cabeza-.

Finalmente, en los Modelos No Neoliberales (tercera categoría) se encuentra el modelo de Economías en Disputa, es decir, economías no necesariamente capitalistas y cuya 32

inserción internacional se basa en procesos neocoloniales – caben aquí Afganistán, Irak, Bosnia, los países petroleros y la República del Congo, entre otros-. Con reglas capitalistas adaptadas hacia dentro sobre bases socialistas, China, Cuba y Venezuela constituyen el modelo de Socialismo con Mercado, otra de las expresiones del modelo no neoliberal.

En el contexto anterior, una concepción no restrictiva del desarrollo nos permite, por tanto, ubicar la necesidad de incorporar a la economía solidaria ya como un componente del mismo referido a un cambio cualitativo de las sociedades capitalistas actuales -en sus diversas expresiones en tanto capitalismos-, pero también en las discusiones de tipo antisistémico, de modo que la economía solidaria podría ser una expresión de las luchas de resistencia en busca de un cambio de sistema económico o post-capitalista. a. Economía solidaria: la presencia del don, la solidaridad y la reciprocidad. En el marco anterior, conviene rescatar de nuevo las principales corrientes teóricas –tanto antropológicas como económicas y sociológicas, entre otras- de las que abreva la ECOSOL. Este pensamiento va configurando un nuevo paradigma, cuyas raíces se encuentran en la crítica a los principios del pensamiento económico liberal. Entre los autores más destacados destacan Mauss (1925), Polanyi (1976, 1979), Bourdieu y Etzioni (2006), en tanto cientistas sociales que van dejando escuelas de pensamiento social alternativo y sirven de base conceptual para los estudios de la ECOSOL.

Podemos decir, en resumen, que la economía social y solidaria es un conjunto de prácticas que tienen por origen diversos factores: las ideas marxistas y de los socialistas utópicos del siglo XIX (con impacto en las cooperativas, mutuales y organizaciones sindicales de los trabajadores asalariados); desde la vertiente religiosa, la doctrina social de la Iglesia de los siglos XIX y XX y la Teología de la Liberación en América Latina a partir de la década de los 60´s; las propuestas de educación popular impulsadas por Paulo Freire y otros educólogos también en América Latina; la antropología étnica de Marcel Mauss y su concepto de reciprocidad junto con el concepto actual del antiutilitarismo; las consecuencias de las políticas neoliberales recientes, como son el crecimiento de la pobreza, la desigualdad, las migraciones, la precariedad del empleo junto con el desempleo y subempleo- y la desarticulación de las cadenas productivas y 33

comunidades. Pero, finalmente también, desde las minorías de todos tipos (étnicas, de género, rurales, urbano-populares, trabajadores asalariados, entre otras), donde se cree en la ECOSOL como una forma de bienvivir, de creación de identidad y sentido, de cohesión social y comunitaria. En la Figura N° 2.0 de los anexos es posible observar las diversas teorías de las que abreva el concepto de la Economía Solidaria, como Otra economía o Alter-economía. Dependiendo de las diversas tradiciones teóricas y disciplinarias como son el marxismo, la doctrina social de la Iglesia Católica, el socialismo utópico y la antropología étnica de Marcel Mauss, nuevas propuestas conceptuales tienden a fusionar conceptos alrededor de la Economía Solidaria para generar “encadenamientos conceptuales híbridos”: Economía Social y Solidaria, Economía Popular Solidaria, Economía Social Solidaria y Ecológica, Redes de Colaboración Solidaria, entre otras. Así, la ECOSOL cuenta con muy diversas definiciones, tanto en el norte –a partir de las prácticas canadiense, española y estadounidense, como el Chantier de L‟Économie Sociale (2005), el CIRIEC francés (2005) y la U.S. Solidarity Economy Network, respectivamente- como en el sur del mundo, con los aportes de José Luis Coraggio (2008, 2007, 2006abc, 2000); Marcos Arruda (2001), Paul Singer (2002), Luiz Inácio Gaiger (2004), entre otros. Desde el norte, la economía social (CEPES: 2007; Chantier de L‟Économie Sociale: 2005) es entendida como: “Las iniciativas económicas con base social fundadas en los siguientes valores: servicio a los miembros de la comunidad más que a la generación de ganancias; administración y gestión autónoma (no controlada por el gobierno o el mercado); organización empresarial con vocación de gestión participativa y toma de decisiones democráticas; primacía de las personas y del objeto social sobre el capital; aplicación de la mayor parte de los excedentes a la consecución de objetivos para el interés general, de sus miembros y el desarrollo sostenible; basada en los principios de solidaridad, responsabilidad, participación y empoderamiento.”

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Por su parte, desde el sur, la economía solidaria o economía de la solidaridad también cuenta con una enorme diversidad de acepciones, pero podemos afirmar que intenta ser una respuesta a la falta de actualización de la economía social. Por esta razón, los estudiosos latinoamericanos del tema (Coraggio en Argentina, Razeto en Chile, Mance, Arruda, Gaiger y Singer en Brasil, Guerra en Uruguay, Hinkelamert en Costa Rica, Quijano en Perú, por citar algunos) coinciden en afirmar que se trata de: “Una búsqueda teórica y práctica de formas alternativas de hacer economía, basadas en la solidaridad y en el trabajo. Su principio o fundamento es que la introducción de niveles crecientes y cualitativamente superiores de solidaridad en las actividades, organizaciones e instituciones económicas, tanto a nivel de las empresas como en los mercados y las políticas públicas, incrementa la eficiencia micro y macroeconómica, además de generar un conjunto de beneficios sociales y culturales que favorecen a la sociedad”. (Razeto, 2006: 1-4)

Otra definición, sostenida por el brasileño Marcos Arruda en el IV Foro Social Mundial, es la siguiente: “La economía solidaria es una forma ética, recíproca y cooperativa de producir, intercambiar, financiar, consumir, comunicar, educar, desarrollarse, que promueve un nuevo modo de pensar y de vivir”.

Hemos afirmado que en la base de estas definiciones de la ECOSOL se encuentran diversos antecedentes teóricos (Mauss, Polanyi, Etzioni, entre otros). En el caso de Polanyi (1976, 1989), se trata de la distinción entre dos conceptos diferenciados en economía: el formalista y el sustantivista. El primero, o formalista, es el utilizado por la mayoría de los economistas contemporáneos y se sitúa en relación al libre mercado y a la elección racional entre recursos escasos para fines alternativos, como un componente central de la economía y se le considera como la única vía en la historia para la satisfacción de las necesidades materiales. El segundo, o sustantivista, se centra en la subsistencia, en la satisfacción de las necesidades materiales, de manera que Polanyi propone tres formas de integración social distintas entre sí: la reciprocidad –que presupone igualdad entre las partes -, la redistribución de recursos –en tanto apropiación hacia el centro y luego al exterior- y el intercambio de mercado –de la economía 35

capitalista-. Es en la vertiente de la reciprocidad de la concepción sustantivista en donde abreva el pensamiento de la economía solidaria.

Por otra parte, el pensamiento de Marcel Mauss tiene una fuerte influencia en la ECOSOL. Mauss estudió el significado social del don en las sociedades tribales y fue el inspirador de toda una parte de la reflexión sobre la antropología económica. Así, demuestra que el don es reciprocidad porque al crearse un vínculo no mercantil (intercambios no remunerados ni trocados), crea un vínculo social obligando a quien lo recibe, de manera que sólo se puede liberar por medio de un contradon. Para Mauss, el don es esencial en la sociedad humana. Su pensamiento es profundizado por el Movimiento Anti-Utilitarista en Ciencias Sociales (MAUSS), el cual realiza una crítica radical al interés individual y egoísta de la teoría económica clásica como principio y motor para la obtención del interés general (Caillé: 2003). En el mismo sentido que Mauss, García Durán (2007) defiende la fraternidad –como valor y práctica social- por su cercanía con el don, la reciprocidad y su imperiosa necesidad actual, en un tiempo de globalización, dado que es generalizable a la naturaleza, a las redes de parientes y amigos y a toda la sociedad (si tiene como resultado la reciprocidad en serie, puede tener un efecto multiplicador en un proceso epidemiológico, donde el donante del regalo original se convierte en un foco de infección de benevolencia). El autor afirma que en este proceso se van construyendo alternativas que se vienen coordinando en la red global de socio-economía solidaria iniciada en el Foro Social Mundial. De esta corriente del pensamiento económico que trasciende sus fronteras se alimenta también la economía solidaria.

Así, la reciprocidad se convierte en una noción central para la ECOSOL. Sus componentes principales son (Caillé: 2003): Dar, como dación (don); Recibir, como obligación (ob-ligar) y Devolver, como devolución (contra don). La triada maussiana, enriquecida por muchos otros autores del MAUSS y latinoamericanos, es compatible con la concepción de la solidaridad, de manera tal que, desde una re-conceptualización de manera recursiva, propongo afirmar que en la ECOSOL: “La economía se solidariza y la solidaridad se economiza”

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La economía se solidariza, mediante el don, al romper con el interés individual y poniendo como principio la búsqueda del interés general; se pone como principio básico el bien común por encima del bien propio. Con ello, la economía se vuelve política, democrática. La solidaridad se economiza significa que, mediante el contradon, la solidaridad no se confunde con la caridad (la libertad de dar discrecionalmente), sino con la obligación (obligar) y la reciprocidad de unos con otros, administrada, institucionalizada e incluyente de todos.

Así, coincidiendo con Coraggio (1997), me resulta razonable optar por el término de Economía Solidaria para los fines de este trabajo de investigación, dada su cercanía con la construcción conceptual que domina en América Latina. Así, su definición de la ECOSOL parece, sintéticamente, la más completa y cercana a la relación entre sus fines y medios: “Es una forma de producir, intercambiar, consumir y distribuir la riqueza, centrada en la valorización del ser humano – y no en el capital-, que tiene como base la asociatividad y la cooperación, de tipo autogestionaria, con la finalidad de asegurar la reproducción ampliada de la vida”.

En esta definición se conjugan el qué, cómo y para qué de la ECOSOL: la reproducción ampliada de la vida, en tanto finalidad o PARA QUÉ, es cercana al bienvivir andino; la base asociativa y cooperativa de tipo autogestionaria nos remite a los CÓMOS de la ECOSOL, mientras que los procesos económicos centrados en la valorización del ser humano nos ubican en el QUÉ de la ECOSOL.

Por ello, dotándola de contenidos, Quijano (2008) propone que la reciprocidad pueda entenderse – en el contexto latinoamericano y de poder colonial/moderno- como: “(…) una reciprocidad que re-emerge y se re-expande como: a) organización de la producción, del intercambio o distribución, y reproducción; b) asociada a la comunidad como estructura de autoridad colectiva; c) igualdad social de los individuos dentro de la diversidad y de la heterogeneidad de identidades individuales y colectivas; d) horizontalidad de las relaciones entre los individuos de todas las identidades, comenzando con las diferencias entre los sexos y las 37

sexualidades; e) relaciones de uso y de reproducción con los otros seres vivos y f) una cultura de corresponsabilidad en la existencia del universo”. Se trata, al parecer, de lo que podríamos denominar como “Bio-economía”, una Economía de la Vida como propone Franz Hinkelamert (2008), en tanto una especie de altereconomía –o una “economía otra” a la manera de Quijano, Mignolo y Dussel”- que integra diversas dimensiones de la vida social: la recuperación del sujeto, la vida humana concreta para todos, tanto en las instituciones sociales y en las construcciones culturales. No en balde la biología, como es el caso de Humberto Maturana (2009: 18), sostiene que la naturaleza íntima del fenómeno social humano es su fundamento ético: “(…) la aceptación y respeto por el otro que está en el centro del amor como fundamento biológico de lo social”. Pero eso es precisamente lo que queremos analizar en el presente trabajo de investigación. b. Demo-diversificación, ciudadanía, movimientos sociales y Nuevo Estado como alternativas de participación socio-política. Para de Boaventura de Souza (2006b) –debido a la negación de los derechos ciudadanos y al debilitamiento del Estado por la globalización neoliberal- vivimos en una democracia de baja intensidad que urge reinventarse como “demo-diversidad”, es decir, reinventando algunas de las diversas formas democráticas, principalmente la relación entre democracia representativa y democracia participativa. Para poder efectuar esta complementariedad, de Souza sugiere tres vías de articulación: la relación entre Estado y movimientos sociales, la relación entre partidos y movimientos sociales y de los movimientos sociales entre sí. En ese sentido, de Souza sostiene que la cuestión no es tomar o no el poder, sino transformarlo mediante el uso contra-hegemónico de un instrumento hegemónico sobre la base de una articulación de acciones colectivas cada vez mayor, es decir, de pluralidades despolarizadas como acontece en el movimiento feminista y en el movimiento indígena12. 12

De Souza difiere de Holloway (2004), quien propone cambiar el mundo sin tomar el poder, lo que implica una lucha no centrada en el Estado y en la toma de poder del Estado y sí la necesidad de desarrollar estructuras y formas propias de hacer las cosas, es decir, el poder social frente al poder para dominar, el poder instrumental del capital. Al auto-crearse, esta sociedad dispondría de total autodeterminación y, por lo tanto, podría ser muy distinta a la del pasado. Y en concordancia con de Souza, pero desde una perspectiva socialista, González Casanova (2002b) reivindica la necesidad de impulsar las alternativas de una democracia universal participativa y representativa estrechamente asociada a la liberación y al socialismo.

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Y es en esta necesaria reinvención de la democracia donde de Sousa Santos (2006: 272275) inserta su noción del Estado como “novísimo movimiento social”. Así, frente a algunos autores de corte anti-sistémico y del pensamiento anarquista que ven la desaparición del Estado como la condición de posibilidad para una auténtica sociabilidad política (Zibechi, 2007; Holloway, 2004, entre otros), para de Sousa el Estado nacional requiere de una transformación radical que supone superar su actual debilitamiento respecto de su rol tradicional de regulación y garante del pacto social para pasar a conformar un conjunto híbrido de organizaciones redes y flujos sociales de todos tipos. De Sousa (2006: 272) lo expresa de esta manera: “La despolitización del Estado y la desestatalización de la regulación social inducidas por la erosión del contrato social indican que bajo la denominación de «Estado» está emergiendo una nueva forma de organización política más amplia que el Estado: un conjunto híbrido de flujos, organizaciones y redes donde se combinan y solapan elementos estatales y no estatales, nacionales y globales. El Estado es el articulador de este conjunto”.

Esta articulación híbrida -con el Estado como coordinador de múltiples intereses y no sólo de los intereses de unos pocos-, supone, para el sociólogo portugués, la posibilidad de pasar de la descentralización a la redistribución del poder, a una “democracia redistributiva” e incluyente (de Sousa: 2006: 274): “Si el Estado moderno asumió como propia y, por tanto, como interés general una determinada versión o composición de esos intereses, ahora el Estado se limita a coordinar los distintos intereses, unos intereses que no son sólo nacionales sino también globales o transnacionales. Esto significa que, en contra de lo que pueda parecer, el Estado está más directamente comprometido con los criterios de redistribución y por tanto con los criterios de inclusión y exclusión. De ahí que la tensión entre democracia y capitalismo, de urgente reconstrucción, sólo pueda reconstruirse si la democracia se concibe como democracia redistributiva”.

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De manera que, frente a un Estado y una sociedad debilitados por la globalización neoliberal, las nociones de ciudadanía y la acción colectiva en los movimientos sociales deviene fundamental porque la democracia redistributiva no puede quedar confinada dentro los márgenes estrechos de la democracia representativa, sino que requiere necesariamente de su ampliación hacia la democracia participativa: la demo-diversidad nuevamente. Lo cual significa apostar por una doble democratización: del Estado y de la esfera no estatal para reconstruir el espacio público de la deliberación democrática.

En este sentido, para Melucci (2001) la acción colectiva se concibe como un conjunto de prácticas sociales que: a) involucran al mismo tiempo a individuos o grupos; b) poseen características similares en la contigüidad temporal y espacial; c) implican un campo de relaciones sociales y d) cuentan con un sentido sobre que se hace o se va a hacer. Así entendida, la acción colectiva abarca una gran variedad de fenómenos empíricos como movimientos sociales, conflictos étnicos, acciones guerrilleras, manifestaciones de protesta, huelgas, motines callejeros, movilizaciones de masa, etc. Aunque se manifiesta como una unidad empírica, la acción colectiva es producto de procesos sociales múltiples y heterogéneos. De manera que, para el mismo Melucci (1994), no todo el campo de los movimientos sociales es antagonismo dado que existen movimientos sociales conservadores, reformistas y otros ambivalentes. Cuando son movimientos alternativos cuestionan el funcionamiento instituido del poder y por ello funcionan como espacios abiertos donde se hacen contratos continuamente renegociables.

Así, de acuerdo con el autor, si un grupo de interés se mueve en el terreno de la cooperación y un partido compite por el poder, la estrategia prioritaria de un movimiento social es la del conflicto: un conflicto identitario y un conflicto con el poder político. Es decir, un movimiento social busca y practica una identidad colectiva, para vivir conjuntamente una distinta forma de ver, estar y actuar en el mundo, de un sentido compartido, una forma común de interpretar y vivir la realidad13. Por su parte, de Souza (2004), en su sugerente libro “Democratizar la democracia” (2004), entiende que en esta 13

En el mismo sentido que Melucci, para Zibechi (2007) han estado surgiendo nuevos movimientos sociales en las dos últimas décadas, distintos a los tradicionales, particularmente en el sur del mundo y América Latina, caracterizados por cambios profundos y de larga duración que suponen un viraje radical respecto a períodos anteriores. Para ello, el autor propone la necesidad de un nuevo lenguaje, capaz de captar lo efímero y los flujos invisibles de las sociedades en movimiento, con su doble movimiento, la rotación sobre el propio eje y el traslado sobre el plano, son los dos modos complementarios de entender el cambio social: desplazamiento y retorno.

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etapa de la historia, “el Estado se constituye como un movimiento social en sí mismo”, de manera que los movimientos sociales tienen que atender también a la transformación del Estado para la búsqueda de cambios estructurales. Así, el pensamiento crítico y las prácticas transformadoras se encuentran tensadas entre temporalidades extremas de acción colectiva: prioridad al corto plazo y a la acción inmediata (táctica y reforma) o cambios civilizatorios a largo plazo (estrategia y revolución). Por ello, tomar el poder no es suficiente, es preciso transformarlo (de Souza, 2007).

De manera que para promover una demo-diversidad trans-escalar el concepto de ciudadanía se convierte en central. Hoy se reconoce que un ciudadano es quien, en una comunidad política, goza de derechos -y sus consiguientes obligaciones- civiles (libertades

individuales),

políticos

(participación

política

republicana)

y

sociales

(educación, salud, trabajo, vivienda, servicios contra la vulnerabilidad) (Cortina: 1997). De manera que entre el ciudadano y la comunidad política en sus diversos niveles – municipal, estatal o departamental, nacional o mundial- se celebra un pacto o acuerdo de pertenencia y participación que supone este reconocimiento de derechos y obligaciones en condiciones de inclusión igualitaria. Ahora bien, una forma de explicar la generación de ciudadanía es la de Marshall y su evolucionismo ciudadano, es decir, la generación de un continuum de los derechos civiles (liberales), a los políticos (republicanos) y finalmente a los sociales. Se entiende, así, la ciudadanía como proceso lineal y no como derechos construidos históricamente, una simplificación evolucionista de la ciudadanía como sinónimo de modernización y democratización (Procacci: 1999).

Sin embargo, el estado de la cuestión de la ciudadanía pasa por el reconocimiento de una serie de aspectos o temas –ejes estructurantes, dimensiones, procesos instituyentes, ámbitos territoriales y teorías principales- que le dan una mayor complejidad al planteamiento marshaliano. En este sentido, Ramírez Saiz (2007: 2) sostiene que: “El estado de la cuestión sobre la ciudadanía se articula en torno a cinco temas centrales: a) los ejes estructurantes: jurídico-político, socio-antropológico e institucional, b) las dimensiones implicadas: civil, política, social, económica y cultural, c) los procesos instituyentes de derechos y de ciudadanía: defensa, ampliación e innovación, d) el ámbito de vigencia y ejercicio: únicamente nacional

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o también local y mundial y e) las principales teorías que la abordan: liberal, comunitarista y republicana”.

En relación a las dimensiones de la ciudadanía, más adelante, el mismo Ramírez Saiz (2007: 4) señala: “Como es sabido, la civil remite a los derechos y obligaciones relacionadas con la igualdad ante la ley, la libertad de la persona, la libertad de palabra, pensamiento y culto, el derecho de propiedad y de realización de contratos. La política consiste en los derechos y responsabilidades de asociación y de participación en el ejercicio del poder político como miembro de cuerpos investidos de autoridad política (Ejecutivo y Legislativo) o como elector de los miembros de ellos. La social estriba en el derecho y los deberes vinculados al disfrute de un nivel de bienestar (vivienda, salud, educación, etc.) acorde con los estándares prevalecientes en la sociedad en la que se vive. La económica remite a la participación de los individuos, como trabajadores o empresarios, en las decisiones que, sobre economía, les afectan en la comunidad política a la que pertenecen (Cortina, 1997). La cultural se refiere al derecho y la obligación provenientes de la diversidad inherente a una sociedad abierta, con pertenencias múltiples en estados plurinacionales” (JMRS, p. 4).

Es posible afirmar, entonces, que el proceso de ciudadanía no ha sido lineal y ascendente en la historia, y menos aún su universalidad práctica o la existencia de una sola teoría que la fundamente. Además, en este esfuerzo de construcción ciudadana o de sus procesos instituyentes de creación, ampliación o innovación, los derechos y obligaciones desde la dimensión ambiental aún no han sido reconocidos oficialmente por la Organización de Naciones Unidas -ONU-14. Asimismo, desde la perspectiva de los pueblos originarios y su secular historia de explotación, exclusión, marginación y discriminación, conviene destacar que los derechos de los pueblos indígenas fueron finalmente reconocidos por la

14

Como parte de la lucha por el reconocimiento de los derechos de la Madre Tierra, el día 22 de abril de 2009 la Asamblea General de las Naciones Unidas en su 63ª sesión aprobó por unanimidad de que todo 22 de abril sea celebrado como el Día internacional de la Madre Tierra. Dicho proyecto fue presentado por el Presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma.

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ONU apenas en la primera década del presente siglo (mediante la Declaración del 13 de septiembre de 2007).

Por otra parte, resulta fundamental establecer las diferencias continentales en los procesos de institución de derechos dado que mientras que en el caso europeo aconteció un proceso histórico de construcción de ciudadanía de dos vías (Pérez Baltodano, 1997) mediante un diseño y control desde el Estado y desde la sociedad, en América Latina se vivió la ciudadanía estatal o estadanía, donde los procesos de participación política fueron diseñados desde el Estado para la defensa de un sistema de privilegios –conforme al modelo corporatista- y no como el resultado de conquistas de la sociedad contra el Estado. Más aún, producto de los remedios neoliberales, la anterior “estadanía” se debilita y transforma profundamente –Sader (2006), Castells (2005), Borón (2006), Lechner (2002)- con Estados debilitados externamente y con cada vez menor capacidad de acción en el plano interno, es decir, con el Estado y la sociedad convertidos en rehenes del mercado, propiciando desintegración y violencia social, democracia vacía de contenido, desaliento de la participación ciudadana y desarticulación de las redes de solidaridad social, entre otros fenómenos. Así, para la ECOSOL se vuelve fundamental la necesidad de una solidaridad ampliada –al interior de la sociedad-, pero también la transformación del Estado –democrático y respetuoso de la ciudadanía-.

Para ello, siguiendo a Coraggio (2006), de lo que se trata es cambiar las estructuras del sistema actual a favor de las mayorías, lo cual no se logra con programas unidimensionales y la suma de proyectos, sino con una estrategia consistente de políticas públicas articuladas y apoyada con recursos importantes, que a su vez implican un cambio de la correlación de fuerzas entre las mayorías y las minorías sociales. Y esto exige un Estado democrático, participativo, penetrado de los valores y criterios derivados del objetivo de reproducción ampliada de la vida de todos, de manera que en la esfera pública se dará entonces una confrontación entre las lógicas de la economía del trabajo y la economía del capital15 (Coraggio: 2007). En esta perspectiva, la ECOSOL es no sólo

15

Para Coraggio son necesarias alianzas de las múltiples formas de organización de los trabajadores con ciertas fracciones del pequeño y mediano capital en donde el asociativismo avance por sobre la competencia individualista.

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una respuesta a la negación de los derechos económicos ciudadanos o la ciudadanía económica (derecho al trabajo y a una jornada e ingreso dignos), sino también a las otras dimensiones de la ciudadanía: los derechos civiles, políticos, sociales, culturales y ambientales se vuelven fundamentales. No se puede restringir, por tanto, la ECOSOL a la mera ciudadanía económica. ¿Son los pobres ciudadanos? ¿No están más pobres los ciudadanos por el debilitamiento de la ciudadanía social? Se pregunta Procacci (1999). c. Socialización de alternativas de resistencia y liberación desde abajo.

La ECOSOL pretende constituirse, por tanto, en una de las expresiones de la autonomía del sujeto personal y colectivo mediante la construcción de alternativas frente a una estructura

homogeneizadora,

ultra-explotadora

y

determinista:

resistencia

social

liberadora que, en medio de sus propios límites y contradicciones, se apone a la dominación del sistema. Expresado recursivamente, las prácticas autónomas y emancipadoras de los sujetos de la ECOSOL permitirían una transformación gradual del sistema capitalista que suponen conflicto y diálogo desde la resistencia en el contexto de la glocalización excluyente y poscolonial, de la misma forma que el sistema genera brechas, márgenes y periferias de exclusión espacio-temporales determinados por ciertas reglas del juego en los campos específicos (sectores sociales, territorios, expresiones culturales) que la ECOSOL aprovecha y puede potenciar.

Pero, ¿en qué consisten las alternativas dentro o fuera del sistema capitalista? De acuerdo con González Casanova (2002, 2002b), las alternativas tienen las siguientes características:

La alternativa actual está hecha de muchas alternativas; Existe una alternativa compleja -justicia social, soberanía nacional y autonomía de los pueblos, representación y participación política, cultura de tolerancia, respeto a la diversidad y el pluralismo de todos tipos, equidad e inclusión- generada por las luchas por la democracia; Las alternativas tienen dos tipos de contradicciones: a. la amenaza a la acumulación de excedente y al orden establecido del poder o al sistema y b. el que se da en el interior de las fuerzas alternativas para luchar y construir un sistema alternativo o de transición; 44

Las alternativas reformistas tienen dos aspiraciones: a. las que tienden a cambiar las relaciones sociales opresivas e inequitativas a distintos niveles -locales, nacionales o globales- y b. las que no buscan modificarlas sustancialmente pero sí frenar algunas de sus peores tendencias; Desde una perspectiva del pensamiento complejo, el desarrollo futuro de las alternativas tendrá muy probablemente un carácter no lineal.

Por su parte, para de Sousa (2008) el Foro Social Mundial representa en la actualidad la mayor expresión alternativa –“otro mundo es posible” como una utopía de nuevo tipo-, distinta a la globalización neoliberal –cuya utopía conservadora consiste en que el único criterio de eficiencia es el mercado y sus leyes-. De manera que, sostiene de Sousa, para el Foro Social Mundial es más importante afirmar la posibilidad de las alternativas que definirlas y afirmar la posibilidad de una globalización contra-hegemónica, es decir, más como negatividad que como positividad. Se trataría de la afirmación de una pluralidad de alternativas: “hay alternativas a las alternativas y diversos mundos posibles”.

En esa perspectiva, conviene preguntarse si las prácticas de ECOSOL forman parte de esas alternativas y de qué manera. El futuro ofrece esperanza: como Lander y Montero (Lander: 2000), también para Coraggio (2008) los ríos subterráneos que corren por América Latina son condiciones promisorias a pesar de la hegemonía mundial dominante que a la larga pueden salir a la superficie y regar el todo social hacia una reproducción ampliada de la vida con justicia y dignidad: los estudios empíricos sobre las culturas comunitarias y anticoloniales de los pueblos originarios y los descendientes de esclavos, el socialismo de Mariátegui, la teología de la liberación, la educación popular freireana, la teoría de centro-periferia y de la dependencia, la cultura popular de la informalidad, entre otros. d. Glocalización alternativa y colonialidad del poder:

una glocalización des-

colonizadora.

Pero además de los conceptos de Economía solidaria, Demodiversidad y Socialización alternativa, una noción adicional que me interesa abordar desde la economía solidaria se refiere precisamente a las dinámicas de globalización y localización actuales. La articulación entre lo local y lo global –glocalización- cobra enorme relevancia en esta 45

discusión y tiene implicaciones importantes para la economía solidaria desde la mirada de las alternativas.

De acuerdo con Boisier (2005) y desde la perspectiva económica, una discusión relevante se da entre globalización y territorio: la globalización devalúa el territorio o lleva a una revalorización territorial. Una fracción importante del capital se está concentrando y centralizando a nivel de la economía internacional y las localidades, regiones e incluso países, están siendo rediseñados de acuerdo a la economía global y a sus principales actores: las empresas transnacionales. Por su parte, los localistas se apoyan en una supuesta reacción del consumo frente a la homogeneización de los bienes y servicios y a la respuesta de una parte de las empresas a través de la especialización flexible y de innovación adaptativa al cambio. Para el autor, sin embargo, ambos argumentos comparten la verdad. De manera que la síntesis se encuentre, para el mismo Boisier (2005), en el neologismo de Robertson del término glocal: pensar globalmente y actuar localmente (para la empresa) y pensar localmente y actuar globalmente (para el territorio).

Sin embargo, conviene distinguir entre globalización de-arriba-para-abajo y globalización de-abajo-para-arriba,

o

entre

globalización

hegemónica

y

globalización

contra-

hegemónica. De esta forma, lo que denomina de Souza (2007) recursivamente como “localismo globalizado y globalismo localizado” son globalizaciones de-arriba-para-abajo; mientras que cosmopolitismo y patrimonio común de la humanidad son globalizaciones de-abajo-para-arriba. Se trata, desde mi punto de vista, de problematizar a la glocalización en su vertiente dominante, para establecer una suerte de glocalización desde abajo, con vocación alternativa y universalista. De ahí que la propuesta de de Souza (2006b) sea intentar probar si los instrumentos hegemónicos pueden ser utilizados de una manera contra-hegemónica: un concepto contra-hegemónico de legalidad, de derechos humanos, de democracia, de interculturalidad (es decir, embriones, semillas de cosas nuevas).

En ese sentido, la ECOSOL se sitúa en la coordenada local de la globalización, pero también cada vez más se articula de manera diferenciada en redes de carácter transnacional y global. La recursividad que ofrece el pensar localmente para actuar globalmente y el pensar globalmente para actuar localmente, a partir del concepto de

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“glocalización de abajo hacia arriba”, ayuda a descubrir las emergencias de la ECOSOL en el contexto actual.

Pero esta glocalización alternativa no puede entenderse cabalmente sin otra noción importante para el estudio de la economía solidaria desde el sur global y América Latina: “la colonialidad del poder”. Se trata de una “nueva colonialidad o pos-colonialidad”, como diversos pensadores críticos del sur del mundo caracterizan a la globalización (de Souza: 2006ª; Quijano: 2008; Lander: 2000). De Souza (2006ª), por ejemplo, sugiere incluir la perspectiva pos-colonial a partir de dos ideas: a. que el colonialismo político terminó, pero no así el colonialismo social o cultural y b. que vivimos en sociedades donde no se puede entender la opresión o la dominación, la desigualdad, sin la idea de que seguimos siendo, en muchos aspectos, sociedades coloniales. Por su parte, Aníbal Quijano (2008) reivindica también la noción de colonialidad del poder, de manera que un principio del pos-colonialismo es una primacía en la construcción teórica de las relaciones Norte-Sur para intentar pensar el Sur por fuera de esa relación. Sugiere, por tanto, analizar esta relación para intentar crear alternativas, porque el Sur imperial es un producto del Norte: hay un Sur imperial y un Sur anti-imperial, contra-hegemónico, emancipatorio. En términos culturales, tanto de Souza (2006ª) como Lander (2000) sostienen –al caracterizar a esta fase del desarrollo capitalista como sociedad del conocimiento- que se ha colocado a la producción y apropiación del conocimiento como uno de los instrumentos de dominación más eficaces y como campo de lucha por la emancipación. Se trata de la colonialidad del saber, que nos impide ver hacia nosotros mismos y los saberes propios pero nos induce a mirar hacia el Norte, impidiendo la cooperación Sur-Sur. Neocolonialidad del poder, neo-colonialidad social-cultural y neo-colonialidad del saber configuran las nuevas relaciones entre los países periféricos y dependientes con los países centrales.

Desde la perspectiva estructural, otra mirada la constituye la geopolítica crítica, en particular sus contribuciones en torno a la economía-mundo capitalista. La geografía política crítica parte del reconocimiento y estudio de los sistemas-mundo y, en particular, del sistema-mundo moderno actualmente en crisis, el de una economía-mundo capitalista (Wallerstein: 2005). Los sistemas históricos tienen vidas, con un origen en el tiempo y el espacio, un desarrollo y una crisis sistémica no coyuntural que produce una bifurcación de 47

dos soluciones alternativas posibles y enfrentadas que obliga a los integrantes del sistema a definirse sobre cuál nuevo sistema debe construirse. Así, para Wallerstein (2005), en la fase actual de capitalismo, derecha e izquierda se han polarizado reafirmando sus valores más radicales: por un lado, los poderes establecidos por restaurar el orden (El Foro de Davos) y, en el otro, una contrarrevolución cultural de base más restringida pero más activa (el Foro Social Mundial). Así, la derecha ha pasado del tema del desarrollo al tema de la globalización (apertura de fronteras para el libre flujo de mercancías y capitales, pero no del trabajo) y con el neoliberalismo como teoría, con el espíritu del Foro de Davos y con el Consenso de Washington como política mediante el ajuste estructural. Por su parte, la izquierda política global se ha volcado a crear un movimiento de movimientos en el Foro Social Mundial (el espíritu de Porto Alegre) con el lema “otro mundo es posible”, porque percibe que se trata de una crisis estructural.

De ahí que la glocalización des-colonializadora o alternativa se convierta en una perspectiva necesaria para el análisis y estudio de las prácticas de la ECOSOL, si es que pretenden realmente convertirse en alternativas aun en su relativa emergencia embrionaria. e. Sustentabilización ecológica como condición de vida.

Lo alternativo de la Economía Solidaria tendría que ver también con la sustentabilidad ecológica. De acuerdo con Gutiérrez Garza (2007), las aportaciones del movimiento ambientalista para una concepción holista y multidisciplinaria del desarrollo como sustentable, sostenible o durable han sido muy importantes principalmente desde la década de los 80. Mediante sus aportes, la sustentabilidad ecológica forma parte ya de la teoría del desarrollo sustentable, el cual realiza una crítica al desarrollo económico industrializador y sobre-explotador que reivindica el crecimiento ilimitado pero que arrastra una crisis ecológica con alta degradación ambiental, tanto en los ecosistemas como en la biodiversidad. El desarrollo sustentable busca, por tanto, la articulación del crecimiento económico, la equidad social y la conservación ecológica y exige la interconexión técnica de tres campos de conocimiento (economía, ecología y sociología). No obstante sus limitaciones, el concepto nos permite superar las teorías del desarrollo basadas en el dualismo de Arthur Lewis y la linealidad de William Rostow, así como algunas teorías estructuralistas del desarrollo que ignoran la dimensión ecológica. Siguiendo con 48

Gutiérrez Garza, se puede definir el desarrollo sustentable o desarrollo orgánico sustentable como la inspiración de un proyecto de transformación de la organización económica y social. El informe Informe Brundtland 1987 lo define de la siguiente forma: “Desarrollo que permite satisfacer las necesidades de la presente generación sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas”. Tiene, por tanto, tres ejes analíticos: a. la satisfacción de las necesidades de las generaciones presentes, b. el respeto del medio ambiente y c. no sacrificar los derechos de las generaciones futuras.

Para impulsarlo son necesarias tres condiciones: contar con un Estado promotor y una sociedad comprometidos con la sustentabilidad; impulsar el crecimiento y la distribución del ingreso y como centro la movilización social hacia el cuidado de la vida; crear nuevas instituciones y regulaciones que garanticen los derechos colectivos y al medio ambiente como transversal en la regulación social y un comercio internacional no antagónico con el desarrollo sustentable.

Por tanto, el desarrollo sustentable requiere un conocimiento disciplinario para avanzar hacia el conocimiento de frontera, de encuentro multidisciplinario y hacia la construcción del pensamiento complejo en la doble acción de construcción: teórica (pensamiento) y social (movimientos).

Ahora bien, de este concepto tan general se han desprendido una serie de nociones complementarias. A esta diversidad de nociones y especializaciones científicas han contribuido nuevas ciencias como la economía ecológica y la ecología política, entre otras. Para la economía solidaria resulta importante establecer los nexos con la economía ecológica. De acuerdo con Martínez Alier (1998), esta nueva ciencia marca su distancia con la economía ambiental, la economía de recursos naturales y la economía convencional por sus posiciones neoclásicas centradas en la asignación óptima de los recursos y la contaminación16. Frente a estas ciencias económicas convencionales, para 16

La economía ambiental ignora el funcionamiento de los ecosistemas, el tamaño de la economía y la distribución de los beneficios y cargas en la sociedad, mientras que la economía de los recursos naturales estudia la forma en que la sociedad asigna recursos naturales escasos, en términos monetarios, respecto a fines medidos también en dinero (precios), tales como reservas pesqueras, plantaciones de árboles, agua dulce y petróleo, que según la economía convencional son inagotables o sustituibles. Por su parte, la economía convencional presenta como economías más sostenibles aquellas que presentan un alto porcentaje de ahorro de su renta nacional. La economía neoclásica analiza los precios (crematística) y tiene

49

la economía ecológica la noción de sistema económico convencional avala la ideología del crecimiento y oculta su daño (la destrucción ambiental y social) y las relaciones sociales injustas, además de la inequidad del intercambio de recursos no renovables por dinero entre países avanzados y productores de materia prima sin tener en cuenta que constituye la desaparición física de un stock creado por la naturaleza y un empobrecimiento a largo plazo para aquella sociedad que no desarrolle al mismo tiempo un sustituto renovable. Finalmente, critica la contabilidad macroeconómica porque considera rentas lo que en realidad es agotamiento de recursos y por ello un empobrecimiento. Por ello, la economía ecológica intenta articular la economía en torno a las fuentes de energía renovables y cerrar de este modo los ciclos de materiales que usa, reduciendo su cuantía. Reivindica también la trans-disciplinariedad y los procesos de caracterización de los problemas y de toma de decisiones de forma democrática y desde los ciudadanos.

Así, la economía ecológica pretende cerrar un largo período de separación entre la economía, la naturaleza y la sociedad cuyos resultados en términos de destrucción ambiental e injusticia social entiende que son evidentes. De acuerdo con Toledo (2008), si la ecología centra su interés sobre los intercambios materiales que los seres humanos realizan con el universo natural (sus sistemas, conjuntos, procesos o elementos), la economía lo hace sobre aquellos intercambios que los hombres realizan entre ellos mismos más allá de la esfera de lo biológico. Sin embargo, ambos aspectos del intercambio material se hallan indisolublemente ligados el uno con el otro: en el metabolismo existente entre la sociedad y la naturaleza. Así, la transversalidad de la “sustentabilidad ecológica” se vuelve necesaria en cualquier estudio sobre el desarrollo. De manera tal que la ECOSOL y sus prácticas socioeconómicas tienen un impacto sobre el medio ambiente a través de este metabolismo social y al mismo tiempo son afectadas por el medio. De ahí que convenga descubrir si el discurso y los valores dominantes de la ECOSOL consideran como central la sustentabilidad ecológica y cómo se manifiestan en sus prácticas.

una concepción metafísica de la realidad económica que funciona como un movimiento perpetuo lubricado por el dinero. Las empresas venden bienes y servicios, y con esto remuneran los factores de producción (tierra, trabajo y capital).

50

f.

El género y su equidad como relación social. La Economía Solidaria –vista como alternativa socioeconómica- tampoco puede ser ajena a las luchas y la acción feminista –feminismo o feminización social-. Estas luchas han sido parte de un proceso histórico por desafiar el sistema de dominación patriarcal y su estructura de producción, reproducción, sexualidad y personalidad sobre la que nuestras sociedades se han basado a lo largo de la historia: sus expresiones discriminatorias, sus violencias múltiples y su exclusión a la participación ciudadana. De manera que estas luchas han tenido su aporte en las teorías sociales con la categoría de género.

En este sentido, para Mosqueda (2001), luego de treinta años de haber sido acuñada como categoría de análisis social en la academia anglosajona, el género es todavía un campo de saber en construcción dentro de las Ciencias Sociales. Trascendiendo las determinaciones biológicas, el género aborda las relaciones sobre el sentido atribuido a lo masculino y lo femenino en determinado contexto cultural e histórico, su expresión en las estructuras sociales, las instituciones, las normas y los símbolos, y sobre la forma en que estas construcciones culturales otorgan significado a determinadas relaciones de poder y el carácter fundamentalmente inestable y cambiante de la categoría género.

De manera que la categoría de género nos remite a una relación social donde las diferencias sexuales se traducen en desigualdades sociales entre géneros de tipo político, económico, legal, que son el fundamento de la subordinación femenina (Salles: 2001). En el fondo se trata de la realidad del patriarcado que, como construcción histórico-social de las relaciones entre hombres y mujeres, es el modelo dominante en la mayor parte del mundo. En el patriarcado el padre es considerado el proveedor-productor del hogar mediante sus vínculos en la dimensión pública o productiva y la madre como ama de casa y responsable de la reproducción desde la esfera privada del hogar.

De acuerdo con Preboste y Valdés (2000), las relaciones de género deben ser analizadas desde la perspectiva ciudadana y de los derechos, de manera tal que conviene destacar las dimensiones de la ciudadanía, el ejercicio de derechos, el control de la gestión social y pública, el acceso a decisiones y la voz pública por los derechos de las mujeres como elementos centrales de la definición de ciudadanía activa.

51

Se entiende por ciudadanía el aumento de la capacidad organizativa dirigida a incidir en las decisiones colectivas a favor de los derechos y necesidades de las mujeres como género (supone el reconocimiento de elementos comunes de identidad y disposición a hacer valer intereses compartidos); ejercicio de derechos como el acceso de las mujeres a sus derechos como género (no-discriminación, derechos sexuales y reproductivos, protección contra la violencia), incorpora sus especificidades y demandas como usuarias y desarrolla la identidad de mujeres como sujeto de derechos; control social de la función pública como los mecanismos de evaluación y fiscalización que permiten exigir el cumplimiento de los compromisos contraídos con las mujeres y los canales y medios efectivos para denunciar y/o sancionar actos de agentes públicos que comportan violencia o discriminación de género (por ejemplo, acoso sexual); acceso a las decisiones como la promoción de la participación activa y el incremento de mujeres en cargos de importancia colectiva pública, se desarrollan las capacidades de las mujeres para ejercer el poder, se aplican mecanismos para la participación deliberante de las mujeres en las decisiones políticas, se agendan temas de derechos de las mujeres en las instancias de deliberación; y voz pública por los derechos de las mujeres como las acciones o mecanismos que relevan ante la opinión pública uno o más campos de derechos de las mujeres.

Así, las investigaciones de género no sólo han buscado producir conocimiento sino también reconocimiento sobre determinadas estructuras de desigualdad, replantear el uso mismo de la categoría género y promover una visión más integral que articulara varias dimensiones de análisis de la desigualdad social: la clase social, la etnicidad, la raza. Asimismo, pueden constituirse en los cimientos de nuevas interpretaciones sociales: el género tiene la potencialidad de convertirse en el eje articulador de cualquier enfoque multidisciplinario, permite con ello una mejor aproximación a la complejidad del tejido social en general y a la desigualdad social en particular. De manera que el género como categoría de análisis puede actuar como un filtro desde el cual se interpreten cuestiones que no necesariamente se limiten al sentido que asuman las actividades de hombres y mujeres en determinado espacio social sino que revelen dinámicas sociales, institucionales y políticas más globales.

De ahí que las relaciones más equitativas de género configuren una mirada transversal de la que La ECOSOL no puede prescindir, particularmente porque contiene en sus prácticas una fuerte participación de la mujer en sus diversas expresiones. De ahí que un análisis 52

de las relaciones de género desde la perspectiva ciudadana resulte muy pertinente en este estudio.

g. Producción social de sentido, identidad colectiva y movimientos sociales.

La identidad colectiva es un factor más necesario en la construcción de alternativas en la Economía Solidaria. Según Castells (1999), las identidades, en lo referente a actores sociales, se crean según el proceso de construcción de sentido atendiendo a un atributo cultural, o a un conjunto relacionado de atributos culturales, al que se da prioridad sobre el resto de las fuentes de sentido.

Giménez (2005), por su parte, sostiene que sin identidad simplemente no habría sociedad. La pertenencia social implica compartir, aunque sea parcialmente, los modelos culturales (de tipo simbólico- expresivo) de los grupos o colectivos en cuestión frecuentemente llenos de contradicciones, débilmente integrados y en continua erosión en virtud de los procesos de metropolización y de globalización.

De manera que, para el autor,

desde una perspectiva estrictamente relacional y

situacionista – que excluye toda connotación fijista o esencialista – entiende por identidad el conjunto de repertorios culturales interiorizados (representaciones, valores, símbolos) a través de los cuales los actores sociales (individuales o colectivos) demarcan simbólicamente sus fronteras y se distinguen de los demás actores en una situación determinada,

todo

ello

en

contextos históricamente

específicos y socialmente

estructurados. Pero es posible también referirse a la identidad personal o de los sujetos individuales como: “un proceso subjetivo (y frecuentemente auto-reflexivo) por el que los sujetos definen su diferencia de otros sujetos (y de su entorno social) mediante la autoasignación de un repertorio de atributos culturales frecuentemente valorizados y relativamente estables en el tiempo. Pero debe añadirse de inmediato una precisión capital: la 53identidad del sujeto requiere ser reconocida por los demás sujetos con quienes interactúa para que exista social y públicamente” (Giménez, 2005: 5).

53

Con ello, Jiménez sostiene que sólo se puede hablar de identidades colectivas por analogía con las identidades individuales, las cuales son a la vez diferentes y semejantes entre sí: por un lado, los grupos y otros colectivos carecen de autoconciencia, carácter, voluntad o psicología propia; por otro, los colectivos no constituyen entidades discretas, homogéneas y nítidamente delimitadas y finalmente, las identidades colectivas no constituyen un dato sino un acontecimiento contingente y a veces precario producido a través de un complicado proceso social.

Siguiendo a Melucci (1981), el mismo Jiménez considera a la identidad colectiva no como una cosa o unidad monolítica de un sujeto, sino como un sistema de relaciones y de representaciones. Melucci (2001) construye el concepto de identidad colectiva –como categoría analítica- a partir de una teoría de la acción colectiva. Las acciones colectivas suponen actores colectivos dotados de identidad, porque de lo contrario no se podría explicar cómo pueden dar sentido a su acción. Pero dichos actores no existen en sí mismos sino el resultado de procesos a través de los cuales los actores se vuelven colectivos.

De manera que para Melucci (2001), la permanencia de una identidad colectiva debe ser producida continuamente. Por ello, la identidad colectiva sería la capacidad de un actor colectivo para reconocer los efectos de sus acciones y para atribuir estos efectos a sí mismo, produciendo orientaciones simbólicas y significados que los actores pueden reconocer. Ello implica que los actores sociales tienen la noción de causalidad y pertenencia y comporta la capacidad de percibir la duración y a vincular la acción a sus efectos.

En conclusión, según Melucci, la identidad colectiva define la capacidad para la acción autónoma así como la diferenciación del actor respecto a otros dentro de la continuidad de su identidad. Pero también aquí la identidad debe lograr el reconocimiento social si quiere servir de base a la identidad. La capacidad del actor para distinguirse de los otros debe ser reconocida por esos otros (identidad colectiva en su dimensión relacional o heteroidentificación). De manera que la identidad colectiva comporta una tensión y conflicto entre la definición que un grupo o movimiento ofrece de sí mismo y el reconocimiento otorgado al mismo por el resto de la sociedad. En los conflictos sociales la

54

reciprocidad resulta imposible y comienza la lucha por la apropiación de recursos escasos.

Esta acción colectiva acontece también en los movimientos sociales. Se entiende por movimientos sociales a sistemas de acción, redes complejas entre los distintos niveles y significados de la acción social. Su identidad no es un dato o una esencia, sino el resultado de intercambios, negociaciones, decisiones y conflictos entre diversos actores (Melucci, 1999: 12). Como bien afirma Melucci, los nuevos movimientos sociales –de jóvenes, mujeres, pacifistas, étnicos, de género, ecologistas, etc.-, a diferencia de los viejos –donde el movimiento clásico era el movimiento obrero- tienen sobre todo el poder de la palabra y, por tanto, un sentido profético, dada su capacidad de nombrar el mundo de forma distinta a como lo hace el poder dominante: “Los movimientos sociales contemporáneos son profetas del presente. Lo que ellos poseen no es la fuerza del aparato, sino el poder de la palabra. Anuncian cambios posibles, no en el fututo distante sino en el presente de nuestras vidas; obligan a los poderes a mostrarse y les dan una forma y un rostro; utilizan un lenguaje que parece exclusivo de ellos, pero dicen algo que los transciende y hablan por todos nosotros” (Melucci, 1999:11).

Así, la existencia estructural de un conflicto social, su descontento y lucha desde la exclusión y marginalidad en tanto propuesta alternativa frente a la dominación, sus acciones e identidad colectivas, así como su heterogeneidad y contradicciones internas, son rasgos todos presentes en todo movimiento social (Melucci: 1999). Pero en concreto, para la América Latina, Melucci (1999: 18) sostiene que: “En consecuencia, lo que debemos analizar es la forma que adoptan estos conflictos cuando se tornan empíricamente visibles en una sociedad concreta y, en particular, en sociedades como las de América Latina. Son dos los aspectos importantes que deben tenerse en consideración para responder a esto: primero, la naturaleza del sistema político y del Estado; segundo, la estructura de desigualdad y los mecanismos que generan y mantienen la pobreza en esos países. Con respecto al primero, el asunto se refiere a la relación que surge entre las formas emergentes de acción colectiva y su expresión pública. En las 55

sociedades en vías de desarrollo, el proceso de democratización y el tema de la ciudadanía ocupan un lugar central” (p. 18)

Otro reto adicional consiste en la posibilidad de establecer un nexo entre la teoría de los movimientos sociales y el pensamiento complejo y sus principios, tarea que realizada a profundidad rebasa los alcances de este estudio. Haré un esfuerzo analítico, sin embargo, tratando de establecer algunos puentes entre ambas teorías. En este sentido, el principio dialógico nos permite encontrar un puente, al sostener la necesaria dualidad presente en toda realidad: la contradicción y el conflicto son la consecuencia de un choque entre posiciones encontradas, que coexisten al mismo tiempo y no son anuladas por la otra. Así, para el pensamiento complejo, los movimientos sociales son la expresión de lo nuevo, de la inconformidad frente al poder dominante, frente a sus acciones y consecuencias. Y en sus discursos y prácticas alternativas hacen posible esta dualidad: dominio-liberación,

exclusión-inclusión,

legitimidad-cuestionamiento,

entre

otras

dinámicas. Pero al mismo tiempo los movimientos sociales pueden ser interpretados desde el principio de recursividad organizacional, dado que son un efecto o consecuencia de las condiciones de malestar impuestas por la dominación, pero también causa, al mismo tiempo, de la construcción de nuevas condiciones alternativas.

De ahí que frente a la pobreza y exclusión que caracterizan a las sociedades latinoamericanas y la necesidad de reivindicaciones ciudadanas así como la realización de cambios Estatales profundos, los grupos y expresiones diversas de la ECOSOL en nuestra región se enfrentan a la disyuntiva de la reciprocidad para hacerla valer para todos y de nombrar lo distinto: “Otra economía es posible”. Si se trata de una identidad reconocida por sí mismos y por el resto de la sociedad en América Latina, así como su capacidad de enfrentar el conflicto derivado del sistema capitalista cuestionando la economía dominante mediante propuestas alter-económicas y acciones colectivas, constituyéndose en su heterogeneidad como un nuevo movimiento social, es una pregunta a dilucidar con esta investigación. h.

La economía solidaria: sus desafíos como constructo conceptual y de sus prácticas alternativas.

56

Hemos visto algunos de los conceptos centrales y complementarios que orientaron mi trabajo de investigación sobre la ECOSOL en América Latina, de manera que se pudieran considerar esas nociones como iluminadoras de lo alternativo de ella. Sin embargo, José Luis Coraggio (2008: 2-3) nos advierte que la economía solidaria se enfrenta a una serie de retos y desafíos, como:

Crear un sistema de comercio justo generalizado o un sistema de precios alternativo al que hoy producen los mercados globales; transformar radicalmente el sistema financiero y el control del dinero, sin microcrédito usurario-disciplinador y con monedas locales; hacer eficaz el proceso de trabajo autogestionado sin un sistema de división del trabajo; recuperar el poder del conocimiento, el ancestral, el práctico, el científico-técnico; recuperar el acceso justo a la tierra y el agua para los que la trabajan y producir los alimentos para todos; construir

otra

economía

y

simultáneamente

construir

otra

política

que

reconstituyan la voluntad de las mayorías por una transformación social anticapitalista; superar al sujeto metafísico de la modernidad, el eurocentrismo y posicionarnos éticamente del lado de las víctimas del colonialismo.

La respuesta de Coraggio es franca: esos desafíos auguran una larga fase de transición, en la que los promotores colectivos compartiendo estrategias y el Estado en todas sus instancias (nacional, provincial y local) deberán cumplir un papel crítico para impulsar políticas redistributivas de recursos y conocimientos, marcos normativos, articulación de políticas públicas, bienes públicos suficientes y de calidad, entre otras, como condiciones generales del desarrollo de un sector orgánico de economía social que nunca se podrá sostener exclusivamente sobre sus propias bases sin un Estado coherente y activo.

Esto, para Coraggio, supone cambios significativos en la cultura política y burocrática del Estado. Y en el contexto global de acumulación de fuerzas globales alternativas, la economía solidaria juega un papel trascendente mediante la constitución de un sector vinculado orgánicamente que provea a las necesidades de sus miembros con otros valores, institucionalizando nuevas prácticas en medio de una lucha contra-hegemónica 57

contra la civilización capitalista, que afirme otro concepto de la justicia social, que combine el mercado regulado con otros mecanismos de coordinación de las iniciativas, que pugne por redirigir las políticas estatales y en particular la producción de bienes públicos, pero que –salvo excepciones puntuales- no puede por un tiempo (que resulta muy largo para la sobrevivencia inmediata pero corto para el largo período histórico) dejar de operar dentro de la sociedad existente (Coraggio: 2007).

2.4 Propuesta metodológica: aproximación empírica, información pertinente, sistematización de datos y comparación analítica.

La propuesta de investigación se fundamenta en los cimientos epistemológicos sustentados en la construcción de un rizo donde la realidad de la ECOSOL:

constituye una iniciativa socioeconómica emergente, alternativa, embrionaria, contradictoria y transicional hacia la construcción de “otra economía” (Coraggio); es impulsada desde abajo y para una América Latina postcolonial (Quijano, Mignolo, de Souza, Lander); hacia un nuevo espacio-tiempo trans-escalar y contra-hegemónico de poder alternativo (de Souza); de manera compleja e incierta (Morin) y autónoma-emergente (González Casanova); en el contexto del sistema-mundo capitalista y la glocalización neoliberal (de Souza, Wallerstein, Castells).

Para cumplir con esta perspectiva epistemológica compleja, me propongo hacer uso de los principios del pensamiento complejo y del esfuerzo por utilizar sociológicamente diversos enfoques disciplinarios (economía y política). En la Figura 2.1 (anexos) es posible advertir la manera en que los principios del pensamiento complejo se aplican a las realidades de la Ecosol.

2.4.2

La perspectiva de los “procesos sociales recursivos” como metodología de estudio: la investigación cualitativa y comparativa desde el pensamiento complejo.

58

Epistemológicamente he optado por las teorías de la complejidad o el pensamiento complejo, realizando recorridos analíticos micro-meso-macro y local-global en un proceso de ida y vuelta (Figura N° 2.2 en anexos). Los principios de la complejidad propuestos por Morin (2004) son los siguientes, en tanto reconocimiento de:

Lo singular y local con la explicación universal; la organización y la desorganización de la realidad, el orden y el desorden, la dispersión

y

la

constitución

(tetragrama

orden-desorden-interacciones-

organización), de una manera dialéctica, contradictoria y complementaria; la elementalidad-eventualidad y sistematicidad, es decir, las partes interactuando en el todo como sistema; de la recursividad en tanto retroacción entre causa y efecto (el producto es su propio productor, un bucle); la realidad como holograma, donde la parte contiene la información básica del todo, y el todo está presente en las partes (la célula-cuerpo o el individuo-cultura); la reflexividad, reintroducción del observador-conceptuador en la observación de la que forma parte, en un mundo social constituido por interacciones entre sujetos, finalmente en una sociedad formada por intersubjetividades.

Por lo anterior, la complejidad obliga, para González Casanova (2004), a cambiar los comportamientos epistemológicos para definir y realizar “lo no dado”, “lo emergente”, donde el acto de juzgar sea sustituido por el acto de navegar y donde el acto de prever sea complementado por el de explorar, construir y luchar (la voluntad como conexión, representación, lucha y construcción).

En síntesis, González Casanova nos propone una particular epistemología de la acción desde la perspectiva del pensamiento complejo. De manera que frente a un marxismo reduccionista y determinista -marcado por el modo de producción capitalista-, nos invite a incluir en el centro del análisis los modos de dominación, apropiación, represión y mediación –complejos, organizados y estructurados -para redefinir las articulaciones, las interfases o enlaces que funden en la creación histórica lo subjetivo y lo objetivo, que los unen, separan y contraponen en el conocimiento (saber occidental vs la diversidad de saberes), la palabra (pensamiento único dominante vs las narrativas y discursos alternativos) y la acción (la economía dominante vs el hacer socioeconómico alternativo): 59

los sistemas adaptativos-autoregulados-autónomos y emergentes frente a los dominantes.

Así, tomando como base el pensamiento complejo y sus principios, en la ECOSOL (Figura 2.1 en anexos): Principio Recursivo: el Todo Social produce a la Ecosol como respuesta alternativa a la economía dominante y la ECOSOL reproduce el Todo Social mediante la construcción de alternativas emergentes, no puras ni perfectas, sino con límites y contradicciones propias de manera recursiva entre esferas, actores, escalas; Principio Hologramático: la ECOSOL como representativa del todo social (en sus diversas dimensiones), el todo en la ECOSOL; Principio Dialógico: la ECOSOL asume constructivamente la dualidad dominantealternativa, el conflicto o las contradicciones mediante una superación de los modos de dominación y apropiación, generando pactos y alianzas en diversas escalas y buscando dialécticamente su superación en un horizonte de largo plazo pero en un marco de incertidumbre.

Desde el pensamiento complejo y mis acercamientos conceptuales y empíricos, veo conveniente y deseable proponer una tipología de las tendencias latinoamericanas de la ECOSOL que, como acercamiento analítico y arbitrario, me ayude a orientar mi estudio tomando como base a diversos autores, pero particularmente a Coraggio (1999) en su documento “La Economía Social como vía para otro desarrollo social” y a González Casanova (2004). En el Cuadro N° 2.2 se expresan probables tendencias: la Emergente Utópica

Radical,

la

Emergente

Utópica

Transicional,

la

Adaptativa

Dominante

Complementaria, la Adaptativa Dominante Oportunista y la Emergente Utópica Autoritaria.

Esta clasificación es propuesta con base en la distinción entre los sistemas adaptativos de la complejidad, tanto dominante como emergente. La tipología comprende las diversas dimensiones que el análisis de la realidad de la Ecosol nos permite considerar como necesarios desde la perspectiva del pensamiento complejo y las propuestas de Quijano (2008), como vimos ya en la página 30 de este trabajo.

60

Cuadro N° 2.2: Tipología-síntesis analítica de tendencias ECOSOL en América Latina (con fronteras porosas) Esferas/dimensiones (Actores)

Economía (Mercado)

Política (Estado)

Lógica-racionalidad Sistemas complejos 17

Intercambio

Poder

ECOSOL TIPO

Sociedad (sociedad y cultura) Relaciones y significaciones

Naturaleza (ecosistemas)

Glocalización

Orientación valoral

Sustentabilidad

Espacialidad

Valor

Relación predominante

Emergente Utópica Radical (EUR)

Anticapitalista y post-capitalista

Sub-política

Incluyente no ciudadana con interculturalidad

Armónica

Contra hegemónica Alternativa

Reciprocidad

Emergente Utópica Transicional (EUT)

No capitalista y post-neoliberal

Demodiversidad DR y DP Estado fuerte, democrático y regulador Demodiversidad DR y DP Estado fuerte, democrático y regulador Democracia liberal representativa Estado mínimo, discrecional y autoritario Democracia de partido único o de partido dominante ligado a un Estado rector, propietario, autoritario

Incluyente ciudadana con interculturalidad

Armónica

Contra hegemónica

Reciprocidad

Adaptativa Dominante Complementaria (ADC)

Capitalista de rostro humano y postneoliberal

Adaptativa Dominante Oportunista (ADO) (pseudo ecosol)

Capitalista neoliberal con mercados en la base

Emergente Utópica Estatal o Burocrática (EUE)

Anticapitalista o no capitalista, post-capitalista o postneoliberal de corte estatista

Alternativa Incluyente ciudadana con interculturalidad

Armónica

Excluyente ciudadana y promocional caritativa

Armónica o no

Corporativa, semi-incluyente ciudadana con interculturalidad

Armónica

Hegemónica matizada Gestión y democratización de OI Hegemónica

Contra hegemónica Alternativa

Equidad

Lucro y filantropía

Reciprocidad

Fuente: elaboración propia con base en Coraggio (1999), Quijano (2008) y otros autores.

Por otra parte, resulta necesario abordar metodológicamente, desde los principios del pensamiento complejo apuntado líneas atrás, las diversas tendencias de la ECOSOL en América Latina. La Figura N° 2.2 (anexos) da cuenta de las relaciones recursivas generales de la ECOSOL:

El esquema incorpora las diversas relaciones entre las esferas desde la perspectiva de

la

ECOSOL,

a

través

de

“procesos

recursivos”

de

mercantilización/desmercantilización, estatización/desestatización, socialización/dessocialización;

17

De acuerdo con González Casanova (2004), los sistemas complejos se pueden dividir en autónomosadaptativos-autoregulados-dominantes y en autónomos-adaptativos-autoregulados-emergentesalternativos.

61

Dichos procesos ocurren en un marco de orientaciones valorales, en un cierto tipo de relación con la naturaleza, con posiciones y prácticas de género particulares y en un contexto de glocalización específica;

Estas relaciones ocurren en diversos modos dependiendo del tipo de prácticas tendenciales de la ECOSOL, de forma tal que en las figuras siguientes (Figuras N° 2.3 a 2.7 de los anexos) se expresan, combinadamente, las características de cada tendencia en relación a los procesos recursivos.

En este punto conviene establecer mi propia definición de proceso. Si bien normalmente se considera como proceso a la acción de ir hacia adelante, como transcurso del tiempo o como un conjunto de las fases sucesivas de un fenómeno natural o de una operación artificial18. Sin embargo, desde la perspectiva del pensamiento complejo, un proceso no siempre avanza hacia adelante sino realiza giros circulares, erráticos, evolutivos y e involutivos, inciertos en trayectoria y resultados.

Una vez definidos los conceptos centrales (marco conceptual) y sus atributos, así como las categorías analíticas en torno a los procesos recursivos, es preciso considerar las variables de medición y los indicadores necesarios para abordar el trabajo de campo como acercamiento a la realidad de la ECOSOL en América Latina. En el Cuadro N° 2.3 de los anexos doy cuenta de estas múltiples relaciones.

Retomando la propuesta de Adelantado (2001) en torno a las relaciones complejas que ocurren entre la estructura social y la política social, las variables están relacionadas con los procesos recursivos en cada una de las tres esferas –económica, política y social- a las que añado cuatro dimensiones adicionales de análisis – de género, glocal, ambiental y cultural-identitaria- con el fin ampliar el campo de problematización en la construcción de alternativas: mercantilización y des-mercantilización, estatización y desestatización, ciudadanización

y

des-ciudadanización,

socialización

y

des-socialización,

sustentabilización y des-sustentabilización, localización y globalización, feminización y masculinización, resignificación y des-significación, entre otros. Estas variables se apoyan en diversos indicadores –en tanto observables- que me 18

RAE: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=PROCESO.

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permiten un análisis más cercano a dichos procesos, por ejemplo: la articulación ampliada y justa de mecanismos de producción, distribución y consumo medidas por la existencia de redes de valor solidario; la participación y movilización ciudadana a favor de Ecosol medida a través de la historia de luchas y movilizaciones sociales y ciudadanas por la apropiación legal de recursos naturales, activos productivos y políticas públicas o la existencia de iniciativas legales y presupuestales; la apropiación colectiva y gestión democrática de recursos y activos; para el uso de tecnologías alternativas utilizo como indicadores el impulso de prácticas innovadoras de rescate y conservación de recursos naturales y la tendencia creciente al uso de tecnologías no contaminantes y de ahorro de energía; la participación en redes y movimientos transescalares contra-hegemónicos es observada por medio de la membrecía y presencia activa en eventos y compromisos de diversas redes y movimientos de protesta y propuesta en las escalas local, nacional y global; la categoría de participación femenina es analizada mediante los indicadores de la presencia creciente de mujeres en la membrecía activa, mujeres en cargos directivos y gerenciales y su presencia creciente en redes, foros y encuentros de ECOSOL y otros; finalmente, la identidad como auto-identificación, hetero-identificación y su permanencia es medida por medio de la conservación y rescate de tradiciones y expresiones culturales solidarias, el reconocimiento propio de valores, emociones, lenguaje y símbolos compartidos, el reconocimiento por otros actores y la percepción propia de la duración y valoración de avances e impacto.

En total, me propuse 18 indicadores u observables que me permitieron analizar la información necesaria acopiada para las esferas y dimensiones de análisis.

2.4.2 Estudio comparado de casos: experiencias y tendencias nacionales Ecosol. La investigación se realizó de acuerdo a un análisis comparado 19 en dos aspectos y 19

De acuerdo con Sartori (1994), comparamos para tener “control” sobre el objeto o problema de estudio y obtener las mejores explicaciones de los hechos o fenómenos de estudio, dado que en la medida que se hace ciencia se compara siempre, aun de modo inconsciente. De ahí que lo comparable sean realidades, como las peras y manzanas, que permitan establecer semejanzas y diferencias. Semejanzas o comparable respecto a algunas propiedades y características, así como diferencias respecto de otras. Las comparaciones sensatas se establecen entre entidades que poseen atributos en parte compartidos (similares) y en parte diferentes (no comparables). Ello significa que no tiene sentido comparar lo idéntico, pero tampoco lo totalmente distinto.

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niveles: la relación acción-pensamiento y la relación micro-macro.

La relación acción-pensamiento se establece mediante la vinculación recursiva entre un marco teórico que ilumina la realidad de la ECOSOL y esta misma realidad que retroalimenta los conceptos y categorías que permiten -o buscan por lo menos- explicarla.

Así, al nivel de la acción-micro y desde la relación micro-macro, se estudiaron tres experiencias socioeconómicas solidarias mexicanas, las cuales fueron comparadas con similares experiencias de América del Sur. Se buscó que dichos casos poseyeran algunos “rasgos comunes” que facilitaran mejor su comparación: una cierta antigüedad y consistencia o consolidación de las organizaciones; que estuvieran ubicadas localmente y en algunos países de América Latina (México, Argentina, Brasil y Bolivia); que sus miembros provinieran desde abajo, es decir, de sectores pobres y excluidos del desarrollo dominante y que compartieran en principio algunos valores semejantes en relación a la ECOSOL -reciprocidad y don, propiedad colectiva, primacía del trabajo sobre el capital, adhesión voluntaria, toma democrática de decisiones-.

Asimismo, al nivel acción-macro, se detectaron líderes y promotores nacionales de la ECOSOL en los mismos países con fuerte presencia, amplia trayectoria y experiencia en el campo de la ECOSOL; que fueran reconocidos nacional e internacionalmente como personas representativas en dicho campo por sus contribuciones, compromiso e impulso de la ECOSOL y, por lo anterior, que contaran con una red de relaciones sociales, políticas y ciudadanas (nacionales y globales) (Ver Cuadro 2.4 en anexos). En contrapartida, los casos micro comparados se “distinguieron” entre sí por: su origen territorial y sus ámbitos (provenir de distintos países de América Latina y ubicadas en el medio rural, urbano y periurbano; por su origen social y étnico, pertenecer a distintos grupos étnico-sociales como indígenas, trabajadores con empresas recuperadas y sector campesino; y, finalmente, por sus prácticas, al ubicarse en diversos campos o sectores de la economía como producción de bienes (básicos o industriales), producción de servicios diversos (finanzas éticas o turismo alternativo), intercambio (comercio justo) y consumo (consumo responsable, abasto popular), entre otros.

En el nivel pensamiento, se detectaron a investigadores destacados en cada país con el 64

fin de analizar y comparar las tendencias del pensamiento dominante en los diversos países y en la escala latinoamericana. Dichas entrevistas me permitieron ajustar y enriquecer el marco teórico-conceptual, particularmente para reconocer las principales tendencias del pensamiento de la Ecosol en América Latina. 2.4.3 Combinación de métodos cualitativos (triangulación metodológica).

Para el trabajo de campo se realizaron visitas directas a las experiencias mexicanas y sus contrapartes en Argentina, Brasil y Bolivia (ver Cuadros 2.4.a y 2.4.b en anexos). En la recolección de información se utilizaron técnicas de tipo cualitativo mediante la aplicación de diversas entrevistas semi-estructuradas a líderes-dirigentes y miembros de base de las organizaciones, así como a los promotores nacionales y académicos destacados en el campo de la economía solidaria. De manera complementaria se realizó observación no participante para lo cual se llevó como registro un diario de campo (manuscrito y en electrónico) para cada una de las 6 experiencias micro. Finalmente, se acopiaron diversos materiales informativos como base de las contextualizaciones y cruce de información – estudios diversos, informes y boletines de las organizaciones, información periodística, páginas y documentos de internet, entre otros-, tanto de las experiencias estudiadas como de los países objeto de estudio (ver el Cuadro 2.5 en anexos con las Guías de entrevistas semi-estructuradas tanto para los actores de las experiencias de Ecosol como para los promotores nacionales y académicos especialistas en Ecosol).

El análisis de los casos se realizó mediante recorridos sucesivos tratando de establecer las relaciones existentes más importantes entre las escalas micro (experiencia localregional), meso (sus vínculos e incidencia regional) y macro (vínculos nacionales y globales o más amplios en las esferas económica-social-política-cultural). Para ello se realizaron algunos cruces sugerentes y recorridos micro-macro en torno a construcción de alternativas, esferas valorativas y construcción social de sentido, la perspectiva de género, la relación con la naturaleza y la glocalización a partir de los sujetos involucrados como pensadores y actores en su proyecto, sus redes de influencia, de expansión y dominación, de intercambio equitativo o inequitativo entre unidades autónomas o entre éstas y otras dependientes, sus simpatías y diferencias, sus consensos y conflictos, sus relaciones con otras comunidades o experiencias de ECOSOL y con la sociedad macro nacional, regional y global (González Casanova: 2004). 65

2.4.4. La necesaria vigilancia epistemológica.

Una cuestión relevante durante mi proceso de investigación ha sido la necesidad de mantener una “vigilancia epistemológica” constante. Ello resulta necesario para cualquier observador, quien no sólo influye en el objeto-sujeto observado y en el proceso de observación, sino que su propia observación y su análisis pueden resultar sesgados por sus prejuicios y condicionamientos. En mi caso particular, la cercanía con el problema de investigación es grande, dada mi propia historia de promoción de la Ecosol en diversos puntos del país y de ahí la necesidad de no considerar como casos de estudio las experiencias más cercanas. Frente a ello, fue conveniente que realizara un ejercicio de reflexividad – “Un ejercicio de reflexividad personal: mi vigilancia epistemológica”- a inicios del segundo semestre del doctorado, con el fin de ubicar mejor mis dualidades fortalezas y posibles debilidades – entre ellas conviene destacar mi simpatía por el tema, la defensa de los intereses de las organizaciones solidarias de base económica, mi apuesta por los movimientos sociales desde abajo o la lucha política por la democracia de las organizaciones sociales-20.

Luego, durante el proceso de construcción del Estado de la Cuestión y el Estado del Arte del problema de investigación, los cuestionamientos críticos de profesores y compañerosalumnos me ayudaron a ubicar nuevamente otros puntos a tomar en cuenta, generando con ello nuevas preguntas y cuestionamientos de mi parte. Destaco entre ellas la necesidad de reconocer la diversidad que las prácticas de la ECOSOL tienen entre sí, a pesar de contar con una cierta matriz común, de manera tal que establecer una necesaria diferenciación permite ir configurando no un conjunto homogéneo sino, por el contrario, un

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Producto de este ejercicio de reflexividad, sostengo al final del documento referido: “Soy consciente, a través de mis estudios y mi práctica, de los problemas por cuales atraviesan las empresas solidarias y las MiPyMe´s en un México y un mundo globalmente atravesados por las inequidades y desigualdades, es decir, marcado por injusticias estructurales y un capitalismo depredador de personas, comunidades, empresas y naciones. No idealizo estas empresas solidarias, dado que reconozco que están llenas de problemas y contradicciones internas y con el sistema (las conozco de cerca y las apoyo y asesoro en la medida de lo posible). Pero también creo que, a pesar de sus contradicciones, buscan ser, y en muchos casos lo son, una alternativa frente a los problemas señalados (injusticia distributiva, inequidades y asimetrías económicas y políticas, libre mercado irrestricto para los débiles y enormes ventajas para las fuertes y transnacionales). Este es, en pocas palabras, el marco del que parto para la construcción de mi problema de investigación, tanto del contexto de la economía social y solidaria como mi propio contexto personal”.

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mosaico multiforme de la realidad de la ECOSOL. Ello mismo me llevó a la necesidad de pensar en una “cierta tipología o clasificación” de dichas prácticas.

De la misma manera, durante el trabajo de campo utilicé diversas técnicas que me permitieron obtener información cruzada sobre los casos estudiados: desde el diario de campo y mis propias observaciones, hasta entrevistas a actores ubicados en puntos distintos y con opiniones contrastantes o la lectura y acopio de documentos diversos como videos, libros y artículos de prensa e internet. Ejemplos de estos contrastes entre la información oral y la subsiguiente comprobación de datos son muchos en torno a cada caso estudiado. Finalmente, el Comité Tutorial –entre muchas otras de sus virtudes- se constituyó en un constante contrapeso para fortalecer esta vigilancia dada su insistencia en incorporar matices y aspectos críticos presentes en la información recogida.

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Capítulo 3. Presentación de los casos de estudio: las experiencias micro ECOSOL y sus contextos macro nacionales.

Seleccionar las experiencias de estudio como casos emblemáticos o referenciales que permitan obtener la información pertinente para probar o negar los supuestos de partida no resulta una tarea sencilla. Muchos casos valiosos y trascendentes deben quedar fuera de manera obligada, en un proceso de discriminación del investigador un tanto subjetivo. Frente a esta posibilidad, el hecho de que el investigador se sujete a los criterios establecidos, aunque hayan sido determinados por él mismo, permite mantener una coherencia en torno al conocimiento del objeto de estudio.

Éste ha sido, así lo considero, el proceso seguido para la selección de los casos de la cooperativa Trabajadores de Occidente –TRADOC-, de la Unión Regional de Apoyo Campesino –URAC- y de la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo UCIRI, como casos de estudio mexicanos que involucran a actores sociales que luchan desde abajo, en tanto trabajadores, campesinos e indígenas, por “otra economía”. Pero tampoco fue casual la selección de sus respectivas contrapartes sociales en América del Sur, como son la Unión Solidaria de Trabajadores –UST-, la Cooperativa de Producción Agropecuaria Nueva Santa Rita –COOPAN/MST- y la Asamblea del Pueblo Guaraní -APG Charagua-, en los casos de Argentina, Brasil y Bolivia, respectivamente. Lo mismo puede decirse de la selección de los tres países de América del Sur, dado su comportamiento destacado en torno a ciertas vertientes de la ECOSOL en América Latina, como veremos ahora. 3.1. Una breve mirada a los países latinoamericanos: México, Argentina, Brasil y Bolivia.

Los países latinoamericanos seleccionados comparten algunas coincidencias y diferencias. Una vista panorámica de tipo socio-económico y político, de acuerdo con Natanson (2009: 158-250), nos indica que Brasil, Argentina y Bolivia cuentan con gobiernos de izquierda –con sus matices y diferencias entre Luis Inácio Lula da Silva en Brasil, los Kirchner en Argentina y Evo Morales en Bolivia- desde hace unos pocos años, mientras que en México la derecha se ha instalado en el ejecutivo federal por medio de la alternancia desde inicios del nuevo siglo–gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón-. 68

Asimismo, tres de ellos –Brasil, México y Argentina- representan a las economías más grandes de la región, mientras que en contraste Bolivia es la nación sudamericana más pobre. Si Brasil es la economía más grande de la región y la décima mundial, su PIB per cápita lo ubica hasta el lugar 66 del mundo. México, por su parte, ocupa el lugar 14 mundial en tamaño de su economía pero se va hasta el lugar 80 global en su PIB per cápita. Por otra parte, la desigualdad latinoamericana sigue siendo la más alta del mundo 21 y la brasileña la más alta de América Latina: un 50% de brasileños con los ingresos más bajos apenas aporta el 14% de la renta, mientras el 10% más rico se queda con el 45%. Sin embargo, tanto México como Bolivia no están lejos de la desigualdad brasileña (ver Gráfica N° 3.1 en anexos). Una de las causas de la enorme desigualdad se refiere a la pésima distribución del ingreso y la carga impositiva. Si en los países de la OCDE es de un 35%, en América Latina se recauda apenas el 20% y en Brasil el 38%, única excepción. Brasil es el país latinoamericano que más recauda, pero las familias pobres con ingresos menores a dos salarios mínimos pagan impuestos que representan el 48.8% de sus ingresos, mientras las familias ricas con treinta salarios mínimos de ingresos lo hacen en proporción al 26.3% de ellos. Un estudio realizado por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados señala que México es el último lugar en recaudación tributaria entre 12 países de América Latina. Mientras que Brasil –primer recaudador latinoamericano- recauda el 29.7% de su PIB (9.1 % en impuestos directos y 20.6% en impuestos indirectos), México lo hace con tan sólo el 9.6% del PIB (5.4% en directos y 4.1 en indirectos). El segundo lugar regional lo ocupa Argentina, que recauda un total de 26% (8.5% y 17.1%, respectivamente)22 (Público, 2010).

Si bien en esta década algunos cambios en la pobreza han ocurrido en Brasil y Argentina, los avances resultan más significativos en Brasil: por ejemplo, la pobreza se encuentra en 21

De acuerdo con Nora Lustig (2009: 1), América Latina se caracteriza por tener los índices de desigualdad más altos del mundo y ésta ha sido persistente. A partir de 2002, sin embargo, la desigualdad ha disminuido en 12 de 17 países y lo ha hecho en promedio a 1.1 por ciento al año. Asimismo, Lustig encuentra que también ha disminuido la pobreza extrema a mayor velocidad que en el pasado y ello coincide con el resurgimiento de regímenes de izquierda en muchos de los países analizados. En el 2009, diez países—y alrededor de dos tercios de la población— estaban siendo gobernados por regímenes que se pueden clasificar como de izquierda: Argentina (2003), Bolivia (2006), Brasil (2003), Chile (2000), Ecuador (2007), El Salvador (2009), Nicaragua (2007), Paraguay (2008), Uruguay (2005) y Venezuela (1999). 22 Así, México se ubica también por debajo de otros países como Uruguay (24.2% del PIB) o Chile (18.8%), sino incluso de Guatemala (11.1%), Paraguay (11.9%) y El Salvador (13.8%).

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un 25%, contra el 38% de hace una década, y la indigencia ha bajado hasta el 7%. Sin embargo, este país mantiene una mortalidad infantil que lo lleva hasta al lugar 113 en el ranking mundial y en el 117 en esperanza de vida, donde 40 millones de brasileños pasan hambre. Argentina también mejoró notablemente luego de su crisis del 2002-2003, para abatir la pobreza a menos de la mitad, es decir, de casi la mitad en pobreza y 20% en indigencia pasó a un 21% y la indigencia en 7.2% en el 2007 23. En síntesis, sugiere Lustig, pareciera que los países gobernados por la izquierda muestran una tendencia más pronunciada hacia la redistribución del ingreso y la reducción de la pobreza que sus predecesores, con las excepciones de Venezuela y Uruguay (Lustig, 2009: 13).

El comportamiento de México, por su parte, ha sido un desastre desde hace tres décadas pero se ha profundizado en la actual administración del presidente Felipe Calderón (20062012): si bien durante el periodo 2000-2006 tanto la pobreza como la indigencia se habían reducido, tan sólo en los dos primeros años del gobierno de Felipe Calderón (2006-2008) los índices de pobreza e indigencia se incrementaron en casi 5 puntos, al pasar del 42.6% al 47. 4% de pobreza y del 13.8% al 18.2 % de indigencia, con mayor incidencia de ambos indicadores en el medio rural24. Se trata, así, de casi 6 millones de personas en el primer caso y de casi 5 millones en el segundo (CONEVAL: 2009). Si analizamos los datos entre 2008 y 2009, la realidad es peor: la pobreza creció en 8.3 millones a nivel nacional al pasar de 44.7 millones a 53 millones de pobres (Estrada: 2010).

Por su parte, la nueva Bolivia de Evo Morales tiene todavía una estructura sumamente piramidal y desigual, ya que en la base se mantiene el 83% de los trabajadores que desde la economía popular aportan el 25% del producto nacional, mientras que en la cima un 7% de los bolivianos produce el 60% del ingreso. Así, Bolivia sigue siendo el país más pobre de Sudamérica, dado que la pobreza alcanza el 64% y la indigencia el 35%, pero en las zonas rurales los indicadores se encuentran aún peores, en el 80% y 50% respectivamente.

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Sin embargo, fuertes cuestionamientos ha sufrido las cifras anteriores con la tasa de inflación al parecer manipulada por el gobierno de Cristina Kirchner. 24 La pobreza de patrimonio significa que no se cuenta con un ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades de salud, de educación, de alimentación, de vivienda, de vestido y de transporte público. La pobreza alimentaria, en cambio, se refiere a quienes tienen ingresos insuficientes para adquirir una canasta básica de alimentos, incluso si los destinaran exclusivamente para ese fin.

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La criminalidad, la inseguridad y la violencia son otros de los graves problemas en América Latina, pero particularmente en México siguen en ascenso: narcotráfico, trata de personas, secuestro de miles de migrantes centroamericanos, entre otros muchos. Por ejemplo, de acuerdo con la Fundación Alia2 de España, tan sólo en la producción de pornografía infantil México ocupa el segundo lugar mundial, además de contar con más de 100,000 sitios web de pederastia, un poco por debajo de España. En un segundo nivel con más archivos compartidos estarían Estados Unidos, Brasil y Argentina (Público, 2010b: 38). Pero, además, la guerra emprendida por el Estado mexicano contra el narcotráfico y el crimen organizado han dejado hasta el 2010 más de 40,000 muertos en México, junto con cientos de miles de desplazados 25.

Por otra parte, tres de ellos poseen una alta biodiversidad–Brasil, México y Bolivia- y se encuentran entre los países más biodiversos del mundo. Y mientras que América Latina produce alimentos para tres veces su población actual, el 16% de los niños sufre de desnutrición crónica. El problema de la alimentación en América Latina es principalmente un problema de acceso a la tierra y a los alimentos producidos (CELAM, 2010: 2). 3.2 México y las experiencias de economía solidaria.

Villarreal, Monroy y Vietmeyer (2008) hacen un breve recuento de la situación de la ECOSOL mexicana. De acuerdo con los autores, el sector social de la economía -todo lo no público y no privado- en México comprende a alrededor de 47 mil empresas asociativas solidarias que, con cerca de 8 millones de socios-representan el 18 por ciento de la PEA, se encuentran concentrados en cuatro grandes rubros: el agrario, el cooperativo, el de sociedades de solidaridad social y el de agrupaciones de carácter civil. Las organizaciones sociales rurales (ejidos, uniones ejidales, comunidades agrarias y otras figuras) están conformadas por un total de más de 4 millones socios y, con casi el 50 por ciento de la superficie total nacional de las tierras de menor calidad, es responsable de poco menos de la mitad de la producción agrícola total. Por su parte, un poco más de trece mil cooperativas registradas tenían más de tres millones quinientos mil socios, mientras que las 4.5 sociedades de solidaridad social –SSS-, hasta el año 2000 25

Impuesta al parecer por los Estados Unidos al gobierno de Felipe Calderón, el escritor y articulista Javier Sicilia ha abanderado y organizado un “Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad” contra esta guerra debido a la gran cantidad de muertos, las violaciones a los derechos humanos y las violaciones a los derechos humanos que esta guerra ha ocasionado.

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agrupaban a 145 mil socios. Finalmente, bajo las figuras jurídicas de asociación o sociedad civil se encuentra un abanico muy grande de organizaciones con diversas causas e intereses.

Más allá de este amplio sector social de la economía mexicana, en 2002 se constituyó el Espacio de Economía Solidaria (Ecosol) con el propósito de articularse entre sí y vincularse con el Foro Social Mundial. Ecosol ha realizado cinco encuentros nacionales con una participación promedio de 60 a 80 organizaciones 26. Asimismo, en 2006, con siete organizaciones se constituyó el Consejo Mexicano de Empresas de la Economía Solidaria (CMEES) y cuyo fin consiste en fortalecer los propios proyectos e incidir en las políticas públicas y posicionarse a nivel internacional. El CMEES, junto con otras instituciones de España, Costa Rica y Uruguay, dieron vida a la Red Iberoamericana de Economía Social (RIBES). Lo anterior significa, para los autores, que poco a poco se van fortaleciendo y multiplicando las organizaciones y las redes estatales y regionales que impulsan las economías solidarias. El caso de Trabajadores de Occidente, SCP de RL. (TRADOC, El Salto, Jalisco, México). La lucha de los ex trabajadores de Euzkadi –hoy cooperativistas de TRADOC- es considerada como emblemática por muchos actores nacionales e internacionales: su triunfo sobre una gran transnacional como Continental -cuarta empresa global en la producción de llantas- que decidió cerrar la planta a fines del año 2001 y despedir a sus más de mil trabajadores, junto con la lucha de los trabajadores por la reapertura y reinstalación y su apropiación posterior para convertirse en copropietarios, forman parte de esta consideración.

Así, con una membrecía de casi 700 socios cooperativistas, y luego de la recuperación de la empresa en 2005 por los trabajadores despedidos, se funda la cooperativa TRADOC que se ha convertido en un ícono mexicano, pero también global, de la lucha de los trabajadores por la defensa de sus derechos laborales y la posibilidad de la recuperación de empresas por los trabajadores mexicanos. Ubicada en el corredor industrial de El Salto 26

En ciudad de México, 2003; en San Juan Nuevo Parangaricutiro, Mich., 2003); Aguascalientes, Ags., 2004); Tuxtla Gutiérrez, Chis., 2005 y Tlaxcala, Tlax., 2006)

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(Mapa N° 3.1 en anexos) –donde se asientan más de 150 empresas que han causado graves problemas ambientales-, la planta de TRADOC abarca casi un kilómetro de longitud y cuenta con más de 360 hectáreas de terreno. La propiedad de dicha planta la comparte la cooperativa con una empresa mexicana -Llanti Sistem- y una empresa transnacional norteamericana -Cooper Tire- novena compañía mundial en el sector. La participación accionaria de TRADOC en esta empresa –Corporación de Occidente, S.A. de C.V. – es del 42%, frente al 20% de Llanti Sistem y el 38% de Cooper27. El caso de la Unión Regional de Apoyo Campesino (URAC, Tequisquiapan, Querétaro, México).

Surgida en la década de los ochenta y como propuesta de un grupo de promotores articulados en la Unión de Esfuerzos para el Campo, A.C. (UDEC), la URAC tiene ya más de veinte años de existencia en una micro región del Estado de Querétaro, México, buscando resolver los problemas a que se enfrentan las comunidades campesinas y la defensa de su modo de vida en cinco municipios: San Juan del Río, Tequisquiapan, Colón, Cadereyta y Ezequiel Montes (ver Mapa N° 3.2 en anexos). Habiendo pasado por diversas fases en su trayectoria histórica –preparatoria, exploratoria, experimental, expansión y consolidación- y con una membrecía actual –para 2009- de casi 20,000 socias y socios, más de 300 grupos de ahorro y crédito, presencia en 69 comunidades de cinco municipios de Querétaro 28 y una historia de más de 25 años que se remonta hacia los primeros años de la década de los ochenta 29, la URAC se ha constituido en una organización campesina regional de carácter emblemático en nuestro país y cuyo eje articulador gira en torno al ahorro de las familias campesinas y su propuesta financiera educativa. No obstante ello, la URAC ha promovido durante su 27

Por ello es posible identificar tres grandes momentos en la vida de la planta de TRADOC: a. por un lado, la etapa de producción que va desde su fundación en 1972 hasta el cierre en diciembre de 2001, primero con la Compañía Hulera Euzkadi, propiedad de Carlos Slim, y luego con Continental AG, empresa transnacional alemana propietaria de la planta desde diciembre de 1998 y en la cual Slim conservó el 19.4% de las 27 acciones (Gómez Delgado, 2005: 22) ; b. la etapa de resistencia, cuando los trabajadores promueven un proceso jurídico de huelga y se movilizan contra el cierre y, finalmente, c. la etapa de producción, con la compra-venta y reapertura de planta bajo nuevas condiciones de copropiedad. 28 Tequisquiapan, San Juan del Río, Colón, Cadereyta y Ezequiel Montes. 29 Los fundadores del proyecto Tequisquiapan que dio origen a la URAC, a través de la Unión de Esfuerzos para el Campo (UDEC), fueron Alfonso Castillo y su esposa Cecilia López, Pablo Latapí Sarre y su pareja María Matilde Martínez.

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existencia numerosos proyectos productivos y de comercialización en sus intentos por responder a las necesidades del modo de vida campesino en la región. Además de impulsar la adopción de ecotecnias en las viviendas rurales, la URAC promueve actualmente la producción familiar de hortalizas en huertas de traspatio y de maíz orgánico entre sus productores. El caso de la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI, Oaxaca, México).

En 1981 se realizó un encuentro regional convocado por la iglesia católica de la diócesis de Tehuantepec, de donde surge la UCIRI. Esta organización es –desde hace ya muchos años- una organización indígena de carácter emblemático en México y el mundo, ya que una vez obtenido su permiso para la exportación e importación de productos, su primera participación en los mercados de comercio justo aconteció desde los años 1986-1987, convirtiéndose en la primera organización indígena del mundo en contar con su propio sello de Comercio Justo en 1988: Max Havelaar y TransFair. Casi treinta años después de su fundación, para fines de 2009 la UCIRI tenía una presencia territorial en 64 comunidades del Istmo, pertenecientes a 12 municipios y contaba con 2,475 socios, produciendo todos orgánicamente (ver Mapa N° 3.3 en anexos).

Lo anterior resulta muy significativo dado que las comunidades cafetaleras del Istmo donde se asienta la UCIRI son catalogadas por como de muy alta y alta marginación y su población es mayoritariamente indígena -con un 73% de la etnia mixe y un 22% de la etnia zapoteca-. En ellas predomina el sistema campesino de producción café-maíz-frijol, además de la pequeña ganadería, la horticultura de traspatio y la recolección de plantas silvestres. La producción de café surge desde fines del siglo XIX cuando las primeras plantaciones empezaron en la sierra motivadas por los comerciantes de Ixtaltepec e Ixtepec.

Promotora de numerosas organizaciones socioeconómicas de carácter regional y nacional, hacia fines de 2007 la UCIRI contaba con cerca de 45 trabajadores en sus instalaciones y proyectos, entre los cuales se encontraban la bodega de acopio y beneficiadora de café orgánico, la planta de elaborados de frutas, la cooperativa de trasporte, el Centro de salud, el Centro de Educación Campesina, los proyectos 74

productivos de mujeres, su certificadora de orgánicos, la cooperativa de ahorro y crédito, la ferretería, entre otros. Con la crisis de precios del café, sin embargo, la organización ha debido realizar numerosos ajustes a sus proyectos y planta de colaboradores. 3.3 Argentina y el caso de la cooperativa Unión Solidaria de Trabajadores (UST, Avellaneda).

Los antecedentes de la economía social argentina se remontan principalmente al Estado peronista de 1945-1955, cuando se intentaba tener un rol fuerte del Estado que buscara diversas formas de propiedad social como las cooperativas y algunos ensayos de autogestión o gestión obrera. En la actualidad, la ECOSOL argentina está integrada por numerosas vertientes de las cuales es posible distinguir tres principales: a. la tendencia tradicional o histórica –integrada por las cooperativas, mutuales y asociaciones de ayuda mutua-, b. las formas asociativas comunitarias -clubes de trueque (desaparecidos ya), producción de grupos de desocupados, servicios públicos auto-gestionados, ONG´s y fundaciones privadas de trabajo voluntario, talleres artesanales o semi-artesanales apoyados por universidades, organizaciones de crédito solidario-, c. los múltiples microemprendimientos y d. las empresas recuperadas por sus trabajadores.

Respecto de la primera tendencia, de acuerdo con Ghirelli y Álvarez (2009: 27-28), el Reempadronamiento Nacional de Cooperativas y Mutuales realizado por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social, cuyos resultados fueron publicados en septiembre de 2007, indica lo siguiente: 11,357 cooperativas registradas; la mayoría se encuentran en la provincia de Buenos Aires; la membrecía de asociados rebasa los 9 millones; se insertan en diversas ramas económicas y dan empleo directo a 233,000 personas.

Por su parte, las cooperativas de vivienda y autoconstrucción son aproximadamente 700 en todo el país, muchas de ellas afiliadas a la ANTA, y en ellas participan mayoritariamente mujeres. Los micro-emprendimientos forman parte de la estrategia pública del Programa federal “Manos a la obra” y se trata de 31,500 emprendimientos

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productivos con 410,000 beneficiarios y 13 miembros en promedio 30. Finalmente, las ERT son un fenómeno relativamente reciente que se distribuye en todo el país y diversas ramas productivas y de servicios, entre las que se incluye a alrededor de 160 casos y 9,000 trabajadores.

En ese marco socioeconómico surge la UST en 2005 como una empresa recuperada por los trabajadores para dar servicios de mantenimiento al relleno sanitario Villa Dominico del conurbano de Buenos Aires, ubicado en el municipio de Avellaneda.

Con 68 socios

cooperativistas en 2009, su planta de trabajo se constituye en total por 92 trabajadores. Vinculada a la Asociación Nacional de Trabajadores Auto-gestionados –ANTA-, cuyo secretario general es el presidente de la UST, la organización se ha convertido en un referente modelo de las cooperativas de trabajo auto-gestionado. Parte de dicho reconocimiento tiene que ver con sus múltiples proyectos de desarrollo sustentable comunitario, ubicados en el barrio San Lorenzo de Wilde, en Avellanada, entre los que destacan: el Bachillerato Arbolito, el Centro Comunitario de Salud, el Banco Popular de la Buena Fe, el polideportivo comunitario, sus programas de radio, su fraccionamiento “Las Casitas” con 50 viviendas,

el Centro de Abaratamiento y, en el futuro, su Centro

Educativo, Recreativo, de Producción Agroecológica y Desarrollo Sustentable en seis has cedidas en comodato por el municipio. Los participantes de estos proyectos conforman la Mesa de Organizaciones Barriales de Wilde Este y cuentan también con un Plan de Regularización de Tierras y un Plan de Seguridad Integral.

3.4. Brasil y el caso de la Cooperativa de Producción Agropecuaria Nueva Santa Rita, LTDA, del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (COOPAN-MST, Capela, Novo Santa Rita, Rio Grande do Sul).

La economía solidaria brasileña se ha distinguido en América Latina por su creatividad, expansión e incidencia en las políticas públicas. Euclides Mance (2006: 25-31) da ampliamente cuenta de ello. Tanto en el ámbito nacional, como estatal, regional y local se han impulsado diversas iniciativas y experiencias que conforman ya un rico mosaico. En el ámbito nacional destacan la Red Universitaria de Incubadoras Tecnológicas de

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En el 2005 el Programa apoyaba también a 1,700 cooperativas de economía social que beneficiaban a 28,000 miembros y contaban con 16 miembros promedio, así como a 155 organizaciones de microfinanzas, 74 proyectos para discapacitados y 2,420 organizaciones sociales.

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Cooperativas Populares31, la Agencia de Desarrollo Solidario de la Central Única de Trabajadores-CUT–, la Asociación Nacional de Trabajadores y Empresas de Autogestión (ANTEAG)32 y el Foro Brasileño de Economía Solidaria33 -FBSS-. Producto de los trabajos del FBES, surgen el Consejo Nacional de Economía Solidaria 34 y la Secretaría Nacional de Economía Solidaria –SENAES35-, ubicada en el Ministerio del Trabajo.

Por otra parte, en el ámbito estatal y regional numerosas iniciativas han surgido en estados como Rio Grande do Sul, Santa Catarina, Paraná, Rio de Janeiro y Ceará, en todas ellas mediante ferias, cursos y redes de intercambio y colaboración. Entre ellas destacan la Red Cearense de Socio-economía Solidaria, la Red Solidaridad y la Red Sol en Curitiba, la Central de Cooperativas y Asociaciones de Economía Popular y Solidaria en Rio Grande do Sul, el “Corredor Sur” que involucra los estados de Rio Grande do Sul, Santa Catarina, Paraná y Sao Paulo, mediante una red de distribución de productos del MST que fluyen entre las ciudades de dichos estados.

Asimismo, en el nivel local las experiencias son muy ricas y numerosas: desde las tarjetas de crédito solidario Palma Card y Credsol en Fortaleza, el sistema de E-commerce y telemercadeo en Curitiba, sistemas de trueque como el Tupi en Rio de Janeiro, el Pinháo en Curitiba, el Palmares en Fortaleza y el Ecosol en Florianópolis, hasta los clubes que integran diversas organizaciones como la Terminal de Comercialización Directa de la Economía Popular y Solidaria en Santa María, en Rio Grande do Sul, ciudad donde se

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Surgidas en 1996, existen 15 universidades en Brasil que poseen este tipo de incubadoras tecnológicas. Agrupa a empresas autogestionadas que integran a más de 32,000 puestos de trabajo en cinco regiones. 33 Lo integran los tres segmentos de la Economía Solidaria brasileña: los emprendimientos de ECOSOL, las entidades de asesoría y los gestores públicos. Tiene una Coordinación Nacional y una Coordinación Ejecutiva que acompaña a la Secretaría Executiva Nacional, con sede en Brasilia. En 2009 el FBES estaba constituido por más de 100 Foros Microrregionales/Municipales y 27 Foros Estatales de Economía Solidaria, integrando más de 3,000 emprendimientos solidarios (grupos, asociaciones y cooperativas de producción, servicios, comercialización, finanzas solidarias, trueques, empresas recuperadas, entre otros), 500 entidades locales, estatales y nacionales de la sociedad civil (ONGs, sindicatos, iglesias, universidades), 100 gobiernos municipales y seis gobiernos estatales con programas de Economía Solidaria (ADITAL, 2008). 34 Se integra con dos tercios de la sociedad civil y un tercio del poder público. Este Consejo es actualmente el principal espacio de convergencia de las políticas y programas del Gobierno Federal y de diálogo con la sociedad civil sobre la temática de la Economía Solidaria. 35 La creación de la Secretaría Nacional de Economía Solidaria (SENAES) fue una de las primeras conquistas del FBSS al incorporar en la estructura del Poder Ejecutivo Nacional un lugar institucional específico para la Economía Solidaria. Esta Secretaría nace absorbiendo el conjunto de banderas elaboradas por el movimiento en las Plenarias Nacionales de Economía Solidaria. 32

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realiza la más grande feria a nivel mundial de economía solidaria 36. En otros casos, en Porto Alegre, por ejemplo, se instituyó la Etiqueta Popular que identifica los productos de la economía solidaria.

Se puede afirmar, entonces, que la riqueza de experiencias brasileñas en economía solidaria es vasta y exuberante -tanto acaso como el país y su gente-, y que los esfuerzos por articularlas de diversas formas se ha convertido en otra dinámica muy intensa y reciente. En este sentido, el Foro Social Mundial, celebrado anualmente en Porto Alegre desde el año 2001,, ha jugado un papel fundamental en este esfuerzo de articulación, visibilidad y posicionamiento político de la economía solidaria en Brasil.

Junto a esta realidad de la ECOSOL brasileña, los trabajadores rurales buscan hacer su contribución a sus familias y al país. Mientras que las pequeñas propiedades rurales dan empleo al 74% de toda la mano de obra del campo brasileño -12.3 millones de personas-, tiene el 24.3% de la superficie total y aporta el 62% del valor total de la producción agropecuaria brasileña -82 billones de reales-, las medias y grandes propiedades -los agro-negocios-, con mucho más tierra, sólo emplean al 26%37. Asimismo, ante la existencia concentradora de 120 millones de hectáreas improductivas en todo el país, existen 4.8 millones de trabajadores sin tierras. Con su lucha de casi 30 años, el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra –MST- en 23 estados y el distrito federal ha organizado más de 1.5 millones de familias que viven acampadas y asentadas (MST, 2010: 10) y conquistó tierra para cerca de 350,000 familias brasileñas. Tan sólo en Rio Grande do Sul, el MST denuncia la existencia de 838 latifundios con más de 2,000 hectáreas cada uno que juntos suman 2.7 millones de hectáreas, susceptibles de asentar a 110,585 familias y generar más de medio millón de empleos directos.

Y en este marco interétnico, multicolor y pluri-regional de la economía solidaria brasileña, el MST y la COOPAN del asentamiento Capela se inscriben como un actor y proceso 36

El evento de 2008 reunió cerca de 145,000 personas de 25 países, 27 estados brasileños, 400 municipios, 850 emprendimientos solidarios y redes de ECOSOL de América Latina y otros continentes. Se realizaron eventos de formación, caminadas, intercambio de experiencias, momentos interculturales, entre otros. 37 En la agricultura campesina, en cada 100 hectáreas trabajan 15 personas, mientras que los agronegocios dan empleo a tan sólo 1.7 personas en promedio por cada 100 hectáreas. La agricultura familiar aporta la mayor parte de la producción de alimentos básicos para el consumo interno, con el 87% de la mandioca, el 70% del frijol, el 46% del milo, el 38% del café, el 34% del arroz, el 21% del trigo y el 16% de la soja (MST, 2010: 20).

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significativo que cuenta con un amplio reconocimiento regional, nacional e internacional. El asentamiento Capela existe desde 1994 y es fruto de la movilización que el MST comenzó en 1989 y que congregaba a 1,500 familias de todo el estado de Río Grande do Sul. En este asentamiento habitaban cien familias en 2009 (ver Mapa N° 3.5 en anexos).

La producción en Capela es realizada de forma colectiva -a través de la cooperativa COOPAN- o individualmente, de acuerdo a la decisión de cada familia. En la cooperativa participan un poco más de 30 familias y cada una posee 20 has, de las cuales 16 de humedad y cuatro secas. Los proyectos que emprende la cooperativa abarcan la producción y beneficio de arroz orgánico –a través de una planta beneficiadora-, la producción de leche de vaca y carne de cerdo –cuenta con un rastro propio-, la comercialización en un local del mercado municipal en Porto Alegre, entre otros. Sus excelentes viviendas, obtenidas con créditos estatales, cuentan con los todos los servicios básicos. El asentamiento tiene además una guardería y una escuela que asegura la educación primaria de los niños hasta el 4° grado. 3.5 Bolivia y el caso de la Asamblea del Pueblo Guaraní del municipio de Charagua (APG-Charagua, departamento de Santa Cruz).

Bolivia se constituye desde el 2006 en un referente latinoamericano y global dado el triunfo de la izquierda con Evo Morales y del Movimiento Al Socialismo (MAS)38. Dotada de una nueva Constitución, el Estado boliviano se convierte en unitario, plurinacional y multiétnico, reconociendo las autonomías departamentales, regionales e indígenas 39. García Linera (2008) sostiene que Bolivia ha entrado en una fase de transición desde un modelo liberal impulsado desde mediados de la década de los ochenta hasta el 2005, a lo que él denomina un nuevo “Modelo Nacional Productivo” que se echó a andar a partir del 2006. Entre sus principales características está la promoción de la inversión pública en las nacionalizaciones de las empresas -de hidrocarburos, telecomunicaciones y mineras- que, sumada a la inversión privada nacional y extranjera, se sustenta en la nueva constitución, en el referéndum revocatorio y en el triunfo obtenido en las elecciones presidenciales de 38

Ambos sociólogos con un amplio reconocimiento mundial, tanto Alain Touraine como Boaventura de Sousa Santos sostienen que es en Bolivia en donde se juega el destino de la izquierda latinoamericana. 39 El 6 de diciembre de 2009 se realizaron referendos departamentales autonómicos en La Paz, Oruru, Potosí, Chuquisaca y Cochabamba, así como regionales autonómicos en la Provincia del Gran Chaco del departamento de Tarija. Asimismo, doce municipios pertenecientes a diversos departamentos realizaron referendo para su conversión a autonomía indígena (CNE, 2009: 7-8)

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diciembre de 2009. Ello ha dado lugar a un Estado fuerte y activo (García Linera, 2008b)40. Sin embargo, los atrasos de Bolivia son enormes: el 10% más rico consume 22 veces más que el 10% más pobre; casi dos tercios de la población indígena se encuentran entre el 50% más pobre de la población; la pobreza alcanza al 60% de la población y el 37% vive en pobreza extrema; la economía informal es su principal fuente de ingreso y sustento; el 40% de la fuerza laboral se encuentra empleada en labores agrícolas y Bolivia ocupa el lugar 114 en el Índice de Desarrollo Humano entre 175 países (CIOEC, 2009b: 39).

Ante esta realidad, la ECOSOL boliviana se constituye mediante diversos sectores desarticulados entre sí: las organizaciones económicas campesinas, las organizaciones comunitarias originarias, las cooperativas tradicionales y mineras, las organizaciones de microcrédito. Las organizaciones económicas campesinas (OECA´s) 41 se agrupan en la Coordinadora de Integración de Organizaciones Económicas Campesinas de Bolivia (CIOEC), una unión de 778 organizaciones campesinas, indígenas y originarias –con 70 asociaciones de asociaciones que integran a más de 100 mil familias- fundada en 1990 con el fin de contribuir, mediante el impulso de la economía solidaria, a la soberanía alimentaria, la autogestión campesina y la agricultura familiar sostenible (CIOEC, 2009: 27-30). Algunas de ellas forman parte también de la Asociación de Organizaciones de Productores Ecológicos de Bolivia (AOPEB), una organización económica de base de tercer grado o nivel que, con fines sociales no lucrativos, agrupa y representa a 37 organizaciones de productores, diez empresas eco-sociales y ocho ONG´s que practican y apoyan la producción ecológica en Bolivia. En conjunto, la AOPEB articula a cerca de 30,000 productores ecológicos bolivianos (AOPEB s/f).

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Las nacionalizaciones permitieron, en el caso de los hidrocarburos, invertir radicalmente los términos de reparto de la renta: si antes el Estado boliviano retenía tan sólo el 27% del ingreso total –vía regalías e impuestos-, contra un 73% promedio para las transnacionales, ahora el Estado se queda con el 73% y las transnacionales con el 23% (García Linera, 2008b). Sin embargo, no implicaron una apropiación de las empresas privadas transnacionales por parte del Estado boliviano y, por tanto, una indemnización, sino una redistribución de los beneficios o utilidades a favor del Estado boliviano de acuerdo con la actual Ley de Hidrocarburos (Prada, 2008: 140). 41 Son organizaciones productivas bajo diferentes modalidades jurídicas: Cooperativas, Corporaciones Agropecuarias Campesinas (CORACAS), Asociaciones, Empresas comunales, entre otras.

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El sector micro-financiero ha sido muy importante en Bolivia y ha crecido tanto que, junto con Perú y Filipinas, encabeza el índice global del Economist Intelligence Unit de Arequipa, Perú42. Sin embargo, de acuerdo con Graciela Toro - ex ministra de Planeación del gobierno de Evo Morales- resulta difícil incluir al sector en el campo de la economía solidaria, dado que de ser organizaciones sin fines de lucro, en la actualidad varias de ellas se convirtieron en bancos regulados o instituciones financieras de carácter privado y mercantil que obtienen ganancias excepcionales y cobra tasas de interés al nivel de usura (Toro, 2009: 3-4).

Finalmente, el sector de las cooperativas mineras, agrupadas en la Federación de Cooperativas Mineras (FEDECOMIN), cuenta con un promedio de 620 cooperativas y más de 60,000 trabajadores en todo el país -casi un 90% de los trabajadores mineros-43 (Michard, 2008).

En una Bolivia mayoritariamente indígena -poco más del 60% de la población del país-, en el Centro de Arakuarenda-Piedritas nació en 1987 la Asamblea del Pueblo Guaraní – APG- con el fin de liberar a más de 1,000 familias que vivían empatronadas en diversas haciendas y garantizar tierra para vivir, sembrar y desarrollar actividades productivas, dar salud y educación y construir infraestructura. Si al principio la APG aglutinó sólo a los guaraníes de la Cordillera de Santa Cruz, pronto consolidó su presencia en toda la región del Chaco integrando a más de 80 mil habitantes de esa nación. Ya para 1992 la APG se ostentaba como representante de las comunidades y capitanías guaraní para construir su propia historia, ser interculturales y plurilingües. Con ello, el Estado boliviano tuvo que establecer la Educación Intercultural y Bilingüe en todo el pueblo Guaraní.

Y conforme se funda la APG en 1987, casi simultáneamente se promueve el programa PISET con sus cinco pilares: Producción, Infraestructura, Salud, Educación y TierraTerritorio (PISET). De este diagnóstico y propuesta nacen las bases para el desarrollo 42

Se trata de una filial de información de The Economist Group con apoyo del Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Mundial (FOMIN) y la CAF.Así, la cartera total de clientes del sector micro-financiero alcanzaba a 532,404 clientes en julio de 2009, un 5% mayor que en diciembre de 2008. Entre las microfinancieras más importantes destacan BANCOSOL, Banco Los Andes y Fie con más de 100,000 clientes cada uno y PRODEM con una cifra cercana (98,207). Juntas se llevan casi el 90% de la cartera. 43 La minería hasta el 2006 aportaba un 4.5% al Producto Interior Bruto (PIB) del país y ocupaba apenas al 1.5% de la población, mientras que en los años 70 contribuía con más de 13% al PIB y ocupaba 4% de la población activa. Sin embargo, sigue siendo un sector clave porque las exportaciones mineras representan más del 25% del total de las exportaciones de Bolivia.

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local sustentable de la APG del municipio de Charagua, incluidas sus recuperaciones de tierras y sus proyectos de economía comunitaria (ver Mapa N° 3.6 en anexos). La Asamblea del Pueblo Guaraní (APG) en Charagua conjunta cuatro capitanías: Parapitiguasu, Charagua Norte e Isoso (Alto y Bajo). Cada una de ellas posee su TCO, es decir, su propia Tierra Comunitaria de Origen. La APG ha tenido que luchar históricamente por la recuperación de sus territorios: con la implementación de la ley del Instituto Nacional de Reforma Agraria (Ley INRA) de 1996 esta lucha se significó una presión permanente para el proceso de saneamiento y titulación para consolidar su control y seguridad jurídica.

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Segunda parte

La construcción de alternativas de economía solidaria desde sus procesos-bucle transversales

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Capítulo 4. ¿Solidarizando la economía, economizando la solidaridad? La generación de economías alternativas desde abajo.

La crisis financiera económica global de fines de esta década, además de los estragos económicos y sociales generados como mayor desempleo y pobreza global, ha servido para dejar al descubierto la debilidad estructural del sistema capitalista. Para algunos cientistas sociales críticos se trata, lo cual no es menor, de una crisis del modelo neoliberal –en este grupo podemos ubicar principalmente a Joseph Stiglitz (2006, 2003, 2002)-, mientras que para otros lo que ocurre es una verdadera crisis terminal del propio sistema que podría llevar a consecuencias impredecibles, en el marco de la bifurcación y la incertidumbre de la complejidad de lo real –Wallerstein (2005), el principal entre ellos-. Si el sistema capitalista basa sus procesos de acumulación de capital por la vía de la plusvalorización de la fuerza de trabajo, el modelo neoliberal profundizó y radicalizó estos procesos apelando al desmantelamiento de los límites impuestos al mercado -o de algunos mercados seleccionados discrecionalmente, para ser precisos, como los mercados de capitales, la deslocalización de las inversiones de empresas transnacionales en países emergentes con mano de obra barata o la apertura de las fronteras nacionales de los países pobres a productos elaborados en los países desarrollados, entre otros-.

Así, la hiper-mercantilización de la vida se hizo evidente no sólo en la esfera económica sino también en la política, la cultura, la sociedad, los recursos naturales y los bienes comunes –como el agua- y las religiones, incluso, invadiendo todas las esferas de la vida humana. Frente al sistema capitalista y sus crisis, la Economía Solidaria en el mundo y en América Latina está levantando la voz para afirmar que “otra economía es posible”. En este sentido, las experiencias de TRADOC, UST, URAC, COOPAN, UCIRI y APG nos están diciendo algo que debemos descubrir. Las Empresas recuperadas por Trabajadores: ¿Solidarización hacia dentro y capitalismo hacia afuera? Las graves consecuencias de la flexibilización laboral –una de las muchas apuestas de liberalización de los mercados laborales por las empresas transnacionales con el apoyo de los gobiernos en turno- produjo reacciones de los trabajadores latinoamericanos para impedir el cierre de sus empresas y el desempleo consiguiente. Lo que siguió a la 84

resistencia y el triunfo de los trabajadores fue la adopción de esquemas cooperativos de producción. Es el caso de las cooperativas TRADOC mexicana y de la UST argentina. El caso de Trabajadores de Occidente –TRADOC-: “En esta industria, si no tenemos una alianza de ese tipo, estamos condenados a morir”.

La producción de neumáticos constituye una parte importante de diversas cadenas de valor a nivel global y se encuentra muy estrechamente ligada a la cadena de producción de automóviles, pero no sólo. Por países, Estados Unidos es el primer productor con 245 millones de unidades anuales, por delante de Japón, país que produce 140 millones. Para el 2006, con ventas cercanas a los veinte mil millones de dólares, Bridgestone, empresa japonesa, ocupaba el primer lugar, desbancando a Michelin, francesa, y a la histórica Goodyear Tire, norteamericana. Cooper Tire, por su parte, mantenía el noveno lugar mundial44 (ver Cuadro N° 4,1 en anexos). El análisis del caso de la planta llantera de El Salto –TRADOC- indica que, en la etapa de Euzkadi y Continental (1971-2001), la empresa estaba inmersa en un claro proceso de mercantilización. Lo anterior se expresaba claramente en sus políticas de adquisición de materias primas, producción y comercialización. La cadena de valor obedecía fielmente a las reglas del comercio mundial de llantas, en un marco de globalización neoliberal y de las premisas del ajuste estructural mexicano iniciado en el país desde la década de los ochenta: privatización, desregulación-liberalización y estabilización. Claros ejemplos de ello fueron los cierres de fábricas productoras de llantas en el México 45. Con estos cierres, la planta de trabajadores en la industria pasaba de 32,745 trabajadores en 1989 a 6,275 en el año 2000, es decir, una reducción del 81%, y ello a pesar de que la industria automotriz asentada en México había crecido en esos años, superando

a Brasil en

América Latina (Gómez Delgado, 2008: 35-37). La apuesta de las empresas transnacionales productoras de neumáticos era clara: la importación de llantas más económicas a costa del desempleo de la mano de obra mexicana.

44

Para enero de 2009 la capacidad instalada en Estados Unidos era de 280.3 millones de llantas, el 82.5% del total de América del Norte, mientras que la capacidad mexicana era de 31 millones de llantas, el 9.1%. (Modern Tire Dealer: 2009). 45 En agosto del 2000, con el cierre de la Compañía Uniroyal, propiedad de Michelin, se despidieron a 650 trabajadores y, en abril de 2001, el cierre de la planta de Goodyear Oxo conllevó el despido de 1,350 obreros, debido a su política de importación de 12,000 llantas diarias de origen brasileño.

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Para el caso de la Continental46, la búsqueda de productividad a costa de los trabajadores era una de sus principales estrategias. Entre ellas estaban, por ejemplo, la especialización flexible de los trabajadores, la extensión de las jornadas de trabajo y la reubicación de plantas en países con mano de obra más barata como los países de Europa del este, China y Brasil (Gómez Delgado, 2008: 23). En este marco se inscribe la decisión de cierre de la planta de El Salto por el presidente de Continental.

Sin embargo, una vez pasada la etapa de huelga y resistencia contra el cierre de la planta de El Salto, con la nueva empresa, Corporación de Occidente, S.A. de C.V. - integrada por TRADOC con el 42% de acciones, Llanti Systems con el 20% y Cooper Tire con el 38% y un Consejo de Administración integrado por 7 consejeros, de los cuales 3 corresponden a TRADOC además de la Vicepresidencia, tres a COOPER y la presidencia actual por dos años, y uno a Llanti Systems-, el proceso de mercantilización hacia afuera se mantiene: tanto para asegurar el abastecimiento de materias primas, como en el proceso de producción y la comercialización. Esta alianza socio-empresarial es resultado de una estrategia de adquisición de la planta entre los sectores privado y social: “Llanti Systems entra precisamente recomendada por uno que había sido director de CONTI (Continental) en México y que lo habían corrido. Llanti Systems le compra la otra mitad a la CONTI (…) y nosotros, pues cero, porque (aportábamos) los salarios caídos más la liquidación (...) creo que fue correcto porque nosotros, por muy buenos que fuéramos para producir, no sabíamos vender (…) entonces creemos y sostenemos que fue un acierto haber hecho una alianza estratégica con alguien que es la iniciativa privada pero que le marcamos, perfectamente, los límites y la autonomía de la cooperativa” (Jesús T.)

En este sentido, el paradigma de la economía clásica y neoclásica de valor de cambio (productividad, competitividad) se sostiene en las nuevas condiciones de producción y comercialización, sin que ello suponga un avance en torno a un proceso des46

Es la cuarta empresa a nivel mundial en la producción de llantas, con 140 plantas productoras en el mundo, ingresos de 12,600 millones de euros, 1,500 nuevas patentes, 80,580 empleados, 55.4% de incremento del valor accionario en 2004 (un 500% acumulado entre 2001 y 2004) y un mercado mexicano de llantas del 14.5% del total nacional. Tuvo en 1944 dos campos de concentración en Alemania, en Ahlem y Limmer, con prisioneros de guerra y 4,500 extranjeros para la producción de llantas y máscaras contra gas.

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mercatilizador hacia el impulso del valor de uso. Así, de acuerdo con las estimaciones de Corporación de Occidente, en palabras de José Torres Nuño, las metas de producción consideradas son 6,000 diarias en marzo 2009, 13,000 para diciembre de 2009, 20,000 hacia fines del 2010 y 35,000 para el 2013.

Para alcanzar estas metas de producción, TRADOC tenía que llevar más lejos sus alianzas empresariales. La necesidad de contar con materias primas, en una industria globalizada, se convertía en un riesgo inmediato: “(…) en esta industria si no tenemos una alianza de ese tipo estamos condenados a morir (…) el tema de las materias primas dominada por las trasnacionales y la cooperativa tenía que ser lo suficientemente inteligente (…) Si eres cooperativa te dicen adiós, yo no le entro (…) Si tú vas, por ejemplo, al almacén te vas a encontrar cuerda de acero de Bélgica, hule de Malasia, hule de Guatemala, hule sintético de Texas, en fin, es una gama”. (Jesús T.)

Pero además de la seguridad en el abastecimiento de materias primas, otro factor fundamental para la industria se encuentra en la tecnología: “Nosotros teníamos que buscar un socio estratégico que nos permitiera por una parte tener tecnología, por otra parte garantía de consumo en los volúmenes que requiere la planta (...) el acceso a maquinaria que en la industria, vuelvo a lo mismo, está dominada por las trasnacionales. Si las trasnacionales acuerdan, no nos venden más que chatarra y nosotros no queremos eso. (Además) capacitan al personal: los hemos mandado a las plantas de Estados Unidos. En ese tipo de cosas que LLANTI SYSTEMS pues, obviamente, no hubiéramos podido tener” (Jesús T.)

Y ello será posible gracias a la sociedad establecida con Cooper Tire, con maquinaria adicional facilitada por esta empresa llantera y su aliado en Estados Unidos (en calidad de préstamo, pero sin descartar la posibilidad de su compra en el futuro). Por otra parte, se incrementará la productividad, dado que ésta se logrará con la plantilla actual de 700 trabajadores y mediante la modernización y automatización del equipo para mejorar los procesos de la planta (por ejemplo, en el área de acabado final donde el sistema de 87

bandas es viejo). En palabras de Jesús Torres Nuño, la alianza con Cooper ocurre porque: “(…) con Llanti Systems estaba ya un poco en terreno nacional pero que iba a ser insuficiente para sostener una planta de este tipo (…) entre el 2001 y 2005, por supuesto que hubo cambios en la industria, muchísimos cambios. Entonces, lo que nosotros teníamos que buscar era un aliado estratégico, que nos permitiera a nosotros mantener un ritmo de crecimiento” (Jesús T.)

Sin embargo, no se advierte hasta el momento la intención efectiva de impulsar la articulación en cadenas de valor cooperativistas o redes de colaboración solidarias, que permitan potenciar a la economía solidaria como alternativa frente al capitalismo neoliberal, salvo la afirmación de Jesús Torres Nuño en su discurso de clausura del Segundo Congreso Internacional sobre legislación y políticas públicas de Fomento Cooperativo celebrado en octubre de 2008 en la Ciudad de México: “(…) la necesidad de dar los pasos necesarios a la integración cooperativa, es decir, el intercambio de productos y colaboración real entre las propias cooperativas” (Rodando, 2008: 8).

Un signo de esta buena voluntad, aunque apenas visible, es la instalación de máquinas refresqueras de la Cooperativa Pascual en las instalaciones de COOCSA, en reemplazo de las antiguas máquinas de Pepsi. La desmercantilización sucede, entonces, hacia adentro principalmente, en la medida en que las relaciones mercantiles del trabajo sufren un cambio mediante el esquema cooperativo, dado que los trabajadores bajo el esquema cooperativista de socios y dueños de los medios de producción son quienes en asamblea determinan su ingreso –y no ya entendido como

un salario mediado por la relación

capital/trabajo -. “Nosotros solamente somos socios en el negocio, la planta, prácticamente, nosotros la administramos. Todo lo que tú puedes ver adentro los procesos son autogestivos, no hay supervisores. Sí tenemos un régimen de disciplina interna porque es algo obvio y natural de cualquier negocio” (Jesús T.)

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La forma de asignación de esta nueva forma de retribución queda limitada, sin embargo, por las decisiones que se toman en el Consejo de Administración de la nueva empresa Corporación de Occidente- por un lado, pero también mediante el crecimiento de la plantilla laboral mediante la incorporación de nuevos trabajadores, asociados ahora en NEUMAC, cooperativa formada como estrategia para la contratación de trabajadores operando como prestadora de servicios laborales, pero no en TRADOC, copropietaria de la empresa. Sin embargo, los cooperativistas socios de TRADOC toman distancia de otras prácticas cooperativistas laboralmente mercantilizadas y que violentan los derechos de los trabajadores contratados, como es el caso de la cooperativa Pascual: “(…) para mantener un esquema cooperativo hicimos una cooperativa de servicios que se llama NEUMAC. Ahí estamos todos los que trabajamos aquí, todos desde el gerente hasta el que barre, todos bajo un esquema cooperativo (…) Esta es una cooperativa de servicios” (Jesús T.)

De ahí que la desmercantilización del trabajo resulte cierta hasta ahora, pero limitada sólo a los socios cooperativistas de TRADOC, ya que los nuevos trabajadores contratados hasta marzo de 2009, y probablemente en el futuro, no serán considerados copropietarios de la empresa. De esta manera, los nuevos parámetros de productividad de la planta y de sus trabajadores obedece no sólo a los impuestos por la competencia internacional, sino fundamentalmente a los incorporados como metas desde los propios cooperativistas, en una nueva forma de relación más convencida y desde dentro, entre las exigencias de la empresa y los compromisos asumidos consciente y voluntariamente por los socios cooperativistas. El caso de la Unión Solidaria de Trabajadores –UST-: ¡No hay la salvación individual, creemos que la salvación es colectiva! Para Ruggieri (2009: 52), “(…) es imposible desarrollar un proceso autogestionario sin influencia del mercado capitalista en que la empresa debe operar. El desafío es preservar y desarrollar lógicas internas de racionalidad económica autogestionarias inclusive cuando el producto del proceso deba atenerse a las reglas de la competencia en el mercado”. Este proceso ocurre normalmente en las experiencias productivas de las ERT argentinas cuando pasan por una primera fase de trabajo de maquila - o a facón-, es 89

decir, en el que se trabaja para un tercero que aporta la materia prima o el capital necesario para iniciar la producción y se lleva el producto terminado para su comercialización. Esta forma de producción significa un límite claro al proceso de autogestión dado que las decisiones estratégicas se toman fuera de la fábrica. En palabras de Ruggieri (2009:49), de alguna manera, el patrón pasa a estar fuera de la planta.

Asimismo, la propiedad de los medios de producción de la empresa es otra de las variables a tomar en cuenta47. En este sentido, “las ERT adquieren esta posibilidad al constituirse

como

cooperativas

de

trabajo,

sin

que

por

necesariamente, logre asumir la propiedad de la empresa

48

ello

la

cooperativa,

(…) las expropiaciones

(generalmente temporarias y producto de relaciones de fuerza políticas y, por tanto, reversibles en caso de debilidad) o el otorgamiento judicial de la continuidad laboral de la cooperativa por sobre la empresa anterior no le aseguran a los trabajadores la propiedad inalienable de la empresa” (Ruggieri, 2009: 53).

La autogestión en el mercado capitalista se enfrenta a numerosos retos de los trabajadores. Uno de ellos es asumirse como nuevos emprendedores y no

como

asalariados, lo cual no resulta fácil de conseguir. La competencia en el mercado es otro de sus grandes desafíos, dado que dependen de sí mismos frente a otros productores capitalistas (Ruggieri, 2009: 57).

Opera una doble dinámica económica en las ERT: por un lado, un proceso de desmercantilización del trabajo, al convertirse de trabajadores asalariados en trabajadores autogestionados y cooperativistas; por otro, de mercantilización, al tener que competir con otras empresas bajo las reglas del mercado y mediante la contratación de nuevos trabajadores para la lógica mercantil no cooperativista.

En el primer caso, más allá del proceso de acumulación capitalista, en las ERT lo que parece predominar es la necesidad de asegurar ingresos percibidos como decentes para 47

El 65% de las ERT cuentan con un parque industrial anterior a la reconversión productiva argentina de 1976. Se trata, entonces, de maquinaria obsoleta. El 26% cuenta con maquinaria más moderna y tan sólo el 12% corresponde a empresas creadas en la década de los noventa (Ruggieri, 2005: 41-42). 48 Los acreedores en las quiebras de empresas son múltiples: proveedores, clientes, bancos, el propio Estado en sus diversos niveles de gobierno, incluyendo a los propios trabajadores por salarios caídos, prestaciones, indemnizaciones.

90

los trabajadores en una dinámica de seguridad en el tiempo. En palabras de Ruggieri (2009: 80): “(…) ingresos –retiros- que aseguren la reproducción de la fuerza de trabajo sin la necesidad de acumulación de plusvalía”.

Así, en la mayoría de las ERT ha ocurrido un doble proceso de desmercantilización y mercantilización respecto a los trabajadores: se trata de una alta rotación mediante la cual en 64% de las ERT se incorporan nuevos trabajadores y en 67% de ellas salen trabajadores antiguos – la deserción tiene múltiples causas, pero destacan la falta de adhesión a las nuevas formas de gestión con el 10%, jubilaciones con el 19%, bajos salarios con el 17% y conflictos internos el 15%. De estas deserciones, es destacable que sólo el 22% correspondieron a trabajadores de planta o producción (Ruggieri, 2005: 6869)49.

Este es el marco en que se inserta la experiencia autogestionaria de la UST: “(…) de 39 cooperativistas originales pasamos a 92 trabajadores (…) Primero entran como aspirantes a socios que están en este proceso muchos y muchos fueron siendo socios. De hecho somos algo así como 68 socios…Sí, como 68 socios y los demás son aspirantes” (Diego L.).

Para poder ser trabajadores asociados los aspirantes deben cumplir con un compromiso claro con el proyecto de la UST y pasar con un periodo legal de 6 meses de prueba y de formación cooperativista. Y en este proceso de formación, la mística de la UST tiene un lugar central: “(…) hay que tener horas compromiso de devolverle a la comunidad, ir a la escuela, ir a trabajar” (Mario B.) 49

De acuerdo con la percepción de los propios trabajadores sobre la equidad del trabajo, en 2004 el 68% afirmaba que todos trabajaban la misma cantidad de horas, pero esta percepción variaba entre las ERT pequeñas –de 1 a 20 trabajadores- con un 84%, contra el 61% en las empresas con 20 a 50 trabajadores y el 54% en las ERT con más de 50 trabajadores. Por otra parte, respecto a la equidad salarial, sólo el 56% de los trabajadores consideraban que todos ganaban igual (64% en las ERT de 1 a 20 trabajadores, 47% en las ERT de 20 a 50 trabajadores y 54% en las ERT mayores de 50 trabajadores). Ahora bien, con datos de 2004, el promedio salarial en las ERT era de $ 698.00, es decir, mayor al promedio de los trabajadores ocupados y muy superior al ingreso asistencial pagado a los desocupados por el gobierno argentino (Ruggieri, 2005: 7882).

91

“(…) un proceso de capacitación con las maestras del bachillerato. Entonces, es donde ellos participan en el curso de cooperativismo, dentro de esos 6 meses… ellos tienen que recuperar el sentido de pertenencia de lo que es esto… Si no está de acuerdo pues se tiene que ir porque este es el proyecto… se va tratando de entender, de discutir el tema de la mística, de reconocer que es otra cuestión la nuestra, que no es un trabajo convencional” (Diego L.)

Meyer (2004: 49) sostiene, por su parte, que sólo el 52% de las ERT recibieron financiamiento, de los cuales tan sólo el 36% correspondió a préstamos o subsidios del Estado, mientras que el resto correspondió a otras cooperativas o iglesias. Asimismo, el 81.81% de las ERT no se hicieron cargo de sus pasivos y sólo el 27% realizaron estudios de mercado. Entre ellas, el 63% de las ERT no realizó trabajo a facón.

La UST tuvo que seguir un proceso distinto a otras ERT: resistir en las calles, constituir su cooperativa, negociar sus servicios para el mantenimiento del relleno sanitario, conseguir los primeros créditos para la compra de la maquinaria y equipo, demostrar el primer año su capacidad gerencial y experiencia laboral para realizar satisfactoriamente el mantenimiento del relleno, generar excedentes una vez cubiertos sus gastos y créditos, reinvertir en mejor equipo y maquinaria, reinvertir en la comunidad y su desarrollo, generar nuevas propuestas y proyectos. En sus propias palabras: “Nuestro primer objetivo, mantener la fuente de trabajo, estaba cumplido (…) Después de un año de trabajo, pudimos decir que se logró el segundo objetivo, la Cooperativa cumplió con el contrato firmado, porque supo administrarse, capacitarse, gerenciarse, desarrollarse, capitalizarse, ser disparadora de proyectos comunitarios y productivos que generaron nuevas fuentes de trabajo y también que pudo ampliar el número de asociados. Hoy, renovamos el contrato que nos vincula con CEAMSE, no por año, sino por un período de cinco años” (UST, 2010e).

Sin embargo, el proceso de mercantilización no se detiene en el este caso, sino que se manifiesta más allá de los servicios de manejo integral del relleno sanitario por la UST. Ello tiene que ver con el futuro del propio predio y se refiere a la posibilidad de una explotación urbanística posterior, dado que los terrenos ribereños aledaños al relleno 92

forman parte de un proyecto de urbanización. De acuerdo con los dirigentes de la UST, con la expropiación de dichos terrenos por parte del Estado, lo que vendría después es la especulación inmobiliaria de alto nivel50: “(…) se está firmando un convenido con la municipalidad de Avellaneda y el gobierno de la provincia de Buenos Aires para hacer un programa de urbanización. Con lo que también hubo una estrategia de desvalorizar los terrenos y el lugar -acá se acusaba de contaminación, de muertes por leucemia-. Después acaban de anunciar un mega proyecto en donde van los ricos y no los pobres. Entonces esto perdió mucho valor, lo compran por prácticamente por nada y construyen unos edificios parecidos a Puerto Madero en donde el pueblo no tiene acceso” (Diego L.) Aquí cabe señalar el reciente convenio – de fines de 2009- firmado por la UST con la Municipalidad de Avellaneda, dentro del programa de nuevas cooperativas, por medio del cual se logrará contar con 60 nuevos puestos de trabajo en el barrio y la posibilidad de organizar las tareas de barrido, zanjeo y desmalezamiento del barrio con el mejoramiento de la calidad de vida de los vecinos. Y esta necesidad de crecimiento poco a poco va permeando la conciencia de los dirigentes de la UST: “(…) queremos formar parte otra UST en cualquier otra provincia. Por qué ¿no? Eso es la expansión que tenemos en el sentido de trabajo (…) puede ser cualquier otra provincia. Entonces, queremos fortalecer eso desde ahora, eso va a ser un tema fuerte informando (…) Yo no veo la hora de que la cooperativa no sólo se encuentre en Avellaneda” (Diego L.).

Y, con el fin responder cada vez mejor a las exigencias socio-económicas de la cooperativa, la UST tiene clara la necesidad de la profesionalización de sus socios:

50

Y, efectivamente, la empresa Techint se encuentra detrás del proyecto, ya que es propietaria de 230 hectáreas ubicadas detrás del relleno sanitario de Villa Dominico. Para la recuperación y urbanización de 5 kms de la ribera del Río de la Plata, la inversión inicial prevista es de 100 millones de dólares de un total de 1,700 millones de dólares que costará el proyecto final, a realizarse en 12 años, el cual incluye 8,000 50 viviendas para una población de 27,000 habitantes .

93

“Ya dos compañeros y una compañera que estarían rindiendo unas materias que les quedaron de la secundaria este año, para el año que viene anotarse en la universidad y este también es el desafío de la cooperativa tener sus propios profesionales ¿no?” (Susana A.) Las organizaciones campesinas: de la híper-mercantilización de los agronegocios a la desmercantilización de la economía campesina.

Los procesos de mercantilización radical, es decir, la conversión en simple mercancía de todas las esferas de la vida de los pueblos campesinos así como la producción de bienes y servicios centrados exclusivamente en el valor de cambio, impulsados desde la década de los ochenta en todo el mundo, aunque de manera desigual, han tenido enormes consecuencias para la organización y defensa de su modo de vida de parte de los campesinos. La Vía Campesina lo expresa de esta manera: “Las negociaciones de comercio bajo la OMC (Organización Mundial de Comercio) fuerzan a cada país, y en especial a los países en desarrollo, a abrir sus mercados de alimentos, su producción pesquera, sus reservas forestales y sus servicios públicos

a

las

corporaciones

transnacionales.

Esto

conduce

a

efectos

devastadores para millones de campesinos, agricultores a pequeña escala, trabajadores y pueblos indígenas alrededor del mundo. Mientras que estas naciones en desarrollo deben afrontar un aumento en las importaciones alimentarias, los precios para sus productos locales bajan considerablemente. El campesinado no puede vender su producción en su propio mercado local o nacional por lo que la economía local colapsa. (La Vía Campesina: 2006) El caso de la Unión Regional de Apoyo Campesino –URAC-: “Producir lo que el campesino consume y consumir lo que el campesino produce” a “Cosechando juntos lo sembrado”.

En mayor o menor medida, esta realidad es válida tanto para los campesinos brasileños como para los mexicanos. Las consecuencias para los productores campesinos mexicanos han sido devastadoras, ya sean pequeños productores agrícolas o pecuarios. Se trata de la gran mayoría de los productores del país, los que sostienen 94

alimentariamente a millones de personas51. No obstante lo anterior, la gran apuesta de las políticas rurales modernizadoras se ha centrado en los incrementos de productividad de las actividades agropecuarias con un enfoque agroexportador, de manera que los recursos se han concentrado en exceso en los productos que garantizan una mayor rentabilidad y responden en mayor medida a las condiciones del mercado internacional, en detrimento de la seguridad alimentaria nacional. De este modo, productos como las hortalizas y frutas han registrado una expansión derivada de una mayor demanda internacional, en perjuicio de otros productos como los cereales, que comprenden la base de la alimentación nacional (ver anexos Cuadro N° 4.2). Lo anterior significa que el estancamiento en la producción de granos básicos ha ocasionado más dependencia del exterior para el abasto (La Jornada del campo N° 14: 2008).

Se puede afirmar, entonces, que México ha efectuado una reconversión productiva durante las dos últimas décadas, orientando su estrategia hacia una mayor dinámica en el crecimiento de los productos orientados hacia el mercado externo, debido a su mayor rentabilidad, en tanto que los productos base de la dieta diaria de millones de mexicanos registran una clara tendencia descendente y, con ello, un aumento de sus importaciones, comprometiéndose así la seguridad alimentaria. Como sostiene Escalante (2008): “(…) con información de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se puede comprobar que la superficie agrícola total de México se redujo a un ritmo de dos por ciento anual entre 1998 y 2005, al pasar de 14.9 millones de hectáreas a 12.8 millones. La razón es que productores que se ubican en superficie de temporal han abandonado por completo las 51

Rudiño (2008b) afirma que, durante los últimos 20 años, el padrón nacional de productores de leche cayó de 400 mil a 150 mil y las quiebras continúan. Las razones están en la desaparición de los precios controlados al consumidor, afianzando un esquema en que la industria (Nestlé, Danone, Alpura, Sigma, Lala) aplica precios bajos al productor y cobra caro al consumidor, además de la desgravación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la práctica de sobrecupos de importación. Con 170 mil toneladas de leche en polvo importadas anualmente de 1994 a 2007, el gobierno dejó de cobrar más de cuatro mil millones de dólares. Por su parte, Polanco (2008) sostiene que los granos básicos y las oleaginosas (maíz, frijol, arroz, trigo, sorgo, cebada, avena, soya) son el subsector más importante de la agricultura mexicana dado que contribuyen con 65 por ciento del producto interno bruto agropecuario, silvícola y pesquero. El 80 por ciento de la superficie sembrada del país se destina a su producción en 2 mil 500 municipios, es decir en 81 por ciento del total y en todas las entidades federativas. Del conjunto de 4.2 millones de ejidatarios y comuneros, 70 por ciento siembra alguno de estos cultivos. El subsector aporta la mayoría de los alimentos para la población, así como para la engorda animal y la agroindustria51.

95

actividades agrícolas, para buscar nuevas estrategias de subsistencia (….) (como el) incremento de las jornadas de trabajo y mayores ingresos no agrícolas sobre todo del sector informal y en algunos casos en las maquiladoras (…) (y) una mayor migración hacia zonas urbanas en México y hacia Estados Unidos (…) Hoy en día la agricultura y la alimentación reciben trato de simple mercancía, objetos de propiedad privada y de maximización de ganancias (…)”.

Frente al marco contextual anterior, el caso de la URAC es ilustrativo de las dificultades que las organizaciones campesinas regionales tienen para enfrentar una dinámica radicalmente adversa a su modo de producción. El Proyecto Tequisquiapan, del que resultaría la URAC, se proponía en su origen impulsar una “economía campesina alternativa” que pudiera hacer frente a la pobreza y marginación de los productores primarios de la región (Castillo: s/f, 8). Esta economía campesina alternativa debía considerar las estrategias de sobrevivencia campesina propias de la región: “Es común que una familia practique siembras intercaladas de maíz, frijol, cebada, calabaza, jitomate y otros cultivos, que se combinan económica y ecológicamente con cerdos, aves de corral o vacas. Además, el productor no ocupa todo su esfuerzo en dicha parcela: es un productor de tiempo parcial. La mujer cuida el cultivo y él la ayuda en la siembra y la cosecha. Probablemente, la hija trabaja en una maquila de ropa y el hijo es también peón de albañil o emigró a los Estados Unidos”. (Rabasa, 2002: 8-9)

Así, de acuerdo con Castillo (2006: 9), el lema de la URAC condensaba la propuesta de economía campesina alternativa: “Producir lo que el campesino consume y consumir lo que el campesino produce”. Y esta propuesta del equipo UDEC retomaba, entonces, los procesos económicos clásicos pero desde una concepción desmercantilizadora: producción, distribución, consumo y financiamiento, pero con la intención de generar encadenamientos solidarios de valor en mercados locales.

Sin embargo, el proceso seguido por la URAC, además de los problemas organizativos internos, se enfrentaba a una realidad regional que, desde las dinámicas de la

96

globalización neoliberal, en muchos aspectos caminaba en sentido contrario a su intención52: “(Otro) factor, que no dependía de la organización interna, vino a dar al traste con el proyecto avícola. Debido al Tratado de Libre Comercio, la industria avícola queretana, significativa a nivel nacional, se vio obligada a vender a Pilgrim‟s Pride, una empresa norteamericana que compró todos los activos de la Unión de Avicultores: planta de alimentos, incubadoras, granjas, etc.” (Alfonso Castillo, 2006: 23):

Por su parte, Manuel Rabasa (2002:19) la caracteriza como una secundarización de la economía campesina que logra combinar la producción primaria en la finca con el ingreso extra doméstico. De ahí que, en la lógica no mercantil de producir lo que el campesino consume (privilegiando el valor de uso sobre el valor de cambio), desde la etapa experimental del proyecto Tequisquiapan se procuró impulsar diversos proyectos productivos, entre los que estaban proyectos colectivos de vacas, de puercos, una tortillería, varias tiendas comunitarias, una panadería, una bloquera (Castillo, 2006: 24). En entrevista, Alfonso Castillo

explica los fracasos de las experiencias productivas

colectivas de esta manera: “(…) entramos al mundo de la producción en esta visión de alternativa, de producir lo que se consume (…) pero nos dimos cuenta que la producción atrae muy poca gente (…) todos los proyectos productivos tienen a disolverse a lo largo del tiempo. Después de esta experiencia los proyectos productivos en el campo en esta zona no funcionan, es violentar la cultura productiva de la región” (Alfonso C.)

Frente a los fracasos anteriores, una estrategia adicional que resultaba obligada para los miembros de la URAC tenía que ver con la vinculación producción-consumo de tipo 52

Se trata del proyecto regional de pollo de engorda, con ocho granjas de propiedad colectiva en otras tantas comunidades y el cual duró ocho años en operación (de 1986 a 1993). Este proyecto resulta sintomático de los problemas de un mercado con tendencias claras hacia la concentración y monopolización de la economía y el mercado. Los esfuerzos y estrategias impulsados por la organización se enfrentaban a un contexto neoliberal adverso para el modo de producción campesina. Con ello, la concentración de la actividad avícola en pocas grandes empresas vino a cerrar la pinza para su fracaso. En palabras de Alfonso Castillo (2006: 23): 97

familiar. La producción familiar de traspatio es un proyecto productivo que continúa hasta la fecha y, aunque sus alcances no abarcan sino a una minoría de las socias y socios de la URAC, al parecer se encuentra consolidado y en vías de crecimiento gradual.

La comercialización campesina, de tipo desmercantilizadora y ligada al consumo, ha sido otra de las estrategias históricas impulsadas por la URAC. Con base en un análisis riguroso de oferta-demanda de productos primarios en las comunidades, la URAC se planteó en sus orígenes un proyecto de comercialización de granos básicos que se enfrentó con numerosos problemas, entre los que destacan su baja escala de operación y de margen de operación, la compra en kilos al productor y la venta en cuartillos al consumidor, la falta de rigurosos controles de almacenamiento, administración y venta de granos (Castillo, 2006: 29).

No obstante los éxitos logrados temporalmente en los diversos proyectos de producciónabasto-comercialización y sus posteriores fracasos, para Alfonso Castillo la estrategia de articulación productiva y comercial no debe ser parte sólo de la historia de la URAC, sino también uno de sus retos a futuro, dado que: “Los actuales cambios en el contexto internacional (globalización) y nacional (infraestructura de servicios más amplia aun en comunidades rurales y un cierto dinamismo económico en la región) obligan a revisar esta propuesta. Hay fuertes corrientes que muestran la necesidad de poner los ojos en mercado interno, como una estrategia macroeconómica de dinamización de la planta productiva, tal como estuvo planteado en los orígenes de este proyecto” (Castillo, 2006: 10).

Frente a los fracasos en la producción colectiva y la comercialización, el financiamiento alternativo y desmercantilizador ha sido y es la verdadera columna vertebral de la URAC y su proyecto más ambicioso, exitoso y acabado. Y este crecimiento ha sido exponencial. De acuerdo con Rudiño (2009), Rodrigo Sánchez Mújica, director de Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), reconoce que: “(…) la banca de desarrollo enfocada al campo en México cumple 81 años de existencia este 2009, y sin embargo de los 6.1 millones de unidades de producción agrícola que hay en el país tan sólo 1.5 millones están en condición de acceder al 98

crédito (...) el grueso de los campesinos sin posibilidad de ser financiados tiene necesidades que desafortunadamente cubren con el agio, con créditos de usura que llegan a costarles 10 por ciento mensual, o se autofinancian con familiares o con recursos procedentes de empleos urbanos y de proveedores”.

Esta situación de extrema precariedad campesina para financiar sus actividades agropecuarias ha tenido como respuesta la búsqueda de estrategias alternativas que les permitan hacer frente a sus necesidades: “En la reconstrucción histórica que se hace en 1986 aparece una afirmación que actualmente rechazamos, a partir de la experiencia de años posteriores: se ha venido observando que el ahorro en sí mismo no tiene capacidad de convocación, si no está vinculado a alguna actividad productiva” (Castillo, 2006: 27).

Y, de forma un tanto sorpresiva, la URAC descubrió que el programa de ahorro se convertía rápidamente en su columna vertebral y en su estrategia punta, dada la necesidad de los campesinos de todas las edades por contar con un mecanismo seguro para guardar sus escasos ahorros: “(...) aquí han encontrado que hay un espacio, con algunos problemas, pero que hay un lugar confiable y que nos vamos adaptando un poco a sus necesidades, por ejemplo, nosotros nunca pensamos que entraran niños a ahorrar” (Alfonso C.)

La vertiente de las finanzas campesinas logró, finalmente, dar al proyecto la posibilidad de construir una organización regional: “Dado que el ahorro se convirtió en la condición de posibilidad de participar en la organización campesina, es decir, en la puerta de entrada, gradualmente fue tomando un papel preponderante y a requerir un atención mayor, pues estaban en juego los recursos de las socias y socios (…) (Ya) en 1994, esta área constituye la columna vertebral de la organización”. (Castillo: 37)

Lo anterior refleja la tensión existente entre dos grandes tipos de tendencias en las finanzas populares y campesinas: por un lado, desde la perspectiva organizativa, la 99

propuesta de las cajas de ahorro y crédito, exitosas, masivas en membrecía pero incapaces de promover esfuerzos de organización y educación desde la base, frente a las organizaciones que privilegian lo contrario, como la URAC; y por otro lado, las organizaciones populares financieras, casi siempre intermediarias de recursos oficiales o privados que privilegian el crédito y lo dispersan entre sus beneficiarios, frente a las organizaciones que dan al ahorro de sus socios el papel primigenio, como la URAC. Alfonso Castillo lo explica de esta manera: “Esta estrategia tuvo dos efectos: reforzó la dinámica del ahorro, y permitió crear un fondo para financiar proyectos productivos, independiente del fondo formado con el ahorro de los campesinos” (Castillo, 2006: 27).

Con esta forma de promover las finanzas campesinas, la URAC se inserta de nuevo en un proceso de desmercantilización de los servicios financieros a pesar de que en 2006 tuviera que convertirse el programa en una cooperativa de ahorro y préstamo Cosechando Juntos, S.C.-. Desde el enfoque de las finanzas populares y campesinas se trata de servicios no bancarios, teniendo como eje al ahorro 53 y la movilización de recursos propios de las familias, de las mujeres y de los niños, con referencia a un territorio común y una identidad propia. Con ello, la experiencia de la URAC se ha constituido en un referente nacional de financiamiento campesino: “(…) Nada más alejado para muchas organizaciones que asimilarse a la imagen de lo que es un banco, sobre todo aquellas con estrecha relación a un territorio, a una población, a una cultura”. (Castillo, s/f, 117-118)

Se trata, finalmente, de una apuesta desmercantilizadora de la URAC por servicios financieros que van más allá de los principios económicos tradicionales, especialmente en su versión dominante actual o neoliberal: un fundamentalismo del mercado que funda su racionalidad en la productividad, la rentabilidad, el lucro y la máxima ganancia. Para Alfonso Castillo, esta apuesta de desmercantilización financiera radical tiene sus consecuencias en sus afanes por lograr una sustentabilidad económica y social:

53

La URAC tiene cuatro tipos de ahorro: ahorro normal, ahorro escolar, ahorro para eventos y ahorro a plazo fijo. Por su parte, promueve cinco tipos de crédito: normal, responsable, para construcción, de traspatio y para negocio familiar.

100

“Desde los inicios se estableció que habría un tope máximo de préstamo para todos los socios, independientemente del volumen ahorrado (...) Este principio educativo es un principio antieconómico y anti-financiero. Tiene su origen en la inspiración misma del proyecto de darle más peso específico a la política educativa y de equidad y a impedir intencionalmente la exclusión de los pobladores rurales por motivos económicos” (Castillo: 67)

Así lo confirma Alfonso Castillo en la entrevista que me concedió: “(…) Si quisiéramos tener un mejor margen de utilidad y no estar en la cuerda floja, pues, aumenta tu crédito y disminuye sus requisitos organizativos y disciplinarios. En eso hemos sido muy tercos” (Entrevista a Castillo: 2009)

En resumen, se puede afirmar que la experiencia económica de la URAC ha tenido como origen y horizonte la práctica de acciones alternativas de economía campesina, todas ellas marcadas por su propio proceso de desmercantilización donde el valor de uso ha primado sobre el valor de cambio, pero enfrentadas al mismo tiempo con un contexto radicalmente mercantilizador de la economía mexicana durante los últimos 25 años y, por tanto, un contexto económico anti-campesino o contrario al modo de vida campesina. Asimismo, que su gran éxito como organización regional ha consistido en la creación de un sistema financiero amplio y alternativo de ahorro-crédito de tipo educativo. El caso de la COOPAN-MST: “Cuando llegamos aquí en 1994 nadie creía que podríamos producir”.

En Brasil, la agricultura familiar produce el 74.4 % de la producción de alimentos y da empleo a 12.3 millones de personas, mientras que los agronegocios o agricultura no familiar aporta el 25.6% de alimentos y emplea a tan sólo 4.2 millones de personas (Gráficas N° 4.1 y 4.2 en anexos). Asimismo, la agricultura familiar está representada por el 84.4% de los establecimientos pero sólo posee el 24.3% de la tierra (Gráfica N° 4.3 en anexos). Sin embargo, el valor bruto de la producción familiar representa sólo el 38% del valor total (Gráfica N° 4.4 en anexos). Estos datos nos recuerdan la importancia de los agricultores familiares en el Brasil, sector al que pertenecen los asentamientos del MST. 101

La COOPAN, en el asentamiento Capela del municipio Nueva Santa Rita y ubicado en el estado de Río Grande del Sur en Brasil, es una de las experiencias destacadas del MST en su capacidad productiva54. Como suele suceder en muchos casos de reparto o desapropiación de tierras, a los asentados se les da posesión de los terrenos menos productivos de las haciendas ocupadas. En el caso de Capela, se trataba de terrenos pantanosos, no aptos para la agricultura tradicional brasileña: “Cuando llegamos aquí en 1994 nadie creía que podríamos producir. Muchos querían sacarnos de aquí. Hoy somos uno de los asentamientos que da certeza” (Julcemir Fernando Marcon, en Bergamaschi: 2009).

Sin embargo, los asentados en Capela fueron capaces de impulsar una estrategia productiva acorde a las condiciones del terreno: optaron por la producción de arroz y aprender ágilmente las técnicas de producción de un cereal del que no sabían prácticamente nada. Hoy, la mayor parte de las tierras pantanosas en el asentamiento Capela se decidan a este cultivo y su producción ha sido muy exitosa: “¡Nosotros tuvimos que aprender! Primero plantamos el (arroz) convencional unos años (…) Ahora tenemos arroz ecológico desde hace unos seis años” (Reni)

El caso de la COOPAN resulta emblemática en el Río Grande del Sur por diversas razones socioeconómicas: desde la perspectiva de la economía campesina, por un lado, estimulan la producción primaria tanto agrícola -principalmente orgánica- como pecuaria; por otra parte han impulsado la agregación de valor a diversos de sus productos agropecuarios,

asimismo

han

buscado

creativamente

contar

con

canales

de

comercialización alternativos, y finalmente, también han ganado en conciencia agroecológica mediante el uso de abonos no contaminantes y la reforestación de sus tierras. Así, sin apostar por estar fuera del mercado capitalista, la COOPAN ha buscado desmercantilizar sus procesos económicos en la medida de lo posible, evitando el intermediarismo:

54

La cooperativa cuenta con treinta familias socias, de las aproximadamente 100 que viven en el asentamiento Capela.

102

“Es que la leche va hoy para terceros, la gente no sabe bien quién paga (…) nosotros queremos vender directo y evitar intermediarios (…) La mayoría de la producción (de carne de res) se ha llevado al supermercado y trabaja solamente la familia, es de ellos mismos”. (Reni)

Su producción básica la constituyen el arroz, la leche de vaca y la producción porcina. Su proyecto más exitoso hasta el 2009 era la producción de arroz con la meta para el periodo 2008-2009 de sembrar 220 has, todo ecológico, así como mejorar la productividad. Sus medios consistían en sistematizar mejor la tierra, tener un grupo más organizado y cuidar el desperdicio de herramientas y robos, así como tratar el agua para germinación de la semilla y aplicar bio-fertilizante en toda la superficie. Con inversiones en equipos nuevos, los socios esperan utilidades por 203,283.59 reales (aprox. 1.6 millones de pesos). 55

La producción de leche se sustenta en una media de 46.50 vacas en lactancia y una producción promedio por vaca de 9.63 litros diarios. Sus metas eran la compra de vacas hasta alcanzar 60 en lactancia y mejorar la productividad hasta llegar a 11 lts diarios por vaca que les permitan mejores utilidades. Por su parte, la producción de cerdos tiene como metas contar con 200 madres a junio de 2010. Este proyecto, a pesar de sus dimensiones, no ha logrado tener utilidades ya que para el 2009 contaban con una pérdida programada de 15,327 reales. Un proyecto pequeño pero significativo lo constituye el huerto de hortalizas. Con este proyecto la COOPAN pretende producir alfalfa, radiche, rúcula, cenoura y brócoli para el autoconsumo de sus socios.

Pero más allá de la producción primaria, las agroindustrias del MST persiguen un doble propósito: por un lado, el económico, al agregar valor a la producción y contar con mejores ingresos para las familias campesinas desde la cooperación agropecuaria; por otro, el social, al ofrecer mejores oportunidades de desarrollo de los jóvenes que la agricultura tradicional y favorecer con ello su permanencia en el campo (Rosseti, en Teubal, 2009: 145). En Capela, la COOPAN camina en este sentido y para ello cuenta con una beneficiadora de arroz y un rastro porcícola. La beneficiadora de arroz se encarga del beneficio de la producción de sus socios pero también maquila la producción 55

Para ello cuentan con 6 tractores y encargos bien definidos como el cuidado de máquinas, pregerminación, beneficiadora de arroz, leña y control de combustibles, elaboración y aplicación de biofertilizantes con alcohol y cinamomo, manejo del agua y la bomba y la coordinación general.

103

de otros asentamientos. Para el periodo 2008-2009 la planta programa una venta de 30,000 sacos de arroz ecológico certificado (que no contiene productos agroquímicos) y 20,000 sacos provenientes de Viamäo, Eldorado do Sul y Guaíba que son secados en el asentamiento. Sus metas a 5 años son beneficiar toda su producción y realizar la prestación de servicios de secado a otras organizaciones para un beneficio total de 40,000 sacos (aprox. 4000 mensuales) contra una capacidad instalada de 50,000 sacos. En el periodo 2008-2009 la COOPAN obtuvo utilidades por 89,321.66 reales y entre sus proyectos futuros se encuentra la adquisición de un silo para 15,000 sacos, un sistema de enfriamiento del arroz y una máquina de compactación de cáscara.

La segunda agroindustria es el obrador o rastro de cerdos, el cual se ha convertido en un sacrificio muy rentable, con un saldo final por 140,934.86 reales. En el periodo señalado la COOPAN realizó un sacrificio por 7,453 cerdos propios y 7,303 de maquila, para un total de 14,756 cerdos sacrificados. Entre sus proyectos futuros está contar con la agroindustria completa y la adquisición de una caldera, 2 camiones y una camioneta.

Un segundo proceso socioeconómico de la COOPAN, además de la producción básica y agroindustrial,

lo

constituye

la

comercialización.

Frente

a

la

tendencia

híper

mercantilizadora dominante en Brasil, a través de la exportación impulsada por los agronegocios,

la

COOPAN

está

empeñada

en

impulsar

un

proceso

de

desmercantilización al producir y comercializar para el mercado interno brasileño, particularmente para el mercado regional y alternativo.

Con el rastro de Capela, la carne de cerdo logra ser comercializada a diversos mercados de la región como Novo Hamburgo, Canoas, Nova Santa Rita, Portäo, Capela de Santana y otros municipios. Pero también se piensa comercializar en otros mercados sin intermediarios: “Sin intermediarios a Liz, Sao Leopoldo, Sapucaia, Pontao, todas esas regiones cercanas” (Reni) Asimismo, la COOPAN cuenta con la Loja da Reforma Agraria –Local de la Reforma Agraria-. Se trata de un local ubicado en el mercado Municipal de Porto Alegre y fue resultado de una lucha de diez años con intensas de negociaciones por parte del MST de 104

Rio Grande do Sul. En dicho local se ofrece una variedad de productos orgánicos y sanos provenientes de diversas organizaciones y cooperativas cercanas al MST 56. Entre sus metas se encuentran el aumento de productos (fríos y carnes), fortalecer la feria de los sábados en Redención, ampliar el convenio con la alcaldía, facturar lo más posible en legalidad, aprovechar mejor el espacio, diversificar más sus productos, la compra de cámara fría para hortalizas y carnes frías y la adquisición de una impresora de código de barras. Con ventas anuales de 564,000 reales, la Loja piensa obtener una utilidad de 54,036.27 reales.

Entre otros proyectos complementarios de la COOPAN están la reforestación, con el cual se pretende plantar una ha de eucalipto y 12 has de acacia, de manera que se produzca leña cuya venta pueda dejar una utilidad de 24,000 reales. Asimismo, la mejoras en la administración y contabilidad suponen la adquisición de nuevo equipo cómputo y cámaras de seguridad para la oficina; equipar la guardería con 2 computadoras, materiales didácticos, ampliación del espacio, plantado de árboles, brincaderos y juegos; equipar el alojamiento de huéspedes con más colchones, armarios, dos baños y ropa de cama y, finalmente, realizar en el comedor mejoras de espacio y control de salidas de almuerzos para todas las familias de la cooperativa.

La COOPAN se distingue por su capacidad de producción y organización. En ella participan hombres y mujeres adultos, así como jóvenes mayores de 18 años. La distribución de tareas es muy clara y la planeación de la cooperativa, a pesar de sus errores, tiende a ser bastante clara y precisa. Cada uno de los proyectos cuenta con un coordinador y un equipo de trabajo, responsables de sacarlos adelante. Puede suceder que algunos socios participen en varios proyectos simultáneamente, dependiendo del tipo de tareas que les son confiadas.

En resumen, se puede afirmar que la gran apuesta de la COOPAN es por la producción para el mercado interno, por la soberanía alimentaria brasileña, por el fortalecimiento de los mercados regionales y el impulso de canales alternativos de comercialización. 56

El Local de Reforma Agraria vende más de 350 productos diversos, entre los que se encuentran los propios de la COOPAN –como el arroz blanco e integral- pero también de otras cooperativas del MST y productores independientes pero cercanos al movimiento. Entre los productos destacan cereales, vinos y licores, dulces y conservas, café, hortalizas, semillas, harinas, granolas, leche de soja, yogures, fibras, manteca, libros y souvenirs del MST, pastas, aceites, carnes frías, jugos, entre otros.

105

Las organizaciones indígenas: de la destrucción de la economía indígena a la reconstrucción económica comunitaria.

Históricamente despojados de sus tierras, marginados de los servicios y carentes de infraestructura

comunitaria,

explotados

por

finqueros

y

comerciantes

voraces,

abandonados a su suerte y excluidos de las oportunidades del desarrollo, los pueblos indígenas y originarios de América Latina han tenido que luchar desde abajo y organizadamente para encontrar alternativas socioeconómicas de sobrevivencia desde el modo de producción campesino y la agricultura familiar. Esta es la lucha -particularmente ubicada en el contexto del modelo neoliberal global- que comparten la Unión de Comunidades Indígena de la Región Istmo –UCIRI- en México y la Asamblea del Pueblo Guaraní de Charagua –APG- en Bolivia. El caso de la UCIRI: “Producir, procesar, comercializar en común”. El café es un gran negocio de escala mundial57. Desde una perspectiva de conjunto, cantidad y calidad, México se encuentra en una buena posición. Brasil aporta el 36.15% de la producción mundial, mientras que Colombia lo hace con el 8.2%. México, por su parte, contribuye con un 3.66% de cafés lavados suaves (ver Cuadro 4.2 en anexos). Asimismo, los precios internacionales del café han tenido históricamente grandes fluctuaciones, afectando con ello principalmente a los productores primarios en la cadena (Cuadro N° 4.4 en anexos).

De acuerdo con su fundador, Francisco Vandehoff, en las comunidades cafetaleras del Istmo donde se asienta la UCIRI son catalogadas por como de muy alta y alta marginación y su población es mayoritariamente indígena -con un 73% de la etnia mixe y un 22% de la etnia zapoteca-. En ellas predomina el sistema campesino de producción café-maíz-frijol, además de la pequeña ganadería, la horticultura de traspatio y la recolección de plantas silvestres. La producción de café surge desde fines del siglo XIX 57

En 1992 el 70% del mercado mundial del café era controlado por cuatro grandes transnacionales: Philip Morris (estadunidense), Nestlé (suiza), Procter & Gamble (estadunidense) y Sara Lee. Estas grandes compañías son capaces de regular los mercados y de influir en los precios vía sus propios corredores en las bolsas de Nueva York (para el café arábica) o de Londres (para el café robusta). Al mismo tiempo, los ingresos por venta del café de estas grandes transnacionales rebasan el producto nacional bruto de muchas naciones productoras de café, como sería el caso de Colombia y Guatemala (Waridel, 2003).

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cuando surgieron las primeras plantaciones motivadas por los comerciantes de Ixtaltepec e Ixtepec. Con la llegada del Instituto Mexicano del Café (INMECAFE) y del Banco Rural en 1973, los comerciantes y coyotes perdieron su dominio sobre los cafeticultores gracias a la asistencia técnica, los precios de garantía y créditos, los cuales, con todo, no pudieron ser pagados debido a las deficiencias del INMECAFE (retrasos en pagos y descuentos excesivos) y la corrupción en el Banco Rural y la aseguradora (Vanderhoff, 2005: 143-146).

Sin embargo, ya desde el año 2005 la UCIRI consideraba que uno de sus mayores retos el incrementar la productividad del café. Y esta posibilidad es real, dado que en Chiapas hay productores indígenas con agricultura familiar que cosechan hasta 20 quintales por hectárea, contra uno o dos quintales en las huertas familiares más atrasadas de la UCIRI (Vanderhoff, 2005: 56). “(Sólo producimos) de 5 a 6 quintales por hectárea. Porque aquí son pequeños productores, son 3-4 hectáreas pero, sí lleva más el tiempo de estar limpiando y limpiando, (…) Entonces, invitamos a un compa que es de Chiapas y nos vino a platicar la gran experiencia que él tiene como productor (...) en una hectárea ellos cosechan un 12-15 quintales (…) Entonces eso nos motivó muchísimo…” (Saúl E.)

Más allá de la producción del café, la UCIRI ha visto la necesidad de impulsar otros proyectos: agroindustrias, invernaderos, fábrica de ropa, hortalizas, transporte, entre otros. Con numerosos problemas y escasos resultados, la agregación de valor a los productos primarios mediante su procesamiento ha sido otra de sus estrategias. “La producción es baja (mermeladas de maracuyá, concentrados, jugos) (…) empezamos con frambuesa pero luego introdujimos el maracuyá (traído desde Veracruz) para las tierras bajas del Istmo, como estrategia ante la escasa producción de café en esas tierras (…) tenemos un poco más de 50 productores, autónomos ya de la UCIRI para ser autosuficientes financieramente (…) Tenemos el proyecto de los invernaderos (de tomate) que ya tenemos un plan piloto con tres, cuatro comunidades… Ya está (…) para flores (…) Entonces, el plan todavía está en pie ¿no?” (Saúl E.)

107

Finalmente, fuera de la lógica productiva indígena tradicional, la UCIRI decidió promover la industrialización de productos no agropecuarios. La confeccionadora de ropa, pantalones y camisetas, fue una estrategia alternativa para la generación de ingresos adicionales y empleo pero, si bien contó con apoyo crediticio de FONAES, la realidad es que resultó un fracaso enorme (al parecer llegó a tener hasta 500 trabajadoras) y actualmente está cerrada. Saúl Echeverría, presidente de la UCIRI, da cuenta de esta experiencia frustrada, considerada como fracaso pero también como un aprendizaje para la organización: “…tuvimos una maquiladora grandísima con 500 personas, creo, pues, eso fue un fracaso… Sí, no puede ser un fracaso sino fue como una experiencia que tuvimos como organización” (Saúl E.)

Más allá de los objetivos originales de la UCIRI de contar con un equipo propio de asistencia técnica para sus socios, los problemas con el personal reflejan también la tensión presente entre la organización y sus intereses respecto de los intereses personales de los técnicos: “Teníamos un grupo de técnicos regionales pero, lamentablemente, tenemos personas no están para impulsar la producción sino están aquí para pasarse el día porque tienen un pequeño sueldito” (Saúl)

Fiel a su búsqueda permanente de soluciones, la estrategia de asistencia técnica de la UCIRI cambió de rumbo: de depender directamente de la organización se pasó a la construcción de un equipo dependiente de las propias comunidades. Apoyados financieramente por FIRA, los técnicos se capacitaron en los Estados Unidos y ahora cada una de las 65 comunidades cuenta con su propio técnico comunitario. Sin embargo, se encuentra todavía en su fase de arranque y no es posible evaluar sus resultados y continuidad: “Pronto le seguimos a trabajar con puro técnicos comunitarios (…) eso me genera un costo y, entonces, gracias a FIRA que sí hay muchos recursos que apoyan con eventos de este tipo para el intercambio de experiencias. Intentamos conocer y

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pues la idea es trabajar con un técnico comunitario por cada comunidad. Son como 65 técnicos comunitarios. La idea está ahí ojala y sí de resultado“ (Saúl)

Los enormes gastos de la estructura para la gestión de los diversos proyectos ha exigido a la organización la realización de ajustes a su plantilla y la venta de cuatro camiones de redilas de los veinte que tenían (para el traslado de café, mercancías y personas). “(…) y aún así la gente no me entendía todavía que hoy se había reestructurado (…) del por qué lo estamos haciendo. Entonces, me da gusto de que diga: oye, qué bueno que sí lo están pensando si no hacia donde iríamos ¿no? Y se están dando resultados, si seguimos vamos a dar más resultados (…) porque tenemos una ventaja como organización, que con poca gente se hace mucho (…) Entonces, se está viendo los pequeños resultados, pequeños, pero se está viendo ¿no?” (Saúl)

Si la producción orgánica del café y la diversificación productiva reciente ha sido la gran apuesta productiva de la UCIRI, la construcción de un “Comercio Justo”58 transnacional se ha constituido en la otra gran vertiente alternativa y des-mercantilizadora del café UCIRI. “Aquí había grandes coyotes, acaparadores de café. Se llevaban todo y pagan al precio que querían. Ahorita estuvimos platicando de eso, que si UCIRI no existiera: ¿cómo estaría el precio del café? Porque anteriormente se viajaba en redilas, la gente, el dueño del camión te trataba de manera que él quería, te cobraba el precio que él quería, el coyote te pagaba el precio del café a lo que él quería y ahí nadie podía reclamar ¿no?” (Saúl E.)

Y en este desafío al sistema dominante, la misma existencia de la UCIRI ha servido como un regulador de precios en la región. Así, a través de estas redes de Comercio Justo la 58

La red internacional FINE de Comercio Justo agrupa a cuatro grandes organizaciones europeas: FLO, IFAT, NEWS y EFTA. Pero, además de las redes de Comercio Justo, existen etiquetas o certificadoras como Max Havelaar (con su sello presente principalmente en Holanda y Suiza), TransFair (con su sello FairTrade certifica a los productores y se encuentra presente en Alemania, Austria, Italia, Luxemburgo, Japón, Estados Unidos y Canadá) y Fair Trade Foundation (organismo supervisor en Inglaterra e Irlanda). De acuerdo con el reporte de Fair Trade 2007 de la World Fair Trade Organization, WFTO (2008) indica que las ventas globales alcanzaron la cifra de 2, 650 millones de euros.

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UCIRI acopia un promedio anual de 24,000 quintales, en su mayoría de café orgánico de altura, que exporta al mercado justo y orgánico: “Un paquete de café corriente vale en Holanda 1.60 euros. De dicho precio, menos de 10 centavos (6 por ciento) va al productor. Un paquete de café Max Havelaar vale 1.95 euros. De este precio, 65 centavos (33 por ciento) benefician a los campesinos y sus organizaciones. El consumidor paga sólo 45 centavos más, mientras que 58 centavos extras van a los productores” (Handelskrant, marzo 2002, en la Jornada del Campo, 2008).

Francisco Vanderhoff fue clave en este proceso junto con Nico Roozen, principales promotores y fundadores de Max Haalevar: “Estaba claro que teníamos que cambiar el método; si no, las acciones de solidaridad seguirían siendo exclusividad de un reducido grupo. El desafío consistiría en hacer el café accesible al consumidor medio. Fue así como concebimos el plan de desarrollar una marca pública para „café limpio‟; se denominaría Max Havelaar (...)” (Nico Roozen, fundador de Max Havelaar, en Cobo:2008).

A pesar del ligero repunte en los precios internacionales, la tendencia crítica en los ingresos de la UCIRI hicieron crisis entre 20007 y 2009, llevando al nuevo Consejo de Administración a realizar severos recortes en los gastos de administración de la UCIRI, incluyendo un drástico recorte del personal. Saúl Echeverría, su presidente, lo expresa en sus palabras, en referencia al momento crítico en que le tocó asumir la responsabilidad de dirigir a la UCIRI: “Me danza la más fea ¿no? (risas)” (Saúl)

Para Saúl, ante pregunta expresa de mi parte, el Comercio Justo tiene también sus limitaciones, en especial en los precios. El compromiso en el Comercio Justo debe

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cumplirse y no puede ser vulnerado por ninguna de las partes, ello a pesar de que algunos coyotes puedan pagar más a los socios de la UCIRI que la propia organización59: “Tan justo, tan justo, no es así por varias razones (…) unos compas que vinieron de Italia, unos clientes (…) Cómo es posible que me diga: no a los 125 dólares, tenemos un compromiso, hasta ahí me mantengo (…) Y los socios se quejan porque en esta cosecha, créanme que nosotros tenemos en coyotaje, nos compraron, incluso, nos pagaron más que la organización. Entonces, a gritos les pido al comercio justo, a gritos estamos en comercio justo” (Saúl E.) Además, la UCIRI ha creado en 2009 un “Fondo de estabilización de precios del café” para sus socios, logrado mediante el ahorro en los costos de certificación de sus huertas: “(…) en este año logramos ahorrar y de la utilidad que salió comenzamos un fondo de estabilización para el café, que lo agarra el productor cuando precio de café de bolsa está debajo de los 120. Si está a 80 esa producción, va a recibir la diferencia” (Saúl E.).

No obstante la enorme lucha de la UCIRI por mejorar las condiciones de vida de sus socios, expresada en su creatividad y capacidad de propuesta con base en proyectos, los ingresos de los socios de la UCIRI no han logrado mejorarse sustancialmente, sino al contrario, ya que la pobreza sigue siendo una realidad estructural y lacerante entre los socios de la UCIRI: “Veinte años atrás (a principios de los ochenta), los campesinos indígenas tenían un ingreso real

(poder de compra) de novecientos dólares (anuales). En los

últimos diez años esto ha bajado a 600 dólares reales en la actualidad. (Vanderhoff, 2005: 136).

En resumen, la experiencia de la UCIRI contiene elementos valiosos en sus esfuerzos de construcción de una economía alternativa y solidaria desde la economía indígena

59

El Comercio Justo a nivel global sigue siendo apenas una gota en el mar de la economía globalizada con ventas de 2, 650 millones de euros contra un PIB mundial de 69.9 trillones de dólares, es decir, miles de veces mayor.

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campesina. En conjunto, asumiendo sus logros y fracasos, se puede afirmar que destaca el proceso de desmercantilización de su producción y comercialización, generando redes de valor solidario en torno al Comercio Justo donde el valor de uso ha primado sobre el valor de cambio, ello en contraste y enfrentado también a un contexto radicalmente mercantilizador de la economía mexicana y global durante los últimos 25 años y, por tanto, contrario al modo de vida indígena campesino. El caso de la Asamblea del Pueblo Guaraní de Charagua –APG-: “Vivir bien, vida armoniosa, vida buena, tierra sin mal, camino o vida noble”.

Se trata de los principios Ético Morales reivindicados en la nueva Constitución boliviana (art. 8). De acuerdo con la Coordinadora de Integración de Organizaciones Económicas Campesinas (CIOEC), la visión histórica dominante en Bolivia que durante siglos consideraba al indígena y su economía campesina como signo de atraso fue reforzada por el modelo neoliberal impulsado en el país desde la década de los noventa. En contrapartida, el agronegocio vino a ser el prototipo del éxito y viabilidad y, la exportación de oleaginosas –la soya principalmente-, como la joya de las exportaciones agrícolas, mientras que la economía campesina se convertía en inviable y sujeta solamente a la ayuda alimentaria (CIOEC, 2008: 40).

Así, con un PIB agropecuario que en 2006 significaba 3,944 millones de bolivianos frente a un PIB nacional de 27,136 millones de bolivianos, la soberanía alimentaria se ha convertido en una de las grandes conquistas de los pueblos indígenas originarios campesinos en la nueva Constitución60. Se trata, entonces, de garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria para toda la población mediante alimentos sanos –prohibiendo los transgénicos-, el desarrollo productivo rural, la priorización de servicios financieros a las pequeñas empresas y organizaciones sociales comunitarias y la promoción de las organizaciones económica campesinas (OECA´s), en tanto organizaciones solidarias y recíprocas, gozando de preferencias en las compras del Estado 61. El reconocimiento constitucional anterior no es casual, dado que el sector tradicional en Bolivia -conformado por pequeños productores campesinos- es el principal abastecedor de los alimentos que

60

Los aymaras se consideran pueblos indígenas, los quechuas se reconocen como pueblos originarios y los guaraníes como campesinos. Así, en un solo concepto constitucional se agregan las tres diversas acepciones. 61 Ver artículos 255, II. 8; 318, IV; 330, II; 334, 1-4 de la Nueva Constitución boliviana.

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consume el país62. Frente a esta realidad, los lineamientos de política pública reivindicados por la CIOEC se basan en la creación y valorización del mercado interno, el acceso real a mercados internacionales, la promoción de la inversión extranjera respetando la soberanía nacional, el derecho a la alimentación de los bolivianos y la ampliación de las posibilidades productivas en la agricultura campesina (CIOEC, 2009b: 46-48).

En este marco reciente es necesario situar la lucha de la APG por su sobrevivencia. En el caso de las comunidades indígenas guaraníes de Charagua, la evaluación de los Planes de Gestión Territorial en Charagua Norte y Parapitiguasu realizada con el apoyo del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA) 63 determinó que, a pesar de los avances logrados a 5 años de su realización, la consolidación territorial y los proyectos productivos agropecuarios siguen siendo todavía una necesidad en 2009. Entre los avances que ellos reconocen están las provisiones de maquinaria agrícola, agua y los créditos blandos obtenidos para la producción agropecuaria. Ello acontece en un contexto socio-económico marcado por la pobreza, dado que el promedio del ingreso familiar en estas comunidades guaraníes es apenas de 10,269 bolivianos anuales, de los cuales el 63% proviene de la producción agropecuaria propia (Ñande Ñee, 2009: 8).

El modelo impulsado por CIPCA en las comunidades guaraníes de Charagua se basa en la consolidación territorial –se han protegido 14,000 has de terreno en Charagua- y la gestión territorial indígena guaraní. Tierra y territorio son su eje de partida: “(…) la verdad es que hay un mejor repartimiento de tierras. Es bueno ¿no? Porque sabemos que la tierra es el principal factor de la pobreza. Y aquí, por ejemplo, a partir de la tierra están generando cambios, acciones colectivas, el

62

Ello ocurre debido a que, desde principios de los años noventa, el valor de las importaciones agrícolas se incrementó en aproximadamente 60%, mientras que las exportaciones agrarias llegaron a triplicarse, principalmente por el incremento en exportaciones de soya (CIOEC, 2009b: 47). 63 CIPCA es una organización civil –ejemplar para muchos en Bolivia y América Latina- para la investigación y promoción del campesinado boliviano que surge en 1970 por iniciativa de tres religiosos jesuitas – Javier Albó, Luis Alegre y Francisco Javier Santiago- con el fin de contribuir al cambio social en su país inspirados por la teología de la liberación, la educación popular liberadora, la ciencia social crítica, la investigaciónacción y la teoría del conflicto. Para diciembre de 2005 la institución que formaron tenía ya 110 personas colaborando y un presupuesto anual de 2.5 millones de dólares, así como una oficina central y seis oficinas regionales –El Alto, Cochabamba, Cordillera, Santa Cruz, Beni y Norte-. Su tema principal, y eje histórico de preocupación, ha sido la exclusión social, cultural, política y económica (Gianotten, 2006: 23-55).

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movimiento guaraní empieza a tener recursos ¿no? Ya no están demandantes…” (Marcelo A.)

Al centro de ambas dinámicas se encuentra la propuesta económica productiva integral, sin la cual las bases tierra y territorio no tendrían contenido, pero que se encuentra todavía en un proceso de implementación incipiente. Las variables involucradas en la propuesta económica productiva son agrícola, pecuaria, agroforestal, transformacióncomercialización y forestal-caza-pesca, productos base de la dieta alimenticia boliviana: “Entonces, la papa el maíz, el trigo (…) le da crédito

para que mejore

tecnológicamente. Falta cerrar apoyos con las corrientes y el compromiso de los compas… Yo no puedo plantar, por ejemplo, amapolas, tengo que sembrar alimentos estratégicos que son parte de la dieta boliviana” (Marcelo A.)

En el caso de las ganaderías bovina y ovina comunitarias cuenta con 4 módulos donde se pretende generar ingresos adicionales para las comunidades y consolidar su territorio. La silvipastura es una alternativa productiva complementaria para la alimentación del ganado y participan 17 comunidades. La producción apícola, por otra parte, es uno más de los proyectos productivos impulsados para mejorar la alimentación familiar, aprovechar sosteniblemente sus recursos naturales y obtener ingresos adicionales. A pesar de sus altibajos, a partir de 2007 más de 70 nuevas familias se benefician con apiarios y capacitación. El fortalecimiento de la Asociación de Apicultores de Charagua Norte es una necesidad para lograr mejores resultados (Ñande Ñee, 2008ª: 6).

Con todo, el maíz sigue siendo el alimento central en la alimentación guaraní. Su producción se asocia con otros productos pero además se produce frijol y tienen como destino la seguridad alimentaria familiar y el excedente para la venta. Un ejemplo de ello es la APG Parapitiguasu, donde se incentiva el incremento de la superficie cultivada en sus 17 comunidades. Así, en la comunidad de San Francisco, se cuenta con un chaco comunal de 84 hectáreas para la producción de maíz destinado a la comercialización (Ñandee Ñee, 2008b: 3): “El maíz es clave en la dieta, incluso, se dice que el guaraní que no produce maíz, ese no es guaraní” (Marcelo) 114

“¡Uy! aquí hay diferentes clases de maíz. Hay desde (...) maíz choclero, el chiriguano, otro maíz es el pepe, otro es el maíz QPM. Tenemos otros 23 variedades de maíz” (Marco S.)

Para CIPCA, la fruticultura es una nueva apuesta productiva, dado que permite una reforestación diversificada en el monte. En 2007 se distribuyeron en las capitanías más de 25,000 plantines o plántulas de diversas frutas y para 2009 se contaba con 144 huertos familiares en cerca de 15 comunidades (Ñandee Ñee, 2008ª: 8 y 2009: 5): “(…) ellos (los promotores de CIPCA) primero han sido los instructores de este trabajo, los cuales dijeron primero los plantines de cítricos, tenemos también palta, tenemos mango, guaveles (…)” (Marco S.)

Asimismo, el algarrobo se ha convertido en una apuesta complementaria para los indígenas guaraníes64. Para su explotación comercial, con el apoyo de CIPCA y el gobierno municipal de Charagua, se montó una pequeña planta de transformación en la comunidad de San Francisco para la producción de harina con un grupo solidario integrado por 42 familias. El algarrobo será aportado por 17 comunidades de la capitanía de Parapitiguasu (Ñandee Ñee, 2008b: 1).

En definitiva, el CIPCA y la Finca Piedritas han sido instrumentos sociales para la búsqueda de alternativas productivas innovadoras en las comunidades guaraníes. La estrategia más reciente promovida por CIPCA al nivel de pilotaje consiste en el rescate de tecnologías basadas en el saber local ancestral, de manera que la diversidad productiva integral forma parte de esta apuesta para el autoconsumo seguro y diversificado, y los excedentes para el mercado. Los sistemas agroforestales van en esta dirección y se calcula que una hectárea puede llegar a producir en promedio 10 veces más que el monocultivo de maíz, combinando frutales diversos, café de sombra con banano, café en montes y pastizales (Ñandee Ñee, 2009: 1). A los anteriores productos, otra estrategia alternativa impulsada por CIPCA en su fase de pilotaje a través de parcelas demostrativas

64

Conocido también como ivope o cupesí, es una leguminosa que proviene de un árbol que se da de forma natural en eco-regiones semiáridas del Chaco boliviano (Ñande Ñee, 2008b: 1).

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para el caso de las comunidades que tienen agua para riego, es la producción de vegetales u hortalizas: “(…) En cuanto al tomate, es importante nosotros nunca habíamos conocido estos plantines fue un primer experimento para nosotros, ya habíamos conocido la cebolla pero fue un primer experimento de cebolla, otro que tenemos que mi hermano lo tiene es la zanahoria, tampoco la habíamos trabajado (…)” (Marco S.)

Y las visitas de las comunidades guaraníes a los chacos experimentales y los intercambios de conocimientos son base de la socialización de este tipo de producción: “(…) Están viniendo a ver (…) Sí es lo que están haciendo porque el miércoles nos visita otra vez. Viene de visita Ipitacuapi y todas esas el miércoles a las 11 y 30 creo que llegan y vamos a tener otra experiencia de intercambio productivo y de conocimiento” (Marco S.)

En resumen, las inversiones productivas realizadas tan sólo en 2008 han beneficiado a 812 familias de las comunidades guaraníes de Charagua Norte Y Parapitiguasu, con una inversión total de 1,488,286 bolivianos entre el aporte de CIPCA y las propias comunidades. Esta inversión abarca los rubros de consolidación territorial, diferimiento de monte,

ganadería

ovina

y

bovina

comunitaria,

silvipastura,

huertos

familiares

diversificados, apicultura y producción de harina de algarrobo (Ñandee Ñee, 2009: 4). “(…) este trabajo (en el chaco o parcela) comenzó por medio de CIPCA invitándonos cuando ellos querían una intervención con nosotros, hemos charlado muchas cosas con ellos para empezar. Recién este año lo estamos haciendo es un grupito familiar (…) somos 5 hermanos (…) el total de la superficie de la manzana son 16 hectáreas” (Marco S.)

Una mirada a la vertiente de la comercialización nos indica que históricamente los guaraníes de Charagua producían para su autoconsumo. Se trataba de carne obtenida del monte mediante la caza pero también la producción de maíz asociado a otros cultivos. Actualmente los excedentes de producción que no van al consumo familiar son comercializados por los guaraníes en los mercados locales y regionales. Antes lo hacían 116

con la soya y el algodón y ahora con la miel, el fréjol y el maíz. Las estrategias utilizadas son su participación en ferias productivas realizadas en Machareti, Charagua, Santa Cruz y Cochabamba pero también utilizando la comunicación radial. Una estrategia adicional se refiere al Programa Desayuno Escolar, de manera que una parte de la producción de miel y fréjol de los guaraníes es adquirida por el gobierno municipal de Charagua (Ñandee Ñee, 2008b: 3). “Mire, ahorita no estamos progresando aquí porque no tenemos un mercado fijo no tenemos a dónde meterlo especialmente de tomate. La cebolla en cualquier lugar se lo venden por quintales, en Charagua, y de ahí mismo sale también para el flete que ocupamos” (Marco S.)

En conclusión, la economía campesina guaraní -impulsada desde un enfoque diversificado y des-mercantilizador, de autoconsumo y seguridad alimentaria, con excedentes dirigidos al mercado regional- forma parte de la estrategia central de la APG apoyada por CIPCA y combina una serie elementos donde la unidad económica campesina es la familia pero también la comunidad: el trabajo propio y asalariado, la producción y el consumo, la comercialización de excedentes, la apropiación de la tierra, la generación artesanal de instrumentos de trabajo y de uso doméstico, el nivel familiar y el comunitario. Así, se puede afirmar que las unidades familiares se concentran más en la producción y la reproducción de ellas mismas, aunque no sólo, mientras que la organización comunal ofrece un marco para la gestión de proyectos, la adopción de infraestructura y la reproducción de todo el sistema multidimensionalmente. El esfuerzo no es sencillo, con todo, dados los descalabros que algunas experiencias productivas han tenido a la par de sus logros: “(…) en el 97‟, por ahí más o menos, hubo un grupo de trabajo acá de comunidades pero lo cual han fracasado (…) Sí, fracasaron porque unos nada más se beneficiaron con la plata de la producción (…) porque ha habido algunos que llevan bien la experiencia y que a otros les va mal” (Marco S.) Análisis socio-económico comparativo.

117

Desde las experiencias de empresas recuperadas por los trabajadores, el análisis de los casos de TRADOC y la UST nos ha permitido encontrar una serie de coincidencias. Entre ellas destacan los procesos recursivos no lineales que ocurren en su etapa actual cooperativista y que, sintéticamente, podemos calificar coloquialmente como de “socialización hacia adentro y mercantilización hacia afuera”. Es decir, ambas cooperativas mantienen su esquema cooperativo de producción –no capitalista, redistributivo de utilidades, abierto a otros trabajadores, con esfuerzos de capacitación y profesionalización de sus socios- e incluso han contratado más personal bajo las condiciones salariales de los socios. Al mismo tiempo, ambas empresas solidarias han mantenido sus vínculos con el mercado –hacia afuera- tanto para realizar alianzas corporativas, acceder a créditos bancarios o vender sus productos y servicios. En este sentido, para las ERT resulta difícil dejar los mercados tradicionales –ya sean públicos o privados- y pasar simplemente a la “generación de redes de valor solidario” al margen del mercado capitalista o mediante la práctica del valor de uso sobre el valor de cambio que prevalece en los mercados capitalistas.

Sin embargo, todo indica al parecer que, mientras la UST está dispuesta a convertir a sus trabajadores asalariados como socios pasado el periodo de prueba, en TRADOC no existe esta posibilidad. Con ello, la socialización de TRADOC se vería matizada fuertemente por esta limitación.

Por su parte, las organizaciones campesinas URAC y COOPAN tienen algunos rasgos en común en sus esfuerzos históricos por desmercantilizar sus proyectos económicos producción colectiva, comercialización en común, producción de alimentos de traspatio, financiamiento campesino no lucrativo, entre otros. Estas apuestas campesinas acontecen en un entorno mexicano y brasileño radicalmente mercantilizador y anticampesino de la economía rural cuya apuesta es la producción basada en los agronegocios, la modernización tecnológica y el comercio global.

Asimismo,

las

diferencias

en

las

estrategias

socioeconómicas

entre

ambas

organizaciones son abundantes: la URAC se mantuvo en la búsqueda constante de encadenamientos solidarios de valor pero con fracasos reiterados de los programas de producción grupal y de comercialización colectiva, hasta que finalmente apostó por la producción familiar de alimentos, mientras que la producción en la cooperativa COOPAN 118

ha sido siempre de tipo colectivo; la COOPAN se esfuerza por impulsar centralmente proyectos productivos diversificados con agregación de valor, mientras que la URAC tiene como su principal fortaleza y columna vertebral al financiamiento, más el ahorro que el préstamo; la URAC ha realizado un cambio de estrategia productiva hacia la diversificación –contra el monocultivo- y la producción de traspatio vinculada con el consumo familiar de alimentos de calidad y de los excedentes para el mercado local, mientras que la COOPAN, sin dejar de producir alimentos para el consumo familiar, apuesta más por la producción de excedentes para el mercado.

Por su parte, desde la economía indígena, y enfrentadas a la desvalorización de la soberanía y de la seguridad alimentaria nacional y de las propias comunidades, en un contexto que atenta desde casi tres décadas las bases de sus economías, las experiencias de la UCIRI y la APG contienen elementos valiosos en sus esfuerzos de construcción de una socio-economía alternativa. Sus esfuerzos des-mercantilizadores se basan principalmente en la producción de alimentos para el autoconsumo desde la agricultura familiar, pero también son identificables proyectos productivos grupales en ambas organizaciones.

En el caso de la UCIRI, se destaca la producción familiar y el beneficio y comercialización colectiva del café orgánico desde la agregación y construcción de redes de valor solidario en el contexto del Comercio Justo global - como estrategia para evitar a los coyotes y transnacionales y acortando la extensión de la cadena productiva, es decir, en un esfuerzo por acercar lo más posible a los productores con los consumidores finales-, cuestión a la que la APG no ha llegado todavía. Por su parte, en la economía campesina guaraní es posible detectar que las unidades familiares se concentran más en la reproducción mientras que la organización comunal les apoya para la gestión de recursos, infraestructura y la reproducción comunal.

En ambos casos también es posible notar una estrategia muy diversificada mediante la combinación de diversas actividades agropecuarias generadoras de alimentos para el autoconsumo e ingresos mediante el trabajo propio y asalariado y la venta de excedentes. Entre estas estrategias se dan los proyectos productivos de mujeres en ambas organizaciones

indígenas.

Para

lograr

lo

anterior,

las

alianzas

con

diversas

organizaciones solidarias –nacionales y globales de cooperación- son parte de sus 119

estrategias socioeconómicas alternativas. Por ello, en consonancia con lo que bien afirma Bartra (en Waridel, 2003: 15): “(…) la producción orgánica y el comercio justo son, por ahora, excepciones: nichos de tecnología sustentable y economía moral que confirman la depredadora inmoralidad del resto. Ojalá sean, también, paradigmas de una utopía posible”.

De manera que, en un nivel comparativo entre las seis experiencias, en la esfera económica se puede observar que tanto TRADOC y la UST –con sus prácticas mercantilizadoras externas- como la URAC -con sus prácticas des-mercantilizadorascuestionan el modelo capitalista en su actual expresión neoliberal, pero reivindican su transformación hacia un “modelo capitalista de rostro humano”.

Por su parte, la experiencia de la COOPAN, la UCIRI y la APG nos muestran que su respuesta económica es de tipo “no capitalista” y que sus apuestas se enfocan hacia una desmercantilización de sus proyectos. En este sentido, las tres organizaciones realizan no sólo un cuestionamiento radical al modelo económico neoliberal, sino que lo hacen desde una perspectiva de construcción de una economía alternativa hacia una transformación del capitalismo y no sólo como una economía para los pobres.

Asimismo, tanto la URAC, UCIRI y APG, a pesar de sus enormes esfuerzos, han pasado por la experimentación fallida de algunos de sus múltiples proyectos, ya por causas endógenas a sus procesos sociales internos o por causa de las condiciones que el mercado capitalista neoliberal impuso a dichos esfuerzos.

120

Capítulo 5. ¿Qué ciudadanos para qué Estado? Ciudadanizando el Estado, estatizando la ciudadanía y demo-diversificando la solidaridad. Durante las últimas tres décadas hemos asistido a una transformación del Estado en la dinámica de la globalización. Por un lado, en América Latina los regímenes autoritarios que poblaron el Cono Sur y la América Central cedieron su lugar a regímenes democráticos, donde los procesos electorales y procedimentales cobraron una importancia creciente. Sin embargo, poco tiempo después la desafección por la política de parte de los ciudadanos se expresó en un desinterés creciente en la democracia representativa (Lechner, 2002). Junto con la dinámica anterior, en los países avanzados, pero no sólo en ellos, el Estado de bienestar fue desmantelado de manera acelerada en función del mercado. Bajo la ideología del Consenso de Washington y sus premisas neoliberales de privatizar –las empresas estatales-, liberalizar –abriendo las fronteras al intercambio comercial regional y global, así como desregulando la actividad económica y financiera- y estabilizar la economía –particularmente mediante la contención de la inflación-, los Estados cedieron gran parte de su soberanía y capacidad autónoma a los poderes de las grandes empresas transnacionales y de las instituciones financieras privadas y globales.

En el contexto latinoamericano, como bien señala Pérez Baltodano (1997), este proceso de cambio del Estado –desestatización- se expresó en el paso de un “Estado corporativista” a un “Estado corporatista”, es decir, en función de las grandes corporaciones. Con lo anterior - en un proceso de desciudadanización-, los ciudadanos latinoamericanos de diversos sectores sociales no sólo perdieron una parte de sus derechos reconocidos o conquistados, sino que también quedaron lejos de contar con posibilidades para que muchos otros les fueran reconocidos en el futuro inmediato. Las

empresas

recuperadas

por

trabajadores:

de

la

desestatización

y

desciudadanización laboral a la reivindicación ciudadana y protección estatal de los derechos laborales.

Los derechos laborales han significado un lastre para el desempeño sin cortapisas del capital, el cual requiere para su mejor rendimiento una mayor libertad de acción. Para ello, contando con el apoyo de los Estados, la flexibilización laboral ha sido una de las principales estrategias de las empresas, ello a pesar de la precarización creciente de los 121

trabajadores y sus familias. Frente a estas medidas de explotación radical de la mano de obra, los trabajadores han debido resistir en defensa de sus derechos ciudadanos. Las experiencias de TRADOC y la UST dan cuenta de ello. El caso de TRADOC: “Tiene que haber un cambio revolucionario y eso no se da por medio de las cooperativas”. Podemos caracterizar la primera etapa de la planta de El Salto –hasta antes del cierre en 2001- como un momento de desestatización neoliberal donde el Estado mexicano se encontraba inserto de lleno en la aplicación del paquete de reformas del Consenso de Washington y se reflejaba, entre otras medidas, en la falta de defensa de los derechos laborales de los trabajadores y su apoyo a la inversión privada transnacional expresada en la flexibilidad laboral y la precarización creciente de los empleos. Al mismo tiempo, esta etapa significa, desde el Sindicato Nacional Revolucionario de Trabajadores de la Compañía Hulera Euzkadi (SNRTE), un proceso de ciudadanización (activa) a través de sus conquistas salariales y prestaciones laborales frente a la empresa, así como del fortalecimiento de su autonomía respecto a los sindicatos corporativos mexicanos. Asimismo, la etapa se caracteriza por la vivencia de la democracia participativa asamblearia y representativa al interior del sindicato y culmina cuando la Continental intenta modificar los derechos de los trabajadores: “(…) la CONTINENTAL, quería ponernos a competir, supuestamente, con sus trabajadores de Portugal, de República Checa y quería ponernos en la misma sintonía en cuestión de derechos laborales (…) Proponían aumentar la jornada laboral de 8 a 12 horas diarias, no pago de utilidades, aumento de la jornada laboral, eliminación del domingo como día de descanso obligatorio, en fin, varias cuestiones, reducción del salario” (Jesús T.) Con el cierre de la planta a fines de 2001 inicia la segunda etapa del sindicato democrático, caracterizada por la decisión unilateral de la empresa transnacional alemana y el inicio de la resistencia obrera65:

65

El 16 de diciembre de 2001 aparece un comunicado en la entrada de la fábrica donde se anuncia el cierre, de manera que tres días después, en su asamblea del 19 de diciembre de ese año, el sindicato resuelve declarar la huelga y luchar por la recuperación de sus empleos y los derechos violados.

122

“(…)

la

CONTINENTAL

cierra

y

deposita

las

liquidaciones,

que

constitucionalmente nos corresponden, ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (…) Desde entonces empezamos a manejar un lema que, a la postre, levantaba mucho la moral que era: Resistiremos un día más que la CONTINENTAL” (Jesús T.)

Esta resistencia de los trabajadores y la confrontación con la empresa tiene una duración de poco más de tres años (1,141 días), periodo en que se mantuvo el proceso de desestatización neoliberal debido a la falta de apoyo del gobierno mexicano a los trabajadores despedidos por la Continental66: “(…) recién que se hizo el cierre de la planta empezamos a manejar lo que es la cuestión de la expropiación de la planta a favor de los trabajadores (…) yo en mi vida me iba imaginar que fueran a soltar una planta como en la que tú estás: entonces, una de las cuatro plantas más grandes de todo el Estado de Jalisco (Jesús T.)

La resistencia se expresó mediante una serie de acciones jurídicas y de movilización social por parte del sindicato, en donde las giras Alemania resultaron cruciales 67. Y en esta lucha entre la empresa y el sindicato, el gobierno de Fox tuvo dos caras: represión, primero, y negociación, finalmente: “(…) el gobierno de Fox tuvo como que dos caras (…) primero la de represión (…) la primer semana santa estuvimos sitiados por granaderos (…) Veíamos inminente la ruptura violenta de la huelga pero, insisto, los de Atenco nos ayudaron mucho y fueron un contrapeso. Bueno, este fue el papel del gobierno” (Jesús T.). En esta etapa podemos hablar de un proceso de ciudadanización de los trabajadores al impulsar sus derechos laborales, como el derecho de huelga y trabajo a través de la movilización jurídica y social. En correspondencia con su trayectoria histórica, durante la 66

Particularmente de parte del Secretario del Trabajo en turno, Carlos Abascal, y la falta de declaración de huelga por parte de la Junta Especial número 10, recurso promovido por el sindicato. 67 Por la vía jurídica, mediante el seguimiento al recurso de huelga; por la vía de la movilización social, a través de las brigadas de huelga, una larga marcha por la dignidad y el empleo realizada en febrero de 2002 y, finalmente, por medio de tres viajes internacionales (2002, 2003 y 2004) realizados a Hannover, Alemania, para denunciar el cierre ante la asamblea de accionistas de Continental, además de otros países europeos.

123

etapa de resistencia asistimos también a un proceso democrático al interior del sindicato: tanto en el nivel asambleario, como expresión de la democracia participativa -a través de la toma de las principales decisiones estratégicas en torno a la lucha por medio de una vanguardia de aproximadamente 150 de los trabajadores despedidos-, como a nivel de la dirigencia, expresión de la

democracia representativa, por medio de las decisiones

tácticas asumidas por el Comité de Huelga -relaciones y acciones nacionales e internacionales-. Finalmente, la tercera etapa, definida como de negociación entre los trabajadores despedidos y el Estado mexicano, se resuelve no mediante la expropiación de la planta por el gobierno mexicano, sino por el mecanismo de compra-venta con escritura pública para el pago de los salarios caídos, de manera que podríamos considerarla como un cambio de actitud del Estado mexicano respecto a los trabajadores y definirla, entonces, como una acción de estatización para poner en condiciones de producción nuevamente la planta, esta vez en manos de los trabajadores y sus socios privados. Esta etapa de apertura del Ejecutivo vendría después de la resolución favorable al amparo interpuesto por los trabajadores68: “Si el gobierno hubiera expropiado, hubiera sido una bronca que no se quiso aventar nunca el gobierno foxista (…) Ellos tienen el tema tabú de la propiedad privada. Acá fue una negociación con la CONTINENTAL, la planta le fue vendida a los trabajadores” (Jesús T.)

Otro elemento de esta tibia estatización fueron los apoyos económicos dados a los despedidos por la Secretaría de Economía mexicana, mediante la condonación de impuestos y dando recursos frescos para su reapertura y capacitación 69:

68

El Décimo Tribunal en Materia del Trabajo del Primer Circuito concedió el amparo en revisión al sindicato de Euzkadi y ordenó a la Junta Especial número 10 que calificara la huelga y declarara su existencia. Con la declaración de huelga la Continental quedó a la defensiva y obligada a pagar los salarios caídos. Ello acontece cuando al principio el gobierno mexicano había declarado la huelga como “inviable”, argumento no existente en la legislación laboral mexicana. 69 A través del Programa PyMe (Pequeñas y Medianas Empresas), el gobierno federal aportó $ 62 millones de pesos para la reapertura de la planta. Otros recursos fueron facilitados por medio del Servicio Nacional de Empleo como apoyo para ponerla en condiciones de producción y otro tanto aconteció a mediados del 2008, mediante un apoyo de tres meses para la capacitación de 95 trabajadores, 75 de ellos nuevos.

124

“(el gobierno federal) le metió 62 millones de pesos para rehabilitar la fábrica, para tener becas de capacitación a los trabajadores. Eximió de un impuesto que tenía que pagar la CONTINENTAL una parte y nosotros otra parte por alrededor de 100 millones de pesos” (JTN…)

Del lado de los nuevos cooperativistas, asimismo, se puede constatar un proceso de ciudadanización renovado: por la vía de su derecho al trabajo, el ingreso digno, el ser sujetos de subsidio de los programas gubernamentales de apoyo al trabajo y del desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, en este caso desde el sector social de la economía. A ello se suma la vivencia de la democracia, la que se mantiene al interior de TRADOC mediante la realización de dos asambleas al año (democracia participativa) y las acciones de los organismos colegiados para la toma de decisiones por medio de los Consejos de Administración y Vigilancia de la cooperativa (democracia representativa) que se reúnen periódicamente para la discusión y toma de decisiones respecto a la operación de la planta y sus políticas de alianzas empresariales: “ (Son) totalmente democráticas, o sea, la asamblea es la máxima autoridad dentro de la cooperativa y en la asamblea general pues pueden ir posiciones (…) al final las decisiones se toman con 50% más uno de los asistentes (…) varias asambleas han sido para ver documentos básicos de la cooperativa, estatutos, cosas de ese tipo” (Jesús T.).

A ello habría que sumar su autonomía respecto a los partidos políticos. Si bien un pequeño grupo de dirigentes se asumen abiertamente como militantes del Movimiento Al Socialismo (MAS), para Jesús Torres Nuño: “(…) en la cooperativa hay de todo (…) hemos luchado por la democracia interna, dentro de la cooperativa y del consejo de administración (…) ¡La cooperativa no puede ser utilizada por ningún partido político!” (Jesús T.).

Adicionalmente, ante la importación de llantas procedentes de China y de Europa del Este para el año 201070 que amenaza la producción llantera nacional y los puestos de trabajo 70

A la nueva situación de crisis global y de las industrias automovilística y llantera se añade el decreto del gobierno mexicano de diciembre de 2008 para bajar aranceles en un 5% a las importaciones de llantas

125

implicados en ella como medida nuevamente desestatizadora del gobierno mexicano, la respuesta de TRADOC, en palabras de José Torres Nuño, será la formación de un bloque con los sindicatos de la industria para la realización de movilizaciones de presión al gobierno hasta lograr la revocación del decreto (Revista Rodando, 2009: 3). Si esto se realiza, estaremos ante un nuevo proceso de ciudadanización económica de TRADOC en defensa del empleo nacional en la industria llantera.

No obstante lo anterior, para Jesús Torres la transformación del capitalismo global no puede ser realizada por medio del cooperativismo y la economía solidaria -ya que una golondrina no hace verano- sino mediante una revolución de corte socialista: (…) mi opinión es que sí tiene que haber un cambio revolucionario y eso no se da por medio de las cooperativas (…) yo creo que se necesita muchísimo más para poder hacer un cambio significativo desde abajo.” (Jesús T.)

En resumen, la experiencia de TRADOC nos permite analizar el proceso de desestatización neoliberal del gobierno mexicano frente a la defensa de los derechos laborales de los trabajadores y su alianza con las grandes transnacionales, así como la reivindicación ciudadana de los derechos laborales y económicos impulsados por el sindicato Euzkadi y TRADOC, respectivamente. El caso de la UST: “Nosotros somos un nuevo sujeto de trabajo, un nuevo sujeto social, somos sujeto de derecho”.

Las diversas formas de movilización social en la Argentina de los inicios del siglo XXI podrían resumirse principalmente en tres: las asambleas populares o de barrio, los piquetes y las empresas recuperadas (de acuerdo con Claudio Katz en Fioretti y Shinzato, 2009: 162-163). Las historias de recuperación de empresas privadas argentinas por sus trabajadores están cargadas de desesperación, esperanza y compromiso. Bajo el lema “ocupar, resistir, producir”, los trabajadores de cerca de 200 empresas dieron la pelea desde principios de esta década para abrir las puertas de las fábricas abandonadas –

(Decreto por el que se modifican diversos aranceles de la Tarifa de Ley de los Impuestos Generales de Importación y exportación”, publicado en el Diario Oficial de la Federación del 24 de diciembre de 2008).

126

vaciadas- por sus dueños71.

Se

trató,

en

efecto,

de

un

auténtico

proceso

desciudadanizador realizado mediante una falta de cumplimiento de las obligaciones patronales. La estrategias seguidas por los patrones fueron diversas: achicamiento de la empresa; pérdida de puestos de trabajo; precarización del empleo; disminución, retardo o suspensión del pago de salarios; cierre abrupto de la empresa; desaparición de la maquinaria; abandono de la fábrica por el dueño, entre otras -el 28% de las ERT fueron vaciadas, el 27% quebraron y un 21% no pagaban los salarios- (Ruggieri, 2005: 65-66).

Pero además es necesario apuntar la falta de compromiso de los sindicatos obreros con sus representados: es el caso de la Central General de Trabajadores (CGT). Frente a su actitud entreguista surgió una nueva central -la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA)- con la misión de promover un nuevo modelo de representación gremial o sindical72. En este sentido, es posible apuntar hacia una desciudadanización laboral de las obligaciones sindicales a favor de los trabajadores, cuya mayor parte no cuentan con ningún tipo de apoyo sindical: “(…) la realidad objetiva es que hoy el 80% de los trabajadores no están sindicalizados ni en la CTA ni en la CGT” (Mario B.).

Las ocupaciones, la mayoría con una duración promedio de varios meses, se dieron bajo tres formas principales: desde dentro de la fábrica, desde fuera de las instalaciones o dando una lucha al interior del sindicato para que sus líderes no se vendieran a los patrones. En muchos casos el apoyo de los vecinos fue un factor clave para sostener las ocupaciones. Sin embargo, no todas las ERT pasaron por una fase de ocupación: estimaciones de los relevamientos realizados consideran que sólo el 50% de las ERT fueron ocupadas (Ruggieri, 2005: 54). Una vez ocupadas las instalaciones, la resistencia se convertía en el segundo reto a cumplir por las ERT: ante la falta de ingresos, ante la

71

Este fenómeno de vaciamiento-recuperación se detiene prácticamente con la posterior recuperación de la economía argentina. Entre las experiencias emblemáticas o más conocidas se encuentran la imprenta Chilavert, la productora de cerámica Sin Patrón (antes Zenón), el hotel BAUEN, confecciones Bruckman y otras más. Algunos testimonios dan cuenta de estas luchas. 72 Fundada en 1991, es una central de trabajadores ocupados y desocupados que agrupa a 1.104 millones de afiliados y se basa en tres pilares: afiliación directa, democracia plena y autonomía política. En una enorme pluralidad, la Central agrupa a organizaciones nacionales y regionales de trabajadores, campesinos, indígenas, docentes, luchadores de vivienda e inquilinos, jubilados y pensionados, profesionales, trabajadoras sexuales, actores, periodistas, entre muchas más.

127

incertidumbre, ante la represión del Estado, ante la presión de la familia, ante el abandono de algunos: “(…) Hacíamos un achique en la ruta y pedíamos a los que pasaban por ahí. Con eso podíamos comer, podíamos mantener a la familia (…) Y aguantar esto” (Cristian Ariel y Pedro Gustavo, Cooperativa Crometal) (Lofiego, 2007)

Producir ha sido el tercer reto de las ERT. Para lograrlo, el apoyo del Estado en esta etapa resulta fundamental: ya se sea por la vía del subsidio -como inyección de recursos estatales-, o por la vía de la estatización -convertidas en empresas del Estado argentino-, las ERT requieren de recursos frescos para ponerlas a producir nuevamente. Si la vía que los trabajadores de las ERT han preferido es la segunda –porque prácticamente les resuelve todos los problemas-, la vía escogida por el Estado argentino ha sido la primera, dado que nunca se interesó en hacerse cargo de ellas. En síntesis, el proceso de estatización de las ERT -entendido en sentido amplio como el compromiso del Estado argentino con los derechos de los trabajadores y la consolidación de sus empresasresulta limitado. Su limitación, como hemos visto ya, es de orden jurídico, judicial y de su rescate como empresas estatales73. En este contexto surge la cooperativa “Unión Solidaria de Trabajadores” de Avellaneda– UST-. Su experiencia es una breve historia todavía, en un continuum laboral más amplio, en torno a la ciudadanización de sus demandas como derechos y obligaciones: a la preservación de sus puestos de trabajo en tanto derecho al trabajo, a la libre asociación de los trabajadores, al emprendimiento social, al crédito oportuno, al compromiso con su comunidad barrial, entre muchos más. Como bien señala Mario Barrio, presidente de la UST y Secretario General de la Asociación Nacional de Trabajadores Autogestionados – ANTA-: “Nos quedamos sin trabajo y perdimos el sindicato, la jubilación, el camping y hasta la procedencia y el origen: no somos más trabajadores. Ahora somos 73

Ejemplos de ello son el Ministerio de Trabajo, que otorgaba un subsidio único a las ERT en razón de $ 500.00 por trabajador y un monto máximo de $ 50,000.00 -destinado a la compra de insumos y capital de trabajo- o el fondo de crédito para las ERT creado por el Banco Nación con un monto total $ 6 millones de pesos, irrisorio frente a las necesidades de estas empresas y comparado con los apoyos otorgados a la banca y las empresas privadas (Ruggieri, 2005: 89).

128

cooperativistas, o somos cuentapropistas, o somos pequeños empresarios” (Mario B.)

El cierre de la empresa obligó a los trabajadores a realizar una serie de acciones de resistencia. Destacan sus marchas con apoyo de la comunidad barrial, el apoyo familiar y la producción de traspatio, así como las gestiones políticas, entre otras: “(…) habíamos hecho unas marchas para el barrio con toda la comunidad acompañando (…) la comunidad estaba enterada, estaba sensibilizada, toda la comunidad bloqueando la autopista, acompañando en las marchas, con la olla popular, la misa ecuménica (…) Durante 4 o 6 meses, no cobraron” (Mario B.)

La ausencia del Estado argentino significa una auténtica desestatización ante las ERT, aunque en el caso de la UST han sido capaces de crecer y consolidarse por medio de créditos bancarios y su relación con los diversos niveles de gobierno (municipal, estatal y federal) ha sido satisfactorio para mantener sus servicios de mantenimiento al relleno sanitario: contrato de prueba a un año, contratación a 5 años después, negociación del terreno para el polideportivo, el bachillerato conveniado, la construcción de sus viviendas, la operación del Centro Comunitario de Salud, el comodato de terreno para la construcción de un club social y productivo, entre otras negociaciones: “(…) hicimos el contrato por 5 años (…) y la verdad es que fue tan buena la gestión que no les quedaba alternativa. Además sabían que no podían quedar (risas) y luego otra vez nos poníamos belicosos” (Diego L.).

Al parecer, la democracia participativa es un rasgo fundamental en las ERT en el régimen cooperativista. ya que la toma de decisiones tiende a volverse colectiva y democrática. La asamblea es la máxima autoridad –espacio de unidad y debate al mismo tiempo-. Es el caso ciertamente de la UST: las asambleas, como la máxima autoridad, se realizan cada que es necesario, por lo menos mensualmente, y en ellas participan no sólo los 68 asociados sino el total de los 92 trabajadores. Estas asambleas mensuales, junto con las anuales de Balance y Programación, son un mecanismo clave de toma de decisiones, información y diálogo entre los socios:

129

“Las cosas más importantes se resuelven en las asambleas (…) Es como un mecanismo permanente de diálogo con los compañeros (…) Todos los años se hacen memorias y balances, cierres del ejercicio en donde ahí se define el reparto, ahí se define la inversión” (Diego L.)

De ahí la necesidad de contar con mecanismos de participación democrática de tipo representativo a través de los consejos contemplados en el funcionamiento cooperativo 74. La democracia representativa en la UST se vive a través del Consejo de Administración, el cual se renueva cada dos años.

Una doble mirada acontece en el proceso de participación política de las ERT y la UST: el de su organización política como movimiento social –y, por tanto,

más allá de sus

dinámica económicas y sociales internas- y su relación con el Estado en todas sus formas. La participación democrática se realiza e impulsa territorialmente por la UST en el barrio a través de la “Mesa de Organizaciones barriales de Wilde Este”, del barrio San Lorenzo. En la Mesa se integran las diversas vertientes del trabajo comunitario y se analizan las estrategias para lograr una mejor comunidad, un mejor barrio, y avanzar en el Plan de Regularización de Tierras y un Plan de Seguridad Integral. Por otra parte, su participación democrática de tipo sectorial se expresa en el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER), el cual se constituye en la expresión más acabada del movimiento de ERT prácticamente desde el origen del fenómeno 75. Una de las expresiones del MNER la constituye la Asociación Nacional de Trabajadores Autogestionados –ANTA-, organización que nace en 2005, ligada en forma orgánica a la Central de Trabajadores Argentinos –CTA-, que integra a cerca de 100 cooperativas de trabajo asociado y cuyo secretario general es Mario Barrios, presidente de la UST. En su informe 2008 la ANTA propone:

74

De acuerdo con Meyer (2004: 48), el 72.72 % de los miembros de los consejos de administración de las ERT fueron elegidos en asamblea, contra el 13.63% elegidos por medio de listas y otro porcentaje similar en forma aleatoria. 75 Sin embargo, en enero de 2003 surge la primera fractura del MNER cuando se funda el Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas por sus Trabajadores (MNFRT). La Coordinadora Nacional de Trabajadores Autogestionados (CONTA), integrada por la Asociación Nacional de Trabajadores Autogestionados (ANTACTA) y el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER), es otra expresión unitaria de las empresas recuperadas.

130

“Queremos ser una representación gremial que garantice el reconocimiento de un sector de la economía social que no es paliativo de emergencia al desempleo sino expresión de una nueva realidad económica y social. No aceptamos que las políticas de promoción cooperativa y/o autogestiva sean comprendidas como una ayuda social para los pobres” (Ghirelli y Álvarez, 2009: 67 y 69). De manera que esta apuesta por la sindicalización del sector de trabajadores autogestionados resulta fundamental como herramienta de identidad y lucha por sus derechos, como un nuevo sujeto social: “(…) los trabajadores autogestionados somos un nuevo sujeto, somos laburantes, nuestro destino está atado a la clase trabajadora. Hemos abrazado el cooperativismo como herramienta ante una realidad determinada (…) Por eso, marchamos porque defendemos la clase, porque tenemos derechos, porque siempre seremos trabajadores” (Mario B.).

La falta de una ley de quiebras que favorezca la formación de las cooperativas de trabajadores como continuidad de la empresa fallida, la ausencia de leyes de expropiación nacionales así como de normas específicas para las cooperativas-ERT, muestran un Estado

comprometido

fundamentalmente

con

el

capital

privado

que

con

los

76

trabajadores : en el fondo se trata de un procesos de verdadera desestatización de las obligaciones del Estado y desciudadanización de los derechos de los trabajadores. No obstante algunos apoyos, es posible afirmar que el ejecutivo no cuenta con una política pública clara para el fortalecimiento y consolidación del sector de las ERT ni para garantizar sus derechos sociales. Y la presencia de los partidos políticos no ha significado una ayuda especial para las ERT y sus movimientos. Por el contrario, la necesidad de construcción de una nueva fuerza política cercana a los verdaderos intereses de los trabajadores y de los pobres, con

76

En el mundo existen diversas experiencias legislativas en torno a la recuperación de empresas quebradas: la ley de quiebras en los Estados Unidos; incentivo fiscal sobre el salario para el rescate de empresas fallidas en Canadá; la creación de las Sociedades Anónimas Laborales en España; la Ley Marcorra en Italia. La matriz común de todas ellas fue el salvamento de los activos productivos y los puestos de trabajo por encima del interés de los acreedores (Meyer, 2004: 39-40).

131

una clara apuesta redistributiva de la riqueza, es parte del sueño de los dirigentes de la UST: “(…) la verdad es que hasta nos ilusionamos en hacer una fuerza propia, una fuerza que aglutine parecidos, construyendo con otros compañeros que no tengan que ver con el afán partidario-ideológico (…) la política como realizadora de posibilidades de transformación de la sociedad” (Mario B.) Así, resumiendo, en torno a las ERT argentinas y la UST se combinan simultáneamente un proceso de desmovilización y desciudadanización sindical amplia con un proceso desestatizador claramente marcado por su ausencia en la protección y ampliación de los derechos de los trabajadores, incluyendo a los autogestionados, y que mantiene su inercia respecto al resto de los trabajadores argentinos golpeados por las crisis, la flexibilidad y la precariedad laborales77. El fenómeno anterior, al mismo tiempo, se combina con la acción colectiva movilizadora y ciudadanizadora de los trabajadores despedidos por la recuperación de sus trabajos a través de las ERT, como es el caso de la UST. “(…) hay un estado patronal que debe garantizar estos derechos que reclamamos como es una nueva figura de trabajadores autogestionados” (Mario B.) En el fondo, de lo que se habla es de un proceso de “estatización y ciudadanización” de las ERT para el reconocimiento de los derechos de un nuevo sujeto: el trabajador autogestionado. O en las palabras de Diego Ledezma, miembro de la dirección de la UST: “(…) queremos exponer a la ANTA: de qué nos sirven las empresas recuperadas si trabajan para adentro. Hay que trabajar para afuera porque también somos parte de la clase, somos parte del barrio, somos parte de la comunidad (…) no queremos que sean un slogan (…) ¡No hay la salvación individual, creemos que la salvación es colectiva!” (Diego L.)

77

En una medida desestatizadora y desciudadanizadora del Estado argentino, durante la presidencia de Carlos Menem la ley de quiebras había sido modificada y los trabajadores habían dejado de ser considerados como los acreedores privilegiados.

132

Sin embargo, “las experiencias de economía social en Argentina son tan fragmentarias – comparadas, por ejemplo, con Brasil- que no tienen incidencia en un sistema de poder” (Coraggio, 2007: 185). Las organizaciones campesinas: de la desestatización y descampesinización ciudadana a la ciudadanización y estatización campesina.

La dinámica global de descampesinización es brutal. Lo anterior tiene como contexto que tanto la Unión Europea como Estados Unidos destinan una cantidad considerable de recursos públicos al apoyo agropecuario y

lo hacen con escasa transparencia. Por

ejemplo, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de 2004 a 2006 la Unión Europea canalizó a los subsidios agrícolas a través de las grandes empresas agroindustriales 159 mil 169 millones de dólares, es decir, cerca del 40 por ciento de su presupuesto anual a la agricultura, mientras que Estados Unidos lo hizo por 101 mil 516 millones. En comparación, lo que aplica México es ridículo: seis mil 235 millones de dólares en este mismo periodo (Pirker: 2008). Sin embargo, en contraste con este proceso de apoyo estatal a los productores del norte global, la dinámica desestatizadora en el medio rural ha estado dirigida principalmente a los países pobres del sur global, incluyendo a México y Brasil.

Como bien afirma Kofi Annan (2008), ex secretario general de la Organización de las Naciones Unidas y hoy impulsor de la estrategia Alianza para la Revolución Verde en África (AGRA, por sus siglas en inglés), los gobiernos desatendieron al campo comprometidos con políticas equivocadas de instituciones multilaterales. Pero, además lo anterior, los gobiernos de diversos países han tendido a criminalizar la organización campesina, con sus demandas y sus resistencias (La Vía Campesina: 2006: 2-4)78. Entre las demandas y denuncias de estas organizaciones campesinas se encuentran los subsidios a la agricultura otorgados por los países ricos a sus grandes productores. El caso de la URAC: “En la URAC se me quitó el miedo a participar”.

78

Organización global que agrupa a numerosas organizaciones campesinas de diversos países y regiones del mundo, lleva desde varios años una campaña para el reconocimiento de los Derechos Campesinos. En su reporte sobre la situación de los derechos campesinos de 2006 señala diversos casos documentados de represión a líderes campesinos.

133

La experiencia de la URAC nos muestra sus alcances y límites en torno a la búsqueda por fortalecer los procesos de ciudadanización de sus miembros. Esta apuesta va de la mano con la necesidad de contar con un Estado que fortalezca, con sus políticas públicas, los derechos ciudadanos de corte campesino. Sin embargo, durante las últimas tres décadas ha acontecido precisamente lo contrario: una desestatización del Estado mexicano mediante el abandono de los campesinos a su suerte, es decir, la apuesta estatal por la descampesinización radical del medio rural79: por un lado, los recursos destinados al campo han sufrido severos recortes en las últimas décadas y, por otro, la mayoría de ellos se destinan a los productores más grandes, incluyendo corporaciones transnacionales (ver Gráfica N° 4.1 en anexos). Una versión triunfalista del éxito agropecuario mexicano, especialmente en la producción de hortalizas y frutas, la ofrece el gobierno (AgroMilenio, 2009: 10): “México dio el gran salto al aumentar su producción de hortalizas de 6 millones a 11.5 millones de toneladas, en tanto que la fruta se elevó de 11 a 17 millones de toneladas (…) Así, entre el 2000 y el 2005, la producción nacional de hortalizas creció en un 50.2%”. Sin embargo, el movimiento campesino mexicano “Sin Maíz no ha País” nos ofrece un panorama distinto al optimismo del gobierno federal de acuerdo con el presupuesto para el 2009, en el que se demuestra que el gobierno ha optado por la asistencia social en contraposición a la producción rural, con el agravante que lo poco invertido productivamente resulta altamente regresivo: “(…) Alianza para el Campo es el (programa) más regresivo: 70 por ciento de sus recursos va al 20 por ciento más rico de los beneficiarios mientras que al 40 por ciento más pobre llega sólo el diez por ciento (…) (Bartra: 2008b).

Sin embargo, la tendencia histórica de la URAC ha sido básicamente la de no involucrarse en movilizaciones de protesta y propuesta impulsadas por las grandes organizaciones campesinas independientes, lo cual le ha significado quedar fuera del movimiento 79

Desde 1992, con la reforma al art. 27 constitucional y el fin del reparto agrario en México, la lucha por la tierra dejó de ser una de las principales demandas del movimiento campesino mexicano. Además de ello, frente a un contexto de apertura comercial indiscriminada, incluyendo al agro nacional, las organizaciones campesinas se enfocaron a la resistencia alrededor de su modo de producción campesina.

134

campesino nacional y sus demandas de exigencia de los derechos campesinos, salvo por sus vínculos con las organizaciones campesinas financieras de tipo educativo. Esta falta de involucramiento con el ala más activa del movimiento campesino parece explicarse desde los orígenes del proyecto Tequisquiapan, cuando sus promotores hicieron una opción por seleccionar una región con escasa presencia de organismos civiles y con ausencia de movimientos sociales significativos: “Buscamos que no fuera en un zona muy conflictiva (...) Una zona en donde no hubiera mucha presencia de ONGS (ni) presencia gubernamental” (Alfonso C.)

No obstante lo anterior, la URAC no ha dejado de lado la formación política permanente de sus socios en diversos temas de coyuntura a lo largo de su historia y que se refieren a acontecimientos de tipo político, económico y social en sus diversas escalas territoriales. Se trata de acontecimientos relevantes que suscitan la reflexión colectiva y llegan prácticamente hasta las bases mismas de la organización a través de las representantes comunitarias en las reuniones que se realizan mensualmente en cada de las casi 70 comunidades80. De ello dan cuenta las socias de la URAC en el estudio realizado por Ejea (2006: 60-61) y las entrevistas que realicé: “En las juntas comunitarias se aborda como educación cívica y tema de reflexión: sobre los candidatos y cómo votar” (Martha, La Magdalena)

Así, la apertura de las socias a los acontecimientos de coyuntura de diversos tipos las sensibiliza para entender la necesidad de participar y les permite hacerlo en sus propias comunidades. Con ello, aunque de manera más personal que como organización, las socias y socios empiezan a tomar parte o involucrarse en los problemas que las aquejan desde la exigencia de derechos económicos (emprendedurismo), políticos (votar y ser votados), civiles (organización y asociación). La autonomía respecto de los partidos políticos es una práctica sostenida con rigor por la propia organización, ya sea para rechazar alguna candidatura o para renunciar a la UDEC a favor del partido: 80

Por ejemplo, “El Proceso electoral ordinario 2009” es abordado mediante una reflexión nacional y estatal de los diversos candidatos y la necesidad de analizar a los partidos como al candidato, así como las diversas posiciones ciudadanas frente a las elecciones: los abstencionistas, lo que no votan como forma de protesta, los que anulan su voto, el voto en blanco, dar el voto a un candidato o partido político y el voto condicionado (Cosechando N° 201: 8-13).

135

“(…) Entonces, ella sí renunció y nos dimos cuenta que qué bueno que renunció, porque hubiera sido un desastre (…) Hay intentos de jalarnos a nosotros, obviamente, a mi me habían invitado a ser regidor de un partido” (Alfonso C.)

Asimismo, al interior de la URAC se viven procesos de democracia representativa y participativa. La democracia participativa se vive desde dentro a partir principalmente de las reuniones semanales de grupo de ahorro y crédito y las reuniones comunitarias mensuales81. Por otra parte, la democracia representativa se experimenta en la elección democrática de las cajeras de grupo y de las representantes de cada comunidad, así como en las reuniones mensuales del Día de la Unión donde participan las cajeras y representantes comunitarias, en

la

elección democrática

de

los consejos de

administración y vigilancia de la cooperativa y las sesiones que realizan para tomar acuerdos, lo que les permite un crecimiento personal: “Cada grupo elige, de manera abierta y por consenso o mayoría, a su cajera o cajero”. (Rabasa, 2002: 32) “En la URAC se me quitó el miedo (…) Estuve en la mesa directiva, cada mes tenía que ir y opinar y tomar decisiones” (Martha, La Magdalena) (Ejea, 2006: 61)

La democracia representativa en la URAC por medio de una estructura de representación de los socios mediante la elección democrática de los Consejos de Administración y Vigilancia, quienes se reúnen periódicamente: “(…) el último lunes de cada mes es junta de Consejo” (Lupita T.)

En relación al reconocimiento de sus derechos en la escala nacional, las socias manifiestan la necesidad de practicar sus derechos políticos, particularmente su derecho a votar libremente, pero también civiles –como la igualdad ante la ley- y sociales –su derecho a contar con servicios públicos-:

81

Un ejemplo elocuente de este proceso intencionado de participación democrática en la URAC lo constituyó la definición del nombre de la cooperativa de ahorro y crédito constituida en 2006. Se trató de un esfuerzo- bautizado como “Ponle nombre a tu cooperativa”, enmarcado en un proceso largo y muy participativo que involucró los diversos niveles de la organización y las bases sociales de la URAC.

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“Elegir por el presidente. No debemos dejarnos engañar” (Martha, La Magdalena) “(…) derecho a la igualdad; que las leyes no sean sólo para los ricotes (sino) también para los pobres” (Blanca, El Salitre)

Esto mismo se muestra en otros estudios. De acuerdo con la investigación de Francies Mestries (2007), en la URAC se respeta totalmente la imparcialidad partidista y los resultados son una participación electoral muy alta y un comportamiento electoral crítico y plural.

Curiosamente, con la promulgación de la Ley de Ahorro y Crédito Popular en 2006, el Estado mexicano, a través del Congreso, tuvo una intervención estatizadora con el fin de regular y alinear al sector con los acuerdos de Basilea 82. Así, no obstante las posibilidades y beneficios reconocidos por Alfonso Castillo, las organizaciones financieras populares y campesinas deben trascender las visiones gubernamentales modernas, eficientistas y regulacionistas con el fin de mantener sus principios y prácticas solidarias: “Mientras que las autoridades quisieran ver a las instituciones micro-financieras como „banquitos‟ (…) en sentido opuesto va toda la lucha por desarrollar metodologías adaptadas, sencillas, accesibles, participativas, capaces de atraer a los pobres que no saben leer y escribir (…)” (Castillo, s/f: 117-118)

Un aspecto que conviene relevar en las prácticas de la URAC ha sido su resistencia a movilizarse para exigir apoyos gubernamentales a favor de sus proyectos o la necesidad de incidir como organización en las políticas públicas hacia los campesinos. Al parecer, en el fondo de esta actitud organizativa se encuentra la necesidad de impulsar un desarrollo endógeno, basado en la apropiación y aprovechamiento de sus propios recursos, así como autónomo y autogestivo, es decir, no supeditado a las metas y normatividad que las

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Detrás de sus argumentos se encontraba la necesidad de evitar los fraudes y quiebras y dar mayor seguridad a los ahorradores. Sin embargo, esta actitud reguladora de las finanzas populares por parte del gobierno mexicano va en sentido contrario a su permisividad ante las prácticas depredadoras de los bancos privados presentes en México. La regulación mexicana del sector social y popular de las finanzas acontece apenas un poco antes de la crisis financiera internacional desatada en los Estados Unidos por la grave desregulación del sector financiero privado.

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políticas públicas y los programas de gobierno suelen imponer a las organizaciones sociales rurales83. Para la actual presidente del Consejo de la URAC: “(…) ahorita se está buscando hacer un medio para bajar recursos de Federales a los que como ciudadanos tenemos acceso… se está buscando ser el medio para obtener a lo que tienes derecho, pero no que dependas de ello” (Lupita T.)

Un balance de los resultados de la URAC en materia de impulso de los derechos ciudadanos desde la organización campesina nos lo ofrece Francies Mestries (2007). Se trata de un proceso embrionario: “La concientización y apropiación de su contexto por las bases de la URAC es embrionaria: su conocimiento de la situación del país y del mundo era muy escaso (…) El problema radica quizá en que “los objetivos estratégicos de la URAC no se han interiorizado: el ahorro y préstamo se ven como fin en sí y no como medio para consolidarse como grupo social”.

En definitiva, para Mestries, más allá de la participación electoral en la URAC no se vislumbra la posibilidad de una solución colectiva, de una fuerza social organizada desde abajo para incidir en las decisiones locales o regionales, opinión que comparto dado que no encontré en ningún momento en la historia de la URAC la vivencia de alguna experiencia de movilización colectiva en torno a la defensa o exigencia de derechos en ninguna de las escalas territoriales.

En resumen, resulta indudable que al interior de la URAC se viven procesos de democracia tanto representativa como participativa. Asimismo, en la URAC se ha impulsado un esfuerzo embrionario de ciudadanización mediante la concientización y formación constante de sus socios para impulsar la participación política desde la perspectiva individual y con autonomía de la organización en relación con los partidos y gobiernos de diversas escalas. Sin embargo, es notoria su escasa acción colectiva y la 83

Salvo la reciente relación con el CONAVI (Comisión Nacional de Vivienda) para la promoción del programa de mejoramiento de viviendas rurales mediante el apoyo con créditos y subsidios para capacitación. En otros momentos la UDEC y sus promotores se han visto en la necesidad de recurrir a los recursos públicos: con FIRA, como “Agente Procrea”, o con el PRONAFIM, con la consultoría del propio Alfonso Castillo. 138

ausencia de vínculos con los movimientos sociales campesinos en México para incidir en las políticas públicas locales, regionales o nacionales, de manera que la gestión de recursos públicos se basa en la negociación y la formulación de propuestas pero sin una exigencia clara al Estado de sus derechos como organización social. Destaca, con todo, en su experiencia histórica, la reivindicación de su derecho a la organización y al asociativismo micro regional y nacional (derechos civiles), al emprendedurismo (derechos económicos), a la alimentación sana (derechos sociales), a elegir y ser elegidos (derechos políticos). El caso de la COOPAN-MST: “¡Con Lula ganamos el gobierno, pero no el poder!”

Como hemos visto ya desde el capítulo anterior, no es posible separar la historia de la COOPAN de la vida del MST: la cooperativa se gesta, nace, crece y se desarrolla en una simbiosis íntima con el movimiento de los sin tierra. Y ello acontece principalmente desde la dimensión política a través de la democratización de la tierra, de las políticas públicas y de los cargos de elección popular, así al interior de su propia organización. La ciudadanización en la COOPAN y el MST se desarrolla en diversas dimensiones: civil (por sus derechos a la asociación, manifestación), económica (sus derechos a la tierra, al empleo e ingreso digno), social (sus derechos a la alimentación, la salud, la educación y la vivienda), política (su derechos a elegir y ser elegidos), cultural (respeto a sus tradiciones y modo de vida campesino) y ambiental (la conservación de la naturaleza).

En 1984, los trabajadores rurales que protagonizaban esas luchas por la democracia de la tierra y la sociedad convergen en un encuentro nacional, en Cascavel, Paraná. Allí deciden fundar un movimiento campesino nacional -el MST- con tres objetivos principales: luchar por tierra, luchar por la reforma agraria y luchar por cambios sociales en el país hacia una sociedad más justa y fraterna. En el Cuadro N° 5.1 (anexos) es posible observar la terrible concentración de la tierra brasileña: “El Movimiento Sin Tierra nace de la lucha de un ser humano que era excluido, no era ciudadano, para trazar un momento en el que se considerase sujeto de su propia historia (...). El cambio de vida es económico, social, de cabeza (…) (Caldart, 2004: 129, citando a Maschio: 1997).

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De manera que la lucha de la COOPAN y del MST no se agota en la tierra y la producción, sino que pasa por la conquista de los derechos de ciudadanía en el marco de la construcción de un nuevo modelo rural que rompa con el modelo dominante del latifundio, el agronegocio y el mercado externo (agroexportador): “Con sus luchas, el MST busca la conquista de la dignidad ciudadana (…) continúa defendiendo la democratización de la tierra y la implementación de una política efectiva para el desarrollo de los asentamientos, buscando reorganizar la producción agrícola para que el país atienda las necesidades de su población (MST, 2010: 11).

Luego de la ocupación de las tierras hacia mediados de los noventa, con el asentamiento y la desapropiación de la tierra por el Estado brasileño –cerca de 2,000 has-, los asentados de Capela –incluyendo a los socios de la COOPAN- lograron ejercer su derecho a la tierra en una franca conquista ciudadana. Un poco después, hacia el 2000, el MST tenía en todo Brasil más de 1,500 asentamientos con cerca de 250,000 familias en casi 7 millones de hectáreas liberadas a los latifundistas (Martins de Carvalho, 2005: 247 y 251).

Asimismo, respecto a la reivindicación ciudadana de sus derechos sociales, los sin tierra han avanzado gradualmente en su exigencia a pesar de la resistencia estatal 84. Sin embargo, los logros cuentan también: el 66% de las familias reportaban una mejora en su alimentación, 62% una mejora en su poder de compra de bienes duraderos, 79% con mejoras en su forma de habitación y 87% apostaban a un mejor futuro (MST, 2010: 21).

Y, a pesar de los rezagos, sus logros ciudadanos en materia de educación tampoco son menores. En este sentido, la democratización del conocimiento ha sido una de las reivindicaciones del MST como parte fundamental de la Reforma Agraria y el proceso de

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Los asentamientos formados entre 1995 y 2001 carecían de diversas infraestructuras sociales y de servicios públicos: 32% no contaban con casa definitiva, 49% carecían de agua potable, 55% no poseían electricidad, 29% de las familias con hijos en edad escolar no tenían acceso a la educación básica, 77% no tenían acceso al nivel medio y 62% de los asentamientos no contaban con servicio de salud de emergencia.

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consolidación democrática. La tarea central se ha enfocado a la alfabetización de los adultos y la educación de los niños y jóvenes85: “En toda nuestra historia, fueron conquistadas 2,250 escuelas públicas en los asentamientos y campamentos en todo el país (de las cuales 1,800 hasta el cuarto grado, 400 hasta la enseñanza básica completa y apenas 50 para el nivel medio) (…) Hay 300 mil trabajadores y trabajadoras rurales estudiando, entre niños y adolescentes sin-tierra, de los cuales 120 mil van a escuelas públicas. Más de 350,000 integrantes del MST se formaron en cursos de alfabetización, así como básica, media, superior y cursos técnicos” (MST, 2010: 23-25).

Con todo, la lucha del MST por los derechos a la tierra, la alimentación y una vida digna en el campo ha tenido sus consecuencias. El MST tiene entre sus filas numerosos compañeros caídos por la represión, en un proceso de criminalización creciente de los movimientos sociales en Brasil86.

A este proceso criminal del Estado brasileño se suma el reconocimiento del MST respecto una tendencia a refluir de la participación política en los asentamientos, luego de que los asentados pasaron por la experiencia radical del campamento y haber logrado la conquista de la tierra. La razón es sencilla: los asentados cuentan ya con una estabilidad mayor y la propiedad de la tierra exige tareas de producción para la sobrevivencia. Por ello, afirma Neuri Rosseli, miembro de la Secretaría General del MST:

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El MST sostiene que se logrado la formación de más de 4,000 profesores en el movimiento y cerca de 10,000 profesores participan en las escuelas de los campamentos y asentamientos educando a más de 28,000 estudiantes, con 2,000 profesores envueltos en procesos de alfabetización. Además, para fines de 2009 el MST contaba con convenios con más de 50 universidades, involucrando a más de 5,000 alumnos en cursos técnicos de nivel medio, cursos superiores y especializaciones. Un convenio con el gobierno cubano permitió que 50 sin-tierra estudiasen medicina y 80 más siguen estudiando. Otro convenio con el gobierno venezolano permite que 30 alumnos estudien agroecología (MST, 2010: 25). 86 El MST reivindica 1,469 asesinatos de trabajadores rurales acontecidos entre 1985 y 2009, de acuerdo con los datos ofrecidos por la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT). Tan sólo 85 casos fueron juzgados y, de ellos, sólo 19 terminaron en condena. La mayoría de los casos son de la región norte de Brasil, donde existen más avances de los agronegocios como en los estados de Pará y Mato Grosso, y la presencia de ecosistemas como el Cerrado y la Amazonía. Para los Sin Tierra, se trata de una verdadera política de criminalización de los movimientos sociales en Brasil, apoyada por los medios de comunicación. Represión y desmoralización son los grandes objetivos de esta política (MST, 2010: 32-33).

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“Nuestro gran desafío es cómo podemos dinamizar ese espacio (político) del asentamiento” (Teubal, 2009: 146).

Por lo anterior, la relación del MST con el gobierno brasileño resulta fundamental. Se trata de una relación donde el Estado tiene una función que cumplir en torno a las demandas de los “sin tierra”. De acuerdo con Bruno Konder, citado por Laureano (2007:79): “Los dirigentes del MST tienen plena conciencia que requieren de la mediación del gobierno para atender a sus objetivos. Sólo el gobierno puede desapropiar tierras, conceder indemnizaciones, garantizar el crédito a los asentados, establecer una política agraria y ejecutarla” (Laureano, 2007: 79). Se trata de un proceso de estatización ambigua, en la medida que el Estado brasileño otorga ciertos derechos y apoyos al MST -pero de manera restringida- y, en contrapartida, otorga enormes subsidios a los agronegocios nacionales y extranjeros. De manera que el apoyo del MST a las luchas electorales del PT y Lula los ha llevado a la desmovilización social: “Referente al gobierno de Lula, observamos que, a partir de la toma de posesión como presidente en 2002, hubo una cierta desmovilización en los movimientos sociales. Había mucha expectativa y esperanza en el cumplimiento de las metas de Reforma Agraria” (Laureano, 2007: 121).

La crítica a la desmovilización de los movimientos sociales procede de diversos círculos, tanto del movimiento social como académico. Emerson (presidente de la COCEARGSMST) es contundente en su afirmación cuando lo entrevisté: “¡Con Lula ganamos el gobierno, pero no el poder!”

Y en esta lucha por la conquista ciudadana de sus derechos en un ambiente de estatización ambigua, diversos autores sostienen que en el MST se practica y vive la democracia participativa interna. El mismo MST afirma que las familias asentadas y acampadas se organizan en una estructura participativa y democrática para tomar las decisiones en el MST87:

87

Ver: http://www.mst.org.br/taxonomy/term/330

142

“(…) las familias se organizan en núcleos que discuten la producción, la escuela, las necesidades de cada área. De estos núcleos salen los coordinadores y coordinadoras del asentamiento o del campamento. La misma estructura se repite a nivel regional, estatal y nacional (…) En las asambleas de campamentos y asentamientos todos tienen derecho a voto: adultos, jóvenes, hombres y mujeres”.

Reni, de COOPAN, lo confirma en la entrevista en el asentamiento Capela: “(Coordinadores) Los núcleos tienen! Y de ahí sale la coordinación general del asentamiento.(…) pero no es una cosa así continua, ¿no?”

De manera tal que para impulsar las grandes líneas políticas, el MST se vale de los Congresos Nacionales, los cuales ocurren cada 5 años88. Además de su Congreso quinquenal, el MST realiza Encuentros Nacionales cada dos años con el fin de avalar y actualizar las definiciones de sus Congresos. La organización sectorial es otra de sus formas

organizativas:

producción,

salud,

género,

comunicación,

relaciones

internacionales, juventud, finanzas, educación, derechos humanos son algunos de ellos. Esta organización sectorial de reproduce desde arriba hasta abajo, hasta alcanzar a cada asentamiento y campamento. Y desde las cooperativas se contribuye al sostenimiento de los cuadros destacados en tareas estatales y nacionales: “(…) Emerson, Orascunho y el Milton (…) Son compañeros de aquí de la cooperativa y son liberados de la cooperativa para trabajar, militar fuera (…) ganan la misma cosa, todos los derechos, misma cosa que su estuviesen aquí dentro (…) No ganan nada del movimiento porque el movimiento no consigue sustentarlos hoy (…) Y hoy la cooperativa tiene (…) Y tenemos otro compañero (Edson) que es de aquí de la cooperativa. El está en Brasilia” (Reni)

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Por ejemplo, su último Congreso - el V- realizado en Brasilia en 2007, tuvo como su línea política de acción la Reforma Agraria, la Justicia Social y la Soberanía Popular. Esta línea es producto de un debate y estudio desde abajo, con duración de dos años, que acontece en cada campamento y asentamiento del MST en todo el territorio brasileño. Participaron en el Congreso más de 17,500 trabajadores Sin Tierra de 24 estados de Brasil, 181 invitados internacionales representando a 21 organizaciones campesinas de 31 países, así como amigos de diversos movimientos campesinos y populares brasileños (http://www.mst.org.br/node/7701).

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La literatura académica que rescata las bondades y aciertos del MST es muy abundante. En contrapartida, una de las más ácidas críticas al MST ha sido realizada por Zander Navarro89 quien reconoce su gran capacidad de movilización pero también su incapacidad de producir sujetos sociales con real autonomía organizativa, como conductores de su propio destino e incapaces de inscribir la emancipación social y política en sus objetivos vitales (Navarro, 2005: 228). Para el autor, el MST dejó su novedad original para convertirse en una organización ubicada en el campo de la izquierda tradicional sin una apuesta por la democracia y sí en cambio aferrado a un marxismo vulgar que impide la construcción de una base democrática hacia el socialismo o una teoría democrática de la ilegalidad no violenta (Navarro, 2005b: 279-280).

Tal vez la posible respuesta para Zander sea que las condiciones socio-políticas en que se inserta la lucha del MST en el campo brasileño no son del todo pacíficas: violencia y represión contra sus militantes por parte de latifundistas y aparatos del Estado brasileño, campañas mediáticas de linchamiento contra sus acciones, sectores políticos refractarios a la reforma agraria. Frente a un panorama así, como afirma uno de mis informantes clave90 en la entrevista que le realicé91, es necesario cuidar al MST: “(…) el MST tiene cosas cuestionables como su falta de democracia interna y una estructura burocrática que oscila entre 6,000 y 13,000 cuadros pagados con recursos del Estado Brasileño. Pero es necesario cuidarlo, dado que se trata del único movimiento social que actualmente se encuentra activo y se encuentra bajo condiciones extremas de persecución y asedio por todas partes (…)”.

Parece ser que en el MST se vive una especie de ambigüedad democrática o doble dinámica: todo indica que dentro de sus cooperativas y procesos colectivizados de 89

Esta crítica está contenida en su colaboración al libro “Producir para vivir”, organizado por Boaventura de Sousa Santos. Zander Navarrro es un investigador de la Universidad Federal de Río Grande del Sur que previamente había realizado estudios sobre el MST y la historia de sus asentamientos en ese estado. 90 Académico e investigador de la Universidad jesuita UNISINOS y militante anarquista, quien me puso en contacto con los dirigentes estatales para poder realizar mi trabajo de campo en el asentamiento Capela. 91 Esta es la misma sensación que experimenté con los cuadros dirigentes estatales del MST: desconfianza primero, cercanía después, con un discurso bien armado y monolítico y, en fin, un filtro rígido que debía conquistar para poder aproximarme a las experiencias de los asentamientos. No pasó lo mismo después en Capela, donde Reni, como coordinadora de las visitas de externos, me recibió de manera oficial -dado el encargo que tenía- y me apoyó abiertamente en la entrevista, con acceso a las instalaciones y la entrega de su documento de la planeación y avances de la cooperativa a cinco años.

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producción acontecen formas y estructuras democráticas asamblearias de trabajo y toma de decisiones. Ello lo experimenté personalmente en mi visita a la COOPAN en Capela. Pero, más allá del discurso democrático de sus dirigentes, al parecer en los asentamientos y en el resto de los niveles superiores de la organización se cuenta con mecanismos selectivos para el nombramiento de coordinadores y dirigentes, en tanto democracia representativa, que tienden a excluir a quienes no se encuentran perfectamente alineados con las políticas y principios de la organización. Se trata, entonces, de una democracia representativa que incentiva y discrimina, simultáneamente, y que tiende a reproducirse en los niveles superiores de la organización.

En resumen, la COOPAN y su referente organizativo, el MST, han representado una largo camino por el reconocimiento de sus derechos ciudadanos como campesinos. Se trata de una lucha ardua de ciudadanización de sus derechos por la tierra, por sus asentamientos, por la producción alternativa de tipo colectivo, por alimentos destinados al mercado interno, por sus derechos sociales –vivienda, educación, servicios- entre otros. Y en esta lucha por su ciudadanización plena se han encontrado con un Estado brasileño ambiguo, capaz de reprimirlos a ratos y de apoyarlos otras veces: un Estado desestatizado y reestatizado desde la obligación de garantizar los derechos ciudadanos de los campesinos sin tierra de acuerdo a numerosas circunstancias.

Las organizaciones indígenas: de la negación y el olvido indígena por el Estado a la ciudadanización y estatización de la autonomía indígena.

Los derechos de los pueblos indígenas han sido negados históricamente junto con su explotación y marginación. Considerados como no ciudadanos, los indígenas y sus pueblos originarios han debido adoptar diversas formas de resistencia cultural, económica y política para poder sobrevivir y preservar sus formas de existencia, en particular su modo de vida campesino. Pero ha sido durante las últimas dos décadas, es decir, en coincidencia con el ascenso del neoliberalismo en todo el mundo, cuando la resistencia indígena se muestra con mayor vigor. Y su derecho a existir como pueblos originarios, con sus modos de producción y reproducción de la vida, o bien vivir, es parte fundamental de la lucha de la UCIRI mexicana y la APG boliviana, hoy plenamente reconocidos por la

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Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI)92. El caso de la UCIRI: “Además del desconocimiento de nuestros derechos y la represión ¿qué más podemos esperar del Estado, cuando de lo que se trata es de reconstituir la autonomía?”

Oaxaca es el estado de México con mayor cantidad de etnias indígenas. Es, al mismo tiempo, uno de los estados más pobres y atrasados del país. En su territorio se conjugan las diversidades cultural, ecológica y social pero, también desde los tiempos coloniales hasta nuestros días coexisten la opresión, los cacicazgos regionales, la exclusión y la marginación extremas. A esta realidad multiforme se ha sumado, desde mediados del 2006, el surgimiento inédito de un movimiento social plural de carácter estatal -un movimiento amplio y diverso de movimientos magisteriales, sindicales, indígenas, campesinos y populares, o movimiento de movimientos como sostienen algunos-, llamado por sus propios actores como la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).

Con sus exigencias y acciones colectivas de transformación social para Oaxaca ha padecido la consiguiente represión desde entonces por los gobiernos estatal y federal. En el contexto anterior, particularmente por la gran riqueza indígena de Oaxaca, conviene situar los Acuerdos de San Andrés firmados por el gobierno mexicano zedillista y el Frente Zapatista de Liberación Nacional –EZLN- pero nunca respetados. Ya Rodolfo Stavenhagen (2008: 157-159) -relator especial de la ONU para los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales de los Indígenas-, en varios de sus informes ha señalado que la brecha de protección que sufren los pueblos indígenas cubren toda la gama de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, tanto individuales como colectivos.

Lo señalado antes no es casual. En la región del Istmo de Tehuantepec, como parte de región mesoamericana, parecen estar en disputa dos grandes proyectos: el hegemónico, donde una modernidad excluyente pretende abrir tierras, mar, bosques, selvas, agua y 92

Adoptada en septiembre del 2007 por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, proporciona un marco normativo preciso para las políticas y acciones de desarrollo de estos pueblos, sobre la base de los principios básicos de libre determinación; consentimiento previo, libre e informado; participación efectiva, autonomía y autogestión, y no discriminación.

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aire al mercado; y el alternativo, centrado en los pueblos indígenas, las organizaciones campesinas y las cooperativas de trabajadores que tejen cotidianamente relaciones sociales más justas e incluyentes.

Este es el contexto político donde la UCIRI se ha desarrollado. Con una reivindicación principalmente de tipo económico y cultural, la organización ha intentado responder a los graves atrasos y exclusión de sus socios en tanto pequeños productores cafeticultores. Pero las graves crisis globales del café no han logrado que el gobierno mexicano pueda estimular una verdadera estrategia alternativa. Ni el Consejo Mexicano del Café ni el gobierno federal cuentan con una agenda de políticas públicas de desarrollo del sector a pesar de que las organizaciones cafetaleras son de las más dinámicas y organizadas del sector agroalimentario nacional. Por su parte, de acuerdo con Bartra (ver en Waridel, 2003: 15), las organizaciones cafetaleras independientes siguieron un proceso de ensimismamiento: de las reivindicaciones nacionales de los primeros años de los ochenta pasaron a una estrategia productiva autogestionaria que les regresó intensivamente a sus regiones hasta desarrollar importantes experiencias económicas asociativas. Así, la movilización social de los cafeticultores para la mejora de las políticas públicas se ha canalizado a través de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC)93. A través de ella, como fundadora y miembro, la UCIRI ha participado en estas acciones colectivas: “(la movilización) No como nació UCIRI sino como CNOC, (marchamos a) la SAGARPA en Oaxaca, en (la ciudad de) México. Ahí sí hay una organización: llevamos como 5 mil campesinos de diferentes estados” (Saúl)

Sin embargo, la movilización socio-política de la UCIRI se ha dado también por la vía de la demanda de la autonomía indígena y los derechos de los pueblos. Por su propia lógica comunitaria, la participación ha obedecido más a las comunidades que a la propia organización social. De ahí su participación en el Congreso Nacional Indígena y en los 93

Una respuesta a esta dispersión la constituye la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC), fundada a fines de la década de los ochenta. En 1997, como red de organizaciones regionales autónomas de pequeños productores de café con un promedio de 2 hectáreas, participaban en la CNOC 75 mil pequeños productores de 125 organizaciones regionales de los estados de Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí y Veracruz. Cerca del 80% de los socios de la CNOC pertenecen a distintos pueblos indígenas. Entre estas organizaciones regionales cafetaleras destaca la UCIRI, fundadora de la CNOC en su propia sede ubicada en Lachivizá.

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Foros Mesoamericanos, donde la UCIRI participa como organización para resistir al modelo neoliberal del Plan Puebla Panamá en su intento de neo colonización: “Considerando que cualquier plan de desarrollo debe ser resultado de un proceso democrático y no de un proceso autoritario, rechazamos firmemente el llamado Plan Puebla Panamá porque es un renovado proyecto de colonización salvaje de Centroamérica (Sur-Sureste de México y países centroamericanos), al servicio de los intereses del gran capital, las transnacionales y de las oligarquías” (Declaración Final del I Foro Mesoamericano celebrado en Tapachula, México, en Mayo, 2001) Y esta forma de participación de la UCIRI en diversos aspectos –económicos, políticos, socioculturales- ha tenido sus consecuencias: los conflictos con personas contra cuyos intereses chocan con los intereses comunitarios o la represión del Estado. Vanderhoff (2005: 166) sostiene que estos conflictos han causado la muerte de varios compañeros y Carlos Manzo (2003) conoce la represión en su contra 94. Se trata de la criminalización de la lucha social, ahora en contra del movimiento indígena: “Además del desconocimiento de nuestros derechos y la represión ¿qué más podemos esperar del Estado, cuando de lo que se trata es de reconstituir la autonomía?” (Carlos Manzo).

Por otra parte, fiel a su origen comunitario indígena, es posible afirmar que la UCIRI es una organización indígena de carácter verdaderamente democrático. Su estructura organizativa se integra mediante delegados comunitarios elegidos en sus respectivas asambleas. Mensualmente se celebra una asamblea de delegados en Lachivizá. Según Vanderhoff (2005:147) las decisiones se toman por consenso en todos los niveles y se transmiten a las bases en sus asambleas comunitarias y por medio de un boletín masivo y periódico (Pasos). Al mismo tiempo, la asamblea de delegados se convierte en un espacio de estudio y discusión de los principales problemas e integra también sus comisiones de trabajo:

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Indígena detenido en el reclusorio de Tehuantepec, en una breve crónica de la represión en el Istmo de Tehuantepec y la criminalización de las protestas y resistencias indígenas por parte del Estado, reconoce haber conocido a tres socios de la UCIRI, ancianos todos, detenidos por un conflicto político y social y sometidos a las graves irregularidades en su proceso penal.

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“La organización primero empieza como una mesa directiva local por cada comunidad. (Lo) normal: un presidente, un secretario, un tesorero, el consejo de vigilancia, un representante. Ahí vienen los delegados oficiales y después los forma una asamblea general de UCIRI, que las asambleas se hacen aquí, todos los fin de mes en la fecha del 29 y 30 de cada mes es cuando se lleva a cabo” (Saúl E.)

Lo anterior refleja la combinación de procesos democráticos en el interior de la organización. En la UCIRI se viven procesos de democracia representativa y participativa. La democracia participativa se vive desde dentro a partir principalmente de las asambleas comunitarias realizadas mensualmente y por medio a de las asambleas regionales mensuales y la gran asamblea anual. La democracia representativa, por otra parte, se experimenta en la elección democrática de las mesas directivas, los delegados y los representantes comunitarios. Al nivel regional, la democracia representativa se manifiesta mediante la elección de los miembros de los consejos de administración y vigilancia95. La elección en los consejos regionales de administración y vigilancia sigue un curso similar al operado en el nivel comunitario. En las asambleas regionales semestrales, realizadas en octubre y abril de cada año y que tienen una duración de tres días, se eligen cada tres años los compañeros que se han destacado por su capacidad de compromiso con la organización. La elección de Saúl Echeverría es un buen ejemplo de la forma como se eligen los miembros de los consejos en un proceso auténticamente democrático. Elegido en noviembre de 2007, el procedimiento seguido fue mediante la formación de grupos que reflexionan sobre los integrantes de los consejos: “(se formaron) 8 grupos y cada grupo va a formar su propio consejo, o sea, cada grupo… ¿sí me entiendes?... Y en ese grupo a mi me pusieron como presidente, en el mismo grupo donde estaba yo, (…); y destapa el grupo dos, cuando aparece mi nombre (…) en los ocho apareció ¿verdad? ¡En los ocho grupos apareció mi nombre! Y dije: pues ni modo” (Saúl E.)

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Tanto el Consejo de Administración como el Vigilancia están integrados por cuatro miembros cada uno y sus respectivos suplentes. Estos miembros y los delegados comunitarios son elegidos para periodos de tres años.

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Las responsabilidades son amplias y la representación en diversas organizaciones son ya de una enorme complejidad para un presidente de la UCIRI: “(…) La imagen que tienen de la organización a nivel, ahora sí, que es mundial. Entonces, es como un comparativo entre presidente municipal (…) aquí hay más compromisos; tienes que dialogar con personas de diferentes lenguas para hacerlos entender (…)” (Saúl E.)

La democracia representativa acontece de forma similar en el nivel de base o comunitario: en las asambleas locales se nombra una mesa directiva, a los delegados, a los representantes fijos y a los comités para el trabajo local. En estas asambleas comunitarias se retoman los estudios realizados por los delegados en su asamblea regional.

Por otra parte, la filiación religiosa y la militancia individual en los partidos políticos se respetan plenamente en la UCIRI y como organización tampoco existe una filiación partidista, de manera tal que ese respeto a las preferencias políticas individuales, en lugar de dividirlos, se convierte en un factor de unidad entre sus miembros. Para el actual presidente, Saúl Echeverría, la mayoría de los socios al parecer se inclinan por el Partido Revolucionario Institucional: “Tienes derecho a pertenecer a cualquier religión, a cualquier partido político, sin distinción alguna (…) Imagínate, como me decía la candidata (del PRI a la diputación federal): tú eres perredista. Yo tuve una discusión con ella en Oaxaca y le dije: mire, estoy seguro que si hiciera una encuesta ahorita, el 80% son priistas, sin reclamo” (Saúl)

De acuerdo con educadores populares voluntarios de la UCIRI, los partidos políticos mantienen una práctica clientelista con los indígenas de la región, incluyendo a los socios de la UCIRI, y tratan de romper su lógica comunitaria: “(Existe una) influencia de los partidos políticos para que los indígenas pidan siempre algún beneficio personal sobre los programas públicos” (Mariene y Jesús)

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La relación con el Estado es vista necesariamente desde la perspectiva de los derechos indígenas. Para Vanderhoff (2005: 157), el desafío de la producción campesina se resolverá cuando las secretarías de gobierno tomen conciencia de que el campesino es el sujeto del desarrollo y no un instrumento del mismo. Sin embargo, las experiencias con las instituciones oficiales y privadas no han sido muy buenas y los recursos públicos son un tema de reflexión y tensión en la UCIRI: “Fíjate que Franz (…) esa es la intención de que no nos metamos con recursos del gobierno porque que eso crea conflicto, es una desmadre todo eso pero (…) Es difícil, pero hay que rascarle al gobierno, a las dependencias” (Saúl E.).

Por su parte, Aurora Martínez (s/f: 13) realiza un amplio cuestionamiento al papel del Estado por el abandono del sector cafetalero y su mayor empobrecimiento: “El sostenido deterioro del ingreso del productor directo debiera examinarse en su amplio contexto (…) Una de sus expresiones es el retiro de las funciones del Estado (que) vino a agravar las condiciones de vida y trabajo de los cafetaleros pobres”.

Y, frente a este abandono del Estado, desestatizador en sus funciones, el mismo Vanderhoff (2005: XX) expresa sintéticamente la necesidad de impulsar la felicidad como derecho ciudadano: “¿La felicidad es un asunto personal? No creo. Es un derecho social y un deber político procurar las condiciones de este derecho para todas y todos los ciudadanos”

En resumen, como organización económica solidaria, la UCIRI se erige como un referente nacional por el ejercicio democrático a su interior y su capacidad de establecer relaciones de apoyo mutuo con otras organizaciones sociales pero, al mismo tiempo, en su compromiso con las causas y resistencia del movimiento indígena nacional y mesoamericano expresado en la movilización política en defensa de los derechos

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indígenas junto con el Consejo Nacional Indígena 96. En este sentido, la UCIRI ha sido capaz de construir estructuras sociales y organizativas sólidas y estables, de carácter democrático y con vocación de servicio auténtico de parte de los representantes en sus diversos niveles. Se trata de una práctica democrática que combina los usos y costumbres propios de las comunidades indígenas mediante la participación democrática de base – asambleas comunitarias y de grupos de base para la reflexión colectiva y la toma de decisiones- con estructuras de representación propias de la democracia representativa – la existencia de asambleas de delegados y representantes comunitarios y los consejos de administración y vigilancia como organización regional-. El caso de la APG: “No somos MASISTAS, pero Sí estamos por el cambio”.

La nueva Constitución boliviana establece en Bolivia -en su artículo 1°- la existencia de un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías 97. Asimismo, en el artículo 8 señala una serie de valores que sustentan al Estado boliviano y que se condensan en su fin último: para “vivir bien”. La República de Bolivia se asume bajo la forma democrática participativa, representativa y comunitaria, con equivalencia de condiciones entre hombres y mujeres (art. 11). En cuanto a la participación y control social, la nueva Constitución deja a la sociedad civil la iniciativa para su auto organización con el fin de definir su estructura y composición (art. 241, V). Asimismo, los arts. 393 al 404 de la nueva Constitución se refieran al tema de la tierra y el territorio. En ellos se acepta la propiedad individual y comunitaria o colectiva de la tierra y su clasificación como pequeña, mediana y empresarial para el caso de la propiedad agraria individual. El art. 398 prohíbe el latifundio y la doble titulación por ser contrarios al interés colectivo y al desarrollo nacional y establece 5,000 hectáreas como extensión máxima de propiedad privada.

Llegar a una nueva Constitución en Bolivia a través de un referendo de revocación de mandato, una Asamblea Constituyente y un referendo constitucional no ha sido un 96

“(..) el Congreso Nacional Indígena constituye el espacio que los pueblos indígenas de México construimos para comunicarnos y caminar unidos los pasos del movimiento indígena nacional en la lucha por su reconstitución integral y libre determinación, expresada como autonomía en el marco del estado nacional” (Declaración de Zirahuén, 21 de junio del 2005). 97 Promulgada el 7 de febrero de 2009 fue resultado de la Asamblea Constituyente y del Referéndum del 25 de enero de 2009.

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proceso sencillo. Se trata de un verdadero proceso de estatización y ciudadanización que recoge las aspiraciones de la mayoría del pueblo boliviano. No obstante este gran avance, diversas prácticas nefastas como prebendalismo, racismo, etnocentrismo, caudillismo e incluso corrupción han sido señalados reiteradamente por voces críticas como obstáculos para que en Bolivia se consolide este proceso democrático. La nueva constitución boliviana recoge también, en el fondo, la historia del despojo del territorio indígena, incluyendo a los guaraníes, quienes durante la Colonia y la República fueron constantemente perseguidos y expulsados de sus territorios originarios. En el Mapa N° 5.1 de los anexos se puede observar el territorio demandado al Estado boliviano por el pueblo guaraní. Marcelo Arandia, coordinador de CIPCA Cordillera, hace una recuperación histórica del despojo del territorio guaraní: “Durante el período de conquista, y de la mayor parte de la colonia, el territorio de los Guaraní se mantuvo prácticamente infranqueable para los españoles (…) El dominio del territorio Guaraní no se dio ni en la conquista, ni durante la colonia sino durante la República, y por medios que trascendieron lo puramente militar” (Arandia, 2009:9-10).

La APG -apenas constituida hacia 1987- tuvo que emprender su camino de ciudadanización como reconocimiento de sus derechos indígenas, y marchar en 1996 y 2006 para modificar la ley 1715 del INRA y para la creación de la ley 3545 (Sambaquiri, s/f: 6). En su recorrido por la recuperación de sus tierras-territorio, la APG de Charagua hubo de enfrentarse a diversos poderes fácticos: petroleras, ganaderos, Comité Cívico, gobiernos municipal y federal. “Con la creación de la asamblea del pueblo guaraní, que fue en 1987, ha crecido mucho más la organización, es decir, antes de eso, las comunidades guaraníes vivían cada una por su lado. No había un ente que los aglutinara (…) luchaban por la tierra básicamente (…) incluso la fundación de la APG tuvo como objetivo central la recuperación de nuestro territorio” (Enrique Vázquez, comunitario de Charagua Norte) (Ñandee Ñee, 2008b: 6).

De acuerdo con Arandia, la demanda original de una superficie de 10.385.945 hectáreas el 81,3% del Chaco Boliviano- a favor de la APG para la reconstitución de su territorio 153

histórico y la necesidad de un territorio suficiente para albergar a más de 80.000 guaraníes, se redujo en la práctica algo más de 3.2 millones (Arandia, 2009: 20-26) (ver Cuadro N° 5.3 en anexos). Este resultado fue posible gracias a la movilización indígena: con marchas, bloqueos y paros, la lucha de los indígenas guaraníes por lograr un saneamiento de sus tierras y su posterior titulación para asegurar su propiedad colectiva frente a los riesgos de despojos ha logrado importantes avances en Charagua (Ñandee Ñee, 2008b: 4-5). Pero, a pesar de la consolidación de las tierras guaraníes, la distribución de la tierra en Charagua quedaba muy concentrada en 2009 98 (ver Cuadro N° 5.2 en anexos).

Las autonomías han sido, además, otra de las grandes conquistas históricas reconocidas constitucionalmente. La autonomía departamental, autonomía regional, autonomía municipal y la autonomía indígena son las diversas formas en que la autonomía boliviana cobra vida (arts. 269-284). La autonomía indígena, entonces, se convirtió en una demanda fundamental de la APG y, para alcanzar ese nivel de conciencia, la APG pasó por un proceso intenso de formación política: “(…) la formación política ha brindado para que el pueblo guaraní pueda hacer participación política. Entonces, a partir del 96‟ se vienen haciendo una serie de alianzas con el MBL - el Movimiento Bolivia Libre- y con el MIR -Movimiento de Izquierda Revolucionario-(…)” (Marcelo A.)

Así, apoyados en el marco constitucional actual, la mayor lucha que enfrentan ahora los guaraníes de Charagua consiste en la reivindicación de su derecho constitucional a ser Autonomía Indígena Originaria Campesina, con descentralización, territorialidad y

98

Charagua es el municipio más grande de Bolivia y tiene una superficie total de 7.442 millones de hectáreas o el equivalente a 74,442 kms cuadrados. El 61.1% del territorio – el equivalente a 4.5 millones de hectáreasse encontraba en posesión de urbano-terceros que representaban apenas el 16.6% de la población municipal; los TCO´s guaraníes, en contrapartida, abarcaban el 13.8% del territorio a pesar de representar al 68.2% de la población. La desproporción es enorme: mientras que los primeros poseían en promedio 1,047 hectáreas per cápita, los guaraníes contaban con apenas 57 hectáreas promedio por habitante, la mayoría de mala calidad. Los menonitas, por otra parte, con una población de 3,932 habitantes, poseían 50,485 hectáreas con un promedio per cápita de 12.8 hectáreas de las mejores tierras municipales” (cfr. documento interno de CIPCA Cordillera, sede Charagua).

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jurisdicción sobre recursos naturales99. Y con base en las luchas históricas de los mismos pueblos indígenas originarios campesinos bolivianos, pero también a la Declaración de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, la nueva Constitución les reconoce una serie de derechos fundamentales. Lo anterior es resultado de la emergencia de las “Naciones y Pueblos Indígena Originario Campesinos” y de una larga lucha que se remonta a la década de los 70 con el pueblo aymara, pero también a las históricas marchas de 1990 y 2002 que lograron posicionar nacionalmente la necesidad de una Asamblea Constituyente, instalada en el primer gobierno del MAS y Evo Morales en agosto de 2006100.

Esta autonomía puede ser conquistada a través de cualquiera de dos vías: por la vía municipal -donde se requiere la conversión de la figura de municipio a autonomía indígena mediante un referendo- o por la vía de las Tierras Comunitarias de Origen (TCO´s) 101. Para obtener la conquista de su autonomía indígena, la APG de Charagua tuvo que aprender de su participación en los procesos democrático-electorales. Ya desde 2005 los guaraníes habían accedido al poder local con el triunfo de un alcalde indígena dentro del municipio de Charagua (su primer alcalde indígena y cuatro de los cinco miembros del concejo municipal son guaraníes a fines de 2009). Y con base en la nueva Constitución, las comunidades indígenas de la Asamblea del Pueblo Guaraní del municipio de Charagua optaron por la vía municipal y lanzaron una campaña política que culminó con el “SÍ” el 6 de diciembre de 2009, convirtiendo al municipio en autonomía indígena con el apoyo del 58% de la población que votó. Este resultado no fue fácil de obtener, sino producto de una campaña de concientización entre las comunidades guaraníes, particularmente del débil Isoso, y de un diálogo intenso con otros sectores, incluido el Comité Cívico de Charagua. Sin embargo, su participación en otros ejercicios de democracia directa -como los referéndums revocatorios de Presidente y Prefectos Provinciales- había preparado a la APG para llegar a este nuevo resultado: 99

La nueva Constitución define como nación o pueblo indígena originario campesino toda colectividad humana que comparta identidad cultural, idioma, tradición histórica, instituciones, territorialidad y cosmovisión, cuya existencia es anterior a la invasión colonial española (art. 30). 100 En ella convergieron los pueblos indígenas en un “Pacto de Unidad” con sus organizaciones más representativas y un conjunto de demandas que lograron ser introducidas en la nueva Constitución. Entre ellas, la autonomía se convirtió en el eje central: libre determinación, autogobierno, respeto a su cultura, reconocimiento de sus instituciones y la consolidación de sus unidades territoriales (CIPCA, 2009: 1-2) 101 El 57% de los municipios de Bolivia -187- caben en esta posibilidad dado que la mayoría de su población se considera a sí misma como IOC y además habla la lengua. Estas diversas modalidades de conversión a autonomía indígena originaria campesina se encuentran normadas en la nueva Constitución (arts. 289-296).

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“(en el referéndum revocatorio, el resultado a nivel municipal) Evo y el vicepresidente García Linera han obtenido el 74% aprobatorio y el Prefecto de Santa Cruz sólo el 51%, casi a la mitad. Entonces, esos rencores hacen mucho más la fuerza de, digamos, en el tema de dar recursos de la prefectura hacia el municipio…” (Marcelo A.)

La elaboración del Estatuto autonómico en forma participativa e incluyente de la pluralidad municipal sería su siguiente reto para abril de 2010102.

Las asambleas comunitarias y regionales expresan la participación democrática, el diálogo y la generación de consensos, y son los capitanes quienes llevan la palabra pero también el compromiso de cumplir los acuerdos. En caso contrario, los capitanes son cuestionados, amonestados, sancionados e incluso destituidos de ser el caso –y ello vale hasta para decisiones de eventos deportivos, como fue el caso que me tocó presenciar en la asamblea regional en San Fernando de Parapitiguasu-. Así, entre los guaraníes existen corrientes y tendencias, pero que expresan la falta del voto orgánico generado bajo el consenso: “(…) dentro del pueblo guaraní también hay corrientes, digamos, que las hacen diferentes. Entonces, también existen ciertas disputas históricas que a veces no les permiten hacer la unidad…” (Marcelo A.)

Otra forma de participación ciudadana indígena consiste en la planeación participativa para los Planes Operativos Anuales Municipales (POAM), mediante la movilización de la población de todo el país durante los meses de noviembre y diciembre de cada año (Ñandee Ñee, 2008b: 7). Esta participación política se enfoca a la gestión de recursos públicos por parte de las capitanías para el impulso de sus proyectos. Lo anterior nos indica que la exigencia de derechos económicos para el impulso de la producción indígena, de empleos propios y de emprendedurismo social forma parte también de su 102

Tan sólo 12 municipios de todo el país entraron en el referendo por la conversión a autonomía indígena el 6 de diciembre de 2006. De ellos, Charagua fue el único municipio del Departamento de Santa Cruz que participó en este proceso, sorprendiendo con ello a las autoridades del gobierno departamental y a los sectores más conservadores y separatistas (entre ellos a los Grupos Cívicos). Los otros municipios que participaron correspondían: tres al Departamento de Chuquisaca, dos al de la Paz, cinco al de Oruro y uno al de Potosí (Corte Nacional Electoral, 2009: A11).

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proyecto de conquista de los derechos indígenas guaraníes (artículo 404 de la nueva Constitución), pero también responde a la necesidad de garantizar sus formas de organización y la soberanía y seguridad alimentarias priorizando la producción y el consumo de alimentos nacionales (art. 406).

Las democracias participativa y representativa se viven, conjugan y retroalimentan mutuamente en la APG bajo las normas indígenas. Asambleas y capitanes, tanto a nivel comunitario como regional, expresan esta doble dinámica democrática. El acceso de líderes indígenas al poder local -como el caso del Presidente y diversos Consejales Municipales-, el monitoreo ambiental a actividades petroleras, la formación de jóvenes para la participación política, la planificación municipal distrital, la inclusión de la autonomía indígena en la nueva Constitución, la participación de un dirigente indígena guaraní de Parapitiguasu en la Asamblea Constituyente, la recuperación y consolidación de nuevas tierras, son todas acciones que permiten destacar el grado de conciencia política y organizativa de los guaraníes de Charagua (Ñande Ñee, 2008ª: 5).

La lucha política de la APG pasa también por su relación con los partidos, pero en respeto a su autonomía. En este sentido, es muy clara su posición: ¡no somos “MASISTAS”, pero sí estamos por el cambio! Esta afirmación la escuché de uno de sus máximos líderes y capitán durante una asamblea regional realizada en Parapitiguasu. Marcelo Alberto lo expresa así: “(¿No están casados con un partido político?, pregunté) ¿Con el MAS? No. Están con la propuesta política, con el alineamiento, pero difieren también con algunos temas y se lo hacen notar: el tema de hidrocarburos, no está bien definido, cuáles son las competencias” (Marcelo A.) De ahí que la consigna resultante de la asamblea de la APG Parapitiguasu fuera: “Este 6 de diciembre vamos por la autonomía, vamos por Wilson y vamos por Evo” 103. Y en efecto, lo que está detrás de la lucha a favor y en contra de la autonomía no es sólo el reconocimiento de los derechos indígenas a su autodeterminación y la inclusión de otros actores municipales, la cual tendrá su prueba de fuego con el nuevo estatuto que deberá 103

Su candidato era Wilson Changaray, presidente de la Asamblea Popular Guaraní, de 42 años, sin primaria terminada y postulado por el MAS.

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sancionarse para abril de 2010, sino también el aprovechamiento de sus recursos naturales: “Charagua ahorita es una de los centros principales de gas (…) todas las vías son el tema de hidrocarburos y tenemos que estar en una prefectura para que nos den esa partecita que nos corresponde en el tema de hidrocarburos (…)” (Marcelo).

Otra arista fundamental de los derechos indígenas y de los ciudadanos bolivianos se refiere a la soberanía y seguridad alimentaria. La constitución la reconoce pero falta mucho por hacerlas realidad: “(…) la

política

del estado

tiene

dos vertientes que

son

distintas y

complementarias: por un lado, la soberanía alimentaria y, por otro, lado la seguridad alimentaria ¿No? Y en ese sentido el gobierno de Evo ha impulsado esas vertientes…” (Marcelo A.)

Finalmente, la corrupción del gobierno Masista de Evo Morales es un tema señalado con frecuencia no sólo por la oposición, sino también por sus aliados: la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob) critica al gobierno de Evo Morales por la burocracia y la corrupción en la administración estatal (Nizkor, febrero 2010).

En resumen, la APG de Charagua ha logrado impulsar procesos de ciudadanización de sus derechos indígenas en diversos frentes: de sus derechos políticos, mediante la restitución

de

sus

tierras-territorios,

el

reconocimiento

de

su

autonomía,

el

aprovechamiento compartido de sus recursos naturales y su participación electoral en los diversos niveles de gobierno, municipal y central; de sus derechos económicos, mediante la promoción de su emprendedurismo a través de proyectos productivos para su autoempleo; de sus derechos sociales y culturales, mediante la educación bilingüe y pluricultural y el respeto a sus usos y costumbres. Asimismo, en la APG se practica permanentemente la demo-diversidad en tanto combinación de dinámicas democráticas participativas o asamblearias en los niveles comunitario, regional y nacional, pero también de democracia representativa expresada en las capitanías, la gestión municipal, los diputados indígenas, etc.

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La estatización boliviana, por otra parte, se expresa en la asunción de un Estado renovado que asume sus obligaciones con el reconocimiento, promoción y respeto a los derechos ciudadanos indígenas, en un marco constitucional amplio, nuevo, inédito y complejo, en donde la plurinacionalidad se vuelve central en su apuesta de integración y desarrollo. Comparación analítica sociopolítica.

La esfera política nos permite comparar otras de las características de las experiencias de ECOSOL. En los casos analizados de las empresas recuperadas –TRADOC y UST- es posible advertir varias coincidencias. En primer lugar, la existencia en ambos países de un contexto de cambio estatal neoliberal a favor de las empresas privadas y contrario a los derechos laborales de los trabajadores. Del pacto corporativista del Estado con el sector obrero se pasa claramente a un pacto corporatista con el sector privado. Esta realidad se expresa en una desmovilización sindical y desciudadanización laboral que logró afectar severamente la calidad del trabajo. Frente a este contexto, la resistencia de los trabajadores de los dos casos analizados les permitió la recuperación de sus empresas, en un proceso de ciudadanización de sus derechos laborales y económicos.

Sin embargo, los cooperativistas de la UST reivindican su exigencia de reconocimiento ciudadano pleno como trabajadores autogestivos por el Estado argentino y para ello se movilizan con la ANTA, mientras que TRADOC parece apostar por la vía del reconocimiento del derecho económico al emprendedurismo social manteniendo al mismo tiempo su apoyo al movimiento sindical independiente mexicano. Asimismo, la UST parece apostar a la unidad con los actores sociales locales de tipo barrial, mientras que TRADOC más pareciera desestimar esta alianza y compromiso con los vecinos. Por su parte, los casos campesinos analizados –URAC y COOPAN- nos permiten distinguir algunas coincidencias. Por un lado, la existencia de contextos nacionales – mexicano y brasileño-de desestatización y desciudadanización radical en el campo desde la perspectiva de los derechos. Al mismo tiempo y contra esa realidad, en un esfuerzo apenas embrionario de ciudadanización política, la URAC impulsa procesos de concientización y formación constante de sus socios para impulsar la participación política plural desde la perspectiva individual y sin acciones colectivas ni vínculos con el 159

movimiento campesino para exigir sus derechos o incidir en las políticas públicas rurales, aunque mantiene las apuestas por sus derechos civiles, económicos y sociales –como su derecho a

la

organización

y al asociativismo

micro

regional y nacional, al

emprendedurismo, a la alimentación sana, entre otros.

En contrapartida, en el caso de la COOPAN-MST su lucha por la ciudadanización es más integral y profundamente política. Esta lucha acontece mediante la reivindicación de la reforma agraria, la soberanía y seguridad alimentaria y los derechos sociales –vivienda, educación, salud, alimentación, tierra, infraestructura de servicios- y pasa necesariamente por la movilización local, regional y nacional y la resistencia activa mediante ocupacionesasentamientos-producción cooperativa. La COOPAN está inserta desde las primeras ocupaciones en un movimiento social rural con las siguientes características: a) un movimiento abierto –popular, de masas, donde puede entrar todo el mundo, dado que en la lucha por la tierra participan no sólo campesinos sino el religioso, el agrónomo y el economista, entre otros-; b) un movimiento con base sindical de lucha – y corporativo, en el sentido de lucha por la tierra, la producción, la salud, la educación, la vivienda y los servicios-; c) un movimiento político dentro de la lucha de clases que va más allá de los intereses inmediatos; d) un movimiento que desarrolla potencialidades y capacidades de sus miembros; un movimiento que promueve la disciplina personal y colectiva (Laureano, 2007: 84-94).

Finalmente, las experiencias sociopolíticas indígenas de la UCIRI y la APG han estado marcadas por un contexto internacional que atenta contra la soberanía y seguridad alimentarias en los países pobres en favor de los intereses de las grandes empresas transnacionales y comercializadoras privadas de la cadena de valor global y, en contraposición, en detrimento de los productores pobres y sus países. Al mismo tiempo, los casos analizados muestran coincidencias en sus contextos nacionales de opresión histórica hacia los pueblos indígenas con dinámicas que se profundizan durante las últimas dos décadas a través de políticas estatales modernizadoras que atentan contra sus recursos y derechos.

Ello se expresa como un proceso de

desestatización y desciudadanización en las

regiones indígenas desde la perspectiva de los derechos de los pueblos -y ello a pesar de la declaración de la ONU sobre el desarrollo de los pueblos- pero, junto a eso, por un 160

esfuerzo permanente de ciudadanización indígena de ambas organizaciones mediante la reivindicación de su organización socioeconómica, el impulso a la concientización y la formación constante de sus miembros, la lucha y resistencia por su autonomía como organización y la vivencia de la democracia participativa y representativa en su interior, tanto en las comunidades como en la estructura de representación y la experiencia histórica de reivindicación de sus derechos a la organización y al asociativismo regional, nacional y global (derechos civiles), al emprendedurismo (derechos económicos), a la alimentación sana y vivienda digna (derechos sociales), al respeto de los usos y costumbres indígenas en su autonomía y libre determinación (derechos políticos). Ambas, asimismo, comparten un compromiso con las causas y resistencia indígenas, tanto nacionales como mesoamericanos o del cono sur, para incidir en el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas y una práctica de gestión de recursos públicos con base en la negociación y la formulación de propuestas.

También es posible, advertir, sin embargo, un énfasis político más marcado en las luchas de la APG, dado que su historia de integración como pueblo originario guaraní es muy reciente y el ascenso de un indígena al poder ejecutivo con el MAS han desatado nuevas dinámicas no presentes en el contexto mexicano –una nueva constitución, referéndums revocatorio y autonómicos, entre otros-. Como señala Boaventura de Sousa: “No tengo mucho miedo que pueda surgir una partidocracia en Bolivia, por una razón sencilla: es uno de los países del continente con más organización social y directa. Lo vemos en el movimiento indígena, donde hay diferencias y donde a pesar de la solidaridad de los cambios en curso y la convicción unificadora de que este proceso debe ser irreversible, hay una distancia crítica frente al gobierno. No me parece que haya el peligro de que el partido pudiera acumular demasiado poder o apropiarse del proceso” (de Souza Santos, 2009).

En resumen, puede afirmarse que las tres experiencias coinciden en la necesidad de la impulsar el reconocimiento, ejercicio, protección y construcción de los derechos ciudadanos, ya sea como trabajadores, campesinos o indígenas. Buscan, por tanto, la existencia de un Estado democrático, protector de esos derechos, rector de la economía, social y políticamente justo, con políticas públicas redistributivas que favorezcan la equidad y la inclusión social, que busque su soberanía y seguridad alimentarias frente a 161

las instituciones financieras internacionales y las empresas transnacionales. TRADOC y la UST lo han hecho desde la perspectiva de los derechos laborales – tanto en su fase de trabajadores asalariados como en la actual etapa cooperativista como trabajadores autogestionados y en su apoyo solidario a las demandas de sindicatos democráticosimpulsando la ciudadanización de los derechos en su fase actual como el derecho al empleo, al emprendimiento, a la seguridad social, al ingreso digno, entre otros. Lo mismo sucede con las organizaciones campesinas e indígenas -la URAC y la COOPAN, la UCIRI y la APG-, en donde su lucha por la ciudadanización los lleva a la búsqueda de los derechos campesinos e indígenas y al reconocimiento de sus modos de vida y su autonomía como pueblos. Los seis casos, además, muestran también una coincidencia en la vivencia de “la demodiversidad” en su interior, como una mezcla de la práctica de las democracias representativa y participativa, y promueven entre sus socios esta misma vivencia hacia fuera. Tal vez en el caso de la COOPAN-MST esta democracia se viva de manera ambigua, muy diáfana en su interior pero no tanto en el asentamiento. Otra coincidencia se da en el nivel de la participación político-electoral: no se advierte en ningún caso que como organizaciones sirvan corporativamente como instrumentos de los partidos políticos aunque tengan la capacidad de realizar alianzas tácticas o estratégicas: con el PT brasileño, en el caso de la COOPAN-MST, o con el MAS boliviano, en el caso de la APG.

Sin embargo, una diferencia en esta esfera es la capacidad de inserción de las organizaciones en los movimientos sociales: tanto TRADOC como la UST, la UCIRI y la APG, o la COOPAN, manifiestan claramente esta tendencia, mientras que la URAC lo hace de manera muy temerosa (a través de redes educativas, pero sin pasar a acciones directas de movilización o de acción colectiva). Y esos vínculos con movimientos sociales tienen sus referentes sociales en la escala local, regional, nacional y global en los cinco casos: entre ellos destacan la Vía Campesina regional y global, los encuentros continentales indígenas, la integración de organizaciones sociales amplias, la relación con el Foro Social Mundial, las redes de comercio justo o las alianzas interculturales y religiosas amplias.

Finalmente, el nivel de incidencia en el Estado resulta fundamental. En este sentido es la APG y Bolivia las experiencias que más se destacan en la posibilidad de avanzar hacia un 162

Estado plurinacional convertido en movimiento social o articulación de movimientos sociales.

163

Capítulo 6. La generación de comunidades y redes sociales desde la ECOSOL: socializando la economía, solidarizando la sociedad. La ruptura de relaciones estrechas y de lazos o tejidos laborales, comunitarios y sociales han sido una constante en los procesos de híper mercantilización de la vida impuesta por el modelo neoliberal. Si el mercado es el asignador de recursos por excelencia y el egoísmo o la búsqueda del bien individual el que asegura el bien general, el individualismo termina por imponerse sobre la comunidad basado en los valores de la competencia y la productividad y dejando de lado como superfluos o desechables la equidad, la justicia y la fraternidad o solidaridad. Algunas de las consecuencias sociales de esta dinámica neoliberal han sido muy graves en el mundo de las tres últimas décadas: mayor exclusión y pobreza; desplazamientos, migración y abandono de comunidades generando rompimientos de tejidos familiares y comunitarios; pérdida de sentido en la defensa colectiva de los derechos y la participación social, entre muchas más.

Sin embargo, otras dinámicas solidarias contrarias al proceso individualizador se abren paso a contracorriente. Entre ellas se encuentra la economía solidaria que, por medio del don y su apuesta por una economía que se solidariza, fortalece o genera nuevos tejidos sociales y comunitarios, redes de solidaridad y valor colectivo, formas novedosas comunitarias de producir, intercambiar y consumir. Pero con la economía solidaria también la solidaridad se economiza mediante el contradon, es decir, trasciende a la caridad y el asistencialismo para obligar a devolver a otros lo recibido. Los casos de TRADOC, UST, URAC, COOPAN-MST, UCURI y APG contienen elementos valiosos de esta dinámica socializadora o tejedora de lazos sociales diversos. Las empresas recuperadas por trabajadores: De la socialización sindicalista a la socialización cooperativista.

La híper mercantilización de la vida del modelo neoliberal, incluido el trabajo, ha supuesto en muchas ocasiones un individualismo más agudo y una ruptura del tejido social también al interior de las empresas, particularmente en las relaciones entre los propios trabajadores: una especie de “que cada uno se rasque con sus propias uñas” o un “sálvese quien pueda” ante la cancelación de las conquistas laborales y la negación de los derechos laborales. Sin embargo, para los trabajadores que han resistido a esta dinámica, particularmente en las ERT, lo que ha acontecido es un fortalecimiento de su tejido social, 164

durante la resistencia y después de ella, por lo menos de quienes logran llegar hasta ese tramo final del camino. De manera que la socialización en las ERT acontece de diversas formas, como veremos en los casos de TRADOC y la UST. El caso de TRADOC: “El gran reto ahora es pasar de sindicalistas a cooperativistas”

Hasta antes de la recuperación de la fábrica, es decir, las etapas como trabajadores en la normalidad laboral y luego en resistencia, nos remiten necesariamente a una visión y práctica de parte los trabajadores de corte estrictamente sindical: en la primera, la construcción de un contrato colectivo de trabajo, autónomo y no protegido, a través de su Sindicato Nacional Revolucionario de Trabajadores de la Compañía Hulera Euzkadi –SNRTE-; de resistencia sindical al cierre de la planta, con la promoción de su derecho de huelga y la lucha por la reinstalación, en la segunda. La lógica imperante en los trabajadores era contar con un empleo digno y bien remunerado, con seguridad laboral y de salud, sin pérdida de sus conquistas laborales. Así, ambas etapas están marcadas por un proceso intenso de socialización de corte sindicalista -o de sindicalización- como construcción social de sus conquistas laborales (combinada con acciones solidarias de apoyo a otros sindicatos como en su momento sucedió con el apoyo a los trabajadores de la empresa Pascual de la Ciudad de México, empresa actualmente convertida en cooperativa gracias al triunfo de los trabajadores) pero la decisión de cierre desde la perspectiva de la empresa transnacional Continental tenía la intención de desatar un proceso de des-socialización de la empresa. Esto se logra parcialmente mediante las liquidaciones a casi la mitad de los trabajadores que las aceptaron, así como las amenazas a los dirigentes y sus familias que, junto con las acciones mediáticas realizadas por la Continental para la deslegitimación del sindicato, parecen apuntar en esa dirección: forzar a los trabajadores a la aceptación del cierre y desintegrar la organización y la lucha del sindicato.

La tercera etapa surge, entonces, cuando los trabajadores sindicalistas se convierten en copropietarios de la planta, bajo el esquema de cooperativistas, asociados a Llanti System, ambos al 50%. Surge un nuevo proceso de socialización, esta vez de corte cooperativista. Las características principales de este proceso son los siguientes: los 165

trabajadores se convierten en copropietarios con certificados de aportación por medio de los recursos obtenidos por los salarios caídos durante los 1141 de huelga legalmente reconocida; las anteriores asambleas de trabajadores se convierten en asambleas de socios cooperativistas en donde se toman decisiones democráticas sobre ingresos, metas de producción, escalafones, reinversiones y asociaciones; y, adicionalmente, se implementan cursos de formación cooperativista para poder enfrentar los nuevos retos una nueva mentalidad y conciencia. La nueva fase queda expresada en palabras de José Antonio Alonso, como “un proyecto de vida”: “(…) depende de nosotros mismos. No tenemos a nadie más, nosotros somos los que debemos de triunfar: el triunfo está en nuestras manos. Sentirme dueño y compartir con mis compañeros que se siente, no sé, una cosa, así interior, muy bonita (…) Hoy, como usted dice, inclusive en las pensiones estamos mejorando, en el salario, y siento que eso que tenemos de aportaciones lo estamos cuidando como un tesoro, pues, de cuidar nuestro trabajo yo siento que sí fue un cambio muy significativo. También, la sensación de decir: ¡tengo una empresa!”

Y este cambio se ha venido notando de manera diferenciada entre los socios cooperativistas aunque la mayoría parece entender este nuevo momento: “Sí, he notado el cambio, porque la mayoría pone mucho empeño en este aspecto de cuidar lo que ya es de nuestra experiencia (…) estamos siendo más conscientes sobre todo en el uso de los recursos (…) tenemos en nuestras manos el destino, el éxito o el fracaso, pero hicimos un cambio en nuestra actitud” (José Antonio A.).

Esta nueva forma de producir cooperativamente se da también con las prestaciones de ley para los trabajadores, como la inscripción al seguro social y el fondo para el retiro a través de alguna AFORE. Asimismo, las tabulaciones salariales se definen lo menos diferenciadas posibles por el Consejo de Administración: para 2009 el nivel más bajo, el nivel 4, con $ 1,800 pesos semanales, mientras que el nivel máximo, el nivel 7, es de $ 2,700 (el nivel de remuneración de Jesús Torres como presidente del Consejo de 166

Administración de TRADOC). Por otra parte, y respecto de las formas de organización de la producción, los antiguos supervisores en la etapa de la Continental se convierten en coordinadores de áreas, trascendiendo con ello el papel de vigilantes para dar paso a un trabajo productivo de corte cooperativo: “Esas las fija el consejo de administración, pero lo que hemos hecho es hacer un esquema muy igualitario entre el nivel más bajo y más alto no hay la gran diferencia (…) en la cooperativa es que no puede haber rangos tan disparados de salarios (…) Yo soy el presidente y yo no gano más que lo que gana el que más” (Jesús T.).

Así, para los cooperativistas de TRADOC, una frase resume su situación actual (entrevista a Jaime Camacho, miembro del ex Comité de Huelga y actual coordinador de área de producción): “(…) el gran reto ahora es pasar de sindicalistas a cooperativistas (…)”

Se trata, entonces, de entender y tomar conciencia que los antiguos trabajadores ahora son copropietarios y socios cooperativistas de una planta, y que las exigencias de producción y de calidad, así como las políticas de remuneraciones y de inversión son propias y no de un patrón. Es todo un reto para Jesús Torres: “(…) tenemos que administrar los medios de producción, en muchos de nosotros no ha caído totalmente el veinte (…)” (Cockfrot, 2008: 83).

Pero también es posible advertir algunas tensiones y conflictos entre los socios. José Antonio Alonso afirma que existe un grupo pequeño de socios inconformes con la presidencia de Jesús Torres Nuño, al que imputan actos de corrupción sin poder probarlo: “Cuestionan que se está robando el dinero (…) así lo atacan mucho, que él les está permitiendo robar, pero la mayoría sabemos que no, no caemos en el engaño de estos compañeros. Tarde o temprano se van a dar cuenta que estaban en un error (...) (se basan) en suposiciones solamente.

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Acontece, así, una combinación o mezcla de procesos: una socialización cooperativista sumada a una reprivatización mediante la asociación de capital cooperativista y privado, primero con Llanti Systems y después con Cooper Tire. Sin embargo, lo anterior no habría sido posible sin el conocimiento y saberes previos de los nuevos cooperativistas respecto a los procesos de producción y el manejo de las máquinas. Muchos de ellos con más de veinte años de experiencia, en tan sólo seis meses fueron capaces de poner en operación nuevamente la fábrica, sorprendiendo con ello a la propia Continental que apostaba a su fracaso inmediato, de acuerdo con Jesús Torres Nuño. Pero de manera reiterada, acontece también una socialización solidaria extensiva de TRADOC mediante su participación en diversos encuentros sindicales y cooperativos y a través de su apoyo a otros sindicatos: es el caso de su contribución a las luchas de los trabajadores de Continental en su planta de San Luis Potosí o el apoyo económico y de asesoría a los trabajadores de Industrias Ocotlán, empresa del ramo textil cerrada unilateralmente por su propietario. Para ello, la cooperativa cuenta con un Fondo de Solidaridad, una decisión de asamblea que obliga a aportar para continuar apoyando solidariamente a otras organizaciones sindicales y sociales: “(…) nosotros tenemos un acuerdo de asamblea general: hay un fondo de solidaridad que es una parte del salario de nosotros, en este momento son 5, 6 pesos por trabajador por semana y de ahí una parte, la mayor parte, es para los obreros de Ocotlán y otra parte es para la gente de Atenco (…) pero tiene que ver con un acuerdo de asamblea general” (Jesús T.)

Y la comunicación es también muy importante para que la información baje hasta las bases de la cooperativa. Su boletín interno “Rodando” cumple con esta función y se ha convertido en un buen instrumento de comunicación y transparencia sobre lo realizado y los planes de la empresa. En ese sentido pude constatar la calidad de su boletín con la diversidad de temas tratados como información para los socios y trabajadores (Revista Rodando con COOCSA, Edición bimestral de COOCSA, Enero, N° 16). El caso de la UST: “No se queda encerrada en la misma cooperativa, sino que influye en los compañeros como con los vecinos en construir un espacio mucho más amplio”. 168

En las cooperativas y empresas autogestionarias de las ERT se produce una socialización de las relaciones laborales, nada fácil de conseguir: “Después de tres años acá no llegamos a una plena organización, todavía (…) Nos cuesta mucho porque nosotros sabíamos laburar nada más, no había otra cosa. Entonces, es una organización que hay que llevar” (Cristian Ariel Lorenzo, Cooperativa Crometal, ex Acrow) (Lofiego, 2007)

Esta socialización se manifiesta también en el crecimiento de las cooperativas. El estudio de Ghirelli y Álvarez (2009: 30-31) sostiene que las encuestas realizadas en las cooperativas de la ANTA permiten ver un claro crecimiento durante su existencia, es decir, entre 2000 y 2009 los puestos de trabajo aumentaron un 70% al pasar de 400 trabajadores-socios fundadores a 1,300 trabajadores autogestionados –aunque el 90% de ellos no cuenta con beneficios sociales-104. Frente a la mercantilización del trabajo, la socialización supone establecer otro marco de relaciones laborales, más justas, incluyentes, solidarias. En la UST se procura que los nuevos trabajadores contratados pasen por el periodo de prueba para luego ser admitidos como socios. Para ello no bastan sólo las políticas internas establecidas en forma democrática, sino también el apoyo continuo con otros mecanismos de comunicación. En el caso de la UST, esta socialización acontece cotidianamente en el trabajo, pero también durante el almuerzo en el comedor de la cooperativa o en el momento de las asambleas. Sin embargo, contar con un Área de Comunicación y Formación resulta estratégico para los socios de la cooperativa 105. Asimismo, el Área de Formación promueve dos tipos de proyectos: por un lado, hacia los cooperativistas se encuentra la realización de talleres y cursos de formación, así como seminarios y encuentros de diversos tipos; hacia fuera de ella, pero también como apoyo educativo a

104

Además, otra característica importante de las ERT argentinas es que la edad promedio de los cooperativistas es de 40 años, incluyendo a los dirigentes. La mayoría de las cooperativas de trabajo afiliadas a la ANTA son hijas de la crisis del 2001, dado que el 65% fueron creadas de esa fecha en adelante. 105 El periódico “Pluma Cooperativa”, editado bimestralmente, y la página web de la UST son canales de comunicación para enterarse de las prácticas, afanes, luchas y planes de la UST y cumplen con los objetivos de informar tanto dentro como fuera de la cooperativa. Se cuenta también con mecanismos de video y fotografía que permiten documentar todos los procesos y actividades en que la UST está inserta.

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sus socios, se cuenta con un “bachillerato de adultos conveniado” con las autoridades educativas desde fines de 2009106: “(…) cuando la UST toma la decisión de armar un equipo de formación (…) yo creo que eso fue un salto de calidad impresionante (…) En la cooperativa lo que nosotros estamos promoviendo es, también, la formación en todos los niveles, porque hay compañeros que necesitan terminar la primaria y luego hay compañeros que necesitan terminar la secundaria y estamos con los primeros compañeros que están llegando a nivel universitario, como Diego” (Susana A.)

Para Mónica Ghirelli, miembro del equipo de formación de la UST, se trata de un modelo educativo integral que parte de los problemas de la comunidad. Y se pretende contar con diversos objetivos educativos, más allá de la acreditación del bachillerato: “(…) Entonces, en el proceso de los tres años nosotros tenemos que acompañar para que el que quiera ir a la universidad vaya, el que quiera tener conocimientos para acompañar a sus hijos lo haga, el que quiera ser buen dirigente de la cooperativa lo pueda ser, y eso hace que se abran muchos caminos en un proyecto educativo (Mónica G.).

Pero el proceso formativo no es exclusivo de los nuevos trabajadores, sino que está enfocado para todos con base en dos niveles, iniciación y profundización política. La formación de nuevos cuadros dirigentes apunta en este sentido y, a futuro, en los reemplazos necesarios: “(Tenemos) dos tipos: uno de iniciación para lo nuevos y los otros estamos haciendo de profundización, de historia, política, estudio del movimiento obrero, cooperativismo (…) Esto es lo que estamos tratando: de darles un salto en calidad, que haya un crecimiento en nuestros compañeros (…) yo no soy imprescindible, 106

En su propuesta pedagógica, la Educación Popular se ha convertido en un pilar importante en el fortalecimiento de la organización. El Bachillerato Arbolito tiene el propósito de dar respuesta a las necesidades educativas, culturales, sociopolíticas de la comunidad de Wilde Este, tanto para los trabajadores y trabajadoras de la UST y otras cooperativas de la zona como para los vecinos y vecinas del barrio. Se trata de un proyecto integral para el impulso del desarrollo local en la comunidad. Los valores que se pretende llevar adelante son la libertad, la solidaridad, la equidad, el respeto a la diversidad, la autonomía, el compromiso político y la justicia social (UST: 2010c).

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yo me puedo ir tranquilo, se puede sostener la empresa y que va a haber un equipo que tengan estos muchachos que son capaces de hablar, de gestionar, de organizar y demás” (Mario B.) Pero los procesos de socialización acontecen también en otros ámbitos: desde la comunidad o el barrio, hasta sus vínculos con otras organizaciones. Es lo que en las ERT argentinas se conoce como “fábrica abierta”, es decir, el compromiso social –que forma parte de su lema- en que la UST encarna su articulación con la comunidad 107. Y esto ocurre de diversas maneras. Por un lado, a través del Área de Comunicación y Formación se impulsa el proyecto de radio para la comunidad barrial, por medio de la producción del “Programa El Temblor”, el cual es transmitido los martes y jueves durante dos horas108.

Además de ello, la UST impulsa otros proyectos de desarrollo comunitario en el barrio San Lorenzo de Wilde, en el Este de Avellaneda, donde residen la mayor parte de sus socios. El Polideportivo es ya una realidad como contribución de la UST a la comunidad. En este espacio construido por la cooperativa se realizan talleres deportivos para niños y jóvenes y torneos. El Polideportivo incluye también otros servicios como el Centro Comunitario de Salud y el Banco Popular de la Buena Fe109. Estos proyectos se encuentran en una fase inicial, pero dan cuenta de la forma como la UST -en apenas 6 años de trabajo- ha venido realizando reinversión de excedentes no sólo al interior de su centro de trabajo, sino también en favor de la comunidad que le dio apoyo en los momentos más duros de la lucha. 107

“Fábrica abierta” es una más de las formas de “socialización” de muchas ERT. Esta práctica consiste en la apertura que las ERT realizan a favor de sus trabajadores y de la sociedad en general -especialmente a las comunidades cercanas que las apoyaron solidariamente durante la ocupación y resistencia- develando su funcionamiento interno, procesos de trabajo, costos, estado de la maquinaria y capacidad productiva y, en muchos casos, información no confidencial (Ruggieri, 2009: 80). Yo añadiría que la práctica de fábrica abierta es posible extenderla al movimiento de las ERT en general, dado que la información sobre ellas está disponible a todo público en el Centro de Documentación sobre las ERT en las Imprenta Chilavert. 108 El programa se transmite a través de la FM la Tecno 88.3 y su página web –www.fmlatecno.com.ar. Mediante talleres de radio impulsados en el Polideportivo, los jóvenes y niños de la UST participan también en el Programa El Temblor (Pluma Cooperativa, Año 4, N° 12, pág. 4). 109 Todavía en proceso de construcción hacia mediados de 2009, en el Centro Comunitario de Salud se promueven cursos de Formación de Promotoras de Salud con apoyo del equipo técnico municipal de Avellaneda. Asimismo, a través de la Comisión de Salud de la Mesa de Organizaciones se aprovecha el Trailer de Salud del gobierno, que ofrece consultas a la población en medicina clínica, pediatría y vacunación. El banco es administrado por mujeres militantes barriales cercanas a la UST y concede microcréditos a mujeres para sus proyectos económicos de distintos tipos como costura, abarrotes, panadería, etc.

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Otro proyecto en marcha con la comunidad es la construcción del fraccionamiento y sus viviendas. Dado que la UST contaba con un terreno, pero sin recursos para la dotación de servicios y la construcción de las viviendas, mediante una negociación con el ayuntamiento de Avellaneda se logró intercambiar la mitad del terreno por la construcción de 50 viviendas para los socios cooperativistas de la UST. Conocidas como “las Casitas”, también se cuenta con una bodega para el proyecto de abasto popular o Centro de Abaratamiento, del que se terminó su 2do. Piso a principios de 2010: “(…) un barrio que hicimos nosotros para los compañeros que no tenían vivienda. Nosotros entregamos 50 viviendas como cooperativa y enfrente de esas viviendas se va a construir un lugar que va a ser el Centro de Abaratamiento y vinculado con el consumo responsable (…) tratamos de retomar todo lo que es la economía solidaria que (…) no se queda encerrada en la misma cooperativa, sino que influye en los compañeros como con los vecinos en construir un espacio mucho más amplio que podamos (…)” (Diego L.)

El inicio del Programa Envión, conveniado con la municipalidad de Avellaneda, contendrá a más de 150 chicos de entre 12 y 18 años en disciplinas como deporte, pintura, oficios, además de brindar desayuno merienda y almuerzo. Asimismo, el Centro Educativo, Recreativo, de Producción Agroecológica y Desarrollo Sustentable es otro proyecto en su fase de diseño y gestión. Con este fin, en octubre de 2009 la UST logró negociar con el municipio de Avellaneda un comodato a 15 años por 6 hectáreas en las Quintas de Dominico. El proyecto contempla espacios para las diversas actividades que su propio nombre indica. Asimismo, la UST promovió la integración de una interinstitucional para articular asistencia, recursos y proyección

Mesa de Trabajo

110

.

“(…) un proyecto agroecológico y recreativo también, con una pileta, un lugar en donde podemos hacer turismo comunitario para los pibes del barrio, vinculado a la orientación de los bachilleratos en la educación de la salud, el medio ambiente y la economía social” (Diego L.)

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Con el Ministerio de Desarrollo Social de Nación, la Subsecretaria de Agricultura Familiar, del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación; el INTA y el IPAF de la Región Pampeana.

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Todas estas diversas iniciativas tienen como base social a sus respectivas organizaciones, lo que ha exigido la integración de una “Mesa de Organizaciones” en el barrio Wilde Este que les permite impulsar sus acciones y proyectos de manera unida y coordinada.

Asimismo, la vinculación con universidades es parte de este esfuerzo de socialización amplia de la UST. Destacan sus relaciones con la Universidad nacional de Quilmes, La Universidad de las Madres de Plaza de Mayo y la Universidad de Buenos Aires para que los estudiantes y profesionales puedan contactar con la realidad social argentina con el fin de aportar sus conocimientos y aprender de ella.

Como veremos más a detalle en la dimensión de glocalización, el proceso de socialización ha sido reforzado también por medio de “encuentros nacionales e internacionales” de empresas recuperadas. Estos encuentros permitieron a los trabajadores percatarse de la necesidad de establecer un reclamo expropiatorio de la maquinaria y los predios y que el Estado se comprometiera a realizar compras de dichos productos de las ERT, así como a obtener un subsidio para la adquisición de materias primas en todas ellas (Meyer, 2004: 41).

En resumen, el proceso de socialización en la UST se refuerza constantemente tanto al interior de la cooperativa para fortalecer su tejido de trabajo, como fuera de ella a través de su compromiso con la comunidad. La UST es un ejemplo y modelo en este último sentido: su polideportivo, el centro de salud, el bachillerato “Arbolito”, programas radiales comunitarios, su programa de vivienda, su proyecto de club social y productivo, sus relaciones con Universidades, su vinculación a la ANTA, su participación en encuentros de trabajadores autogestionados, entre otros, dan cuenta de este enorme esfuerzo de la cooperativa. Las organizaciones campesinas: “De la descampesinización forzada a la campesinización dignificada”

La descampesinización, la ruptura del tejido social en las comunidades campesinas, la migración y el éxodo rural a las ciudades y la urbanización acelerada con su complemento en los cinturones de miseria, forman parte de la realidad que la modernización capitalista 173

impuso especialmente en los países periféricos. La dinámica del modelo neoliberal de las últimas tres décadas, por su parte, no hizo sino profundizar estos fenómenos. El modo de vida campesino se quiso poner en entredicho una vez más- por su pre-modernidad, su supuesto arcaísmo y su atavismo al pasado- avalando a los teóricos desarrollistas y evolucionistas del norte global de la mitad del siglo XX -Arthur Lewis y William Rostow-. Sin embargo, a pesar de la furia con que pretendió imponerse el modelo modernizador en el campo -incluyendo el asociativismo rural promovido desde el Estado para su modernización-, los campesinos de muchas partes del mundo no renunciaron a su modo de vida sino, por el contrario, resistieron activamente resocializando sus formas de organización. Los casos de la organización mexicana URAC y la brasileña COOPAN-MST dan cuenta de estas formas de socialización. El caso de la URAC: “En este lugar te tratan como persona, eres una persona, una persona a la que quieren enseñar cómo está el mundo”

La experiencia de la URAC se inscribe a contracorriente de una estrategia del gobierno mexicano por desarticular, a través de su historia de las últimas tres décadas y de manera sostenida, los diversos tejidos sociales que bordan el paisaje del campo. Se trata de una verdadera estrategia de des-socialización y descampesinización desde los aparatos del Estado, distinta a lo señalado por desde hace décadas por Eckstein (1966), quien advertía sobre el origen de las estrategias para el desarrollo colectivo, cooperativista y solidario: el que surge de abajo hacia arriba, cuando la cooperación comienza con un movimiento popular y con nula o escasa intervención del Estado, mientras que el opuesto es que se origina de arriba hacia abajo, mediante una iniciativa emanada del gobierno. Sin embargo, sostenía el autor, es imposible formar cooperativas con la firma de un decreto111. En contrapartida, construidas desde abajo, algunas experiencias precursoras o embrionarias del nuevo asociacionismo de base económica permanecen desde una gran diversidad de modalidades asociativas (cafetaleros, productores de granos, silvicultores, organismos de crédito y otros muchos sectores) que se organizan local, regional y 111

De acuerdo con Bartra (2009), la lógica del “asociacionismo rural desde arriba” ha tenido tres oleadas: a. en los 30´s, con el presidente Cárdenas y el reparto masivo de tierras, con poco éxito en la apropiación de sus procesos productivos; b. en los setentas, cuando Echeverría pretendió colectivizar 11 mil ejidos –y únicamente operaron 633- y de las 350 empresas ejidales que se crearon sólo funcionaban 30; c. con Salinas de Gortari cuando, con la tendencia privatizadora neoliberal y la retirada del Estado en sus funciones de regulación y fomento agropecuario, de las mil 243 organizaciones económicas rurales de segundo nivel (uniones de ejidos y asociaciones regionales de interés colectivo) que se formaron quedaron menos de cien.

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nacionalmente para enfrentar juntos los problemas de financiamiento, insumos, comercialización y procesamiento agroindustrial. Se trata del solidarismo económico y social (Bartra: 2009). Pero, a pesar de esta nueva oleada asociacionista rural desde abajo, en México apenas un 10 por ciento de los campesinos y productores participan en una organización económica autónoma e independiente 112 (Polanco: 2008).

El asociacionismo rural y campesino se convierte en una razón de ser del modo de vida campesino, tanto como productores pobres de pequeña escala como por sus derechos a producir y a la alimentación. Así, podemos hablar de la existencia de “un modo específicamente campesino” de manejo de los recursos naturales (Toledo 1993, citado por Kucharz: 2007) como aquellos sistemas agrícolas que presentan las siguientes características: un alto grado de autosuficiencia con predominio de los valores de uso sobre los valores de cambio; la familia como unidad de producción, consumo y reproducción; el uso de mercancías, que no busca el lucro sino la reproducción simple de la unidad; son pequeños propietarios de tierra y complementan los ingresos de la agricultura con otras ocupaciones estacionales.

El contexto anterior nos permite situar mejor los esfuerzos de construcción social y campesina de la URAC. Se trata de una práctica sostenida de

socialización y

campesinización desde sus inicios mediante múltiples dinámicas colectivas. Mestries (2007) realiza una caracterización de su membrecía: muy baja educación escolarizada, integrada principalmente por mujeres, campesinos pobres y jornaleros. El crecimiento social de la URAC ha tenido una tendencia marcada, especialmente desde la vertiente del ahorro, hasta alcanzar casi 20,000 socios en 2009. Ello ha sido posible gracias a su búsqueda pragmática de beneficios tangibles y de impactos concretos en la vida de los campesinos de la región:

112

Para poder impulsar sus propuestas y modo de vida, a fines de la década de los 90 se integró a nivel global “La Vía Campesina” como un movimiento internacional de campesinos y campesinas, pequeños y medianos productores, sin tierra, mujeres rurales, pueblos indígenas, jóvenes rurales y trabajadores agrícolas. Sus miembros provienen de Asia, África, Europa y el Continente Americano. En cada uno de los países participantes existe un movimiento nacional que agrupa a las principales organizaciones campesinas independientes, como acontece en México con la CIOAC, CNPA, UNORCA, FCDCH, entre otras. Muchas de estas organizaciones forman parte también del movimiento campesino mexicano “Sin maíz no hay país”.

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“La URAC es una organización de naturaleza muy pragmática. Los socios ven que sus reuniones y su funcionamiento llevan a resultados muy concretos”. (Rabasa, 2002: 45)

Gracias a esos beneficios concretos, la socialización de las estrategias de la URAC, particularmente el programa de ahorro y crédito, se da mediante el contagio y no a través de esfuerzos intencionados de promoción: “(…) se van contagiando, se van contagiando y poco a poco (…) muchos que viven aquí cerca” (Alfonso C.)

Si bien la membrecía de la URAC es muy grande, su nivel de participación es diverso. Se puede afirmar que la membrecía dura de la URAC es cercana a los 1,800 campesinos, principalmente mujeres. Ello se constata en la participación en las juntas comunitarias: “(…) hay como dos tipos de participantes en las juntas (…) van a las juntas cada mes como 1800 personas, entre ellas 77 comunidades más o menos. Son las membrecías duras” (Alfonso C.)

Pero los esfuerzos de organización campesina solidaria en la URAC no han sido fáciles, particularmente en la esfera de la producción y comercialización, dados los fracasos incurridos

por

motivos

internos

-como

desconfianza,

envidias,

desigualdades,

irresponsabilidades- y externos a la organización (la competencia en el mercado o cambios de precios): “Los grupos colectivos, unos más pronto que otros, empezaron a sufrir la crisis de cualquier grupo (más) la competencia emergente (más) la inestabilidad de los precios de los granos básicos, aunada a la variabilidad de las lluvias”. (Castillo, 2006: 35) Desde el diseño del “Proyecto Tequisquiapan”, en 1982, los fundadores de la UDEC definían la dimensión educativa como un eje fundamental en el impulso del proyecto (Pablo Latapí, citado por Castillo, 2006: 9), donde la concientización, la capacitación técnica y la formación política serían sus principales componentes. Ya hemos visto sus 176

temas de formación en el capítulo anterior, pero en la vertiente de capacitación se realizan talleres y cursos de contabilidad, producción de traspatio, agricultura orgánica, corte y confección, elaboración de conservas y chorizo, ecotecnias, albañilería, pequeños negocios (Cosechando N° 201). Esta forma de organizarse, y como suele acontecer en las organizaciones e instituciones de distintos tipos, produce una diferenciación en el grado de apropiación de la información y en la formación personal de las socias: “(…) podemos decir que en las cajeras es en donde más ubicamos cambios derivados de su participación en la URAC, particularmente en lo que a desarrollo personal se refiere”. Ejea (2006: 29)

Esta es una diferencia cualitativa respecto de las cajas populares. Los resultados educativos en la URAC se manifiestan de diversas formas, entre las que destacan el desarrollo de la confianza y seguridad en ellas mismas y su pérdida de miedo a participar, a convivir con otras mujeres de diversas comunidades, a expresar sus ideas en público, a tomar decisiones o generando nuevas capacidades: “(…) la reflexión nacional, la conciencia, entonces, es un poquito diferente a lo que hacen otras organizaciones, otras cajas” (Lupita T.) “Hago cuentas de pura memoria, es más fácil [...] con la práctica se hacen las cuentas rápido” (Eloísa, San Martín) (Ejea, 2006: 56 y 61):

La convivencia social entre las socias y socios es otro de los logros de la URAC. Se trata de una convivencia que rebasa las fronteras de la propia comunidad para ampliarse a las relaciones intercomunitarias en la región. Mediante la convivencia, las mujeres consiguen nuevas amistades, así como disfrute y gozo o el no sentirse aisladas (Ejea, 2006: 63).

Un aspecto que llama la atención en la experiencia de la URAC consiste en su promoción institucional de estímulos y castigos para sus socias y socios. Ya desde 1995 se vio la necesidad de establecer estímulos para los responsables de los diversos programas de la URAC113. Se trata de incentivos de tipo simbólico, reconocimientos al esfuerzo y resultado de las cajeras: 113

Los estímulos van desde la entrega de vales a cajeras responsables y el pago de créditos de sus socias, la entrega de pequeños premios y regalos en la asamblea anual de la URAC o el aparecer en los boletines de la

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“Es un reconocimiento (…) No importa lo que sea (…) pero sabes que te lo mereces porque cumpliste, trabajaste, te esforzaste para llegar a eso” (Lupita T.)

También los mecanismos de comunicación se han convertido en un factor central de socialización en el proceso de la URAC, particularmente su calendario de reuniones y eventos y su boletín Cosechando que incluye el tema del mes para estudio en las juntas.

Otra de los aspectos a considerar en la construcción de la organización es su relación con la Unión de Esfuerzos para el Campo –UDEC-. La UDEC se concibe a sí misma como la institución no lucrativa responsable del diseño del proyecto y el acompañamiento a la URAC. Sus miembros se autodenominan “promotores” y así son reconocidos por los propios socios, más aún que como UDEC. Tienen, asimismo, un liderazgo reconocible, particularmente Alfonso Castillo y Cecilia López, asociados fundadores de la UDEC y parte de la misma desde 1983. No obstante lo anterior, Mestries (2007) encuentra una dependencia múltiple, que va de abajo hacia arriba en el caso de la URAC, es decir, de las socias a las cajeras, pero también entre organizaciones, de la URAC hacia la UDEC. De ahí que para el autor, la apropiación social de la organización por sus socios y socias sea todavía incipiente e insuficiente, de tipo instrumental y utilitarista: “En suma, las socias dependen en alto grado de la guía de las cajeras, y la URAC depende aún en gran parte de los asesores de la UDEC (…) El proceso de apropiación social de la organización por sus miembros es insuficiente, tanto en cuanto a sus metas estratégicas como a su gobernanza. La percepción de la organización por sus miembros sigue siendo instrumental y utilitarista, sin ver que tiene otros objetivos políticos más allá de la cuestión financiera y de abasto”.

Otra perspectiva sobre la participación de los miembros de la URAC la tiene su presidenta, dado que para ella los diversos procesos de socialización no han dejado de lado los procesos de individualización o de crecimiento subjetivo de los socios y socias:

URAC como cajeras que entregaron ahorro cada semana, las cajeras que asistieron al día de la unión, representantes que asistieron a sus juntas, productores de traspatio y de granos básicos felicitados por sus buenas prácticas y llevar sus libretas de control (Cosechando N° 198: 2009).

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“(…) es una organización muy humana, que ve personas y no números, entonces, te enseña a reflexionar, te da como que las bases para que vayas creciendo, para que vayas siendo más persona, más humano, más crítico (…) que no solamente te una a la organización el dinero” (Lupita T.)

La diferencia entre ambas percepciones puede estar en el nivel de participación de sus miembros: a mayor participación y compromiso, mayor conciencia, y viceversa. Ello significa que las cajeras, las representantes comunitarias y los miembros de los Consejos de Administración se sienten más identificados con los proyectos y sentido de la URAC y ven a la organización como propia. Por ello, con un futuro incierto de la UDEC en materia de financiamiento, de acuerdo con su fundador, la apuesta no ha estado en asegurar su futuro económico sino en la consolidación de la URAC. Castillo reconoce su presencia moral en el proyecto como uno de los retos principales a que se enfrenta la URAC en el futuro: “(…) yo creo que todas las instituciones tienen su ciclo de vida ¿no? (…) El principal reto, el más complicado, es la continuidad, porque aquí estamos desde hace 26 años y quieras que no, pues, marcamos mucho la pauta de la legitimidad”. (Alfonso C.)

Esta apuesta humilde y honesta de los promotores de la UDEC tiene su resultado positivo en la URAC. En palabras de Mestries (2007): “La URAC ha desarrollado el capital social de las comunidades mediante la creación de grupos voluntarios y solidarios (…) Ha sido capaz de crear lazos de identificación entre sus miembros y con la organización y sus promotores”

Otro nivel en el proceso de socialización acontece en las relaciones de la URAC con otras organizaciones campesinas: la constitución de la red La Colmena Milenaria es producto de su esfuerzo de articulación educativa financiera. De ello daremos cuenta con mayor detalle en la dimensión local-global. No obstante ello, un proceso de socialización que la URAC no ha intencionado –recordemos la apuesta apolítica de sus fundadores- se refiere

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a su participación e involucramiento en las luchas del movimiento campesino nacional, particularmente de los últimos años114.

En resumen, ante la estrategia de des-socialización y descampesinización emprendida desde los años 80´s por los aparatos del Estado mexicano, la URAC ha posibilitado indudables procesos de socialización para los pobladores rurales en la región, beneficiando a más de 2,000 familias de 69 comunidades pertenecientes a 5 municipios, con 19,399 socias y socios agrupados organizadamente en más de 300 grupos comunitarios de ahorro hacia fines de 2008. Por otra parte, la URAC ha sido capaz de construir estructuras sociales y organizativas sólidas y estables, de carácter democrático y con vocación de servicio auténtico de parte de los representantes, ya en el nivel de los grupos de base por medio de las cajeras como a nivel comunitario a través de los representantes comunitarios y las juntas de grupos y comunidades, pero también en la escala regional mediante el Consejo de Administración, el Día mensual de la Unión y las Asambleas anuales. Ello significa un indudable proceso de socialización mediante el impulso de mecanismos de información transparente y rendición de cuentas y la generación de redes comunitarias solidarias. Sin embargo, los procesos de socialización han sido diferenciados. La apropiación social de la organización puede estar en el nivel de participación de sus miembros: a mayor participación y compromiso, mayor conciencia, y viceversa. Se advierte, entonces, una apropiación insuficiente y utilitarista en las bases de la organización pero, al mismo tiempo, un fortalecimiento de los procesos de individualización o de crecimiento subjetivo de los socios y socias, en tanto crecimiento en las capacidades y autoestima de sus socias y socios. Se advierten también avances en su institucionalización - particularmente desde el 2006 con la constitución de la cooperativa de ahorro y crédito y la necesidad de contar con personal capacitado y una estructura administrativa- pero, al mismo tiempo, se percibe todavía una cierta dependencia histórica respecto de la asesoría-liderazgo de los promotores históricos de la UDEC. Ello ha impactado en que, a pesar de su significativa presencia y cobertura, su peso sociopolítico en el movimiento campesino sea de bajo perfil, salvo en la red “La Colmena Milenaria”.

114

Nos referimos al ascenso de las agrupaciones campesinas, expresado en la campaña “Sin Maíz no hay País”, que en 2009 avanza a su segunda etapa conocida como “Alimentos Campesinos para México. ¡El Hambre no Espera!”, la cual ha congregado al conjunto de organizaciones campesinas nacionales y regionales, convirtiéndose en la continuación del movimiento “El Campo no Aguanta Más” surgido durante el sexenio foxista. En suma, el movimiento busca la posibilidad de cambiar el modelo de desarrollo en el campo mexicano (Rubio: 2009).

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El caso de la COOPAN-MST: “Nuestra lucha es una cuestión de otra sociedad, de igualdad, justicia, sustentabilidad, educación, trabajo, de una vida digna”.

En el Brasil de las últimas cinco décadas se ha experimentado un amplio proceso de dessocialización de la población rural. Las dinámicas migratorias internas, con un despoblamiento de las zonas rurales, han sido una realidad brasileña durante las últimas 4 décadas115: “En los últimos cuarenta años, más de 40 millones de personas, por diversos motivos –entre ellos la expulsión de la tierra y la inviabilidad de la distribución de las tierras apropiadas para la agricultura-, dejaron la vida en el campo y pasaron a vivir principalmente en villas y favelas en las ciudades medias y grandes brasileñas” (Laureano, 2007: 38).

Sin embargo, el MST sostiene que con la elección del Presidente Lula, en 2002, había una gran expectativa de los sin-tierra por la reforma agraria. Sin embargo, sucedió lo contrario: la situación de la agricultura también se agravó para los pequeños agricultores y asentados, el modelo agrario-exportador se acentuó (con sesmarias116 de monocultivos, como soja, caña de azúcar y celulosa, además de la ganadería extensiva y la adquisición de tierras por extranjeros también creció117 (MST, 2010: 10).

Así, frente a un contexto político y social adverso, el MST ha venido dando su lucha de socialización rural a través de 26 años. En 23 estados y el distrito federal, el MST ha organizado más de 1.5 millones de familias que viven acampadas y asentadas, con una elevación de su renta que la propia FAO reconoce, al contar con una renta promedio por familia asentada de 3.7 salarios mínimos mensuales y en donde se cuenta con agroindustrias se eleva a 5.6 salarios mensuales por familia (MST, 2010: 10). Asimismo, 115

Si en 1950 la población rural brasileña ascendía a 38.291 millones de personas y representaba el 63.8% de la población total, 46 años más tarde, en 1996, la población había bajado a 33.879 millones de personas y significaba apenas un 22% de la población total brasileña. Se trató de un verdadero éxodo rural. 116 La Sesmaria era la concesión de tierras en el Brasil por parte del gobierno portugués con intención de promover la agricultura, la cría de ganados y la cultura del café y el cacao. 117 Para el MST, el agronegocio no produce alimentos para el pueblo brasileño, deteriora el medio ambiente, genera pocos empleos y utiliza grandes extensiones de tierra para la monocultura de exportación, basada en bajos salarios, el uso intensivo de agrotóxicos y de semillas transgénicas

181

en el campo social los resultados en las áreas conquistadas son significativos: se encuentra prácticamente eliminada la mortalidad infantil y no existe hambre en los asentamientos (MST, 2010: 11)118.

Antes de llegar a Capela, los sin tierra realizaron ocupaciones en tres lugares distintos: Cruz Alta, Bajé y Palmeiras. Reni, coordinadora de área de la COOPAN, lo explica: “Nosotros estuvimos cuatro años y medio en campamento. Estábamos en Cruz Alta y fuimos para Bajé. En Bajé ocupamos el lugar sin lote. Nos quedamos instalados en Bajé (y) Después fuimos a Palmeiras. Después como éramos los últimos aquí, ocupamos esa área aquí y construimos la tierra” (Reni)

En las ocupaciones los sin tierra no participan todo el tiempo. Es el caso de Reni: “(…) las ocupaciones todas también que no participé en todas: la gente no participa en todas, ¿no? (…) Yo estaba en el área de educación” (Reni)

Pero ya para entonces 60 compañeros estaban dispuestos a realizar tareas colectivas, formar un grupo para practicar la grupalidad y las tareas colectivas: “En el campamento nosotros éramos todos hijos de pequeños agricultores, ¿no? Ninguno era casado ni tenía familia. Nos juntamos en el campamento y comenzamos a hacer comida juntos, hacer una barraca juntos. Y todo juntos, allá, en colectivo, ¿no? para practicar la colectividad. Y nos tornamos una familia. Ahí nos agregamos más personas. ¡En verdad, cuando nos venimos para esta tierra, nosotros éramos 60 personas, familia en colectivo!” (Reni) Los asentamientos son una forma fundamental de “socialización” en el campo brasileño. El MST está organizado en los 24 estados de las 5 regiones de Brasil e integra a 350,000

118

Mientras que entre 1990-1994 existían en Brasil 421 ocupaciones y 478 asentamientos con 74,247 familias y 65,565 familias respectivamente, para el periodo de 1995-1999 las cifras se incrementaron entre cuatro y cinco veces, al pasar a 1,855 ocupaciones y 2,750 asentamientos con 256,467 y 299,323 familias respectivamente (Laureano, 2007: 121). Tan sólo hacia el 2000, el MST tenía más de 1,500 asentamientos con cerca de 250,000 familias en casi 7 millones de hectáreas liberadas a los latifundistas (Martins de Carvalho, 2005: 247 y 251).

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familias. Luego de la lucha por la ocupación, una vez asentadas las familias siguen organizadas en el MST, dado que la conquista de tierra es apenas el primer paso para la realización de la Reforma Agraria y porque los latifundios desapropiados normalmente no cuentan con infraestructura de salud, educación, energía eléctrica y vivienda. Esos son derechos fundamentales a los que los asentados se abocan junto con la producción de alimentos para la sociedad brasileña. De manera que el asentamiento es un espacio social para el conjunto de familias que viven, trabajan y producen, y cumple con ello su función social de la tierra y la vida de las familias mediante la vivienda, la escuela y la comida (MST, 2010: 19).

El asentamiento Capela existe desde 1994 y es fruto de la movilización del MST que comenzó en 1989 y que congregaba a 1,500 familias de todo el estado de Río Grande do Sul. En este asentamiento habitaban cien familias en 2009. Se trata de un espacio habitacional hermoso en medio del campo gaucho donde la infraestructura en servicios básicos está cubierta. No sólo cuentan con energía eléctrica y agua potable en sus viviendas, las cuales fueron construidas mediante créditos, sino que se trata de viviendas muy dignas y bellas, pintadas con colores atractivos y con pequeños jardines. Si bien responden a un diseño común, los asentados se las han ingeniado para darles su toque propio, constituyendo un conjunto personal y armonioso. Dichas viviendas forman parte del desarrollo urbano del asentamiento y se encuentran ubicadas al centro del terreno, donde podemos encontrar también las oficinas centrales de la cooperativa, su comedor colectivo, la guardería y otras instalaciones119. Por ello, muchas cosas llaman la atención en el asentamiento Capela, pero ciertamente sus casas son una de ellas. La historia de su construcción es por etapas, como en la mayoría de los asentamientos del MST, y mediante la obtención de créditos o las nuevas ayudas del gobierno de Lula: “Así, una moraba y otros allá abajo. Después nos fuimos discutiendo, hablando: vamos a hacer un sorteo de casas. Y como el gobierno no daba nada en aquella época para construir las casas, nosotros conseguimos recursos y por eso las casas están todas pintadas, reformadas. Y ahora todo el mundo reforma más su casa. Y todo alineado: el terreno es de 20 por 20 metros, ¿no? Y el tipo (de casa)

119

Durante mi visita al asentamiento disfruté enormemente el paseo entre las viviendas. Se trata de un asentamiento que dignifica la vida de las personas, fortaleciéndolas en su subjetividad al mismo tiempo que favorece la sociabilidad.

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cada uno escogía (…) La gente pedía un modelo y ahí quien quería aumentar más, hacer mejor, podía hacerlo, pero la cooperativa daba un modelo más o menos de esas casas ahí. Ahora con ese proyecto del gobierno aumentaron la casa y las pintaron, ¿no? ¡Todos tienen casa!”. (Reni)

Con la demanda de viviendas satisfecha por las familias, la construcción de nuevas viviendas se centrará en la necesidad de los jóvenes. Ello permitirá también retenerlos en el asentamiento y la cooperativa como parte de su proyecto de vida: “Nos tenemos pensado ahora que los jóvenes también tengan su casa. Hacer las casas para los jóvenes y no tengan que salir del asentamiento, de la COOPAN”. (Reni)

Desde la función económica, el asentamiento fomenta la agricultura familiar pero principalmente la cooperación agropecuaria, y el MST ha organizado más de 100 cooperativas, 1,900 asociaciones y 96 agroindustrias en sus asentamientos para la producción en forma colectiva para su propia alimentación y para impulsar la soberanía alimentaria del pueblo brasileño (MST, 2010: web). La cooperación agrícola se convierte en un acto de ayuda mutua que favorece la solidaridad y potencializa los recursos de las familias asentadas120. Sin embargo, esta estrategia socio-productiva de cooperación agropecuaria no deja de ser todavía algo muy incipiente en los asentamientos 121. Algunos ejemplos emblemáticos de esta cooperación agropecuaria en el sur brasileño se encuentran en Santa Catarina, Paraná, Rio Grande do Sul, BIONATUR122. Entre las formas cooperativas de producción más destacadas se encuentra también la COOPAN.

120

http://www.mst.org.br/taxonomy/term/325 Martins de Carvalho (2005: 251) lo señalaba claramente en 2005: la producción colectivizada en cooperativas agropecuarias era marginal con 49 cooperativas de producción que integraban a 2,299 familias y 32 cooperativas de servicios con 11,174 familias –cooperativas de crédito, de trabajo y de pequeños productores-, es decir, 13,473 familias del total de las 250,000 familias asentadas en el MST que existían entonces (apenas el 5%). Como hemos visto, para fines de 2009 las cooperativas se han incrementado, pero difícilmente su membrecía rebasa el 10% del total de familias asentadas. 122 En Santa María, con 120 familias asentadas en San Miguel del Oeste, su Cooperativa de Comercialización del Extremo Oeste es una de las grandes productoras de leche del sur con 330 mil litros diarios de producción. El Asentamiento en Santa María, en el municipio de Paranacity, en su Cooperativa de Producción Agropecuaria Vitoria 23 familias producen alimentos con respeto al medio ambiente. Asentada en la Hacienda Annoni, en el municipio de Pontáo, la Cooperativa de Producción Agropecuaria Cascata posee 205 has y forma parte de una superficie de 9,200 has ocupadas, donde la gran mayoría de los asentados optó por la forma individual de producción con altos volúmenes de trigo, leche, soja, milo, frutas 121

184

La producción en Capela es realizada de forma colectiva -a través de la cooperativa COOPAN- o individualmente, de acuerdo a la decisión de cada familia. En la cooperativa participan un poco más de 30 familias. El caso de Capela y la COOPAN es ilustrativo de las dificultades que tienen los asentamientos del MST para producir en colectivo: “Empezamos sesenta en colectivo. Hoy estamos en treinta (…) Por eso es que digo que no es fácil seguir las reglas colectivas (…) convivencia (…) porque en el modelo (dominante) de formación todo es muy individual, ¿no? ¡Todo es mío, mío, mío!” (Reni)

Sin embargo, pasado el tiempo y con el éxito de sus proyectos a la vista, pagando una renta limpia a los socios que es muy digna, la cooperativa se ha vuelto nuevamente atractiva para quienes optaron por la economía familiar o individual: “Hoy, hoy está entrando más que saliendo porque la cooperativa hoy está mejor, ¿no? (…) nosotros recibimos hoy una renta de dos salarios para cada familia (…) Mas si tiene el hombre, una mujer e hijo, que es socio, entonces recibe dos mil. La renta es buena, muy buena ya hoy, en la cooperativa. Entonces tenemos la tendencia a entrar que a salir. Porque nadie va a querer salir ganando una renta como esa. Porque hoy, en la cooperativa, la mayoría tiene carro, una casa bien estructurada y una buena renta, ¿no?” (Reni)

De manera que las relaciones de los socios de la COOPAN con el resto de los asentados no es tan buena, dada la envidia de por medio: “Quieren tener las cosas igual pero no consiguen organizarse, no consiguen ni aceptan la organización colectiva ninguna. Entonces, ellos tienen mucha envidia de nosotros, ¿no? (…) Es que ellos no tienen entendimiento colectivo, no tienen conciencia. Ellos encuentran que nosotros tenemos todo y ellos no tienen nada. Y es por opciones” (Reni) y ganado bovino y porcícola. Finalmente, con 11 años de existencia, BIONATUR es la red de producción de semillas ecológicas más grande de América Latina, cuenta con más de 110 variedades de semillas catalogadas, producción anual de más de 20,000 kgs. y se encuentra a punto de inaugurar su Unidad Beneficiadora de Semillas.

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Reni se lo explica por una cuestión cultural: para ella, el que la gran mayoría de los socios y socias de la cooperativa tengan ascendencia italiana es clave para apostar por el riesgo de emprender juntos. Y el resto de los asentados piden ayuda de la cooperativa pero sin buscar comprometerse, mientras que para las mujeres socias de la cooperativa ha resultado una opción fundamental de ingreso: “Ellos dicen: nosotros optamos por ser individuales y producimos y ayúdennos ustedes desde ahí, sólo que nosotros no aceptamos vivir en colectivo (…) Pero nosotros tenemos unas diez compañeras, que si no estuviesen en colectivo, no sé cómo vivirían hoy.

Con todo, el resto de los asentados no socios de la cooperativa participan en las actividades sociales y culturales del asentamiento y reconocen al MST: “Le tienen mucho cariño al MST porque consiguieron la tierra por el MST y ven que es por la lucha que se consiguen las cosas. Ellos tienen esa conciencia también. No fallan. No son contra el MST. Siempre dicen que por causa del movimiento ellos tienen esa tierra, esos recursos, esa casa, ellos saben que es por la lucha (…)”. (Reni)

El asentamiento cuenta también con una guardería y una escuela que asegura la educación primaria de los niños hasta el 4° grado. La complementación educativa se ofrece en otros asentamientos del MST y el Instituto Educar, en Passo Fundo, una escuela técnica para la formación agropecuaria, donde los jóvenes reciben educación para continuar su trabajo productivo en los asentamientos de origen. “Hacemos un gran esfuerzo para que nuestros hijos den continuidad a nuestro trabajo. Sabemos que nos vamos a conseguir que todos se queden, mas nos esforzamos por evitar el éxodo rural” (Julcemir Fernando Marcon, presidente y coordinador de COOPAN).

Esta es, precisamente, la propuesta de las agroindustrias de la COOPAN, en donde los jóvenes sin-tierra empiezan a trabajar con un horizonte mejor y más retante que la simple 186

actividad

primaria

agropecuaria.

Y

la

cooperativa

los

necesita

capacitados,

especializados: “Porque la escolaridad de nosotros, de nuestros asociados, es bastante limitada (…) Yo hice pedagogía por el movimiento en Veranópolis. Tenemos un joven estudiando en Pontao haciendo agroecología (…) en una escuela técnica del movimiento (…) Y tenemos uno que ahora fue a Cuba a hacer veterinaria y un pequeño en Israel. Tiene unos 18 años (…) Y Mariele estaba haciendo lo que se llama Contabilidad de Lixo también”. (Reni) Sin embargo, no sólo otros horizontes –como las ciudades- se convierten en atractivo para dejar la tierra en el asentamiento. En este sentido, Neuri Rosseli alerta: los grandes agronegocios buscan nuevos mecanismos para cooptar a los asentados. Se trata de la renta de tierras. De manera que a los asentados se les ofrecen rentas anuales superiores a las que producirían por la vía de la agricultura. Un ejemplo de ello son las empresas que producen pasta de celulosa (Rosseli, en Teubén, 2009: 150). De acuerdo con Roseli Salete Caldart123 (2004: 116-142), tres momentos históricos distinguen al MST: la articulación nacional de lucha por la tierra, constitución del MST como una organización social dentro de un movimiento de masas y la lucha por un proyecto popular de desarrollo para Brasil 124.

Por su origen de clase, los sin-tierra son los trabajadores y trabajadoras que trabajan la tierra sin ser propietarios de ella o que tienen una propiedad tan pequeña que no consiguen atender las necesidades básicas de sobrevivencia de una familia. Son considerados en esta categoría, entonces, los aparceros (que sin ser propietarios trabajan en aparcería con el dueño de la tierra a cambio de una parte de la producción); los pequeños arrendatarios (que producen en una tierra arrendada a cambio de un valor fijo); los posesionarios (aquellos que trabajan la tierra como si fuese suya pero no cuentan con título de propiedad y pueden ser expulsados de ella en cualquier momento); los 123

Es doctora en Educación e integrante del Colectivo Nacional de Educación del MST y de la Articulación Nacional por una Educación Básica en el Campo. 124 Como síntesis simbólica de estos tres momentos se encuentra la emblemática “Marcha por Brasil”, realizada por el MST en 1998 con 72 contingentes integrados por 200 personas que partieron de sus estados rumbo a la capital, culminando con la manifestación “El grito de los excluidos” en colaboración de la Iglesia y los movimientos sociales brasileños bajo la consigna “La orden es nadie pasa hambre”.

187

asalariados rurales (trabajadores que venden su fuerza de trabajo a los dueños de las tierras, generalmente hacendados; los pequeños agricultores (que tienen menos de 5 hectáreas); los hijos de pequeños agricultores (quienes no podrán reproducirse como agricultores debido a la división de la tierra entre hermanos en superficies insignificantes) (Caldart, 2004: 118-119).

En resumen, el caso de Capela nos permite identificar las diferencias en las formas organizativas de la producción agropecuaria en el MST. De cien familias asentadas, tan sólo 30 se encuentran integradas en la COOPAN, mientras que el resto, es decir, la mayoría, producen bajo el esquema individualista para el mercado. En este sentido, es posible afirmar que el proceso de cooperación y colectivización productiva en el asentamiento Capela es limitado, lo cual no favorece la integración social más amplia de todos sus asentados. El origen de ello es, al parecer, producto de la negativa de la mayoría de los asentados a formar parte de la cooperativa y producir individualmente, a pesar de sus carencias evidentes. De acuerdo con Zander Navarro (2005b: 275), el MST ha estado abierto a otras formas de organización de la producción distintas a las cooperativas colectivizadas. Aquí cobra particular importancia la noción de “agricultura familiar” que en Brasil ha ganado un estatus político-institucional durante la última década. El horizonte de lucha de la COOPAN-MST –su apuesta socializadora- parece resumirse en la apuesta utópica de Reni por una nueva sociedad, más equitativa, justa, sustentable, autónoma y con una vida digna, con casa y trabajo: “Nuestra lucha: es la cuestión de otra sociedad, en igualdad. Igualdad y justicia también. Es la propia producción, la auto-sustentación, la sustentabilidad, ¿no? La autonomía que tú tienes, ¿no? Es una vida digna. Vida digna de tener una casa, comida”. (Reni) Las organizaciones indígenas: ¿De la subordinación indígena a la socialización autónoma indígena?

Sometidos durante siglos de subordinación, explotados laboralmente y saqueados en sus recursos naturales, despojados de sus tierras originales y desplazados a otros territorios, con todo y sus contradicciones, los pueblos originarios o indígenas de América latina han sido, en muchos sentidos también, ejemplares por la defensa de su modo de vida, por el 188

respeto a sus usos y costumbres, por sus formas particulares de hacer comunidad, y por su relación con la naturaleza. Sus tejidos sociales, diversos y coloridos, son un mosaico de la diversidad que los pueblos indígenas aportan al mundo.

El modelo neoliberal, con su fin de la historia y homogeneizador del pensamiento y las culturas, con todo, no logró acabar con las dinámicas de socialización de estos pueblos un poco hacia dentro de ellos mismos, otro poco hacia fuera-, aunque mucho ha hecho por conseguirlo. No en balde las resistencias de los grandes poco han logrado impactar en las jóvenes generaciones de indígenas. Las socializaciones indígenas son materia de análisis de los casos de la UCIRI y la APG en sus economías solidarias. El caso de la UCIRI: “un desarrollo integral solamente lo pueden hacer las organizaciones sociales, con sus redes y sus capacidades de convocatoria y concertación”.

Hemos visto con Bartra (2009) y las experiencias campesinas de este capítulo que, entre las experiencias precursoras o embrionarias del nuevo asociacionismo de base económica o solidarismo económico y social mexicanas, están las organizaciones de cafeticultores, incluidas las indígenas. Es el caso de la UCIRI.

De acuerdo con Bartra (ver en Waridel, 2003: 12), del café viven 280,000 productores mexicanos, en su mayor parte minifundistas -el 92% poseen menos de 5 hectáreas de huerta y casi 200 mil tienen menos de 2 hectáreas-. Además de ello, casi el 65% pertenecen a algún grupo étnico. Sin embargo, otra investigación realizada por Martínez (s/f) con base al padrón cafetalero mexicano de 2002, sostiene que el total de predios de café en México alcanza 602 mil, de los cuales el 89.72% tienen menos de 2 hectáreas mientras que otro 8.33% cuentan con menos de 5 hectáreas. Ello significa que un 98% de los predios poseen menos de 5 hectáreas. Se puede afirmar con Bartra y Martínez, entonces, que el café mexicano es de origen campesino e indio. Se trata de una actividad productiva del que dependen casi dos millones de personas para su cultivo, y cerca de tres millones si se considera el beneficio y el ciclo agroindustrial completo.

Para el caso de la UCIRI estas características se cumplen casi a cabalidad: las labores culturales como la limpia, cosecha, despulpado y lavado del grano se realizan 189

familiarmente (Vanderhoff, 2005: 146), pero las tareas de certificación, beneficio y comercialización obedecen a la lógica colectiva. De manera similar, los socios de la UCIRI complementan sus ingresos del café con otras actividades asalariadas y no asalariadas. De acuerdo con Francisco Vanderhoff (2005: 41-42)125, la UCIRI es la organización cafetalera más antigua del Estado de Oaxaca. Fundada en 1983, la UCIRI surgió mediante la unión de 17 comunidades cafetaleras con el fin de mejorar las condiciones de comercialización del café y el bienestar campesino indígena. Para este esfuerzo organizativo la incipiente UCIRI contó con el apoyo de la iglesia católica, particularmente de la Diócesis de Tehuantepec, y con diversas agencias de cooperación europeas: “A principios de los ochentas, ocho años después de la llegada del Instituto (Mexicano del Café), la diócesis de Tehuantepec inició un trabajo de reflexión con las comunidades, orientado a romper la intermediación gubernamental y privada, y a mejorar las condiciones de venta del café para elevar la mísera situación de las familias campesinas. El trabajo organizativo empezó en Guevea de Humboldt y en Santa María Guienagati, cuando en 1981 consiguieron vender 35 toneladas de café a buen precio, lo que alentó a los productores a organizarse; al ciclo siguiente, cinco comunidades más se integraron a las ventas colectivas” (Vanderhoff, 2005: 146).

En otro pasaje el mismo Vanderhoff se refiere al origen de la UCIRI, en donde se describen las terribles condiciones de explotación de los indígenas del Istmo y sus ganas de superarlas: “En 1981 organizamos un encuentro de unos 150 campesinos y campesinas en el templo más antiguo de la zona, el de Guevea de Humboldt. Hicimos en conjunto un “análisis” de la situación en el campo cafetalero de la zona (…) Finalmente tomaron como lema de lucha: “Unidos venceremos” (Vanderhoff, 2005: 41-42).

125

Franz Vanderhoff (o Francisco, como prefiere ser llamado) es sacerdote católico, fundador y asesor de la UCIRI, de origen holandés y teólogo de la liberación, quien llegó hacia 1980 al istmo de Tehuantepec y fue invitado por el entonces obispo de la diócesis, Don Arturo Lona, a realizar trabajo pastoral con esas comunidades pobres del istmo. Desde entonces ha sido promotor y guía de la Unión.

190

A través de un proceso muy importante de socialización indígena, veinticinco años después de sus fundación –en 2006- la UCIRI contaba ya entre sus socios a cerca de 2,500 familias de 64 comunidades zapotecas y mixtecas del centro y norte del Istmo de Tehuantepec, así como a indígenas chontales del sur, chatinos de la costa y mixes de la parte media y alta de la región istmeña. Estas comunidades indígenas pertenecen a 12 municipios oaxaqueños.

La capacitación ha sido una de las estrategias de la UCIRI para fortalecer sus prácticas productivas y familiares. El Centro de Educación Campesina (CEC) –cerrado hace unos años-, en su carácter de escuela internado cumplió durante varios años con esta finalidad al capacitar a indígenas socios de la propia organización, además de miembros de otras organizaciones indígenas hermanas de los estados de Chiapas, Puebla y Oaxaca, sí como de Guatemala y Bolivia (Vanderhoff, 2005: 147) 126.

A pesar de la enorme inversión realizada, los resultados no contribuyeron al beneficio de las comunidades porque los jóvenes no se comprometieron con la UCIRI y sus comunidades. El CEC terminó por cerrarse y se reconvirtió en un bachillerato marista. La estrategia se trasladó a las propias comunidades mediante la contratación de técnicos comunitarios financiados por FIRA. El proyecto apenas está en su fase de arranque, dado que inició a principios del 2009: “(…) tanto esfuerzo para construir, tanto gasto económico (…) era para que le dieran a la organización un poco de lo que ellos habían aprendido ¿no? No le entendieron, nada más salían ya preparados: vámonos a buscar nuevos horizontes. Entonces fue uno de los problemas graves” (Saúl E.)

Existe un proceso de socialización en la familia, dado que la participación en la UCIRI se transmite también de padres a hijos:

126

El CEC contaba con aulas, salones y dormitorios para los alumnos y formadores. Era un internado para unos 25 alumnos que tomaban cursos durante 12 meses y después realizaban sus servicios en las comunidades. También se preparaban a los encargados orgánicos, campesinos de las mismas comunidades quienes tenían la tarea de dar seguimiento al proyecto orgánico en su comunidad.

191

“Yo ingresé a la organización el 1º de diciembre de 1993. Mi padre era socio fundador de la organización, trabajé ahí y vamos conociendo”. (Saúl E.)

El trabajo común organizado (TCO) -conocido como tequio en el Istmo-, aunque cada vez más débil, ha sido una forma socializadora fundamental y la base del crecimiento en infraestructura de la UCIRI: “(…) ha sido algo fundamental para que esto sea cómo está; la aportación de los productores, de los socios (…) La primera en construirse fue esta parte. Entonces, cada socio tenía que entregar 6,7, adobes como socios: tantos adobes vas a entregar. Y así se empezó a crecer la organización ¿no? (Saúl E.)

Los usos y costumbres indígenas son muy estrictos en los compromisos que asumen sus representantes y para su exigencia en la UCIRI se valen de estímulos y castigos: “Es obligación de socios, delegados y comités participar en reuniones y asambleas, porque allí se tratan asuntos de mucha importancia para todos. No participar sin razón o sin justificación significa una multa (un día de tequio o lo que decida la asamblea)” (Vanderhoff, 2005: 153)

Solidaria con otras organizaciones de cafeticultores, la organización indígena ha sido capaz no sólo de articular las capacidades productivas, de beneficio y comercialización de sus propios socios, sino que también ha fomentado el que otras organizaciones vendan sus cosechas a través de la UCIRI: “(…) En el ciclo anterior (2004) más de 5,000 quintales de las ventas provinieron de otros grupos” (Vanderhoff, 2005: 149)

La transparencia es también una realidad en la UCIRI. Se trata de presentar cuentas claras a la asamblea regional y se baja la información hasta las asambleas comunitarias mediante el boletín “Pasos”: “Mensualmente, hacemos boletines (…) se lleva el corte de caja (…) Te puedo decir lo democrático que es todo, con trasparencia aquí”. (Saúl E.) 192

La organización, en un esfuerzo de socialización ampliada, fomenta procesos de convergencia regionales, nacionales e internacionales. En sus esfuerzos por socializar sus luchas y conquistas, la UCIRI ha sido amplia promotora de alianzas y nuevas organizaciones de segundo o tercer nivel. Las estrategias de comercialización alternativa de la UCIRI han buscado su propia vía pero también la concertación de esfuerzos integradores con otros productores. La Coordinadora Estatal de Productores de Café de Oaxaca (CEPCO) es una expresión de este esfuerzo de articulación socio-organizativa de la UCIRI127. Asimismo, la UCIRI es una de las organizaciones fundadoras de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC), una organización nacional campesina independiente integrada en red que agrupa a organizaciones regionales autónomas de pequeños productores de café con un promedio de 2 hectáreas. Fue constituida en la comunidad de Lachivizá, Oaxaca, sede de la UCIRI, en julio de 1989, con el apoyo de 25 organizaciones locales o regionales provenientes de los cinco estados productores más importantes del país.128 Y desde la CNOC participa en la Unión de Pequeños y Medianos Productores de Café de Centroamérica, México y el Caribe (UPROCAFE) y en la Sociedad Cooperativa de Pequeños Productores (SCPP) donde participan productores de América Latina y África.

Otra de las estrategias de fortalecimiento asociativo de la UCIRI son las redes de Comercio Justo, tanto del norte como del sur global. Entre ellas está Comercio Justo México, A.C., organización sin fines de lucro que fomenta la comercialización alternativa desde la perspectiva del comercio justo en nuestro país 129. Asimismo, desde la perspectiva de la capacitación y el fortalecimiento institucional de las organizaciones, la 127

CEPCO agrupaba en 2004 a 23 mil socios pertenecientes a 43 organizaciones de base de diversas regiones del estado de Oaxaca y a través del tiempo ha logrado constituir diversas figuras jurídicas para alcanzar sus fines de comercialización alternativa. 128 Hasta 1997 participaban en la CNOC 75 mil pequeños productores de 125 organizaciones regionales de los estados de Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí y Veracruz. Cerca del 80% de los socios de la CNOC pertenecen a distintos pueblos indígenas: tzotziles, tzeltales, tojolabales, choles, huastecos, nahuas, totonacos, tlapanecos, mazatecos, zapotecos, mixtecos, chinantecos, triquis, entre otros. La producción global de los grupos de CNOC es de 800 mil quintales al año, cultivado en 140 mil hectáreas con una exportación global de 120 mil quintales. La CNOC exporta su café a través de su empresa comercializadora y tiene una marca propia. Los socios de CNOC participan en la Federación Internacional de Agricultura Orgánica (IFOAM). 129 Esta institución fue fundada en 1999 y actúa también como certificadora al contar con su propio sello de reconocimiento nacional: Sello Mexicano de Comercio Justo, A.C. de manera que otorga su sello a aquellas organizaciones de productores que cumplen con sus normas de comercio justo. Hasta el 2004 formaban parte de ella 16 organizaciones de productores entre las que destaca la propia UCIRI.

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UCIRI es promotora de SERJUSTO, una agencia mexicana de servicios profesionales que se encarga de proveer, vincular y desarrollar servicios profesionales de asesoría, capacitación y asistencia técnica (administrativos, de gestión, técnicos) para fomentar las capacidades y el éxito de los pequeños productores, sus empresas, proyectos, clientes e iniciativas regionales, nacionales e internacionales.

A pesar de contar con amplias redes sociales, la UCIRI no ha basado su estrategia de crecimiento en la cooperación internacional debido a que no cree que este tipo de apoyos genere desarrollo (Vanderhoff, 2005: 163). Sin embargo, al parecer se trata de una política que ha cambiado en los últimos años, dado que Saúl Echeverría afirma que: “Pues hoy día hay donaciones para la organización, que esto lo invertimos para beneficio social: para construir (…) muchas comunidades no tienen su bodega local, quieren comprar un terrenito, y de ahí se toma el recurso”. (Saúl E.)

Así, la UCIRI ha recibido financiamiento o créditos de organismos internacionales solidarios, de la banca comercial (Fondo Acción Banamex para acopio y comercialización de café) y de desarrollo, así como programas gubernamentales como el Fondo Nacional de Empresas Sociales (FONAES), particularmente para su cooperativa de transporte, su planta de mermeladas y la fábrica de ropa.

Finalmente, no obstante sus enormes y múltiples esfuerzos por generar tejidos sociales amplios, tanto comunitarios como regionales, nacionales y globales, la organización sigue enfrentando enormes obstáculos, entre los que se destaca la pobreza de sus socios. Para sacarle un poco la vuelta a esta situación, la migración de los jóvenes a las ciudades y los Estados Unidos sigue siendo una estrategia y a la vez una dinámica desalentadora: “(…) dicen que si no hay trabajo mejor me voy al norte y es algo que ha pegado muchísimo, muchísimo, a nosotros como organización (…) y otra: que los jóvenes ya no le quieren apostar al campo, ese es uno de los problemas”. (Saúl E.)

Se puede decir, en resumen, que la UCIRI ha sido una organización emblemática y plenamente solidaria a nivel regional, nacional y global por sus esfuerzos de socialización amplia hacia afuera mediante la construcción de redes sociales en las diversas escalas y 194

de organizaciones capaces de impulsar la producción alternativa, la certificación orgánica y los mercados justos. Hacia dentro, por otra parte, la UCIRI ha sido capaz de beneficiar a más de 2500 familias de la región del Istmo, con presencia en 64 comunidades de 12 municipios. Asimismo, ha construido estructuras organizativas estables y democráticas que logran articular los usos y costumbres de las comunidades indígenas con sus formas de participación y representación social. Estas estructuras llegan al nivel comunitario y regional, volviendo cada vez más exigentes las decisiones de los dirigentes y delegados.

Con este tipo de participación, los procesos de socialización indígena se han visto fortalecidos. Mediante la práctica del tequio y los Grupos de Trabajo Común Organizado (TCO´s) para la construcción de su infraestructura comercial y administrativa así como el involucramiento de los socios en los diversos proyectos, especialmente respecto del café, la apropiación social de la organización por sus socios y socias es muy fuerte y se refleja en el grado de compromiso con ella. No obstante lo anterior, la relación entre la UCIRI y sus promotores –entre los que destaca Franz Vanderhoff- ha estado marcada por cierta dependencia. Si bien es posible afirmar que el grado de institucionalización de la organización es bueno, queda la pregunta si al margen de sus asesores la UCIRI sería -o será capaz cuando ello acontezca- de permanecer unida y sortear los riesgos y conflictos que la presencia activa de los misioneros-asesores limitan, al haberse constituido por encargo de la organización en una especie de guardianes de los valores de la misma. El caso de la APG: “Queremos que esta casa siga siendo un centro de formación del pueblo guaraní”.

La CIOEC encuentra que existen cuatro grupos o tipos de productores rurales en Bolivia: a. los productores campesinos de la región andina (1.7 millones de personas con 500 a 600 mil unidades campesinas); b. los colonizadores de regiones de valles húmedos de Alto Beni, Chapare y norte de Santa Cruz (55,000 personas con 80 a 100 mil unidades productivas); c. los productores medianos y grandes de exportación o agroindustriales en el oriente, principalmente de Santa Cruz (entre 50,000 y 70,000 productores) y d. los ganaderos medianos y grandes de las llanuras del oriente y el Chaco130 (entre 6,000 y 8,000 estancias ganaderas con 5 millones de bovinos) (CIOEC, 2009b: 39-41).

130

Se trata de los karai, de acuerdo con la identificación guaraní respecto de los blancos en su región.

195

Estos diversos grupos de productores agropecuarios dan origen a una tipología de acuerdo con sus posibilidades de existencia: los infrasuficientes –pequeños propietarios minifundistas que no garantizan su seguridad alimentaria ni tienen acceso al crédito ni al mercado ampliado; los de subsistencia –de mediana propiedad y con acceso limitado al mercado ampliado y al crédito pero sin capacidad de incrementar y agregar valor a su producción-; los estacionarios –que, con mayor extensión de tierra propia o alquilada, satisfacen sus necesidades alimenticias y tienen acceso a tecnología, crédito y mercados amplios departamentales y,

ocasionalmente, de exportación

y, finalmente, los

excedentarios – con grandes propiedades y ventajas competitivas en mercado, tecnología, crédito y agregación de valor (CIOEC, 2009b: 80).

Los guaraníes, que totalizan unos 85,000 en Bolivia y viven en Paraguay, Brasil y Argentina, en Charagua representan el 70% de los 28,000 habitantes. Los guaraníes se encuentran en el primer tipo de productores catalogados por CIOEC y ello no es casual. En esta región del Chaco boliviano –Charagua- las comunidades indígenas conviven con las grandes estancias ganaderas privadas. Despojados de sus propias tierras o viviendo como extranjeros en algunas partes de ellas, los guaraníes fueron forzados a trabajar en una absoluta pobreza. Jornaleros en la zafra de la caña de azúcar, desde mediados del siglo pasado los guaraníes de Charagua emigraban por temporadas largas a Argentina, primero, y al norte de Santa Cruz, después, para trabajar como esclavos en los ingenios azucareros.

La misión jesuita en Charagua cobra vida solidaria radical cuando el Padre Gabriel Siquier llega a la parroquia y se pone del, y al, lado de los indígenas, acompañándolos en sus viajes y compartiendo con ellos el trabajo jornalero de la zafra: (…) fue en la época del 70‟. Él (Gabriel Siquier) lo acompañó al pueblo guaraní, o sea, el pueblo guaraní antes iba mucho a la zafra de Argentina, por eso dice mucho las relaciones de gente guaraní con gente del norte argentino, porque tienen parientes y algunos han ido a hacer zafra ahí y se han quedado. Entonces, algunos volvieron y después abrieron los ingenios en el norte cruceño y ahí hay mucha relación con Charagua. Y él iba ahí y trabajaba mucho con ellos, los acompañaba en el momento de la zafra y volvía con ellos”. (Julián) 196

Los guaraníes le depositan su confianza y afecto. El Padre Siquier encuentra que la solución está en sus propias tierras, en sus comunidades, en el rescate de sus tierras, de su cultura, de su territorio, en suma, en una resocialización guaraní. Así, en 1987 surge la Asamblea del Pueblo Guaraní como resultado de un diagnóstico participativo y asambleario socializado masivamente en las comunidades. La propuesta resultante como estrategia de desarrollo en las comunidades guaraníes fue el PISET (Producción, Infraestructura, Salud, Educación y Tierra-Territorio) y su concreción el Programa de Desarrollo Campesino de la Cordillera (PDCC). Como una especie de contagio o replicación, la Reforma Educativa nacional de 1994 adoptó el modelo educativo promovido por CIPCA Charagua-Camiri en las comunidades, basado en los Talleres Educativos y de Comunicación Guaraní con un enfoque intercultural bilingüe y la participación activa de la organización guaraní pero, también en el resto de las oficinas regionales de CIPCA, se promovió su modelo de planes micro regionales (Gianotten, 2006: 145).

La recuperación de sus tierras viene como resultado de sus movilizaciones y de las tareas de saneamiento y consolidación a través de las Tierras Comunitarias de Origen -TCO´s-. Sin embargo, el camino de socialización en los TCO´s guaraníes no ha sido parejo ni recto: por ejemplo, ya desde los años setenta el impulso de las Comunidades de Trabajo (CDT) en las comunidades -una especie de cooperativas adaptada a las condiciones locales- fue creciendo como bola de nieve, pero generaba un debate interno en CIPCA porque algunos consideraban que los CDT podrían dividir a la comunidad y que todos los comunarios deberían ser socios (Gianotti, 2006: 92-93). Sin embargo, los CDT fueron evaluados positivamente desde 1983, al considerar que eran: “(…) una alternativa real frente a la migración estacional; un factor estabilizador del campesino en su tierra; un factor muy importante de organización y concientización campesina; un factor de cobertura, estabilidad y continuidad de la organización campesina en tiempo de represión” (Gianotten, 2006: 141).

Ya para mediados de la década de los noventa el modelo CDT se había desinflado en CIPCA con excepción de la región Cordillera, dado que con los CDT´s en Cordillera se había logrado frenar el éxodo zafrero, romper el patronaje, vincular las dimensiones 197

familiares y asociativas, consolidar la posesión y propiedad de la tierra y romper la esclavitud de los guaraníes (Gianotten, 2006: 192). No obstante lo anterior, en el plan estratégico de CIPCA 1997-2001 ya no se menciona el modelo CDT, sino sólo como proyectos productivos. Con este intenso proceso de socialización guaraní –promover sus CDT´s, constituir la APG, movilizarse, sanear y consolidar sus tierras, generar sus estructuras indígenas-, la APG de Charagua cuenta ya cuatro capitanías zonales –Parapitiguasu, Charagua Norte, Alto Isoso y Bajo Isoso- y la estructura organizativa que siguen es la tradicional: en cada capitanía zonal se encuentran dos capitanes grandes que convocan a los capitanes comunales o presidentes de las comunidades, además de los responsables del PISET (Producción, Infraestructura, Salud, Educación y Tierra-Territorio) encargados del desarrollo de cada comunidad a nivel zonal. Sus decisiones son tomadas siempre de forma comunitaria respecto a los problemas de su ámbito y en asamblea zonal en cuanto lo que respecta a todas las comunidades. Estos TCO forman parte, asimismo, de la Asamblea del Pueblo Guaraní, con presencia en diversos municipios y departamentos del sur, particularmente de los llanos y el chaco bolivianos (CIPCA-APG, 2004: 48).

Con este rescate de su cultura, su tierra, su producción y territorio, la organización guaraní ha afectado intereses de los karai (mestizos blancos), particularmente de los ganaderos: “Los karai aborrecen nuestra organización (…) antes nos hicieron trabajar como animales (ahora) nos aborrecen porque (…) los estamos igualando a ellos” (testimonio de comunario131, CIPCA-APG, 2003: 49).

La relativa nueva presencia de los menonitas en Charagua es también una realidad ambigua: por un lado, ellos compran tierras de las mejores que en algún momento fueron propiedad guaraní y mantienen su autonomía en todos sentidos respecto a los demás pero, también, por otro lado, ofrecen trabajo menos indigno que los karai a los guaraníes en sus tiempos de receso de trabajo en el campo:

131

Así se les nombra a los indígenas, por tener tierras en común.

198

“(…) había una persona Gutiérrez (…) es decir que tenía hasta 60 mil hectáreas (…) de los que también empezaron a vender a menonitas y para que la vía del tren pase cerca de su propiedad y no pase por Charagua. O sea, siempre ha habido esta preferencia” (Marcelo A.) “Nosotros reflexionábamos cómo el pueblo guaraní luchando por su autonomía, mientras que viene gente de fuera menonita y son autónomos (…) No económica, porque al rato las comunidades demandan en cierto momento alguna maquinaria, algún insumo (…) Y políticamente no participan. (¿No votan?, pregunto) No, no les interesa”. (Marcelo A.)

Pero los guaraníes están conscientes de esta nueva situación y no están dispuestos a dar marcha atrás en sus conquistas. Un ejemplo de ello es la escuela Arakuarenda -propiedad de los jesuitas y donde históricamente se han educado los líderes guaraníes - que ha sido un referente en su formación y compromiso político comunitario: “(…) le dijeron: queremos más Gabriel Siquier guaraní. Queremos que esta casa siga siendo un centro de formación del pueblo guaraní (…)” (Julián)

De manera que la socialización del pueblo guaraní ha logrado seducir permanentemente a otros para hacerlos sus aliados. Los jesuitas y CIPCA son ejemplo de ello desde hace tiempo, como el P. Mauricio Bacardit, S.J. y el promotor rural Marcelo Alberto132: “Asumo los riesgos: no soy ¨MASISTA¨ (…) Si el trabajar por los pobres es comunismo, que me digan, pero no soy comunista; tengo un compromiso, nacido del evangelio cristiano, de acompañar a los pobres (…) tengo mis simpatías con el cambio, porque Bolivia necesita un cambio”. (Mauricio Bacardit: 2009). “Mi papel era en otra institución que es el CPTI, que es el Centro de Planificación Territorial Indígena, que estaba haciendo todo el tema de saneamiento de tierras.

132

El Padre Mauricio Bacardit, S.J. ha sido asesor del movimiento campesino indígena boliviano desde hace décadas y desde 2009 se encuentra colaborando en la parroquia de Charagua, luego de trabajar en la Pastoral Social Caritas de Santa Cruz durante varios años. Por su parte, Marcelo Alberto es el coordinador del equipo de trabajo de CIPCA Cordillera en Charagua.

199

Les gustó mucho el perfil mío, de casualidad llegué a CIPCA por la relación con la APG y desde ahí hemos participado” (Marcelo A.)

Y esta contratación de Marcelo Alberto por parte de CIPCA le ha permitido profundizar su relación con los guaraníes: “(…) cuando ganas la confianza de ellos, en el caso conmigo (…) ya van insertándose poco a poco y llegar a una cocina de ellos, para mí era lo máximo, porque es el ambiente más privado” (Marcelo A.)

Sin embargo, no todo es honestidad y rectitud en las prácticas de los guaraníes. Algunos de sus más destacados líderes también han mostrado signos de corrupción, afectando los intereses y confianza de los demás: “(…) el padre del actual dirigente del ACADI, que es Bonifacio Barrientos, él ha creado todo ¿no?: la Confederación de todos los indígenas del movimiento boliviano (CIDOB) ¿no? El padre tenía bien clara la posición pero el hijo no, totalmente derechista, porque ¿qué ha hecho?: procesos de saneamiento, ha vendido tierra, ¿no?, a colonos de los aimaras. Y en la votación, por ejemplo, ha tenido 50% sí Evo Morales y 50% sí al prefecto (de Santa Cruz)”. (Marcelo A.)

La creación de organizaciones indígenas y sus articulaciones para promover sus demandas como pueblos originarios o indígenas son parte de la experiencia socializadora de la APG. Es el caso de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), a la que pertenece la APG y cuya presencia nacional es muy significativa. Estas alianzas sociales de la APG no incluyen a la CIOEC, a pesar de algunos postulados socioeconómicos cercanos entre ambas organizaciones. La diferencia tiene que ver con el énfasis indígena de la APG: “La CIOEC va en ese sentido, con las tendencias de organizaciones campesinas del sindicato y no con esas formas originarias de aquí. Las organizaciones indígenas están con eso” (Marcelo A.)

200

A nivel de Charagua, la socialización guaraní implica no sólo su reconstitución como pueblo originario y su antiguo PISET junto con la reciente conquista de la autonomía indígena, sino también la ampliación de sus relaciones con otros actores sociales. Ello es parte fundamental de la interculturalidad a la que están llamados y conscientes. Y este diálogo intercultural incluyente y amplio, considera hasta al Comité Cívico de Charagua: “Entonces lo que hacemos nosotros es incluirlos (al Comité Cívico). Por ejemplo, el presidente de esta institución está haciendo tesis con nosotros. Entonces, ya tiene otra mentalidad. Pensaba que los guaraníes no hacían nada, que éramos flojos, pero no habían visto acciones, trabajo, producción. Ya la mente ha cambiado y se ha visto en la participación del Comité Cívico, ¿no? El pueblo guaraní que plantee su propuesta le han abierto esa posibilidad, mientras que en el Comité Cívico decían no, no” (Marcelo A.)

Otros actores son parte de este diálogo incluyente de la APG. Entre ellos están algunos profesores:

¿Es un cívico? No, es un profesor pero que ha participado, pero es un profesor que ¡caray! Viene de familia de ganaderos pero que tiene la mentalidad bien amplia. Me tiene muy impresionado en un concepto amplio y le dijo a los del Comité ese día: dejémonos de tapar los ojos, aquí en el municipio el 70% de educación son guaraníes y en salud lo mismo, en el gobierno municipal lo mismo, 4 de 5 concejales son guaraníes, tenemos alcalde guaraní, ya somos un municipio guaraní ¿Por qué no vemos desde esa perspectiva? Y asumir que es una realidad” (Marcelo A.) Resumiendo, se puede afirmar que –de estar prácticamente deshecho como tal- el pueblo guaraní en Charagua ha estado inmerso en un proceso de socialización amplia desde hace casi 40 años: los CDT´s primero y después la constitución de la APG, el impulso del PISET, las movilizaciones para demandar sus tierras, los procesos de saneamiento y consolidación de tierras hasta constituir sus TCO´s, la integración de una estructura organizativa y participativa en las capitanías de todos los niveles territoriales, su participación en organizaciones indígenas amplias y, finalmente, la lucha por su autonomía indígena en Charagua en alianza y diálogo intercultural con otros actores 201

sociales municipales, dan cuenta de esta intensa y enorme socialización alcanzada por un pueblo que se encontraba prácticamente desintegrado como tal por el despojo de sus tierras, las migraciones temporales y el sojuzgamiento de los karai. El apoyo de los jesuitas en la parroquia y la escuela Arakuarenda ha sido fundamental. A manera de comparación analítica social.

La esfera social nos remite a la capacidad de las organizaciones para promover tejidos sociales diversos, incluyentes e interculturales, tanto al interior de ellas como hacia fuera.

Para las experiencias de empresas recuperadas, el análisis de los casos de TRADOC y la UST desde su “socialización hacia dentro” nos permiten establecer una coincidencia fundamental entre ambas organizaciones con la recuperación de las empresas: su tejido social interno se mantiene como trabajadores. Sin embargo, antes del cierre de las empresas

se

consideraban

a

mismos

como

trabajadores

principalmente

“sindicalizados”, en el caso de TRADOC, y como trabajadores “asalariados”, en el caso de la UST. Posteriormente, ya con la recuperación de la

empresa, en TRADOC se

consideran a sí mismos como “trabajadores cooperativistas” mientras que en la UST se trata de “trabajadores autogestionados”, manteniendo en las dos organizaciones sus estructuras democráticas de dirección y toma de decisiones asamblearias.

Por otra parte, en ambas organizaciones de trabajadores autogestionados se observa que han impulsado diversas relaciones externas en un proceso de “socialización hacia afuera”, coincidiendo ambas en su participación en movimientos sociales, políticos y sindicales amplios: en el sindical independiente en el caso de las dos cooperativas (POS, CTA) así como en el de trabajadores autogestionados la UST (ANTA). No obstante sus preocupaciones comunes, se advierte que la UST ha tenido una práctica socializadora fuertemente vinculada a lo local y comprometida con el barrio a través de la Mesa de Organizaciones Barriales y sus diversos proyectos de desarrollo, mientras que esta dimensión socializadora local se encuentra ausente todavía en TRADOC.

Las estrategias de socialización les han permitido a las organizaciones campesinas reforzar su “modo de vida campesino”. Campesinización es, entonces, el proceso seguido por la URAC y la COOPAN-MST para enfrentar los embates des-socializadores y 202

descampesinizadores del los gobiernos mexicano y brasileño de las últimas tres décadas. En un esfuerzo de socialización hacia dentro, ello le ha permitido a la URAC agrupar organizadamente a miles de campesinos, especialmente mujeres, en cientos de grupos de decenas de comunidades y contar con estructuras democráticas y transparentes. Por su parte, la COOPAN, desde su experiencia micro como cooperativa de un asentamiento, refleja hologramáticamente la situación del movimiento al que pertenece: estructuras democráticas en su interior pero cierta distancia en la integración cooperativa con el resto de asentados.

Asimismo, desde la perspectiva de la socialización hacia fuera, la relación entre ambas organizaciones campesinas parece invertirse: mientras la COOPAN se encuentra vinculada a un gran movimiento campesino nacional y desde él a otras organizaciones nacionales y globales, en una construcción de redes sociales enormes –campamentos, asentamientos, cooperativas, organizaciones-, la URAC mantiene tan sólo algunas relaciones amplias con escaso impacto político.

Es posible afirmar, con los análisis previos, que las experiencias sociales indígenas tienen sus diferencias entre sí: mientras que la UCIRI es una organización indígena plural, la APG Charagua es sólo una organización guaraní; la UCIRI se caracteriza preponderantemente por sus reivindicaciones socioeconómicas mientras que la APG ha tenido como eje fundamental el rescate de sus tierras-territorio y su reconocimiento como pueblo originario.

Sin embargo, de forma coincidente las reivindicaciones indígenas de la UCIRI y la APG en torno a su reconocimiento pleno y su derecho a existir los ha llevado a realizar una serie de procesos socializadores muy importantes tanto hacia dentro –proceso más marcado en la APG-, en sus comunidades y sus estructuras democráticas de participación y representación, como hacia fuera de ellas- dinámica especialmente prioritaria en el caso de la UCIRI-, estableciendo relaciones de todos tipos con otros pueblos y creando organizaciones sociales amplias, estables y potentes en diversas escalas territoriales, así como estableciendo diálogos interculturales con otros actores, tanto indígenas como no indígenas.

203

Finalmente, en los seis casos analizados –TRADOC, UST, URAC, COOPAN, UCIRI y APG-podemos observar que ha existido un proceso de socialización interna que, con algunos matices, logra agrupar a sus socios en torno a nuevos procesos de reconocimiento social y orgullo subjetivo: ya como trabajadores cooperativistas autogestionados, como campesinos o como indígenas, logran tejer sus relaciones, impulsar un proyecto común y generar estructuras democráticas de participación y toma de decisiones. Asimismo, en un esfuerzo socializador hacia fuera, mediante la construcción de redes sociales diversas tanto de carácter local, como regional, nacional y global, las seis organizaciones han logrado promover sus proyectos. En el caso de TRADOC esta amplia socialización se hizo manifiesta principalmente en su fase de huelga pero, en su actual etapa cooperativista resulta muy limitada localmente. En contraste, la UST mantiene un intensa dinámica de relacionamiento en las diversas escalas. La URAC, por otra parte, ha favorecido la promoción de una amplia socialización comunitaria, regional y nacional, pero por desinterés ha quedado corta en su dimensión global, mientras que la COOPAN se vincula ampliamente a través del MST. En este sentido, es la UCIRI, entre las tres organizaciones mexicanas, la organización que más integralmente ha buscado una amplia socialización, combinando simultáneamente las esferas local-comunitaria, regional, nacional y global, dinámica que parece compartida con la APG.

204

Capítulo 7. Y las relaciones de género ¿se vuelven más equitativas? Feminizando la Ecosol, economizando las relaciones de género. Numerosas estadísticas dan cuenta de la situación de las mujeres en el mundo actual. La Asociación Mexicana de Mujeres Organizadas en Red (AMMOR, 2008: 6-8) aporta algunos datos que reflejan claramente el grado de subordinación, discriminación e inequidad de las mujeres en el mundo frente a los varones 133. Las mujeres durante las últimas décadas han estado participando más activamente en las distintas dinámicas sociales, pero todavía están lejos de donde podrían estar tanto en la esfera pública como en la privada (AMMOR, 2008: 28-29). “Las mujeres nos empoderemos” es el acuerdo alcanzado en la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer de las Naciones Unidas (Beijing, 1995). Para ello es necesaria la participación activa de las mujeres en todas las esferas de la vida pública y privada, a través de una amplia e igualitaria responsabilidad en la toma de decisiones económicas, culturales y políticas, lo que significa que el principio de poder y responsabilidad compartida debe establecerse entre mujeres y hombres en la casa, el puesto de trabajo y en las comunidades en general a nivel nacional e internacionalmente. Así, la igualdad entre mujeres y hombres es una materia de derechos humanos y una condición para lograr la justicia social, el desarrollo y la paz.

Dicha declaración se da como respuesta al patriarcado que, como construcción históricosocial de las relaciones entre hombres y mujeres, es el modelo dominante en la mayor parte del mundo. En el patriarcado el padre es considerado el proveedor-productor del hogar mediante sus vínculos en la dimensión pública o productiva y la madre como ama de casa y responsable de la reproducción desde la esfera privada del hogar, a pesar de 133

De 900 millones de analfabetas, 600 millones son mujeres; más del 70% de la población que vive en la

extrema pobreza son mujeres; el salario de las mujeres representa entre 50 y 80% del salario de los hombres; en los países pobres en vía de desarrollo las mujeres efectúan 90% de las tareas domésticas; las mujeres efectúan 2/3 del número de horas de trabajo del mundo, producen la mitad de los alimentos, no ganan sino el 10% de las ganancias totales, reciben menos del 5% de los préstamos bancarios y 70% de ellas viven con menos de 1 dólar al día; una tercera parte de los hogares del mundo tiene jefatura femenina; el 30% de las mujeres del mundo han sido víctimas de la violencia física o sexual de un hombre; 200 millones de mujeres no planifican sus embarazos, por pobreza o falta de educación; 529.000 mujeres mueren cada año por patologías ligadas al embarazo; de 45 millones de abortos inducidos cada año, 19 millones se realizan en malas condiciones y 70,000 mujeres pierden la vida; el comercio sexual de mujeres, niñas y niños, representa el segundo negocio del mundo; en la explotación sexual infantil, el 90% son niñas; el 98% de las riquezas del mundo las tienen los hombres; las mujeres poseen menos del 2% de las tierras que tienen dueños; sólo 12% de mujeres del mundo participan en los Parlamentos (AMMOR, 2008).

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los cambios que han venido ocurriendo durante las últimas décadas en México, en América Latina y en el mundo desarrollado (de Oliveira: 2002; de la O, 2004) y tiene una fuerte presencia en el medio rural. Pero desde un análisis latinoamericano más actualizado de las familias, Arriagada (2007) sostiene que los cambios en las familias debidos a la incorporación de América Latina a la economía global, la modernización y la modernidad, son todavía relativamente desconocidos pero tienen una relación estrecha con los cambios socio-demográficos. Si la familia nuclear con padre-proveedor y madreama de casa con hijos fue el paradigma ideal y el modelo familiar, hacia 2005 este modelo no era el mayoritario en la región latinoamericana: sólo el 34% de las familias nucleares, el 24.6% del total de las familias y un 20.9% del total de los hogares se ajustan al modelo. Las empresas recuperadas por trabajadores: ¿Del machismo y patriarcado de los trabajadores a la equidad de género?

Tradicionalmente las mujeres han tenido un papel subordinado a los hombres en las empresas. Ello tiende a prolongarse cuando estas empresas son recuperadas por sus trabajadores. No obstante lo anterior, la solidaridad femenina en la lucha de resistencia y su compromiso con el entorno barrial o comunitario han sido sus principales expresiones participativas. Conviene analizar los casos de TRADOC y la UST para responder si como empresas recuperadas han sufrido positivamente procesos de feminización creciente que permiten incorporar a las mujeres en su proyecto. El caso de TRADOC: “Yo aprendí que cuando hay unión hay fuerza, que si exiges tus derechos y te organizas se pueden lograr muchas cosas”.

Para el caso mexicano, desde la perspectiva del trabajo, la economía convencional ha mantenido la discriminación de la mujer al calificar como trabajo sólo el referido al trabajo extra doméstico (Pedrero: 2005)134. Y por las razones ya expuestas, históricamente ha existido una marcada discriminación de la mujer para su incorporación como trabajadora

134

En su análisis, Pedrero (2005), calcula que el valor económico del trabajo doméstico en 2002 puede equipararse al 21.6% del PIB nacional mexicano, el cual supera a numerosos sectores económicos. De ese porcentaje total, la proporción de los hombres es de 19% y de las mujeres el 81%. Desde el Trabajo Extra Doméstico, la contribución de los hombres es del 71.1% y las mujeres del 28.9%, de manera que en la carga total de trabajo, es decir, la suma del trabajo doméstico y el trabajo extra doméstico, la contribución de los hombres es de 42.4% contra el 57.6% de las mujeres.

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en la planta productora de llantas de El Salto: se trataba de un trabajo de hombres y para hombres. “(…) en el sindicato jamás trabajó una mujer. Te estoy hablando de que jamás en esta planta (…) (En El Salto) se manejó mucho una cuestión, machista jodida, de que aquí puros hombres”.

Sin embargo, la lucha y resistencia de los trabajadores despedidos por Continental difícilmente se habría sostenido sin el apoyo de sus esposas y madres. En esa etapa del proceso, de acuerdo con Jesús Torres Nuño, las mujeres resistieron junto con sus parejas: “(…) Entonces ¿cómo en la individual resiste cada gente? Pues es muy sencillo: las esposas de los trabajadores tuvieron que echarse la economía de la familia, muchas compañeras (…) las mujeres resistieron con nosotros (…)” (Jesús T.)

Mediante el impulso de diversas estrategias de sobrevivencia en sus hogares o mediante su trabajo extra doméstico, las mujeres significaron un factor fundamental de apoyo a sus parejas durante los más de tres años que duró la huelga. Diversos testimonios dan cuenta de ello: “(…) lo más importante para mí fue ver la unidad de mi familia, que me dio todo el apoyo moral para seguir en la lucha. Sobre todo de mi esposa que fue la que llevó la carga en lo económico. Porque se puso a hacer pasteles y con eso nos estuvimos manteniendo durante los tres años” (JAAN en Gómez Delgado, 2008: 69).

Pero su labor no quedó en casa o en su trabajo fuera del hogar, sino que además un grupo de ellas fue capaz de integrar un comité de mujeres en apoyo directo a la resistencia: provisión de alimentos para las brigadas de huelga, presencia física afuera de la planta y en movilizaciones cuando se hizo necesario, entre otras. Se trató, entonces, de un proceso de feminización, en cierto modo indirecta, restringido a la etapa de la resistencia. José Antonio Alonso comenta la solidaridad sostenida durante las guardias:

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“(…) hacíamos comida para eventos y siempre nos quedaba comida. Yo me la traía a la guardia y ahí la compartía con los compañeros y otros llevaban refrescos o “X”. Pero nosotros siempre que quedaba comida era para la guardia” (José Antonio A.).

Con la constitución de la cooperativa y la reapertura de la planta, sin embargo, las cosas no han cambiado mucho: del total de casi 700 personas que trabaja en la planta a principios de marzo de 2009, es decir, casi 4 años después de la reapertura, tan sólo 4 mujeres han sido contratadas por la nueva empresa, de las cuales dos de ellas laboran en las áreas de producción. “Pero hoy como cooperativa tenemos que hacer diferencia y empezó (dado que) hoy en día trabajan 4 compañeras y ha sido un conflicto porque los compañeros, entre otras cosas, en lugar de dejarlas chambear y desarrollarse querían protegerlas” (Jesús T.)

Pero la lucha de Euzkadi significó un avance en su conciencia y seguridad personal, en un aprendizaje de exigencia de derechos en muchas de ellas y, también, en la necesidad de estudiar y formarse, lo que opera ahora yendo más allá del círculo actual de TRADOC. Estos avances de las mujeres se reflejan en diversas prácticas femeninas, de la que María Atilano (2009) da cuenta ampliamente: “Yo aprendí que cuando hay unión hay fuerza, que si exiges tus derechos y te organizas se pueden lograr muchas cosas. Antes era apática y creo que la mayoría de las mujeres también. Las mujeres nos dimos cuenta de las injusticias” (GFR, en Atilano, 2009: 20).

Los hombres, por su parte, tuvieron que vencer sus resistencias machistas para ser recíprocos en las tareas domésticas, en muchos casos no sin tensiones y contradicciones: “Había un mar de contradicciones porque también tenía que colaborar en las tareas domésticas o lo que se ocupara. Algunos días no lo hice pero llegó el momento en que mi mujer me dijo: “tienes que contribuir también”. Poco a poco fui

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aceptando que el apoyo tenía que ser recíproco”. (Federico Martínez Barba, en Atilano; 2009: 33)

Como bien señala María Atilano (2009: 72): “La huelga ayudó a trastocar los roles, quizá no en todas las mujeres y hombres, pero lo que sí es claro es que las mujeres superaron los miedos que les imponía la nueva situación y dieron un fuerte apoyo en el trabajo de resistencia (…) también algunos aprendieron a valorar el trabajo doméstico al asumir tareas del hogar y reconocer que representa un gran esfuerzo que las mujeres realizan sin remuneración”. El caso de la UST: “Nosotras estamos tanto tiempo en la cooperativa porque es un proyecto de vida”.

Ya como socias de base o como dirigentes, la presencia de las mujeres en las ERT argentinas es muy significativa, ya que un 50% las cooperativas están integradas por mujeres y también con un equilibrio de género en los lugares de conducción (Ghirelli y Álvarez, 2009: 31). Sin embargo, en la UST no sucede lo mismo. Con pocas trabajadoras socias de la cooperativa, y realizando labores consideradas como típicamente femeninas en el comedor de la empresa social-, Silvia y sus compañeras están de acuerdo con esta situación: “Yo creo que los cambios que se tenían que hacer ya se están dando porque era esta nueva etapa de formación que no existía (…) Así que, no sé, yo creo que no cambiaría nada (…) Nosotras, las tres somos socias” (Silvia)

Pero como presidente de la cooperativa, Mario Barrios es autocrítico: “(…) es un contexto que tenemos nosotros, que hace falta que nos desprendamos, de las sociedades machistas (…) Claro, nosotros tenemos que hacer una conformación de los puestos de trabajo en una conformación de la cooperativa de la mujer” (Mario B.)

209

De hecho, la historia misma de la UST y sus previos a través de las empresas privadas está marcada por la presencia mayoritaria de hombres: “Fue una organización de hombres ésta, de entrada. Y ya también el trabajo de que ellos venían eran hombres. Entonces, las mujeres que quedaron a recuperar el trabajo que era en la cocina, en el comedor” (Susana A.)

Pero la lucha de las mujeres en la UST fue muy importante tanto en la etapa de resistencia como en su actual etapa como cooperativa. Y ello incluye no sólo la labor de las actuales socias, sino de las familiares de los trabajadores: “(…) en el comedor, estaba otra compañera, éramos solamente 2 y estaban 35 compañeros, fue una etapa dura, porque fue una pelea” (Silvia)

Sin embargo, la situación puede cambiar en la UST con la presencia cualificada de las mujeres en espacios estratégicos. El mejor ejemplo son Susana y Mónica 135, quienes, insertas en el área de comunicación y formación, demuestran que las mujeres tienen mucho que aportar. Ambas exigieron ser consideradas en condiciones de equidad respecto a los socios de la UST: “(…) nos sentimos parte pero formalmente no somos socias todavía de la cooperativa porque también hay que cumplir lo tiempos que cumplen todos (…) en el acompañar el análisis de la toma de decisiones. Entonces, tenemos un rol distinto (…) La formación hace la parte estratégica de la cooperativa (…) están descubriendo que pueden convivir en el trabajo con mujeres y que (…) no pasa nada (Risas) (Susana A.)

Los propios dirigentes de la UST reconocen que en la cooperativa hay pocas mujeres y que existe una dificultad real para incorporarlas más ampliamente, pero su apuesta por la participación más amplia de la mujer está en la Mesa de las Organizaciones Barriales en

135

Provenientes de un amplio trabajo en organizaciones civiles enfocadas a la educación popular y en una radio comunitaria, ambas fueron invitadas por Mario Barrio para apoyar la construcción del proyecto de comunicación y formación de la UST.

210

torno a un nuevo modelo de barrio, con base en un proyecto común y el trabajo por comisiones -salud, obras públicas, seguridad, tierras y acción social-: “Si no tenemos a las mujeres, no tenemos organizaciones barriales (…) juntar a todas las organizaciones del barrio para hacer un modelo de barrio (…) se identificaron 5 o 4

puntos y se armaron comisiones. Mayoritariamente las

formaron las compañeras” (Mario B.)

Esta participación de las mujeres en la Mesa de Organizaciones Barriales se da con el apoyo de las socias de la cooperativa y las educadoras populares de la UST, de manera que existen vínculos y un tejido social cada vez mayor entre la cooperativa y la comunidad barrial, en gran medida promovida por las mujeres y con el respaldo de los socios: “(…) las mujeres que están participando en las mesas de organización en sus diferentes proyectos son unas 20. Mitad y mitad (esposas de los compañeros), es decir, va bien una incidencia más allá del círculo de la UST” (Susana A.)

Y aunque la relación de pareja no se transforma del todo tiene avances: “(…) empezó a ser técnico de una categoría (de futbol en el Polideportivo) así que también está involucrado un poco de lo que yo hago: la familia UST” (risas) (Rosy)

El reconocimiento a la labor de las mujeres tenderá a ser mayor en el futuro: “Entonces sí vemos la cooperativa más grande porque es una demanda permanente de la comunidad y nosotros seguimos trabajando en esto y no nos queda otra más que seguir adelante, tenemos que seguir creciendo y para eso nos estamos capacitando” (Silvia) Las organizaciones campesinas: ¿De la negación femenina en las organizaciones campesinas a su participación activa en las economías solidarias?

Como una expresión de la realidad social dominante, las organizaciones campesinas han adolecido también del machismo o patriarcado, ello a pesar de la participación más o 211

menos relevante de las mujeres en sus respectivas membrecías. La URAC y la COOPAN nos permiten acercarnos a esta posibilidad de análisis sobre la feminización creciente e igualitaria en la construcción del género al interior de ellas. El caso de la URAC: “Como que te valoras a la par que a tu pareja, a tu novio o al hombre que esté sentado aquí”.

El proceso de feminización de la URAC ha sido consistente y acelerado prácticamente desde que se inició el proyecto de ahorro y crédito, es decir, en la etapa experimental de 1985-1990. El Cuadro 7.1 (anexos) da cuenta de esta realidad para 2001 y se mantiene hasta la fecha. Ya para el 2006 la presencia de mujeres en la membrecía era mayoritaria, donde el 75% aproximadamente de ahorradores eran mujeres. Lo mismo sucede con su participación en funciones de representación (cajeras, estructura, órganos de decisión) y en la membrecía general de la URAC, con un 71% (Mestries (2007) 136. Y estos parámetros de la participación femenina en la URAC se han mantenido hasta el 2009. Lupita Tovar, la actual presidente de la URAC, lo describe así: “Ahí (en la asamblea mensual) se puede apreciar que la mayoría son mujeres, así contaditos son los hombres. Pero, también en el Consejo hay 3 hombres, me parece, son don Pedro, don Jorge, don Martín e Israel, son 4 y las mujeres somos como 11, entonces, somos 15” (Lupita T.)

Si bien el anterior presidente del Consejo era un hombre, la mayoría han sido mujeres: “Por lo regular siempre hemos sido mujeres (…) las mujeres tienen capacidad de decisión (…) eso nos ha inducido la URAC a como que, o sea, que aprendas a dirigirte tú misma para que aprendas a dirigir tu familia, si aprendes a dirigir tu familia puedes dirigir, por ejemplo, a ser cajera de un grupo, quienes son representantes de su comunidad, pues, para organizar la comunidad o también, por ejemplo, como nos propusimos para el consejo (Lupita T.)

136

Hacia 2001, en la URAC, las mujeres representaban ya casi el 77% de las ahorradoras adultas y el 78.43% de las ahorradoras jóvenes, además de contar con el 76.87% de participación en el Consejo de cajeras, el 98% en el Consejo de despenseras y casi el 64% en la Mesa Directiva (Rabasa: 2002).

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La presencia femenina reciente no es casual. Esta fuerte participación femenina en la URAC tiene diversas explicaciones. Pero, como un factor explicativo central se encuentra el propio interés de las mujeres en su participación en las juntas y cursos y la exigencia de la URAC en torno al ahorro. María Teresa Ejea (2006: 33-37) en su estudio de caso sobre la URAC, da cuenta de ello137: “(…) las mujeres son las que establecen el vínculo entre la familia y el grupo de ahorro/URAC, ya que son quienes entregan el ahorro, quienes más se involucran en cursos y pláticas y quienes asisten a las juntas comunitarias” (Ejea, 2006: 33).

Esta significativa presencia de la mujer en la URAC ha permitido llevar a cabo sus proyectos con mayor eficacia y consistencia, dadas las características propias de las mujeres en la región en términos de constancia, compromiso y disciplina: “La presencia de las mujeres ha dotado al Proyecto Tequisquiapan de una enorme consistencia, porque participan regularmente, con mucha constancia, entrega y disciplina y, porque ocupan un importante lugar en la vida comunitaria”. (Rabasa, 2002: 46)

Otra de las vertientes en la feminización de la URAC ocurre a través de las transformaciones en la esfera doméstica, pero se trata de una escasa transformación de los roles tradicionales (Ejea, 2006: 77). Los principales cambios ocurren más en la relación madres-hijos que en la relación esposa-esposo, particularmente en las tareas domésticas (Ejea, 2006: 53): “Las niñas me ayudan a tender las camas, o lavan los trastes. Los niños también ayudan. A veces les digo: pues ponte a barrer tu cuarto. Luego a veces mi esposo cocina. Cuando salgo a México él me ayuda: lava, plancha, cocina, todo”. (Alma, La Magdalena).

En relación a los esposos, la independencia de las mujeres es relativa en la propia toma de decisiones, las cuales ocurren sólo en ciertas situaciones como la participación a los 137

En su estudio “Microfinanzas, mujeres y vida familiar”, mediante una metodología cualitativa realiza entrevistas en profundidad a 20 mujeres.

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espacios formativos como las juntas comunitarias (Ejea, 2006: 49). Esta participación, particularmente de las cajeras y de las mujeres que ostentan cargos directivos, les permite una conciencia de género con mayor libertad, valoración más alta de sí mismas y un trato más igualitario con los hombres respecto a otras esferas de la vida y de la comunidad: “Yo creo que todas las cajeras casi somos igual (a los hombres). O sea, como que te valoras a la par que a tu pareja, a tu novio o al hombre que esté sentado aquí o sentado acá o tu hermano. No puedes permitir o no puede ser que te humillen o seas menos que los demás”. (Lupita T.)

La migración masculina ha sido también un factor que impulsa la participación de las mujeres: “En nuestra región, el hecho de que emigren a Estados Unidos, la mujer se tiene que hacer cargo de la casa, de los gastos, de los créditos, de todo, y por eso, también, ha ido entrando la mujer a participar” (Entrevista a Lupita Tovar: 2009)

Todo ello ha favorecido y fomentado procesos de empoderamiento de las mujeres al abrirles espacios de participación política en la organización y al promover su autonomía económica (Mestries: 2007), pero al mismo tiempo el surgimiento de liderazgos femeninos locales y regionales mediante el ejercicio de cargos y responsabilidades en la comunidad y la organización regional: “(…) hasta el trienio pasado quedaron mujeres, o sea, a partir de ahí ya teníamos dos o tres mujeres subdelegadas o delegadas y, también, gente joven está trabajando como subdelegado o delegado. Ya no (sólo) el señor de siempre o el abuelito (Lupita T.) El caso de la COOPAN-MST: “Nosotras tenemos que avanzar más y entrar, asumir la cuestión política, la coordinación”.

En su Propuesta de Reforma Agraria Popular de junio de 2007, el MST sostiene que es necesario garantizar condiciones de participación igualitaria de las mujeres que viven en 214

el campo en todas las actividades, en especial en el acceso a la tierra, la producción y la gestión, buscando superar la opresión histórica impuesta a ellas, especialmente en el medio rural (MST, 2010: 43). Un mecanismo fundamental para lograr lo anterior es que todas las instancias de decisión estén orientadas a garantizar la participación de las mujeres mediante el mecanismo permanente de una coordinación mixta o de dos coordinadores, un hombre y una mujer. Esta política, de acuerdo con Emerson, se sostiene en el MST en todos los niveles, desde el campamento y el asentamiento hasta las instancias regionales y nacionales.

No obstante esta política del MST nacional, para el caso del asentamiento Capela y la cooperativa COOPAN, al parecer, no se cumple: “Hoy (…) nosotras tenemos que avanzar más y entrar, asumir la cuestión política, la coordinación, ser coordinadoras de cosas. Yo hallo que eso está faltando. Tenemos sólo hombres (en la coordinación)” (Reni)

Sin embargo, para Reni esta ausencia no es sólo motivada por los hombres, dado que las mujeres tampoco se han preocupado mucho por hacer valer su participación en esos espacios. La formación recibida como las responsables del trabajo doméstico sigue pesando en ellas y se requiere que ambos géneros estén dispuestos a compartir el espacio de coordinación: “Yo no culpo a los hombres porque hallo que las mujeres no vamos procurando ese espacio (…) Por causa de la instrucción de que ellas siempre fueran, que el trabajo doméstico era de ellas (…) Tú conquistas el espacio para ellas y ellas no quieren ocupar su espacio. Es de los dos lados, ¿no?” (Reni)

La falta de seguridad, de confianza en sí mismas y de autoestima son limitantes para que las mujeres ejerzan un mayor liderazgo: “No es que ellas no tengan condiciones. Encuentro que ellas tienen más condiciones sólo que ellas no se destacan, no se lanzan, piensan que ellas no sirven para eso” (Reni)

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Se requiere más formación en la conciencia de las mujeres y los campamentos han sido un gran espacio de formación para la participación, para la conciencia política. En este sentido, han sido los hombres quienes han sostenido los campamentos y algunas mujeres que lo han hecho logran crecer en conciencia y liderazgo, pero no todas: “No, vivieron en el campamento y no avanzaron. Y las otras que no pasaron por este proceso tienen más dificultad (…) el campamento es una escuela de formación” (Reni)

De manera que, de acuerdo con Reni, el horizonte laboral de las mujeres que no vivieron la experiencia del campamento se agota en la búsqueda de un ingreso mensual, lo cual, en el caso de Capela, acontece con pocas, no con la mayoría. Por otra parte, además de la participación de las mujeres en las instancias de toma de decisiones, un factor adicional lo constituye su incorporación plena a los trabajos de la cooperativa. En este sentido, es posible advertir la activa e intensa participación femenina en la COOPAN a través de sus diversos proyectos. El balance 2008-20009 de la cooperativa da cuenta de esta participación femenina. Sin embargo, la equidad laboral entre géneros está lejos de darse todavía en la COOPAN. Para Reni: “Las mujeres casi siempre trabajan más porque nosotras estamos en todos los sectores. Las horas, las cosas tienen el mismo valor que los compañeros, ¿no? Eso no tiene diferencia” (Reni)

Y esta carga de trabajo femenino mayor que los hombres se debe al trabajo doméstico. La doble jornada de las mujeres sigue siendo una realidad en la COOPAN: “Acaba hoy la mujer haciendo mucho trabajo, la mayoría por el trabajo doméstico” (Reni)

Frente a esta realidad, en la cooperativa se ha decidido liberar a las mujeres los sábados en la mañana de sus labores productivas con el fin de que puedan destinarlos al trabajo doméstico y, al mismo tiempo, liberarlas de la elaboración del almuerzo diario, el cual se realiza en el comedor colectivo:

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“Entonces, el día sábado en la mañana, las mujeres son dispensadas del servicio COPAN para quedarse más en lo doméstico (…) El almuerzo, ¡las mujeres no precisan hacerlo más!” (Reni) Las organizaciones indígenas: ¿Fortaleciendo la feminización de las luchas indígenas en la ECOSOL?

La subordinación de la mujer en las comunidades indígenas y pueblos originarios es una expresión histórica de la desigualdad de género en sus prácticas sociales. El análisis de la UCIRI y la APG puede mostrar si algunas prácticas distintas, particularmente socioeconómicas, están emergiendo en su interior que generen avances en la equidad entre hombres y mujeres. El caso de la UCIRI: “Nombramos a una mujer como presidente de la mesa directiva local, pero nunca ha venido una mujer como delegada regional”.

La presencia de las mujeres ha sido también una característica de la organización. Para reforzar más la participación de las mujeres e integrarlas de lleno en la Unión, desde múltiples proyectos la UCIRI ha procurado incorporar a las mujeres -individualmente o bajo la modalidad de grupos- en su estrategia de mejoramiento de la calidad de vida de sus socios: ya mediante el impulso de proyectos de salud comunitaria, la promoción de huertos familiares, la instalación de molinos de nixtamal y la producción de maíz y frijol o la promoción de granjas de pollos, cerdos, borregos y guajolotes, las mujeres han tenido una presencia constante en la UCIRI desde su fundación.

En estos diversos proyectos participan casi 400 mujeres de 20 comunidades y muchas de ellas agrupadas en cooperativas: “Ahorita, pues, tenemos socias, tenemos como 380 socias, la mayoría son esposas de socios de UCIRI y con ellas son las que estamos trabajando ahorita (...) Tenemos como 10 grupos y aparte son los que trabajan individual. La mayoría trabaja en lo individual (…) Hay grupos de 15, 21 y de 10 (socias) (…) Como 20 comunidades” (Vianey S.)

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Los proyectos productivos permiten no sólo favorecer la participación de las mujeres en otros ámbitos, sino también apoyar la economía familiar campesina: “(…) para que ellas trabajen desde sus comunidades, para que ellas tengan algo con que mantener, no mantener sino apoyar a sus esposos, que no sólo del café salga el dinero para alimentar sino que, también, salga de otros proyectos” (Vianey S.)

Y las asesoras son mujeres también. Antes de Vianey -quien es hija de un socio de la UCIRI y actualmente es la responsable de coordinar todo el proyecto de mujeresparticipó una ingeniera agrónoma quien ahora colabora en la elaboración de los proyectos que la UCIRI presenta a diversas dependencias gubernamentales: “(…) ella estuvo aquí desde que inició. Entonces, cuando yo llegué ella fue la que me capacitó (…) visitamos todas las comunidades y ya me explicó más o menos de cómo funciona el proyecto, cuáles son los pasos que se deben hacer para seguir adelante y en los papeles, la oficina, todo ¿no?” (Vianey S.)

Asimismo, más allá de los logros en la alimentación o en los ingresos aportados a la familia, algunas mujeres han sido nombradas delegadas de sus propias comunidades para incorporarse a la asamblea mensual de delegados. Sin embargo, históricamente la participación de las mujeres sigue siendo significativamente minoritaria con respecto a los hombres en las instancias de decisión y ejecución. El presidente actual del Consejo, Saúl Echeverría, lo explica de la siguiente forma: “Aquí en la organización a nivel local sí ocupa un puesto en la mesa directiva han sido hasta presidentas. En las comunidades, en la mesa directiva, de ahí en adelante ya está la asamblea y ¡regañan! Son capaces de tomar la palabra. Sí, sí, ellas llevan las riendas” (Saúl E.) No obstante lo anterior, al parecer “el patriarcado” sigue siendo la práctica dominante tanto al interior de las familias indígenas como en los espacios de discusión comunitaria y de la organización en su conjunto. Ello se refleja en el nombramiento de los delegados comunitarios: 218

“(…) cómo es que nombramos a una mujer como presidente de la mesa directiva local, pero nunca ha venido una mujer como delegada para venir a jugar un puesto así” (Saúl E.)

Sin embargo, no pasa lo mismo con la etnia zapoteca. De hecho, buena parte de las comunidades de UCIRI son zapotecas, un grupo indígena de “tipo matriarcal” en donde las mujeres han controlado la mayor parte de los asuntos económicos y sociales de la familia. Parte de esa cultura cambió durante la colonia para imponer el “modelo patriarcal”. Sin embargo, a pesar de que los hombres son quienes más participan y representan a las familias en las reuniones de la Unión, las mujeres siguen teniendo un papel importante pero discreto en la toma de decisiones. Por ejemplo, el que las asambleas tengan una duración de dos días tuvo como origen la necesidad de los hombres de consultar a sus mujeres fuera de la asamblea, lo que en ocasiones podía revertir las decisiones tomadas el día anterior (Vanderhoof, en Waridel, 2003:51). El caso de la APG Charagua: “Entonces es paralelo, un varón es capitán y los segundos son las mujeres”. La “Declaración Intercultural de Mujeres en Tierras Bajas”138, sostiene la necesidad de hacer vida los derechos de las mujeres reconocidos constitucionalmente, derechos que significan la superación del patriarcado y el sistema neoliberal de dominación y exclusión de las mujeres mediante su articulación y fortalecimiento para rebelarse ante cualquier forma de opresión y discriminación en el marco del art. 26 constitucional y los derechos de las mujeres reconocidos en los tratados internacionales (La Casa de la Mujer, octubre 2009)139.

138

Resultado del encuentro plural realizado por numerosas organizaciones sociales e indígenas –entre las cuales se encontraba la APG- en Santa Cruz en septiembre de 2009. 139 De acuerdo con La Casa de la Mujer (octubre 2009), la situación de las mujeres bolivianas en 2009 era como sigue: 6 de cada 10 mujeres bolivianas se encontraban en condición de pobreza; cada día morían 2 mujeres por complicaciones en el embarazo, en el parto, puerperio y por aborto; en 2006 el 19.35 de mujeres eran analfabetas en comparación con el 6.94% de hombres analfabetos; por el mismo trabajo realizado, las mujeres sólo accedían a la mitad (56.84%) de los ingresos promedio que tienen los varones; el 29.5% de las familias estaban a cargo de mujeres; el 53.3% de mujeres eran víctimas de algún tipo de violencia (física, psicológica y/o sexual) y el 73% de los hechos ocurrían dentro de ámbito familiar.

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Frente a esta situación, diversas alternativas y acciones se vienen desarrollando en la APG Charagua. Como uno de sus resultados excelentes, en su evaluación del 2006, CIPCA (2007) destacaba los avances logrados en cuanto a la participación de las mujeres organizadas en grupos productivos e iniciativas económicas. Entre los proyectos señalados destacan el molino de granos, la transformación y comercialización de granos, la producción y comercialización de miel, la cría y comercialización de pollos, el manejo y comercialización de la carne de oveja de pelo, la producción de artesanías, entre otras muchas actividades. Mediante estos proyectos, las organizaciones económicas de las mujeres se han hecho más visibles y, al mismo tiempo, se van constituyendo en interlocutoras importantes en sus comunidades y municipios. Para el 2009 esta realidad se ha fortalecido, tanto en los proyectos impulsados por las mujeres como en su capacidad de interlocución pública municipal. “Hay un grupo de mujeres que está consolidado que se llama CINSI y de manera familiar, también. Hacen las señoras (artesanías) que también son recibidos aquí en el municipio porque es un trabajo bien elaborado… (participan) Como 70 mujeres de diferentes comunidades, o sea, todas tenemos 31 comunidades (…) todas saben hacer esta artesanía ¿no?” (Elfy)

Ello es posible a pesar de que las mujeres guaraníes han vivido un rol totalmente enfocado a las tareas reproductivas en el hogar como la elaboración de alimentos, cuidado de los niños, lavado de ropa, cuidado de animales: “La mujer es una persona que vemos que es delicada y en ¿qué sentido? Por actividad que tiene aunque no se ve (…) la mujer hace cuidado de niños, familia, ¿qué más hace? trabajo en la casa, labor de casa, dentro de las labores de casa ¿qué hay? Cocina, lavada y cuidado de animales (…) fuera de eso tiene que hacer transformación (…) de productos: hace harina de maíz, chicha” (Julián)

La mujer guaraní siempre estuvo marginada de la educación formal, la básica en su caso, aunque ya las jóvenes y niñas actuales van a la escuela. Con ello se empieza a romper el círculo de marginación extra de las guaraníes:

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“(…) los hombres cuando mínimo saben leer y escribir y hay mujeres no saben leer ni escribir y se piensa que son más explotadas, obvio que son. O sea que la mujer no sabe mucho de lo que pasa en la comunidad. Pero hablamos de las mujeres más grandes porque las mujeres jóvenes y las niñas ya empiezan a ir a la escuela” (Julián)

La participación de las mujeres en las asambleas comunitarias y de las capitanías de las APG regionales es un claro signo del avance que ellas van logrando en su vida. Más aún, el nombramiento de mujeres como capitanas es resultado del proceso de recuperación de la confianza femenina, de su reconocimiento por los hombres en sus comunidades y más allá de ellas y de su inserción activa en los problemas de la comunidad. Se trata de una inserción en la vida pública, antes restringida tan sólo a los varones indígenas: “Por eso, ya están integradas. Empiezan a, incluso hay capitanas (…) Ya no es tanto machistas como antes (…) Y lo decía porque la mujer ya es, ya ahora. Más bien, en este momento la organización es la mujer, ejecutivos de asamblea son las mujeres, hay reconocimiento. Entonces es paralelo, un varón es capitán y los segundos son las mujeres” (Julián)

Y la elección de los capitanes o capitanas se realiza de manera democrática por las vías de la elección por mayoría, deliberación o consenso: “La capitanía es la TCO y la forman 17 comunidades. Para elegir a un capitán se mandan a 5 mujeres y 5 varones en representación y eso se elige, o sea, de cada comunidad” (Julián).

Del reconocimiento otorgado por las comunidades en su desempeño como capitanas, Elfy y Jany fueron nombradas candidatas por distinto partido para contender en las elecciones municipales de 2006 y llegaron a ser concejalas municipales. Los proyectos productivos o económicos fueron parte de sus comisiones como servidoras públicas.

Finalmente, es pertinente advertir que -por delante de la mayoría de los países-, el Estado boliviano reconoce en su nueva Constitución el valor económico del trabajo del hogar como fuente de riqueza y deberá cuantificarlo en sus cuentas nacionales (art. 338). 221

Comparación analítica de género.

Frente a un modelo patriarcal dominante en América Latina, la dimensión de género nos permite comparar las prácticas de las seis organizaciones en cuanto a los procesos de equidad e igualación entre hombres y mujeres en su interior.

En los dos casos analizados de empresas recuperadas se muestra que empiezan a darse pequeños cambios en las relaciones de género en las familias de los ex trabajadores y actualmente cooperativistas, sin que ello signifique una trascendencia de la normalidad patriarcal dominante. Si bien la incorporación de las mujeres en las empresas solidarias ha sido mínima, a partir de la resistencia las vidas de las parejas e hijas de los cooperativistas en muchos casos han cambiado, generando seguridad y nuevos retos, aprendizajes y conciencia de derechos ciudadanos de los trabajadores y sus familias, así como posibilidades de desarrollo personal en mejores condiciones de equidad.

En el caso de TRADOC, la resistencia se tradujo no sólo en crisis económica y doble jornada de las mujeres, con sus consecuencias positivas y negativas de tipo afectivo y psicológico en el seno de las familias, sino también en emergencia de nuevas actitudes y prácticas de género que favorecieron el crecimiento personal y familiar de sus miembros o, en contrapartida, la ruptura de matrimonios y divorcios. Para la UST, en cambio, la principal apuesta de las mujeres se encuentra en el proyecto barrial y su desarrollo local integral, de manera que sus proyectos personales están alineados con el proyecto social o colectivo. En ambos casos, con todo, se percibe una mayor conciencia de los derechos de las mujeres y la lucha por su entorno.

Respecto de las organizaciones campesinas, podemos afirmar que los procesos de feminización en la URAC han permitido, tanto cuantitativa como cualitativamente, que las mujeres participen más activamente en la membrecía, proyectos, acciones, estructuras y espacios para la toma de decisiones en la organización, con un mayor empoderamiento femenino y una mayor autovaloración de ellas mismas, así como respecto a los problemas que afectan a sus comunidades y la región pero, al mismo tiempo, desde la perspectiva de género, si bien han logrado conquistar algunos espacios de libertad para la participación, poco han logrado avanzar hacia condiciones más equitativas para la 222

transformación del patriarcado al interior de la esfera doméstica, en especial con sus parejas.

Por su parte, todo indica que la participación de las mujeres en la COOPAN- MST está todavía lejos de la equidad, de manera que el proceso de feminización no les permite generar liderazgos claros en el asentamiento, ello a pesar de que existen políticas formales que impulsan su participación más plena y su formación y de que son socias con plenos derechos en la cooperativa. La doble jornada sigue siendo una realidad para muchas de ellas y, en el caso de la COOPAN, si bien han contado con el apoyo de los hombres para liberarlas de ciertas acciones o tiempos de trabajo, no se ve una actitud de servicio compartido por los hombres en la esfera doméstica.

Al parecer los avances en la perspectiva de género son menores en las organizaciones indígenas que en las campesinas analizadas, pero mayores que en las empresas recuperadas. No obstante los esfuerzos realizados en la UCIRI en su proceso de feminización, la participación histórica de las mujeres –en asambleas comunitarias, grupos productivos y como delegadas en las asambleas de la organización- sigue siendo significativamente minoritaria con respecto a los hombres, especialmente en las instancias de decisión y ejecución. Si bien algunas de ellas son nombradas presidentas de su comunidad, ninguna de ellas ha sido nombrada delegada regional ante la UCIRI. El patriarcado, como expresión del proceso de masculinización, sigue siendo, entonces, la práctica dominante en la UCIRI.

En contrapartida, el análisis realizado de la APG Charagua nos indica que, si bien falta mucho por avanzar en la equidad de género en la organización, existen avances sustantivos en la participación de las mujeres en espacios de toma de decisiones: proyectos productivos, asambleas comunitarias, asambleas de capitanías, nombramiento de capitanas y concejalas municipales. En el plan político, las mujeres son ya segundas capitanas en sus respectivas zonas guaraníes.

En términos generales se puede afirmar que, entre los seis casos analizados, destaca la URAC en tanto organización campesina que, con base en el ahorro familiar, tiene una membrecía amplia y una dirección mayoritariamente conformada por mujeres. Cerca de ella se encuentra la APG, donde la equidad de género ha avanzado mucho pero sin llegar 223

a modificar el patriarcado tradicional -destacan sus proyectos productivos, sus nombramientos como capitanas comunitarias y zonales, su elección como consejeras municipales, entre otros cargo-.

Por su parte, la UCIRI se ubica en un nivel intermedio, buscando la manera de impulsar la participación de las mujeres principalmente a través de proyectos productivos pero donde las mujeres ya ocupan cargos como presidentas comunitarias. TRADOC y la UST serían, finalmente, las experiencias más atrasadas de las seis organizaciones solidarias, dado que sus procesos de feminización son sumamente precarios al interior, pero en el área de comunicación y formación de la UST las mujeres llevan mano y se hacen escuchar sus opiniones al resto de la cooperativa. Además, hacia fuera de las cooperativas, muchos testimonios indican que –para el caso de TRADOC- la participación de las familiares de los cooperativistas resultó clave durante la etapa de resistencia, lo cual permitió un crecimiento personal y ciudadano muy importante en muchas de ellas; y en el caso de la UST, la presencia de las mujeres en la Mesa de Organizaciones Barriales y sus múltiples proyectos es fundamental.

224

Capítulo 8. Construyendo actores socioeconómicos glocales: ¿glocalizando la economía, solidarizando la glocalización?

En los procesos de globalización, la reivindicación de las localidades y las regiones con sus historias particulares se ha vuelto imprescindible como práctica de resistencia desde el sur y particularmente desde América Latina. Esta reivindicación viene acompañada en muchos casos por esfuerzos de articulación global de las luchas sectoriales y territoriales, en una especie de pinza virtuosa de vinculación local-global, de una “glocalización alternativa”. Así, frente al proceso desterritorializador de la globalización dominante, surgen también las resistencias culturales, en lo que Castells (citado por Martín-Barbero: 1992), desde los nuevos movimientos sociales, advierte como una lucha de las gentes por devolver sentido a la vida resistiendo desde las culturas regionales y el barrio. Se trata de una mezcla de lucha por una vida digna y lucha por la identidad, la descentralización y la autogestión, en tanto proceso de re-territorialización, de recuperación y resignificación del territorio como espacio vital desde la perspectiva política y cultural. Las ERT: ¿De la localización de la lucha obrera a su transnacionalización autogestiva?

Las empresas recuperadas por los trabajadores han tenido que insertar su lucha en las diversas escalas territoriales, dando con ello consistencia y efectividad a su lucha, por un lado, pero también sentido y profundidad a su existencia, por otro. Las glocalizaciones de las ERT, alternativas a la dominante –con empresas que se deslocalizan continuamente en un proceso de transnacionalización constante y de relocalizaciones nuevas con mejores ventajas- nos ofrecen luces sobre sus estrategias de emergencia desde la perspectiva de la economía solidaria. El caso de TRADOC: del internacionalismo obrero a la diversificación y la transnacionalización económica”.

Hasta antes de la adquisición accionaria mayoritaria de la planta por parte de la Continental, la empresa era propiedad de Carlos Slim y su corporativo y, por tanto, con una presencia productiva local orientada al mercado nacional. Asimismo, las prácticas del sindicato se circunscribían fundamentalmente a la escala nacional, principalmente a 225

través de su relación con el sindicato nacional de la industria hulera. Sin embargo, a partir de 1998, con Continental empieza una etapa de transnacionalización de la planta, en un proceso de globalización, dado que Continental posee más de 140 plantas en todo el mundo. Ello significaba que la planta de El Salto debería cumplir con las políticas de producción y productividad diseñadas desde Alemania, sede de la Continental.

Con la decisión de cierre de la planta por la transnacional en diciembre de 2001, el sindicato inicia no sólo la construcción de una red más amplia de relaciones locales –en un proceso de localización de resistencia- y nacionales con organizaciones de la sociedad civil, comunicadores y periodistas, académicos, grupos religiosos, otros sindicatos nacionales y cooperativas –en un proceso de nacionalización de la resistencia-, sino que al mismo tiempo se ve forzado a ampliar sus redes fuera de México. La resistencia obliga a los trabajadores despedidos, entonces, a impulsar una nueva etapa de internacionalización de su lucha. Sus relaciones abarcaron en esta etapa de resistencia, como ya hemos visto en la dimensión social, nuevos contactos y apoyos solidarios en Alemania de diverso tipo y la necesidad de realizar tres viajes a Europa, uno por año entre 2002 y 2004, para ser escuchados e incidir en la asamblea anual de accionistas de la transnacional140.

Ya como empresa social cooperativista, TRADOC mantiene una relación estrecha con otras cooperativas mexicanas como Pascual y Cruz Azul, además de una participación en eventos del movimiento cooperativista latinoamericano. Asimismo, sus relaciones con los sindicatos de la industria llantera nacional son estrechas. De ahí que de la internacionalización proletaria los cooperativistas de TRADOC hayan pasado a una diversificación

de

relaciones

locales,

nacionales

e

internacionales:

sindicales,

cooperativistas y de economía solidaria, político-partidarias de corte socialista. Además, para TRADOC y su presidente: 140

Esta internacionalización de la lucha obrera del sindicato es considerada por los propios cooperativistas como uno de los grandes factores que influyeron en el triunfo alcanzado frente a la poderosa transnacional y su director ejecutivo corporativo. Como parte de este internacionalismo obrero habría que considerar también los viajes realizados por sus dirigentes al Foro Social Mundial realizado en Brasil (2005), a la reunión de la Fundación Fiedrich Ebert sobre la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en Uruguay y la visita a las fábricas recuperadas por trabajadores en Argentina (2005), al Foro sobre las directrices de la OCDE realizado en Holanda (2003), al seminario sobre Derechos Laborales en Nicaragua (2005), al Foro Social de las Américas en Ecuador (2004), a la reunión de FUTINAL en Brasil (2002) y al Primer Foro de diálogo con la sociedad civil México-Unión Europea en Bélgica (2002).

226

(…) las alianzas con los trabajadores en el plano internacional pasan por la dinámica latinoamericana de gobiernos de izquierda como Lula en Brasil, Evo Morales en Bolivia (quien, siendo diputado y antes de ser presidente de su país, estuvo en

Euzkadi platicando con los trabajadores en huelga), Chávez en

Venezuela, Kirchner en Argentina que, sin ser socialistas, parece que se oponen a la política imperialista de los Estados Unidos (…)”. (Cockfrot, 2008: 84-85)

Pero además de esas relaciones múltiples y diversas de tipo socio-político, parece ser que con la constitución de las nuevas empresas - TRADOC como empresa cooperativa solidaria y Corporación de Occidente como asociación mixta de capital social y privado-, lo que ocurre es una nueva transnacionalización socio-empresarial, de carácter económico, mediada por la asociación con Cooper Tire. Al respecto, el presidente de TRADOC y vicepresidente de Corporación de Occidente, señala: “(…) las alianzas con Llanti System (para la comercialización de las llantas) y con Cooper (para asegurar el abastecimiento de materias primas, el crecimiento de la producción, la adquisición de tecnología y la ampliación del mercado) se dieron de manera obligada y por razones de viabilidad empresarial (dado que) la producción y venta de llantas es una cadena globalizada”. (Jesús T.)

Es de llamar la atención, sin embargo, que frente a este proceso de glocalización socioeconómica –la localización de la planta, la nacionalización de la solidaridad con la lucha de los sindicatos independientes y la transnacionalización socio-empresarial con Cooper Tire- los nexos de TRADOC con el municipio de El Salto –donde está asentada la planta-, en favor del desarrollo local sustentable, sean tan frágiles. El caso de la UST: “Tiene la capacidad de estar en lo micro en el trabajo barrial y la cooperativa y también en la construcción de una propuesta sindical y política a nivel nacional y latinoamericano”. A pesar de ser una cooperativa relativamente pequeña –con cerca de 90 trabajadores- el proceso de glocalización de la UST resulta ser muy significativa y, este sentido, emblemática para el caso argentino. El proceso pasa por una localización muy clara que 227

se manifiesta no sólo por la ubicación territorial de la cooperativa en el relleno sanitario del conurbano bonaerense situado en el municipio de Avellaneda, sino principalmente por su compromiso con la comunidad barrial de San Lorenzo en Wilde, en el este del municipio.

Al mismo tiempo, la UST se mueve dinámicamente en un proceso de nacionalización organizativa de los trabajadores autogestionados –a través de la ANTA- y de globalización de sus luchas e intercambios –en los encuentros latinoamericanos de los trabajadores autogestionados y de empresas recuperadas-. Susana Achucarro, miembro del equipo de comunicación, hace una síntesis de esta capacidad glocalizadora de la UST: “(…) la UST tiene la capacidad de estar en lo micro, de estar en el trabajo barrial, en el trabajo de base con los hijos, ¿no?: atendiendo su recreación, atendiendo su educación y atendiendo, también, su espacio de expresión y desarrollo. Pero puede estar ahí como también puede estar en la generación de trabajo para los jóvenes. Pero también puede estar en la cooperativa, pero también puede estar en la construcción de una propuesta sindical y política a nivel nacional y latinoamericano ¿no? Y bueno la verdad, que no es fácil encontrar en otra experiencia esa integralidad, esa capacidad y ese poder hacer” (Susana A.)

En la escala local hemos visto ya, en las diversas dimensiones de análisis, el grado de compromiso de la UST con la Mesa de Organizaciones Barriales y sus variados proyectos. Asimismo, en las escalas nacional y latinoamericana, la ANTA -de la que Mario Barrios es su secretario general- participó en abril de 2009 en el encuentro de las Centrales Sindicales de las Américas –CSA- realizado en Panamá. En este encuentro la ANTA reivindicó la naturaleza político-social del trabajador autogestionado para ser sujeto de derecho social, diferenciado claramente del cuenta-propismo141 y del trabajador autónomo. Reivindicando también la necesidad de la sindicalización, en agosto de ese mismo año la ANTA participó en el Seminario Regional Auto Reforma Sindical y Trabajadores en la Economía Informal, Organización y Seguridad Social, organizado por las mismas CSA.

Otra de las articulaciones de la UST y la ANTA se da en los Encuentros Latinoamericanos de Empresas Recuperadas, cuyo segundo encuentro se realizó en Caracas, Venezuela, 141

Se refiere al trabajador por cuenta propia.

228

en junio de 2009, con la presencia de más de 100 representantes de 50 ERT argentinas. Por

su

parte,

el

III

Encuentro

Autogestionados/Empresas Recuperadas

Latinoamericano

de

Trabajadores

142

, a celebrarse en Argentina en 2010, tiene

como objetivo: “(…) construir consensos y estrategias para lograr, los marcos normativos necesarios para el reconocimiento, de lo que denominamos ´Un Nuevo Sujeto de derecho: el trabajador autogestionado´ quien ha sido el protagonista del desarrollo de las experiencias económicas de trabajo autogestivo y asociativo en nuestro país en las últimas décadas. Porque el nuevo sujeto requiere construir una ´nueva institucionalidad´ y ´unidad conceptual´.”

Y en este proceso tan dinámico de participación, con respecto a la construcción de una fuerza política propia, los dirigentes de la UST parten de lo local para pasar a lo provincial hasta en el algún momento alcanzar lo nacional: “(…) el proceso creo que es una pauta nacional, pero no nos da para hacer eso, pero sí como que podemos formar parte del cambio de lo local para empezar a proyectarse (...) con algo local en donde tenemos mucha incidencia y también mucha presencia, en lo que parece que se puede atar a un proyecto provincial”. (Mario B.) Las organizaciones campesinas: ¿De la localización a la globalización de las luchas campesinas?

El modo de vida campesino ha sido puesto en entredicho y combatido ferozmente bajo la dinámica del modelo neoliberal. No obstante ello, las organizaciones campesinas rediseñan y ponen en operación dispositivos y estrategias que, en las diversas escalas territoriales, les permitan asegurar la sobrevivencia de sus miembros y su aspiración a una vida más digna e incluyente. En este sentido, tanto la URAC como la COOPAN-MST

142

En enero del 2010, como continuidad de la reunión nacional de ANTA realizada en Neuquén en noviembre del 2009, se encontraron en la sede de la UST, Villa Dominico, representantes de diversas cooperativas de trabajo autogestionado con el fin de avanzar en la preparación de dicho encuentro.

229

son una muestra de la lucha glocalizadora que las organizaciones campesinas están realizando en la actualidad. El caso de la URAC: “Ha logrado una capacidad movilizadora que trasciende lo local e involucra a la gente en el ámbito regional”.

Una mirada a la experiencia de la URAC en términos territoriales nos permite ver que los procesos de localización han sido una veta fundamental para su estrategia de crecimiento y consolidación. A fines del 2008 la URAC tenía presencia en 69 comunidades de la región integrada por los cinco municipios (Mapa N° 8.1 en anexos). Se observa, entonces, una fuerte apuesta por la expansión comunitaria continua cuando la cantidad de comunidades miembros de la URAC se incrementó 23 veces entre 1986 y 2008 al pasar de 3 a 69, es decir, en 23 años con un promedio de 3 comunidades anualmente (Cuadro N° 8.1 en anexos). Esta apuesta por lo local-comunitario se da tanto desde la perspectiva de constitución de grupos productivos comunitarios, hasta su cambio de estrategia hacia los grupos de ahorro y préstamo como con sus juntas comunitarias mensuales.

Pero, al mismo tiempo, se observa desde sus inicios en 1982 una estrategia por imprimir un sello regional o micro regional al proyecto. De manera que las 69 comunidades de los cinco municipios –Tequisquiapan, San Juan del Río, Colón, Cadereyta y Ezequiel Montesconforman una región de corte campesino que fue intencionada desde su elección por los cuatro promotores originales. Se trata de un verdadero proceso de regionalización como esfuerzo de construcción social por parte de la UDEC. El resultado organizativo de ese esfuerzo regionalizador campesino fue la constitución de la URAC: “(…) específicamente campesina (…) con un mínimo de recursos naturales y humanos, necesarios para la implementación del proyecto” (Castillo, s/f: 13) “Siempre tener una visión regional (…) Pero sí con esos tres elementos, muy educativo, muy metido en la economía y el regional” (Alfonso C.)

Manuel Rabasa (2002: 10) hace una caracterización de la región de referencia en donde destaca una mezcla de actividad industrial moderna, particularmente en San Juan del Río y parte del corredor industrial, y de agricultura campesina en el resto de los municipios 230

(agricultura y la ganadería de traspatio combinadas con actividades secundarias tales como comercio, trabajo en fábricas de ropa, aseo doméstico en casas, trabajo en la construcción).

Se puede afirmar, entonces, que la agricultura campesina en la región cada vez retiene menos población por falta de rentabilidad mientras los centros urbanos o industriales son polos de atracción de mano de obra -San Juan del Río y Tequisquiapan-. Sin embargo, en la zona en general, a partir de 2001, el empleo se redujo por un retraimiento de la economía que implicó recorte de personal en plantas maquiladoras y en la construcción, dejando sin empleo a miles de trabajadores, muchas de ellas mujeres (Rabasa, 2005:153). Frente a estas dinámicas regionales, los promotores de la UDEC asumieron una apuesta por la regionalización -que trasciende lo local-comunitario- centrada en la organización campesina a través de vínculos estables e institucionalizados de interrelación comunitaria en torno a la movilización de proyectos comunes solidarios y la educación popular: “El Proyecto Tequisquiapan ha logrado una capacidad movilizadora que trasciende lo local e involucra a la gente en el ámbito regional. La existencia de nuevos roles y agentes sociales institucionalizados en la organización, favorece una intensificación de las relaciones intra e intercomunitarias”. (Rabasa, 2002: 46)

Sin embargo, es preciso anotar que la experiencia de la URAC no se agota a la perspectiva territorial local-comunitaria y regional. Como parte de un esfuerzo de replicación de la experiencia en otras regiones de México, se ha impulsado un proceso de encuentro y educación con otras organizaciones regionales campesinas. De dicho esfuerzo nacieron tanto la red La Colmena Milenaria143 como el Consejo Mexicano de Empresas de la Economía Social y Solidaria, A.C. (CMEESS)144. Ambos esfuerzos son

143

Se trata de una red nacional de organizaciones de ahorro y crédito y de asociaciones civiles con procesos educativos que fomentan el ahorro sobre el crédito y otras estrategias de desarrollo alternativo con temas de salud, mujeres, ecología, producción agrícola orgánica, proyectos productivos. Participan en ella organizaciones de Chihuahua, Puebla, Veracruz, Tlaxcala, Guanajuato, Oaxaca, Tabasco, Hidalgo, Querétaro y la Ciudad de México. 144 Asociación civil sin fines de lucro que agrupa a diversas organizaciones y asociaciones civiles con presencia en algunas regiones del país y que tiene entre sus fines principales incidir en políticas públicas a favor de la economía solidaria en México.

231

una vía hacia un cierto proceso de nacionalización de los apoyos solidarios campesinos desde las finanzas campesinas y la economía solidaria: “Siempre se está visitando o tratando de aprender de otros, o sea, también, hay un intercambio de ir a conocer experiencias o que vengan a conocer (la nuestra) (…) (abrirse) tanto al interior como al exterior (…)” (Lupita T.)

Finalmente, en torno al proceso de globalización se advierte un escaso interés por parte de la URAC y la UDEC para establecer relaciones y nexos de colaboración con otras redes de la economía solidaria y el movimiento campesino transnacional 145: “¿Una red internacional? Casi no porque lleva mucho tiempo y no sabe uno qué tanto es necesario (…) Soy un poco escéptico de eso… Entramos a FOROLAC (que) es un foro de inversión, de ahorro y crédito de América Latina y más del sector rural. (Sin embargo) de todo esto como que te vuelves muy pragmático, muy con su beneficio no económico sino social” (Entrevista a Castillo: 2009)

Resumiendo, es posible señalar que la URAC -sin dejar de contar con una presencia nacional en la red de organizaciones campesinas de tipo financiero educativo-, ha logrado una gran capacidad movilizadora que trasciende lo local –las comunidades- e involucra a la población campesina en el ámbito regional –cinco municipios-, en énfasis local-regional. La escala internacional, por ello, no ha sido una apuesta central de la organización. El caso de la COOPAN-MST: “Defendemos, como una respuesta a la crisis, el fortalecimiento de la estrategia de integración regional (latinoamericana)”.

La COOPAN es una cooperativa que expresa con nitidez las apuestas del MST en torno a los procesos de glocalización. Parte, en primer lugar, de la acción colectiva de campamento mediante la toma de tierras, para lograr posteriormente el asentamiento en Capela -municipio de Novo Santa Rita, Río Grande do Sul- y su consiguiente 145

Más allá de los donativos recibidos para el proyecto por parte de la OEA, la Inter American Foundation, los jóvenes cooperantes voluntarios australianos o la Fundación Ford, no se tiene relación, por ejemplo, con una de las más importantes iniciativas globales del movimiento campesino como lo es “La Vía Campesina”, movimiento internacional de campesinos y campesinas, pequeños y medianos productores, mujeres rurales, indígenas, gente sin tierra, jóvenes rurales y trabajadores agrícolas que agrupa organizaciones de 56 países que luchan desde 1993 a favor de un modelo de desarrollo postcapitalista.

232

apropiación146. Se trata, por tanto, de una típica medida localizadora. En el Mapa N° 8.2 (anexos) se puede observar la geografía de los movimientos socio-territoriales de los asentamientos del MST a nivel municipal en todo Brasil, pero con una marcada presencia en el sur.

Sin embargo, la estrategia socioeconómica de la COOPAN no se ha agotado en la escala local, dado que ha logrado impulsar una serie de medidas de comercialización regional alternativa en el conurbano de Porto Alegre, como es su presencia en la Loja da Reforma Agraria. Su vínculo con la COCEARGS y el MST de Río Grande es parte de esta regionalización.

La participación de la COOPAN en el MST es parte de su esfuerzo de nacionalización. De ahí que la cooperativa colabore económicamente con el pago de salarios de varios de sus compañeros destacados en diversos frentes del MST, tanto regional –en Porto Alegrecomo nacional – en Brasilia-: “Son tres compañeros de aquí, de la cooperativa que son liberados de aquí para trabajar, militar fuera (…) Ganan lo mismo, con todos los derechos, la misma cosa que si estuviesen aquí dentro (…) El Movimiento no consigue sustentarlos. No tienen donde sustentarse y hoy la cooperativa tiene”. (Reni)

Si bien Zander Navarro (2005b: 279) cuestiona la falta de compromiso del MST para establecer alianzas políticas con otras organizaciones del campo brasileño y, por el contrario, sus intentos por combatirlas o dominarlas, diversos testimonios dan cuenta de la participación del MST en iniciativas articuladoras de las luchas del movimiento social rural brasileño. Entre dichas iniciativas es posible citar su participación en los siguientes eventos unitarios realizados en la década reciente: el Foro Nacional por la Reforma Agraria y Justicia en el Campo (Brasilia 2003) 147 - cuyo resultado final fue la “Carta de la

146

El campamento del MST duró cuatro años y medio y pasó de Bajé a Palmeiras para quedar finalmente en Capela, destino final del asentamiento. 147 Plataforma política que unificó a todas las fuerzas sociales del campo brasileño en torno a un programa de cambios en el medio rural cuyos ejes centrales fueron la Reforma Agraria y la Agricultura Familiar. En este Foro participaron, además del MST, las principales organizaciones campesinas brasileñas, así como diversas iglesias, redes y centros de apoyo al campesinado (Stédile, 2005: 233-236).

233

Tierra”- y la 8ª Jornada de Agroecología (Paraná 2009)148. También destaca su participación en “El grito de los excluidos”, iniciativa promovida por la iglesia católica149.

Y, a través de su historia, el MST se ha insertado en un proceso de glocalización creciente, en la medida que ha sabido combinar apropiadamente la lucha local a través de sus campamentos y asentamientos - como es el caso de la COOPAN en Capela- con la lucha regional y nacional estableciendo relaciones y múltiples alianzas con los sectores progresistas de las iglesias católica y luterana a través de la Comisión de Pastoral de la Tierra; con los movimientos sociales populares del campo y las ciudades; con los sindicatos rurales, de industria y de comercio y las centrales sindicales progresistas; con fracciones medias urbanas y rurales; con sectores progresistas de las universidades, centros de investigación y organizaciones no gubernamentales, tanto del país como extranjeras; con comités de solidaridad con el MST de 12 países de Europa, además de Global Exchange en los Estados Unidos y diversos grupos sociales en Canadá; con la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones Campesinas –CLOC- y Vía Campesina en América Latina y a nivel global (Martins, de Carvalho, 2005: 237-238).

Pero el MST también se inscribe en un movimiento que apuesta al fortalecimiento de las relaciones regionales latinoamericanas: “Defendemos, como una respuesta a la crisis, el fortalecimiento de la estrategia de integración regional que se materializa a partir de los mecanismos como: MERCOSUR, UNASUL y ALBA (…) Defendemos la consolidación lo más rápido posible del Banco del Sur” (MST, 2010: 46).

148

La Jornada de Agroecología es una articulación de diversos movimientos sociales y organizaciones de la agricultura familiar campesina, organizaciones de la sociedad civil del campo popular, técnico y académico y se inscribe en el gran movimiento de los pueblos, las luchas contra la mercantilización de la vida, comprometiéndose a construir una nueva sociedad sostenible capaz de satisfacer sus necesidades básicas y garantizar los derechos de las generaciones futuras (Vía Campesina, 2009). 149 Surgido en 1991, a raíz del centenario de la de la Encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII, suscitó una amplia articulación de las Pastorales Sociales y de los movimientos sociales, en especial con el Movimiento Sin Tierra, Central de los Movimientos Populares, Central Única de los Trabajadores, Movimiento de Pequeños Agricultores, entre otros. El Grito de los Excluidos es una gran manifestación popular de alerta y de denuncia de las desigualdades sociales, de la concentración de la renta y la riqueza, de las políticas de privatización de los servicios públicos y de los programas de ajuste estructural impuestos por el FMI, el BM y la OMC. Celebrado año con año el 12 de octubre, este movimiento se ha extendido a varios países latinoamericanos y caribeños y en la actualidad más de 23 países participan en el proceso (Molina Monteagudo, 2004).

234

Una de las expresiones más simbólicas de la izquierda global, el Foro Social Mundial, es actualmente cuestionada por el MST. Si bien en sus orígenes el MST lo veía con simpatía, para el MST el Foro no se constituye ya en un espacio social activo que pueda cambiar el mundo, sino tan sólo en Foro de debate y reflexión.

Así, la COOPAN-MST se ha insertado desde hace tiempo en un franco proceso de glocalización: lo local, con su asentamiento e instalaciones productivas es fundamental como producción y reproducción de su vida, pero también las luchas nacionales – alianzas, encuentros, foros, movilizaciones- y sus vínculos con organizaciones campesinas de otros regiones y países, les permiten apoyar-se en el movimiento campesino global. Las organizaciones indígenas: ¿Se están glocalizando las economías indígenas comunitarias?

En una respuesta notoria a las dinámicas de exclusión y negación de su existencia impulsadas por diversos actores, las nuevas luchas indígenas de este siglo aportan elementos valiosos para comprender la manera como las organizaciones de los pueblos originarios son capaces de combinar procesos de re-territorialización en sus diversas escalas como parte de sus estrategias para una existencia digna. La UCIRI y la APG son analizadas con este propósito en el presente capítulo. El caso de la UCIRI: “Queremos crear una globalización desde abajo, donde los productores sí estén incluidos en el mercado”.

El istmo de Tehuantepec, en México, es la región más estrecha de tierra del país y comprende 300 kilómetros de extensión entre el Golfo de México y el Océano Pacífico en los estados de Oaxaca y Veracruz. Se trata de una región que posee numerosas riquezas naturales: agua, bosques, selvas y costas que contienen petróleo, minerales, maderas preciosas, plantas y animales cuya riqueza biótica es pretendida por la industria biotecnológica y farmacéutica. Esta región es parte del “Plan Puebla Panamá” (PPP) que tiene como horizonte la integración globalizadora neoliberal del istmo mesoamericano, al

235

cual pertenece el istmo de Tehuantepec150.El istmo de Tehuantepec se ubica, por otra parte, en el estado mexicano de mayor diversidad cultural y natural, dado que Oaxaca cuenta todavía con 16 grupos etnolingüísticos, es altamente expulsor de población, la agricultura sigue manteniendo una estrecha relación sociedad-naturaleza en las que las necesidades concretas de su población son satisfechas por ella” (Esteva, 2006: 109).

Frente a la tendencia globalizadora neoliberal, nuevas resistencias aparecen en el istmo. En este contexto y desde una lógica nítidamente localizadora, se ubican las comunidades indígenas pertenecientes a la UCIRI en donde se han impulsado los diversos proyectos de la organización. Se trata de comunidades zapotecas, mixtecas, mixes, chontales, chatinos ubicados en esta región istmeña. La UCIRI ha realizado un enorme esfuerzo por sumar comunidades y municipios desde una propuesta de regionalización desde la perspectiva indígena. Para 2009, con más de 60 comunidades que pertenecen a 20 municipios de la parte baja de la Sierra Juárez del Istmo, la UCIRI ha llevado adelante su proyecto original -constituirse como una organización de comunidades indígenas de carácter regional-, es decir, aquél que le dio nombre a su organización: Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo. Sin embargo, desde la perspectiva de los procesos de localización, se trata de municipios que se rigen bajo la ley de usos y costumbres propia de la Constitución oaxaqueña y la Ley de Derechos de los Pueblos y Comunidades Indígenas del estado de Oaxaca151. Conviven localmente, así, tres tipos de institucionalidades indígenas: las propias comunidades, los municipios y la organización social de la UCIRI. Bajo sus usos y costumbres, las asambleas comunitarias logran ponerse de acuerdo para arribar a la toma de decisiones colectivas y, de manera paralela, se realizan las asambleas comunitarias de la UCIRI. Entre ambas dinámicas, al parecer no han existido mayores conflictos: 150

El PPP incluye, además de la vía férrea y la autopista, la instalación de un corredor industrial de maquiladoras, la construcción del aeropuerto internacional del istmo en Ixtepec, la integración de la región en el aspecto energético, proyectos pesqueros -instalación de plantas camaronícolas-, la ampliación de la carretera trans-ístmica de dos carriles a ocho como autopista de cuota- con el desplazamiento de poblaciones asentadas a lo largo del camino- y un corredor de maquiladoras a lo largo de ella. Todo ello se proyecta en una región pluriétnica y biodiversa (las reservas ecológicas de los Chimalapas y los Tuxtlas). 151 En 1995, la legislatura local reformó el Código de Instituciones Políticas y Procedimientos Electorales de Oaxaca (CIPPEO) que en cinco artículos reconoció la existencia del sistema normativo indígena para la renovación de autoridades municipales en los municipios con población indígena, bajo la denominación de USOS Y COSTUMBRES. El 19 de junio de 1998 se publicó en el Periódico Oficial del Estado de Oaxaca el decreto 226 que crea la Ley de Derechos de los Pueblos y Comunidades Indígenas para el Estado de Oaxaca, como una ley reglamentaria del artículo 16 de la constitución local.

236

“Al lado de la organización que la UCIRI ha desarrollado a lo largo de su historia de 25 años, existe la organización de los Bienes Comunales y del Municipio Autónomo según la ley de usos y costumbres, acreditada por la Constitución del estado de Oaxaca. Mantener y desarrollar en estos municipios formas de buen gobierno, donde no haya discriminación de género, donde haya cuidado del medio ambiente, donde se haga un gobierno transparente y democrático, es un objetivo y una tarea constante de UCIRI. Este camino queda para caminar y nunca se acaba” (Vanderhoff, 2005: 83)

Ejemplos de ello son las donaciones de terrenos que la UCIRI ha obtenido gracias a disposiciones municipales: por un lado, el terreno de su sede en la comunidad de Lachivizá –agencia municipal- donado por el municipio indígena de Santa María Guienagati pero, también, el terreno de 6 hectáreas para el Centro de Educación Campesina en la Comunidad de San José el Paraíso. Saúl Echeverría cuenta esta historia: “(…) cuando se empezaba aquí con las primeras piedras que se pusieron (las instalaciones en Lachivizá), éramos socios de la estructura. Entonces hicimos casas de material de adobe, de barro. Entonces, toda la gente se nos unió: fueron dos municipios, primero, creo, era Guevea y Lachiguiri, (que) se unieron a través de unos misioneros, por ahí en el 80 (1980). Se presentaron a la asamblea general del pueblo y se solicitaron unos terrenos, y gracias a Guienagati nos dio el terreno, que es éste, para instalar la sede de la UCIRI” (Saúl E.)

Por otra parte, la estrategia de la UCIRI no se ha agotado en el fortalecimiento de sus comunidades y municipios, como tampoco en la escala regional. Con una visión más amplia, los esfuerzos de la UCIRI han alcanzado las escalas estatal, nacional y global. Este proceso glocalizador de la UCIRI conlleva una actividad promotora permanente –en su calidad de socia o miembro- de organizaciones solidarias de diversos tipos, no sólo estrictamente de tipo indígena, sino de carácter inter étnico en sentido amplio. Entre ellas destacan, a nivel estatal, la constitución de CEPCO, y a nivel nacional, la CNOC, CERTIMEX, Comercio Justo México, AGROMERCADOS, SERJUSTO, entre otras. 237

Asimismo, la red de organizaciones globales con que la UCIRI ha establecido convenios de Comercio Justo es muy grande, llegando a comercializar por esta vía durante su historia a más de 30 organizaciones solidarias de 15 países del norte de América, Japón y Europa (ver Anexo 1). Saúl Echeverría lo confirma con orgullo: “(…) puedo decir que la UCIRI es la organización fundadora del comercio (justo) (…) Claro, Franz es el fundador, fue (también) de CERTIMEX. Él es el que estuvo motivando a las demás organizaciones para llevar el café a Europa” (Saúl E.)

En conclusión, podemos afirmar que si alguna organización indígena mexicana ha logrado insertarse de manera exitosa en los procesos de glocalización alternativa, es la UCIRI. Su combinación integral de estrategias familiares y comunitarias le han permitido contar con una membrecía local de miles de indígenas en decenas de comunidades y municipios del Istmo oaxaqueño. Pero este crecimiento social en la escala local-regional no habría sido posible sin una inserción audaz en la escala nacional-global a través de la generación de múltiples organizaciones sociales y socio-empresariales y en los circuitos de Comercio Justo. El caso de la APG: “Tenemos que estar en una prefectura para que nos den esa partecita que nos corresponde en el tema de hidrocarburos”.

La municipalidad de Charagua, del tamaño de Irlanda, se encuentra al sur del río Grande a una altura promedio de 735 msnm y tiene una extensión territorial de 74,424 km2. Se trata, entonces, del municipio más grande del país y cuenta con cuatro Distritos Municipales: Charagua Norte, Parapitiguasu e Isoso, con 81 comunidades indígenas guaraníes, y el Distrito Centro, con población urbana de Charagua pueblo, Estación y Colonias menonitas. El municipio cuenta, además, con un área natural protegida -el Parque Kaaiya- que con 3,448 millones de hectáreas es un espacio natural para la conservación de la flora y fauna del ecosistema Chaqueño. Según el PDM (2003-2007), la población total del municipio alcanzaba a 20,556 habitantes, de los cuales 13,731 eran guaraníes (67%) y los restantes 6,825 (33%) correspondían a población urbana (14%), menonitas (10%) y quechuas y aymaras (7%). Los idiomas que se hablan son: guaraní, castellano, quechua, aymara y alemán antiguo.

238

Charagua es también uno de los primeros municipios de Bolivia en donde la población indígena logró sus primeras victorias electorales municipales. Así, por ejemplo, en las elecciones municipales del 2004 se presentaron a la contienda a nivel nacional 68 pueblos indígenas como organización política, de los cuales en cuatro departamentos tomaron el poder de 18 alcaldías, entre ellas Charagua (Santa Cruz) con la APG Charagua y otras alianzas152. En este proceso de localización política, el nuevo protagonismo municipal de los pueblos indígenas a través de sus organizaciones ha permitido que sus propuestas se plasmen en los planes y programas de los gobiernos municipales y departamentales, entre los cuales están el apoyo a la producción agropecuaria, la infraestructura de riego, la promoción de ferias culturales y el mejoramiento de caminos. Ello significa que los guaraníes han buscado también impactar en el proceso de localización económica, conforme los proyectos productivos realizados desde hace años, y el proceso de localización social, dada la lucha y apropiación de su tierra consolidada hasta ahora. Estas diversas localizaciones ya han sido analizadas en sus respectivas dimensiones en este trabajo.

Llegado el año 2009, el nuevo paso a dar por la APG Charagua era la no fácil tarea de conversión del municipio en autonomía indígena. Las cuatro organizaciones guaraníes locales -Charagua Norte, Parapitiguasu, Alto Isoso y Bajo Isoso (ver Mapas N° 8.3, 8.4, 8.5 y 8.5.b en anexos)-, el 31 de julio tomaron la decisión conjunta de ir al referéndum autonómico el 6 de diciembre. No sin problemas de tiempo y convocatoria para cumplir con los requisitos de ley, la APG de Charagua logró finalmente el triunfo con el SÍ153. Marcelo Alberto, de CIPCA, explica la decisión de participar en esta conversión de municipio a autonomía y no por la vía de los TCO´s -lo cual los habría desarticulado en cuatro autonomías guaraníes, una por cada TCO existente en Charagua-:

152

Bajo la sigla APG, Charagua Norte logró dos Concejales y a través de alianzas con otras organizaciones políticas logra la alcaldía con su candidato Claudio López, representante guaraní de la capitanía de Parapitiguasu. Los guaraníes están organizados en cuatro capitanías: Charagua Norte, Parapitiguasu e Isoso Alto y Bajo. 153 La participación fue masiva -con participación del 94% del padrón electoral biométrico- y la opción por el Sí obtuvo 3.817 votos que representa el 56% (Puerta y Arandia, 2010). El reto ahora, para la nueva autonomía indígena en Charagua, es lograr un estatuto que permita la integración, participación e inclusión de todos los actores sociales, económicos y políticos locales del municipio (Puerta y Arandia, 2010).

239

“La asamblea (guaraní) decidió la primera vía: velando por la unidad y el territorio de Charagua. El guaraní no es cerrado (…) (además) mayores recursos van a llegar directamente. También otro tema que les interesó”. (Marcelo A.)

La autonomía guaraní en Charagua tiene ese otro aspecto señalado por Marcelo Alberto, el de los recursos energéticos que le corresponden al gobierno local y no sólo al gobierno central. Y Charagua es uno de los municipios de Bolivia que mayor extracción de gas está generando: “Charagua ahorita es uno de los centros principales (…) está brindando mayor gas y en este proceso de autonomía qué mejor que como municipio, o como región, o como zona, o como autonomía (…) todas las vías son el tema de hidrocarburos y tenemos que estar en una prefectura para que nos den esa partecita que nos corresponde en el tema de hidrocarburos” (Marcelo A.)

Pero, antes incluso de la lucha guaraní por la localización en todas sus formas, los guaraníes emprendieron la batalla por su reconocimiento como etnia, por su derecho a existir, y eso tuvo que ver necesariamente con la regionalización de su lucha. La APG es resultado, entonces, del esfuerzo de articulación de las comunidades guaraníes a partir de la estrategia del PISET impulsada por CIPCA a mediados de los ochentas154. Esta regionalización guaraní consiste en la presencia territorial que abarca 25 capitanías distribuidas en los tres departamentos de Bolivia en que vive este pueblo indígena: Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija 155. En Santa Cruz han tenido que resistir activamente a la oposición del poder económico y político departamental, en buena medida representado por el Comité Cívico: “Aquí en Santa Cruz los han copado los de diferente poder económico, en concreto los terratenientes (...) Pero no es de individuos, de ciudadanos, es de identidades: la Cámara agropecuaria de Oriente, la Federación de Ganaderos de

154

Se refiere a la estrategia de “Producción, Infraestructura, Salud, Educación, Tierra-Territorio”. Durante los años 1986 y principios de 1987 se realizaron una serie de reuniones a nivel de las comunidades- capitanías por medio de grupos de trabajo que tenían el fin de consultar la posibilidad de crear una organización de representación del Pueblo Guaraní. Así, el 7 de febrero de 1987, en el centro Arakuarenda –Piedritas -la escuela para la formación de dirigentes indígenas creada por los jesuitas- nace la Asamblea del Pueblo Guaraní de Bolivia –APG- como organización representativa del pueblo guaraní. 155

240

Santa Cruz, la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz, el Comité Cívico Femenino, una serie de identidades afines al poder económico”. (Mauricio B.)

Pero la lucha de las comunidades guaraníes, y su articulación organizativa, no se agota en lo local ni regional. En un proceso de nacionalización de sus demandas y reivindicaciones, sus alianzas y vinculaciones orgánicas incluyen a la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), antes Central Indígena del Oriente Boliviano, cuyo lema es: “Bolivia, nunca más sin los pueblos indígenas”156. Por otra parte, una de las actividades nacionales de la APG que tuvo enorme trascendencia se refiera a su participación en la Asamblea Constituyente. Junto con la masiva y activa participación de campesinos, indígenas y sectores populares urbanos, la población guaraní logró tener un espacio de representación en la constituyente al resultar elegido un guaraní de Parapitiguasu no sólo con la votación de los guaraníes, sino también de otros sectores de la circunscripción uninominal. Sobre el gobierno de Evo Morales, Marcelo Alberto opina que ha empoderado aún más a los guaraníes: “Es un proceso de cambio, un proceso que ha ayudado y ha aportado a la sociedad, que los individuos más sencillos tengan la idea en su cabeza de que pueden sostener. Entonces, el proceso aquí en Charagua de cualquier casa tiene la idea de que puede ser aprobado, es decir, ya no hay ese guaraní humilde, siempre sometido (…)”. (Marcelo A.)

Finalmente, desde una visión globalizadora de su lucha y por tanto más allá de las fronteras nacionales, la APG ha tenido una activa participación en los Encuentros Trinacionales de los Pueblos y Comunidades Indígenas del Chaco Sudamericano realizados en 2000 en Tarija -el Primer Encuentro- y en Mariscal, Paraguay, en 2001, el Segundo Encuentro. Asimismo, la APG participó en la Segunda Cumbre Continental de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas de Abya Yala, desarrollada en Quito-Ecuador en 2004.

156

Esta organización representa a los 34 pueblos indígenas de Bolivia y en 1982 año nació como central de pueblos y comunidades indígenas del Oriente Boliviano (Chiquitanos, Ayoreos, Guarayos, Guaraníes). Su misión era defender los derechos de los pueblos indígenas de las Tierras Bajas de Bolivia a través de la representación ante instancias públicas y o privadas, y del fortalecimiento de sus organizaciones representativas en la búsqueda de su efectiva incorporación y participación en decisiones políticas, sociales, económicas y culturales del País, en los ámbitos del desarrollo local, regional, nacional e internacional.

241

Podemos afirmar, en síntesis, que la APG ha vivido con intensidad un proceso de glocalización que ha llevado a los guaraníes a privilegiar cierta escala territorial en su lucha de acuerdo a la coyuntura: regional, al inicio de su rescate como etnia y con el surgimiento de la APG; local, con la recuperación de sus tierras y la promoción del PISET; nacional, con la participación en organizaciones indígenas y en la Asamblea Constituyente; global, desde la articulación guaraní con los pueblos asentados en Argentina, Paraguay y Brasil; nuevamente local con la lucha por la autonomía indígena en Charagua y su derecho a los recursos energéticos. Se trata de una estrategia inteligente, ágil, consistente, empoderada, de su gestión del territorio desde su ser indígena. Análisis comparado general de la glocalización.

Las experiencias de las empresas recuperadas analizadas en este estudio nos remiten a una lucha que se da no sólo en diversos planos de la realidad sino también en sus diversas escalas territoriales. En el caso de TRADOC vimos como su resistencia fue local –cuidando las instalaciones y generando alianzas con las familias y la comunidad- pero al mismo

tiempo

nacional

e

internacional

–estableciendo

alianzas

proletarias

internacionalistas- y en eso estuvo su éxito, mientras que la UST resistió principalmente en la escala local y con el apoyo de su barrio.

Ya con las empresas recuperadas y en calidad de cooperativistas, la internacionalización de TRADOC se transforma en transnacionalización socio-empresarial –con sus alianzas económicas en la cadena llantera- y la UST se nacionaliza e internacionaliza –con sus alianzas políticas- como trabajadores autogestivos en una lucha por los derechos sociales.

Frente a los procesos de glocalización de empresas recuperadas, las estrategias territoriales de las organizaciones campesinas analizadas tienen mayores pretensiones regionales. Las principales estrategias territoriales de la URAC se han fincado en los procesos de localización comunitaria (69 comunidades), en su apuesta por la regionalización organizativa y financiera (cinco municipios) y la participación en redes nacionales de finanzas campesinas con prácticas educativas (prioritariamente la Colmena Milenaria). Asimismo, la inserción en procesos de globalización alternativa, más allá de su 242

participación en FOROLAC, no han sido una prioridad para ellas. Al mismo tiempo se advierte una clara tendencia a no participar en las acciones colectivas del movimiento campesino mexicano y transnacional. Por su parte, la COOPAN –gracias a su vínculo de origen con el MST- se encuentra en inserta en un proceso más claro de glocalización, con un fuerte énfasis en lo local –con su asentamiento y proyectos productivos en Capela- y nacional – a través de las luchas del MST por la reforma agraria y la soberanía alimentaria-.

Por su parte, para las organizaciones indígenas, se puede afirmar que tanto la UCIRI como la APG son organizaciones insertas plenamente en el fortalecimiento de dinámicas glocalizadoras alternativas en tanto combinan procesos de localización, regionalización, nacionalización y globalización. La diferencia entre ambas estriba en que mientras la UCIRI prioriza hacerlo para y desde la construcción de una economía alternativa, la APG tiene un sesgo principalmente político dado que la relación tierra-territorio-reconocimiento son su clave en la acción colectiva para la gestión del territorio.

Mientras la UCIRI combina de manera simultánea un conjunto de esfuerzos novedosos de re-territorialización

como

una

organización

pluriétnica

fuertemente

localizada,

regionalizada y globalizada desde abajo, es decir, desde la realidad indígena del istmo oaxaqueño y sus vínculos inter étnicos con diversos actores en las múltiples escalas territoriales157, la APG realiza su re-territorialización como una glocalización que parte de una realidad local y regional centrada en su reconstitución como etnia pero abierta a otros actores sociales. Así, es posible advertir que la respuesta al proceso de “glocalización dominante actual” también tiene sus coincidencias y diferencias entre las seis organizaciones. El análisis anterior nos indica que la UCIRI, la APG, la UST y la COOPAN se encuentran insertas en la búsqueda activa de una glocalización contra-hegemónica, en una especie de reterritorialización alternativa:

157

La UCIRI ha sido una activa promotora –en su calidad de socia o miembro- de organizaciones solidarias de diversos tipos, no sólo estrictamente de tipo indígena, sino de carácter inter étnico en sentido amplio. Entre ellas destacan, a nivel estatal, la constitución de CEPCO, y a nivel nacional, la CNOC, CERTIMEX, Comercio Justo México, Agromercados, SERJUSTO, entre otras. Asimismo, la red de organizaciones globales con que la UCIRI ha establecido convenios de Comercio Justo es muy grande, llegando a comercializar por esta vía durante su historia a más de 30 organizaciones solidarias de 15 países del norte de América, Japón y Europa.

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la UCIRI, desde una glocalización principalmente económica, en contra de las grandes transnacionales y comercializadoras de café y a favor del Comercio Justo; la APG, desde una glocalización más política, buscando incidir en su consolidación territorial y su autonomía indígena; la UST, complementando el desarrollo local barrial con la incidencia política en la ANTA en busca del reconocimiento del trabajador autogestionado como sujeto de derechos; la COOPAN-MST, construyendo localmente una economía campesina colectiva y luchando nacionalmente por una reforma agraria a fondo.

Por su parte, tanto la URAC como TRADOC no se encuentran insertas en un proceso de cuestionamiento radical contra la glocalización dominante. La URAC poco ha aspirado a incidir en una globalización contra-hegemónica, pero sí ha buscado impactar en una localización-regionalización alternativa. Por su parte, el caso de TRADOC resulta ambiguo dado que su militancia no es en la economía solidaria sino en las luchas obreras por el socialismo. Si bien su lucha y resistencia contra la empresa Continental les llevó a una serie de alianzas internacionalistas contrarias a la glocalización híper explotadora de las transnacionales, en su nueva fase como cooperativistas las exigencias del mercado los ha llevado a una sociedad con la novena empresa mundial en la producción de llantas, pero dentro de un esquema asociativo equitativo y sin renunciar a su condición de cooperativa.

244

Capítulo 9. Hacia un mejor medio ambiente en la ECOSOL: sustentabilizando la economía solidaria, economizando solidariamente el medio ambiente. Cada día existe mayor conciencia en el mundo que estamos viviendo un cambio climático y que éste es provocado por las actividades antropomórficas. Entre ellas se pueden destacar no sólo la contaminación resultante del uso del transporte moderno o las actividades industriales sino, también, y en buena medida, por las actividades agropecuarias intensivas en el uso de energía. Las prácticas de economía solidaria normalmente muestran cierta preocupación por el medio ambiente, por lo menos discursivamente. La emergencia de estas prácticas debería poner su acento en la sustentabilidad ecológica y sus impactos efectivos en el medio ambiente. Ello no sólo es necesario para asegurar la sobrevivencia de las generaciones futuras, sino que se convierten en una exigencia de vida saludable y con dignidad para las actuales generaciones. Sin ser perfectas, los casos de las organizaciones solidarias de TRADOC, UST, URAC, COOPAN-MST, UCIRI y APG Charagua contienen lecciones ecológicas que aportan a otros actores a partir de sus prácticas socio-económicas. Las empresas recuperadas por trabajadores: ¿sustentabilización hacia dentro y despreocupación hacia afuera?

Aunque no siempre ha sucedido así, se puede afirmar en general que las comunidades campesinas e indígenas parten de una cultura y una historia de cierto cuidado del medio ambiente lo cual, para las empresas industriales o productoras de servicios ubicadas en los centros urbanos y ciudades no resulta tan cierto. Sin embargo, las empresas recuperadas por los trabajadores forman parte de una historia reciente que tiende a sensibilizar a sus socios sobre la necesidad de la sustentabilidad de sus prácticas socioeconómicas. Los casos de TRADOC y la UST nos permiten acercarnos a esta perspectiva. El caso de TRADOC: “Es una obligación de la cooperativa, no es sólo generar riqueza, es cuidar el entorno ecológico”.

La planta de TRADOC y Corporación de Occidente (COOCSA) se encuentra ubicada en el municipio de El Salto que, con 111,436 habitantes, se encuentra ubicado a 25 de la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Sus principales ramas de actividad son la industria hulera, 245

alimenticia, petroquímica, acero, textil y de la construcción que se encuentran ubicadas en el "Corredor Industrial del Salto". Este municipio forma parte de la cuenca del Ahogado, donde se ubican la planta de Corporación de Occidente y una gran cantidad de empresas medianas y grandes, tanto de origen nacional como transnacional, y se integra al más amplio corredor industrial de Guadalajara-El Salto-Ocotlán158. Sin embargo, la cuenca de El Ahogado, por donde pasa el Río Santiago, se encuentra en una situación de grave emergencia ambiental desde hace años159. En el Mapa 9.1 (anexos) se pueden apreciar los diversos focos de contaminación presentes en el corredor industrial.

En este contexto ambiental, la actual planta de TRADOC y Corporación de Occidente fue una de las primeras empresas instaladas en el municipio, en 1970. Sin embargo, al parecer, todo apunta a que las prácticas anteriores, tanto de Euzkadi como de Continental, se mantienen respetuosas del medio ambiente. De hecho, la planta actual utiliza energías limpias respecto a dos problemas graves de contaminación en la región: cero emisiones a la atmósfera y cero emisiones de aguas industriales al arroyo del Ahogado que colinda con el terreno de la planta, cuestión que no respetan otras industrias160: “(…) mal haríamos contribuyendo a la contaminación del entorno natural en perjuicio de la salud de ellos mismos y sus familias (…) la cooperativa hoy se 158

En 1970 se instalan las primeras ocho empresas transnacionales y, apenas un año después, el Río Santiago se envenena por primera vez ocasionando la muerte de miles de peces. Para 1980 se instalan en el corredor más de cuarenta fábricas sin regulación ambiental, situación que se multiplica hacia 1990 cuando el municipio cuenta ya con más de cien nuevas empresas localizadas entre casas y granjas. Para la década de 2000 son ya más de 150 empresas. 159 A principios de 2009 la Cámara de Senadores toma un punto de acuerdo para que el Poder Ejecutivo Federal declare la emergencia ambiental en la cuenca al mismo tiempo que la Comisión Estatal de Derechos Humanos emite una recomendación múltiple (popularmente conocida como macro recomendación) dirigida a autoridades de diversos municipios, gobierno del Estado de Jalisco, empresas industriales contaminantes y productores pecuarios de ganado porcino asentados en la cuenca y causantes de la grave contaminación de acuíferos y suelos. Ya en el año 2000 la población había realizado las primeras denuncias ante diversas autoridades por la contaminación ambiental pero, sin obtener soluciones gubernamentales, en el año 2004 diversos organismos civiles presentan el caso ante la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte del TLCAN y en el 2006 el visitador de derechos humanos del estado levanta la denuncia y se traslada a la Comisión Nacional de Derechos Humanos. En 2007 se presenta el caso del Río Santiago en el Tribunal Latinoamericano del Agua, organismo ciudadano que analiza el caso y decreta la exigencia de una serie de acciones a emprender por parte de las empresas y autoridades mexicanas. 160 Las aguas residuales de la fábrica son sometidas a un proceso de tratamiento en una planta propia de la empresa y reutilizadas para la producción de vapor y agua para enfriamiento, así como para el riego de las áreas verdes. Para la verificación del cumplimiento de ambos procesos se realizan inspecciones anuales y monitoreos ambientales por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA).

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preocupa mucho más por el entorno, porque además es una obligación de la cooperativa, no es sólo generar riqueza, es cuidar el entorno ecológico (que se encuentra) súper contaminado por otras empresas químicas como Penwaltt, Quimikao, Impetemex” (Jesús T.)

Otra de las acciones recientes de la empresa social a favor del medio ambiente se refiere al cambio de transformadores eléctricos, los cuales se encontraban contaminados en sus aceites después de más de 35 de operación, con lo cual la planta cumple con la norma (NOM-133-2000) contenida en el Protocolo de Kyoto y del que México es firmante (Martínez Barba: 2009).

TRADOC cuestiona, además, la política de vivienda impulsada por el municipio de El Salto, dado que fraccionamientos se autorizan al lado de las grandes industrias: “Por esta cuestión tan estúpida, anárquica, de los ayuntamientos, de business (…) están dando permisos a un kilómetro de las fábricas (construcción de fraccionamientos) (…) pero hay fábricas donde su pared pega con los fraccionamientos ¡Es una estupidez esto!” (Jesús T.)

Otras de las vertientes de respeto ambiental se refieren a las llantas mismas, tanto en el uso de las materias primas para producirlas como en su destino final, una vez utilizadas. En ambos casos, la empresa está lejos de poder incidir ambientalmente mediante políticas sustentables, ya en la compra de materias primas -particularmente en la producción del caucho y el látex que ha convertido los bosques naturales en plantaciones y generando con ello una enorme pérdida de la biodiversidad de los ecosistemas 161-, o en el reciclado de las llantas usadas, las cuales son altamente contaminantes -México desecha anualmente cerca de 25 millones de llantas y Estados Unidos 280 millones- lo que convierte este problema en un peligro ambiental y contra la salud de la población.

161

Desde hace tres décadas la principal estrategia para la producción de caucho han sido las plantaciones forestales, las que para la FAO son consideradas como “bosques”, las cuales han ocasionado la destrucción de bosques naturales tropicales en diversas regiones del mundo, rompiendo con los equilibrios ecológicos y la biodiversidad, la relación estrecha de las poblaciones con la naturaleza, además de la explotación de los trabajadores caucheros. Ejemplos de ellos se dan tanto en África (Liberia, Nigeria, Camerún) donde la Michelin y Firestone tienen plantaciones de miles de hectáreas, como en la India (plantaciones con el apoyo del Banco Mundial), América Latina y en el sureste asiático.

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Los ejemplos anteriores nos indican que la cadena productiva de producción de llantas está fuertemente vinculada a graves problemas ambientales con poderosos intereses económicos de carácter local y global en numerosos países, lo que confiere a TRADOC, como empresa solidaria cooperativa, un mínimo margen de maniobra para poder afectar positiva y sustentablemente otros eslabones de dicha cadena. El caso de la UST: “Estamos trabajando ahora con un proyecto agroecológico”.

El relleno sanitario del conurbano de Buenos Aires contiene, en sí mismo, un problema ambiental con diversas aristas, dado que los rellenos sanitarios deben cumplir con ciertas normas ecológicas y para ellos es necesario adoptar prácticas ambientalistas. En el Mapa N° 9.2 (anexos) se puede observar el polígono del relleno en los municipios de Avellaneda y Quilmes. En el fondo, más allá de los límites y riesgos que entrañan los rellenos sanitarios, algunos ambientalistas sostienen que una política en Residuos Sólidos Urbanos (RSU) debería ir más allá de la simple eliminación o el aprovechamiento por métodos seguros de los desechos producidos y procurar resolver la causa fundamental del problema, intentando cambiar las pautas no sostenibles de producción y consumo. Ello entraña la aplicación del concepto de gestión integrada del ciclo vital que representa una oportunidad única de conciliar el desarrollo con la protección del ambiente (Iribarne, s/f).

Villa Dominico es un relleno cerrado, ya no en operación desde 2004, donde la UST es responsable del mantenimiento post-cierre del relleno pero no de las consecuencias ambientales del mismo. El tratamiento de los lixiviados generados en el relleno es responsabilidad de una empresa privada y el proyecto de aprovechamiento del biogás generado, que actualmente se quema, es materia de contrato con una empresa extranjera. La UST queda fuera de estos macro-proyectos por falta de recursos, tecnología y conocimientos: “Ahora (el relleno) no está activo pero antes sí cumplía con controles de agua, con controles de gas (…) para el mantenimiento el funcionamiento si tenía el control de la empresa (privada) y hoy el control que se hace es la pérdida de lixiviados (…) Después de esta misma empresa, otra empresa que es holandesa (…) están

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haciendo un tratamiento, la están quemando y la mandan por una tubería (…)” (Mario B.)

La reforestación del relleno es parte del contrato que la UST tiene con el gobierno. Se realiza mediante variedades pequeñas de arbustos y plantines probados ante la enorme permeabilidad del suelo del relleno y su escasa retención de agua. Las plagas y el gas producido son otros de los problemas del relleno. En el fondo, lo que está en juego es el manejo ecológico adecuado de un relleno sanitario que ha perdido su biodiversidad original y cuya reforestación depende tan sólo de cuatro plantas que se adaptan exitosamente al entorno del relleno. Sin embargo, para la UST ello no implica un espacio de lucha ecológica -al menos no todavía-, sino tan sólo un espacio de trabajo que les permita mantener su fuente, crecer en el futuro a otros municipios y provincias y realizar desarrollo barrial: “(…) está trabajando en la cooperativa alrededor de 18 mil ejemplares plantados contando todo que son mínimos de arbustos y algunos plantines (…) al menos del país hay cuatro tipos de especies de combate, quiero decir que están probadas, que sí funcionan en el punto de vista del crecimiento de la planta (ya que) no es un lugar muy fácil (…) El otro problema serio tiene que ver con el gas. El gas lo que hace es que la molécula tiene el mismo tamaño del oxígeno y ocupa el mismo lugar en la raíz (…) otro (problema), como en cualquier lugar con situaciones extrañas, lo que es plagas. Hay un problema muy serio con las hormigas (…) Más que en terreno degradado tiene que ver con la pérdida de la biodiversidad porque hay tres o cuatro especies que son muy atractivas” (Javier L.)

Por diversos testimonios, pero también personalmente, pude constatar que la contaminación del Río de la Plata y sus afluentes es muy severa 162. Ello es visiblemente notorio tanto en la ciudad de Buenos Aires como en los municipios conurbados. Y esta realidad se encuentra presente territorialmente en el Centro de Disposición de Desechos 162

En agosto del año 2004, Greenpeace tomó dos muestras de líquido lixiviado emergentes del sector de Dock Sud del Centro de Disposición Final de la CEAMSE (Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado) de Villa Domínico, Avellaneda. Las muestras fueron analizadas arrojaron que algunos parámetros superan los límites permitidos para vertidos a cursos de agua. Según la CEAMSE, los lixiviados de los CDF son tratados antes de verterse. Aún cuando se tratan los lixiviados, los tóxicos identificados como el plomo, el cromo, el mercurio o los PCBs, no desaparecen con el tratamiento sino que pasan de un medio (líquido) a otro (barros) y, tarde o temprano, contaminan el suelo o las aguas.

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Sólidos de Villa Dominico, dado que su ubicación coincide con el Río de la Plata en la costa o “el Fondo” –como le llaman coloquialmente los vecinos- y con el Arroyo Sarandí, el cual lo bordea por uno de sus límites163. Qué tanto contribuye el relleno sanitario a agravar esta contaminación es un debate permanente entre ambientalistas –como Greenpeace Argentina o Ambiente Sur, en tanto organización civil local- y las empresas públicas y privadas involucradas en Villa Dominico.

Además de lo anterior, el megaproyecto de urbanización de la ribera del Río de la Plata, similar a Puerto Madero, contribuye a meter más ruido ambiental a la zona, dado que se trata de una franja importante de la selva paranaense que será impactada por lo menos en 54 has de invasión164.

Si bien la lucha por el rescate ambiental de la zona ribereña del Río de la Plata en su paso por el municipio de Avellaneda no parece ser una preocupación de los cooperativistas de la UST, por otra parte, la educación ambiental en el Bachillerato sí les resulta importante. La participación en ferias, como la Tercera Fiesta Provincial de Semillas Nativas y Criollas en la Casona del Parque Pereyra, se convierte en un espacio de aprendizaje y generación de conciencia ambiental para los habitantes de Avellaneda, particularmente de Wilde, y para 2010 será una feria nacional (Pluma Cooperativa, Año 4, N° 12, pág. 5). Asimismo, el proyecto agroecológico de la UST, a través del “Centro Educativo, Recreativo, de Producción Agroecológica y Desarrollo Sustentable” en un terreno de 6 hectáreas cercanas al relleno sanitario, pretende generar conciencia ecológica e impulsar prácticas ambientales para la producción agroecológica de alimentos sanos: “(…) Estamos conveniando con la municipalidad de Avellaneda un predio de 6 hectáreas (…) en donde tenemos un plan para desarrollar un proyecto agroecológico y recreativo también (…) vinculado a la orientación de los 163

De acuerdo con el CEAMSE, este Centro de Disposición Final o Relleno Sanitario Villa Dominico se cerró en forma definitiva el 31/01/04 y obtuvo las certificaciones "ISO 9002 - Sistema de Aseguramiento de Calidad"- e "ISO 14001 - Sistema de Gestión Ambiental". Además, CEAMSE sostiene que lleva a cabo un intensivo control ambiental, desarrollando actividades de post-clausura dentro de la técnica de ingeniería sanitaria aplicada, mediante diversos monitoreos de aguas, lixiviados, tratamiento, gases, etc. (CEAMSE, s/f). 164 Algunos estudios señalan que habrá una ocupación-destrucción de la Selva Marginal del Río de La Plata dado que el proyecto presentado por Techint plantea la elevación de la cota del suelo donde se va a asentar a +5 metros mediante rellenos o polderización.

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bachilleratos en la educación de la salud, el medio ambiente y la economía social. Estamos trabajando para articular esto del proyecto agroecológico (…) (además) en el barrio se va a construir un lugar que va a ser el Centro de Abaratamiento y vinculado con el consumo responsable” (Diego L.) Es notoria la conciencia ambiental que existe entre los cooperativistas de la UST – educación ambiental en el bachillerato, centro de recreación y producción agroecológica, centro de abaratamiento y consumo responsable, ferias ecológicas-, sin embargo, más allá de estos proyectos las luchas por un medio ambiente sano –como acciones colectivas en torno al propio relleno y la severa contaminación en los ríos de su entorno local y regional- no están presentes todavía en el escenario actual de la UST. ¿Lo estarán en el futuro?165 Las organizaciones campesinas: sustentabilizando sus prácticas productivas.

Las dinámicas de incremento de la productividad agropecuaria en el mundo -desde la perspectiva dominante de la agricultura moderna, monocultivista y no campesina- han impuesto el imperativo del consumo incremental de energía mediante formas no sustentables de producción. Destacan entre ellas el uso de fertilizantes, agroquímicos y semillas genéticamente modificadas o transgénicas.

Frente a este paradigma modernizador de la producción alimentaria, que lleva aparejada la multiplicación y el agravamiento de las crisis alimentarias, económicas, energéticas y climáticas y obligado a los agricultores de todas las regiones del mundo a adaptar sus sistemas de cultivo a los cambios cada vez más rápidos que se producen en su medio ambiente, formas alternativas de producción y consumo reivindican la necesidad de una producción ecológicamente sustentable, sana y orgánica.

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En el fondo, más allá de los límites y riesgos que entrañan los rellenos sanitarios, algunos ambientalistas sostienen que una política en Residuos Sólidos Urbanos (RSU) debería ir más allá de la simple eliminación o el aprovechamiento por métodos seguros de los desechos producidos y procurar resolver la causa fundamental del problema, intentando cambiar las pautas no sostenibles de producción y consumo. Ello entraña la aplicación del concepto de gestión integrada del ciclo vital que representa una oportunidad única de conciliar el desarrollo con la protección del ambiente (Iribarne, s/f).

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El modo de vida y producción campesino sostiene una serie de prácticas amigables con el medio ambiente -de respeto, conservación y relación cercana- que les permiten su reproducción de manera sustentable. Los casos de la URAC y la COOPAN-MST nos indican que es posible producir agroecológicamente alimentos orgánicos y sanos conservando los recursos naturales y la biodiversidad que sostienen el modo de vida de los campesinos. El caso de la URAC: “Brindamos asesorías muy específicas empujándolas hacia una cultura más orgánica”.

Diversas redes de productores en el mundo han optado por la conservación dinámica de los recursos naturales, la utilización sostenible de la biodiversidad cultivada, la perspectiva integral de los agrosistemas, la articulación productiva con los sistemas sociales y el rescate de los conocimientos tradicionales asociados, como su estrategia sustentable y centro de esta adaptación de la cual depende la alimentación de las generaciones futuras (Red de Semillas: 2009)

Para el caso de la URAC y la UDEC esta es una apuesta estratégica pero todavía muy incipiente, dado que su proyecto de agroecología se encuentra limitado a 54 productores rurales a fines del 2008. Para el impulso de este proyecto se cuenta con un técnico, quien realiza cursos de capacitación y da seguimiento a sus avances: “(…) nosotros traemos un agrónomo aquí y le toca visitar la parcela. Entonces, él va a visitar todas las parcelas de todos aquellos que estén acreditados (…) si tú tienes un crédito aquí va a ver tu parcela, va a ver cómo está, la prueba de nivel, qué tipo de semilla. (Brindamos) asesorías muy específicas empujándolas hacia una cultura más orgánica, mucha más agilización del tiempo, sobre todo, ya con eso es un cambio significativo para la gente” (Alfonso C.)

En esta perspectiva, la fertilización orgánica en la URAC ha sido una apuesta y mediante el método de comparación los socios se convencen de sus bondades:

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(…) nosotros decimos hay que meter estiércol (…) Con la comparación, ¡la diferencia (en productividad) es tremenda! Entonces hay gente que está súper contenta del estiércol y ya quiere mucho más” (Alfonso C.) Las estrategias para promover la agricultura orgánica parte del “Programa de Granos Básicos”. Mediante técnicas como labranza de conservación, curvas a nivel, barreras vivas, abonos orgánicos, rotación de cultivos y recuperación, selección y conservación de semillas criollas, así como técnicas de captación de agua y riego por goteo, los productores de granos básicos pueden mejorar sustentablemente su producción. Para ello se realizan anualmente tres reuniones de capacitación, además de las visitas programadas del agrónomo a las parcelas, intercambios de experiencias entre productores URAC y con otras organizaciones, préstamos para siembra y mejoramiento de parcelas (Cosechando N° 198, marzo 2009).

Otro proyecto alternativo que busca mejorar la alimentación sana, nutritiva y económica de los socios y socias se refiere al “Programa de producción familiar de traspatio”. El programa pretende fomentar la disponibilidad alimentaria de las familias por medio del inicio o mejoramiento de corrales de cría, cultivo de hortalizas y frutales y la captación de agua y su mejor aprovechamiento. Se trata de un programa exitoso, dado que, hacia fines del 2008, 594 socios formaban parte del mismo. La UDEC, a través de sus técnicos, ofrece cursos de capacitación a sus socios y estimula las buenas prácticas mediante concursos y premios: 325 traspatios fueron premiados con pollitas ponedoras durante 2008 en alguna de las categorías y 521 socios participaron en los cursos166 (Cosechando N° 198, marzo 2009). Además de los programas anteriores, la URAC cuenta con el proyecto de “Ecotecnias para la vivienda”. Las ecotecnias buscan ahorros significativos en el consumo de energía y agua así como el destino de desperdicios y desechos orgánicos: de este proyecto se desprenden la construcción de fogones de leña y baños secos, principalmente. Para promover su uso, las instalaciones de la organización cuentan con prototipos construidos especialmente con ese fin, de manera que los socios y socias pueden ver su funcionamiento y bondades de uso. Por otra parte, la organización permanentemente 166

Las categorías son: hortalizas, frutales, aves de corral, puercos, borregos o chivos, especies mayores, conejos y premios especiales como tecnologías alternativas.

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informa a sus socios sobre los avances y posibilidades de construcción de las ecotecnias y en 2009 organiza un taller especial para albañiles con duración de tres semanas y apoyado mediante un sistema de becas (Cosechando N° 201, junio 2009).

Ejea (2006: 75) recoge testimonios de las socias de la URAC y concluye que las mujeres empiezan a adoptar un lenguaje ecológico basado en la implementación de diversas prácticas en su entorno doméstico: “(…) las prácticas domésticas de cuidado del medio ambiente: las mujeres hablan de que reciclan la basura, reúsan el agua, no usan plásticos, reciclan envases, y cuando lo platican lo hacen acompañándolo de una reflexión, que si es mejor así porque cuidan el ambiente, que así evitan desperdiciar, que así les alcanza mejor para todas sus necesidades, etcétera”.

Los ejemplos anteriores nos indican que la URAC está favoreciendo, efectivamente, un proceso de sustentabilización entre sus socios y socias mediante la generación de una conciencia productiva agroecológica y de cuidado del medio ambiente en sus prácticas domésticas mediante las ecotecnias. El caso de la COOPAN-MST: “Continuar nuestra lucha por una tierra libre de transgénicos y sin pesticidas y el proyecto de construcción para el pueblo soberano y la agricultura”.

La apuesta del MST por la sustentabilización de la producción agropecuaria brasileña, a través de la agroecología, no es casual. El modelo dominante de producción agropecuaria, expresada en el agronegocio, está basado en la mecanización intensiva y los agrotóxicos. Por esa razón Brasil se transformó en la zafra de 2008/2009 en el mayor consumidor mundial de agrotóxicos cuando son aplicados 700 millones de litros de veneno por año (MST, 2010: 20)167.

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Otros investigadores especialistas lo confirman. María José Guazzelli (2009) afirma que el consumo de Brasil en 2008 fue de 733.9 millones de toneladas, pasando a los Estados Unidos que consumió 646 millones. El cultivo que más consume es la soja. La autora sostiene, además, que más del 15% de los alimentos que consumen los brasileños tienen residuos en exceso de agrotóxicos.

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Ante esta realidad, el MST se pronuncia por la agroecología como la estrategia que permite la conservación de la naturaleza en su biodiversidad y la producción de alimentos sanos. En la Carta de la 8ª Jornada de Agroecología, realizada en Paraná en 2009 y donde el MST participó, se afirma: “Nosotros, 3.500 participantes de la 8ª Jornada de Agroecología en Francisco Beltrão - Paraná - Brasil, entre los días 27 y 30 de mayo de 2009, reafirmamos nuestro compromiso con la Agroecología - "El cuidado de la Tierra, Cultivando Biodiversidad y la Soberanía Alimentaria", continuar nuestra lucha por una tierra libre de transgénicos y sin pesticidas y el proyecto de construcción para el pueblo soberano y la Agricultura” (Vía Campesina Brasil, 2009).

Asimismo, además de pronunciarse por un Brasil libre de transgénicos y sin plaguicidas, entre otras reivindicaciones están el aumento de las experiencias locales y regionales, reclamar al Estado estrategias de política pública en materia de la agroecología, expandir el sistema de abasto popular local con el abastecimiento de alimentos agroecológicos, el fortalecimiento de las redes y ferias.

El documento termina reafirmando la unidad de las organizaciones campesinas brasileñas y la acción política como un solo movimiento de Agroecología, agricultura familiar campesina y saber de los pueblos tradicionales.

En este marco nacional adverso en el uso de agroquímicos y dentro de la estrategia agroecológica del MST se desenvuelve la producción en la COOPAN del asentamiento Capela. Su apuesta por la producción ecológica de arroz ha llevado a las 30 familias socias a contar con un arroz ecológico, orgánico y beneficiado de manera integral, luego de un aprendizaje de varios años: “Nosotros tenemos lotes secos y mojados. El seco es el que nosotros sembramos para comer y el mojado para el arroz (…) Tuvimos que aprender. Primero plantamos el convencional unos años, varios años ya. Ahora tenemos el arroz ecológico ya desde hace unos seis años (…) más orgánico” (Reni)

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Capela expresa una clara forma de distribución de la tierra expropiada a las haciendas, dado que tienen tierras consideradas como pantanosas pero que han sabido aprovechar de manera agroecológica. Cada asentado cuenta con 16 has de tierra mojada para la producción de arroz y con cuatro de tierra seca: “16 has de tierra mojada para la producción de arroz y cuatro has de tierra seca” (Reni)

Evitando el uso de agrotóxicos que perjudican su propia salud y contaminan los alimentos producidos, los cooperativistas trabajan ya en 220 has donde han introducido técnicas de biofertilización a través de la mezcla de alcohol y cinamomo. Y cuentan ya con la certificación de su arroz como orgánico ecológico: “El arroz ecológico no tiene mucho tiempo. Nuestro certificado, seis años después que parte pro ecológico, lo certifica Lisma, una institución que no es del MST” (Reni)

Asimismo, ante la necesidad de preservar mejor sus recursos naturales y evitar la deforestación por el uso de leña, sus planes incluyen la reforestación en el asentamiento destinando para ello una ha para la plantación de eucalipto y 12 has para acacia. Tienen también como proyecto la producción de estiércol para abono de pastos y la construcción de un biodigestor. Para ello, la COOPAN tiene un joven estudiando agroecología en una escuela técnica del MST ubicada en Pontão y especializada en el tema: “Tenemos un joven estudiando en Pontao, haciendo agroecología (…) es un asentamiento de escuela, una escuela técnica del movimiento (…) (Reni)

Sin embargo, el MST asume también que la agroecología no es una apuesta fácil, y sí en cambio un desafío. Neuri Rosseto, de la Secretaría General del MST, sostiene que todo está en contra de ella: la asistencia técnica oficial, la formación de los agrónomos y veterinarios, etc. Por ello la necesidad de una formación agroecológica para los nuevos agrónomos del MST como acontece en Paraná y en Venezuela (Teubal, 2009: 144-145).

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La COOPAN-MST ha realizado una apuesta seria por la producción agroecológica desde hace varios años –el arroz orgánico y certificado, el uso de biofertilizantes, junto con los estudios realizados por algunos de ellos en técnicas de este tipo, es prueba de ello-. Inserta en el movimiento de los sin-tierra, la cooperativa forma parte de la lucha nacional del MST contra los agronegocios y su forma energética intensiva e insustentable de producción. Las organizaciones indígenas: la madre tierra como fuente sustentable de vida digna.

El modo de producción indígena y campesino se ha puesto de moda en algunos sectores de la modernidad. Si los agronegocios transnacionales son los que dominan la producción de alimentos en el mundo, en Latinoamérica es la agricultura familiar, campesina e indígena, la que provee de la mayoría de alimentos -sanos además- a la población. Por ello el “Bien Vivir” o la “Vida digna” de los pueblos originarios guarda una relación tan estrecha con la naturaleza, con la madre tierra, fecundidad en abundancia que debe ser cuidada. La UCIRI mexicana y la APG boliviana nos recuerdan este principio como práctica de producción y vida. El caso de la UCIRI: “Valoramos a la naturaleza como dadora de vida, como sustento material y como principio de bienestar”.

Desde la década de los setentas la modernización de la agricultura presionó al desarrollo de nuevas variedades de café de alto rendimiento. La propuesta era eran cafetos que no necesitaban crecer bajo la sombra de los árboles. Con ello se favorecía una densidad de población de cafetos mucho mayor, al pasar de entre 1,000 y 1,500 cafetos a densidades de entre 4,000 y 7,000 cafetos por hectárea168. En México –cuarto lugar mundial en biodiversidad- existen más de 260 mil cafeticultores. La mayoría son indígenas que han sobrevivido bajo condiciones de exclusión y 168

Tanto Brasil como Colombia y Costa Rica encabezan esta reconversión productiva modernizadora: en el caso de Colombia se cuenta ya un 68% del total de la producción bajo plantaciones de café de sol abierto y en Costa Rica con un 40%. En contraste, México sólo cuenta con un 10% de su producción con cafetos de sol. La producción se incrementa sustancialmente bajo este modelo monocultivista intensivo pero, al mismo tiempo, resulta altamente depredador ambientalmente: problemas de deforestación tropical, disminución de la biodiversidad, contaminación por uso de agroquímicos y erosión de suelos (Waridel, 2003).

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explotación severas, con problemas de salud y desnutrición. Así, frente al monocultivo del café, la apuesta consiste en una producción alimenticia diversificada. En la región del Istmo, prioritaria como RTP-130 de CONABIO169 y caracterizada por su alta biodiversidad, el café se cultiva bajo sombra con frutas tropicales en un sistema de policultivo tradicional y sin agroquímicos (Vanderhoff, 2005:43 y 145). Esta práctica ecológica fue producto de una decisión tomada en 1985, en una asamblea general de UCIRI, para dar paso de una producción tradicional a una orgánica. Años después, para 2009, los caficultores de la UCIRI tienen más de 11 mil hectáreas con manejo orgánico y gracias a ella y su promoción México se ha convertido en el mayor productor mundial de café orgánico, con el 60% del total: “Gracias a que abrimos brecha y a que muchos nos siguieron, hoy México es el mayor productor de café orgánico en el mundo. De cada 100 sacos de esta calidad vendidos en Holanda, Bélgica, Alemania, Suecia, Dinamarca, Estados Unidos, Canadá, Japón entre otros países, 60 fueron cosechados aquí” (Cobo: 2008)

Para certificar sus prácticas ecológicas, primero la UCIRI se apoyó en certificadoras extranjeras como IMO-Suiza, pero a partir de 1997 constituyó su propia certificadora, CERTIMEX, en tanto inspectora y certificadora de los productos orgánicos, la cual ha sido supervisada por IMO-Suiza y actualmente lo es por KRAV-Suecia. La UCIRI ha optado por la conservación dinámica de los recursos naturales, la utilización sostenible de la biodiversidad cultivada, la perspectiva integral de los agrosistemas, la articulación productiva con los sistemas sociales y el rescate de los conocimientos tradicionales asociados, como su estrategia sustentable y centro de esta adaptación de la cual depende la alimentación de las generaciones futuras. De manera que la tierra es un patrimonio que se quiere defender y mantener fértil. En esta perspectiva, la fertilización orgánica en la UCIRI supone: “(el uso de) abonos verdes, siembras en barreras vivas y construyen terrazas contra la erosión del suelo, además de proteger la biodiversidad de fauna y flora original” (Vanderhoff, 2005: 149).

169

Regiones Terrestres Prioritarias de México decretadas así por la Comisión Nacional para el conocimiento y uso de la Biodiversidad.

258

De manera que el uso de abono orgánico, la composta, recepas, terrazas, siembra de leguminosas y barreras vivas, poda de cafetos y árboles de sombra, son ya prácticas cotidianas de los socios de la UCIRI. Pero también en la UCIRI se valora la diversidad productiva familiar, es decir, no depender sólo del café, sino sembrar también maíz, frijol, verduras y frutas (zarzamora, marraguilla, etc.). Por ello la consigna para la UCIRI no es plantar más cafetos sino mejorar los existentes. Y todo ello requiere mucha inversión en trabajo, mucho mayor por supuesto al modelo monocultivista y solar.

Y así como la UCIRI impulsa nuevas formas ecológicas de producción familiar, también se ha involucrado en el ordenamiento territorial de los municipios en que se asienta, contribuyendo con ello a la incidencia ambiental en políticas públicas locales: “Y nuevamente la UCIRI es uno de los pioneros, con el ordenamiento del territorio de Santa María Guienagati y tres municipios más. El rescate de la fauna y la flora, del aire puro y de los manantiales, contrarresta la destrucción que causa la humanidad en otras partes y podría ser compensada con un pago por los servicios ambientales” (Vanderhoff, 2005: 58)

Junto a las prácticas agroecológicas, la UCIRI empieza a promover también las ecotecnias en las viviendas: “Y también, hacemos las (estufas) lorenas (…) Las letrinas, también. Y esas son las señoras que vienen al encuentro, porque cada dos meses realizamos un encuentro para informarles de estas (técnicas)” (Vianey)

Para la UCIRI se trata, en suma, de recuperar las antiguas formas de relación con el medio ambiente, como sus antepasados, y adoptar formas adecuadas a las circunstancias para el mejoramiento de la tierra. Se trata de una sustentabilización de sus prácticas, una agroecologización de sus proyectos. El caso de la APG: “Delinear las bases de la Política Plurinacional sobre el modelo de gestión de los recursos naturales basada en los derechos de la Madre Tierra”.

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Bolivia es uno de los ocho países más ricos del mundo en diversidad biológica 170. Dentro de esta gran biodiversidad, en Bolivia se reconocen tres grandes pisos ecológicos que, de alguna manera, se corresponden también con los grupos étnicos mayoritarios: el altiplano, a una altura cercana a los 4,000 metros sobre el nivel del mar, donde habitan los aymaras –también conocidos por collas-; los valles medios, con una altura entre los 1,000 y 2,000 metros, con presencia de los quechuas y, finalmente, las tierras bajas, donde viven los guaraníes, con menos de los 1,000 metros. Cada piso ecológico tiene a una ciudad como referente y en conjunto concentran más del 60% de la población total boliviana: La Paz-El Alto en el altiplano, Cochabamba en los valles y Santa Cruz en las tierras bajas 171.

En cualquier análisis, los guaraníes han habitado desde hace siglos las Tierras Bajas. En sus actuales proyectos productivos los guaraníes de Charagua han buscado promover prácticas agroecológicas orientadas a la conservación y rescate de sus recursos naturales: reforestación, aprovechamiento de sus semillas criollas, biofertilización orgánica, cuidado de la biodiversidad: “La producción agrícola, chaco-agrícola, ahí pone de todo: caña, camote, chumanda, maíz en su mayoría, coco, papayo, sandía. Tiene que ser al gusto de esa pareja (…)”. (Julián) “¡Uy! aquí hay diferentes clases de maíz hay desde (...) maíz choclero, más blando, el blanco que lo tengo ahí (…) y otra clase de maíz que tenemos es el chiriguano, otro maíz es el pepe, otra es el maíz QPM, después tenemos otros 23 variedades de maíz pero ahorita no me acuerdo”. (Marco)

Asimismo, en este entorno bioecológico han realizado también sus luchas por la conservación ambiental. En 2006, por ejemplo, los guaraníes de Charagua Norte -que integra 30 comunidades- ocuparon por varias semanas una estación de la compañía Transierra en la cabecera del gasoducto a Brasil y han mantenido una disputa con esa 170

El territorio boliviano representa apenas el 0.2% de la superficie mundial, pero contiene entre el 30 a 40% de toda la diversidad biológica mundial. Esta rica biodiversidad está en una directa relación con la biodiversidad cultural que cohabitó y cohabita en el territorio boliviano. 171 CIPCA (2008) reconoce que Bolivia -con 1,1 millones de km2- tiene en realidad dos grandes regiones: a) la andina, que ocupa un tercio del país, incluye la gran meseta del Altiplano y cordilleras y valles; y b) las tierras bajas, con dos tercios de la superficie y su propia gama de variedad ecológica de bosques húmedos amazónicos al norte y oeste, bosque seco y bajo al sudeste y amplias zonas de sabana y pastizales.

260

compañía, de propiedad de la brasileña Petrobras, la hispano-argentina Repsol YPF y la francesa Total, por el pago de compensaciones a posibles daños ambientales. Transierra es dueña del gasoducto Yacuiba-Río Grande por donde fluyen 14.5 millones de metros cúbicos diarios de gas a Brasil, es decir, más del 55 por ciento del energético que Bolivia exporta diariamente a su vecino (esmas, agosto 2006).

Un poco después, en 2008 habían conformado el Comité de Monitoreo Socio-ambiental de Área (CMSA), correspondiente a la zona de influencia hidrocarburífera donde opera PLUSPETROL, y con ello se convirtieron en la primera experiencia en el control medioambiental (nizkor, marzo 2009). De manera que en septiembre de 2009 presentaron su primer informe: entre los impactos socio-ambientales más serios, se encuentran la contaminación en varias quebradas de la TCO con niveles muy altos de presencia de aceites y grasas que sobrepasan los límites permitidos. En cuanto a los recursos biológicos, las empresas operadoras no han ejecutado un plan de prevención y mitigación que reduzca la deforestación y los procesos erosivos existentes a lo largo de los ramales y gasoductos. Finalmente, el accionar de las empresas genera conflictos entre las comunidades guaraníes, afectando profundamente sus estructuras orgánicas 172. Y la nueva Constitución reconoce su deber y de la población para conservar, proteger y aprovechar de manera sustentable los recursos naturales y la biodiversidad, manteniendo el equilibrio medioambiental (art. 342), de manera que el patrimonio natural es de interés público y de carácter estratégico para el desarrollo sustentable de Bolivia (art. 346).

Con este fin, en enero de 2010, las organizaciones de los pueblos indígena originario campesinos, comunidades interculturales y afrobolivianas –incluida la APG- se reunieron en el III Encuentro de Secretarios de Recursos Naturales de las organizaciones indígenas y campesinas nacionales y regionales para delinear las bases de la Política Plurinacional sobre el modelo de gestión de los recursos naturales basada en los derechos de la Madre Tierra y exigir al presidente Evo Morales el respeto e impulso de la Constitución dado que el actual modelo de gestión de los recursos naturales en Bolivia mantiene un enfoque desarrollista y extractivista y no un modelo de gestión comunitario. Se trata de una 172

Con el apoyo del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS), la red de monitores de Charagua Norte trabaja desde finales de 2007 con el propósito de afrontar los procesos de negociación con las empresas operadoras, de modo que éstas mejoren sus niveles de responsabilidad social y ambiental para mejorar las condiciones y calidad de vida de las 30 comunidades, a partir de la exigencia y ejercicio de sus derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, de forma tal que la vigilancia y control de las actividades extractivas les abra la posibilidad de proteger sus recursos naturales y culturales.

261

propuesta original de la CONAMAQ que retoma el conjunto de organizaciones indígenas y campesinas de manera unitaria, orgánica y consensuada para declarar a la Madre Tierra como sujeto de derecho, de acuerdo con sus principios ancestrales, filosóficos y políticos. Tan sólo unos días después, Evo Morales retoma la iniciativa a nivel global y la Asamblea de la ONU aprueba que el 22 de abril sea celebrado como el Día Internacional de la Madre Tierra: “El día 22 de abril de 2009 la Asamblea General de las Naciones Unidas en su 63ª sesión ha aprobado por unanimidad el proyecto presentado por el Presidente de Bolivia Evo Morales Ayma de que todo 22 de abril sea celebrado como el Día internacional de la Madre Tierra. Ya no se trata del Día de la Tierra, sino del Día de la Madre Tierra (…) A una madre hay que amarla, cuidarla, respetarla y reverenciarla. Atribuir tales valores a la Tierra, porque es Madre, conlleva afirmar que es sujeto de dignidad y portadora de derechos” (Boff, 2010: 1). Análisis ambiental comparativo.

La dimensión ambiental resulta sumamente significativa para la Ecosol como parte de sus apuestas alternativas. De ahí que el análisis de la sustentabilización ecológica de sus prácticas nos permita considerar sus alcances y límites en tanto posibilidad de construcción de otra economía, más armónica con el medio ambiente.

En relación a las empresas recuperadas, ambos casos muestran los límites ambientales que este tipo de empresas de la economía solidaria tienen que sortear para asegurar su existencia y trabajo. En el caso de TRADOC, se cuenta con un proceso de sustentabilización hacia adentro de la planta de producción – dados sus procesos productivos de ahorro de energía y de cero emisiones contaminantes al aire y aguas residuales- pero, al mismo tiempo, se mantiene una práctica de des-sustentabilización local y regional en torno a la emergencia ambiental que existe en el corredor industrial de El Salto, así como una des-sustentabilización globalizada en el resto de la cadena de valor, desde la producción de insumos como el caucho hasta el destino final de las llantas usadas.

262

Por su parte, como una apuesta sustentabilizadora, la UST tiene en su horizonte preocupaciones ambientales que la llevan a la educación y generación de una conciencia ambiental entre sus socios, familiares y vecinos del barrio San Lorenzo –y en este sentido más allá que las preocupaciones de TRADOC-, pero que por el momento se acota en un proceso de des-sustentabilización en sus alcances locales y regionales dado que no aspiran a convertirse en prácticas con incidencia en las políticas ambientales con altos impactos en favor del medio ambiente en la cuenca del Río de la Plata por su paso en Avellaneda.

A contracorriente y frente a una política estatal por impulsar la modernización no sustentable del campo mexicano y brasileño con apoyo a los agronegocios, los esfuerzos de las organizaciones campesinas por mejorar las condiciones medioambientales como la URAC y la COOPAN se han enfocado a la producción agroecológica: de granos básicos, el impulso de las huertas de traspatio y la introducción de ecotecnias en las viviendas de las socias y socios, en el caso de la URAC; de arroz ecológico certificado, uso de biofertilizantes y proyectos de reforestación, biodigestor y uso de estiércol como abono para pastos, en la COOPAN. En este sentido, se percibe una preocupación constante de las organizaciones por incidir en la sustentabilización de sus prácticas agropecuarias, las cuales, aunque de manera todavía incipiente, reflejan una aspiración firme en el horizonte de ambas.

Desde las organizaciones indígenas, el fortalecimiento del proceso de sustentabilización ambiental ha sido una de las grandes apuestas de la UCIRI y la APG Charagua: el uso de abonos orgánicos y compostas, la construcción de recepas y terrazas, la siembra de leguminosas y barreras vivas, la poda de cafetos y árboles de sombra, la siembra de maíces criollos, son prácticas cotidianas de los socios de la UCIRI o de la APG. También se valora en ambas organizaciones la diversidad productiva familiar, mediante la siembra de maíz, frijol, verduras y frutas mediante una práctica contrapuesta al

modelo

modernizador dominante en el mundo: monocultivista. Más allá de sus prácticas productivas, se advierte además que ambas organizaciones han apostado a la incidencia en la políticas públicas locales mediante el cuidado y control de los daños ambientales realizados por las petroleras y gaseras en el caso de los guaraníes, o mediante su participación en el ordenamiento territorial de los municipios en el caso de la UCURI, contribuyendo con ello a la incidencia ambiental en políticas públicas locales. 263

Así, con marcadas diferencias es notable, sin embargo, que en los seis casos analizados se cuente con prácticas productivas que aspiran al cuidado del medio ambiente y al uso armónico de los recursos naturales. Con todo, dada su estrecha relación con la naturaleza y por ello más cercanas a la noción de la madre-tierra, son las organizaciones indígenas quienes mayor preocupación muestran por impactar más ampliamente en torno a las políticas públicas, ya mediante el monitoreo y control de empresas de energía o participando en el ordenamiento territorial local.

En un segundo nivel se podrían ubicar las organizaciones campesinas, la URAC y COOPAN, las cuales, junto con la UST, muestran cierta preocupación por avanzar en la conciencia y educación ambiental de sus socios, jóvenes y vecinos y en la adopción de ecotecnias domésticas.

Finalmente, en un tercer nivel quedaría TRADOC, empresa industrial que si bien adopta medidas sustentabilizadoras hacia la producción de llantas, no logra llegar a impactar en la sustentabilidad local ante la grave situación de contaminación del corredor industrial en que se inserta ni en la cadena de valor llantera.

264

Capítulo 10. ¿Des-significando el individualismo y re-significando la reciprocidad? Las identidades colectivas desde abajo se fortalecen en la ECOSOL. El neoliberalismo –desde su hegemonía ideológica global- ha generado en el mundo mayor individualismo y competencia, inseguridad y sensación de riesgo, homogeneización de las culturas y discursos únicos como la idolatría al mercado, la sacralización de la propiedad privada o la negación del Estado como espacio de defensa de derechos ciudadanos y bienes públicos o comunes, el éxito individual como indicador de supremacía de la voluntad y el fracaso de la mayoría como expresión de su incapacidad e indolencia. No sólo ha impuesto a los colectivos sociales y

a las comunidades

campesinas e indígenas retos mayores para hacer frente a sus consecuencias de precarización del trabajo y descampesinización, sino que también les ha obligado a mantener y conquistar una mayor confianza en sus manifestaciones simbólicas e identitarias, en tanto dinámicas contrarias a esa exclusión social y homogeneización cultural. De ahí que para los diversos actores de la economía solidaria la dimensión cultural devenga en fundamental para la cohesión identitaria de sus miembros y la resignificación de sus símbolos en torno a sus proyectos colectivos de manera que nuevas construcciones compartidas de sentido se establecen a partir de su toma de conciencia de esta realidad. Como sostiene Coraggio: “Nuestras sociedades están vivas, el neoliberalismo ha adormecido pero no ha podido matar su creatividad y capacidad de pensarse a sí mismas. Podemos esperar a los acontecimientos o acelerarlos, cada uno desde su lugar, en una convergencia solidaria” (Coraggio, 2007: 186). Las ERT: De la des-significación obrera asalariada a la re-significación trabajadora autogestiva.

El movimiento de las ERT, principalmente de Argentina, se ha convertido ya en un referente mundial. En este sentido, Naomi Klein y Avi Lewis afirman que, a pesar de sus dimensiones pequeñas y sus alcances sociales limitados, el movimiento ha resistido y continúa acumulando fuerzas como movimiento basado en la acción y no en las palabras. Habiéndose apropiado del eslogan del MST brasileño (ocupar, resistir, producir) intentan producir un MST para las ciudades y los trabajadores: “Basta de pedir, empecemos a tomar”, podría resumir esta consigna (Lewis y Klein, 2007: 6-7). Los casos de la argentina 265

UST y la mexicana TRADOC sirven de ejemplo para muchas más expresiones transformadoras en el mundo y América Latina en la construcción del trabajo autogestionado. El caso de la cooperativa TRADOC: “El gran reto ahora es pasar de sindicalistas a cooperativistas”.

Con la transición de trabajadores sindicalizados a cooperativistas copropietarios de la empresa, los significados y significaciones de los socios de la cooperativa han tenido una transformación. Un primer símbolo que ayuda a expresar estos cambios de significación es la llanta misma. Ante el cierre de la empresa de manera unilateral por Continental, la llanta de la transnacional autoritaria se convierte en el símbolo de lucha y resistencia. En un esfuerzo de des-significación y resignificación, la llanta es utilizada en diversos momentos y escenarios como en las brigadas de guardia, en las marchas y movilizaciones, en los eventos conmemorativos de TRADOC, y expresa la fase de lucha de los trabajadores desde el cierre hasta la compra-venta de la empresa: “Por aquí no saldrá ni una”; “Los obreros de Euzkadi resistiremos un día más”; “Solución a la huelga”. Finalmente, la llanta de TRADOC y COOCSA, como emblema nuevo, va en la misma tradición simbólica: se trata de una resignificación adicional para la nueva fase de producción bajo la forma cooperativa173: “Pues nuestro símbolo puede ser el escudo de TRADOC (...) porque, es un emblema con unas llantas en movimiento (...) de ir hacia adelante (…) que la llanta está en movimiento como nosotros, ir avanzando” (José A.).

El segundo símbolo de la resistencia fueron los machetes. Símbolo de Atenco en su lucha contra la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México en sus terrenos ejidales, se convirtieron también en un símbolo solidario de apoyo a la lucha de los despedidos de Continental y, con sus machetes incluidos, siguen asistiendo a los eventos significativos de TRADOC.

173

Esta llanta está representada legal y comercialmente a través de las nuevas marcas de la empresa, Blackstone, Pneustone y Cooper Cobra.

266

El tercer dispositivo simbólico fueron $ 10, 000 pesos mexicanos. Esta cantidad de dinero se convirtió en “un juego de fuerzas simbólicas” entre la empresa y los trabajadores despedidos, ya que fue la cantidad de dinero acordada como pago por el 50% del valor de la planta, el cual fue integrado con el pago de los salarios caídos y una cantidad adicional que culminó en $ 10,000 mexicanos. Finalmente, el hecho de no pagarla nunca, se convirtió en una forma de reivindicación adicional frente al poder de la transnacional: “Entonces, de 6 millones de dólares lo bajaron a 4 millones de dólares, y dijimos no;

lo bajaron a 400 mil dólares y el sindicato dijo no. Finalmente, la

CONTINENTAL dijo no se las voy a regalar: en 1,000 dólares la mitad de la planta. Nosotros dijimos no y van a ser 10 mil pesos mexicanos, que finalmente no pagamos” (Jesús T.)

Las celebraciones y eventos constituyen el cuarto dispositivo simbólico. Entre ellas se destacan la del 21 de julio, porque se trata de la fecha conmemorativa del aniversario del nacimiento-muerte del sindicato y el nacimiento de TRADOC, y la fiesta del 12 de diciembre, en honor de la Virgen de Guadalupe y realizada con misa y comida. Esta celebración es una expresión de la fuerte religiosidad católica de los socios de TRADOC y sus familias: “(…) a pesar de nuestra militancia socialista, la parte (fiesta) que más se celebra es el 12 de diciembre. Toda la vida nosotros hemos respetado esos símbolos (…) Esa es una forma donde las familias y los trabajadores vienen a la misa” (Jesús T.)

Por otra parte, algunos eventos forman parte del escenario simbólico de TRADOC: entre ellos están las presentaciones de los documentales “La huella de los neumáticos” y “David contra Goliat”, producidos por el documentalista alemán Michael Enger.

Un símbolo adicional lo representa el propio presidente de TRADOC, Jesús Torres Nuño, reconvertido de líder sindical en líder socio-empresarial, junto con el Comité de Huelga, integrado por Francisco Ramírez, Jorge Wimber, Jaime Camacho, Javier Jiménez, Federico Martínez Barba, muchos de los cuales se encuentran en 2009 formando parte de los Consejos de Administración y Vigilancia de TRADOC:

267

“(…) Chuy, símbolo de victoria, de triunfo, de honradez y también él es muy justo que ha sabido equilibrar todo (…) Tocó las palancas: como que Dios lo iba ayudando, en lo político, en lo jurídico, en lo laboral, en contactos internacionales. Se fue contactando con gente, que en su momento, se entrelazan las ideas”.

Así, la placa conmemorativa colocada a la entrada de la empresa expresa simbólicamente la conjunción de lo que fue la etapa de resistencia de los ex trabajadores: se trata de de una síntesis y simbiosis entre el sindicato, las familias y la enorme solidaridad vivida en su experiencia. Al parecer, las familias de los cooperativistas de TRADOC han sido un factor de estímulo y apoyo, de crecimiento y solidaridad, y las celebraciones de TRADOC las incluyen para recordar y celebrar los momentos de adversidad, de lucha y triunfo, así como los nuevos retos.

Ya habíamos señalado que Jaime Camacho expresa con mucha claridad en el nuevo reto no sólo social, de TRADOC, sino su nueva significación identitaria: “(…) el gran reto ahora es pasar de sindicalistas a cooperativistas (…)”.

De manera que un símbolo de la nueva etapa cooperativista son las máquinas expendedoras de refrescos Pascual que manifiestan el proceso de la solidaridad compartida, del apoyo mutuo, así como de los retos a futuro de ambas cooperativas. Esas máquinas se convierten en testigos materiales -objetos materializados- de la memoria del pasado-presente-futuro de la solidaridad obrera, cooperativista y del cambio social: un deshacerse (des-significar) de las máquinas refresqueras de Pepsi para re-significar las nuevas realidades compartidas con Pascual y un futuro común: “(…) (la relación con Pascual) se mantiene muy, muy fraterna, muy solidaria. De hecho, vas por toda la planta y lo único que vas a encontrar son máquinas de refrescos Pascual. Lo primero que hicimos fue sacar las de la PEPSI-COLA cuando abrimos la planta y que trajeran los compañeros de Pascual” (Jesús T.)

Así, es posible afirmar que en TRADOC los trabajadores cooperativistas se encuentran en un proceso de construcción de un nuevo sentido e identidad, de una re-significación a través de un auto reconocimiento personal y colectivo diferenciado (como auto268

identificación), por un lado, pero también de un reconocimiento amplio de parte de numerosos

actores

de

todos

tipos

en

las

diversas

escalas

territoriales

(heteroidentificación): localmente, en la propia población de El Salto y entre las empresas ubicadas en el corredor industrial (la Asociación de Industriales de El Salto, A.C.); regional y nacionalmente, por sus nexos y relaciones con organizaciones civiles, sociales, académicas, sindicales, cooperativas, políticas; internacionalmente, por sus relaciones en diversos países de América Latina y la Unión Europea: “Esta huelga está reconocida mundialmente (…) vienen personas de todo el mundo a ver el milagro mexicano, porque es un parte aguas en el mundo de quedarnos con una empresa tan poderosa, de vencer a una empresa tan poderosa” (José A.)

Estas diversas identidades tienen un sentido construido a través del tiempo, o mejor dicho, diversos sentidos, teniendo a la fábrica como centro o pivote de sus vidas (su desarrollo laboral, el desarrollo de sus familias, el desarrollo de su comunidad): a. “el sentido proletario” de ser un obrero digno, capaz y bien remunerado, b. “el sentido de resistencia” para defender lo alcanzado y conquistar nuevas posibilidades y c. “el sentido cooperativista” o de proyecto de vida como cooperativistas copropietarios. Pero para algunos más, pocos por cierto, el sentido no sólo retoma los anteriores, sino que los proyecta hacia la búsqueda de la transformación social: la vía revolucionaria al socialismo. El caso de la UST: “Marchamos porque somos trabajadores (autogestionados)”.

La autogestión se convierte en el centro de la identidad de los trabajadores de las ERT. Se trata de un proceso de re-significación del trabajo: el paso o conversión de trabajadores asalariados a trabajadores autogestionados174. Es decir, la identidad como trabajadores persiste en un esfuerzo de recuperación de su dignidad como tales desde los primeros días de lucha por la recuperación de las empresas y se mantiene en su nueva etapa como cooperativistas. Ser obreros, laburantes, trabajadores, es un orgullo para los cooperativistas de la UST y así lo manifiestan. El overol es su símbolo manifiesto y se 174

Autogestión significa que los trabajadores ponen sus propias normas que regulan la producción, la organización de los procesos de trabajo, el uso de los excedentes y la relación con el resto de la economía y la sociedad (Ruggieri, 2009: 29). 269

porta con orgullo no sólo en su centro de trabajo, sino también a donde quiera que van, ya sea una cita al banco para la gestión de un préstamo o a una marcha de la CTA y la ANTA. Pero también sus máquinas son signo de orgullo en la UST: “(…) ser trabajador de la UST es un símbolo para dentro (…) Tienen un orgullo por sus máquinas, los camiones. Eso es lo que más les gusta” (Mónica G.)

Pero el mayor esfuerzo de des-significación del trabajo asalariado y su resignificación se da entonces en el paso a la autogestión obrera. Este paso acontece con muchas dificultades: hay quienes quisieran seguir dependiendo de un salario sin asumir mayores riesgos o quienes apuestan a su nuevo rol autogestivo por medio de la participación en la toma de decisiones sobre la marcha de la cooperativa. Es el caso, desde luego, de la UST. En su folleto de difusión, la UST declara que el modelo de autogestión que impulsa se basa en: la integralidad, el fortalecimiento de saberes y capacidades junto con la promoción de la formación y capacitación de todo el equipo, la participación activa de los trabajadores y la comunidad, la distribución equitativa y la reinversión social del excedente, la promoción de otra economía social basada en la cooperación y la solidaridad que lleva a otro estilo de vida y consumo, el impulso de un modelo productivo comunitario que tenga en cuenta el medio ambiente y el equilibrio ecológico y la apuesta a un modelo de organización y económico que trabaje en red. Así, no es casual que la resignificación como trabajadores autogestionados –y distintos a los cooperativistas tradicionales- sea continuamente reivindicada por Mario Barrios (2009) como presidente de la UST, pero también como Secretario General de la ANTA, sea construir un nuevo sujeto social: “Hoy cinco años después estamos peleando por el reconocimiento de un nuevo sujeto social que es el trabajador autogestionado; nosotros no somos cooperativistas tradicionales, a nosotros el sistema nos puso ahí. Porque la cooperativa es una herramienta para organizarnos, nosotros jamás perdimos la identidad de clase, nosotros somos trabajadores, nuestro destino está atado a la clase trabajadora. Nuestro proyecto es absolutamente colectivo y con los compañeros de todos las cooperativas y de toda la clase trabajadora trabajamos para construir un proyecto mayor” 270

La construcción de una nueva identidad como “trabajadores autogestionados” no siempre es fácil. Ruggieri (2009: 68-70) sugiere que en muchas ERT suelen permanecer prácticas de tipo sindical a pesar de su nueva fórmula autogestiva y cooperativa. La subjetividad como “trabajadores sindicalizados” no es fácil de transformar y se manifiesta de diversas formas: ante la reducción salarial cuando la ERT se enfrenta con problemas financieros, cuando la demanda exige una duración mayor de la jornada de trabajo, cuando se trata de decidir sobre el destino de los excedentes – reinversión o reparto-, o cuando se trata de la contratación de nuevos trabajadores, por citar algunos casos175.

El mismo Mario Barrios, como presidente de la UST y Secretario de la ANTA, se ha convertido desde hace años en un símbolo de lucha, de organización, de liderazgo y compromiso social y militante para sus compañeros y la comunidad barrial. En pocas palabras, de mística. Mónica Ghirelli lo destaca así cuando la entrevisté: “Bueno, Mario es un símbolo (…) creo que hay algo que hace que Mario lo tiene y el resto no, porque son jóvenes. Es la mística, es el compromiso político, es una historia de vida que los más jóvenes no la tienen, la van haciendo apenas entonces, son líderes difíciles de reemplazar” (Mónica G.)

La teología de la liberación es otro referente cultural de la UST. En este sentido, otro símbolo de la UST y la comunidad barrial es el Padre Luis Sánchez 176, persona muy estimada por la comunidad wildense y los cooperativistas, formador de generaciones en la fe comprometida y en los ideales de transformación social (Homenaje al Padre Luis, 2008ª,2008b y 2008c) y el guía de la comunidad barrial: “Como dice siempre nuestro guía

175

Para que una cooperativa de trabajo pueda incorporar nuevos trabajadores debe hacerlo como socios, habiendo pasado por un periodo de prueba de seis meses. En la práctica, muchas ERT terminan incorporando trabajadores sin asociarlos a la cooperativa. Sin embargo, se reconoce también que en muchas ERT existe una preocupación genuina por incorporar trabajadores sin diferencias con los fundadores: para ello se valen de la contratación de familiares, ex trabajadores ya conocidos o personas de confianza. 176 Se trata del párroco en San Lorenzo desde hace décadas y eterno andante en bicicleta, con una clara opción preferencial por los pobres y la teología de la liberación, historial como cura obrero y sindicalista, así como de cura verdulero o trabajador por cuenta propia, miembro del movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo a fines de los sesenta y actualmente luchador social en favor de los jubilados argentinos y sus derechos sociales.

271

el Padre Luis, “tenemos que seguir andando nomás” (Mario B.). O según el testimonio de Silvia: “Todos los miércoles se va a manifestarse ¿no? a Buenos Aires. En la cuestión de la jubilación (…) Yo me acuerdo una vez, el único día que nevó, el 9 de julio, no sé si fue del 2008 o del 2007 (…) Hicimos un campamento por la salud y ese hombre vino en bicicleta para vernos, para acompañarnos, para ver si nos hacía falta algo, a ver si estábamos todos bien y a felicitarnos por lo que hacíamos” (Silvia)

Y la Educación Popular también se esfuerza por calar hondo en la práctica de la UST como práctica encarnada en los movimientos sociales y herramienta del proyecto latinoamericano, nacional y popular de liberación (UST, 2010g). “(…) en esa época (fin de la dictadura) uno de los objetivos que teníamos en la educación popular era que teníamos que cuidar, integrar o disolver en el movimiento popular o en las organizaciones populares” (Susana A.)

Al parecer, La UST y sus dirigentes se encuentran participando activamente en su opción transformadora:

acelerando

los cambios necesarios desde

la

construcción de

convergencias. No en vano el nombre que escogieron para sí mismos: Unión… Solidaria…de Trabajadores. Su nombre, en sí mismo, condensa sus aspiraciones y retos identitarios. Y la mística, su apropiación permanente, su actualización cotidiana, la capacidad de soñar con las transformaciones sociales necesarias, forma parte de este esfuerzo de construcción del sentido de la UST: “Hay que trabajar en la mística (…) tener o recuperar la capacidad de soñar de que otra sociedad es posible, de que podemos cambiar la matriz del modelo de acumulación de unos pocos. Podemos cambiarlo si nos animamos a soñar, necesitamos que otros sueñen con nosotros. Es posible” (Mario B.)

El reconocimiento de otros actores es un factor clave en la identidad de la cooperativa. En el caso de la UST, esta fábrica abierta y socializadora de su experiencia les ha permitido ser conocida y reconocida cada vez más internacionalmente. En palabras de Mario Barrios, quien afirma con orgullo: 272

“Nuestra Cooperativa, tiene el Orgullo, de haber sido visitada por cientos de estudiantes de todas partes del Mundo, quienes quedan maravillados con la Construcción, la solidaridad y la Organización lograda por la UST, y el ANTA, gente de México, Brasil, Uruguay, Panamá, Perú, Chile, Ecuador, Paraguay, Costa Rica, Venezuela, El Salvador, Canadá, nueva Zelandia, Italia, estuvieron en la UST, y de lugares que ni imaginábamos nos miran por la Página Web, más 14.000 visitas se registradas, desde Abril dan cuenta de la importancia de nuestra Cooperativa y el camino recorrido” (UST, 2010f). Las

organizaciones

campesinas:

de

la

desvalorización

campesina

a

la

resignificación del modo de vida campesino.

Con todo en contra, durante casi 30 años los campesinos latinoamericanos han tenido que hacer frente a un tsumani neoliberal. Premodernos, arcaicos, obsoletos, ineficientes, marginales y prescindibles son sólo algunos de los títulos recibidos por los campesinos de la modernidad occidental, más aún en su versión neoliberal. Sin embargo, frente a la gran ofensiva global lanzada en su contra por las vertientes modernizadoras del medio rural – agronegocios y políticos-, los campesinos no sólo han logrado resistir sino que también lo han hecho reivindicando a fondo la validez de su modo de ser: su modo de vida campesino. Este es el núcleo de la identidad campesina y en ella reside su fuerza seductora. El caso de la URAC: “Cosechando juntos lo sembrado”.

Diversos símbolos han permitido ir forjando históricamente la identidad colectiva de los socios y socias de la URAC: su emblema, su nombre, sus instalaciones, sus instrumentos de comunicación, sus fiestas y tradiciones, sus dirigentes, entre otros. Si bien su sentido anterior estaba basado en su lema “Producir lo que el campesino consume, consumir lo que el campesino produce”, ante la ocurrencia de los diversos fracasos productivos y comerciales de tipo colectivo y las nuevas apuestas de la organización, una resignificación acontece en la URAC con la constitución de la cooperativa de ahorro y crédito en el 2006 y se encuentra en su nuevo nombre: Cosechando juntos lo sembrado”.

273

“ (…) es una organización que nos invita a pertenecer a ella de diferentes maneras pero sobre todo ahorrando, incluyéndonos, capacitándonos en los diferentes cursos que se dan para todo el beneficio de nuestra familia (…) presente en diferentes comunidades, muchas” (Luisa T.) “(…) la gente está my identificada con URAC porque así se llamó, pero ahora se llama Cosechando Juntos. Ya legalmente no se llama URAC, pero mucha gente dice yo soy de la URAC” (Alfonso C.)

El calendario anual de la URAC, instrumento básico de comunicación que contiene el programa de reuniones y eventos, es otro de sus símbolos: “Entre los elementos que contribuyeron a eficientar el trabajo conviene destacar el Calendario Anual, que empezó a publicarse en 1993. Desde entonces, el Calendario es un invaluable instrumento de trabajo. Cada socia/o lo recibe en marzo, después de la Asamblea Anual” (Castillo, 2006: 35).

Su emblema, manos unidas, todos juntos, significa el sentido de unidad y fuerza colectiva, una especie de gran familia: “(..) quiere decir que si estamos unidos y nos esforzamos y seguimos unidos, pues, vamos a poder sobrevivir, a seguir adelante con nuestra organización (…)” (Luisa T.) “Es una familia porque ahí nos identificamos todos (…) o sea, como si fuera tu hermano (…) somos iguales” (Lupita T.)

Las instalaciones de la URAC en Tequisquiapan (en el barrio la Magdalena) son otro mecanismo que ha forjado la identidad de sus socios: las oficinas de la UDEC y de la cooperativa, la palapa de las reuniones del “Día de la Unión”, las ecotecnias que se promueven (baños secos, estufas, huerto de hortalizas). “(…) el Proyecto Tequisquiapan pudo construir un local adaptado a sus necesidades (…) Inaugurado en 1990, las implicaciones que tuvo se reflejaron en una mayor identidad de la organización, una apropiación más vital por parte de socias y socios y una mejor infraestructura administrativa (Castillo, 2006: 31). 274

Pero un símbolo que marca la unidad de los grupos de la URAC lo constituye la cisterna del edificio. Se trata de una cisterna que sobresale aproximadamente 70 cms sobre el nivel del suelo y cuya superficie se encuentra forrada de mosaicos con dibujos muy diversos. Cada mosaico representa a un grupo de ahorro de la URAC y sus socios eligen el motivo de su dibujo que expresa su sentir colectivo, y juntos forman la organización: “(…) ¿sí vio la cisterna? (…) Con los pocos grupos que se inició ahí se plantó un símbolo, cada grupo tenemos un símbolo, por ejemplo, mi grupo es la alcancía (…) Ese es el símbolo de mi grupo. En la misma URAC, ahí está la unión de que va subiendo un grupo, a jalar parejo (…) ¿no sé si se dio cuenta de tanto los dibujos que hay? (Lupita T.)

Otro de los principales símbolos lo constituye la libreta de control de los ahorros de cada socio, lo cual permite tener una referencia identitaria con la organización: “Esa es la principal lo que todo mundo trae es su libreta de ahorro, unos están en el traspatio, otras son cajeras, pero la identidad se va dando, tampoco somos especialistas. Nos hace falta un poco de mercadotecnia, pero tampoco nos hace falta” (Risas) (Alfonso C.)

Si bien la URAC no es una organización abiertamente católica o confesional, en el fondo la animan ciertos valores cristianos. Esto se refleja también algunas celebraciones como la tradicional pastorela de diciembre, realizada año con año, en la cual participan activamente los promotores de la UDEC: “Lo que no puede faltar es la pastorela en diciembre (…) ese día no hay junta (…) va mucha gente (y) a los niños les llama mucho la atención que la gente que te atiende para tus préstamos, para recibir tus ahorros, los promotores se vistan de diablos, se vistan de ángel (…) Se transforma todo,

como que hacen un

escenario” (Lupita T.)

275

La asamblea anual de marzo, además de necesaria como fuente de información y balance, se ha convertido en otra tradición dadas las actividades adicionales que se realizan: “En marzo ya sabemos que es la asamblea anual, es un poquito más larga, es diferente a las demás (…) Es cuando te dan premios si cumpliste, si fuiste una cajera constante en entregar tus ahorros, en asistir a tus días de la unión. Si has cumplido con ellos te van a dar un premio, te van a dar un incentivo por esta cuestión. Entonces, sería eso, otra cosa que ese día te dan un regalo, por así decirlo.” (Lupita T.)

Sin embargo, la identidad de la URAC se fundamenta también en su autonomía respecto a otras instituciones, ya religiosas o políticas: “Entonces, tanto la URAC como sus promotores como entre todas, aunque no todos somos católicos, pero se respetó sobre la mayoría, por así decirlo, igual las preferencias políticas no dependemos de ningún partido político”. (Entrevista a Lupita Tovar: 2009).

Esta relación tan estrecha con la fe católica tiene sus pros y contras. Para Francis Mestries (2007) ocurre más lo segundo, en la medida que restringe la participación plural: “La vinculación de origen de la URAC y sus promotores con la Iglesia sigue siendo demasiado fuerte, inhibiendo la pluralidad de opinión y creencias en la organización”.

Los promotores de la UDEC, Alfonso y Cecilia, en tanto fundadores de la URAC son reconocidos por su consistencia, compromiso, amabilidad, confianza, capacidad. Se trata de líderes que buscan el bien común de los campesinos de la región: “(…) los fundadores, don Alfonso y doña Ceci (…) han sabido mantener la organización y nosotros desde un principio, a pesar de que no los conocíamos mucho, tuvimos la confianza en ellos (…) Ellos son unos buenos líderes que siempre nos impulsan a mejorar, o sea, buscan el bien común, de todos, no nada más de unos cuantos, sino de todos los más que podamos estar dentro de la organización” (Luisa T.) 276

El heteroidentificación es fundamental en la identidad de la URAC. Este reconocimiento por otros es múltiple y abarca desde organizaciones sociales y sus redes comprometidas con el ahorro educativo, partidos políticos con sus ataques o intentos de cooptación de líderes, instituciones gubernamentales diversas, fundaciones para la cooperación internacional, entre otras: “(…) como la labor de la URAC es social la quieren unir al PRD porque piensan que son los mismos lineamientos (…) ellos saben que es buena (la organización) y no pueden atacarla de otra manera” (Lupita T.)

Resumiendo, se puede afirmar que existe una clara identificación de las socias con la URAC pero que es de tipo instrumental. No obstante ello, en ellas ocurre una resignificación de su papel en la comunidad, como ahorradoras y cajeras, en su participación sin temor, en su convivencia y subjetivación. Y esta resignificación se da también en relación a su organización, la que reconocen y quieren. Junto a esta dinámica, existe un claro reconocimiento de la URAC por otros actores. Se trata de una organización cuyas dimensiones y alcances no pasan ya desapercibidos para mucha gente e instituciones. El caso de la COOPAN-MST: “Los símbolos van siendo construidos colectivamente e incorporando la mística del MST”.

El proceso de significación y construcción de sentido de la COOPAN-MST pone de manifiesto múltiples aristas. Por un lado, la identidad de los Sin-Tierra acontece bajo fuertes rasgos de interculturalidad, en la medida que tienen una multiplicidad de orígenes étnicos y culturales177. Asimismo, la significación se construye mediante la promoción y vivencia de múltiples símbolos como su bandera, el himno, las flores, las herramientas de trabajo, entre muchos otros:

177

Se trata de mixturas que existen en cada estado y región, complejizadas con la mezcla de la diversidad de regiones dada su existencia como organización nacional. Sus miembros forman parte del Brasil sureño como gauchos, matutos y gringos; del Brasil caipira de las haciendas paulistas; del Brasil sertanejo de los sertoes nordestinos; del Brasil caboclo de la población amazónica y del Brasil criollo de los ingenios del nordeste del litoral (clasificación cultural de Darcy Ribeiro, retomada por Caldart, 2004: 119) .

277

“Los símbolos van siendo construidos colectivamente e incorporando la mística del MST. No hay reunión o celebración del MST sin que esos símbolos estén representados y colocados en un lugar destacado (...) Esa es la identidad del MST fortalecida en la mística” (Laureano, 2007: 116).

Una de sus fuentes primigenias de significación es la Teología de la Liberación. Impulsada desde la Comisión de la Pastoral de la Tierra como práctica pastoral innovadora y acción política revolucionaria -desde el compromiso con los pobres, oprimidos, marginados y excluidos, pero también mediante el análisis marxista de la realidad social -, ha impulsado a numerosos religiosos y laicos católicos, pero también protestantes cristianos, a la lucha por la justicia en Brasil y América Latina178. De esta vertiente teológica se alimentan las Comunidades Eclesiales de Base -CEB´s-, de manera que el MST fue gestado a partir de la concientización política promovida por las CEB´s y los grupos de la Comisión de la Pastoral de la Tierra, en una convergencia del cristianismo con el marxismo y el latinoamericanismo (Stédile, 1999: 59). De ahí que otra fuente de significación en el MST ha sido la promoción de siete valores entre sus militantes, fundamental en su proceso de construcción de sentido como movimiento social: la solidaridad, la belleza, el valor de la vida, el gusto por sus símbolos, el gusto de ser pueblo, la defensa del trabajo y del estudio y, finalmente, la capacidad de indignación. Dichos valores se ejercitan en todos los espacios, desde las escuelas y lugares de trabajo hasta las acciones de masas como son las ocupaciones, los campamentos o los actos públicos (Martins de Carvalho, 2005: 253). La síntesis de estos valores es la mística, elemento aportado por la Teología de la Liberación al MST. Es entendida como sinónimo de misterio o aquello que es revelado por intermedio de la simbología y que permite la identificación del individuo con el grupo: celebraciones, cantos, danzas, dramatizaciones y realización de gestos rituales, forman parte de la experiencia globalizante de las personas (Boff y Betto, 1994: 12). Así, el MST realiza la mística para promover la identificación ideológica y cultural de los sin-tierra, fortaleciendo su unidad interna y cohesión, adaptando la mística de la pastoral de la tierra a su

178

Surgida en la década de los sesenta como un movimiento teológico en la región latinoamericana, su influencia se dejó sentir en el Concilio Vaticano II y en las Conferencias Episcopales Latinoamericanas de Medellín (Colombia) y Puebla (México), celebradas en 1968 y 1979, respectivamente.

278

necesidad de expandir la capacidad de movilización de su militancia en la lucha por la tierra (Neves, 2004: 52-54).

Su lema es otra de las vías de construcción de sentido y significación: ocupar, resistir, producir (MST, 2001: 24-25). En sus diversos textos y discursos, el lema del MST se convierte en el eje de lucha. Y la ocupación de tierras es una de las primeras acciones cargadas de significado. Se trata de una acción densa en significados políticos y pedagógicos y una forma de lucha largamente utilizada por el MST con un triple objetivo: educar y mantener movilizada a las bases, sensibilizar a la opinión pública en torno a la causa y hacer presión sobre las autoridades responsables de la Reforma Agraria (Caldart, 2004: 177). “El campamento es otra de las marcas muy fuertes de presencia de los sin-tierra y de su lucha en el Brasil contemporáneo. El paisaje de lonas negras, con su disposición espacial y su cotidiano singular, han llamado la atención de la sociedad de manera continua…” (Caldart, 2004: 175). El asentamiento es otra fase de la lucha y significa la tierra conquistada en tanto proceso histórico de transición y transformación, de organización del territorio, del espacio agrario conquistado. Es decir, consiste en la conversión del latifundio en un espacio de vida de muchas familias, articuladas entre sí de diversas formas en cada asentamiento –desde veinte o treinta familias hasta setecientas, con malas tierras y difícil acceso y sin infraestructura- y organizadas para la producción y la vida como un todo (Caldart, 2004: 185-187). Producir, la siguiente fase, tiene numerosas posibilidades y problemas también. A pesar de las enormes diferencias entre los asentamientos, una matriz común tiende a generar una identidad común o colectiva entre los Sin Tierra más activos y comprometidos con el movimiento: la cooperación agrícola. Busca dar solución a los problemas de producción de los asentamientos como formas colectivas de organización del trabajo y la producción agropecuaria y agroindustrial que permitan romper con las formas tradicionales basadas en las relaciones de asalariado o de la agricultura familiar vinculadas al valor de la propiedad y del uso privado de la tierra (Caldart, 2004: 188-189). Sin embargo, como acontece en Capela, los conflictos en los asentamientos aparecen por todos lados: entre 279

las familias y sus distintas trayectorias de vida, entre el deseo de estabilidad –volver a la vida normal- y la necesidad de movimiento permanente, entre las formas individuales – con su inserción capitalista en el mercado- y las formas colectivas de producción –con una inserción más autónoma e influir en los mercados de algunos municipios y regiones, desde un mercado de masas o nichos de mercado de productos mejor pagados y alternativos-. Por ello, no todos entienden la necesidad y posibilidades de la cooperación agrícola: “En lo colectivo (…) Tú no puedes hacer lo que quieras. Tienes que hacer lo que el colectivo decida. Entonces la gente tiene unos que quieren administrar lo propio y se acaban saliendo, ¿no? (Pero) una familia sola, los que quieren tener lo individual, no consiguen plantar arroz” (Reni)

Y factor de su identidad son también sus congresos. De acuerdo con Martins de Carvalho (2005: 238), los Congresos son la síntesis de su derecho a ser y hacer, donde se expresa la solidaridad de los combatientes sociales en sus luchas por la tierra, de demostración de ternura entre compañeros con un mismo ideal y de renovación de compromisos con los valores que comparten. Sus principios, por otra parte, se centran en su lucha a favor de la reforma agraria, la agricultura familiar y campesina y la autonomía de las organizaciones. Su lucha contra el latifundio y los agronegocios es central porque significan destrucción de la naturaleza y concentración de la tierra en unos cuantos.

Y su identidad se refuerza por medio de sus dispositivos de comunicación, información y formación179. Pero además del propio reconocimiento de los sin-tierra respecto de su organización, la heteroidentificación es fundamental como elemento de identidad. Así, la COOPAN es una cooperativa exitosa que cuenta con el reconocimiento del MST nacional y fuera de él. Asimismo, el asentamiento Capela, sede de la COOPAN, es considerado como modelo por diversos actores sociales:

179

El MST tiene el Diario Sem Terra con un tiraje de 20,000 ejemplares, 38 grupos de teatro en todo el país que hacen parte de la Brigada Nacional Patativa de Assaré, educación técnica y formación política, el programa Voces de la Tierra que es distribuido mensualmente a más de 2000 estaciones de radio, la revista Sem Terra y su página web, así como posters, exposiciones, concursos, ferias, filmes y promocionales, que también son parte de su estrategia de comunicación (Martins de Carvalho, 2005: 255-256).

280

“El asentamiento Capela conmemoró sus 15 años con fiesta en la tarde de ayer. El local es considerado modelo en Brasil” (Bergamaschi: 2009).

Pero más allá de la COOPAN, el MST es una organización campesina muy reconocida en todo Brasil y fuera de ella. Este reconocimiento tiene tanto a defensores como detractores. Ha sido premiada en múltiples ocasiones y fuente de homenajes, invitaciones, audiencias públicas con autoridades, vinculaciones diversas con grupos de amigos y comités (ha recibido más de noventa premios y homenajes). Ha mantenido su autonomía y ella ha sido clave para su sobrevivencia. Cuenta con más de 40 Comités de Amigos fuera de Brasil formada por investigadores, profesores, militantes sociales y periodistas que acreditan las experiencias de cooperación en sus asentamientos 180: “Los sin-tierra están siendo sujetos de un movimiento que acaba poniendo en cuestión el modo de ser de la sociedad actual, y es un modo de vida que (cultura) que se reproduce y consolida (…) Hacen eso, sobretodo, por los sujetos que ponen en escena una historia de nuestro país (…) capaz de producir gente, seres humanos…” (Caldart, 2004: 408-409).

En este breve repaso sobre la identidad de la COOPAN-MST es posible descubrir que un nuevo sentido, cargado de una enorme dignidad y subjetividad individual y grupal, acontece entre sus miembros: se trata de la dignidad de quien tiene un pedazo de tierra, de quien la ocupó, se asentó en ella y la hace producir, es decir, de quien hace vida el trinomio ocupar-resistir-producir. Y esta producción agropecuaria combina la producción de valores intencionados en el MST: la solidaridad, la belleza, el valor de la vida, el gusto por sus símbolos, el gusto de ser pueblo, la defensa del trabajo y del estudio y la capacidad de indignación. Paradójicamente, los sin-tierra han pasado a ser campesinos con tierra sin dejar de ser sin-tierra. 180

Entre sus premios principales se encuentra la Medalla Chico Mendes, otorgada en cinco ocasiones al MST por el Movimiento Nunca Tortura Nunca Más de Río de Janeiro (MST, 2010: 26). Numerosas películas y documentales se han realizado sobre el MST, recibiendo premios varias de ellas. Entre las principales películas y documentales se encuentran: Tierra para Rose, de Teté de Moraes, premiada en los festivales de la Habana, Berlín y Brasilia; Sueño de Rose, del mismo director, Premio Margarita de Prata-CNBB; Futuro de Tierra, Casa de Cine de Porto Alegre, premio al mejor filme sobre asentamientos del INCRA/Contag; Cinco siglos de resistencia, Marcha sobre Brasilia, de Jaime Schuctuch; Tierra: se procura, documental de TV Cultura de Sao Paulo; La lucha por la tierra: SBT Repórter, producido por Ricardo Kotscho; Cinco Siglos de Paciencia y Ternura, la marcha de los Sin-Tierra para Brasilia, SNPR-DF; Clase Roceira (1985) de Berenice Mendes; Una lucha de todos, FILO/MST (MST, 2010: 27).

281

Las organizaciones indígenas: de la des-significación cultural indígena a la resignificación de la vida indígena.

Similar a los intentos de descampesinización -mediante la desaparición del modo de vida campesino para dar paso a la modernización rural-, los indígenas y originarios latinoamericanos han tenido que enfrentarse a los esfuerzos del neoliberalismo por desaparecerlos como tales- una especie de desindianización-. De manera que su nueva identidad se ha forjado en su actual lucha por el derecho a existir como etnias, y de hacerlo con autonomía y dignidad. El caso de la UCIRI: “Le damos sentido a la vida del mundo”.

Los pueblos indígenas cubren buen parte del territorio istmeño (ver Mapa N° 6.1 en anexos). Y, siendo una organización con base eminentemente indígena, la UCIRI representa una experiencia socioeconómica solidaria de re-significación de la cultura campesina indígena. Son diversos los elementos que integran este esfuerzo por resignificar su modo de reproducción de la vida indígena: la conservación de la naturaleza desde prácticas agropecuarias sustentables; el impulso de una fe liberadora a partir de los pobres, su religiosidad y la teología indígena; la preservación de sus formas tradicionales de organización con sus usos y costumbres comunitarias; la promoción de nuevas formas de intercambio a partir del Comercio Justo e, incluso, el horario, en concordancia con el ciclo natural. La relación indígena con la naturaleza siempre ha sido muy estrecha. De ahí que los socios de la UCIRI mantienen sus vínculos con la tierra desde la forma ancestral, es decir, como la “Madre Tierra” que les provee de lo necesario para la vida 181.. Por esta razón, el regreso de la UCIRI a la producción orgánica de café les permite recuperar ese vínculo tan culturalmente poderoso, re-significando la naturaleza y su relación: “Hablan con reverencia de la tierra como la “Madre Tierra”, que engendra vida mediante el trabajo, la semilla, la lluvia y el cuidado” (Vanderhoff, 2005: 73)

181

Como bien sostiene Miguel d´Escoto (2009), Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, “esta concepción contemporánea se compagina con la ancestral visión de la Humanidad y de los pueblos originarios para los cuales la Tierra siempre fue y es venerada como Madre, Magna Mater, Inana, Tonantzín, como la llamaban los náhuatl en mi patria Nicaragua, o Pacha Mama, como la llaman los aymaras en Bolivia”

282

La diócesis de Tehuantepec - cuya zona de intervención integra al istmo y la sierra donde habitan los socios de la UCIRI-, animada por la Teología de la Liberación realizó una opción por los pobres desde la década de los setentas, cuando fue nombrado obispo Arturo Lona182.

Surge, a partir de entonces, una re-significación de la fe y de las

prácticas religiosas católicas, más abiertas desde entonces al ecumenismo y a la liberación de los pobres, privilegiando su participación activa en la vivencia de la fe y sus formas de organización autónoma a los partidos políticos y contra la explotación y la miseria que padecían. Franz Vanderhoff (2005: 109 y 133) lo expresa así: “Y dicha función social y evangélica, esta Iglesia solamente puede ejercerla desde la perspectiva del pobre hambriento, el pobre material, social y político (…) Dios es un dios parcial, que se hizo vulnerable con los vulnerables” De ahí que la oración y la reflexión bíblica –ecuménica, dada la participación de los socios en diversas iglesias- formen parte intrínseca de las actividades colectivas de la UCIRI. Se trata de una práctica de fe liberadora, que permite reflexionar sobre la realidad a la luz de “la palabra” de Dios y concientizar sobre el compromiso cristiano: “Damos un espacio a la asamblea de una reflexión referente al texto bíblico. Entonces, eso hace muchísimo en ir concientizando un poco más a los compas ¿no? Y eso es lo que estamos haciendo aquí. Es “la palabra” ¿no?” (Saúl E.) Por ello “la palabra” es fundamental para los indígenas campesinos de la UCIRI 183. Y la palabra es transparencia, como la práctica que transparenta las acciones de sus consejos, de sus dirigentes. Por ello la palabra es la base de las asambleas generales y comunitarias y de sus boletines e informes: “La transparencia es un símbolo nuestro, ¿no? (Saúl)

182

Arturo Lona, antiguo obispo de la diócesis, fue un obispo criticado dentro de la jerarquía religiosa por su heterodoxia, su compromiso con los pobres y su impulso de la teología india. Se trata de un obispo comprometido con la causa de los indígenas chiapanecos desde siempre. 183 Diversos lemas de la UCIRI expresan el valor de la palabra: “Unidos venceremos” (1981); “En UCIRI luchamos por la vida”; “La felicidad no se vende y tampoco se compra. La felicidad se hace luchando juntos”; “En UCIRI luchamos por una tierra fértil, sin mancharla”; “La tierra es nuestra madre, nadie la maltrate”; “UCIRI: vida, fe y esperanza que resiste” (2004)

283

Asimismo, la sede de la UCIRI se ha convertido en un símbolo en sí mismo. No sólo son el lugar de las oficinas y del acopio del café, sino que además contienen la palapaescuela, el dormitorio común y el comedor colectivo, el centro de salud y otras construcciones y oficinas con pinturas murales realizadas por Raúl Guzmán –indígena de la comunidad de Santo Domingo- que recuperan las tradiciones indígenas - como el metate para hacer las tortillas- y los mitos indígenas como la santiguada. En este local se realizan las asambleas, celebraciones y fiestas, las cuales son un factor fundamental de cohesión. Realizados cada tres años, los festivales son un factor de convivencia y celebración festiva que incluye música, comida, baile, deportes, juegos, familia 184: “(…) los festivales campesinos ¿no? que se hacían año con año (…) De cómo convivir aquí con los socios, de reunirse de convivencia para todos (…) yo lo veo como motivación” (Saúl E.) Para muchos, los “fundadores” de la UCIRI –los llamados misioneros- son otro símbolo de la organización. Se trata de un equipo de sacerdotes y religiosas que influyeron en su constitución, concientización y desarrollo posterior. Destacan, entre ellos, Franz Vanderhoff185, Roberto Raygoza, Nélida López, entre los más mencionados: “(Francisco Vanderhoff) Él es un símbolo. Los 12 fundadores son un símbolo porque ellos fueron los sacerdotes que estuvieron o que están todavía, porque se alejaron un poquito. Roberto Raygoza Beltrán es de Chapala: él fue quien pasó broncas, problemas duros, arriesgó su vida, incluso, la libertad” (Saúl E.) Una práctica de servicio solidario y gratuito a la comunidad es el “tequio”. El servicio como valor y, junto a la “mano vuelta” -el valor esencial en el origen y desarrollo de la

184

Antes los festivales eran anuales pero, a partir de la celebración del décimo quinto aniversario, realizado en 1998, la UCIRI realiza su festival cada tres años con ocasión del cambio de sus Consejos. 185 De origen holandés, Franz Vanderhoff (o Francisco) lleva casi 30 años viviendo y trabajando con los indígenas del Istmo. Doctorado en Economía Política y Teología en Alemania, trabajó como sacerdote obrero en Chile y luego se refugió en México, en donde trabajó como obrero, en el Centro de Estudios Ecuménicos y en barrios pobres de Tlalpan. En 1980 fue invitado por el obispo Arturo Lona a trabajar en la región cafetalera del Istmo de Tehuantepec, donde la miseria era su característica principal. Un poco después, fue convocante a un encuentro de 150 campesinos de la zona en donde realizaron un análisis de la realidad de los indígenas del que surgió posteriormente la UCIRI.

284

organización-, se manifiesta como tradición -como reciprocidad- y son claves para entender lo indígena186: “Hay una tradición que se aplica aquí y que los ayuda: la mano vuelta. Hoy te ayudo y, a cambio, mañana vienes a ayudarme a mí. Es un principio que disminuye o evita el costo de un mozo” (Vanderhoff, 2005: 54)

Un elemento clave para reconocer el avance en la identidad de los colectivos es su reconocimiento por otros actores, notable en su caso no sólo a nivel regional, sino en las escala nacional y global, por tratarse como una organización modelo y pionera en muchos sentidos: organizaciones civiles, a organizaciones socio-económicas de productores indígenas y campesinas de cafeticultores, a las redes de Comercio Justo en México y del norte global pero, también, a instituciones públicas mexicanas como FIRA y FONAES –quien en 2004 le otorgó el premio nacional como empresa social exitosaforman parte de la lista. Incluso los partidos políticos han visto en la UCIRI una fuerza social susceptible de cooptación, como sería el caso del PRI.

La UCIRI conjuga, de acuerdo con lo visto antes, un conjunto de símbolos y resignificaciones identitarias que fortalecen los vínculos entre sus socios y con otras organizaciones sociales solidarias. Unidad indígena campesina, compromiso de lucha, comercio justo, vida digna, madre tierra, Dios de los pobres, esperanza, entre otros, son valores básicos que animan su participación. Su institucionalización es innegable a la fecha, pero también la crisis por la que atraviesa, de manera que queda la pregunta si al margen de sus asesores la UCIRI será capaz de permanecer unida y sortear los riesgos que la presencia activa de los misioneros-asesores limitan, al haberse constituido por encargo de la organización en una especie de guardianes de los valores de la misma. Y la organización socio-económica indígena expresa su sentido último como dar sentido a la vida del mundo:

186

Sin embargo, para los voluntarios Mariene y Jesús -a quienes entrevisté en las instalaciones de la UCIRI-, el tequio ya no funciona como antes y los indígenas han cambiado por la influencia de los medios de comunicación –el SKY, que las comunidades se organizan para introducirlo y pagan hasta 50 por hogar- y la carretera. Para ellos, los jóvenes ya no tienen visión productiva del campo y migran a las ciudades y los EU como polos modernos de desarrollo.

285

“(…) seguimos siendo la esperanza del futuro, la sal que da sabor a la comida, como campesinos e indígenas le damos sentido a la vida del mundo. ¿Qué sería del mundo si no existiéramos? ¿Si nuestros usos y costumbres murieran? (Boletín informativo UCIRI, junio 2009)

La UCIRI condensa en su experiencia una serie de atributos que podrían identificar a muchas

organizaciones

indígenas:

el

gusto

por

ser

indígenas

organizados,

“significativamente” indígenas-productores de café orgánico-comercializadores al mundo con justicia. Y este orgullo indígena, dignidad materializada en sus instalaciones y dirigentes, les confiere la osadía de creer que son quienes dan sentido al mundo. La construcción del sentido indígena en la UCIRI se proyecta más allá de sus fronteras étnicas para confiar que su cultura y valores, re-significadamente, constituyen la esperanza del cambio global. El caso de la APG: “La tierra sin mal”.

La nueva Constitución boliviana reconoce que las naciones y los pueblos indígena originario campesinos son depositarios de culturas diversas que incluyen saberes, conocimientos, valores y espiritualidades y cosmovisiones (art. 98). En este sentido, se valoran como parte de su patrimonio cultural los mitos, la historia oral, las danzas, las prácticas culturales, los conocimientos y las tecnologías tradicionales, lo cual incluye su derecho al registro de la propiedad intelectual (art. 100). En ese marco, de acuerdo con Puerta y Arandia (2010), la diversidad sociocultural es una de las principales características de Charagua, donde el pueblo guaraní es mayoritario y convive con blancos, quechuas, aymaras y menonitas187. Ante esta nueva configuración sociocultural a nivel municipal ha prevalecido la negociación -y no la agresión ni el insulto-, en contraste con la actitud contestataria aymara, como la base de la cultura política guaraní: “(…) el pueblo guaraní es más de negociación con su propia gente, siempre da facilidades, es más de defender, no es el insulto, no es la agresión” (Marcelo A.) 187

Se interrelaciona con los karai reta (blancos), descendientes de migrantes que han llegado en diferentes momentos. También está la población quechua y aymara llegada de occidente del país para dedicarse al comercio o la agricultura. Asimismo, están los menonitas que han llegado a finales de los ochenta y principios de los noventa del siglo pasado, como resultado del agotamiento de las tierras que trabajaron anteriormente en el norte de Santa Cruz y el Paraguay. Ellos conforman colonias y traen su bagaje cultural, organizativo y religioso; de hecho llevan una vida autónoma con relación a su entorno.

286

Para los promotores de CIPCA, uno de los valores fundamentales del teko o modo de ser guaraní es el ser autónomo, libre, ijambae o sin dueño. Por ello, la búsqueda de la autonomía por parte del pueblo guaraní -entendida como la capacidad de tomar sus propias decisiones y autoconducirse según sus normas-, no es reciente (Puerta y Arandia, 2010). La historia del pueblo guaraní es una historia de resistencia y lucha por su libertad y autonomía: “Las creencias y simbolismo religioso…la expresión visionaria y profética de la tierra sin mal…El alto grado de autoafirmación étnica dentro de la cordillera…El celoso apego por la territorialidad…El gran espíritu de autonomía…El rechazo sistemático a ser dominado… El modo particular de entender religiosamente las formas y estilos de hacer la guerra y la importancia proporcionada a la asamblea como instancia de decisión” (Francisco Pifarré, citado por CIPCA-APG, 2004: 19).

La mayoría de estos elementos aún perduran como referentes de la identidad social y cultural del pueblo guaraní, como sostiene el documento. Ahora bien, la autoridad y poder se centraban en el “mburuvicha”, quien tenía la capacidad de mediar entre los comunitarios y convocarlos a acontecimientos sociales y políticos así como dirigir, interpretar y hacer cumplir los acuerdos y decisiones asamblearios (CIPCA-APG, 2004: 22). Por su parte, las capitanías zonales surgen en el proceso de organización intercomunitaria entre 1985-1986 como un medio de evitar la dispersión imperante y recuperar la autoridad comunal frente a las crisis internas y el abuso de poder externo de los karai (ladinos, mestizos o blancos). El idioma es otro elemento fundamental de la identidad guaraní. Se trata del tupí guaraní, reconocido oficialmente desde 1987 como idioma nacional junto con el castellano, el quechua y aymará. Su uso es común entre ellos, incluso frente a los ladinos, aunque dominante también el castellano. Pero también el “avati” o maíz era otro componente fundamental en su cultura, no sólo como base de su dieta alimenticia sino también en su relación con la naturaleza, en las relaciones sociales (reciprocidad), en las relaciones políticas (alianzas y guerras), como también en las relaciones culturales (el arete). Así, la reciprocidad alcanzaba su expresión más plena en la cantidad y calidad de los convites realizados en la comunidad y que determina el estatus del mburuvicha (CIPCA-APG, 287

2004: 25). Pero junto al maíz, el bolo de la hoja de coca es una costumbre bastante arraigada entre los guaraníes, dado que les permite “espantar” el hambre y obtener más energía para el trabajo. Por ello, los pueblos indígena originario campesinos han dado una lucha histórica por el reconocimiento de su derecho al cultivo y consumo de la coca natural y así lo reconoce la nueva Constitución188.

La revalorización de la cultura guaraní forma parte importante de las políticas de la APG. Para ello se realizan eventos de fortalecimiento cultural e identidad que promueven la recopilación y difusión de cuentos, poemas y cantos en el idioma guaraní, danzas y artesanías, así como prácticas domésticas que se van perdiendo con el tiempo, entre otras189 (Ñandee Ñee, 2008b: 8). “(…) Hacemos fiesta para perder la tristeza, angustia, algún dolor, pena, fiesta es alegría, tomar chicha190, bailar, comer de todo, eso es fiesta” (testimonio indígena, citado en CIPCA-APG, 2004: 45).

Pero son los jesuitas quienes -inspirados en la Teología de Liberación y la opción por lo pobres, el Concilio Vaticano II, la Conferencia Episcopal Latinoamericana de Medellín y su propia Congregación General 32-, durante los sesentas y setentas del siglo pasado, logran entrar de nuevo en la cultura y la vida cotidiana de los guaraníes. A esa labor se sumó un poco después CIPCA, por solicitud directa de los jesuitas: “(…) viene el padre Gabriel, el padre Pifa también, entonces la problemática social, la falta de tierra, la migración a la zafra, etc. ya era una parte de construir CIPCA regional. Con un enfoque más político, con esa visión, digamos, liberadora,

188

Es común verlos cargar con su bolsa de hojas y elaborar su bolo para el trabajo o durante las largas asambleas comunitarias. La nueva constitución boliviana señala: “El Estado Boliviano protege la coca originaria y ancestral como patrimonio cultural y recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesión social, en su estado natural no es estupefaciente. La revalorización, producción, comercialización e industrialización se regirá mediante la ley (art. 384). Desde 1985 se inició una guerra contra la coca auspiciada y sostenida por la presencia militar norteamericana, pero los enemigos principales pasaron a ser los pequeños productores, cuya actividad no es delictiva. La organización de los pequeños cocaleros dio paso a la emergencia de un movimiento social muy activo, del que Evo Morales fue su líder. 189 Un ejemplo de ello fue el evento cultural realizado por la Capitanía Charagua Norte en septiembre de 2008 con la presencia de sus 30 comunidades. 190 Bebida de maíz fermentado.

288

entonces, los padres de aquí le piden a CIPCA dar un brazo, o sea, apoyo” (Marcelo A.)

Y su compromiso con los guaraníes fue radical. Del Padre Gabriel Siquier habla Marcelo Alberto: “(…) el pueblo guaraní antes iba mucho a la zafra de Argentina (…) y después abrieron los ingenios en el norte cruceño y ahí hay mucha relación con Charagua. Y él iba ahí y trabajaba mucho con ellos, los acompañaba (Años después) Se infectó totalmente y cuando falleció fue la impresión para mí (…) yo lo escuchaba, hablaba en guaraní (…) Pero desde ahí valoré porque vinieron medio mundo. Tengo las fotos todavía de su entierro, mucha gente” (Marcelo A.)

Y la escuela Arakuarenda, creada por los jesuitas de Charagua, se convirtió en un motor de formación y concientización, o al menos eso de pretendía: “Arakuarenda es el lugar del saber: Arakua es saber, renga es lugar. Entonces, es una finca que la cedió un jesuita. La participación de la Iglesia siempre ha estado presente. Arakuarenda le dio esa perspectiva política y está muy vinculado con toda la dirigencia del pueblo guaraní (…) No sé si escuchó hablar de Rafael Puente. Él es el que escribió el libro “Arakuarenda”, una propuesta educativa para el pueblo guaraní. Entonces, a partir de eso se generan los primeros líderes y esos líderes siguen vigentes. (Marcelo A.)

Sin embargo, otros rasgos culturales van perdiendo sentido y significación para los guaraníes. La música y el vestido son algunos de ellos: “(…) aquí no hay cultura, porque tú ves: en un baile es música moderna (…) lo que si aquí están muy predispuestos a una sociedad occidental (…) por la relación más con Argentina por ejemplo, o por las migraciones que tuvieron hacia la zafra (…) aquí más bien van perdiendo sus costumbres. ¿Su vestimenta es la occidental? Claro” (Marcelo A.)

289

La interculturalidad se convierte cada vez más en una apuesta guaraní y fortalecimiento de su identidad, como una posibilidad desde su autonomía y su estatuto. La educación formal es parte fundamental de esta interculturalidad: “En las escuelas se está exigiendo cada vez más que los profesores sean bilingües y que enseñen mucho más. Yo creo con esto de la autonomía indígena va ser mucho más fácil” (Marcelo A.)

Así, para los guaraníes la historia no empieza recientemente pero pareciera serlo. Si como sostiene CIPCA (2008: 4), “históricamente fueron marginados tanto en la Colonia como en la República (…) pero desde fines de los años 60 la conciencia de su identidad étnica ha vuelto a nacer y ha ido creciendo de manera sistemática”, entonces la existencia de la APG y sus nuevas conquistas de tierras, territorio y autonomía indígena parecen confirmarlo. Tal vez, en el fondo, tan sólo se trata de un renacimiento de su identidad, de una identidad que había permanecido soterrada y en espera de emerger en condiciones mejores. Comparación analítica general.

Las identidades colectivas en las organizaciones de la Ecosol sufren cambios y resignificaciones al paso del tiempo y de nuevos conflictos y retos, tanto desde su propio o auto reconocimiento como desde otros o hetero reconocimiento.

Así, los casos de TRADOC y la UST nos remiten a un proceso coincidente de cambio o resignificación de su sentido de vida laboral: de una clara identidad como obreros, laburantes o proletarios, luego de resistencia los trabajadores de ambas organizaciones se convierten en socios de una cooperativa y, de manera simultánea por tanto, tanto en propietarios-empresarios sociales como en trabajadores autogestionados. Esta identidad, sin embargo no es homogénea en ninguna de las cooperativas: para TRADOC son los 150 trabajadores más comprometidos quienes cuentan con mayor claridad sobre su nueva identidad socio-empresarial y autogestiva, mientras que en la UST sucede los mismo con el pequeño grupo de los líderes más destacados.

290

En ambos casos se trata de una identidad producto de un auto reconocimiento forjado por sus luchas sindicales autónomas, luego por su resistencia frente a los cierres y despidos y actualmente como cooperativistas. Pero también esta identidad como expresión de su reconocimiento propio tiene su contrapartida: el reconocimiento de muchos otros actores sociales y políticos, tanto locales como regionales, nacionales a través de su historia. Pero en la actualidad su identidad se ha visto reforzada, además, por el reconocimiento que sus luchas han tenido a nivel global y no sólo en la región y a nivel nacional, debido a la trascendencia de su triunfo sobre una transnacional como Continental, en el caso de TRADOC, o por sus vínculos con la ANTA y las ERT autogestionadas, en el caso de la UST.

Se advierten, sin embargo, algunas diferencias en las identidades de ambos grupos de cooperativistas: una identidad tal vez más integral en la UST, dado que esta integralidad se encuentra en el corazón de su definición autogestiva -dentro (cooperativa) y fuera (comunidad), saberes-capacidades actuales y formación-capacitación para el futuro, producción comunitaria y respeto al medio ambiente, distribución y reinversión, organización interna y participación amplia en red-. Es posible notar que la misma declaración integra elementos utópicos de tipo económico -como la necesidad de otra economía y otro estilo de vida y consumo-, político –la articulación cooperativa con la comunidad-, social –la organización en redes- y cultural –valores como la cooperación y la solidaridad-. En el caso de TRADOC, la identidad cooperativista queda limitada por una apuesta más radical todavía de algunos de sus máximos dirigentes: su identidad socialista.

Por su parte, las identidades colectivas de la URAC y la COOPAN-MST tienen su parecido en la resignificación que han hecho del modo de vida campesino: los valores de unidad y colaboración, el aprovechamiento endógeno de sus recursos, el impulso a la diversidad productiva y la agricultura ecológica, la fe como plataforma para una acción liberadora, el espacio de la sede en la URAC y el asentamiento Capela con las instalaciones de la COOPAN, las celebraciones y fiestas.

Como auto reconocimiento de sus socios, tanto la URAC como la COOPAN han logrado mantener una identidad colectiva pero de manera diferenciada en su interior: en la URAC, más clara y definida en sus dirigentes y menor en sus bases- y cimentada en su 291

revaloración o re-significación del modo de vida campesino y la agricultura familiar, donde los lazos solidarios de sus miembros se basan en una nueva cultura del ahorro; en la COOPAN, muy sólida en su interior como cooperativa agrícola con producción colectiva, lejos de ella el resto de los campesinos sin-tierra que habitan en el asentamiento Capela y producen desde la agricultura individual o familiar.

Sin embargo, una diferencia identitaria fundamental es su vínculo con el movimiento campesino más amplio. Para la URAC consiste en la tensión natural y siempre presente entre la satisfacción de las necesidades inmediatas de sus socias y socios –en tanto postura pragmática- y la necesidad de impulsar una resignificación de la organización como instrumento de lucha para la transformación social –la postura política-. En su caso, ha venido ganando la primera desde su origen. La COOPAN, por su parte, inscribe su identidad en la lucha por la reforma agraria desde las luchas del MST. No sólo producen actualmente, sino que lo hacen habiendo ocupado las tierras y resistido al desalojo. Así, frente a una organización regional campesina como la URAC, la COOPAN se queda limitada en lo local, pero vinculada al mismo tiempo a un gran movimiento nacional, el más emblemático de Brasil en la actualidad: el MST. Ocupar y resistir son los cimientos de su acción. No parece ser la apuesta de la URAC, la que aparece como menos politizada e ideologizada.

Exitosas ambas en sus apuestas, también es importante resaltar la heteroidentificación que numerosos actores sociales tienen hacia ellas: el movimiento de las finanzas educativas para la URAC o el propio MST y numerosas organizaciones para la COOPAN.

Finalmente, desde la perspectiva cultural, resulta indudable que, frente a la desvalorización a que han estado históricamente sometidos los indígenas mexicanos y bolivianos por parte de los mestizos y el Estado, tanto la UCIRI como la APG han logrado una re-significación del ser indígena en sus regiones y a nivel nacional al conjugar un conjunto de símbolos y significaciones que les permiten contar con sólidas identidades que fortalecen los vínculos entre sus miembros y con otras organizaciones sociales solidarias, tanto indígenas como campesinas. Los valores compartidos por ambas organizaciones son claros y

ampliamente reconocidos por sus miembros: unidad

indígena, compromiso de lucha, cuidado de la madre-tierra, la palabra-el idioma como cohesión y transparencia, comercio justo, vida digna y bien vivir, fe liberadora, esperanza 292

y orgullo indígena, diálogo intercultural. Estos son valores básicos que animan su participación:

de

ahí su

presencia

sobresaliente

en

numerosas alianzas con

organizaciones sociales de la UCIRI y la amplia y decidida participación política de la APG. Asimismo, la interculturalidad forma parte de sus prácticas cotidianas: en la UCIRI, dado que en ella confluyen como socios miembros de cinco etnias oaxaqueñas pero también por las organizaciones sociales formadas con otras etnias, y en la APG -en su reivindicación de la autonomía-, gracias a su diálogo permanente con otros grupos étnicos. Si la UCIRI se auto reconoce expresando su sentido último indígena como el “dar sentido a la vida del mundo”, la APG lo hace desde “la tierra sin mal” y el “bien vivir”. Y el reconocimiento de otros muchos actores sociales y políticos para ambas organizaciones es amplio y contundente en sus diversas escalas local, regional, nacional y global: organizaciones sociales y civiles, actores e instituciones políticas, agencias de cooperación e iglesias, entre otros. No obstante ello, si bien resulta muy clara la afirmación anterior para los adultos en ambas organizaciones indígenas, cabría preguntarse si lo mismo acontece con las nuevas generaciones. Y, al parecer, existen síntomas de desvalorización y, por tanto, de des-significación indígena entre los jóvenes indígenas de la región istmeña, los cuales cada vez se muestran menos interesados en el modo de de vida indígena y en la organización.

Un análisis conjunto de los seis casos nos permite observar que, coincidentemente y a su manera, las seis organizaciones solidarias analizadas –TRADOC y UST, URAC y COOPAN, UCIRI y APG- reivindican y luchan por revalorizaciones y re-significaciones que continuamente son negadas en el mundo actual: la identidad-dignidad de los trabajadores, la identidad-dignidad de los campesinos y la identidad-dignidad de los indígenas.

La construcción de sentido de las seis experiencias nos muestran efectivamente una resignificación de sus prácticas, fortaleciendo las identidades colectivas –como trabajadores, campesinos o indígenas-, pero permitiendo a la vez el paso a nuevas significaciones en transición como serían el caso de los trabajadores asalariados o sindicalizados a trabajadores cooperativistas o autogestionados.

293

Por otra parte, desde la orientación valoral, podemos señalar que la UCIRI, la APG, la COOPAN y la UST son las organizaciones que más se ubican en el campo de la reciprocidad: la UCIRI, mediante sus prácticas comunitarias de tequio y mano vuelta, así como su apuesta por el Comercio Justo; la APG, dada su lucha incluyente por la autonomía en la interculturalidad; la COOPAN, desde su lucha por la reforma agraria, la soberanía alimentaria, la cooperación agropecuaria y su apoyo-devolución al MST liberando compañeros; y finamente, la UST, por su compromiso con los trabajadores contratados y con la comunidad, como devolución por el apoyo recibido durante la resistencia-. Por su parte, tanto TRADOC como la URAC, al parecer, se encuentran insertas predominantemente en la lógica de la búsqueda de la equidad y la justicia, en la medida que las dos organizaciones han buscado alianzas o relaciones más equitativas con otros actores políticos y sociales. En cinco de los seis casos es posible advertir también “la presencia de la fe católica y ecuménica”, particularmente de misioneros, sacerdotes y agentes de pastoral inspirados en la Teología de la Liberación, la cual se encuentra muy presente en todas, con excepción de TRADOC, y se manifiesta como una forma de refuerzo de la unidad y la solidaridad: en los casos indígenas, muy marcada en la UCIRI, donde a través de todas sus prácticas colectivas se vive un ecumenismo cristiano de corte liberador impulsado por la Diócesis de Tehuantepec, Franz Vanderhoff y otros agentes de pastoral; pero también se advierte en la APG y la presencia misionera y social de los jesuitas en la parroquia de Charagua, la escuela Arakuarenda y la organización civil CIPCA desde los años setenta; en la UST, por su parte, el apoyo solidario del P. Luis Sánchez y su militancia social en la cooperativa y con el movimiento de jubilados argentinos y en la COOPAN-MST, donde la promoción y apoyo de la iglesia católica a través de la CPT y las iglesias progresistas, fueron fundamentales para su origen y desarrollo como organización nacional. En todos los casos es posible observar la realización de celebraciones religiosas que refuerzan el sentido de la lucha como organizaciones. Es el caso de TRADOC, aunque con menor intensidad y de forma más tradicional. Sin embargo, esta organización ha contado con el apoyo del CEREAL, organización civil de apoyo a los trabajadores y desempleados fundada por jesuitas de México.

294

Tercera parte

Las tendencias micro y macro de la acción y el pensamiento en las economías solidarias latinoamericanas: hacia un nuevo movimiento social.

295

Capítulo 11. Las tendencias latinoamericanas en las prácticas-acción de la ECOSOL: hacia una tipología de la acción como mirada transversal a la economía solidaria latinoamericana desde la perspectiva micro.

En el Cuadro 11.1 retomo mi propuesta tipológica original de las experiencias de la Economía Solidaria en América Latina para ubicar, realizados los ajustes necesarios a la realidad de cada caso, las diversas expresiones latinoamericanas. La tipología propuesta permite clasificar las experiencias en función de sus contribuciones o no en la búsqueda y construcción de “otra economía”. Los extremos de esta tipología apuntan al origen social de la construcción: desde abajo o desde arriba. Es por ello que la ECOSOL “radical” apuesta a hacerlo “desde abajo y sin el Estado”, mientras que la ECOSOL “estatal-burocrática” pretende construirla “desde arriba y desde el Estado”. En medio de estos extremos se encontrarían diversas prácticas de ECOSOL con alcances distintos: la “transicional”, la “complementaria” y “la oportunista”, construidas de desde abajo o desde arriba y con distintas intenciones económicas y opciones políticas, sociales, de género, ambientales, glocales y valorales-identitarias.

Hemos visto cómo en el análisis particular de cada uno de los casos existen diversos tipos de economía solidaria con diferentes manifestaciones de sus prácticas. Un primer ejercicio comparado entre ellas, todavía provisional, nos ha permitido destacar sus principales coincidencias y diferencias a partir de las diversas esferas y dimensiones.

Así, las experiencias de TRADOC y la URAC pueden adscribirse en el tipo AdaptativoDominante-Complementario (ADC) de la economía solidaria. Por su parte, los casos de la UCIRI, la UST, la COOPAN-MST y la APG Charagua quedarían inscritas en el tipo Emergente Utópica Transicional (EUT) de la misma.

296

Cuadro N° 11.1: Tipología-síntesis analítica de tendencias ECOSOL en México (con fronteras porosas entre ellas) Casos

Esferas/dimensiones (Actores)

Economía (Mercado)

Política (Estado)

Sociedad (Sociedad)

Lógica-racionalidad

Intercambio

Poder

Relaciones

Procesos

Mercantilización/ Desmercantilización

Estatización/ desestatización Ciudadanización/ desciudadanización

Socialización/ Dessocialización

ECOSOL TIPO Sistemas complejos Ninguno analizado (Zapatistas)

UCIRI APG COOPAN UST

TRADOC URAC

Ninguno analizado (Cooperativas de trabajo asociado y Cooperativas disfrazadas)

Ninguno analizado (Cooperativas venezolanas y cubanas)

Emergente Utópica Radical (EUR)

Emergente Utópica Transicional (EUT)

Adaptativa Dominante Complementaria (ADC)

Adaptativa Dominante Oportunista (ADO) (pseudo ecosol)

Emergente Utópica Estatal-Burocrática (EUA)

Género (Masculinofemenino)

Feminización/ Masculinización

Naturaleza (Ecosistemas)

Glocalización (Local-global)

Orientación valoral

Sustentabilidad

Espacialidad

Valores

Sustentabilización/ Dessustentabilización

Localización/ Globalización

Significación/ Dessignificación/ Resignificación

Armónica

Contrahegemónica

Reciprocidad Resignificación social

Relación predominante Anticapitalista y postcapitalista (desmercantilizadora)

Subpolítica

Incluyente no ciudadana con interculturalidad

Participación femenina activa hacia la equidad

Alternativa No capitalista y postneoliberal (desmercantilizadora)

Demodiversidad Estado fuerte, democrático y regulador Reconocimiento de derechos ciudadanos Demodiversidad Estado democrático y regulador Reconocimiento de derechos ciudadanos

Incluyente ciudadana Autonomía con interculturalidad

Participación femenina activa hacia la equidad

Incluyente ciudadana con interculturalidad

Participación femenina activa hacia la equidad

Armónica

Hegemónica matizada Gestión y democratización de OI

Capitalista neoliberal con mercados en la base de la pirámide (mercantilizadora)

Democracia liberal representativa Estado mínimo, discrecional y autoritario Desconocimiento de derechos ciudadanos

Excluyente ciudadana y promocional caritativa

Participación femenina inequitativa

Armónica o no

Hegemónica

Anticapitalista o no capitalista, postcapitalista o postneoliberal de corte estatista (desmercantilizadora o mercantilizadora)

Democracia de partido único o de partido dominante ligado a un Estado rector, propietario, autoritario

Corporativa, semi-incluyente ciudadana con interculturalidad

Participación femenina activa hacia la equidad o no

Armónica

Contrahegemónica

Capitalista de rostro humano y postneoliberal (Mercantilizadora o desmercantilizadora)

Armónica

Contrahegemónica

Reciprocidad Resignificación indígena

Alternativa

Equidad Resignificación del trabajador cooperativista Resignificación campesina Lucro y filantropía

Reciprocidad

Alternativa

297

Veamos sus características en cada una de las esferas y dimensiones: En la esfera económica –ver Cuadro 11.1- se puede observar que las experiencias analizadas cumplen con los indicadores tradicionales de la economía social y solidaria -destaca la UCIRI en torno a su capacidad de generar redes de colaboración o valor solidario, propuesta original de análisis de Euclides Mance (2006) y que yo sostengo-. Sin embargo, de acuerdo con mi propuesta de análisis, tanto TRADOC –con sus prácticas mercantilizadoras- como la URAC (con sus prácticas desmercantilizadoras) -y más allá de sus discursos- cuestionan el modelo capitalista en su actual expresión neoliberal –pero sin alcanzar a cuestionar radicalmente las bases éticas y consecuencias sociales del capitalismo como sistema-mundo-, y ciertamente reivindican su transformación hacia un “modelo capitalista de rostro humano”. Por su parte, la experiencia de la UCIRI, la APG Charagua, la UST y la COOPAN-MST nos muestran que sus respuestas económicas son de tipo “no capitalista” y que sus estrategias se enfocan hacia una desmercantilización de sus proyectos. En este sentido, la cuatro organizaciones realizan no sólo un cuestionamiento radical al modelo económico neoliberal, sino que lo hacen desde una perspectiva de construcción de una economía alternativa hacia una transformación del capitalismo. Asimismo, tanto la URAC como la UCIRI, la APG y la COOPAN, a pesar de sus enormes esfuerzos, han pasado por la experimentación fallida de algunos de sus proyectos, situación que aún no aparece en el caso de las cooperativas de trabajadores;

Tabla 11.1: Indicadores socioeconómicos de la ECOSOL Indicadores

TRADOC

UST

URAC

COOPAN

UCIRI

APG

Adhesión libre y voluntaria de sus socios

X

X

X

X

X

X

Participación democrática en las decisiones

X

X

X

X

X

X

Primacía del trabajo sobre el capital

X

X

X

X

X

X

Reinversión de utilidades en el objeto social y en servicios

X

X

X

X

X

X

X

X

X

X

X

X

X

comunitarios Primacía del valor uso sobre el valor de cambio Participación en redes de valor solidario

Fuente: elaboración propia

298

La esfera política, por parte, nos permite comparar otras de sus características, de manera que las seis experiencias coinciden en su proceso de ciudadanización por la necesidad de la impulsar el reconocimiento, ejercicio, protección y construcción de los derechos ciudadanos. Frente a una realidad contraria, buscan la existencia de un Estado democrático, rector de la economía, social y políticamente justo, con políticas públicas redistributivas que favorezcan la equidad y la inclusión social. TRADOC y la UST lo han hecho desde la perspectiva de los derechos laborales – tanto en su fase de trabajadores asalariados como en la actual etapa cooperativista en su apoyo solidario a las demandas de sindicatos democráticos o de militancia en organizaciones de trabajadores autogestionadosimpulsando la ciudadanización de los derechos económicos, sociales y civiles en su fase actual como el derecho a asociarse, al empleo, al emprendimiento, a la seguridad social, al ingreso digno, entre otros. Lo mismo sucede con las organizaciones campesinas e indígenas -URAC, COOPAN,

UCIRI y APG- en

donde su lucha por la ciudadanización los lleva a la búsqueda de los derechos campesinos y como pueblos indígenas. Los seis casos muestran también una coincidencia en la vivencia de “la demo-diversidad” en su interior, como una mezcla de la práctica de las democracias representativa y

participativa, y

promueven entre sus socios esta misma vivencia hacia fuera, en una clara autonomía respecto a los partidos políticos y el Estado. Sin embargo, una diferencia en esta esfera es la capacidad de inserción de las organizaciones en los movimientos sociales y la capacidad de ellos en las coyunturas políticas de cada país: tanto TRADOC, como UST, UCIRI, COOPAN-MST y APG

manifiestan

claramente esta tendencia, mientras que la URAC lo hace de manera muy temerosa (a través de redes educativas, pero sin pasar a acciones directas de movilización)191. Un análisis por sectores nos permite observar que los incipientes micro procesos de ciudadanización laboral, campesina e endógena se han enfrentado a macro procesos desestatizadores laborales y rurales en detrimento 191

Sobre el MST, Martins de Carvalho (2005: 258) propone una hipótesis distinta: más que un movimiento de masas, el MST sería una sociedad en red dada su enorme flexibilidad, sus utopías cargadas de incongruencias, pero con una energía humanizadora que enfrenta, rompe y presenta a la sociedad sus propuestas. En relación al gobierno, para Neuri Rosseto, la total autonomía respecto del gobierno es central para el MST ya ningún miembro del MST forma parte del mismo, ni siquiera del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA). Por ello la unidad pasa por la construcción de un proyecto denominado Consulta Popular, iniciativa que tiene su origen en la Iglesia Católica y el Grito de los Excluidos. Mediante la Asamblea Popular se pretende sumar amplios sectores de la sociedad brasileña para discutir el país que se quiere (Teubal, 2009: 143).

299

de los trabajadores y los campesinos e indígenas pero combinados con procesos estatizadores proclives al apoyo y subsidios de corporaciones privadas nacionales y transnacionales;

La esfera social nos remite a la capacidad de las organizaciones para promover tejidos sociales diversos, redes incluyentes e interculturales, organizaciones amplias y plurales. En los seis casos podemos afirmar que ha existido un importante proceso de socialización mediante la construcción de redes diversas sociales y territoriales. En el caso de TRADOC esta amplia socialización se hizo manifiesta principalmente en su fase de huelga y resistencia pero en su actual etapa cooperativista resulta limitada a sus alianzas sindicales y su sociedad con las empresas privadas nacional y transnacional. Por su parte, la URAC ha favorecido la promoción de una amplia socialización en torno al financiamiento familiar y sus redes con organizaciones regionales de financiamiento educativo, pero por desinterés ha quedado fuera del movimiento campesino nacional. En este sentido, es la UCIRI, entre las tres organizaciones mexicanas analizadas, la organización que más integralmente ha buscado una amplia socialización productiva, comercial y territorial, combinando simultáneamente la creación de organizaciones sociales, redes de comercio justo, empresas sociales, entre otras iniciativas socializadoras. Las organizaciones del sur de América, por su parte, tienden a acercarse más a la práctica socializadora de la UCIRI: la UST, mediante sus nexos cercanos con la comunidad y con las organizaciones argentinas y latinoamericanas de trabajadores autogestionados; por su parte, la COOPAN-MST ha generado amplias redes sociales a través de su adhesión al MST, donde destacan la relación con la Vía Campesina y otras organizaciones campesinas brasileñas; finalmente, la APG Charagua ha fomentado relaciones amplias y plurales con diversas organizaciones sociales, indígenas, religiosas y civiles, fortaleciendo el movimiento guaraní y originario en general;

Frente a un modelo patriarcal dominante en América latina y el mundo, la dimensión de género nos permite comparar las prácticas de las seis organizaciones: en este sentido destaca ampliamente la URAC en su proceso de feminización y empoderamiento femenino, en tanto organización campesina con base

en

el

ahorro

familiar,

con

una

amplia

membrecía

y

dirección 300

mayoritariamente conformada por mujeres. La UCIRI y la APG se ubican en un nivel intermedio, buscando la manera de impulsar la participación de las mujeres principalmente a través de proyectos productivos, pero también mediante los cargos electivos en sus comunidades. En la APG, sin embargo, el avance de las mujeres es más notorio por su participación como capitanas y consejalas. La UST y TRADOC, finalmente, serían las experiencias más atrasadas -hacia dentro- en la membrecía y participación de las mujeres, aunque en el caso de la UST se cuenta con mujeres influyendo en las decisiones estratégicas de la cooperativa desde las áreas de comunicación y formación, además que la UST ha favorecido claramente la participación de la mujer hacia afuera de la cooperativa, a través de las organizaciones barriales. En TRADOC, por otra parte, muchos testimonios indican que la participación de las mujeres familiares de los cooperativistas fue fundamental durante la etapa de resistencia, lo cual permitió un crecimiento personal y ciudadano muy importante en muchas de ellas. Un análisis por sectores sociales nos indica que son las organizaciones campesinas e indígenas – curiosamente en el medio rural- las que han avanzado un poco más en el empoderamiento femenino, en contraposición con las empresas recuperadas por los trabajadores que cuentan con un historial de trabajo masculino. Estos pequeños avances en las seis organizaciones no significan, por supuesto, que el modelo patriarcal se haya modificado;

Respecto de los procesos de sustentabilización ambiental, con el análisis comparado se puede afirmar que las organizaciones más interesadas y preocupadas en el respeto y protección al medio ambiente y el uso armónico de los recursos naturales han sido las organizaciones campesinas e indígenas URAC, UCIRI, COOPAN y APG-, destacándose sobre todo UCIRI y COOPAN, dado que en sus prácticas agroecológicas destacan la producción orgánica mediante biofertilizaciones- y su certificación, así como la adopción de ecotecnias en sus viviendas, donde se incluye a la URAC. Por su parte, la APG, además de lo anterior, mantiene procesos de monitoreo a los impactos ambientales ocasionados por las empresas en la explotación de gas en su territorio. Finalmente, respecto de las empresas recuperadas, la UST ha puesto su preocupación y ocupación ambiental en el mantenimiento del relleno sanitario, pero especialmente hacia fuera de la cooperativa en relación a la comunidad barrial mediante la educación 301

ambiental y la promoción de espacios agroecológicos, pero no ha llegado hasta el cuestionamiento y la movilización para denunciar la grave contaminación que arrastran los ríos afluentes del de La Plata. Por su parte, el caso que más llama la atención por la grave contaminación en que inserta –el corredor industrial de El Salto y la cuenca del Ahogado-, es TRADOC, el que a pesar de no ser contaminante en sus procesos de producción, poco interés práctico ha mostrado frente a dicha contaminación ni en relación a los graves impactos ambientales de la cadena global llantera; La respuesta al proceso de “glocalización dominante actual” también tiene sus diferencias entre las seis organizaciones. Con una notoria apuesta glocalizadora se encuentran la UCIRI, la COOPAN-MST, la APG Charagua y la UST, las cuales se encuentran insertas desde algunos años en la búsqueda activa de una glocalización contra-hegemónica y alternativa: en la construcción de redes contra de las grandes transnacionales, las comercializadoras de café y a favor del Comercio Justo, la UCIRI; contra los agronegocios y latifundios, mediante movilizaciones y foros regionales, nacionales e internacionales, la COOPAN-MST; en sus movilizaciones y acciones colectivas locales, regionales, nacionales y latinoamericano-sureñas a favor de la restitución de sus tierras, por la autonomía territorial indígena y sus alianzas diversas por los

derechos de los pueblos

indígenas, la APG; por su participación local, regional, nacional y latinoamericana contra la explotación feroz del trabajador por el capitalismo neoliberal y a favor de sus derechos sociales como trabajadores autogestionados, la UST. Por su parte, la URAC poco ha aspirado a incidir en ella ya que sus alcances han tenido un énfasis marcado en la dinámica local-regional con un poco en lo nacional. El caso de TRADOC, finalmente, resulta ambiguo. Si bien su lucha y resistencia contra la empresa Continental les llevó a una serie de alianzas internacionalistas contrarias a la glocalización dominante e híper explotadora de las transnacionales, en su nueva fase como cooperativistas las exigencias del mercado los ha llevado a una sociedad con la novena empresa privada a nivel mundial en la producción de llantas, pero dentro de un esquema asociativo equitativo y sin renunciar a su condición de cooperativa. Así, se considera que tanto la URAC como TRADOC no se encuentran en un proceso de cuestionamiento radical contra la glocalización

302

hegemónica o dominante, sino en todo caso en torno a una glocalización hegemónica matizada;

Finalmente, en cuanto a la dimensión cultural-identitaria expresada en la “orientación valoral” y “la construcción de sentido” de las seis experiencias, podemos señalar que la UCIRI es la organización que más se distingue por la búsqueda de la reciprocidad – tequio y mano vuelta, Comercio Justo- pero muy cerca se encuentran también la COOPAN –liberación de compañeros para el MST, reforma agraria o distribución de la tierra, cooperación agropecuaria- la APG autonomía e interculturalidad- y la UST –contratación de trabajadores como socios, devolución a la comunidad. Por su parte, tanto TRADOC como la URAC, al parecer, se encuentran insertas más en la lógica de la búsqueda de la equidad y la solidaridad, en la medida de sus alianzas y relaciones con el gobierno, empresas privadas y otras organizaciones. Es posible advertir también que las seis organizaciones analizadas buscan una resignificación de su identidad -como trabajadores cooperativistas o autogestionados, como campesinos o como indígenas-originarios- en un entorno neoliberal que pretende negarlos como tales para darles, si acaso, el reconocimiento como mano de obra. Habrá que añadir, además, que esta lucha por su resignificación particular de las organizaciones ha contado con el aliento, promoción y compromiso solidario de diversos agentes religiosos –desde la teología de la liberación- para hacerlas vida. Así, hemos visto a través del análisis de los diversos casos micro de la economía solidaria que, frente a un contexto dominante y neocolonial contrario a los intereses y necesidades de los trabajadores, de los campesinos e indígenas, es decir, frente a un entorno de tipo hípermercantilista, desestatizante y anti-ciudadano, desarticulador del tejido social y excluyente, ambientalmente depredador, patriarcal e inequitativo, glocalizante a favor de los grandes corporativos transnacionales y culturalmente homogeneizante, el cual se manifiesta en el actual modelo neoliberal global, la economía solidaria latinoamericana, reflejada parcialmente en estas seis experiencias emblemáticas, contiene valiosos elementos anti utilitaristas que pueden ser considerados como emergentes y embrionarios –es decir, aquello que resulta novedoso y alternativo- para la transformación del sistema capitalista actual, principalmente desde su apuesta postneoliberal, aunque no sólo.

303

Hemos descubierto, también, los alcances y límites en su emergencia, de manera que la realidad es difícil de transformar a pesar del deseo de las organizaciones por hacerlo.

Queda pendiente de trabajar el análisis desde un recorrido vertical de lo micro a lo macro, es decir, retomando estas experiencias y confrontándolas con las tendencias nacionales del pensamiento-acción de la economía solidaria latinoamericana. Este ejercicio de comparación nacional y su posterior contraste horizontal con las tendencias nacionales de México, Argentina, Brasil y Bolivia, así como el análisis de gestación de un nuevo movimiento social, son motivo del capítulo siguiente.

304

Capítulo 12. Las tendencias nacionales y globales de la ECOSOL: hacia una tipología de la acción colectiva como movimiento social y como mirada transversal a la economía solidaria latinoamericana desde la perspectiva macro. Luego del análisis comparado a nivel micro como “procesos-bucle constitutivos de lo alternativo” queda pendiente trabajar el análisis desde un recorrido vertical de lo micro a lo macro, es decir, retomando estas experiencias y confrontándolas con las tendencias nacionales del pensamiento-acción de la economía solidaria latinoamericana. Este ejercicio de comparación nacional y su posterior contraste horizontal con las tendencias nacionales de México, Argentina, Brasil y Bolivia es el motivo del presente capítulo.

De acuerdo con las entrevistas realizadas a los promotores y estudiosos nacionales de las Economías Solidarias es posible distinguir las diversas tendencias en relación a los siguientes factores: por sus actores, por su origen y por sus alcances socio-políticos. En el Cuadros N° 12.1, 12.2 y 12.3 (anexos) es posible encontrar dichas tendencias para cada país de estudio. 12. 1 Las tendencias nacionales por el tipo de actores Ecosol.

Empezaremos por las tendencias nacionales respecto al tipo de actores que las integran. Se reconocen, grosso modo, dos grandes tendencias:

a.

“el sector tradicional” de la ECOSOL -integrado por las cooperativas, mutuales y

asociaciones- presente en los cuatro países de estudio (Argentina, Brasil, Bolivia y México). Sin embargo, adicionalmente se pueden ubicar en este sector tradicional los ejidos y comunidades indígenas de México y las comunidades indígenas de Bolivia, en tanto formas organizativas “ancestrales” de producción, distribución y consumo;

b.

el sector de “la nueva ECOSOL”, tendencia en la que destacan las organizaciones

de desocupados de Argentina, las empresas Recuperadas por sus Trabajadores en Argentina y Brasil, los clubes argentinos de trueque, las nuevas organizaciones de base económica campesina e indígena de Brasil, Bolivia y México y, finalmente, las nuevas empresas sociales presentes de manera simultánea en los cuatro países.

305

Diversos entrevistados dan cuenta de ello. Para el caso argentino, Susana Hintze, académica de la Universidad Nacional General Sarmiento, lo expresa de la siguiente forma: “(…) hay dos momentos (en la ECOSOL): hay uno -que yo te diría parte de la economía social histórica- el cooperativismo, que hay una parte en ese caso larguísima historia que estuvo muy ligado a los movimientos activos y del sector obrero que se desarrolla con una vertiente sindicalista del siglo pasado (...) como el mutualismo; (…) en el 96‟-95‟ uno encuentra la aparición de ´nuevas formas´ que son lo que se llama la economía solidaria para distinguirla de esta otra que es la tradicional-, y ahí te aparecen los movimientos muy fuertes contra el neoliberalismo, ajuste estructural, desempleo” (Susana H.)

Este sector tradicional de la ECOSOL tiene una enorme importancia respecto al peso económico y dimensiones sociales de sus membrecías. Ya en el capítulo 3, inciso 3.1, hemos hecho referencia a este peso pero, resumiendo, se puede afirmar que en Brasil la Organización de las Cooperativas Brasileñas (OCB) agrupa un total de 7,261 cooperativas de 13 sectores de la economía brasileña, cuenta con un total de 8,252,410 asociados y 274,190 empleados y genera el 5.39% del PIB, donde el principal sector cooperativista es el agropecuario (Duarte, 2009). México, por su parte, cuenta con 47 mil empresas asociativas solidarias –agrarias, cooperativas, sociedades de solidaridad social y asociaciones- con cerca de 8 millones de socios que representan el 18 por ciento de la PEA (Monroy, Vietmeyer, Villarreal: 2008). Argentina, a su vez, tiene 11,357 cooperativas registradas con una membrecía que rebasa los 9 millones y emplean a 233,000 personas (Ghirelli y Alvarez: 2009). Finalmente, en Bolivia, la Coordinadora de Integración de Organizaciones

Económicas

Campesinas

de

Bolivia

(CIOEC)

agrupa

a

778

organizaciones campesinas, indígenas y originarias que integran a más de 100 mil familias, la Asociación de Organizaciones de Productores Ecológicos de Bolivia –AOPEBagrupa a 30,000 productores ecológicos bolivianos y la Federación de Cooperativas Mineras (FEDECOMIN), cuenta con un promedio de 620 cooperativas y más de 60,000 trabajadores (AOPEB: s/f).

Sin embargo, se reconoce por los entrevistados que en el sector tradicional de la Ecosol existen casos con una historia de corrupción y vicios en sus prácticas que contradicen sus 306

principios, particularmente en el sector cooperativo –lo cual no significa que en otras expresiones organizativas de la Ecosol no existan vicios y corruptelas de diverso tipo, como sería el caso de los ejidos mexicanos-. Mario Monroy y María Julia Jiménez, promotores nacionales de la Ecosol de México y Bolivia, respectivamente, se refieren así a este sector: “(…) en México, la palabra cooperativismo ya está muy estigmatizada, ¿no? A lo corrupto, a lo transa (…) Impulsadas ´desde arriba´ por el gobierno mexicano por medio del dinero, han padecido una corrupción brutal: de los granjeros, los lecheros, los camaroneros”. (Mario M.) “(…) dentro de las empresas mineras no se viven, no se siguen los principios cooperativos y las mineras logran concesiones (…) Yo soy el socio de la cooperativa pero mando a mi trabajador de primera, éste manda a otra y, al final, una cadena de explotación muy dura (…)” (María Julia J.)

La segunda tendencia es el nuevo sector de la ECOSOL. La diversidad de actores que confluyen en ella es enorme, pero destacan por su importancia y representatividad las nuevas organizaciones de base económica campesina e indígena (NOBECI) con una presencia en los cuatro países, pero significativamente mayor en los casos de Brasil, Bolivia y México. Entre sus principales reivindicaciones socioeconómicas se destacan la agroecología -o producción agropecuaria sustentable- y el Comercio Justo, así como la necesidad de impulsar una Reforma Agraria mediante el reparto social de la tierra, la búsqueda de la soberanía y seguridad alimentarias y, para las comunidades indígenas, el reconocimiento a su autonomía en tanto una combinación socio-territorial y política de tierra y territorio.

El Comercio Justo ha sido una de las vertientes principales de esta tendencia, junto con la agroecología y la certificación orgánica, a pesar de sus severas limitaciones en tamaño, agregación de valor por los productores primarios y la ausencia de negociaciones más democráticas entre productores del sur global y consumidores del norte, como hemos visto ya en capítulo 4° en el caso de la UCIRI. Frente a ello, los productores y promotores mexicanos se organizan para contar con su propia organización de Comercio Justo México y tener su propio sello como productores: 307

: “Ellos te compran el café de América Latina, (pero) verde (…) sigue siendo una dinámica económica entre importadores y exportadores ¿no? A ti no te compran el producto terminado” (Mario M.) “(…) Había 17 sellos de comercio justo en el mundo (…) Entonces, nosotros hicimos el primer sello de comercio justo en un país de tercer mundo, en un país de productores, y eso era lo original del asunto, ¿no?” (Mario M.)

Sin negar la riqueza de este aporte, también existen problemas dentro de Comercio Justo México. Los problemas se han dado principalmente entre dirigentes. Mario Monroy y Saúl Echeverría en distitnso momentos hicieron alusión a ellos.

Por otra parte, sin dejar de ser importantes pero más allá de los esfuerzos socioeconómicos, es decir, para no caer en una especie de “economicismo solidario”, Mauricio Bacardit, sacerdote jesuita y promotor de desarrollo rural de Bolivia, destaca la importancia estratégica de la recuperación de las tierras y territorios indígenas en su país -particularmente en Charagua, del departamento de Santa Cruz- como factor fundamental para recuperar también la identidad y la capacidad de tomar decisiones comunitarias: “(…) si nos dedicamos a solamente a promover la producción, comercialización agropecuaria creo que solamente estamos rozando la superficie si esto no va acompañado por la transformación de las estructuras. Tienen que ir las dos cosas conjuntamente (…) con la ley del Instituto Nacional de la Reforma Agraria se pudieron recuperar y transformar estos territorios en territorios comunitarios en manos de los indígenas” (Mauricio B.)

Para Mauricio Bacardit la autonomía indígena es una conquista fundamental para avanzar en la recuperación real de sus territorios, hasta el grado de que las comunidades guaraníes puedan negociar de igual a igual con las transnacionales de hidrocarburos en Bolivia:

308

“(…) si una empresa petrolera saca hidrocarburos dentro del territorio guaraní debe de dejar una buena parte de sus ganancias para el pueblo guaraní. De justicia, no de caridad o de prebenda, sino de justicia”. (Mauricio B.)

Otras expresiones de la nueva ECOSOL son las organizaciones de desocupados, las empresas recuperadas y los clubes de trueque, particularmente para el caso argentino y brasileño. Se trata de iniciativas surgidas al calor de las crisis económicas, cuya constitución se frenó cuando las condiciones económicas mejoraron en el Cono Sur. Desde Argentina, Susana Hintze afirma: “(…) a costa de la crisis surgen la desocupación y además la pobreza a niveles muy altos (…) Los dos movimientos fuertes que son de los

90‟s son los

movimientos de trabajadores desocupados, que nosotros llamamos los MTD. Esos movimientos de trabajadores desocupados buscan desarrollar alternativas de autoempleo para los cuales pelean por planes de empleo (…) (El segundo movimiento) fue el trueque, el otro gran fenómeno de los 90‟s aparte de las empresas recuperadas (tercer movimiento)” (Susana H.)

Finalmente, una nueva tendencia en la Ecosol latinoamericana se refiere a las nuevas empresas sociales, las que constituidas desde abajo pero contando con apoyos empresariales privados y gubernamentales, combinan de manera relativamente exitosa y sostienen en la práctica una tensión positiva entre los principios de la economía solidaria, la adquisición de tecnología y la eficaz gestión empresarial con productos y servicios de buena calidad y precio. Para Mario Monroy, esta tendencia, sin ser hegemónica dentro de la Ecosol ni todavía suficientemente exitosa en las empresas que la impulsan, está teniendo un nuevo vigor recientemente porque se cobra conciencia de superar las limitaciones como empresas solidarias: “(…) Por eso yo creo que deberían estar certificadas (las empresas sociales) de alguna manera, como el comercio justo tiene certificados tanto en orgánico como de calidad (…) Yo creo que podríamos aspirar a una forma muy profesional de poder llevar una cooperativa social (…)” (Mario M.)

309

12. 2 Las tendencias nacionales de Ecosol por su origen: “desde abajo” o “desde arriba”.

El segundo tipo de tendencias nacionales está compuesto por su origen o surgimiento. Dentro de ellas podemos distinguir dos grandes tipos, los cuales se encuentran presentes en los cuatro países analizados: a. el de aquellas experiencias que surgieron “desde abajo”192, es decir, por iniciativa de los sectores populares como las comunidades indígenas, grupos campesinos y organizaciones urbano-populares, o a través de instituciones con trabajo de base de promoción social y popular como las organizaciones de la sociedad civil o las iglesias locales, y b.

las iniciativas de Ecosol que tuvieron su origen “desde arriba”, a partir de

instituciones del Estado, ya gubernamentales o por medio de los partidos políticos, así como por sindicatos o la iniciativa privada.

Veamos las características de ambas tendencias. a.

La tendencia “Desde abajo”.

Las entrevistas realizadas a promotores y académicos de la Ecosol de los cuatro países estudiados demuestran la existencia de una gran cantidad de iniciativas surgidas “desde abajo”. Para Susana Hintze, este surgimiento de abajo hacia arriba pasa por los tres grandes movimientos recientes argentinos de las empresas recuperadas, los clubes de trueque y los desocupados. A ellos se suma un factor adicional que ha impulsado la Ecosol en su país, y se refiere a la academia. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por articular los diversos movimientos presentes en la Economía Solidaria argentina, la posibilidad de generar un Foro tipo el brasileño no prosperó lo cual ha impedido el desarrollo más pleno y maduro de la Ecosol en dicho país:

192

En un acercamiento o análisis abajo-arriba, los elementos individuales de la base del sistema son primero especificados en gran detalle. Estos elementos son entonces unidos para formar subsistemas, los cuales posteriormente se unen, muchas veces en varios niveles, hasta formar un sistema completo en la cima.

310

“(…) Entonces, esos son tres movimientos (empresas recuperadas, desocupados y clubes de trueque) que, me parecen, salen de abajo hacia arriba y empiezan a constituir un tercer elemento central que a mi parece que influye en la constitución de hecho: es el peso que toma la academia (…) un tipo de producción intelectual también ahí” (Susana H.)

Las dificultades de organización desde abajo son innumerables y complejas. Para el caso de Bolivia, Primo Nuna realiza una descripción histórica de la capacidad de organización desde debajo con numerosos problemas de organización más amplia por parte de los pequeños productores agropecuarios. Estos problemas son de diversos tipos, desde la producción y comercialización hasta la organización amplia en asociaciones gremiales: (…) Desde los años 52 con los pequeños productores en Bolivia intentamos poder organizarnos, donde ahí aparece lo que son las cooperativas agropecuarias, cooperativas de servicio, muchas otras cooperativas del año 52‟ (…) (Pero) ¡En casi tres décadas casi no ha habido el éxito de poder organizar económicamente y productivamente, de poder organizar a las asociaciones rurales!” (Primo N.)

Por su parte, Mauricio Bacardit hace un recuento de sus esfuerzos históricos, con sus logros y fracasos, y del momento actual de esperanza para los indígenas y campesinos de su país. La lucha organizativa de los pueblos originarios por el reconocimiento de sus derechos no ha sido lineal y ascendente durante las últimas tres décadas sino, por el contrario, difícil y conflictiva, muchas veces hasta el desaliento: “Hubo hace varios años, yo estaba trabajando y me entró una especie de pesimismo de qué hemos hecho hasta ahora: ¡nos hemos matado, hemos andado años, pasado frío, calor, noches malas, asambleas, de todo lo hemos pasado y yo no veo resultados! Pero (…) todo lo que hemos trabajado durante 30 o 40 años en producción y desarrollo ahora se está viendo, está apareciendo” (Mauricio B.)

Sin embargo, esta construcción de organizaciones de Ecosol desde abajo se manifiesta no sólo en el espacio local o nacional, sino también a escala global, como sucede en el caso de los indígenas mexicanos mediante la presencia de sus productos en los circuitos de Comercio Justo: 311

“(…) ahora van los indígenas a Europa y conquistan al público europeo con un producto de calidad, orgánico (...) Entonces, lo hacen con Holanda y empiezan a abrir mercados hasta llegar al el 2% del mercado nacional holandés” (Mario M.)

De manera que, para varios de los entrevistados, la Ecosol nace de los pobres y sus aliados sociales como una respuesta a su situación de injusticia y precariedad: “(…) ¿De dónde nace la economía solidaria? Nace de los pobres ¿no? Es un aporte de los pobres, desde la pobreza en casa, de mercado, donde ellos hacen su relación comercial (Mario M.) Es el caso de los precarizados trabajadores “Sin Tierra” en Brasil. El proceso de toma de tierras hasta lograr su posesión legal, con el asentamiento y su posterior producción agropecuaria, son otro ejemplo de esta construcción “desde abajo” en los grupos del MST. Sin embargo, su búsqueda de una organización alternativa para la producción ha sido complicada, hasta el grado de tener que aprender del modelo de las cooperativas agropecuarias cubanas: “Antes estaban acampados, hoy ellos son asentados. Ya tiene cada uno su extensión de tierra y les está llegando el recurso para que ellos construyan sus casas” (A. Camargo)

Un actor importante para el surgimiento de numerosas experiencias cooperativas han sido las iglesias locales, especialmente como en los casos mexicano y brasileño. Mario Monroy explica la participación de la Iglesia mexicana: “Pero está también esta parte de las cooperativas de ahorro y crédito que también son impulsadas por la Iglesia mexicana de los 50‟. (…) como una cruzada de carácter católico pero para beneficio de la gente que sigue funcionando en algunos casos como ALCONA, que es la Alianza Cooperativista Nacional” (Mario M.)

En Brasil, la presencia de las Iglesias católica y protestantes ha sido muy significativa en el apoyo a las experiencias de la Ecosol. Desde las Comunidades Eclesiales de Base en 312

las periferias urbanas, hasta las pastorales obrera y de la tierra, el compromiso de los agentes de pastoral ha nutrido las luchas sociales por la construcción de alternativas, en este caso de la economía solidaria: “El Foro Brasileño viene de una articulación a partir de la Iglesia Católica (…) Y es Cáritas, presente en aquí en Río Grande do Sul y en el resto del país, en 15 estados (…) que viene realizando un trabajo así de fraternización comunitaria a partir de las CEB´s (Comunidades Eclesiales de Base), ¿no?” (Rosana K.)

Y en el caso de Bolivia, la presencia de la Compañía de Jesús en estos esfuerzos de organización campesina e indígena para el desarrollo rural es relevante, donde CIPCA con sus más de cien promotores e investigadores distribuidos en todos los departamentos- juega un papel fundamental en el proceso. El padre Mauricio Bacardit se refiere así a su participación: “(…) soy sacerdote jesuita. Llegué a Bolivia a los 24 años, como joven estudiante, pero desde el año 70 he estado metido en todo lo que es producción y desarrollo rural. He pasado por diferentes instituciones de jesuitas de crecimiento y desarrollo (…) y me siento satisfecho de ese cambio” (Mauricio B.)

La construcción desde debajo de la Ecosol acontece en los cuatro casos nacionales también mediante el apoyo de las organizaciones de la sociedad civil o no gubernamentales. Por ejemplo, en el caso mexicano, los Encuentros Nacionales de Ecosol que se realizan cada dos años han sido organizados por una mezcla de organizaciones civiles, organizaciones de Ecosol y académicos. Esta mezcla resulta interesante pero, al mismo tiempo que se destaca su rica diversidad, se manifiestan las diferencias y tensiones entre las distintas concepciones que los actores tienen de la Ecosol: “(…) los primeros a los que yo fui traían mucho el rollo de lo “OeNeGero” ¿no? Es una mezcla de académicos, de ONG‟S, de género y también van organizaciones. Se realizan eventos como conferencias y también había intercambio de experiencias, había mesas redondas para las diferentes experiencias” (Mario M.).

313

Finalmente, otro actor que ha incidido en la promoción de la Ecosol “desde abajo” han sido los sindicatos, tanto campesinos como de trabajadores. Destacan, en este sentido, los casos de la CIOEC boliviana y la Central Única de Trabajadores (CUT) brasileña. Para Primo Nuna, presidente de la CIOEC, la organización campesina -independiente de los partidos, pero cercana al MAS- es ya un referente nacional que llega a todo el país con proyectos propios: “Es que damos infraestructura, equipamiento y ahorita estamos ejecutando como 63 proyectos en todo Bolivia, donde directamente transferimos los recursos con los pequeños productores para que no tengan problemas” (Primo N.)

Sin embargo, empleo y autoempleo autogestionado son una contradicción no fácil de resolver para los sindicalistas, de manera que diversas posiciones pueden manifestarse al interior de los mismos. Es el caso de la CUT brasileña: “Otro frente es el sindicato, ¿no? (…) estando en Belén en el Foro Social Mundial, un militante sindical hizo un cuestionamiento hacia dentro del sindicato: “¿será que ése es el camino? ¿será que ése es el trabajo que el sindicato debe hacer en una situación de desempleo? O la organización debería luchar, entonces, con dar continuidad al trabajo volcado en pro del pleno empleo, por la lucha del pleno empleo. (…) La CUT entra desde el principio de la organización del Foro Brasileño y se mantiene, más es un grupo reducido dentro del sindicato” (Rosana K.)

Otro proceso de articulación amplia desde abajo lo constituye el Foro Brasileño de Economía Solidaria (FBES), el cual representa la mayor expresión de concertación y articulación de la Economía Solidaria de los cuatro países estudiados –y seguramente lo es también de América Latina-. Dicho Foro surge de las plenarias de la Ecosol realizadas en el marco del Foro Social Mundial. Pero realmente no fue sino hasta la cuarta plenaria, realizada en 2008, cuando fue llamada Foro Brasileño y ello permitió su estructuración en todo el país: “Así, en el proceso del Foro Social Mundial comienzan a acontecer las plenarias de la Economía Solidaria (…) La cuarta plenaria de economía solidaria se realizó

314

en 2008 (…) y fue llamada por el Foro Brasileño de Economía Solidaria (…) Todos los estados hicieron sus plenarias estatales” (Rosana K.)

Dicho foro tiene una participación territorial representativa y democrática donde están presentes representantes de los 27 Foros Estatales de Economía Solidaria, y, como suele suceder en las iniciativas articuladoras construidas desde abajo, tiene diferencias entre sus líderes y problemas de financiamiento para su operación cotidiana, lo que dificulta la realización de sus reuniones nacionales. La organización del Foro, con sus diferencias regionales y estatales, desciende hasta los niveles municipales. De ahí que su crecimiento no sea homogéneo. b.

La tendencia “desde arriba”.

Si bien la Ecosol ha tenido como promotores privilegiados a sectores populares o desde abajo, también ha contado en muchos casos con la promoción y apoyo de instituciones y actores poderosos ubicados desde arriba, entre los que se pueden encontrar las instituciones de gobierno, los partidos políticos, los empresarios privados, las jerarquías eclesiales y las universidades.

Con todo y su marcada tendencia hacia el conservadurismo, algunas diócesis católicas mexicanas, por ejemplo, son un actor que recién apenas se empieza a preocupar por la construcción de alternativas frente al despojo que han dejado las reformas estructurales de casi 30 años en México. Mario Monroy ha sido parte de la promoción de la Ecosol con el Episcopado Mexicano: “(…) fuimos a ver al Consejo Episcopal y les fuimos a proponer una campaña de ´comercio justo, de economía solidaria y de consumo responsable´ y nos los compraron, fíjate. Entonces, durante 30 días se realizó la campaña (…) en las parroquias, a nivel nacional y en Cáritas” (Mario M.)

Por otra parte, con los riesgos que implica para las organizaciones solidarias no lucrativas, algunos empresarios privados con cierta sensibilidad social se han convertido recientemente en un actor que, desde arriba, empiezan a voltear hacia los emprendimientos de la Ecosol como alternativas frente a la pobreza y como posibilidades 315

de asociación empresarial. Estas nuevas experiencias permiten que las empresas de la Ecosol conserven la mayoría en la toma de decisiones sin perder sus fines no lucrativos ni renunciar a sus principios solidarios pero abren posibilidades de intercambio con el mercado. Es el caso del Grupo Jade mexicano, el cual, para Mario Monroy, constituye una experiencia relevante del sector socio-empresarial: “(La Ecosol) no es exclusivamente de los pobres, también parte de los empresarios. Algunos se unieron -que están agrupados en la USEM (Unión Social de Empresarios Mexicanos)- para impulsar aquí proyectos conjuntos (donde) el 51% del capital es del grupo Jade y el 49% de capital privado (…)” (Mario M.)

Además de los anteriores, los académicos en las universidades son otro actor que han sido promotoras de la Ecosol. Pero este apoyo ha sido muy limitado. En ellas se expresan diversas tendencias que, como en el caso brasileño, pueden coincidir con la Ecosol, particularmente si están ligados al sindicato -como la CUT-. La Red Brasileña de Incubadoras Sociales, que agrupa a más de 22 universidades del país, es una apuesta universitaria en este sentido: “(…) Mas la universidad también tiene una relación con la CUT (...) un grupo dentro de la universidad que tiene relación también con el movimiento sindical que se pone a realizar y tener ese trabajo de investigación, extensión, volcado para la organización de cooperativas populares, ¿no?” (Rosana K.) Hemos visto que “desde arriba”, pero todavía con timidez y de manera precaria durante las últimas tres décadas en los países de estudio, diversos actores son activos promotores de la Ecosol. Sin embargo, existe un actor adicional, el Estado, fundamental en la construcción de un marco normativo y de políticas públicas eficaces a favor de la Ecosol también “desde arriba”. Dada su relevancia, parece conveniente analizar y comprender su papel histórico y, sobre todo, reciente en la generación de un subsistema nacional de la Ecosol. 12.3 Las tendencias de los Estados latinoamericanos en relación a la Ecosol.

316

El Estado -con sus marcos jurídicos, sus instituciones políticas, las estructuras burocráticas gubernamentales y las políticas públicas como promotoras de la Ecosol- se puede convertir o no en un aliado fundamental para la construcción de la economía solidaria. Por otra parte, diversos testimonios apuntan a la doble consecuencia –positiva algunas veces, negativa otras- de la práctica gubernamental en apoyo de la Ecosol. Existen experiencias con severas limitaciones que este tipo de promoción gubernamental “desde arriba” han tendido a generar en los emprendimientos solidarios, pero también las enormes posibilidades y exigencias que tiene para la Ecosol el contar con una alianza estratégica con el Estado de cada uno de estos cuatro países.

Por ello, como parte del Estado, un actor que desde arriba ha promovido la Ecosol han sido los Partidos Políticos. Ello ha sido particularmente claro en los casos de Brasil y México, pero no sólo. De acuerdo con Mario Monroy, en 2009, los tres principales partidos políticos mexicanos –Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Acción Nacional (PAN) y Partido de la Revolución Democrática (PRD)- tenían algún nexo con organizaciones de la Ecosol mexicana. Por ejemplo, el actual partido gobernante de la federación, el PAN, auspicia a la organización “Unión Nacional Integradora de Organizaciones Solidarias y Economía Social” -UNIMOSS193- y el PRD tiene vínculos ideológicos con la Alianza Cooperativista Nacional –ALCONA-. El PRI, por su parte, lo hace a través de las Federaciones de cooperativas históricas y de su Central Campesina –la Confederación Nacional Campesina o CNC- organización de tipo corporativo que agrupa a las Ligas de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del país. Este tipo de vinculación semi-orgánica de las organizaciones con los partidos tiene sus claroscuros, dado que si bien les permite acceder a través de ellos a recursos públicos, por otra parte pervierte su capacidad de gestión y la exigencia de una mayor profesionalización de sus cuadros directivos y los “clienteliza” electoralmente:

193

Se define como una organización de organizaciones en donde la participación de sus miembros es voluntaria, convencida y decidida, en la que todos sus miembros aportan, proponen y se comprometen. Tenemos como filosofía al Humanismo Social y como principios la dignidad de la persona, la solidaridad, subsidiariedad, el bien común, la democracia participativa, la libertad, la justicia, el orden social y el bienestar de la familia. Nuestros valores principales son el liderazgo, la participación ciudadana, la corresponsabilidad, la equidad, la pluralidad, el respeto, el orden y el civilismo. Como ejes de nuestras acciones desarrollamos justicia, la economía social y productiva.

317

“Sí, están vinculados (los partidos políticos). ¿Por qué? Pues por las elecciones y porque la economía solidaria se puso de moda, igual que se puso de moda el comercio justo en su tiempo, ¿no? Es el caso de UNIMOSS con el PAN y de alguna manera ALCONA, porque ALCONA estaba en el PRD” (Mario M.)

En el caso de Brasil, el Partido de los Trabajadores ha sido un factor de suma importancia para el impulso de la Ecosol. Se trata de la vertiente de la Ecosol impulsada desde arriba en Brasil y que tiene una gran relación con la CUT, las Iglesias, el MST y las universidades. El PT ha sido un factor de apoyo a la Ecosol y entre sus tendencias milita una corriente, “Democracia Socialista”, que reivindica la economía solidaria. Estos militantes influyen en las instituciones de las que forman parte. Algunos de ellos son trabajadores de universidades, pertenecen a la CUT y son católicos al mismo tiempo: “Existe otra (vertiente) que en realidad está completamente ligada a la Iglesia, al Sindicato y la Universidad, que es el Partido (…) Y hay, con mucha fuerza, una tendencia dentro del PT que está bastante organizada en torno a la economía solidaria que es la “Democracia Socialista”. (Rosana K.)

En síntesis, el Estado sería la tercera tendencia, además del tipo de actores que la integran y del origen o surgimiento de la Ecosol. En los casos nacionales analizados es posible distinguir dos etapas de actuación durante las últimas décadas. De acuedo con la forma en que los Estados latinoamericanos se fueron insertando en la corriente neoliberal del Consenso de Washington, como vimos en el Cap. 2°, se puede afirmar que la década de los noventa y los primeros años del nuevo siglo resultaron más o menos homogéneos en las diversas apuestas de ajuste estructural que los países realizaron -mediante los principios de privatización de empresas estatales, desregulación y liberalización de mercados y estabilización económica-, generando con ello la necesidad de las organizaciones de la economía solidaria por impulsar sus propias estrategias de sobrevivencia .

Las diferencias encontradas entre los Estados latinoamericanos motivo de este estudio en su relación con la Ecosol y sus organizaciones empiezan a surgir hacia mediados de la presente década, o un poco antes, a partir de los triunfos de la izquierda política en Brasil (2003), Argentina (2003) y Bolivia (2005). Así, de acuerdo con Preciado (2011) y como ya 318

hemos visto en el segundo capítulo, en términos generales podemos ubicar como siete modelos capitalistas nacionales pero que en el caso de los países latinoamericanos objeto de estudio se ubican en:

México, en el Modelo Liberal Ortodoxo y empecinado en su profundización; Brasil, en el Modelo Postneoliberal Pragmático desde una Semiperiferia Reestructurada; Bolivia, desde el Modelo Postneoliberal Contrahegemónico, que se opone abiertamente al modelo neoliberal y; Argentina, más cercano al Modelo Postneoliberal Pragmático, aunque con algunos matices.

Con esta clasificación de Preciado, considero que sirve de base para un análisis de su comportamiento político hacia la Ecosol. Encuentro así, dos tipos de tendencias nacionales presentes en el análisis: el Estado hacia lo Alternativo y el Estado Funcional. En el Cuadro 12.3 se observan estas expresiones de las tendencias nacionales. La “vertiente Postneoliberal”, en primer lugar, ya sea en su vertiente Contra-hegemónica o en la Pragmática -con sus avances en la construcción de la economía social y solidaria como fórmula de desarrollo endógeno y de una ciudadanía social pero con déficit en ciudadanía económica-, con todo y sus diferencias respecto a sus apuestas estratégicas y sus alcances, cuenta con instituciones públicas en los diversos órdenes de gobierno que favorecen el impulso de políticas a favor de la Ecosol y de organizaciones dispuestas a aprovecharlas, dado que ambas partes cuestionan los principios y prácticas de las reformas de ajuste estructural aplicados en los diversos países. Caben aquí los casos de los sectores tradicionales de la Ecosol –cooperativas y mutuales- y de organizaciones de la nueva Ecosol, pero en el conjunto nacional podríamos ubicar los casos de Brasil, Bolivia. De manera más restringida, se ubica también Argentina. Así, a diferencia de la tendencia nacional de México, los casos de Brasil, Bolivia y Argentina con sus Estados activos a favor de los sectores populares resultan significativos para la Ecosol.

Mauricio Bacardit, con su amplio compromiso con el movimiento campesino e indígena boliviano, nos ofrece un testimonio del cambio que está aconteciendo en Bolivia a raíz del

319

gobierno de Evo Morales y del partido gobernante, el MAS –Movimiento Al Socialismo- en medio de un entorno político y social muy polarizado: “(…) Creo que desde la elecciones de 2005 Bolivia ya no será la misma (…) se pretende hacer un cambio y se pretende hacer justicia con esa masa de población indígena-campesina. Y en este sentido creo que Evo y su equipo han tomado conciencia (…) de que debe de haber un cambio profundo en toda la sociedad y de ahí la discusión política del Estado” (Mauricio B.)

Sin embargo, también el gobierno de Morales ha cometido errores políticos en contra de las clases populares, como su fallido decreto de fines de 2010 para incrementar los precios de los combustibles194.

Un segundo aspecto clave en la apuesta del Estado por la transformación del país además de los partidos políticos- se refiere a su marco constitucional. En ese sentido, la nueva constitución Boliviana apuesta al reconocimiento e inclusión plurinacional y la participación activa de los pueblos indígenas en sus decisiones comunitarias es clave en el proceso de apropiación. Por ello, para Bacardit: “(…) que los indígenas puedan elegir según sus usos y costumbres a dirigentes indígenas campesinos para participar en lo que se llama la nueva Constitución en la asamblea plurinacional” (Mauricio B.).

Un tercer aspecto del papel del Estado -en el caso boliviano- en relación a la Ecosol se refiere al reconocimiento de la autonomía indígena, de manera que la relación tierraterritorio con su respeto a la cultura y formas de organización propias indígenas forme parte de los nuevos retos los guaraníes bolivianos: “Ahora, con estos territorios comunitarios, recién ahora se está buscando esta autonomía indígena (…) se está tratando de hacer justicia con toda esta población originaria de Charagua” (Mauricio B.) 194

Hacia fines de diciembre del 2010 el Gobierno de Bolivia decretó un alza en los precios domésticos de los combustibles de hasta 83 por ciento pero se encontró con una fuerte oposición social y se vió obligado a recular, anulando la medida. Con ello, Evo Morales se enfrentaba a la necesidad de recuperar la confianza perdida de sus bases sociales de apoyo.

320

Pero la transformación y el apoyo del Estado no son gratuitos, sino resultado de la lucha desde abajo emprendida por las organizaciones sociales. Tanto Mauricio Bacardit como Primo Nuna son conscientes de la importancia del poder de las organizaciones campesinas e indígenas y su incidencia en los procesos políticos a favor de su inclusión y el desarrollo, es decir, de un fortalecimiento de los movimientos sociales bolivianos además del Estado, lo cual incluye desde luego la formación de líderes en el ámbito local, tanto comunitario como municipal, pero también en las organizaciones sociales. Tanto las protestas realizadas en El Alto, como en la “Guerra del Agua” en Cochabamba o el “movimiento cocalero” junto con los sindicatos y las organizaciones tradicionales, han permitido el ascenso de dichos movimientos sociales hasta alcanzar al Estado mismo boliviano, en una suerte de reinvención del Estado Plurinacional o del “Estado como nuevo movimiento social”, a la manera de Boaventura de Sousa Santos (2007ª, 2004). Pero para que este Estado efectivamente se fortalezca se requiere una descentralización que empodere a los municipios y organizaciones sociales, una suerte de “Estatización desde abajo”, una democracia participativa más amplia, como plantean Bacardit y Nuna: “(…) si se busca el desarrollo no se puede sólo ver el aspecto productivo, transformación y comercialización, sino que hay que profundizar mucho más: en el cambio de estructuras, en una buena organización, en un poder, el dar un poder real a las organizaciones sociales” (Mauricio B.) “(…) tenemos que trabajar “desde abajo” para poder llegar a aspecto políticos. Pero estamos ahí justamente en la construcción de una agenda estratégica de desarrollo rural de cómo debe cambiar Bolivia en el aspecto productivo” (Primo N.)

Otra de las variables que permiten analizar el rol del Estado boliviano en apoyo a la Ecosol, además del marco constitucional, es el legislativo. Es el caso de la ley de Organizaciones Económicas Campesinas de Bolivia- las OECA´s-, impulsada por la CIOEC y aprobada por el constituyente, pero conseguida a costa de sacrificar una ley de economía solidaria -la cual no contaba con el consenso en la Asamblea-. No obstante, se logró el reconocimiento constitucional de una economía plural, es decir, de la coexistencia en Bolivia de una economía pública con la economía privada, la economía mixta y la

321

economía comunitaria. Tanto María Julia Jiménez como Primo Nuna dan cuenta de este logro constitucional: “(…) estábamos construyendo la ley de economía solidaria (…) No lo logramos totalmente, pero creo que metimos el gusanito de que la economía es plural, y esto sí queda ahora en la nueva Constitución, de que Bolivia tiene una economía plural, pero lo limitan a la economía pública, mixta, privada, comunitaria” (María Julia J.)

Si bien de manera marginal, la experiencia boliviana señala también que las organizaciones sociales campesinas y las comunidades indígenas tuvieron una capacidad de incidencia en la Asamblea Constituyente y que la siguen teniendo en el Congreso Nacional y en algunas políticas públicas: “Así es, hay un reconocimiento de poder, de poder convocar. (…) En realidad ha habido una incidencia ante el gobierno” (Primo N.)

No obstante esta relativa capacidad de incidencia política de las organizaciones sociales, la reforma agraria boliviana reconoció 5,000 hectáreas como extensión máxima privada pero sin darle retroactividad, lo que en los hechos permite la existencia de latifundios privados de enormes extensiones coexistiendo con parcelas minifundistas de una o dos hectáreas en manos de los campesinos e indígenas, especialmente del altiplano y los llanos: “(...) El problema es que el referéndum nos puso una traba, cuando dice 5 mil no dice que debería de ser retroactivo (…) Como te digo: el que tiene 300 mil o 200 mil hectáreas no se puede afectar. Pensamos que se iban a revertir estos latifundios” (Primo N.)

Respecto al Brasil, los avances postneoliberales en el periodo presidencial de Lula da Silva también son significativos a favor de la Ecosol: la creación de una Secretaría de Economía Solidaria dependiente del Ministerio del Trabajo, la constitución del Consejo Nacional de Economía Solidaria y del Foro Brasileño de Economía Solidaria, la creación del Sistema Nacional de Comercio Justo y Solidario, el apoyo gubernamental a la agricultura familiar, entre otras medidas de política pública, parecen indicar esta 322

orientación. Y, a pesar de las limitaciones en la desigualdad económica y social brasileña, los aciertos de Lula en política social parecen reforzar esta dinámica, dada la reducción de la población en situación de miseria en 21.8 millones de personas 195.

Asimismo, de acuerdo con Frei Betto (2010), durante el mandato de Lula la inflación se mantuvo por abajo del 5%, se crearon casi 12 milllones de empleos formales y el salario mínimo creció por encima de los US $ 200. Además, con una política exterior soberana e independiente, rechazó el ALCA (la Alianza de Libre Comercio para las Américas promovida por Gorge Bush hijo), formó el BRIC (Brasil, Rusia, India y China)196, impulsó el G-20 (en lugar del G-8) y fortaleció el UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas).

Sin embargo, la persistencia de la concentración de la propiedad privada de la tierra en Brasil -dado que no existen límites superficiales para la propiedad agraria- o los fuertes estímulos fiscales otorgados a los agronegocios, son la otra cara de su gestión. Frente a la mayor desigualdad en la distribución de tierras del mundo 197, no en balde se yergue la primera bandera de lucha del MST. De ahí que, para Camargo, el MST deba seguir luchando por la Reforma Agraria brasileña y es uno de los grandes déficits que el régimen de Lula deja con los trabajadores del campo: “¡Vamos a luchar por la Reforma Agraria!” (A. Camargo)

195

Frei Betto -fraile dominico, amigo personal de Lula y funcionario público durante dos años en el Programa Hambre Cero- realiza un balance de la gestión de Lula al final de sus 8 años como presidente del Brasil: “Entre 2001 y 2008 el ingreso del 10% de los más pobres creció seis veces más que el 10% de los más ricos. El de los ricos creció el 11.2%, y el de los pobres el 72% (…) Con el gobierno de Lula los más pobres obtuvieron unos recursos anuales de 10.500 millones de dólares; a los más ricos, a través del mercado financiero, les fueron destinados más de 100,500 millones, lo que ha impedido la reducción de la desigualdad social (…) En el 2008, 18.7 millones de personas vivían con menos de 1/4 del salario mínimo. Si no fuera por las políticas de transferencia serían ahora 40.5 millones. Lo que significa que el gobierno de Lula sacó de la miseria a 21.8 millones de personas”. 196 Tienen en común una gran población y extensión territorial, enormes recursos naturales, un creciente comercio exterior, han fortalecido sus mercados internos y abatido la pobreza y para el año 2050 generarán el 44% del PIB mundial. México y Corea del Sur son los únicos países comparables a los BRIC, pero sus economías se excluyeron debido a que ya son miembros de la OCDE. 197 Brasil registra la mayor concentración de tierras del mundo (las unidades de producción de menos de diez hectáreas ocupan solo un 2.36% del territorio nacional aún cuando son la mayoría). En Brasil no existen los límites jurídicos de la propiedad de la tierra y el FNRA propone un máximo de 35 módulos fiscales para cada propietario (definidos con base en la proximidad a la capital, la infraestructura urbana, la calidad del suelo y las facilidades de acceso). En Paraná, por ejemplo, el marco de 35 módulos se corresponde con un promedio de 1.035 has. En el Amazonas, en cambio, esa superficie es mayor y alcanza las 3.500 has.

323

En la misma tendencia Postneoliberal, pero detrás de las experiencias nacionales de Bolivia y Brasil, encontramos a Argentina. Algunas experiencias de políticas públicas argentinas las constituyen los organismos gubernamentales de economía social, como parte del Plan Nacional de Desarrollo Local del entonces presidente Néstor Kirchner. Susana Hintze hace referencia a esta experiencia: “(…) el presidente Kirchner desarrolla el plan nacional de desarrollo local (…) Entonces, todas las provincias empiezan a crear organismos y tienen apoyar a la organización de grupo para uno de los programas, de los componentes de este plan nacional de economía social y desarrollo sustentable (…) (Susana H.)

Sin embargo, la promoción gubernamental de iniciativas de Ecosol, o cercanas a ella, tiene resultados también negativos. Ya con el gobierno de Cristina Kirchner, a partir de diciembre del 2007, surge un nuevo programa público -el Plan Nacional de Manos a la Obra- cuya finalidad principal fue la creación de microempresas como autoempleo para los desocupados. La mortandad de dichos emprendimientos fue enorme -35,000 de ellos enfrentados al mercado voraz e implacable y de acuerdo con Susana Hintze-, de manera que el programa fue bautizado por los académicos argentinos como de “Asociatividad Forzada”, porque no existía la organización social previa que pudiera aprovecharlo: “(…) ante la necesidad de crear autoempleo se lanzó este programa (…) A los pocos días de las elecciones que ganó Cristina (Kircher) de diciembre del 2007. (…) Cuando no

había

organización eran organizaciones o grupos de

emprendedores asociativos creados por municipios, la gente decía a ver con quien me junto (…) Y con una mortandad enorme, 35 mil emprendimientos. Esto lo analizamos en una tesis de maestría y ahí lo que encontramos es lo que llamamos Asociatividad Forzada y con mercados muy competitivos” (Susana H.)

Sin embargo, a pesar de su necesidad, para Susana Hintze no se ha creado en Argentina un subsistema de economía solidaria que logre disputar la hegemonía a la economía capitalista, sino tan sólo micro emprendimientos para el autoempleo fomentados desde arriba, es decir, sin formas de organización colectiva real y socialización del trabajo. El nuevo programa “Argentina trabaja”, que pretende crear miles de cooperativas de trabajo

324

y empleo para 100,000 argentinos, es otro intento creado desde arriba con el fin de asociar a más de 50 personas por cooperativa: “(…) la conclusión es que, a mi modo de ver, esto (el Programa Nacional Manos a la Obra) no crea un subsistema. Nunca creó algo de subsistema de economía solidaria. No hay capacidad de disputa a la economía del capital (…) Trabajo autogestivo, autónomo, eso es autoempleo” (Susana H.)198 Ahora bien, la segunda tendencia Estatal, la “vertiente Estatal Funcional”, es complementaria al sistema capitalista dominante y en ella el Estado y las organizaciones de la ECOSOL se reconocen mutuamente como una parte de dicho sistema sin mayor cuestionamiento, salvo la necesidad de la inclusión de esta economía en el sistema. Caben aquí también algunas organizaciones de los sectores tradicionales de la Ecosol – cooperativas y mutuales- y de las nueva Ecosol. Asimismo, parece ser que nacionalmente podríamos considerar en ella el caso de México entre los cuatro materia de este estudio.

Sin embargo, el compromiso de los Estados latinoamericanos con la Ecosol resulta fundamental para su desarrollo y consolidación como alternativa frente al capitalismo. Por ello, un marco normativo que favorezca su promoción y desarrollo –con políticas de Estado a mediano y largo plazo- es parte inherente de este compromiso. Mario Monroy, quien a través del Consejo Mexicano de Empresas de la Economía Solidaria –CMESS- ha promovido desde el año 2007 y hasta la fecha (2010) una iniciativa de ley para reglamentar el art. 25 constitucional en lo referente a la economía social y solidaria – iniciativa que no ha logrado contar con el consenso del PRI, aunque sí del PAN y el PRD-, asegura que: “(…) generar la economía popular, y esa economía popular debe de ser a través de políticas de Estado que protejan a los productores, tal cual. Por eso nos estábamos peleando por tener una ley de economía solidaria (en México) (…) Sin embargo, está atoradísima la iniciativa” (Mario M.) 198

Se trata del Programa “Argentina Trabaja”, con el fin de combatir la desocupación mediante la creación de de cooperativas sociales integradas entre 50 y 70 personas, con una inversión total de 9 mil millones de pesos para crear 100,000 puestos de trabajo. El Estado pagará los materiales, sostendrá la estructura cooperativista y abonará los sueldos (1,400 pesos por trabajador) a través de cuentas individuales en el Banco Nación.

325

12.4 Las tendencias generales nacionales desde el Subsistema ECOSOL.

Hemos analizado las tendencias de la Ecosol en los diversos países objeto de estudio con base en sus actores, su origen y el comportamiento del Estado. Sin embargo, es preciso interpretar mejor estas tendencias desde una perspectiva más integral. Por ello, del trabajo de campo y las entrevistas realizadas, se destacan como “grandes tendencias nacionales” las que giran en torno a la posibilidad de la existencia de un “subsistema de economía alternativa” (popular, solidaria o popular-solidaria199), de manera que esta ´categoría integradora´ se pone en el centro del análisis de las tendencias nacionales. Se trata de un subsistema capaz de coexistir, e incluso convivir, con los otros tipos de economía: la economía pública y la economía privada o del capital. Este subsistema tendría por lo menos tres componentes en diálogo entre sí:

a.

“el económico”, constituido por una masa creciente de organizaciones y

emprendimientos diversos de la Ecosol y que, más que una suma de micro emprendimientos, son capaces de generar múltiples redes de agregación de valor solidario;

b.

“el político”, cuando el Estado nacional es capaz de impulsar al subsistema de

Ecosol mediante la creación de un marco jurídico adecuado, con instituciones públicas de fomento y programas públicos de apoyo al mismo subsistema en diálogo con los otros subsistemas;

c.

“el social”, mediante la existencia de espacios que permitan la convergencia de

intereses y de organizaciones tanto públicas como de la Ecosol.

El pensamiento complejo nos indica que las tendencias nacionales pueden ser analizadas desde sus principios. Así, el principio dialógico200 con su reconocimiento de la “dualidad” expresada como “procesos de construcción-destrucción” de un subsistema nacional de Ecosol, con su variante intermedia de conservación, nos permiten expresar hacia dónde 199

Término acuñado por José Luis Coraggio en torno a su reconocimiento en la nueva Constitución ecuatoriana. 200 Se trata de la relación entre elementos complementarios y, al mismo tiempo, antagónicos manteniendo la dualidad en el seno de la unidad.

326

se están moviendo las tendencias nacionales. Así, como producto del análisis de los incisos anteriores, se pueden distinguir tres grandes tipos de procesos o tendencias nacionales desde esta perspectiva:

la

“construcción-recuperación”

gradual y creciente

de

un

subsistema

alternativo; la “conservación” de la Ecosol existente luego de la etapa de ajuste estructural de las economías nacionales y la “destrucción-debilitamiento” gradual de lo creado como Ecosol a través del tiempo.

En los Cuadros N° 12.4 y 12.4.b (anexos) es posible observar las diversas tendencias generales nacionales con sus principales características. La primera tendencia, de “destrucción-debilitamiento” gradual de la Ecosol existente e histórica apunta con cierta ambigüedad –porque al mismo tiempo surgen nuevas propuestas e iniciativas solidarias desde abajo- a dejar a las fuerzas del mercado este tipo de iniciativas, todo en el marco de las políticas de ajuste estructural de los Estados latinoamericanos y sus apuestas de privatización, liberalización y estabilización. En esta tendencia general podemos ubicar a México, dado el progresivo desmantelamiento de las organizaciones tradicionales de economía social de base -como los ejidos y cooperativasy de segundo nivel –uniones de ejidos, Asociaciones Rurales de Interés Colectivo, entre otras-. Al mismo tiempo, aunado al proceso de destrucción de las organizaciones tradicionales por las políticas públicas impulsadas desde arriba, se manifiesta un fenómeno alternativo con el surgimiento de las Nuevas Organizaciones de Base Económica Campesina e Indígena (NOBECI) –cafeticultores, productores orgánicos, organizaciones locales y regionales, nuevas empresas sociales-.

Por otra parte, el proceso destructivo de la Ecosol se manifiesta además con la falta de apoyo del parte del Estado mexicano para la creación de un subsistema integrado, de manera que la ley que reglamenta el artículo 25 constitucional ha quedado en suspenso desde hace años. Asimismo, los programas públicos de apoyo a la Ecosol mexicana son diversos, dispersos y limitados, en contraposición con otras prioridades presupuestales del propio Estado –en materia de seguridad, por ejemplo-. Un factor adicional de esta 327

tendencia es la falta de creación de espacios de articulación de la Ecosol, particularmente desde arriba – un Consejo Nacional, un Instituto de Fomento o un Fondo Nacional, entre otras posibilidades-. Desde abajo, sin embargo, nuevos esfuerzos de articulación social de tercer nivel – organizaciones de organizaciones integradoras de organizaciones de base- surgen recientemente como necesidad ante el abandono del campo y de los sectores populares como el Movimiento “Sin maíz no hay país”, u organizativas, como la Coordinadora Nacional

de

Organizaciones

Campesinas

(CNOC),

el

Consejo

Superior

del

Cooperativismo (COSUCOOP, en 2010), el Consejo Mexicano de Empresas de la Economía Solidaria (CMESS, en 2007), la Confederación Nacional Cooperativa (Confecoop, en 1998) o la Unión Nacional Integradora de Organizaciones Solidarias y Economía Social (UNIMOSS). En este marco nacional de “destrucción o desmantelamiento desde arriba” del sector social se ubican las experiencias mexicanas de la UCIRI (indígena), TRADOC (cooperativa de trabajo autogestionado) y la URAC (cooperativa regional de ahorro y crédito), que se aferran “desde abajo” a su supervivencia y desarrollo pero que han sufrido también un cierto desgaste y debilitamiento a través del tiempo, tanto de sus proyectos como de sus dirigentes y bases sociales, de manera tal que la escasa presencia de jóvenes no permite augurar un futuro promisorio a muchas de ellas: es el caso de la UCIRI y de la URAC, pero cabría preguntarse por las NOBECI mexicanas en general.

De acuerdo con la tipología propuesta en el análisis comparativo de las experiencias de la Ecosol (ver Cuadro 12.5 en anexos), podríamos ubicar también los casos nacionales de acuerdo con los contenidos y características centrales de esta tipología. México, desde esta “lógica destructiva” del Estado combinada con la “resistencia constructiva” de las organizaciones solidarias, como tendencia general se ubicaría en el tipo “Adaptativa Dominante Oportunista” de la Ecosol, es decir, que manteniendo una fuerte fidelidad al modelo neoliberal dominante y sus dogmas fundamentales sigue favoreciendo la hipermercantilización de la economía, combinada con un proceso de desestatización y desciudadanización (constriñendo cada vez más las alternativas socioeconómicas construidas desde abajo y con ello los derechos ciudadanos) y una apuesta por la destrucción del tejido social y comunitario, particularmente rural (des-socialización).

328

La segunda tendencia es la “conservación” de la Ecosol existente. Predomina en ella la presencia del sector tradicional pero con el ascenso de nuevas iniciativas de Ecosol, la mayoría de ellas surgidas al calor de las crisis económicas. En esta tendencia se ubicaría Argentina, y destacan en su ella sus esfuerzos recientes por matizar las premisas neoliberales luego de los severos programas de ajuste estructural. Entre ellos podemos mencionar la estatización de los fondos de pensiones de los trabajadores, la nueva propuesta del programa “Argentina Trabaja”201, los programas públicos de apoyo a los desocupados por la vía del autoempleo o la asociación forzada (Manos a la Obra), la lucha de las Empresas Recuperadas por los Trabajadores (ERT) por la autogestión, la constitución del Foro Nacional de Agricultura Familiar y de la Subsecretaría respectiva, así como la presencia todavía importante de las cooperativas en el escenario socioeconómico argentino. La experiencia de la UST, en tanto cooperativa de trabajo autogestionado, se inscribe en esta tendencia nacional argentina de conservación. Aprovechando los espacios políticos disponibles, la UST ha sido capaz de impulsar sus iniciativas de desarrollo local y participar, a la vez, en las organizaciones sindicales independientes de su país.

Se trata de una tendencia que no apuesta a la creación de un subsistema de economía solidaria y cuyos actores se encuentran dispersos entre sí: las articulaciones organizativas son frágiles y en muchos casos reversivas, como acontece en el movimiento de ERT, o el fracasado intento por crear una especie de Foro Nacional Argentino de la Ecosol tipo la experiencia brasileña. Esta segunda tendencia, de conservación, es consecuente con el tipo “Adaptativa Dominante Complementaria” de la tipología de Ecosol propuesta, dado que se mantienen los rasgos centrales del modelo capitalista dominante, pero atemperados por un capitalismo de rostro humano – y, por tanto, postneoliberal- donde la Ecosol vendría a jugar un rol de complementación socioeconómica y política, buscando paliar los excesos

201

Se trata de la constitución de dos mil cooperativas y cien mil empleos en el conurbano de Buenos Aires con una primera etapa de inversión de $ 1,500 millones de pesos argentinos. Diversas organizaciones no alineadas al Kirchnerismo como los integrantes del Movimiento Barrios de Pie y los piqueteros han realizado diversos campamentos en protesta y para acusar al Gobierno nacional de propiciar, a través de los intendentes, el manejo clientelar de los planes y la corrupción que impera en ellos como coimas o mordidas. Otros actores, en cambio, defienden el programa como efectivamente cooperativista y creador de trabajos autogestionados ligados a las alcaldías.

329

de la mercantilización, desestatización, estabilización y liberación neoliberales, pero sin cuestionar de fondo las bases del sistema capitalista (ver Cuadro 12.5 en anexos). Finalmente, la tercera tendencia general nacional se refiere a la “recuperación y construcción” gradual e incipiente de un subsistema de economía popular solidaria. Es preciso apuntar que si bien se están creando apenas algunas bases para avanzar hacia este subsistema, la existencia del mismo está aún muy lejos de ser una realidad. En ella caben los esfuerzos legislativos por reformar las constituciones otorgando un reconocimiento constitucional a la economía solidaria o sus afines, así como el impulso de espacios de articulación público-social de la Ecosol y la promoción de programas de fomento y apoyo a las organizaciones solidarias202. Esta tendencia se ubica en el marco de un esfuerzo de los Estados nacionales de Brasil y Bolivia por superar el modelo neoliberal e imprimir un nuevo sello postneoliberal a sus apuestas: la estatización o re-estatización de los sectores estratégicos –principalmente energéticos o mineros-, el impulso al crecimiento económico y del empleo por encima de la estabilidad monetaria, la promoción de reformas y apuestas hacia la soberanía nacional alimentaria, energética, comercial, entre otras medidas.

Para el caso brasileño, a partir de poco antes de la segunda mitad de la década pasada (2003-2010) es posible advertir la creación de diversas instituciones de la Ecosol como apuestas del Estado, destacando entre ellas la Secretaría de Economía Solidaria adscrita al Ministerio del Trabajo y del Empleo, la constitución del Consejo Nacional de Economía Solidaria con la presencia de representantes ciudadanos y funcionarios públicos y del Foro Brasileño de Economía Solidaria que articula sectorial y territorialmente a todas las expresiones de la Ecosol en esa

nación sudamericana (cooperativas tradicionales,

cooperativas de trabajo asociado, mutuales, asociaciones civiles, clubes de trueque, incubadoras universitarias, etc.), el Decreto de noviembre de 2010 para la creación del Sistema Nacional de Comercio Justo y Solidario – SCJS- con el fin de coordinar las 202

Coraggio (1999) sostiene que una economía popular autosustentada requiere tiempo, recursos, desarrollo de estructuras e instituciones económicas especiales para superar la desarticulación y conformar el subsistema. Sería un subsistema orgánicamente integrado pero abierto a la satisfacción de necesidades populares y a segmentos del mercado global, generador de empleos para los excluidos y de ingresos para articularse al resto de la economía y cuyos excedentes le permitan sostenerse y ampliarse sobre sus propias bases. Para Coraggio, este subistema no significa autosuficiencia ni clausura dado que requiere intercambios regulados con la economía del capital y de la pública.

330

acciones del Gobierno Federal al reconocimiento de prácticas de comercio justo y solidario y a su promoción. Asimismo, frente a la falta de una reforma agraria a fondo, se destaca la importancia reconocida por el Estado brasileño a la agricultura familiar con la promulgación de la ley respectiva en 2006 y la existencia de la Secretaría de Agricultura Familiar dependiente del Ministerio de Desarrollo Agrario. El caso del MST se inscribe en este marco nacional brasileño, cuya tendencia a la construcción gradual del subsistema de la Ecosol le permite impulsar sus propuestas cooperativistas y de agricultura familiar, por un lado, y al mismo tiempo luchar por la Reforma Agraria.

Por su parte, el caso boliviano destaca por las novedades en su nueva Constitución plurinacional, con el reconocimiento de la pluralidad de economías en donde se incluye, si no a la economía solidaria, sí a la economía comunitaria (indígena) y el reconocimiento de las autonomías indígenas. La apuesta constitucional por el “Bien Vivir” es otra de sus nuevas definiciones, rescatando con ello los valores indígenas originarios y elevándolos por encima de conceptos occidentales como “bienestar”. En el marco jurídico es importante reconocer también la aprobación de la ley de OECA´s (Organizaciones Económicas Campesinas). Si bien no existen hasta el momento instituciones específicas para el fomento y promoción de la Ecosol, es posible advertir la capacidad de incidencia política que dichas organizaciones han tenido en la Asamblea Constituyente y el Congreso para impulsar sus propuestas. Y es en esta apuesta boliviana por la construcción de un subsistema de Ecosol y de una economía comunitaria, donde la experiencia guaraní por la recuperación de sus tierras-territorio, la lucha por su autonomía incluyente y el impulso de sus proyectos económicos alternativos cobra relevancia actual y pertinencia de futuro. Esta tercera tendencia general es coincidente con la Ecosol “Emergente Utópica Transicional” de la tipología propuesta, dado que supone no sólo el rompimiento con los dogmas neoliberales del capitalismo dominante, sino la posibilidad incluso de poner las bases para la construcción de un subsistema de economía popular-solidaria, esto es, como posibilidad de diálogo entre la economía pública –cada vez más fuerte en ambos países, salvadas las proporciones entre Brasil y Bolivia-, la economía privada o del capital y la economía popular-solidaria en una transición hacia otra posible economía futura. Además de ello, esta tendencia se manifiesta con Estados que impulsan y fortalecen la

331

demo-diversidad y la participación ciudadana, así como la consolidación de viejos y el surgimiento de nuevos tejidos sociales (ver Cuadro 12.5 en anexos).

332

13. Hacia un nuevo movimiento social de carácter global: la Ecosol latinoamericana y sus actores, organizaciones y redes.

Una pregunta más, recurrente en mi trabajo y que me acompañó a lo largo de mi recorrido de campo y de las múltiples entrevistas realizadas, ha sido los vínculos orgánicos o reticulares de las organizaciones de Ecosol motivo de mi estudio. Lo mismo había sucedido previamente en mi propia experiencia y en la realización del estado de la cuestión, de manera que los casos analizados han servido para constatar este fenómeno. De manera que una de mis hipótesis apuntaba hacia las posibilidades reales de que la Ecosol esté construyendo un movimiento social y si ese movimiento rebasa las fronteras nacionales para convertirse en latinoamericano, e incluso global, que realiza acciones colectivas y cuenta con identidad colectiva propia. Por otra parte, un reto adicional consiste en la posibilidad de establecer un nexo entre la teoría de los movimientos sociales y el pensamiento complejo y sus principios, tarea que realizada a profundidad rebasa los alcances de este estudio. Haré un esfuerzo analítico, sin embargo, tratando de establecer algunos puentes entre ambas teorías. Así, como afirma Melucci (1999, 14): “El problema entonces, tanto para la política como para la teoría, es comprender cómo y por qué se logran conjuntar estos procesos. Para el resultado de la investigación: saber qué yace detrás del ´movimiento´ empírico significa identificar en su interior la gama de componentes y significados, e indagar los cambios con sus diversas posiciones y orientaciones”. Es decir, para Melucci no existe el movimiento social como unidad, como algo homogéneo e integrado, sino como pluralidad de procesos sociales, actores y formas de acción, lleno de diferencias internas e incluso con conflictos en diversos momentos. El movimiento social es una unidad de actores identificados entre sí en torno a un enemigo común –el capitalismo neoliberal dominante-, poseedores de un objetivo y proyecto alternativo de transformación de la realidad dominante –hacia otra economía o economía alternativa en este caso-, y diversidad de actores con una identidad propia que emerge de este objetivo –identidad hacia dentro, como auto reconocimiento, y hacia fuera, como hetero reconocimiento-,

El análisis realizado de cada uno de los casos micro nos permite identificar sus membrecías, relaciones y alianzas organizativas:

333

en las experiencias mexicanas, por ejemplo, hemos constatado que la UCIRI se encuentra inscrita en el movimiento indígena a través del CNI, por un lado, pero pertenece además a diversas redes y organizaciones de cafeticultores como la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC), redes nacionales y global de comercio justo o redes de productores orgánicos; la URAC, por su parte, forma parte principalmente de la red mexicana de finanzas educativas –La Colmena Milenaria- y TRADOC de diversas redes sindicales, de trabajadores autogestionados y de organizaciones o redes cooperativistas como el Consejo Superior del Cooperativismo;

en las experiencias de América del Sur, por otra parte, vimos ya que la UST forma parte de la ANTA y la CTA, además de otras redes latinoamericanas de trabajadores autogestionados y sindicalizados como la Confederación Sindical de Trabajadores de las Américas (CSA); la COOPAN forma parte del MST, y a su vez de Vía Campesina en tanto red campesina latinoamericana y global; la APG de Charagua, finalmente, forma parte de la APG nacional y de las redes de organizaciones de pueblos originarios de Bolivia como la Central de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) y de organizaciones de pueblos originarios del cono sur.

Asimismo, las entrevistas realizadas a promotores nacionales y a investigadores de la Ecosol de los diversos países estudiados, sugieren la posibilidad de estar ante una creciente movilización social de la Ecosol en sus diversas escalas. Aparecen, así, nuevos actores sociales y redes que pasan por y rebasan las relaciones, vínculos y alianzas de los casos particulares estudiados. Entre ellas conviene destacar a la Red Internacional de Promoción de la Economía Social y Solidaria (RIPESS), las diversas redes de Comercio Justo en escalas nacionales y globales, la existencia de la Alianza Cooperativa Internacional y su capítulo en América, el Foro Social Mundial y sus expresiones de Ecosol, los Encuentros de Mont Blanc, la Vía Campesina con referentes nacionales (en México y Brasil), latinoamericano y global y la Red de Investigadores Latinoamericanos de Economía Social y Solidaria (RILESS), entre otros más.

En el Cuadro 13.1 de los anexos es posible observar las características de cada una de estas redes y organizaciones. Dichas redes están inscritas en cinco tipos de procesos 334

sociales (promoción, acción-proyectos, investigación-difusión, formación y debate) a través de diversas formas de acción (como conferencias, encuentros, foros, congresos, talleres, estudios, publicaciones, cabildeo e incidencia legislativa y en políticas públicas, proyectos, compromisos hasta denuncias, marchas y tomas de tierras). Entre las principales redes y organizaciones mencionadas en el trabajo de campo –no están todas las redes nacionales, subcontinentales o globales que tienen nexos con la Ecosol pero son bastante representativas- conviene destacar las siguientes:

En el ámbito de la promoción de la economía solidaria se encuentra la Red Internacional de Promoción de la Economía Social y Solidaria (RIPESS), una red intercontinental que vincula las redes de economía social en todo el mundo. Se trata de una red de redes integrada por redes intercontinentales que a su vez reúnen redes nacionales y redes sectoriales. RIPESS reivindica a la Ecosol desde la globalización de la solidaridad como economía alternativa con la gente y el mundo en el centro y para ello organiza foros mundiales cada cuatro años como medio para el aprendizaje, el intercambio de información y la colaboración (realizados en Lima, Quebec, Dakar, Luxemburgo);

También en el ámbito de la promoción, las organizaciones de Comercio Justo tienen presencia en Europa, Canadá, Estados Unidos, Japón. Esta red realiza sus ventas a través de más de 3,000 tiendas solidarias, catálogos, representantes y grupos. En ella participan diversas organizaciones religiosas y civiles. La iniciativa de contar con Sellos o Etiquetas ha dado identidad y un gran impulso al sistema. La primera marca de calidad Comercio Justo surgió en Holanda en 1988 por iniciativa de la UCIRI mexicana y desde entonces surgieron nuevas iniciativas de "Etiquetado Justo". En 1997, varias de ellas se organizaron formando la Fairtrade Labelling Organizations International (FLO - Organización Internacional de Etiquetado Justo);

La Alianza Cooperativa Internacional, la cual agrupa a 248 miembros que son organizaciones cooperativas nacionales e internacionales de todos los sectores de actividad de 92 países con una membrecía de aproximadamente 800 millones de personas en todo el mundo; 335

Con el fin de reflexionar, debatir y pronunciarse sobre los problemas mundiales y de la economía, Los Encuentros de Mont Blanc son una iniciativa que reúne cada dos años a los líderes de algunas organizaciones de la Ecosol más significativas del mundo (cooperativas, mutuales, fundaciones). Entre ellas destacan Desjardins de Québec, Crédito Cooperativo de Francia, Mondragón de España, la Banca ética europea, entre otros. Por parte de México participa el Grupo Cooperativo Jade. Entre sus proyectos y compromisos presentados o iniciados en las ediciones de 2004, 2005 y 2007 hay temas globales tan diversos como los retos energéticos, los softwares libres, la moneda solidaria, la inversión socialmente responsable, la creación de una red internacional de fundaciones de economía social, el funcionamiento del OIRES (International Observatory on Practices in Social Economy); La Red de Investigadores Latinoamericanos en Economía Social y Solidaria – RILESS- convoca a numerosos especialistas latinoamericanos en el tema y promueve la investigación empírica con fines de acumulación y difusión del conocimiento a favor de la Ecosol en el subcontinente; Fundado en 1947, el Centro Internacional de Investigación e Información Sobre la Economía Pública, Social y Cooperativa –CIRIEC- agrupa a quince Centros nacionales cuya misión es promover la vinculación entre el conocimiento generado y la acción propia de las organizaciones públicas y cooperativistas; Por su parte, la Asociación Internacional de Inversores en la Economía Social – INAISE- es una red mundial de aproximadamente cuarenta instituciones financieras socias –además de académicas y centros de investigación asociadosque se dedica a la financiación de proyectos de interés ético, cultural, social y medioambiental y que, como inversores sociales, intercambian experiencias, diseminan información, realizan investigaciones y difunden que el dinero puede ser un medio para lograr cambios sociales y medioambientales positivos. INAISE trabaja, entre otros, en la economía social y en la creación y desarrollo de micro y pequeñas empresas, especialmente entre los desempleados, los inmigrantes y las mujeres. 336

Asimismo, entre las redes y organizaciones regionales y globales cercanas a la Ecosol y sus emprendimientos se encuentran las siguientes: La Vía Campesina –autodefinida como Movimiento Campesino Internacional de campesinos y campesinas, pequeños y medianos productores, mujeres rurales, indígenas, gente sin tierra, jóvenes rurales y trabajadores agrícolas- se considera como un movimiento autónomo, plural, multicultural, independiente, sin ninguna afiliación política, económica o de otro tipo. Las 148 organizaciones que forman la Vía Campesina provienen de 69 países de Asia, África, Europa y el continente Americano y tienen prácticas y nexos con la agricultura familiar y la economía solidaria; La Confederación de Organizaciones de Productores Familiares –COPROFAM- se propone acortar la brecha de asimetrías existente en la producción agropecuaria para promover el desarrollo rural sustentable.

Las entidades miembros de la

COPROFAN provienen del Mercosur ampliado, es decir, de Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay, Bolivia y Perú; La Federación Internacional de Productores Agropecuarios –FIPA- representa a más de 600 millones de familias de productores agropecuarios, agrupadas en 115 organizaciones nacionales de 80 países. Es una red mundial de intercambio de información, temas de interés y prioridades en común y ha sido reconocida con carácter consultivo general por el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas; Finalmente, desde el ámbito de la educación popular y la formación de formadores, el Consejo de Educación de Adultos de América Latina –CEAAL- es una red de 195 organizaciones no gubernamentales que, desde el desarrollo social, están presentes en 21 países de América Latina y el Caribe y sobre la base de la Educación Popular trabajan a favor de la transformación democrática de nuestras sociedades, la conquista de la paz y los derechos humanos.

337

Esta diversidad de redes tiene numerosos nexos entre sí pero también muchas diferencias en su interior. Entre las mencionadas se pueden distinguir dos grandes tipos de redes: a. aquellas representativas de ciertos sectores sociales –como los agricultores familiares y las cooperativas- y que cuentan con reconocimiento de parte de las instituciones globales, como la ONU y la FAO, o los bloques regionales de comercio e integración económica, como el Mercosur, donde destacan la COPROFAM, FIPA y la ACI y

b. las redes y organizaciones globales autónomas a cualquier institución como serían la Vía Campesina, la RIPESS, INAISE, los Encuentros de Mont Blanc y las redes de investigadores como SASE, RILESS o el CIRIEC Internacional.

Por otra parte, Batliwala y Brown (2006) encuentran que actualmente existen dos tipos de fuerzas contrapuestas en la escala global: en primer lugar estarían aquellas fuerzan que buscan la integración de la sociedad civil global, es decir, las que apuestan por los procesos de democratización y descentralización, por la existencia de estructuras normativas sociales, por una revolución asociativa global, por la búsqueda de alternativas sustentables y por compartir interculturalidad; por su parte, existen otras fuerzas que desintegran la sociedad civil global y cuyas reivindicaciones se inscriben en el debilitamiento multilateral, la existencia de un mundo unipolar, la escalada e conflictos y la militarización, los fundamentalismos militantes y las estructuras de comercio y financiera.

En el primer grupo de fuerzas, y donde convergen la mayoría de las redes globales incluyendo a aquellas vinculadas a la economía solidaria, destaca especialmente el Foro Social Mundial203 -en tanto matriz que fortalece la unidad en la diversidad en un movimiento de movimientos sociales-, la gran reunión global que convoca, articula y 203

Boaventura de Sousa Santos sostiene que “(…) Puede decirse que el Foro Social Mundial representa hoy, en términos de organización, la manifestación más consecuente de la globalización contra hegemónica (…) El Foro Social Mundial es el conjunto de iniciativas de intercambio transnacional entre movimientos sociales, ONG y sus prácticas y conocimientos sobre las luchas sociales locales, nacionales y globales llevadas a cabo de conformidad con la Carta de Principios de Porto Alegre contra las formas de exclusión e inclusión, discriminación e igualdad, universalismo y particularismo, imposición cultural y relativismo, provocadas o posibilitadas por la actual fase del capitalismo conocida como globalización neoliberal.

338

moviliza anualmente a los principales redes y organizaciones nacionales, continentales y globales. Dado que el FSM es un “espacio de encuentro de quienes se oponen al neoliberalismo y al dominio del mundo por el capital o por cualquier forma de imperialismo y que están empeñados en la construcción de una sociedad planetaria orientada hacia una relación fecunda entre los seres humanos y de estos con la tierra” (Carta de principios del FSM), en él la Ecosol tiene un lugar relevante. Para la celebración de sus diez años, en el 2010 se programó la realización no sólo una mesa temática como en años anteriores, sino la realización del Primer Foro Social de Economía Solidaria y de la Feria Mundial de Economía Solidaria.

Este gran movimiento de movimientos sociales está lejos de ser uniforme y homogéneo. Más bien lo une un objetivo común –la afirmación de que “otro mundo es posible” distinto al

capitalismo

neoliberal- pero

contiene

diversas

tendencias,

estrategias

y

orientaciones ideológicas contrahegemónicas. Entre las principales diferencias en su interior se encuentran: dar prioridad al corto plazo y a la acción inmediata (táctica y reforma) o la búsqueda de cambios civilizatorios a largo plazo (estrategia y revolución), ser un espacio abierto o un movimiento de movimientos, ser un foro de discusión o pasar a la acción colectiva, constituirse como movimiento social o como partido político global (cambios en su Carta de Principios), mantener el consenso a pasar a la votación, considerar si tiene futuro o si está agotado su potencial, es decir, si tiene que darse por concluido para dar paso a otros tipos de agregación global de resistencia y alternativa como sugiere Walden Bello) o mejor fortalecer las pluralidades despolarizadas y la traducción intercultural (de Sosa Santos: 2007b).

Por otra parte, son tres los grandes temas de discusión y debate en el 2010, ya a diez años de su creación: a. la paz y la democracia (el recrudecimiento de la militarización de los conflictos sociales, incluyendo la criminalización de los movimientos sociales y de las protestas de los ciudadanos ante el agravamiento de la crisis económica y las desigualdades), b. la crisis de civilización derivada de la insostenibilidad del modelo económico dominante204 y c. los sujetos políticos que llevarán adelante las luchas por la paz, la democracia y un modelo social, cultural y económico postcapitalista (BBSS, 2010).

204

El modelo económico basado en el crecimiento infinito, el uso indiscriminado de los recursos naturales, la privatización de los bienes comunes —el agua, el aire, la biodiversidad—, el consumo como definidor de un modo de ser basado en la obsesión por tener y en un estilo de vida alimentado por el abandono prematuro

339

Un análisis a trevés de los países involucrados en mi estudio nos indica que los testimonios recogidos durante el trabajo de campo hacen referencia a diversos movimientos y sus articulaciones territoriales.

En Brasil, por ejemplo, Camargo se expresa con orgullo por su militancia en el MST: “Más soy militante del MST con mucho orgullo, me enorgullezco de estar en el movimiento, eh”. (A. Camargo)

Pero un movimiento social clave en Brasil, referente y fuente de atención latinoamericana por su identidad de Ecosol, es el “Foro Brasileño de Economía Solidaria” el cual está integrado por actores socioeconómicos de todo el territorio nacional y cuenta con un crecimiento constante y muchas diferencias en su interior, como sucede en todo movimiento: “Entonces hay, así, una diferencia muy grande, más la gente afirma: existen 27 foros estatales porque existen diferentes formas de fraternizar en el país, inclusive participando de la organización del Foro Brasileño, quiero decir, participando en las discusiones nacionales, levantando los debates y banderas, principales banderas que hay en el movimiento nacional para la una discusión local. Entonces, hay muchas diferencias” (Rosana K.)

Para el diálogo con el gobierno, en concreto con la SENAI, el FBES definió cuatro banderas como plataforma: formación, marco legal, políticas públicas y finanzas solidarias. Estas banderas han tenido la pretensión de convertirse en “políticas de Estado” con el fin de superar los cambios de gobierno. Se pretende contar con una ley general de Economía Solidaria, por ejemplo, que vaya más allá de las leyes específicas de las cooperativas, o con políticas públicas que trasciendan los programas de los gobiernos en turno:

de los objetos indiferentemente personales es tan injusto como insostenible y sus peligros para la supervivencia de la humanidad pronto serán irreversibles.

340

“Era una plataforma del Foro para dialogar con el Gobierno Federal (…) Dentro del marco legal, que es una de las grandes luchas más actuales, que es una Ley General para la Economía Solidaria” (Rosana K.)

La creación de la Secretaría Nacional de Economía Solidaria, dependiente del Ministerio del Trabajo y la constitución del Consejo Nacional de Economía Solidaria, integrado por funcionarios de la SENAES y representantes de la Ecosol, son otras de las grandes instancias ganadas por el FBES: “(…) una legislación específica para la Economía Solidaria que fue construida en conjunto con el Consejo Nacional de Economía Solidaria” (Rosana K.)

Junto a esos grandes ejes temáticos, los aspectos de género, raza, etnia y comunidad también han sido retomados en el FBES y algunos programas de gobierno se enfocan ya al impulso de la Ecosol: “También el aspecto de género, raza y etnia entró en la discusión a partir de aquél momento (2008) (…) Inclusive, una de las acciones del Gobierno Federal se llama Brasil Local y es una actuación nacional de agentes comunitarios para el desarrollo de la economía solidaria” (Rosana K.)

En buena medida, reconoce Rosana Kirsch, la educación popular y la alfabetización de los trabajadores cooperativistas y en las comunidades fue clave para este movimiento de Ecosol desde tiempos de la dictadura militar brasileña en los sesentas y posteriormente. Se trata de la formación de la conciencia política a través de la organización para el trabajo: “Parece que hay una resignificación de la educación popular a partir del trabajo (…) Así, es el aspecto de formación política, de conciencia política, pero que también se transforma en acción, y organización para el trabajo.” (Rosana K.)

Sobre la cuestión ambiental, Rosana afirma que es un aspecto débil todavía de la Ecosol brasileña, pero el FBES cuenta con un movimiento de recicladores y separado:

341

“(…) Yo veo que aquí es donde la gente tiene una fragilidad mayor (…) pero tenemos una articulación en torno al movimiento de recicladores, de separadores de basura” (Rosana K.)

Con respecto a Argentina, de acuerdo con Susana Hintze, la propia crisis de principios de esta década provocó el surgimiento de diversos movimientos sociales –como los desempleados, las empresas recuperadas y los clubes de trueque- con una base común, la economía solidaria, pero las posibilidades de creación de un espacio integrador tipo el Foro Brasileño de Economía Solidaria no fue posible en Argentina. Lo anterior no fue posible, entre otros factores, debido a los problemas surgidos al interior de los movimientos, como en el caso de las ERT, o por el debilitamiento de la crisis económica, en el caso de los clubes de trueque: “(…) en el caso de Argentina, en los movimientos sociales que surgieron a través de la crisis (…) Eso hizo crear un Foro de modelo brasileño, pero no pasamos de tres reuniones plenarias, nada más (…) las empresas recuperadas se pelearon y el otro movimiento nacional (trueque), desaparecieron (Susana H.)

Para Susana Hintze, sin embargo, esta nueva coyuntura nacional puede ayudar a detonar una iniciativa de construcción de nuevas redes solidarias orientadas a la creación de un subsistema volcado hacia el mercado interno principalmente: “(…) puede ser que esta coyuntura sea o no una posibilidad de redes, como tienen el contacto con el mercado, se conectan entre sí, para producir en un mercado interno. Venezuela es un ejemplo importantísimo, Brasil también, Bolivia y Ecuador” (Susana H.)

Puede ser, sin embargo, que el Espacio Nacional de Economía Social y Solidaria de Argentina (ENESS) que está convocando al primer encuentro nacional apenas en noviembre de 2010 pueda convertirse en algo más cercano al Foro brasileño.

En el caso mexicano, Mario Monroy describe la tendencia nacional hacia la formación de redes diversas desde principios de los 90´s, entre las que destacan la Red Mexicana de

342

Acción frente al Libre Comercio (REMALC), Convergencia de Organismos Civiles por la Democracia y Comercio Justo México: (…) En los 90´s formamos parte y participamos muy activamente, en su formación y en su nacimiento, de la Red Mexicana de Acción frente al Libre de Comercio (REMALC) (…) unas 130 (organizaciones la fundaron) (…) Participamos también en el nacimiento de Convergencia de Organismos Civiles por la Democracia (…) (Mario M.)

Algunas de estas redes persisten hasta la fecha y, junto con la constitución del Consejo Mexicano de Empresas de la Economía Solidaria y el Consejo Superior del Cooperativismo, así como los Encuentros Nacionales de Ecosol, podría configurarse en el futuro un Foro mexicano de la Ecosol donde estén territorial y sectorialmente representadas las diversas expresiones.

En relación a Bolivia, Primo Nuna hace referencia a la participación de CIOEC en redes regionales –en la COPROFAM del Mercosur- y globales – como FIPA- cuya membrecía son las organizaciones de pequeños agricultores: “(…) nosotros somos parte de la COPROFAN, que es una organización en el Mercosur que son productores y de Bolivia somos nosotros… (También en) la Federación Internacional de Productores Agropecuarios, la FIPA. A nivel de Cooperación Internacional también con la Unión Europea, con los italianos, después con las belgas (Primo N.)

A nivel nacional, por otra parte, la CIOEC forma parte del Grupo de Desarrollo Rural (GDRU), que agrupa a las principales organizaciones civiles del país a favor del desarrollo, y además encabeza la iniciativa de construcción de la Red de Economía Solidaria y Comercio Justo en Bolivia. Entre sus iniciativas se encuentra contar con un sello social mediante la certificación de productos agropecuarios que proviene de los campesinos: “A nivel nacional tenemos alianzas con grupo G-DRU que es un grupo de instituciones 25 ONG´s y también la Red de Economía Solidaria y de Comercio Justo (…) estamos en ese proceso de poder legalizar esta instancia (…) Vamos a 343

lanzar el sello social ¿qué significa? Que este sello va certificar, no el aspecto ecológico, sino que más bien la mano de obra de los agricultores: ahí viene el precio justo, es decir la economía solidaria” (Primo N)

En síntesis, esta dinámica ya activa y la necesidad de construir un movimiento social de la economía solidaria en sus diversas escalas –nacional, regional, global- tiene su visión de mediano y largo plazo pero, además, requiere un alto grado de acumulación de fuerzas para disputar su hegemonía al capital. Se trata apenas de un embrión, de un brote, de acuerdo con Claudia Álvarez: “(…) la economía solidaria y el comercio justo, si no los planteamos en una lucha a largo plazo” (Mario M.) “Y mientras no haya, digamos, movimientos fuertes que disputen el capital, cada vez es más fuerte la aceptación del capital, entonces cada vez se hace más costoso pensar en una realidad alternativa. (…) En este momento me parece que es un brotecito, es un brotecito. A este brotecito hay que cuidarlo, sí, seguro hay que cuidarlo, hay que tenerlo, hay que seguir apostando con militancia, pero es eso, es un brote. Porque lo que está en furor es el capitalismo, nunca más que ahora” (Claudia A.)

Sin embargo, se reconoce que la realidad está todavía lejos de ser transformada por los movimientos sociales. No obstante la articulación de iniciativas hasta alcanzar la globalidad, esta diversidad de redes y organizaciones fragmentadas –donde los partidos políticos han jugado un rol importante de división- en sus diversas escalas requiere una matriz común, unos vasos comunicantes que les permitan movilizarse como conjunción de actores, procesos sociales y acciones comunes sin dejar de lado el diálogo político. El Foro Social Mundial es una de esas matrices, pero no sólo, porque otras iniciativas globales también favorecen esta articulación –como las grandes Ferias de Ecosol, por ejemplo-: (…) Siempre está relacionada con el sector político. Entonces, la falta de cruce tiene que ver, en realidad, con la falta de diálogo político, por las diferencias políticas. Los movimientos sociales están bastante fragmentados” (Claudia A.) 344

“(…) el vaso comunicante más importante es el Foro Social Mundial. (…) es un espacio que hay que encontrarse para ver a dónde vamos, para donde seguimos. Me parece que la experiencia que hace Brasil con las Ferias que hay en Santa María son los espacios estratégicos donde tendemos puentes ¿no?” (Claudia A.)

De ahí que, en medio de esta diversidad de intereses, prácticas, estrategias y redes no basta, sin embargo, con la posibilidad de contar con un movimiento social fuerte y poderoso a favor de la Ecosol para generar una alternativa postcapitalista, articulador globalmente de sus actores, iniciativas y redes de valor solidario, sino que es preciso avanzar además en la construcción de un Estado democrático desde abajo, es decir, un Estado capaz de asumir en su seno la existencia de la democracia representativa y la democracia participativa –la “Demodiversidad boaventuriana” que reivindican tantos movimientos y actores sociales-, y de revisar su lógica capitalista. Se trata de una “postura normativa”, un ideal al que se aspira, más que algo que deba suceder por inercia: “(…) debemos empezar a hacer cosas que cambien de plataforma y para eso es el rol del Estado democrático-participativo. Que discuta su lógica, porque el Estado lo que hizo fue echarse en el aire del capital (…)” (Claudia A.) Se trata de construir un “nuevo Estado” entendido como un “nuevo movimiento social”, a la manera de los esfuerzos bolivianos, con capacidad de reconocer constitucionalmente su plurinacionalidad, su multi e interculturalidad, su “Vivir bien”, “su mandar obedeciendo”. En una entrevista grabada para la televisión catalana por la organización para la cooperación internacional Intermón, se le pregunta a Mauricio Bacardit qué cosas le pediría a Evo Morales en su calidad de Presidente de la nación. Su respuesta es contundente respecto a la necesidad de una democracia participativa, con honestidad gubernamental y justicia social, un “mandar obedeciendo” al mandato popular y plurinacional: “(…) que cumpla con un lema que él se ha propuesto: de “mandar obedeciendo”, mandar obedeciendo a los diferentes sectores de la sociedad boliviana, indígenas, campesinos, obreros, empleados, profesionales, etc.; (…) que busque la justicia.

345

Quizá la última cosa que le diría es la lucha frontal contra la corrupción (porque) es algo que va deshaciendo todo el tejido social.” (Mauricio B.)

En el fondo lo que se busca es la antigua propuesta andina y originaria de la búsqueda del “Buen o Bien Vivir”. Esta propuesta combina elementos diversos que hacen pensar que es posible y necesario ir más allá del bienestar –como concepto occidental-, donde la matriz ecológica, cultural y política esté presente junto con las dimensiones económica y social.

De manera que, desde el pensamiento complejo, es posible advertir que este nuevo movimiento social de Ecosol, con sus discursos y prácticas alternativas, hace posible la “dualidad dialógica” de las contradicciones y conflictos constantes de la liberación frente a la dominación del capital, de la inclusión frente a la exclusión del sistema-mundo capitalista occidental, del cuestionamiento crítico frente a la legitimidad del poder pero, principalmente, del discurso de la reciprocidad y del Bien Vivir frente al egoísmo. Ello ha llevado a una dinámica de encuentro, de formación de redes, de sistemización gradual, entre el pensamiento Ecosol y las prácticas Ecosol en sus diversas escalas territoriales.

Asimismo, desde el principio de recursividad organizacional, el movimiento social de la Ecosol ha sido una respuesta histórica –en tanto efecto o consecuencia- de las condiciones de malestar impuestas por la dominación del sistema-mundo capitalista. Asimismo que, para el caso latinoamericano, su crecimiento ha sido mayor cuando las crisis económicas estallan y se profundizan, y viceversa. Sin embargo, la Ecosol está siendo también causa de la construcción embrionaria de nuevas respuestas socioeconómicas alternativas y de nuevas contradicciones en su interior (conflictos entre organizaciones, tensiones entre tendencias diversas de comercio justo, apuestas y énfasis diferenciados) como una especie de desdoblamiento de posibilidades, pero también de nuevas respuestas del capitalismo frente a sus crisis y deudas sociales como parte de su capacidad de asimilación de las propuestas alternativas contra hegemónicas, como serían las propuestas socio-económicas de las empresas privadas orientadas a la base de pirámide.

Hemos visto cómo la Ecosol es todavía un brote, un embrión apenas o una iniciativa emergente en los diversos países latinoamericanos estudiados, pero que cuenta con una 346

serie de redes construidas en diversas escalas territoriales y de alianzas plurales con otras redes y organizaciones sociales –campesinas, indígenas, sindicales, religiosas, entre otras- que permiten vislumbrar la posibilidad real de estar construyendo un movimiento social cada día más amplio, diverso y complejo. En este movimiento parecen converger diversos movimientos sociales, incluyendo al Estado mismo con sus cambios y transformaciones. Sin embargo, un análisis más preciso de esta perspectiva de estudio rebasa los límites y posibilidades del presente trabajo.

347

Conclusiones embrionarias abiertas, embriones conclusivos abiertos. “Solidarizar, responsabilizar, moralizar son interdependientes (…) Al mismo tiempo, podríamos favorecer una economía solidaria que prolongaría bajo nuevas formas la economía mutualista. Iniciativas apoyándose sobre las solidaridades locales o suscitando estas solidaridades; formación de cooperativas o asociaciones sin fines de lucro para asegurar servicios sociales de proximidad”. (Edgar Morin)

Los recorridos micro-macro de la Ecosol desde el pensamiento complejo. El recorrido realizado –caminando a ratos, haciendo entrevistas, charlando mucho, indagando información complementaria, recibiendo testimonios, constatando limitaciones humanas y realizaciones, recogiendo frustraciones y sueños- por seis “experiencias socioeconómicas

micro”

y

cuatro

países

como

“experiencias

macro”,

todas

representativas de la economía solidaria latinoamericana y promovidas tanto desde abajo como desde arriba, nos permiten afirmar, con nuestras hipótesis iniciales, que efectivamente existen elementos emergentes y embrionarios –prefiguraciones- en ellas que podrían conducir –en algún momento incierto- a la construcción de “otra economía”, es decir, de un subsistema que gradualmente pueda llevar a la transformación del sistema-mundo capitalista.

Conviene destacar la propuesta metodológica de González Casanova sobre la necesidad de realizar recorridos analíticos micro-macro para comprender la complejidad de los procesos, cuestión que me resultó sumamente útil para los efectos de este trabajo de investigación. A nivel micro realicé un análisis comparativo entre las experiencias Ecosol y las contextualicé a nivel macro en cada uno de sus países. Pero también en el nivel macro resultó muy útil la comparación entre las experiencias nacionales de México, Argentina, Brasil y Bolivia y a nivel glocal la gestación de un movimiento social desde la Ecosol.

Este recorrido fue posible gracias al apoyo brindado por el pensamiento complejo y sus principios que, desde una perspectiva comparada, nos ha brindado conocimientos útiles respecto de los supuestos o hipótesis de partida referidos en el capítulo 2°. Así, utilizando

348

los procesos-bucle205 de la Economía Solidaria como categorías analíticas en donde la recursividad organizacional, el dualismo dialógico y el principio hologramático estuvieran presentes, resulta posible afirmar que la Ecosol se constituye en América Latina en un proceso

multidimensional y complejo,

un

movimiento

bucle

dialógico-recursivo-

hologramático-bifurcador-incierto.

De manera que, desde los procesos-bucle de la Ecosol -con todas sus contradicciones y limitaciones, con sus avances y retrocesos, pero, también, con sus aciertos y construcciones embrionarias-, hemos encontrado entre los capítulos tercero y undécimo que:

la economía se solidariza y la solidaridad se economiza, el estado se ciudadaniza y la ciudadanía se demo-diversifica; la economía se socializa y la sociedad se solidariza; la Ecosol se feminiza y las relaciones de género se economizan; la economía se glocaliza y la glocalización se solidariza; la economía solidaria se sustentabiliza y el medio ambiente se economiza solidariamente; el individualismo se des-significa y la reciprocidad se re-significa; la Ecosol se moviliza socialmente y el movimiento social se economiza solidariamente.

En este ir y venir del proceso de investigación me vi obligado a reconocerme en vigilancia epistemológica permanente –a ratos por los casos de estudio, en otros momentos con el apoyo de mis tutores-, dado que fui influido e influí de manera recursiva y recíproca en dicho proceso. En este sentido fui retado permanentemente a considerarme parte del conocimiento y del autoconocimiento. Así, mis zapatos, mis emociones y mis neuronas se vieron interpelados, exigidos y fertilizados por esta experiencia.

Es preciso añadir que en ningún momento me propuse obtener la totalidad de los casos estudiados, pero sí aquellos aspectos-procesos que pudieran dar especificidad a lo 205

Si la representación gráfica del Método cartesiano podría verse como un segmento con punto de partida y punto de llegada, el Meta-Método morineano sugiere más bien la idea de un bucle.

349

alternativo en la Ecosol en su multidimensionalidad: de ahí, por supuesto, la incompletud del mismo con sus ausencias y límites, particularmente desde la mirada macro-nacional. Así, en la unidad de las contradicciones y complementos de las dualidades dialógicas, es posible afirmar que, dentro del “todo” del sistema-mundo capitalista-colonial, con su orden y desorden, su dependencia y autonomía, su individualismo mercantilista y socialización alternativa, su pensamiento único y pensamiento otro, su economía neoliberal dominante y sus economías otras, su dominación homogeneizante y su liberación en la diversidad cultural, su estabilización conservadora y sus movimientos sociales contra hegemónicos, existe una Ecosol diversa como alternativa embrionaria y emergente con un futuro incierto.

La Micro-Ecosol: las alternativas solidarias pequeñas de la Ecosol. Hemos visto en el capítulo 2° que, así como resulta pertinente hablar de “los capitalismos” como una manera de distinguir entre las diversas formas prácticas que adopta el sistemamundo capitalista actual en los diversos países y regiones del mundo, también es pertinente referirse a “las Economías Solidarias” expresando con ello la enorme diversidad de sus prácticas, aunque relacionadas por medio de una cierta matriz común.

Si bien todas las organizaciones estudiadas cumplen con los requisitos básicos considerados en la economía social y solidaria –sin ser exclusivos de ellas pero destacándose como predominantes en cada una-, los elementos emergentes y embrionarios descubiertos en este estudio apuntan a lo siguiente, en su propia complejidad económica, organizativa, social, política. Lo hago tejiendo mis conclusiones con algunas afirmaciones de diversos actores que he querido retomar al final de la investigación:

La UCIRI es efectivamente una organización indígena y de economía solidaria representativa por su contribución a la generación de redes de valor solidario (trabajo, medio ambiente, reciprocidad, entre otros valores). Estas redes abarcan desde la asesoría en producción alternativa, la certificación orgánica de productos, la dotación de capacidades empresariales o institucionales, la generación de organizaciones sociales amplias hasta la comercialización a través de los canales de Comercio Justo. Si bien 350

Comercio Justo sigue siendo apenas una gota en el mar del capitalismo global, demuestra –con todas las limitaciones e imperfecciones que todavía tiene- que es posible vincular productores pobres y consumidores finales sin un intermediarismo depredador y bajo condiciones de precio justo, calidad y sustentabilidad: “El valor del trabajo, el valor ambiental y el valor sociocultural deben ser partes integrales de una economía de igualdad y no es el mercado abstracto el que la debe definir” (Vanderhoff, 2005: 71)

La COOPAN-MST, por su parte, nos ha permitido observar que la lucha política por la conquista de derechos ciudadanos es posible desde las organizaciones campesinas y que esta lucha abarca la dimensión nacional y la necesaria transformación del Estado como garante de dichos derechos. En este sentido, su caso nos enseña que la toma del gobierno brasileño con Lula no significó “la toma del poder” a favor de los intereses de todos, especialmente de los excluidos y negados en su ciudadanía pero, al mismo tiempo, que sin un gobierno al lado del pueblo tampoco es posible avanzar más consistentemente en justicia y equidad. Además, con la COOPAN observamos que una organización de economía solidaria y campesina puede perderse en el laberinto del sistema-mundo capitalista si no cuenta con los vínculos de un movimiento social amplio y vigoroso como el MST: “Con sus luchas, el MST busca la conquista de la dignidad ciudadana (…) continúa defendiendo la democratización de la tierra y la implementación de una política efectiva para el desarrollo de los asentamientos, buscando reorganizar la producción agrícola para que el país atienda las necesidades de su población”. (MST, 2010: 11)

Con TRADOC, también una cooperativa representativa del sector, descubrimos que es posible que los trabajadores puedan resistir –por la vías de la movilización social, jurídica y política- a una gran empresa transnacional como Continental y poner en producción autogestiva

una

compleja

planta

compleja

en

condiciones

de

competencia

internacional, de manera que TRADOC demuestra que el trabajo autogestionado es posible también en condiciones de propiedad social de una empresa grande y no sólo en los casos de micro o meso emprendimientos: 351

“(…) la planta, prácticamente, nosotros la administramos. Todo lo que tú puedes ver adentro los procesos son autogestivos, no hay supervisores. Sí tenemos un régimen de disciplina interna porque es algo obvio y natural de cualquier negocio”. (Jesús T.)

La experiencia de la URAC resulta significativa porque nos demuestra que las organizaciones de mujeres de economía solidaria –en este caso integrada mayoritariamente por ellas-, con miles en membrecía, amplias en territorio y con una larga historia, son posibles sin renunciar al modo de vida campesino. Su historia nos permite vislumbrar –aunque sin que el patriarcado haya sido superado o transformado por nuevas relaciones de género más equitativas- que las mujeres son capaces de crecer subjetivamente, participar de manera activa y consistente, de comprometerse a fondo, de dirigir sus grupos y su organización tomando decisiones democráticas y transparentes y, finalmente, de soñar que su futuro será mejor cada día: “Por lo regular siempre hemos sido mujeres (…) las mujeres tienen capacidad de decisión (…) eso nos ha inducido la URAC a como que, o sea, que aprendas a dirigirte tú misma para que aprendas a dirigir”. (Lupita T.)

La estrecha e integral relación micro-macro de la UST, efectivamente glocalizadora, es realmente ejemplar. La gestión exitosa de su empresa solidaria se combina armónicamente con su compromiso con la comunidad barrial –devolviendo parte de lo mucho recibido por su solidaridad en la resistencia y antes de ella- y sus nexos con el movimiento independiente de trabajadores argentinos y latinoamericanos –tanto autogestionados como asalariados-, con el fin de recuperar sus derechos sociales, de forma tal que ponen a la UST como un embrión y ejemplo de lo que la economía solidaria puede lograr en esta articulación glocalizadora: “(…) compañero mexicano: ¡tiene la dicha de estar en una experiencia (la UST), creo que en la única experiencia que tenemos de esta socio-economía en la Argentina!” (Claudia A.)

352

El esperanzador caso de “la tierra sin mal y el bien vivir” de la APG Charagua, nos ha llevado a la recuperación histórica de la identidad indígena durante siglos negada, sometida, invisibilizada. El caso de la APG nos permite constatar que el modo de vida indígena es posible cuando se recupera la identidad colectiva y se re-significa la existencia. Gracias a ello, los guaraníes fueron capaces de recuperar parte de sus tierras y darles su sentido territorial, pero también gracias a esta identidad forjada a golpes de organización comunitaria y regional es como los guaraníes de Charagua lograron conquistar su autonomía en una reconversión del municipio. Por todo ello, el caso de la APG Charagua nos remite a la declaración de los derechos de los pueblos de las Naciones Unidas y a la dimensión cultural-identitaria como parte fundamental de la economía indígena, inherentemente solidaria: “(…) históricamente fueron marginados tanto en la Colonia como en la República (…) pero desde fines de los años 60 la conciencia de su identidad étnica ha vuelto a nacer y ha ido creciendo de manera sistemática”. (CIPCA, 2008: 4)

Como es posible advertir, hemos dejado hasta el final la dimensión ambiental. Las diversas experiencias estudiadas nos indican que cada vez es más importante la sustentabilidad ecológica para las prácticas de economía solidaria y las posibilidades de futuro no sólo de ella, sino de la humanidad entera. Con sus más y sus menos, producción orgánica de alimentos, certificación, agroecología, uso de semillas criollas, biofertilización, ecotecnias, ahorro de energía y uso de energías limpias, educación ambiental, son algunas de las prácticas sustentables impulsadas por estas experiencias de economía solidaria. Al fin y al cabo se trata de la “Madre Tierra” y sus derechos, como señalan las organizaciones indígenas bolivianas: “(…) que todo 22 de abril sea celebrado como el Día internacional de la Madre Tierra. Ya no se trata del Día de la Tierra, sino del Día de la Madre Tierra (…) A una madre hay que amarla, cuidarla, respetarla y reverenciarla. Atribuir tales valores a la Tierra, porque es Madre, conlleva afirmar que es sujeto de dignidad y portadora de derechos” (Boff, 2010: 1).

Sin embargo, una mirada compleja del fenómeno- no dicotómica ni maniquea-, en este caso de las experiencias analizadas, nos permite descubrir lo que tienen de positivo y su 353

potencial, pero al mismo tiempo sus vicios y defectos. Ninguna de estas experiencias es perfecta en sí misma, sino que están atravesadas por múltiples contradicciones como hemos visto a lo largo de este estudio. De manera hologramática, los casos analizados forman parte de la realidad de la Ecosol latinoamericana, con todas sus virtudes y defectos, así como de un contexto socioeconómico y político más amplio en el que están insertas. Entre los principales defectos y contradicciones están:

Economicismo solidario: una práctica centrada en los procesos de producción, comercialización y consumo dejando de lado las apuestas políticas, sociales, ambientales, de género, etc.;

Gestión deficiente: causa de muchos fracasos en las organizaciones y empresas solidarias y amplificada por el comportamiento excluyente de los mercados y de malas políticas económicas (como la última etapa de la UCIRI, entre 2008 y 2011);

Corrupción: señalada reiteradamente en el sector tradicional de las cooperativas mexicanas y bolivianas, así como en organizaciones rurales (ejidos y uniones);

Inequidad: en las cadenas productivas y los mercados alternativos -como Comercio Justo, donde a nivel global ha representado una puerta de salida para los productos de los campesinos pobres del tercer mundo, pero también tiene límites respecto a su tamaño y peso, la escasa agregación de valor en los países de origen y la ausencia de negociaciones más democráticas entre el norte global y el sur global-; Apatía-desinterés: el caso de la COOPAN en Brasil nos permite ubicar la negativa de la mayoría de las familias asentadas para participar activamente como cooperativistas en Capela. El desinterés de los jóvenes por participar activamente en la UCIRI y las organizaciones rurales solidarias sería otro ejemplo de ello; Cooptación-corporativización: de líderes y organizaciones por los gobiernos, los partidos políticos y las empresas privadas -la experiencia de la APG en Bolivia se enfrenta también a los riesgos de cooptación de líderes y de presiones por las poderosas empresas transnacionales productoras de petróleo y gas- o las organizaciones rurales en México y Brasil; 354

Desarticulación-sectarismo:

si bien las diversas experiencias contienen

elementos que nos permiten reconocer sus esfuerzos de articulación con otras organizaciones y redes, el caso Argentino y su frustrado esfuerzo de generar un Foro Ecosol a la manera brasileña es un ejemplo de esta falta de unidad más amplia; Desaliento: las luchas de larga duración y los esfuerzos de organización de los diversos casos permiten descubrir también los momentos de desgaste y desaliento en que han quedado atrapados -es el caso de los pueblos originarios por el reconocimiento de sus derechos durante siglos pero especialmente durante las últimas tres décadas-; Marginalidad: el peso y las influencia de las experiencias de la Ecosol son todavía de carácter marginal en el contexto de sus regiones y naciones –en su incidencia en políticas públicas, por ejemplo-, pero también a nivel global –cfr. el café comercializado en Holanda a través de los circuitos de Comercio Justo tiene como meta alcanzar apenas el 2% del consumo nacional o en Brasil el MST no ha logrado incidir en una reforma agraria-; Estrategias enfrentadas: el caso del MST en Brasil sugiere que las apuestas por el empleo y autoempleo autogestionado son una contradicción no fácil de resolver para los sindicalistas de la CUT que colaboran en la Ecosol; Falta de recursos: problemas de financiamiento para su operación cotidiana como el Foro Brasileño de Ecosol pero también falta la existencia de fondo solidarios de las cooperativas exitosas y emprendimientos más desarrollados para promover la sistemización de experiencias estratégicas; Con todo, y a pesar de sus limitaciones y defectos, el balance de los casos analizados es positivo. Dicho en otras palabras, en este paisaje claroscuro la Ecosol analizada se acerca más hacia la claridad que hacia la oscuridad, más hacia el amanecer que hacia la noche cerrada.

En este sentido, podemos señalar que la economía solidaria se desarrolla como una trama compleja, como un bucle solidario –economía y solidaridad- que se mueve un tanto 355

caóticamente buscando construir un camino propio en el campo del sistema-mundo capitalista, egoísta por principio. Y, en contrapartida, y en medio de múltiples contradicciones como hemos visto, la Ecosol basa su andar en el principio de la reciprocidad, como “don y contra don maussiano”, como “ida y vuelta solidario”, como “mano vuelta oaxaqueña”. Esta particularidad de la economía solidaria es constatada por sus actores en las diversas experiencias estudiadas: “Bueno la solidaridad, yo siempre lo he manifestado, (es) como un camino de ida y vuelta”. (Jesús T.) “Las relaciones del hombre comunitario se rigen por el principio de la reciprocidad, en los intercambios como condición natural de la existencia comunitaria, como forma de mantenerla y fortalecerla. En estos intercambios lo importante no es el valor económico o simbólico de lo que se intercambia, sino el hecho mismo de hacerlo”. (Vanderhoff, 2005: 82) “Este ida y vuelta solidario es uno de los aspectos más importantes y llamativos del fenómeno (de empresas recuperadas por trabajadores), que lo distinguen de otras luchas y experiencias obreras o de otros actores sociales”. (Ruggieri, 2005: 63). “Aquí todos ponen, y no sólo aquí todos toman. Todos ponemos”. (Mario Barrios, a sus compañeros en asamblea de la UST)

Esta reciprocidad de la economía solidaria, sin embargo, está cargada de conflictos y contradicciones, dado que no es pura ni lineal. Por ello, sostenemos que, partiendo de una matriz común, existen diversas economías solidarias –unidad en la diversidad y diversidad en la unidad-. Es el sentido de la tipología de la acción propuesta y retomada en el capítulo 12 de este trabajo. Se trata de una realidad presente en la complejidad de la vida, en la complejidad misma del sistema-mundo capitalista. De ahí el planteamiento epistemológico y metodológico propuesto y desarrollado en este estudio y los principios de la complejidad que permiten una comprensión –mejor, mayor o más integral- de los fenómenos sociales:

356

Con el principio hologramático –la parte está contenida en el todo, el todo está en la parte- hemos visto a lo largo de este trabajo que las experiencias de la economía solidaria analizadas forman parte del mosaico amplio de la ECOSOL pero, también, que la ECOSOL con sus contenidos básicos se encuentra en ellas, y al mismo tiempo formando parte de la realidad social más amplia (el todo en la Ecosol, la Ecosol en el todo); Con el principio recursivo –la causa produce el efecto, el efecto produce la causa, de manera que no existen las dualidades excluyentes donde los productos y los efectos son, al mismo tiempo, causas y productores de aquello que los produce - hemos descubierto una serie enorme de procesos de este tipo: o

lo micro –experiencias de Ecosol- está en lo macro –realidades nacionales y globales- y lo macro –esas realidades- influyendo y permeando, expandiendo o acotando lo micro;

o

lo local a lo regional a lo nacional y viceversa, donde los procesos de vuelven glocalizadores con diversos énfasis han sido analizados en este estudio;

o

de abajo hacia arriba y viceversa, cuando las organizaciones buscan una relación con el Estado, las empresas privadas y las instituciones, pero también cuando desde arriba se toman decisiones que afectan positiva o negativamente a las experiencias de la ECOSOL. En este sentido, analizamos en cada uno de los casos el papel del Estado y la relación de la Ecosol con el sector privado de la economía;

o

de lo endógeno a lo exógeno y viceversa, a partir de los recursos y potencialidades propios de las organizaciones sin agotarse en ellos, y partir de los recursos y potencialidades externas para complementar los propios;

o

Asimismo, partimos de una serie de procesos delimitados que nos permitieron encontrar las características de las diversas experiencias y compararlas entre sí, las cuales dan pie a una serie enorme de combinaciones entre ellas206: mercantilización/desmercantilización, estatización/desestatización, des/socialización,

ciudadanización/desciudadanización,

sustentabilización/des-sustentabilización,

socialización-

localización-globalización,

feminización-masculinización, des-significación/resignificación;

206

Ningún proceso se da por sí sólo, sino que siempre tiene un proceso como contraparte. Por ejemplo: socialización con desmercantilización; mercantilización con desestatización-desciudadanización; estatización-ciudadanización con desmercantilización; sustentabilización con desmercatilización; localización con globalización o sin globalización, etc.

357

Con el principio dialógico –relación entre elementos complementarios y al mismo tiempo antagónicos manteniendo la dualidad en el seno de la unidad- las relaciones y comunicación consigo mismo y con otros actores en armonía/tensión/conflictoencontramos que las experiencias micro de la economía solidaria se encuentran permanentemente realizando intercambios de todos tipos estableciendo alianzas, relaciones, acciones colectivas, entre otras.

Gracias a estos principios y al aporte de Pablo González Casanova (2004), vimos que las experiencias analizadas de la economía solidaria, asumida su diversidad, pueden ser parte de alguno de los dos tipos de sistemas complejos: los autónomos-adaptativosautoregulados-dominantes

o

los

autónomos-adaptativos-autoregulados-emergentes-

alternativos. Si bien esta clasificación simple de González Casanova resulta útil, es preciso señalar también su insuficiencia para proponer una tipología tentativa que permita distinguir la diversidad de experiencias y tendencias de la Ecosol, propuesta como una de mis hipótesis de partida. De ahí la necesidad de incluir en esta tipología una serie de características en base a “esferas y dimensiones” que den cuenta de esta pluralidad y permitir la incorporación de una mayor complejidad al análisis, en un esfuerzo por rescatar lo más posible la realidad del fenómeno social y para no caer tampoco en el error del “economicismo solidario”, es decir, considerar sólo los aspectos económicos de la Ecosol.

Por tanto, en su marginalidad relativa, consideramos que las experiencias de ECOSOL analizadas en este trabajo que se acercan más a los retos de una transformación del sistema-mundo capitalista son UCIRI, APG, COOPAN y UST, dado que forman parte de la vertiente Emergente Utópica Transicional (EUT) y, por tanto, del segundo tipo de sistemas complejos a los que alude González Casanova. Lo Macro: las alternativas como tendencias nacionales de la Ecosol.

Hemos visto, además, cómo las tendencias nacionales de la Ecosol surgen de diversos factores: por sus actores –tradicionales y nuevos-, por su origen –desde abajo y desde arriba- y por sus alcances socio-políticos –postneoliberal y funcional neoliberal. Las organizaciones analizadas se encuentran ubicadas en diversas de ellas. Si bien el sector tradicional está muy presente en los cuatro países estudiados, y de hecho es el sector 358

dominante de la Ecosol en todos ellos desde los años del Modelo Industrializador Sustitutivo de Importaciones, la crisis desatada por la implementación del modelo neoliberal en nuestros países generó la construcción de nuevas respuestas sociales e iniciativas populares frente al desempleo y la exclusión. Así, destacan por su diversidad las nuevas organizaciones como las empresas recuperadas por sus trabajadores (ERT), los clubes de trueque, las NOBECI y las empresas sociales.

Por otra parte, conviene destacar también el papel del Estado. Vimos que la gran mayoría de las nuevas organizaciones Ecosol surgidas en el contexto neoliberal lo hicieron “desde abajo”. Sin embargo, durante los últimos años surgen nuevas iniciativas de creación “desde arriba”, especialmente desde el Estado, como sería el programa “Argentina Trabaja” para la constitución de 2,000 cooperativas –y cuyos resultados están por verse todavía- o las instituciones creadas ex profeso en Brasil en apoyo a la Ecosol. De ahí que el papel del Estado en esta nueva etapa postneoliberal devenga como fundamental para los países analizados, con la excepción de México. En este sentido, destaca principalmente el “nuevo Estado Boliviano” en sus esfuerzos por refundarse y reconocerse constitucionalmente como un Estado Plurinacional, dando su lugar a los pueblos indígenas-originarios-campesinos, en una especie de “Estado como nuevo movimiento social” a la manera de Boaventura de Sousa Santos (2007ª, 2004).

Así, desde la perspectiva de las tendencias generales nacionales, descubrimos que México se adscribe desde fines de los ochentas hasta la fecha en la “tendencia destructiva ambigua” de la Ecosol y quedaría representada por la vertiente “Adaptativa Dominante Oportunista” dada la estrecha fidelidad del Estado mexicano al modelo neoliberal dominante y sus dogmas híper mercantilizadores207 y su apuesta por un agrocidio en el campo. Y frente a esta tendencia estatal y privada dominante, si bien algunas organizaciones solidarias han logrado mantenerse, poco han logrado las organizaciones de la Ecosol en su conjunto para fortalecerse, crecer y revertirla junto con otros actores sociales. Por su parte, Argentina, si bien durante los noventas formaba parte de la misma vertiente que México, a partir del 2003 formaría parte de la segunda 207

A pesar de todos los matices necesarios, la realidad es que -como hemos señalado en los capítulos anteriores- cómo México lleva ya treinta años prácticamente sin crecimiento económico real, con una apertura comercial indiscriminada, desregulaciones financieras y bancarias, despoblamiento rural (se le empieza a conocer ya como “estancamiento estabilizador” en contraposición al “desarrollo estabilizador” de la etapa industrializadora sustitutiva de importaciones) y con un aumento neto de la pobreza de más de seis millones de personas durante el presente sexenio del gobierno de Felipe Calderón (CONEVAL, 2009).

359

tendencia –de “conservación” de la Ecosol- y cercana por tanto al tipo “Adaptativa Dominante Complementaria” de la tipología de Ecosol propuesta –un capitalismo de rostro humano que busca paliar los excesos de la mercantilización, la desestatización, la estabilización y la liberación neoliberales, pero sin cuestionar de fondo las bases del sistema capitalista-. Finalmente, tanto Brasil como Bolivia –quienes como México y Argentina formaban parte de la misma vertiente hasta principios del nuevo siglo- desde mediados de la década pasada se ubican en la tercera tendencia general nacional – referida la “recuperación y construcción” gradual de un subsistema de economía solidaria y coincidente con la Ecosol “Emergente Utópica Transicional”-, tendencia que avanza gradualmente hacia la superación de los dogmas neoliberales del capitalismo dominante y sienta las bases, todavía incipientes, para la construcción postneoliberal de un subsistema de economía popular-solidaria.

Se puede afirmar, entonces, con la información disponible, que la existencia de las crisis económicas derivadas de la apuesta de ajuste estructural de los países latinoamericanos ha sido un factor de crecimiento de la Ecosol desde abajo –como respuesta de resistencia activa de los sectores populares y excluidos- pero no desde arriba, desde el Estado mercantilizador: prueba de ello son los ejemplos de las empresas recuperadas, el Movimiento de Desocupados y los Clubes de Trueque en Argentina; las nuevas organizaciones económicas de base campesina e indígena en México; las cooperativas rurales y las empresas recuperadas en Brasil y el nuevo protagonismo de los pueblos indígenas-originarios-campesinos en Bolivia.

Pero, por otra parte, un alargamiento temporal ya a tres décadas de las políticas de ajuste -convertidas en políticas de Estado- como es el caso mexicano, ha llevado a un debilitamiento gradual y progresivo de estas iniciativas surgidas desde abajo, lo que nos permite afirmar que tanto la estabilidad económica en su capacidad generadora de empleo como la prolongación de las crisis económicas, juegan en contra de la construcción de las alternativas socioeconómicas. La Ecosol como nuevo movimiento social. Y en esta transición hacia otras realidades –hacia “otra economía”-, como afirma el pensamiento complejo y los estudios de Wallerstein (2005), se trata de la contribución de 360

la ECOSOL en torno a la posibilidad de una nueva bifurcación sistémica con dos bloques históricos confrontados entre sí –por un lado, la derecha mundial representada por el Foro Económico Mundial con sede en el norte-centro global, Davos, Suiza, y, por otro, la izquierda mundial, confluencia amplia de los movimientos sociales alternativos del surperiferia global representada por el Foro Social Mundial con sede en Porto Alegre, Brasil-. En este segundo bloque histórico –emergente, diverso, plural, caótico, conflictivo- se encuentra participando activamente –ideológica, discursiva y programáticamente- la economía solidaria latinoamericana.

Hemos visto en el Capítulo 12° que la ECOSOL, en su diversidad ideológica y práxica, se configura en sus características como un “nuevo movimiento social” junto a los movimientos pacifista, étnico, indígena, de género, feminista, etc. Contiene en su discurso por “Otra economía” una crítica radical al sistema capitalista dominante en sus diversas versiones: antisistémica o anticapitalista, no capitalista o postneoliberal y capitalista de rostro humano. Asimismo, vimos que en algunas de sus prácticas existen formas incorrectas de acción como serían la corrupción, la dispersión y fragmentación de organizaciones y redes, la falta de capacidades de gestión empresarial, la escasa incidencia ciudadana en la política, las inequidades de género y una incipiente conciencia ambiental. Estas son verdaderas bifurcaciones de bifurcaciones que requieren de correcciones y de una convergencia mayor, es decir, una “sistemización” a la manera de Edgar Morin (1999) –que no sistematización de experiencias- que permita esta convergencia y unidad amplia y glocal como “movimiento social alternativo”. Fortaleciendo la emergencia: los retos para la construcción de una Ecosol realmente alternativa.

Con todo, conviene advertir que a la Ecosol se le exige lo mejor de las prácticas empresariales capitalistas privadas pero al mismo tiempo la necesidad de generar otros múltiples impactos sociales, políticos, ambientales y de género, lo cual resulta necesario si en verdad se piensa en verdaderas alternativas. Sin embargo, sus detractores parecen olvidar que las empresas privadas en todo el mundo tienen una elevada tasa de mortandad durante los primeros años de existencia, que la existencia de monopolios y oligopolios privados expolia los bolsillos de los ciudadanos consumidores bajo el amparo del poder político, que los subsidios públicos otorgados a las grandes empresas privadas 361

resultan una sangría para el Estado y una enorme injusticia para las empresas solidarias y privadas de menor tamaño, entre otras perversiones sistémicas208.

Pero frente a los retos anteriores, otro igualmente enorme se dibuja en el horizonte actual y futuro de la Ecosol: se trata de la participación de los jóvenes compartiendo estas apuestas, principalmente en el medio rural tanto indígena como campesino. Las experiencias de la UCIRI, la URAC, el MST y la APG contienen en su seno la enorme carga que significa el envejecimiento de sus bases y la falta de una incorporación mayor de los hijos, dada su migración hacia supuestos “polos modernos de desarrollo” en busca de mejores oportunidades de vida. No en balde el MST procura la capacitación de sus bases juveniles para la producción agropecuaria y agroindustrial, de suerte que el trabajo cooperativo y la vida en el asentamiento no signifiquen para ellos una especie de encierro social y sí, por el contrario, la posibilidad de un desarrollo profesional y un proyecto de vida como socios. Buscar opciones de formación y capacitación para los jóvenes, obtener resultados en ingresos dignos para todos, resignificar la vida en el campo y del ser indígena serían algunas de las posibles soluciones a este problema, como es el caso de la COOPAN-MST. Algo similar puede decirse del papel de las mujeres en la construcción de otra economía: su presencia activa como socias y trabajadoras, así como su ascenso y reconocimiento en los puestos directivos, son parte de los grandes retos que enfrenta la Ecosol, tanto en las experiencias rurales como urbanas. Pero, si bien esta participación creciente en términos cuantitativos y cualitativos resulta necesaria, no basta por sí sola, sino también la forma como esta participación puede ir permeando las estructuras patriarcales de poder para la transformación de los hogares, familias y comunidades hacia una mayor equidad de género.

208

Para ejemplificar sobre el caso mexicano, tan sólo entre 2000 y 2005 las devoluciones de impuestos a las grandes corporaciones ascendieron a 680 mil millones de pesos, equivalentes a poco más de 62 mil millones de dólares al tipo de cambio promedio de ese año. Al mismo tiempo, la presencia de oligopolios ha aumentado la desigualdad, generado enormes ganancias y frenado el crecimiento económico del país, señala un estudio del Banco Mundial. Señala, además, que Carlos Slim, propietario de la empresa de telecomunicaciones de América Movil, controla 94% de las líneas fijas y 80% de los servicios celulares del país. Televisa y TV Azteca poseen 94% de las estaciones de televisión. Dos compañías cerveceras, Grupo Modelo y Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, tienen en conjunto una participación de mercado que roza el 99% (Guerrero et al: 2006).

362

El tercer sector social que deviene como un reto para la Ecosol lo constituyen los trabajadores asalariados contratados por las cooperativas en su proceso de crecimiento. Superar esta contradicción entre socios cooperativistas y trabajadores asalariados sólo puede resolverse con la integración de los segundos como socios cooperativistas con pleno derecho una vez cumplidas ciertas condiciones de antigüedad, buen desempeño, identificación con los valores solidarios, entre otros. Y un marco legal que obligue a las cooperativas en este sentido resulta fundamental. Es, de alguna manera, como acontece en el caso argentino pero no el mexicano. Lo mismo sucede con las cooperativas mineras bolivianas, cuyos socios rentan o prestan su plaza a terceros y aun más allá. Finalmente, un cuarto sector social lo constituye el espacio académico de la Economía Social y Solidaria. La creación de redes glocales de investigación, de generación de conocimiento, de rescate de las experiencias empíricas de la Ecosol con sus aportes y limitaciones, de la recuperación del saber popular y su divulgación amplia, son condición de una “sistemización epistémica” necesaria para disputar con otras redes similares y alternativas la hegemonía al pensamiento único. Por ello, la crisis sistémica actual se convierte en campo de cultivo favorable para el impulso crítico de otras formas de acción y de pensamiento anti o no capitalista. Así, en toda su incertidumbre futura, las diversas tendencias de la Economía Solidaria latinoamericanas se estarán disputando entre sí la hegemonía como estrategia frente al capital: ya sea desde sus extremos con la posición “radical-anticapitalista”, hasta la tendencia de la “pseudo-Ecosol” y pro-capitalista en la base de la pirámide, pasando por las versiones intermedias de la Ecosol “transicional-no capitalista”, la Ecosol “capitalista de rostro humano” y la Ecosol “burocrático-estatal” impulsada desde arriba. Con todo, si la Ecosol latinoamericana logra mantener sus aciertos –su antiutilitarismo, valorizar al trabajo sobre el capital, su capacidad de distribuir la riqueza, sus prácticas autogestivas, entre otras- y sortear algunas de las principales barreras y retos señalados para construirse al mismo tiempo “desde abajo” y “desde arriba” en la creación de un “subsistema económico alternativo” mediante la articulación de cadenas de valor solidario -junto con los subsistemas público, privado y mixto- no sólo en las escalas nacionales sino también regional y global, se podrá afirmar, entonces, que se avanza “desde un modelo económico transitorio” hacia la transformación del sistema capitalista. 363

La acción de un “nuevo Estado” refundado–su regreso como un “novísimo movimiento social” refundado desde una perspectiva participativa de corte socio y ciudadano-céntricase antoja como necesaria y complementaria para la creación de este subsistema. En este sentido, los cuatro países analizados tienen mucho camino por recorrer todavía para llegar a constituir el subsistema. Sin embargo, todo parece indicar que el mayor reto lo tiene México dada su apuesta ya histórica de tres decenios por un capitalismo salvaje o neoliberal ortodoxo con sus diversas expresiones y énfasis: como país maquiladorexportador, oligopolista-concentrador o extractivista-depredador. Por su parte, los Estados brasileño, argentino y boliviano -con su apuesta postneoliberal pragmática, los primeros, y contra hegemónica, el último- deberán mantener e impulsar con mayor fuerza las vías para la construcción del subsistema mediante un marco legal adecuado, políticas públicas promotoras con la creación articulada de instituciones, programas y recursos crecientes, el respeto a la organización autónoma ciudadana de tipo socioeconómico, entre otras. Una izquierda política –representativa- y social –participativa- hecha gobierno y movimiento social simultáneamente parece ser una de las condiciones fundamentales para avanzar en ese sentido. Por ello, confirmando otro de mis supuestos iniciales, la economía solidaria tiene entre sus retos avanzar más en su articulación como “movimiento social” –presencia de conflicto, propuesta, identidad y acciones

colectivas- hacia la ciudadanía global,

sistemizando mejor sus redes, prácticas, intereses y valores como acción, ciertamente, pero también como pensamiento crítico y epistémico e impulsando una democracia participativa y representativa, es decir, demo-diversa. En la incertidumbre del futuro, parece que el planteamiento de Coraggio (2008) en torno a una larga etapa de transición para alcanzar otra economía parece probable: esta transición deberá combinar los diversos tipos de economía –popular, privada y pública- para fundar otra distinta. Esta es una de mis coincidencias con Coraggio (2008, 2): “(…) estamos en un momento de reacción, experimentación, aprendizaje, de lenta recuperación de la memoria, de la perspectiva histórica y de una mirada con un horizonte del largo período, de reflexión sobre las prácticas, de articulación desde lo micro y lo local en procesos de coalescencia a nivel mesosocial de proyectos,

364

grupos, comunidades, redes, movimientos que atinan a saltar las fronteras nacionales como el Foro Social Mundial demuestra”.

Y, en la misma línea, como bien señala González Casanova (2008b), la creación de redes y fusiones de movimientos sociales alternativos y epistémicos críticos se vuelve estratégica, incluyendo a la ECOSOL: “Muchos

movimientos

alternativos,

o

sus

bases,

estarán

expuestos

a

“bifurcaciones de bifurcaciones” de esas que derivan en fenómenos caóticos, y que sólo se pueden enfrentar con redes, y fusiones, a sabiendas de que sin redes de unidades articuladas, las unidades desarticuladas son objeto de fácil destrucción (…) Su éxito dependerá, en gran medida, de la redefinición incluyente de

las

comunidades

científicas

y

humanísticas,

críticas,

alternativas

y

revolucionarias de los distintos países del mundo, en tanto asuman como un problema epistemológico, articulador, la ética como poder, pues no se trata sólo de prever el futuro sino de construirlo y de luchar por su construcción”.

De ahí que, en su emergencia y relativa presencia marginal, sea posible nombrar de nuevo a la Economía Solidaria como “otra economía”, una Alter-economía o Economía Alternativa al capitalismo, una economía al servicio de todos y no sólo de unos cuantos. Se trataría de una Economía para el “Buen o Bien Vivir”, retomando la propuesta de los pueblos originarios andinos. Una “Bioeconomía”, sugiero finalmente, que sea capaz de sustentar la vida humana y de las especies del mundo, nuestra casa común, mediante una matriz anti-utilitarista con valores diversos como el trabajo, el medio ambiente, la interculturalidad, la reciprocidad, la descolonialidad del poder y del saber, la articulación de redes de valor solidario, la identidad autogestiva y autonómica, así como la equidad de género. En resumen, una matriz que nos lleve más allá del concepto occidental del “bienestar” para integrar la dimensiones ecológica, cultural, territorial y política junto a las dimensiones económica y social.

Hemos visto ya que nuestra propuesta de una Ecosol alternativa comulga con Aníbal Quijano (2008), quien propone que la reciprocidad pueda entenderse – en el contexto latinoamericano y de poder colonial/moderno- como:

365

“(…) una reciprocidad que re-emerge y se re-expande como: a) organización de la producción, del intercambio o distribución, y reproducción; b) asociada a la comunidad como estructura de autoridad colectiva; c) igualdad social de los individuos dentro de la diversidad y de la heterogeneidad de identidades individuales y colectivas; d) horizontalidad de las relaciones entre los individuos de todas las identidades, comenzando con las diferencias entre los sexos y las sexualidades; e) relaciones de uso y de reproducción con los otros seres vivos y f) una cultura de corresponsabilidad en la existencia del universo”. Dejo, para terminar, como una posible agenda futura de investigación, y en mi propia incertidumbre, considerar la complementación del estudio de la ECOSOL y su tipología por lo menos con lo siguiente:

Realizar un acercamiento a las experiencias micro y macro construidas e impulsadas “desde arriba”, particularmente desde el Estado bajo condiciones de regímenes burocráticos fuertes. En este sentido los casos venezolano –la creación reciente de aproximadamente 300,000 cooperativas y su muy elevada mortandad- y cubano –con sus cooperativas agropecuarias- pueden dar luces de los alcances y límites que tiene este tipo de apuestas; Profundizar en el estudio de las alternativas radicales –antisistémicas o anticapitalistas-, no consideradas en el presente trabajo. Para ello se pueden explorar algunos casos exitosos en Colombia o Centroamérica; Finalmente, la constitución de un movimiento social (acción) y epistémico (conocimiento) global puede ser estudiado desde las redes glocales de ECOSOL y dar luces sobre sus alcances y posibilidades antisistémicas de transformación hacia otra economía. Hemos realizado un viaje en espiral alrededor de seis experiencias micro de ECOSOL y cuatro países en América Latina. Se trata de un análisis en el tiempo y el espacio, con sus momentos y lugares, en un esfuerzo por recuperar la complejidad de su lucha en sus diversas esferas y dimensiones, como procesos-bucle recursivos, hologramáticos y dialógicos. Esta “Bioeconomía” se encuentra en ciernes todavía, pero contiene elementos que, a pesar de sus limitaciones y contradicciones, pueden perfilar “embrionariamente” una nueva forma de producir, intercambiar y consumir sin que la 366

acumulación de capital sea su principio y razón de ser, sino la especie humana en reciprocidad y armonía con la naturaleza. Y esta nueva “Bioeconomía” sólo será posible si se la impulsa, construye y pule desde la cultura (Maturana: 2009, Morin: 1999), nombrando al mundo de forma alternativa (Melucci: 1999, De Sousa Santos: 2009), descolonizando el poder y el saber (Quijano: 2008 y 2006). Quiero “cerrar” el presente trabajo “abriendo” la perspectiva civilizatoria citando a Edgar Morin (s/f: 5): “(…) el objetivo de la política de civilización, cuya manifestación es el bien-vivir y no el bienestar que, reducido a sus condiciones materiales, produce malestar. Se trata de una tarea, a largo plazo, de importancia histórica. Ella debe desarrollarse sobre este último decenio y prolongarse más allá. Esta política de resistencia a la nueva barbarie lleva en sí el principio de una esperanza concreta y permite la reconstrucción de un porvenir. Ella llama al mismo tiempo a la conquista del presente, la regeneración del pasado y la reconstrucción del futuro”.

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INDICE DE SIGLAS Y ACRONIMOS ACI: Alianza Cooperativa Internacional ALCONA: Alianza Cooperativista Nacional (México) AFORE: Administradora de Fondos para el Retiro (México) AGACOR: Asociación de Ganaderos de Cordillera (Bolivia) ALBA: Alianza Bolivariana para Nuestros Pueblos de América ANED: Asociación Nacional Ecuménica de Desarrollo (Bolivia) ANTA: Asociación Nacional de Trabajadores Autogestionados (Argentina) ANTEAG: Asociación Nacional de Trabajadores y Empresas de Autogestión (Brasil) AOPEB: Asociación de Organizaciones de Productores Ecológicos de Bolivia APG-Charagua: Asamblea del Pueblo Guaraní en Charagua (Santa Cruz, Bolivia) ARIC: Asociación Rural de Interés Colectivo (México) ART: Aseguradora de Riesgo de Trabajo (Argentina) ASOPACH: Asociación de Productores de Charagua (Bolivia) BANCOSOL: Banco Solidario, S.A. (Bolivia) BAUEN (hotel): Buenos Aires Una Empresa Nacional (Argentina) BG: British Gas Group BID: Banco Interamericano de Desarrollo BM: Banco Mundial CBES: Consejo Brasileño de Economía Solidaria CCT: Confederación de Cooperativas de Trabajo (Argentina) CDT: Comunidades de Trabajo (Bolivia) CEAAL: Consejo de Educación de Adultos de América Latina CEAMSE: Coordinación Ecológica Área Metropolitana – Sociedad del Estado (Buenos Aires, Argentina) CEB´s: Comunidades Eclesiales de Base.

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CECI-Bolivia: Centro Canadiense de Estudios y Cooperación Internacional CEPCO: Coordinadora Estatal de Productores de Café Orgánico de Oaxaca (México) CEREAL: Centro de Reflexión y Acción Laboral, A.C. (México) CIDOB: Central Indígena del Oriente Boliviano CIOEC: Coordinadora de Integración de Organizaciones Económicas Campesinas (Bolivia) CIPCA: Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Bolivia) CIRIEC: Centre International de Recherches et d‟Information sur l‟Economie Publique, Sociale et Coopérative CGT: Central General de Trabajadores (Argentina) CLOC: Coordinación Latino Americana de Organizaciones Campesinas CMEES: Consejo Mexicano de Empresas de la Economía Solidaria CNA: Comisión Nacional del Agua (México) CNI: Congreso Nacional Indígena (México) CNMC- BS: Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Bartolina Sosa (Bolivia) CNE: Corte Nacional Electoral (Bolivia) CNOC: Confederación Nacional de Organizaciones de Cafeticultores (México). CNRA: Consejo Nacional de Reforma Agraria (Bolivia) CNTBC: Confederación Nacional de Trabajadores Campesinos de Bolivia CNTE: Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (México) COB: Central Obrera Boliviana COCEARGS: Cooperativa Central de Asentamientos de Reforma Agraria de Río Grande del Sur (Brasil). COMCIPO: Comité Cívico Potosinista (Bolivia) CONAMAQ: Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Bolivia) CONTA: Coordinadora Nacional de Trabajadores Autogestionados (Argentina) CONFE-COOP: Confederación Nacional Cooperativa de Actividades Diversas de la República Mexicana 395

COOCSA: Corporación de Occidente, S.A. de C.V. (México) COOPAN: Cooperativa de Producción Agropecuaria Nueva Santa Rita, LTDA (Rio Grande do Sul, Brasil) COPROFAM: Coordinadora de Productores Familiares del Mercosur CORACA: Corporación Agropecuaria Campesina COSUCOOP: Consejo Superior del Cooperativismo (México) CPTI: Centro de Planificación Territorial Indígena (Bolivia) CSA: Confederación Sindical de Trabajadores/as de las Américas (Continental) CSUTCB: Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia CSCB: Confederación Sindical de Colonizadores de Bolivia

CTA: Central de Trabajadores de la Argentina CTM: Confederación de Trabajadores Mexicanos CUT: Central Única de Trabajadores (Brasil) DENACOOP: Departamento de Cooperativismo y Asociativismo Rural (Brasil) DIF: Desarrollo Integral del la Familia (México) ECOSOL: Economía Solidaria EFTA: European Fair Trade Association ENESS: Espacio Nacional de Economía Social y Solidaria (Argentina) EPA: Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos EZLN: Ejército Zapatista de Liberación Nacional (México) FAO: Organización para la Alimentación y la Agricultura de la Organización de Naciones Unidas FBES: Foro Brasileño de Economía Solidaria FECOOTRA: Federación de Cooperativas de Trabajo (Argentina) FEDECOMIN: Federación de Cooperativas Mineras (Bolivia) FENCOOTER: Federación Nacional de Cooperativas de Trabajadores de Empresas Reconvertidas (Argentina) 396

FETIA: Federación de Trabajadores de la Industria y Afines (Argentina) FIE: Fomento a Iniciativas Económicas (Bolivia) FIRA: Fideicomisos Instituidos en Relación a la Agricultura (México) FLO: Fair Trade Labelling Organizations International FMI: Fondo Monetario Internacional FNRA: Foro Nacional de Reforma Agraria (Brasil) FOMIN: Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Mundial FONAES: Fondo Nacional de Empresas Sociales (México) FONAFF: Foro Nacional de Agricultura Familiar (Argentina) FONCRESOL: Fondo de Crédito Solidario (Bolivia) FONDECO: Fondo de Desarrollo Comunal (Bolivia) FOROLACFR: Foro Latinoamericano y del Caribe de Finanzas Rurales FREAM: Foro Regional de Entidades de Agricultura Familiar (Brasil) FRENAPO: Frente Nacional de Lucha contra la Pobreza (Argentina) FSM: Foro Social Mundial FUTINAL: Frente único de Trabajadores de la Industria del Caucho de América Latina IDH: Índice de Desarrollo Humano IERCO: Instituto de Educación Rural Cordillera (Bolivia) IFAT: International Fair Trade Association IFOAM: Federación Internacional de Agricultura Orgánica INAES: Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Argentina) INCRA: Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Brasil) INMECAFE: Instituto Mexicano del Café INRA: Instituto Nacional de Reforma Agraria (Bolivia) INTI: Instituto Nacional de Tecnología Integral (Argentina)

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JADE-CMEES: Grupo Jade, miembro del Consejo Mexicano de Empresas de la Economía Solidaria (México) MACA: Ministerio de Asuntos Campesinos y Agropecuarios (Bolivia) MAS: Movimiento Al Socialismo (Bolivia) MAS: Movimiento Al Socialismo (México) MAUSS: Movimiento Anti Utilitarista en las Ciencias Sociales (Francia) MBL: Movimiento Bolivia Libre MCP: Movimiento Campesino Popular (Brasil) MERCOSUR: Mercado Común del Sur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) MIR: Movimiento de Izquierda Revolucionaria (Bolivia) MMC: Movimiento de Mujeres Campesinas (Brasil) MNER: Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (Argentina) MNFRT: Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas por sus Trabajadores (Argentina) MPA: Movimiento de los Pequeños Agricultores (Brasil) MST: Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (Brasil) MTA: Movimiento de Trabajadores Argentinos MTD: Movimiento de Trabajadores Desocupados (Argentina) NEUMAC: ¿? (México) NEWS: Network of the European World Shops OCB: Organización de las Cooperativas Brasileñas OCDE: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OECA: Organización Económica Campesina (Bolivia) OIT: Organización Internacional del Trabajo OMC: Organización Mundial de Comercio ONG´s: Organizaciones No Gubernamentales ONU: Organización de las Naciones Unidas

398

PAN: Partido Acción Nacional (México) PDCC: Programa de Desarrollo Campesino de la Cordillera (Bolivia) PIB: Producto Interno Bruto PISET: Producción, Infraestructura, Salud, Educación, Tierra-Territorio (Bolivia) PNRA: Plan Nacional de Reforma Agraria (Brasil) PNUD: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo POA: Plan Operativo Anual (Bolivia) PRACA: Programa de Recuperación Agropecuaria Campesina (Bolivia) PRD: Partido de la Revolución Democrática (México) PRI: Partido Revolucionario Institucional (México) PROFEPA: Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (México) PRONAFIM: Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario (México) PT: Partido de los Trabajadores (Brasil) PTSUL: Partido de los Trabajadores-Sur (Rio Grande do Sul, Brasil) RAPAM: Red de Acción sobre Plaguicidas y Alternativas en México REMALC: Red Mexicana de Acción frente al Libre de Comercio RENACC-La Paz: Red Nacional de Comercialización Comunitaria La Paz (Bolivia) RILESS: Red de Investigadores Latinoamericanos de Economía Social y Solidaria RIPESS: Red Intercontinental de la Promoción de la Economía Social y Solidaria RMA: Rubber Manufacturers Association (Estados Unidos) REPSOL YPF, S.A.: Refinería de Petróleos de Escombreras Oil – Yacimientos Petrolíferos Fiscales, Sociedad Anónima SASE: Sociedad por el Avance de la Socio-Economía (Internacional) SCPP: Sociedad Cooperativa de Pequeños Productores (América Latina y África) SEDAC: Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Cooperativismo del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (Brasil)

399

SEMARNAT: Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Poder Ejecutivo Federal (México) SICARTSA: Siderúrgica Lázaro Cárdenas Las Truchas, S.A. (México) SNRTE: Sindicato Nacional Revolucionario de Trabajadores de la Compañía Hulera Euzkadi (México) SSS: Sociedades de Solidaridad Social TCO: Tierra Comunitaria de Origen (Bolivia) TLCAN: Tratado de Libre Comercio de América del Norte TRADOC: Trabajadores de Occidente, SCP de RL (El Salto, Jalisco, México) UBA: Universidad de Buenos Aires UCTA: Unión de Cooperativas de Trabajo de la Argentina UD-PASA: Unidad Desconcentrada del Programa de Apoyo a la Seguridad Alimentaria (Bolivia) UACH: Universidad Autónoma Chapingo (México) UCIRI: Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (Oaxaca, México) UDEC: Unión de Esfuerzos para el Campo (Tequisquiapan, Querétaro, México) UE: Unión Europea UNASUR: Unión de Naciones Suramericanas UNICAMP: Universidad Estatal de Campinas (Brasil) UNGS: Universidad Nacional de General Sarmiento (Los Polvorines, Gran Buenos Aires, Argentina) UNIMOSS: Unión Nacional Integradora de Organizaciones Solidarias y Economía Social (México) UNISINOS: Universidade do Vale do Rio dos Sinos (Rio Grande do Sul, Brasil) UNQ: Universidad Nacional de Quilmes (Bernal, Gran Buenos Aires, Argentina) UNT: Unión Nacional de Trabajadores (México) UPROCAFE: Unión de Pequeños y Medianos Productores de Café de Centroamérica, México y el Caribe URAC: Unión Regional de Apoyo Campesino (Querétaro, México) 400

USAID: United States Aid USEM: Unión Social de Empresarios Mexicanos UST: Unión Solidaria de Trabajadores (Avellaneda, Argentina) VIA CAMPESINA: (Brasil, América Latina, Mundial) YPEB: Yacimientos Petrolíferos Fiscales Boliviano

401

RELACION DE CUADROS CUADROS

TITULO

PAG

2.1 2. 3 2.4.a 2.4.b 2.5 4.1

Matriz teórico-conceptual Matriz de operacionalización Entrevistas semi-estructuradas realizadas en grabación digital Otras técnicas utilizadas para el acopio de información Guías de Entrevistas semi-estructuradas Ventas de los principales corporativos industriales en la producción de llantas Estructura porcentual del valor de la producción agrícola en México Producción total de los países exportadores de café (entre 2003 y 2008) Indicador anual de precios internacionales del café 1990-2009 (US centavos por libra) Estructura brasileña de la propiedad privada de la tierra (2003) Distribución social de la tierra en el municipio de Charagua en 2008 Demandas territoriales del pueblo guaraní al estado boliviano (2009) Presencia de mujeres y hombres en la URAC en 2001 Expansión territorial de la URAC Aportes centrales a la ECOSOL a nivel Micro (organizaciones) Tendencias nacionales por tipo de “Actores ECOSOL” Tendencias nacionales por el “Origen de la ECOSOL” Tendencias Nacionales por la “actuación del Estado a favor de la ECOSOL” (nuevas instituciones públicas y marcos legales) Escenarios y propuestas postneoliberales en América Latina Tendencias generales nacionales de Ecosol Tipología-síntesis analítica de tendencias ECOSOL en América Latina (con fronteras porosas) Tendencias globales de la ECOSOL: hacia un movimiento social global

3 4 6 8 9 12

4.2 4.3 4.4 5.1 5.2 5.3 7.1 8.1 11.1 12.1 12.2 12.3 12.3b 12.4 12.5 13.1

13 12 13 14 14 15 15 16 17 18 19 20 21 22 24 28

RELACION DE GRAFICAS

GRAFICAS 3.1 4.1 4.2 4.3 4.4 5.1

TITULO

Desarrollo y desigualdad mundial por países en 2005 Personal ocupado en la agricultura brasileña en 200xxx? Establecimientos agropecuarios brasileños por el tipo de agricultura (familiar y no familiar) en cantidad y superficie productiva Valor bruto de la producción en relación al tipo de agricultura Contribución de la agricultura familiar brasileña al total de la producción por productos agrícolas Gasto Público Real para el Desarrollo Agropecuario en México

PAG 31 32 32 33 33 34

402

RELACION DE FIGURAS

TITULO Figura 2.0 Mapa conceptual de la Economía Solidaria como “Otra Economía” 2.1 La Ecosol y el todo social. Su relación desde el pensamiento complejo y sus principios. 2.2 La Ecosol como realidad compleja: recursiva, dialógica y hologramática (esferas-actores-dimensiones y sus relaciones complejas) 2.3 Tendencia Tipo Radical-Utópica 2.4 Tendencia Tipo Emergente Utópica Transicional 2.5 Tendencia Tipo Adaptativa Dominante Complementaria (Capitalismo con rostro humano y desarrollo) 2.6 Tendencia Tipo Adaptativa Dominante Oportunista (Pseudo-Ecosol) 2.7 Tendencia Tipo Emergente Estatal

PAG 36 37 38 39 40 41 42 43

RELACION DE MAPAS

MAPAS 3.1 3.2 3.3. 5.1 8.1 8.2 8.3 8.4 8.5 8.5.b 9.1 9.2 10.1

TITULO El corredor industrial de El Salto, Jalisco Región de influencia de la URAC en Querétaro Presencia de la UCIRI en Oaxaca Demanda de tierras del pueblo guaraní al Estado Boliviano Región y municipios de trabajo de UDEC y URAC Brasil. Geografía de los Movimientos Socio-territoriales 2000-2007 Territorio de la Capitanía Charagua Norte Territorio de las Capitanías Alto y Bajo Isoso Territorio de la Capitanía Parapitiguasu Territorio de la Capitania Parapituasu Corredor Industrial El Salto (Geografía de la contaminación) Polígono del Relleno Sanitario Villa Dominico en Avellaneda y Quilmes Istmo de Tehuantepec. Población Indígena Estimada (PIE), 2000

PAG 45 45 46 46 47 48 49 49 50 50 51 51 52

403

Anexos

404

CUADROS

405

Cuadro 2.1: Matriz teórico-conceptual

Conceptos principales

Teorías soporte

Economía solidaria

Economía social Anti utilitarismo Pensamiento complejo

Alternativas (de resistencia y liberación desde abajo) Demodiversidad Ciudadanía

Teoría política de la Democracia Teoría política de la ciudadanía en AL

Autores principales Coraggio Caillé Morin, González Casanova de Souza Pérez Baltodano

Acción colectiva y movimientos sociales Conceptos secundarios

Teoría de la acción colectiva y los movimientos sociales

Melucci

Glocalización alternativa Colonialidad

Geografía política Teoría de sistemas-mundo (geopolítica) Teorías de la colonialidad del poder Teorías del desarrollo y desarrollo sustentable Economía ecológica Teorías del feminismo y género Estudios culturales y filosofía de la liberación Acción colectiva y movimientos sociales

Boisier Wallerstein

Desarrollo sustentable y sustentabilidad ecológica Género Identidad colectiva y construcción social de sentido

de Souza Quijano Martínez Garza Martínez Alier Salles Giménez Melucci

Fuente: Elaboración propia

406

Cuadro N° 2. 2: Matriz de operacionalización (Objetivo: comparar-contrastar, desde el pensamiento complejo, las emergencias de la ECOSOL y sus tendencias nacionales desde casos emblemáticos)

Esferas (actores) ECOSOL

Lógica predominante

Dimensiones transversales

Económicomercantil (Mercado)

Política

Social

Ambiental

Territorial (relación local-global)

Género (relación entre géneros)

(Estado)

(Sociedad)

(ecosistemas)

Intercambio

Poder

Relaciones

Sustentabilidad

Cultural (mundo simbólico)

Relaciones multi y transescalares

Relación social entre géneros

Construcción social de sentidos

Conceptos

Central

Complementa rios

Referentes teóricos principales Categorías Analíticas (desde la complejidad) Categorías Analíticas Transversales (para las tendencias nacionales)

Economía solidaria (don, solidaridad, reciprocidad) Mauss, Coraggio Valor de uso (formas solidarias de producción, intercambio y consumo) Coraggio

Demodiversidad (ciudadanía, acción colectiva, movimientos sociales)

Alternativas (de resistencia y liberación)

Economía ecológica (metabolismo social)

Postcolonialidad (glocalización)

Equidad de género

Identidad colectiva

Boaventura de Souza Santos

González Casanova

Martínez Alier Toledo

Mignolo

Scott

Melucci

Mercantilización/ desmercantilización

Estatización/ desestatización Ciudadanizacióndesciudadanización

Socialización/dessocialización Individualización/ desindividualización

Sustentabilización/ Dessustentabilización

Localización/ Globalización

Feminización/ Masculinización

Significación/ Des-significación Re-significación

Construcción Conservación Destrucción

407

Variables de medición

Indicadores (Observables) 19 indicadores

Articulación ampliada y justa de mecanismos de producción, distribución y consumo

Participación y movilización ciudadana a favor de Ecosol

+ Existencia creciente de emprendimientos solidarios con mecanismos innovadores de financiamiento, producción, intercambio y consumo.

+ Historia de luchas y movilizaciones sociales y ciudadanas por la apropiación legal de recursos naturales, activos productivos y políticas públicas.

+ Existencia de redes y relaciones económicas ampliadas entre empresas de la ECOSOL (encadenamientos de valor de cambio)

Fuentes de información Técnicas

Apropiación colectiva y gestión democrática de recursos y activos

Uso de tecnologías alternativas

+ Reconocimiento de autonomía.

Participación femenina equitativa

+ Participación en redes y movimientos transescalares contrahegemónicos

+ Existencia de iniciativas legales y presupuestales (reformas constitucionales, leyes y reglamentos, instituciones, programas públicos) de reconocimiento y apoyo a ECOSOL.

+ Avances y posesión efectiva, reconocimiento legal y control del territorio (autonomía) y los recursos sociales (tierra, bosques, aguas, medios de producción y distribución como maquinaria y edificios). + Formas novedosas asociación, remuneración, estratificación salarial, reparto de utilidades y toma de decisiones.

+ Impulso de prácticas innovadoras de rescate y conservación de recursos naturales (agrodiversidad de cultivos). + Tendencia creciente al uso de tecnologías no contaminantes y de ahorro de energía.

+ Autoidentificación y heteroidentificación. + Permanencia.

+ Existencia de derechos adquiridos de autonomía y control territorial.

+ Presencia creciente de mujeres en la membrecía activa.

+ Conservación y rescate de tradiciones y expresiones culturales solidarias.

+ Membrecía y presencia activa en eventos y compromisos de diversas redes y movimientos de protesta y propuesta en las escalas local, nacional y global.

+Presencia creciente de mujeres en cargos directivos y gerenciales.

+ Reconocimiento propio de valores, emociones, lenguaje y símbolos compartidos.

+ Presencia creciente de mujeres en redes, foros y encuentros de ECOSOL.

+ Reconocimiento por otros actores (gobierno, sector privado, OSC, iglesias…). + Percepción propia de la duración y valoración de avances e impactos.

+ Apoyo de partidos políticos en plataformas e iniciativas de ley a favor de la ECOSOL.

+ Instituciones civiles, sociales, académicas, religiosas, y redes comprometidas con ECOSOL. Documentos y entrevistas: actas, acuerdos, resoluciones oficiales,estudios, boletines, medios promocionales e informativos, noticias, periódicos, informes de gobierno, reformas y leyes, programas públicos, estados financieros, nóminas, memorias, análisis técnicos, escrituras, logos, discursos, fotos, testimonios… Entrevistas en profundidad Observación no participante (de eventos cotidianos y prácticas, diario de campo, fotografías, video) Acopio documental

Fuente: Elaboración propia

408

Cuadro N° 2. 3: Entrevistas semi estructuradas realizadas Nombre

Organización

País/localidad

Fecha

Ocupación

Duración grabación

Presidente del CA

1.5 hrs

Trabajador

2 hrs

Trabajador

20 mins

Esposa

2 hrs

Tequisquiapan Querétaro

Marzo 17 de 2009 Marzo 17 de 2009 y junio 3 de 2009 Marzo 17 de 2009 Junio 3 de 2009 Junio 11 de 2009

2 hrs

Santillán Querétaro

Junio 12 de 2009

Promotor de UDEC y Fundador de URAC Presidenta de URAC

El Bordo Querétaro El Bordo Querétaro

Junio 11 de 2009 Junio 12 de 2009 Julio 7 de 2009 Julio 7 de 2009

Ahorradora

2 hrs

Cajeras de grupos

2 hrs

Presidente

2 hrs

Promotora de grupos productivos de mujeres Dirigentes Cooperativa de transporte

30 mins.

Trabajador y socio

30 mins.

Promotores voluntarios Secretaria y responsable de cafetería Promotor nacional

1 hora

México Jesús Torres Nuño José Antonio Alonso Nuño Jaime Camacho

TRADOC

María Elena de Alonso Alfonso Castillo

María Guadalupe Tovar

El Salto Jalisco

2 hrs

URAC Luisa Tovar Purificación y su hermana Saúl Echeverría Vianey Sánchez

Dionisio Martínez y Jesús Toledo UPZMI

UCIRI

Saúl Gazga SPR Mariene Águila y Jesús Torres Rosalía

Mario Monroy

CMEES JADE

San Juan Lachivizá Santa María Guienagati Oaxaca

Julio 7 de 2009

Ixtepec Oaxaca

Julio 7 de 2009 Julio 7 de 2009 Julio 6 de 2009

Santiago de Querétaro, Qro

Mayo de 2009

I hora

1 hora

6 horas

Sudamérica

Argentina Diego Ledezma, Raúl Rodríguez, Lauro, Mario Barrios, Oscar Barrios, Vela, Juan Carlos Pablo Rolandi, Javier López, Martín Issouribehere Silvia Ramírez,

UST

Septiembre 2009

Consejo de Administración

2 hrs

Septiembre 2009

Administración y oficina

2 hrs

Septiembre

Comedor

1 hora

Avellaneda, Wilde

409

Ana Lucía, Rosy Mónica Ghirelli, Susana Achucarro

Claudia Alvarez

UNQuilmes

Quilmes

Susana Hintze

UNGS RILESS

Gran Buenos Aires

2009

cooperativo

Septiembre 2009

Equipo de Comunicación y Formación (educadoras populares) Investigadora socióloga Investigadora socióloga

Septiembre 2009 Septiembre 2009

2 hrs

1.5 horas 2 horas

Brasil Emersom Caduri

MSTCOCEARGS

Camargo Reni

Dr. Luis Inacio Gaiger

COOPAN FBES-CBES Red de Incubadoras Universitarias FBES Secretaría Técnica UNISINOS RILESS

Dr. Bruno Lima

UNISINOS

Dra. Ana Mercedes Sarria

Rosanna Kirsch

Septiembre 2009 Septiembre 2009 Octubre 2009

1.5 horas

Novo Santa Rita Capela Sao Fernando, RS

Octubre 2009

4 horas

Septiembre 2009

Promotora nacional Investigadora

2 horas

Porto Alegre, RS

Septiembre 2009

Promotora nacional

2 horas

Porto Alegre, RS

Septiembre 2009

Investigador nacional

1.5 horas

Porto Alegre, RS

Septiembre 2009

Investigador

2 horas

Porto Alegre, Rio Grande do Sul

1 hora 1 hora

Bolivia Marco Sambaqui Francisco

Tarenda APG Parapituguasu

Julián Chávez Marcelo Alberto

CIPCA

Elfi y Jany

Municipio de Charagua Parroquia de Charagua CIPCA CIOEC

Charagua Santa Cruz

AOPEB

La Paz

P. Mauricio Bacardit, S.J. Primo Nina Mtra. María Julia Jiménez

La Paz

Octubre 18 2009 Octubre 21 2009 Octubre 17 y 21 2009 Octubre 16 y 17 y 2009 Octubre 20 2009 Octubre 19

Octubre 13 2009 Octubre 14 2009

2 horas 30 mins Promotor regional

3 horas

Coordinador regional Consejalas

4 horas 1.5 horas

Asesor nacional

1.5 horas

Presidente nacional

1.5 horas

Desarrollo Organizacional e investigadora

2 horas

410

Cuadro 2.3.b: Otras técnicas utilizadas para el acopio de información Otras técnicas Observación no participante y diario de campo

México Recorridos por instalaciones

Argentina Recorridos por instalaciones Asistencia a asamblea general de la cooperativa

Acopio de información de fuentes secundarias

Diversas investigaciones Boletines informativos de URAC y UCIRI Información webgráfica Acopio fotográfico

Diversas investigaciones Boletines informativos de UST Información webgráfica Base de datos nacional sobre ERT 6 DVD´s y videos de ALAVIO sobre ERT (sede en Hotel Bauen) Acopio fotográfico

Brasil Recorridos por instalaciones Diversas visitas a Feria Anual de ECOSOL en RGS (una semana) Visitas a tienda del MST Diversas investigaciones Boletines informativos de MST Información webgráfica Acopio fotográfico

Bolivia Recorridos por instalaciones Asistencia a asamblea de capitanes en Charagua Sur

Diversas investigaciones Información webgráfica Videos: 12 horas de grabación a capitanes guaraníes (INTERMON) Acopio fotográfico

411

Cuadro 2.4: Guías de Entrevistas Semiestructuradas

Caso experiencia de ECOSOL, entrevistas individuales y grupales a dirigentes y bases Indicativa en relación a los ejes analíticos y de acopio de información: 0. Descripción breve de la historia de la organización solidaria: ¿por qué y para qué surge, cómo, quiénes, cuando…? 1. Economía: ¿tipo de empresa, a qué se dedica, qué presencia tiene en la comunidad o región, qué produce o comercializa y para quiénes, cómo lo hace, cuenta con relaciones de intercambio y cooperación económica con otras empresas solidarias y privadas, participa en cadenas solidarias de valor, en qué es distinta a las empresas privadas?; 2. Política: ¿ha procurado y fomenta actualmente la interlocución con el Estado y cómo en las políticas públicas (leyes, instituciones y programas gubernamentales), se moviliza y cómo para lograrlo (relación con movimientos sociales), fomenta la conciencia y participación ciudadana en materia de derechos indígenas, laborales y DESCA, tiene relación y de qué manera con los partidos políticos, reivindican la autonomía y de qué manera?; 3. Sociedad: ¿cómo está organizada la empresa, quiénes son los dueños y su origen social, cómo se relaciona con sus miembros y trabajadores son socios, cuáles son sus políticas de salarios y prestaciones, si tiene utilidades cómo se reparten o qué se hace con ellas, quiénes y cómo toman las decisiones importantes, se informa y cómo a los socios participantes, se cuenta con programas de formación y capacitación (cuáles son y para quiénes), qué beneficios ofrece a los socios y la comunidad?; 4. Sustentabilidad: ¿cómo se obtienen sus materias primas, cómo es su proceso de producción, qué tipo tecnología utiliza y cómo aprovecha sus recursos naturales, tiene control sobre ellos, qué tipo de energía consume y dónde se obtiene, qué hace con sus residuos?; 5. Relación local-global: ¿en su historia ha tenido y tiene relación con redes y movimientos sociales de ECOSOL u otros, de qué tipo, con cuáles, por qué y cómo participativa, con qué expectativas y resultados (sin son locales, regionales, nacionales o globales)?; 6. Relaciones de género: hay mujeres socias y trabajadoras en la empresa, qué proporción tiene respecto a los hombres, qué tipo de trabajo realizan, participan y cómo en la toma de decisiones, tienen cargos de dirección o gerenciales, tienen participación en otros foros, cómo son sus remuneraciones respecto de los hombres, así ha sido siempre, qué cambios han ocurrido?;

412

7. Identidad colectiva y producción de sentido: cuáles son sus principios de organización y trabajo, cómo se viven y con qué limitaciones, cómo viven los socios y sienten su empresa, existe una identificación y cómo de las bases con su empresa, cuáles son sus símbolos principales y por qué, tienen algún slogan o frases típicas, celebran y de qué manera su organización, se reconocen en su empresa y de qué manera, otros la reconocen y valoran y cómo lo hacen, tienen algunos ritos o tradiciones vigentes y desde cuándo.

Caso promotor nacional y especialista académico en Ecosol Indicativa en relación a los ejes analíticos y de acopio de información 0. Descripción breve de la historia de la ECOSOL en su país: ¿por qué y para qué surge, cuándo-en qué contextos principales, cómo surge, quiénes-actores principales, con qué alcances y límites en el sistema capitalista dominante (como resistencia y liberación o construcción de alternativas), cuáles son sus principales retos y desafíos?;

1. Economía: ¿cuáles son los tipos principales de empresas, a qué se dedican, qué presencia tienen a nivel nacional (empleo, generación y distribución de riqueza), qué producen o comercializan y para quiénes, cómo lo hacen (bajo qué condiciones), cuentan con relaciones de intercambio y cooperación económica con otras empresas solidarias y privadas, generan cadenas solidarias de valor, en qué son realmente distintas a las empresas privadas, cuáles son las principales tendencias económicas de estas empresas? 2. Política: ¿cuáles son las tendencias principales en su procuración y fomento de la interlocución con el Estado y cómo en las políticas públicas (leyes, instituciones y programas gubernamentales de fomento a la ECOSOL y la economía popular), se movilizan y cómo para lograrlo, fomentan la conciencia y participación ciudadana en materia de derechos indígenas, laborales y DESCA, tienen relación y de qué manera con los partidos políticos y sus expresiones diversas, reivindican la autonomía y de qué manera?; 3. Sociedad: ¿cuáles son las tendencias principales en la organización de las empresas, quiénes son normalmente los dueños y su origen social, cómo se relacionan con sus miembros y sus trabajadores son socios, cuáles son sus políticas de salarios y prestaciones, si tienen utilidades cómo se reparten o qué se hace con ellas, quiénes y cómo toman las decisiones importantes, informan y cómo a los socios participantes, cuentan con programas de formación y capacitación y vínculos con instituciones educativas y OSC (cuáles son y para quiénes)?; 4. Sustentabilidad: ¿cuáles son las tendencias principales en su relación con la naturaleza, cómo obtienen sus materias primas, cómo son sus procesos de producción, cómo es su tecnología y aprovechamiento de los recursos naturales, 413

tienen control sobre ellos, qué tipo de energía consumen y dónde se obtiene, qué hacen con sus residuos?; 5. Relación local-global: ¿cuáles son las principales tendencias en su relación con redes y movimientos sociales de ECOSOL u otros, con cuáles se relacionan, por qué y cómo participan, con qué expectativas y resultados (sin son locales, regionales, nacionales o globales)?; 6. Relaciones de género: ¿cómo ha sido y es la presencia nacional de la mujer como socias y trabajadoras en las empresas, qué proporción tienen respecto a los hombres, qué tipo de trabajo realizan, participan y cómo en la toma de decisiones, tienen cargos de dirección o gerenciales, tienen participación en otros foros, cómo son sus remuneraciones respecto de los hombres?; 7. Identidad colectiva y producción de sentido: ¿hay una existencia nacional o no principios de organización y trabajo, cómo se viven y con qué limitaciones, cómo viven y expresan las empresas solidarias sus vínculos solidarios, existe una identificación y cómo de las bases con sus empresas, cuáles son sus símbolos nacionales principales de la Ecosol y por qué, tienen algún slogan o frases típicas, celebran y de qué manera su organización nacional, se reconocen como parte de un movimiento de Ecosol y de qué manera, otros la reconocen y valoran y cómo lo hacen, tienen algunos ritos o tradiciones vigentes y desde cuándo, cuáles son sus acciones y resultados más significativos?.

414

Cuadro N° 4.1: Ventas de los principales corporativos industriales en la producción de llantas Cifras (en Dólares Americanos, en miles de millones) Clasificación Compañía 1 Bridgestone Corp. 2 Groupe Michelin 3 Goodyear Tire & Rubber Co. 4 Continental AG 5 Pirelli & Cie SpA 6 Sumitomo Rubber Industries 7 Hankook Tire Co. 8 Yokohama Rubber Co. 9 Cooper Tire & Rubber Co. 10 Kumho Tire Co. Inc. 11 Toyo Tire & Rubber Fuente: Modern Tire Dealer, 2009

2006 $19.7 $19.0 $17.8 $7.5 $5.0 $3.5 $3.0 $3.0 $2.4 $1.8 $1.7

2005 $17.4 $18.1 $17.3 $7.1 $4.5 $3.5 $2.5 $2.9 $2.0 $1.7 $1.6

Cuadro N° 4.3: Producción total de los países exportadores de café (entre 2003 y 2008) TOTAL PRODUCTION OF EXPORTING COUNTRIES CROP YEARS COMMENCING: 2003 to 2008

Tipo WORLD PRODUCTION TOTAL Brazil Colombia Costa Rica Cote d‟Ivoire El Salvador Ethiopia Guatemala Honduras India Indonesia Mexico Nicaragua Peru Uganda Venezuela Vietnam

(A/R) (A) (A) ® (A) (A) (A/R) (A) (A/R) (R/A) (A) (A) (A) (R/A) (A) ®

2003 103 912

(000 bags) 2004 2005 115 558 110 131

2006 127 653

2007 117 882

103 310

114 950

109 618

127 038

117 319

28 820 11 197 1 783 2 689 1 477 3 874 3 610 2 968 4 508 6 404 4 201 1 547 2 616 2 599 780 15 231

39 272 12 033 1 887 2 301 1 437 4 568 3 703 2 575 4 592 7 536 3 867 1 130 3 355 2 593 629 14 174

32 945 12 329 1 778 1 962 1 502 4 003 3 676 3 204 4 396 9 159 4 225 1 718 2 419 2 159 760 13 542

42 512 12 153 1 580 2 847 1 371 4 636 3 950 3 461 5 079 7 483 4 200 1 300 4 249 2 700 813 19 340

36 070 12 515 1 791 2 150 1 626 4 906 4 100 3 842 4 148 7 751 4 150 1 700 2 953 3 250 897 16 467

Fuente: adaptación personal de http://www.ico.org/coffee_prices.asp

International

Coffe

Organization,

2008 127 005 126 204 45 992 10 500 1 594 2 500 1 369 6 133 3 370 3 833 4 610 5 833 4 650 1 600 4 102 3 500 880 16 000

ICO:

415

Cuadro N° 4.2: Estructura porcentual del valor de la producción agrícola en México Categoría Cereales Oleaginosas Frutas Hortalizas Leguminosas Café Caña de azúcar Maíz Otros

1990 1994 2000 2005 15.0 11.9 12.3 11.1 2.9 2.0 2.4 2.1 23.6 27.1 28.6 29.1 15.7 14.5 20.0 19.6 6.7 6.7 4.4 5.8 5.5 4.4 4.3 3.9 8.4 8.3 8.0 7.5 17.2 20.9 17.9 19.0 5.0 4.1 2.0 1.9

Fuente: FAOSTAT, sitio de internet http://faostat.fao.org/default

Fuente: La Jornada del campo N° 14.

Cuadro 2.5: Indicador anual de precios internacionales 1990-2009 (US centavos por libra) AÑO 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009

PROMEDIO ANUAL 71.53 66.80 53.35 61.63 134.45 138.42 102.07 133.91 108.95 85.71 64.24 45.59 47.74 51.90 62.15 89.36 95.75 107.68 124.25 112.59

Fuente: elaboración propia en http://www.ico.org/new_historical.asp

FLUCTUACIONES CRITICAS SI SI SI SI

SI SI SI SI SI SI SI SI

base

a

las

estadísticas

de

ICO:

416

Cuadro N° 5.1: Estructura brasileña de la propiedad privada de la tierra (2003) Grupos de área total Pequeña

Menos de 200 ha Media 200 a menos de 2000 ha Grande 2000 ha o más Total

N° de inmuebles

%

Áreas en HA

%

3,895,968

91.9

122,948,252

29.2

Área Media (ha) 31.6

310,158

7.3

164,765,509

39.2

531.2

32,264

0.8

132,631,382

31.6

4,110.8

4,238,421

100.0

420,345,382

100.0

99.2

Fuente: Laureano (2007: 60). Datos tomados de INCRA.Org.

Cuadro N° 5.3: Distribución social de la tierra en el municipio de Charagua (2008) Nº

Sectores Población (Hab.) % Territorio Municipal (Has) % Rel. Ha/Hab. 1 Urbano-Terceros 4.344 16,6 4.550.820,6 61,1 1.047,6 2 Parapitiguasu 3.260 12,5 130.592,6 1,8 40,1 3 Charagua Norte 5.070 19,4 109.164,6 1,5 21,5 4 Alto y Bajo Isoso 8.878 34,0 775.036,3 10,4 87,3 5 GKK 610 2,3 8.500,0 0,1 13,9 6 Menonitas 3.932 15,1 50.485,0 0,7 12,8 7 Parque Kaa Iya 448.736,0 6,0 8 Ñembiguasu 1.369.065,0 18,4 Total Municipio 26.094 100 7.442.400,0 100,0 Fuente: PDM 2003, Google earth, Informe INRA 2008. Fuente: APG Capitanías Charagua norte, Parapitiguasu, Alto y Bajo Isoso(2009: 9)

417

Cuadro N° 5.2: Demandas territoriales del pueblo guaraní al estado boliviano (2009) N° Territorio demandado (TCO) o Zonas Hectáereas 1 Charagua Norte 367,700 2 Kaaguasu 161,810 3 Kaipependi Karovaicho 93,578 4 Iupaguasu 161,979 5 Isoso 3,479,170 6 Kaami 151,743 7 Kooreguasu (Itapi, Santa Rosa, Cuevo) 154,450 8 Boyibe 277,163 9 Yembiguasu 3,110,277 10 Takovo Mora 518,245 11 Charagua Sur 199,911 12 Machareti-Ñancaroinza-Karanditi 244,249 13 Itikaraparirenda 174,608 14 Avati Ingre y Avatiri Guakareta 389,595 15 Tarairi Chimeo 44,357 16 Itikaguasu 530,900 17 Mboicovo (Ipati Cuevo) 0 18 Tapiete 160,605 Total demandado 10,385,945 Fuente: Marcelo Arandia (2009: 19)

Cuadro N° 7.1: Presencia de mujeres y hombres en la URAC en 2001 Instancias Consejo de cajeras Consejo de despenseras Consejo de maiceros Mesa directiva Representante de comunidad Ahorradores adultos Ahorradores jóvenes Ahorradores infantes

Mujeres Total % 206 76.87

Hombres Total % 62 23.13

Totales Total 268

50

98.0

1

2.0

51

11

100.00

11

7

63.64

4

36.36

11

3,515

76.73

1066

23.27

4581

2,577

78.43

709

21.57

2,286

2,437

53.77

2,096

46.23

4,533

Fuente: Rabasa (2002: 45)

418

Cuadro N° 8.1: Expansión territorial de la URAC 1986-2008 Fase Años Comunidades Socios Municipios Experimental 1986-1990 3-16 252-1,362 3-5 % 433 % 540% Expansión I final 1994 25 4,809 5 % 56 % 353% Consolidación I final 1998 29 10,313 5 % 16 % 214 % Expansión II final 2005 63 16,183 5 % 117 % 157 % Consolidación II actual 2008 69 19,399 5 % 9.5 % 119 % Fuente: elaboración propia en base a Informe de la Asamblea Anual 2009

419

Cuadro N° 11.1: Aportes centrales a la ECOSOL a nivel Micro (organizaciones) ESFERAS/DIMENSIONES

ECONOMÍA

POLITICA

SOCIEDAD

TERRITORIAL

GENERO

SUSTENTABILIDAD

CULTURAL IDENTIDAD

MERCANTILIZACION (producción competitiva lucrativa)

CIUDADANIZACION (derechos laborales movimiento obrero)

SOCIALIZACION (cooperativista)

GLOCALIZACION (actor glocal)

MASCULINIZACION

SUSTENTABILIZACION (productiva)

RESIGNIFICACION (trabajadora)

URAC

DESMERCANTILIZACION (ahorro solidario educativo no lucrativo)

CIUDADANIZACION (Derechos civiles asociativos)

SOCIALIZACION (grupos y organizaciones)

REGIONALIZACION NACIONALIZACION (actor regionalnacional)

FEMINIZACION (membrecía y dirección)

SUSTENTABILIZACION (ecotecnias Productiva)

RESIGNIFICACION (campesina)

UCIRI

DESMERCANTILIZACION (redes de valor solidario no lucrativas y de comercio justo global)

CIUDADANIZACION (promotor de organizaciones sociales y movimiento indígena)

SOCIALIZACION (Regional, nacional y global)

GLOCALIZACION (actor glocal)

FEMINIZACION (membrecía)

SUSTENTABILIZACION (ecotecnias producción orgánica)

RESIGNIFICACION (indígena)

UST

DESMERCANTILIZACION (servicios ambientales locales)

CIUDADANIZACION (movimiento de trabajadores autogestionados)

SOCIALIZACION (comunitaria y nacional)

GLOCALIZACION (actor glocal)

MASCULINIZACION

SUSTENTABILIZACION (productiva)

RESIGNIFICACION (trabajadora)

MST

DESMERCANTILIZACION (redes regionales de comercio solidario)

CIUDADANIZACION movimiento campesino reforma agraria

SOCIALIZACION (asentamiento, estatal y Nacional)

GLOCALIZACION (actor glocal)

FEMINIZACION (membrecía y dirección)

SUSTENTABILIZACION (productiva)

RESIGNIFICACION (campesina)

APG

DESMERCANTILIZACION (autoconsumo y mercado regional)

CIUDADANIZACION (movimiento indígena y autonomía tierras-territorio)

SOCIALIZACION (comunitaria, regional y nacional)

REGIONALIZACION NACIONALIZACION (actor regionalnacional)

FEMINIZACION (membrecía y dirección)

SUSTENTABILIZACION (productiva)

RESIGNIFICACION (indígena)

ORGANIZACIONES TRADOC

Fuente: Elaboración propia

420

Cuadro N° 12.1: Tendencias nacionales por tipo de “Actores ECOSOL”

Sector

Tradicional

Nueva ECOSOL

Organizaciones Cooperativas, mutuales, asociaciones Ejidos y comunidades Desocupados ERT Clubes de trueque NOBECI (nuevas organizaciones de base económica campesina e indígena)

Empresas sociales

Reivindicaciones Apoyo mutuo

Argentina

Brasil

Bolivia

México

X

X

X

X

X APG

X UCIRI

Reforma agraria Desarrollo local Trabajo autogestionado Intercambio no capitalista Agroecología Comercio Justo Reforma Agraria Soberanía alimentaria Autonomía Indígena Tierra y territorio Profesionalismo Calidad Precio Alianzas con empresas privadas

X X UST X

X

X TRADOC

X (Agricultura familiar) MST

X (Oecas) (Tierra y territorio Autonomía Indígena)

X (Tierra y territorio Autonomía Indígena) URAC

X

X

X

Fuente: Elaboración propia

421

Cuadro N° 12. 2: Tendencias nacionales por el “Origen de la ECOSOL”

Promoción

Argentina X

Brasil X

Bolivia X

México X

X

X

X

X

Iglesias liberadoras o populares locales

X

X

X

X

Académicos

X

X

X

X

Instituciones gubernamentales

X

X

X

X

Iniciativa Privada

X

X

X (reconversión de microfinancieras)

X

Partidos Políticos

X

X

X

X X

Sectores populares ONG´s

Desde abajo

Desde arriba

Sindicatos Jerarquías eclesiales Fuente: Elaboración propia

X X X

X X

422

Cuadro N° 12. 3: Tendencias Nacionales por la “actuación del Estado a favor de la ECOSOL” (nuevas instituciones públicas y marcos legales) Tendencia del Estado

Tipo de ECOSOL desde lo POLITICO

Postneoliberal Contrahegemónico Hacia lo Alternativo Postneoliberal Pragmático

Funcional Neoliberal Oxtodoxo

Características

Políticas Públicas activas a favor de la ECOSOL (incidencia en los diversos niveles de gobierno) Participación activa de las organizaciones ECOSOL Autonomía indígena Políticas Públicas tíimidas a favor de la ECOSOL Complementaria al sistema capitalista dominante

Argentina

Brasil

Bolivia

México

X

X

X

X

Fuente: Elaboración propia en base a Preciado (2011)

423

Cuadro N° 12.3.B: Escenarios y propuestas postneoliberales en América Latina MODELOS POST-

Caracterización del Estado

Fuentes de Legitimidad

Derechos de Ciudadanía

Países

NEOLIBERALES - Post-neoliberales contra hegemónicos

Procesos constituyentes orientados a la

Dispersión del poder entre el Estado y

Ciudadanía social con déficit

refundación de la estructura estatal

los movimientos sociales

ciudadanía económica

Regulación estatal sobre la economía y

Incorporación de actores y sectores no

Acento en legitimidad, desfase

reivindicación de la soberanía sobre recursos

tradicionales a la esfera de poder

con eficacia

naturales

Contrapoderes y Antipoder: democracia

Proyecto de Estado inter-cultural y pluriétnico

participativa

Construcción de economía social y solidaria

Estado como novísimo movimiento social

como fórmula de desarrollo endógeno

Fuentes de legitimidad, persiste

Bolivia, Ecuador, Venezuela

clientelismo político

- Post-neoliberales pragmáticos

Reformas constitucionales incluyen políticas

Fuentes de legitimidad acuden al

Ciudadanía social con déficit

sociales

clientelismo político

ciudadanía económica

Modelo orientado a la exportación, selectivo y

Resignificación de procesos electorales

Acento en eficacia, desfase con

gradual

Democracia participativa acotada a

legitimidad

Estabilidad macroeconómica negociada por

gestión pública

Argentina, Brasil, Uruguay

coalición política

- Post-neoliberales en transición

Cambios recientes en gobierno nacional,

Fuentes de legitimidad acuden al

Ciudadanía social incipiente, con

El Salvador, Guatemala, Nicaragua,

reformas constitucionales pendientes

clientelismo político

déficit ciudadanía económica y

Paraguay

Coalición política negocia modelo exportador

Resignificación de procesos electorales

política

con poderes fácticos

Democracia participativa acotada a

Construcción legitimidad con

Estabilidad macroeconómica sin acuerdo con

gestión pública

déficit en eficacia

Estado fuerte con regulación sesgada,

Fuentes de legitimidad reposan en el

Ciudadanía social fragmentada

Chile, Colombia, Costa Rica, México,

miniaturizado

clientelismo político, (neo)corporativismo

Acento en eficacia con débil

Panamá, Perú, República Dominicana

Coalición política opera modelo exportador

Contra-democracias instituyentes

legitimidad

(¿Honduras, Haití?)

con poderes fácticos

Descrédito partidos y procesos

Estabilidad macroeconómica acotada a

electorales

coalición política

NEOLIBERALES ORTODOXOS

dimensión financiera

Fuente: Jaime Preciado Coronado (2011), Escenarios y propuestas „postneoliberales‟, ante la triple crisis global. Universidad de Guadalajara/ITESO

424

Cuadro N° 12. 4: Tendencias generales nacionales de Ecosol Proceso o tendencia

Tipo

País (Estado subtipo)

Destrucción (ambigua)

Neoliberal

México (Ortodoxo)

Argentina (Pragmático)

Conservación Postneoliberal

Construcción (o

(hacia la construcción de un

Brasil (Pragmático)

Estado Actores políticos No aprobación de ley reglamentaria del art. 25 constitucional Programas de apoyo limitados: FONAES (Secretaría de Economía), agropecuarios… Ley de Fomento a cooperativas agropecuarias INAES (Ministerio de 210 Desarrollo Social ) Programas de apoyo a desocupados (Manos a la Obra, Argentina Trabaja) Ley de Economía Solidaria Estatización de empresas Emplearización y crecimiento económico SENAES (Ministerio del Trabajo y Empleo212)

Sociedad Actores sociales Inexistencia de Foros Nacionales integradores orgánicos Encuentros nacionales de Ecosol Esfuerzos de articulación parcial con COSUCOOP, CMEES, Federación de …, CNOC, UNIMOSS y otros Movimientos (Sin maíz no hay país) Inexistencia de Foros y Consejos Nacionales Divisiones en el Movimiento de las ERT y cooperativas ENESS211 FONAF Consejo Nacional ECOSOL Foro Brasileño de ECOSOL Redes de organizaciones sociales Foro Nacional de Reforma Agraria (FNRA)213 OCB214

Economía Actores económicos Desmantelamiento de Ejidos colectivos y ARIC´s Conservación de sector tradicional 209 Surgimiento de NOBECI

Sector tradicional Desocupados ERT Clubes de Trueque (temporales) Organizaciones de agricultura familiar Sector Tradicional Organizaciones campesinas de agricultura familiar MST ERT

209

Se trata de las Nuevas Organizaciones de Base Económica Campesinas e Indígenas El INAES es el organismo argentino, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, que ejerce las funciones que le competen al Estado en materia de promoción, desarrollo y control de la acción cooperativa y mutual. 211 El Espacio Nacional de Economía Social y Solidaria de Argentina agrupa a numerosas ONG´s dedicadas a la promoción, formación y asesoría de organizaciones en economía social y solidaria. 212 SENAES es la Secretaría Nacional de Economía Solidaria, dependiente del Ministerio del Trabajo y el Empleo en Brasil. Sin embargo, en una medida por demás sorpresiva y calificada por el FBES como antidemocrática y reversiva, la nueva presidenta del Brasil -Dilma Rousseff- en marzo de 2011 decretó la extinción de la SENAES para dar paso a la creación de la Secretaría de Micro y Pequeña Empresa, en donde la Ecosol quedará subsumida la Ecosol. 213 FNRA es el Foro Nacional para la Reforma Agraria y Justicia Rural y se halla conformado por 54 entidades. Agrupa a las principales organizaciones campesinas del Brasil como el MST, la Confederación de Trabajadores en la Agricultura (CONTAG), además de la Asamblea Popular (AP) y el Grito de los Excluidos, entre 210

425

recuperación)

subsistema de Ecosol)

Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Cooperativismo (Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento) Programas federales de fomento ( desayunos escolares) Reforma Constitucional Inexistencia de Foros y Consejos Estatización de empresas Nacionales Energéticas Capacidad de incidencia política de Bolivia Emplearización y las organizaciones nacionales de la (Contrahegemónico) crecimiento económico Ecosol y las comunidades indígenas Ley OECA´s (constitucionales, legales, Programas nacionales de programas públicos, etc.) fomento ( desayunos escolares) Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas realizadas-exploración adicional y Preciado (2011)

Red de Incubadoras

Sector tradicional (cooperativas mineras, instituciones microfinancieras) OECA´s Comunidades indígenas

otros movimientos sociales. Apoyan también esa iniciativa la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) y el Consejo Nacional de Iglesias Cristianas del Brasil (CONIC). 214 La Organización de las Cooperativas Brasileñas (OCB) agrupa a las cooperativas que exportaron en el 2009 un total de 3.6 mil millones de dólares y facturaron 44.25 mil millones de dólares.

426

Cuadro N° 12.5: Tipología-síntesis analítica de tendencias ECOSOL en América Latina (con fronteras porosas) Nacional

Tendencia general

Esferas/dimensiones (Actores)

Economía (Mercado)

Política (Estado)

Lógica-racionalidad Sistemas complejos

Intercambio

Poder

ECOSOL TIPO

Bolivia

Anticapitalista y postacapitalista (Desmercantilización)

Subpolítica (Desestatización)

Emergente Utópica Transicional (EUT)

No capitalista y postneoliberal (Desmercantilización)

Adaptativa Dominante Complementaria (ADC)

Capitalista de rostro humano y postneoliberal (Mercantilización)

Adaptativa Dominante Oportunista (ADO) (pseudo ecosol)

Capitalista neoliberal con mercados en la base (Mercantilización)

Demodiversidad DR y DP Estado fuerte, democrático y regulador (Estatización) Demodiversidad DR y DP Estado fuerte, democrático y regulador (Estatización) Democracia liberal representativa Estado mínimo, discrecional y autoritario (Desestatización)

Emergente Utópica Autoritaria (EUA)

Anticapitalista o no capitalista, postcapitalista o postneoliberal de corte

Brasil

Argentina

México

Conservación

Destrucción

Naturaleza (ecosistemas)

Glocalización

Sustentabilidad

Espacialidad

Orientación valoral

Relación predominante

Emergente Utópica Radical (EUR)

Construcción

Sociedad (sociedad y cultura) Relaciones y significaciones

Democracia de partido único o de partido dominante ligado a un

Incluyente no ciudadana con interculturalidad (Socialización) Incluyente ciudadana con interculturalidad (Socialización)

Armónica

Contra hegemónica Alternativa

Reciprocidad

Armónica

Contra hegemónica Alternativa

Reciprocidad

Incluyente ciudadana con interculturalidad (Socialización)

Armónica

Hegemónica alternativa Gestión y democratización de OI

Equidad

Excluyente ciudadana y promocional caritativa (Des-socialización)

Armónica o no

Hegemónica

Lucro y filantropía

Corporativa, semiincluyente ciudadana con interculturalidad

Armónica

Contra hegemónica Alternativa

Reciprocidad

427

estatista (Desmercantilización)

Estado rector, propietario, autoritario (Estatización)

(Socialización)

Fuente: elaboración propia con base en Coraggio (1999) y otros autores.

428

Cuadro N° 13. 1: Tendencias globales de la ECOSOL: hacia un movimiento social global Actores Redes

Composición integrantes

Procesos sociales (ámbito)

Formas de acción

Alcances territoriales

Conferencias o Asambleas

Sedes

Casos estudiados

Redes de Ecosol 215

RIPESS

Redes de Comercio Justo ACI216

215 216

Red de redes (intercontinentales, nacionales y sectoriales) de empresas y organizaciones de apoyo Comercializadoras Tiendas Certificadoras (sellos)

Promoción

Foros (de aprendizaje, información y colaboración)

Cinco continentes

Cuatrienales

Norte y Sur del mundo

Mario Monroy (CMESS)

Promoción y acciones

Certificación Comercialización Publicaciones

Cinco continentes

Diversas

UCIRI

Cooperativas

Promoción

Representación Cabildeo Incidencia legislativa y en políticas públicas Relación con donantes Investigación Formación y capacitación Publicaciones

Cinco continentes

Bianuales

UE Estados Unidos Japón Canadá Ginebra, Suiza

TRADOC

Red Internacional de Promoción de la Economía Social y Solidaria. Alianza Cooperativa Internacional.

429

ACI 217 Américas

Cooperativas

Promoción

FSM

Movimientos sociales, ONG´s, investigadores, líderes sociales y políticos Altos dirigentes cooperativistas, mutualistas y de fundaciones

Debate y acción (acciones globales anti neoliberales) Acción (acciones globales estratégicas)

RILESS218

Investigadores

CIRIEC Internacional

Centros nacionales con Investigadores y Gestores de Empresas Públicas, Sociales y Cooperativas

Encuentros de Mont Blanc

217 218

Representación Cabildeo Incidencia legislativa y en políticas públicas Investigación Formación Publicaciones Encuentros Foros Campañas Marchas

América

Costa Rica

TRADOC

Cinco continentes

Anuales

Porto Alegre, Brasil

UST MST TRADOC

Encuentros Pronunciamientos Proyectos Compromisos

Cinco continentes

Anuales

Mont Blanc, Francia

Mario Monroy (CMESS)

Investigación y difusión

Encuentros Publicaciones Revista Biblioteca

América Latina

Anuales

Cono sur de AL

Congresos internacionales y nacionales Conferencias Seminarios Publicaciones

15 países de América del Norte, Europa, América Latina

Bianuales

Variable

Susana Hintze Luis Gaiger J.J. Rojas Ana M. Sarria M.J. Jiménez Clement Guimond Leopold B.

Investigación y difusión

Se trata de la expresión organizativa de la ACI en el continente americano. Red de Investigadores Latinoamericanos en Economía Social y Solidaria.

430

219

INAISE

Instituciones financieras éticas

Acción y difusión de financiamiento microcrédito)

Encuentros Conferencias Foros Publicaciones Web

Cinco continentes

Anuales

Bruselas, Bélgica

URAC (a través de FOROLACFR)

Redes y organizaciones regionales y globales cercanas a la Ecosol Vía Campesina 220

COPROFAM

Organizaciones campesinas e indígenas

Acción

Organizaciones campesinas e indígenas

Acción (en políticas públicas) Acción (consultor de la ONU)

FIPA221

SASE222

CEAAL223

Red internacional de Investigadores, Funcionarios de Empresas y Crwadores de Políticas Públicas ONG´s

Investigación y difusión

Formación

Marchas Tomas de tierras Denuncias Publicaciones Encuentros Pronunciamientos

Cuatro continentes

MST

Mercosur ampliado

Primo Nuna (CIOEC)

Conferencias Talleres Foros Congresos Reuniones Consejos Conferencias

Cinco continentes

Bianuales

Paris Francia

Cinco contientes (más de 50 países)

Anual

Variable

Encuentros

América

Cuatrianual

Panamá,

Primo Nuna (CIOEC)

UST

219

Asociación Internacional de Inversores en la Economía Social. Confederación de Organizaciones de Productores Familiares. 221 Federación Internacional de Productores Agropecuarios. 222 Sociedad para el Avance de la Socio-Economía 223 Consejo de Educación de Adultos de América Latina. 220

431

(de educación popular)

(educadores populares)

Talleres Reflexión Estudios Publicaciones

Latina y el Caribe

Panamá

Fuente: Elaboración propia

432

GRAFICA

433

Gráfica 3.1: Desarrollo y desigualdad mundial por países en 2005

Fuente: Jaime Preciado Coronado (2011) del L’ Atlas 2006. Le Monde Diplomatique, Francia; con datos del Reporte sobre Desarrollo Humano 2005. Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)

434

Gráfica N° 4.1: Personal ocupado en la agricultura brasileña en 2010

Fuente: MST (2010: 22)

Gráfica N° 4.2: Establecimientos agropecuarios brasileños por el tipo de agricultura en cantidad y superficie productiva en 2010

Fuente: MST (2010: 22)

435

Gráfica 4.3: Valor bruto de la producción en relación al tipo de agricultura en 2010

Fuente: MST (2010: 22)

Gráfica N° 4.4: Contribución de la agricultura familiar brasileña al total de la producción por productos agrícolas en 2010

Fuente: MST (2010: 22)

436

Gráfica N° 5.1: Gasto Público Real para el Desarrollo Agropecuario en México

Fuente: La Jornada del campo N° 14

437

FIGURAS

438

Figura 2.0: Mapa conceptual de la Economía Solidaria como “Otra Economía”

Socialismo utópico (Fournier)

Marxismo, Economía Política y Teoría del Valor (Marx)

Economía del Trabajo (Gaiger, Coraggio)

Cooperativismo (Rochdale)

Economía Cooperativista (Singer)

SASE (Etzioni) Doctrina Social Cristiana Socioeconomía (Polanyi)

Antropología Étnica de la reciprocidad (Marcel Mauss)

Ecología (Haeckel)

Economía del amor/ Economía de la vida (Arruda, Hinkelamert)

Economía Social (CIRIEC)

Economía Social Solidaria (CIRIEC)

Economía de la Solidaridad (Razeto) Economía popular (Coraggio, Razeto)

Economía Popular Solidaria (Coraggio,Razeto)

Economía Ecológica (Martínez Alier, Toledo, Leff)

Economía Social Solidaria y Ecológica (Barkin)

Filosofía de la Liberación y Pensamiento Complejo (Dussel, Morin) Anti-utilitarismo (MAUSS)

Redes de Colaboración Solidaria (Mance)

TRANS O ALTERECONOMIA SOLIDARIA

Economía clásica (Adam Smith)

Teología de la Liberación (Gutiérrez-Boff) Educación Popular (Freire)

Fuente: Elaboración propia

439

FIGURA N° 2.1: LA ECOSOL Y EL TODO SOCIAL. SU RELACION DESDE EL PENSAMIENTO COMPLEJO Y SUS PRINCIPIOS

Recursivo: "El Todo Social (dominante y alternativo) produce a la ECOSOL y la ECOSOL reproduce el contexto social (dominante y alternativo)": Política (autoritaria-corrupta y demo-diversa) y ECOSOL (...); economía capitalista neoliberal y ECOSOL (...); sociedad desigual y educación (...); medio ambiente depredado y ECOSOL (...); cultura homogeneizante y ECOSOL (...)

Dialógico: La ECOSOL como parte de la contradicción-dualidad alternativo-dominante, autonomíadependencia del todo social).

Hologramático: La ECOSOL como parte del todo social y el todo social (política, economía, sociedad, la cultura, el medio) en la ECOSOL.

Fuente: Elaboración propia

440

Figura 2.2: LA ECOSOL COMO REALIDAD COMPLEJA: recursiva, dialógica y hologramática Esferas-actores-dimensiones y sus relaciones complejas Fuente: Elaboración propia

Naturaleza Mercantilización/des-socialización

G é n e r o

Mercantilización/desregulación de las políticas públicas

Mercado

Micro

Estatización/des-socialización Democracia representativa

Sociedad y cultura

Estado Desmercantilización/regulación de las fallas del mercado

V a l o r e s

Meso

Desestatización/socialización Democracia participativa Macro

Desmercantilización/socialización

Glocalización

441

Figura N° 2.3: Tendencia Tipo Radical-Utópica Fuente: Elaboración propia Armónica

Naturaleza Protección y conservación de recursos comunitarios

Equidad

G é n e r o

Mercado

Aislamiento, control, represión o inclusión, diálogo e inserción

Sociedad y cultura

Estado Desmercantilización/regulación Estatización

Reconocimiento de derechos como pueblos, autonomías e interculturalidad Resistencias y participación subpolítica

V a l o r e s

Democracia participativa Anticapitalista, desmercantilización, autarquía comunitaria y comercio justo

Glocalización Contrahegemónica, descolonialidad, articulación global-local desde nuevos movimientos sociales, izquierda global, relaciones Sur Global y Sur-Norte y cambiar el mundo sin tomar el poder (cambio civilizatorio)

442

Reciprocidad y Justicia distributiva

Comercio justo, Consumo responsable

Figura N° 2.4: Tendencia Tipo Emergente Utópica Transicional Fuente: Elaboración propia

Naturaleza Mezcla de subsistemas económicos: privado, estatal y popular

Equidad

G é n e r o

Mercado

Conquista-cesión de poder a ciudadanía activa Democracia representativa

Estado No capitalista, inversión, innovación, empleo

V a l o r e s

Sociedad y cultura

Transformación hacia Estado post neoliberal y democrático, apoyo economía popular solidaria, derechos ciudadanos universales, resistencias desde abajo Democracia participativa

Trabajo sobre el capital, propiedad colectiva, comercio justo, cadenas de valor, valor de uso sobre valor de cambio, desmercantilización e intercambios regulados

Glocalización Contrahegemónica, descolonialidad, articulación global-local desde nuevos movimientos sociales, izquierda global, relaciones Sur Global y Sur-Norte

443

Reciprocidad y justicia distributiva

Estado activo, fuerte, regulador

Figura N° 2. 5: Tendencia Tipo Adaptativa Dominante Complementaria (Capitalismo con rostro humano y desarrollo) Fuente: Elaboración propia

Armónica

Naturaleza

G é n e r o

Libre competencia, crecimiento, estabilidad y políticas activas, rector e interventor en áreas estratégicas

Mercado

Pacto social y participación política Democracia representativa

Estado

V a l o r e s

Sociedad y cultura

Estado postneoliberal, políticas de apoyo a ECOSOL, derechos ciudadanos universales y políticas sociales redistributivas Democracia participativa Comercio justo, pleno empleo digno, satisfactores, competencia entre empresas sociales y privadas

Inversión, innovación, empleo

Glocalización Gestión estratégica de la globalización Reconocimiento de asimetrías y democratización de organismos internacionales

444

Equidad y justicia redistributiva

Equidad

Flexibilidad laboral y consumo

Figura N° 2.6: Tendencia Tipo Adaptativa Dominante Oportunista (Pseudo-Ecosol) Fuente: Elaboración propia

Armónica o no

Naturaleza

G é n e r o

Liberalización, privatización, estabilidad, desregulación y subsidios

Mercado

Desestatización de programas sociales universales

Sociedad y cultura

Estado Mercantilización como provisión de satisfactores baratos a los pobres

Asistencia social

V a l o r e s

Lucro y elección racional

Inequidad

Mercantilización y máxima ganancia de necesidades en la base

Satisfacción de necesidades individuales o por redes sociales

Glocalización Hegemónica

445

Figura N° 2.7: Tendencia Tipo Emergente Estatal Fuente: Elaboración propia

Armónica o no

Naturaleza

G é n e r o

Postcapitalista o postneoliberal de corte estatista

Mercado

Estatización de programas sociales universales

Sociedad y cultura

Estado Desmercantilización como provisión de satisfactores para la población

V a l o r e s

Corporativa y clientelar

Satisfacción de necesidades individuales o por redes sociales

Glocalización Contra-hegemónica alternativa

446

Reciprocidad

Inequidad o no

Estado fuerte y autoritario, ciudadanía en proceso

447

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Author: Barbera Armstrong

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Name: Barbera Armstrong

Birthday: 1992-09-12

Address: Suite 993 99852 Daugherty Causeway, Ritchiehaven, VT 49630

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Job: National Engineer

Hobby: Listening to music, Board games, Photography, Ice skating, LARPing, Kite flying, Rugby

Introduction: My name is Barbera Armstrong, I am a lovely, delightful, cooperative, funny, enchanting, vivacious, tender person who loves writing and wants to share my knowledge and understanding with you.